Este pabellón efímero se construye para la celebración de la fiesta de clausura del I Congreso Internacional de Comunicación Arquitectónica, desarrollado entre el 17 y 19 de mayo de 2017. El objeto se diseña y produce como un elemento de arquitectura neumática que se localiza en la rosaleda de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, y sirve de soporte para activaciones programáticas, albergando actuaciones intermitentes que desencadenan o reactivan programas efímeros en entornos no destinados expresamente a la función requerida.
El pabellón consta de 126m2 y 441m3 que han sido delimitados por la construcción de una membrana de polietileno compuesta de piezas soldadas entre sí. Su forma se configura en función del caudal de aire que es emitido desde 3 entradas diferentes y de la convivencia con las corrientes de viento del entorno en el que se aloja. En el diseño de su patronaje, se han previsto dos espacios diferenciados por el color de su envolvente, constando ambos de una gran conexión visual con el exterior. Su acceso se encuentra en el punto intermedio, facilitándose la entrada por el encuentro entre las dos atmósferas.
Obra: Pabellón pop-up para activación programática en COCA
Emplazamiento: En la rosaleda de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, Madrid, España.
Año: 2017
Autores: Conjuntos Empáticos (Sálvora Feliz + Marta G. Soler + Andrea Briz + Tomás Pineda)
Colaboradores: Marta Benito Ortiz, Bernat Breu Martinez, Miriam Bue Díaz, Mathilde Claudel, Laura Dominguez Valdivieso, Alberto Ferrero de la Vega, Aleksantrina Ivaylova Marinova, Daniel Martinez Villarroya, Laura Morato Costa, Hannah Olmedilla Lord, Luis Carlos de la Rosa Beuzille, Diego Sancho Cardalliaguet, Paula Vargas Torres y Pablo Vives Peña.
Fotografía: Conjunto empáticos + conjuntosempaticos.com
Victoria Fernández Áñezentrevista a Domenico Di Siena sobre Smart City para una investigación que desarrolla para un programa de Doctorado de la Universidad Politécnica de Madrid.
Domenico Di Siena es Arquitecto, Diseñador Cívico e Investigador; su trabajo se enfoca a procesos para la mejora de las ciudades y los territorios que habitamos. Domenico diseña y desarrolla procesos y herramientas que ayudan las autoridades locales, organizaciones y universidades a colaborar con los ciudadanos para el bien común. Promueve una cultura de colaboración y el uso de nuevas tecnologías para procesos de Inteligencia Colectiva Situada, donde los ciudadanos se (re)convierten en protagonistas de las acciones, que determinan la identidad y el carácter del territorio que habitan.
Domenico Di Siena es instigador de diferentes proyectos y comunidades. Actualmente está especialmente implicado en el desarrollo y la promoción de CivicWise, una comunidad que está generando de manera abierta la primera plataforma de consultoría p2p para la promoción del urbanismo colaborativo y los procesos de empoderamiento ciudadano.
Uno de los primeros ejemplos de la resaca dejada por Mies van der Rohe en la ciudad de Nueva York es la Rockefeller Guest House, obra de Philip Johnson, construida en 1950. Diseñada para Blanchette Rockefeller Hooker, la casa fue elogiada en su momento por la crítica, dada su sencillez y sobriedad.
La casa fue concebida principalmente, como un lugar para las reuniones sociales, y como una galería de arte moderno para mostrar la colección de sus propietarios. Su diseño se basa en gran medida en los bocetos de Mies para los edificios del campus del IIT. Diseñado en un momento en que Johnson estaba diseñando principalmente residencias privadas, la casa de huéspedes utiliza no sólo el vocabulario arquitectónico de moda del momento, sino también las proporciones que iba a utilizar en futuras residencias como la Hodgenson House o la Oneto House, ambas con puertas de entrada y ventanas idénticas a la fachada y a los huecos que Johnson utiliza para encerrar el pequeño patio en el Rockefeller Guest House.
Rockefeller Guest House, Philip Johnson, 1950
A finales de 1940 y principios de 1950, Johnson había construido sólo estructuras de un solo piso, y por lo tanto cuando se enfrentan con el dilema de cómo diseñar una fachada con una segunda planta, reconvierte los bocetos Mies van der Rohe, y plantea un segundo piso casi enteramente de vidrio. La relación entre este diseño y el de la Casa Wiley es evidente, si se considera que ambos tienen un zócalo de piedra o ladrillo rematado con un segundo nivel de vidrio. Esta división entre los pisos también permite la separación de las funciones públicas y privadas.
Rockefeller Guest House, Philip Johnson, 1950
La casa se resume como una habitación amplia. El espacio de la sala de estar cuenta con paredes de ladrillo blanco y con luminarias diseñadas por Johnson. El patio que divide el dormitorio del salón principal, sirve como espacio de desahogo de la planta y ayuda a complementar la sencillez del esquema construido entre medianeras.
Rockefeller Guest House, Philip Johnson, 1950
Íñigo García Odiaga. arquitecto
San Sebastián. junio 2014
Hace ya varios meses publiqué en este blog un post que hizo Alexandre Kluge sobre un encuentro penoso que tuvo con Rem Koolhaas, ahora es al revés, el arquitecto Peter Zumthor es quien habla sobre el cineasta Aki Kaurismäki y además de forma elogiosa.
