Si algo común podemos encontrar y aprender de los grandes contenedores culturales que se han inaugurado a lo largo del pasado 2021 podría ser la voluntad de expandir sus límites y conseguir un grado más de apertura hacía la ciudad. Una estrategia basada en potenciar el rol urbano de estos edificios a través de una búsqueda de transparencias que conecten con la sociedad.
Esta buscada y cada vez más necesaria “visibilidad” la podemos reconocer en la fachada “urbana” del Museo Munch (Oslo) que plantea el Estudio Herreros, en el “edificio-pantalla” de arte digital que acaba de finalizar Herzog & de Meuron en Hong Kong, en el “muro lapidario” que permite observar el trabajo de los arqueólogos en el último museo finalizado por Norman Foster o en el primer depósito de arte accesible del mundo que ha diseñado MVRDV.
Estas y otras estrategias contemporáneas basadas en la proyección al exterior y la comunicación también son reconocibles en uno de los museos más esperados que abrirá sus puertas este 2022, el CaixaForum Valencia.
Diseñado por el arquitecto Enric Ruiz-Geli, del estudio Cloud 9 en Barcelona, este nuevo centro cultural se ubicará dentro del edificio Ágora diseñado por Santiago Calatrava dentro del complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de la ciudad mediterránea.
Al igual que sucediera en el CaixaForum Sevilla, el espacio de intervención se convierte en el gran condicionante del proyecto. Pero si en Sevilla el lugar a transformar era un espacio subterráneo residual del complejo Torre Pelli, en Valencia se trata de establecer un diálogo con un contexto muy peculiar y un espacio interior de una escala abrumadora.
Las palabras del propio Enric así transmiten esta condición,
“¿Por primera vez podemos hacer un museo en Europa donde el contenido y el contexto estén unidos y no compitan? ¿Que los artistas que entren aquí no se sientan abrumados y no nazca un sentimiento de competición? ¿Puede el contenido de esta obra artística, cultural, de estas exposiciones y debates estar en alineación con este contexto, con esta obra, con esta escala?”
La propuesta plantea un paisaje mediterráneo abierto a la ciudad de Valencia. Un living lab, donde la sociedad pueda ver, experimentar e interactuar con las exposiciones, pero también sentir la innovación, la tecnología y los materiales.
“Imaginé que entraba una nube por esa puerta, de esa nube empezaba a llover y producía un bosque, este bosque tenía un sendero que nos llevaba a las exposiciones […] dentro había teatro y había drama (el drama del cambio climático) pero también había palmeras (como las palmeras de elche) y encima de estas palmeras había unas gentes pensando y estos curators creaban exposiciones y contenido cultural y estaban rodeados por hojas de colores de las diferentes estaciones del año del Bosque de Apalache (en estados unidos) y dentro de las nubes había niños que son nuestro futuro.”
Enric busca a través de su arquitectura materializar un espacio lleno de ambigüedades y contradicciones que consiga agitar y provocar tensiones en el visitante. Al igual que en el cuadro Pilgrim de Robert Rauschenberg la pintura rompe sus límites pasando del cuadro bidimensional al espacio tridimensional, el nuevo CaixaForum Valencia se configura como un lugar sin límites donde no se reconoce donde acaban las exposiciones y sus obras de arte y donde empieza la arquitectura. Todo forma parte de un único sistema, incluso el contexto.
Esta condición abierta y didáctica que ya avanzamos al comienzo de este texto, estará presente en todo el proyecto con el objetivo de establecer una relación directa entre los curadores de las exposiciones y los visitantes. El área de dirección del museo, por ejemplo, estará en todo momento visible potenciando esta condición de
“ver y ser vistos”.
Este nuevo museo se configura como un verdadero Ágora.
“Ágora es conversación, es hacer preguntas, hablar, estar en alineación, convertirse en una tribu. Un paisaje mediterráneo, un paisaje de olores y de plantas aromáticas que nos une como cultura”.
A esto le debemos sumar algo que ya se puede intuir en los avances de obra, el esfuerzo intelectual colectivo que se está realizando a través de la innovación material.
Enric propone una arquitectura que se convierta en una verdadera masterclass y permita transmitir el conocimiento y la preocupación del cambio climático a la sociedad. Madera contralaminada (CLT), fibra de vidrio, cerámica, teflón, viruta de vidrio reciclado, corcho o cartón son algunos de los materiales utilizados con el objetivo de que
“arquitectura e innovación pueden estar unidos y puedan llegar a convertirse en parte del propio contenido expositivo”.
CaixaForum Valencia representa un sistema complejo que incluye un gran número de partes que se interrelacionan de una manera no simple. Una obra ambigua con diferentes grados y niveles de significado que pretende activar al ciudadano y colocarlo en una posición de reflexión, tensión y agitación.
2022, coincidiendo con la capitalidad mundial del diseño de Valencia, será el año que disfrutemos de este espacio cultural abierto, público y de gran actividad. Un espacio donde no habrá límites entre arte, exposiciones, edificio, paisaje, interior, exterior, intervención artística y tradición. Un espacio donde la cultura nos permita cada día aprender.
“Lo más importante es que la arquitectura del CaixaForum Valencia es una arquitectura de inteligencia colectiva”.
Enric Ruiz-Geli
NOTA: Recientemente pude visitar y fotografiar junto al arquitecto Enric Ruiz-Geli las obras del nuevo CaixaForum Valencia. Tanto las fotos como las citas de Enric que acompañan a este texto pertenecen a esa visita de obra.