Buscando una fotocopia de un artículo, como me suele suceder a menudo, me encontré con otras cosas interesantes, una de ellas unas fotocopias sin título y que no sé dónde conseguí, de una interesante entrevista entre Luis Fernández-Galiano y Zumthor, el primero le pregunta:
«Una vez escribió que quería hacer edificios como Aki Kaurismaki hace películas. Aki Kaurismäki es un director de culto en España. Muchos de nosotros lo admiramos. Passing clouds [Nubes pasajeras, Kauas pilvet karkaavat, 1996] por ejemplo, se pasó con un gran éxito ¿Podría explicar lo que quiso decir con eso? Algunos de los que conocemos a Aki Kaurismäki creemos saberlo, pero nos gustaría oír más»
y Peter Zumthor le responde:
«Lo que comparto con él es una especie de empatía por la vida. Hay dos aspectos. Uno es esta empatía: la vida discurre, las nubes flotan… Creo que éste es el papel más novedoso de la arquitectura, ser un trasfondo para esta reunión de vida, lugar, casa y espacio. Para mí éste es el papel más grande. El otro aspecto es más didáctico, la manera como trabaja. Puedes ver que no dirige, no concibe a sus actores actuando como marionetas en una cuerda. Puedes ver como de hecho los hace emerger a la vida, para que desarrollen su propia personalidad. De algún modo, es lo que intento hacer con cada edificio. Lo controlas pero al mismo tiempo lo sueltas, de manera que encuentre su forma, su aspecto o lo que sea».
Es curioso que el ascético Zumthor apueste por el irónico Kaurismäki, cuando parecería que le gustarían más otros directores como Dreyer, Ozu o incluso Erice…
Jorge Gorostiza, Doctor arquitecto.
Santa Cruz de Tenerife, agosto 2012 Autor del blog Arquitectura+Cine+Ciudad
“A lo largo de los años he venido elaborando una obra, como arquitecto y, también, como creador de piezas y pintura, en la que se pueden detectar unos motivos recurrentes, unos temas suscitados por el deseo de dar testimonio, a través de ella, de unas dimensiones esenciales que son ingredientes del medio físico que nos envuelve o que son factores inherentes a nuestra naturaleza orgánica individual.”
Juan Navarro Baldeweg
Hoy presentamos algo más que otro libro de Ediciones Asimétricas sobre el gran arquitecto y pintor cántabro Juan Navarro Baldebeg. Dibujos mentales, el libro de Ignacio Moreno, es un examen minucioso, elegante, documentado y apasionado del universo creativo de un artista que se convirtió en arquitecto y que nunca dejó de pintar.
Ediciones Asimétricas ha realizado una importante labor de edición y diseño para que este libro pueda llegar a las librerías y desde ellas saltar a las bibliotecas de los lectores apasionados por el arte contemporáneo español.
El análisis de la obra de Juan Navarro Baldeweg realizado por Moreno, pone de manifiesto que entre sus diversas propuestas plásticas y arquitectónicas existe no solo un origen común sino una multiplicidad de relaciones recíprocas, como explica él mismo en este fragmento de su texto “La caja de resonancia”. Las piezas a que hace referencia son consecuencia de un extenso proceso de definición previa mediante numerosos dibujos, maquetas o fotografías que, en ocasiones, no terminan con la materialización de la misma sino que transciende a otros ámbitos más complejos, como reflejo sobre su arquitectura o pintura.
“La arquitectura se hace en dos habitaciones”, afirma en el texto “Del silencio a la luz”; una de ellas sin existencia física en la que, sin embargo, se realiza la mayor parte del trabajo, y la otra, en donde los proyectos se materializan a partir de sus condicionantes, como resultado de superponer las configuraciones producidas en cada una de estas dos habitaciones.
El trabajo desarrollado por Navarro Baldebeg durante su periodo de formación artística e intelectual, comprendido entre 1960 y 1976, años que coinciden, respectivamente, con el inicio de sus estudios de grabado y arquitectura en Madrid y con el regreso de Estados Unidos, tras cinco años de estancia en el Center for Advanced Visual Studies del MIT, permite identificar unas líneas argumentales que relacionan las ideas y los principios de su arquitectura posterior. Los temas que utiliza son recurrentes; se producen antes de su aplicación en una u otra disciplina, y sobre ellos vuelve una y otra vez buscando su esencia inalcanzable, como una reflexión continua y única que adquiere matices distintos en cada una de las obras, pero que sólo es posible entender en su totalidad.
Desde este planteamiento, el objeto de este libro no es otro que la identificación del origen de los temas y argumentos mediante los cuales Navarro Baldeweg realiza el tránsito desde una habitación a la otra, así como la justificación de su presencia, influencia y evolución sobre el conjunto de su arquitectura posterior.
El autor.
Ignacio Moreno es arquitecto (1992) y doctor por la Universidad Politécnica de Madrid con la tesis titulada La ‘habitación vacante’ de Juan Navarro Baldeweg: Análisis, origen e influencia de su experiencia artística aplicados a su arquitectura (2004).
Profesor de Proyectos Arquitectónicos en la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza, compagina su labor docente con la actividad profesional desarrollada en su estudio en Madrid. Desde 2007 es arquitecto conservador del Senado.
Profundo conocedor de la obra de Juan Navarro Baldeweg por su continuada relación desde 1992 como colaborador en proyectos, publicaciones y exposiciones sobre su obra, ha participado en la investigación documental y selección de material para las últimas monografías sobre su arquitectura publicadas por Tanais Ediciones en 2001 y Electa Mondadori en 2012.
Es autor de numerosos artículos y ponencias en congresos sobre la experiencia artística de Navarro Baldeweg vinculada a su arquitectura, publicados en revistas nacionales e internacionales como Formas, Zarch o Casabella, entre otras.
Para qué pedin tu colaboración.
Asimétricas busca la complicidad del micromecenazgo para poder financiar la impresión de este libro, solo la impresión porque ya está escrito y maquetado ;-).
Las aportaciones se destinarán a pagar la imprenta de la primera tirada, de 500 ejemplares.
Sobre las recompensas.
El propio libro es la mejor recompensa que se les ocurre.
Pero por tu colaboración también puedes conseguir:
· El libro dedicado por el autor
· Una lámina tamaño postal de un póster inédito de J. Navarro Baldeweg
· Una reproducción de Póster grande inédito de Juan Navarro Baldeweg
· O si eres una empresa, tu logo en el libro
Calendario previsto.
Quieren tener el libro impreso para mediados de julio.
Quieren que los mecenas reciban su recompensa entre el 4 y el 12 de septiembre (quieren evitar retrasos y extravíos estivales innecesarios).
Al final de la década de los 60, el mundo del arte sufre un cambio y se abre a trabajos contemporáneos como la performance, el land art y las instalaciones site-specific. Los materiales, los procesos y las herramientas se convierten, desde ese momento, en las mayores preocupaciones de los creadores.
El objeto artístico deja de tener importancia como elemento pasivo de contemplación, y en cambio las nuevas propuestas se centran en la interacción con el espectador, superando la obsesión anterior con la forma. El reto consiste en descubrir si una nueva relación entre objeto y usuario puede ser establecida también en la arquitectura y así influír en la manera de habitar.
A modo de ejemplo, en el año 1970 el artista Richard Serra, realiza SHIFT, una instalación incrustando elementos escultóricos en el paisaje, estableciendo una nueva dialéctica entre la percepción del lugar y la relación de uno mismo con respecto al entorno mientras lo explora.
En el momento que el artista a través de su intervención modifica estas condiciones preexistentes forzando al espectador a realizar cambios de sentido o “shifts”, establece una nueva percepción del lugar y la consciencia de haberlo experimentado de una manera diferente.
VIVIENDA SHIFT.
De una manera análoga el proyecto aquí expuesto, denominado SHIFT, pretende establecer una nueva relación entre usuario, objeto arquitectónico y entorno alterando así la manera de habitar. Descartando la idea de la arquitectura como un juego compositivo de formas en el espacio, la intención se centra en aumentar la consciencia del espectador sobre su propia experiencia del lugar a través de estrategias y manipulaciones espaciales, y a la vez revelar y amplificar la importancia de los materiales y modos de construcción y producción contemporáneos.
En SHIFT se utiliza una envolvente industrial de acero cortén como el elemento que modifica intencionadamente las relaciones entre el usuario y la naturaleza que lo rodea, siendo a su vez un material óptimo por su uso cerca del mar.
Situación.
La parcela del proyecto es muy estrecha y alargada y está rodeada de varias edificaciones adyacentes. Como consecuencia se levanta la envolvente del suelo, y se renuncia al uso de la planta baja para las estancias principales, estableciendo de esta manera una relación con el entorno más desahogada e interesante, ya que es posible disfrutar así de mejores vistas y una mayor intimidad. A su vez se redondean las esquinas para dar más fluidez al espacio exterior, y convertir la envolvente en un objeto continuo.
La parte inferior (estancias secundarias y maquinaria) se recubre con acabado espejo para multiplicar visualmente el efecto de la vegetación.
Acciones.
Las manipulaciones sobre la envolvente como deformaciones o cortes permiten adecuarla a las demandas del usuario y a la vez establecer las diferentes relaciones con el entorno.
La envolvente permanece hermética en los lindes con las parcelas laterales carentes de interés, realizándose pequeñas incisiones únicamente para permitir la entrada de luz natural.
En cambio en los extremos Sur y Norte se realizan generosas aperturas horizontales de formato panorámico para permitir esta relación con más estimulante con el entorno. En la fachada Sur se produce otra deformación a modo de retranqueo para permitir la inclusión de la piscina con un óptimo asoleamiento a una altura elevada.
Únicamente en el extremo Noroeste la envolvente desciende a la planta baja mediante una escalera que permite el acceso del usuario.
El interior de la vivienda es una extensión de las estrategias exteriores. La madera natural confiere a este espacio un contrapunto cálido y acogedor en contraste con el exterior de carácter industrial.
Al entrar en la vivienda la luz de un gran lucernario nos acoge y nos permite ver el cielo y ocultar las vistas de las casas adyacentes. La escalera, situada justo frente a la entrada, nos atrae con su amplitud e iluminación para ascender a la zona de “estar”.
Distribución.
Las estancias más importantes se concentran en la planta superior (cocina-salóncomedor, habitación principal, piscina). La planta inferior, en consonancia con la estrategia de proyecto concentra las estancias secundarias (habitaciones de invitados, tendedero, cuarto de instalaciones y garaje). La cubierta es una gran terraza para disfrutar de una visión de 360 grados de la bahía coruñesa y culminar la promenade architecturale.
Referencias arquitectónicas. Villa Savoye – Villa Dall’Ava.
Se ha reflexionado sobre dos grandes obras: la Villa Savoye de Le Corbusier y su actualización contemporánea en la Villa dall’Ava de OMA. La elevación sobre el terreno de las estancias principales y a su vez la liberación del terreno, la importancia del recorrido o promenade architecturale, la terraza jardín o su versión piscina-jardín de OMA, las vistas panorámicas desde las cubiertas, la escalera o rampa como espacio procesional, la ventana corrida. Todas son referencias que han aportado inspiración al proyecto.
Obra: Vivienda Shift
Emplazamiento: Antonio J. Sucre nº9. Oleiros, A Coruña, España
Autor: Miguel Plata
Colaboradores:
Ingeniería – Magaral
Cromatismo: Héctor Francesch
Cálculo luminico: Miguel Plata
Mobiliario: Roche Bobois
Calculo estructura: Galería Independiente
Cocina: Xey
Fotografía: Wifre Meléndrez + plataarquitectos.com
Publicaciones y premios.
– Diario La Opinion, Martes 28 de Febrero de 2017.
– Seleccionado XVII premios COAG (categoría vivienda).
– Seleccionado Primeiros Premios de Arquitectura e Rehabilitación de Galicia
Como bien sabéis, se trata de un curso hecho por arquitectos para arquitectos, en los que Stepienybarno tratan temas que tienen que ver con la reputación digital, el marketing online o la comunicación.
Si ves que te interesa aumentar tu visibilidad en la red y, por lo tanto, tus posibilidades laborales, éste es tu curso.
Con ello, durante diez días, el 30 de mayo y al 12 de junio de este 2017, se entrará en el maravilloso mundo de la Identidad Digital, en un formato cómodo y flexible. Se trata de la septima edición y, por los comentarios de los alumnos de las ediciones precedentes, el curso es muy práctico y fácil de realizar.
“Horario relativamente flexible, aunque hace falta aproximadamente una disponibilidad de 3-4 horas al día por parte del alumno durante los nueve días del curso. Así, el tiempo óptimo mínimo de trabajo por parte de los estudiantes será de 30 horas lectivas.”
¿Te animas?
Y como nuestros amigos, Agnieszka y Lorenzo (Stepienybarno), os lo quieren poner fácil, se han animado, gentilmente, a facilitarnos dos entradas gratuitas para el VII Curso on line de Identidad Digital para arquitectos que organizan, que sortearemos entre vosotros. El procedimiento, es muy sencillo y de sobra conocido por vosotros, se trata de escribir un comentario definiendo en una frase lo que se podría entender, en vuestra opinión, por Identidad Digital ¿Dónde? Pues o bien aquí mismo, al final de la noticia, en la propia web o bien en la entrada de nuestra página de fans, veredes, en Facebook.
Recordad que el plazo para participar en el sorteo es desde el martes 16 al viernes 26 de mayo hasta las 00:00 horas.
¡Suerte a todos!
¿Qué no habéis sido los elegidos? ¡No os preocupéis! ¡Por el mero hecho de participar con vuestros comentarios os aseguráis la opción de realizar el curso a precio de matrícula reducida!
La construcción del Palacio de la Republica en Berlín oriental empezó unos 23 años antes de su construcción real. Empezó el 7 de septiembre de 1950 cuando Walter Ulbricht, el nuevo secretario general de la SED (Partido Socialista Unificado de Alemania) firmó la orden de dinamitar el Stadtschloss, el Palacio Real y símbolo de poder del imperio prusiano. La destrucción se justificó con los elevados costes que hubiera supuesto su reconstrucción tras los daños sufridos en los bombardeos de los aliados durante las últimas batallas para Berlín. Antes de la definitiva división de Berlín, el palacio todavía funcionaba: Hans Scharoun había presupuestado las obras para asegurar la estructura y en los primeros años de la posguerra allí tuvieron lugar varias exposiciones.
Walter Ulbricht participó en la fundación del Partido Comunista Alemán en 1918 y fue un importante líder comunista y diputado durante la república de Weimar. Además el primer alcalde de Berlín Oriental era Friedrich Ebert, hijo del primer presidente de la república de Weimar, de la cual RDA, creada en octubre de 1949, se consideraba sucesora ideológica. Al contrario de muchos otros monumentos que se reconstruyeron en Berlín Oriental, en aquel contexto fue impensable reconstruir el palacio de los Hohenzollern cuyas fachadas y jardines habían sido utilizados como decorado para los desfiles nazis. Aquel era el sitio para simbolizar la victoria y de todo el complejo sólo se conservó una puerta hacia Lustgarten desde la cual Karl Liebknecht había proclamado el final de la monarquía y la victoria de la revolución en 1918. Esta puerta se integró en el Edificio de Consejo del Estado que flanqueaba el lado sur de la enorme plaza llamada Marx y Engels Forum.
Maqueta del proyecto de Richard Paulick para Alexanderplatz, 1951
Una vez dinamitado, el espacio que ocupó el palacio real fue convertido en la gran plaza de desfiles y fiestas, el gran vacío simbólico, replica de la Plaza Roja, imprescindible en todas las grandes ciudades socialistas. En 1952 en el lugar del futuro Palacio de la República fue instalada la tribuna desde la cual los altos cargos del partido contemplaban desfiles de hasta 750.000 personas. Desde entonces se plantearon diferentes soluciones para el centro de Berlín oriental, un enorme espacio libre de construcciones, comprendido entre la Alexanderplatz y la Isla de los Museos. En 1952 empezaba la gran obra emblemática del régimen: la construcción de la Stalinalee (Actual Karl Marx Alee), el bulevar de residencias lujosas y proletarias que tenía que contrarrestar a la histórica Unter den Linden. Entre las primeras propuestas para el nuevo centro figuraba el rascacielos realista socialista, propuesta de Richard Paulick acorde con las formas de la nueva avenida. Alexanderplatz quedó definitivamente formulada con la erección de la Torre de Televisión inaugurada en 1969 como una de las construcciones más altas de Europa del momento y el último símbolo de la época de Walter Ulbricht. El famoso Hermann Henselmann, arquitecto de las dos fases de la Karl Marx Alee fue uno de los autores de la torre.
Palacio de la República y la torre de televisión en Alexanderplatz
El 2 de Noviembre de 1973 empezó la construcción del que sería el palacio público más moderno de la RDA. En su discurso antes de colocar en los cimientos la capsula con los planos del edificio, Erich Honecker explicó que se pretendía construir un palacio popular que aparte de su función parlamentaria sería accesible para la ciudadanía para disfrutar de sus espacios y de su amplia oferta cultural. Sala de conciertos, bares y restaurantes, galerías de arte, bolera, discoteca, compartían estructura con la Camera baja –de los pueblos- del Parlamento estatal, para dar vida al gran palacio y para escenificar el carácter centralista y políticamente subordinado de la cultura en la RDA. El muro cortina de aluminio anodizado y vidrio de color dorado simbolizaban la transparencia (metáfora tantas veces repetida), pero más que eso era una manera de integrar el palacio a la vida de la ciudad, o viceversa, puesto que los tramos abiertos de las escaleras del público transcurrían cerca de la fachada orientada hacia Alexanderplatz del lado del río Spree. De hecho, la plaza y la torre de televisión forman parte de la volumetría del palacio: el acceso principal desde la plaza Marx y Engels, el hall central que coincide con el corte del volumen que marca la asimetría y la posición de las dos salas interiores, están alineados al eje de la torre paralelo a la calle Unter den Linden. Son innumerables las fotos donde el Palacio de la Republica y la Torre de Alexanderplatz aparentan parte de una sola construcción.
Erich Honecker colocando la cápsula con el proyecto. 1973
El Palacio, construido en 32 meses con la ayuda del ejército de la RDA y de la URSS, fue obra del arquitecto Heinz Graffunder (1926-1994) quien dirigió el equipo formado por Karl Ernst Swora, Wolf R. Eisentraut, Günter Kunert, Manfred Prasser y Heinz Aust. Discípulo de Hans Sharoun, Graffunder empezó la carrera con las construcciones del Zoo de Tiergarten en 1954, para volver a construir parques zoológicos de Rostock, Cottbus, Neustrelitz, Magdeburg y Erfurt. La obra que definitivamente le consagró como uno de los grandes arquitectos de la RDA fue el complejo multifuncional (residencial-comercial-administrativo-cultural) Rathauspassagen, 1967-1973, en las proximidades del histórico Ayuntamiento Rojo y del futuro Palacio de la República. Posteriormente fue designado arquitecto principal de los barrios residenciales de Marzahn y Hellersdorf. En dos ocasiones fue galardonado con el Premio Nacional de la RDA de primera clase, la segunda obviamente por su trabajo en el Palacio de la Republica.
El edificio multifuncional aplica y elabora el concepto de la casa del pueblo, centro socio-político-cultural popular conocido desde la República de Wiemar y ampliamente implementado en la Unión Soviética como el club obrero. El palacio de Berlín responde más a esta tipología por su mezcla de cultura y política (aunque se decía que la presencia política era mínima en su funcionamiento diario) que a las macro casas de cultura o palacios del pueblo construidas en todo el este socialista. Curiosamente el Palacio del Pueblo de Bucarest con su uso actual se aproxima al concepto del palacio de la RDA.
El palacio se construyó cobre una base de hormigón de 180x120m que contenía dos plantas subterráneas de instalaciones, maquinaria escénica y servicios técnicos de hasta 12m de profundidad. Sobre ella se erige la planta de acceso –funcional y muy poco monumental incluso con menos altura de planta. La siguen 4 plantas representativas –algunas con zonas de varias alturas- y la planta técnica determinada las vigas reticulares y maquinaria escénica superior. El elemento central del edificio son sus dos salas. De hecho, lo es la gran sala proyectada para acoger una multitud de actos artísticos, políticos y científicos. Ambas salas se disponen de manera libre, dentro de la malla general de 9x12m, interrumpida únicamente en el hall central, donde las luces cambian para acomodar las escaleras de 7,5m y el espacio central cuadrado de 12x12m. La forma de las salas responde a su propia funcionalidad y flexibilidad que en la sala grande se traduce en módulos triangulares de 9m. Este auditorio empleó la tecnología más moderna existente de la RDA. Su espacio escénico con base hidráulica y los módulos móviles con filas de asientos permitían transformarla completamente desde una sala de teatro hasta una sala de banquetes con el suelo completamente plano. Con casi todos sus elementos móviles, la sala resonaba el Teatro Total que Walter Gropius diseño en 1927 para el director vanguardista Erwin Piscator y a su posterior elaboración para el concurso del Palacio de los Soviets de Moscú de 1931. De hecho, el palacio de la republica repite las dos salas que formaron parte del nunca realizado complejo moscovita.
La circulación interior, muy simplificada, se resumía en la zona central, aunque el edificio prescindió de la monumentalidad de un gran vacío central. Donde sí se aplicaron dobles y triples alturas fue en la zona del acceso y de las grandes escaleras del público, siempre en la proximidad de las fachadas para incluir las imágenes de la ciudad en el recorrido interior. Aparte del concepto funcional general y de la flexibilidad de la sala, las fachadas principales también recordaban a Bauhaus. Tras el cambio del paradigma de la arquitectura de la RDA desde el realismo socialista hacia un modernismo propio de las economías socialistas, a partir de los años 60, Bauhaus se definió como el repertorio formal a seguir, de la misma manera que la república de Weimar lo fue en términos ideológicos.
Arquitectura, interiorismo y diseño industrial recordaron, siempre con las particularidades de la gran escala o de las grandes series a los prototipos ideados en la Bauhaus. La gran superficie de cristal que sobresale de la pared opaca, la cuadricula de las carpinterías de aluminio que se amolda a la cuadricula estructural vertical, variando de tamaño para permitir la apertura de ventanas, como también para marcar la línea de forjados, antepechos y falsos techos en el plano horizontal, son lecciones de la Bauhaus de Gropius.
Un patrimonio imposible Acceso principal desde la plaza Marx y Engels
El palacio de la república fue un símbolo de la modernidad, en su diseño exterior e interior, en su estructura y tecnología. En Europa del Este la monumentalidad formaba parte importante de esa modernidad, una monumentalidad abstracta y muchas veces experimental, basada en las formas espectaculares, estructuras complejas, materiales excepcionales, esculturas y murales. En comparación con otros tantos ejemplos, el palacio de Berlín es discreto: su monumentalidad reside en su tamaño: planta de 180x90m de 25 a 32m de altura, aplacado de mármol blanco y, sobre todo, el tratamiento de la entrada principal a media planta a través de la escalera principal con rampas de unos 90m de ancho y un balcón de apariencias en la planta primera. Y por supuesto, su interior iluminado por las 1001 lámparas de aluminio y vidrio que originó el apodo del palacio:
“La tienda de lámparas de Erich Honeker”.
Hall de la entrada y las lámparas de Peter Rockel
Tras sólo 14 años de funcionamiento, en septiembre de 1990 se decidió el cierre del edificio por la contaminación por las 5000 toneladas de amianto proyectadas como protección contra incendios sobre la estructura metálica. Poco más de un mes antes, el 23 de agosto, la cámara popular había votado allí la reunificación del país. Entre 1997 y 2002 se llevó a cabo el trabajo de descontaminación que dejó el edificio reducido al esqueleto. Todo el proceso fue acompañado con el curioso lenguaje sanitario: saneamiento, limpieza, regeneración, desmontaje que, aplicados a un a construcción de tanta carga ideológica como el Palacio de la República de la RDA, connotaba un claro mensaje triunfalista. Hubo también un largo debate a nivel internacional sobre qué hacer con el edificio. Poco antes de morir y viendo por donde iban los tiros, Heinz Graffunder incluso propuso un proyecto de fusión entre las reconstrucciones de los dos palacios.
Einstürzende Neubauten tocando la barandilla del hall del Palacio en 2004
Entre el 2002 y 2006 hubo un periodo de uso provisional de su estructura de acero y hormigón para las visitas, exposiciones y conciertos. En 2004 tuvo lugar el mítico concierto de los Einstürzande Neubauten que lo hicieron partícipe de su música tocando a los elementos metálicos de la estructura. En 2005 el artista noruego Lars Ramberg realizó su proyecto Palast Des Zweifels (El Palacio de las Dudas), una inscripción de aluminio de tres plantas de altura sobre la fachada principal de la Plaza de Castillo (nuevo nombre de la plaza de Marx y Engels). A pesar de toda oposición el edificio se derribó hacia finales de 2008 para dar lugar a una dudosa e historicista reconstrucción del Palacio Real, llamada neutralmente Humboldt Forum. Rückbauten –construir hacia atrás o deconstruir- fue la palabra alemana empleada para el proceso.
La Duda de Lars Ramberg en 2005
Aunque técnicamente reconstruible y menos costoso que la reconstrucción del palacio de los emperadores prusianos, el Palacio de la República era un patrimonio imposible, complicado e indeseable que en la primera década del nuevo siglo recordaba demasiado a todavía cercana experiencia de la dictadura. La identidad de la nueva Alemania, el tipo de economía prevista para el centro de la gran capital, el carácter de consumo cultural en la famosa Isla de los Museos, hicieron prescindible al edificio. En un contexto de revalorización de la ciudad histórica europea y de desprecio generalizado hacia toda herencia del socialismo, fue imposible a los defensores del Palacio trasmitir su futuro potencial como forma y como uso social. Berlín había sido la ciudad de dobles, donde la rivalidad y duplicidad política hizo duplicar los edificios singulares y los importantes proyectos residenciales a lo largo de las décadas del Muro. El Palacio de la República fue un desempate en su tiempo y aparentemente no había más opción lógica que trasladar su retórica al renovado Reichtag y a la nueva Cancillería.
En una plena campaña electoral, un ambicioso político con aspiraciones a la presidencia de los Estados Unidos, decide incluir en sus mítines a un mediático grupo de rock para captar el voto joven. Una de las promesas de su campaña electoral, consciente del poder incipiente de la juventud, consiste en rebajar la edad de voto a los 18 años.
Es aquí cuando comienzan los problemas, ya que Max Frost, el líder del grupo musical, irrumpe en escena solicitando una inesperada rebaja de edad de voto a los 14 años. Como medida de presión, este mensaje lo lanza acompañado de un llamamiento a ocupar las calles por parte de la juventud, que en ese momento dispone de una mayoría silenciosa.
Wild in the Streets, 1968, Barry Shear
La reapropiación del espacio público
El espacio urbano de Los Ángeles, y en especial Sunset Boulevard, empieza a ser tomado por millares de jóvenes que acuden a la convocatoria, desencadenando una reconquista expansiva de las calles que va sucediendo a lo largo de todo el país. El despertar de la juventud representa un fenómeno irruptivo, “un arma escondida” afirma uno de los jóvenes, mientras que uno de los personajes reaccionarios afirma:
“Lástima que la juventud se haya convertido en una enfermedad. Un virus extraño del que ni ustedes mismos podrán curarse”.
Ya nada volverá a ser como antes.
Wild in the Streets, 1968, Barry Shear
La vieja política
A partir de aquí, y en un proceso que a la vieja política se le escapa de las manos, el líder del grupo alcanza la presidencia de los Estados Unidos. Con él, se inicia una serie de sorprendentes propuestas (jubilación a los mayores de 25 años, eliminación de la policía, retirada del ejército, reparto de excedentes alimentarios, etc).
Seguramente el elemento más potente es la supresión del mundo adulto de la escena (no sólo política). A este fin, se crean unos centros de internamiento (formalmente muy similares a los campos de concentración) en el que los adultos son recluidos y tratados con dosis diarias de LSD, subsumiéndolos en un estado de felicidad inducida. Las sustancias psicotrópicas, entendidas como un acceso a un nuevo tipo de conciencia por Huxley o Roszack, tendrán una presencia omnipresente en todos los ámbitos de la sociedad (incluidos los congresistas).
El LSD, rock y libertad serán elementos vertebradores del nuevo modelo social. En ese transcurrir del tiempo, deviene la pregunta inevitable,
¿Qué sucederá cuando el líder se aproxime a los 25 años?
Wild in the Streets, 1968, Barry Shear
El empoderamiento de la juventud
La película en su momento generó incomprensión derivada de diversas situaciones delirantes puestas en escena, pero que eran sin duda reflejo de las obsesiones de la juventud de finales de los sesenta. No obstante, diversos aspectos se pueden rescatar resultando de una asombrosa actualidad.
El empoderamiento de la juventud, la reconquista de las calles, el cuestionamiento de los partidos clásicos y la resistencia de éstos últimos para desaparecer de la escena política o el adormecimiento de parte de la sociedad son elementos que se plantearon en una historia de ficción a la que la realidad, en ocasiones, ha tratado de imitar.
Wild in the Streets, 1968, Barry Shear
Ignacio Grávalos – Patrizia Di Monte. Arquitectos (estonoesunsolar)
Zaragoza-Venezia. mayo 2017.
La arquitectura en un clima de cambio. Una guía para el diseño sostenible.
El libro de Smith introduce lo último en técnicas prácticas de sostenibilidad e ilustra diversas tecnologías que se están desarrollando para crear eco-eficiencia óptima en nuestro entorno construido.
La obra promueve la asociación creativa entre arquitectos, ingenieros y diseñadores con el objetivo de crear una arquitectura que no sólo mejore la calidad de vida y las condiciones óptimas para los usuarios, sino también que esa calidad sea sostenible y con la mínima demanda de combustibles fósiles posible.
Índice de contenidos.
Prólogo.
Prefacio.
Agradecimientos.
Introducción.
Cambio climático, ¿proceso natural o humano?
Predicciones.
Tecnologías de energías renovables. El medio ambiente marino.
Tecnologías de energías renovables. El resto del espectro.
Técnicas de bajo consumo de energía para viviendas.
Aislamiento.
Energía doméstica.
Edificios de energía avanzada y de energía ultrabaja.
Captación del viento y del agua.
Edificios existentes: un reto y una oportunidad.
Técnicas de baja energía para edificios de uso distinto al de viviendas.
Ventilación.
Opciones de energía.
Iluminación: en busca de la luz natural.
Iluminación: fallos humanos.
Notas de advertencia.
Evaluación del ciclo de la vida y reciclaje.
Ejemplos de última generación.
Diseño mediambiental integrado de áreas urbanas.
Una perspectiva desde los Estados Unidos.
Tecnologías emergentes y perspectivas para el futuro.
Apéndices. Epílogo.
El castillo de Santa Cruz es una estructura defensiva de carácter “modesto” que, sin embargo, se inscribe como un elemento singular en el extraordinario contexto de fortines, atalayas y “fachos” o alcanforas que se erigieron en los siglos XVII y XVIII a lo largo de las márgenes del río Miño. En la actualidad destaca no por su relevancia constructiva o militar, sino por su especial ubicación, ya que construye el eslabón final de toda la cadena defensiva fronteriza que separa Galicia de Portugal.
Desde el punto de vista fisiográfico, el castillo se asienta sobre una pequeña elevación rocosa a 73m de altitud sobre el nivel del mar (base del Baluarte de la Cruz) de la plataforma litoral de A Guarda. El ámbito de la corona defensiva que rodea el castillo se desarrolla aproximadamente entre las cotas 50 y 73 respecto al nivel del mar. De esta forma, todo el conjunto adquiere una posición de especial relevancia topográfica en relación al casco urbano de la villa marinera, en claro diálogo con el monte de Santa Tecla. Las trazas del desarrollo urbanístico de A Guarda llevarán a que, en pocos años, este ámbito adquiera, además de su relevancia topográfica, una posición de centralidad en el conjunto de la zona urbana de la villa.
El centro de interpretación se ubica dentro de la fortaleza transfronteriza de A Guarda.
En función de esta relevancia topográfica y de posición y a la vista de los valores patrimoniales y ambientales detectados en el conjunto, se decide la ubicación del Centro de Interpretación de las Fortalezas Transfronterizas del Baixo Miño en el ámbito del Castillo de Santa Cruz. Su condición singular de eslabón final en la cadena defensiva y el elevado reclamo turístico constituido por la villa de A Guarda son elementos decisivos.
El centro de interpretación.
El Centro de Interpretación de las Fortalezas Transfronterizas del Baixo Miño se ha articulado en dos partes relacionadas entre sí:
1º- Una construcción ya existente en el conjunto resuelta mediante una fábrica maciza y masiva que servirá de espacio de difusión y exposiciones.
Esta edificación servirá igualmente como testigo del reciente pasado residencial del conjunto.
2º- Tres pequeños pabellones de nueva planta que, de acuerdo con el pasado militar de la fortaleza y la propia disposición de los pabellones militares, se plantean como elementos ligeros pero resistentes, de construcción “seca”.
La estructura y el panelado exterior de acero aportarán el acabado fundamental.
Estos pequeños pabellones servirán de espacio previo de recepción, bar-terraza y aseos.
Entre la construcción preexistente y los pequeños pabellones se tiende un gran umbral o zona cubierta. Aquí hay capacidad para acoger grupos y proporcionar el necesario espacio de relación y acogida, con sombra en verano y protección frente a las inclemencias meteorológicas en la época invernal.
Memoria técnica.
“Cuando un proyecto de arquitectura empieza su construcción es cuando todo empieza a cobrar sentido. Por ello los materiales son una parte irrenunciable del oficio de un arquitecto. Los materiales son piel, sonido, temperatura y presencia.
Los materiales también definen la “arquitectura del lugar” y en un entorno tan potente …los materiales tienen que ser neutros, rotundos y sinceros.”
Cita de nuestra discurso en la recogida de premio Archizinc. París. 2016
La intervención en la edificación existente respeta la hoja exterior de granito, su inercia térmica y un trasdosado autoportante de tabiquería seca consigue una mejor adaptación al medio.
Los nuevos pabellones está constituidos en su envolvente vertical por una solución ligera resuelta como fachada ventilada y que por su características, pretendida modulación y necesidad de mantenimiento se ha diseñado y construido casi de manera artesanal. Su hoja exterior -su «piel»- es de acero inoxidable.
Ambas edificaciones resuelven su cubierta en zinc con junta alzada.
Ninguna de las edificaciones se ha previsto para la permanencia habitual y contínua de personas, especialmente en el periodo invernal. En todo caso, la edificación principal podría dar respuesta a un uso más exigente.
Obra: Centro de interpretación de las fortalezas transfronterizas Baixo Miño
Autores: rodríguez + pintos arquitectos (Jaime Rodríguez Abilleira+Santiago Pintos Pena)
Promotor: Xunta de Galicia. Subdirección Xeral de Conservación e Restauración de Bens Culturais
Responsable de Seguridad y Salud; Director de Ejecución: Miguel Barriga García. Corresponsable en segunda fase: Antonio Carballo
Estructuras: Reboreda Ingeniería, Cristina Crespo Galego
Informe arqueológico: Antiga (Ana Filgueiras Rei)
Empresa constructora (remate): Desarrolla
Fotógrafo: Héctor Santos-Díez | BISimages + rodriguezmaspintos.com
El líder europeo en mecanismos eléctricos y soluciones de automatización domótica para todo tipo de edificaciones, Jung, presenta el panel de control inteligente Smart Control 7”, que permite gestionar con toda facilidad una gran variedad de dispositivos y sistemas técnicos en un edificio o vivienda.
Con Smart Control 7” es posible controlar mediante aplicaciones específicas (apps) todos los sistemas que convierten una vivienda en un hogar inteligente. Desde este nuevo panel de control de Jung es posible manejar un sistema eNet de automatización domótica inalámbrica, o incluso una instalación KNX completa. Asimismo, Smart Control 7” está disponible en formatos de 10” y 15”, y admite funciones de intercomunicación gracias al gateway de Siedle.
Smart Control 7” de Jung
El nuevo Smart Control 7” utiliza la interfaz gráfica Launcher de Jung, mediante la que se muestran en la pantalla todas las aplicaciones disponibles en el sistema. El usuario solo tiene que tocar en el icono que representa la aplicación deseada, lo que le proporcionará acceso a todos los controles que contenga. Además, gracias a que Smart Control 7” se basa en un sistema operativo abierto, es posible ampliarlo con nuevas funcionalidades en cualquier momento.
Jung ha creado el nuevo Smart Control 7” con un diseño minimalista que da una impresión global de ligereza. De hecho, solo sobresale unos 3 mm de la superficie una vez montado en la pared. El dispositivo puede situarse apaisado o en vertical, según sea la decoración, los gustos del usuario o las necesidades constructivas. Los modernos marcos de perfil de aluminio o negro refuerzan elegantemente el efecto visual de ligereza.
Competición de cuerda en los Juegos Olímpicos de San Luis 1904. MO: Woodward and Tiernan, 1905 | Fuente: loc.gov
Escribiendo el anterior post sobre el oficio de consultor de estructuras ha surgido el nombre de varios personajes insignes y uno de ellos, español, que, en mi opinión, es el paradigma del concepto estructural; no en vano escribió Razón y ser de los tipos estructurales, un libro de estructuras que no contiene fórmula alguna.
Hace unos años yo intenté hacer algo parecido, explicar estructuras sin fórmulas, sólo con conceptos, y no me salió bien. Siempre que intento explicar el porqué del Números Gordos cuento que mi intención era explicar las estructuras de palabra, sin ecuaciones, pero no me fue posible, estoy demasiado unido a las operaciones, no me resisto a poner un cociente o una suma…
“Es que yo, si veo dos rectas paralelas, ¡les pongo armadura!”
El mercado de Algeciras Ing Eduardo Torroja, 1934 (En perfecto estado de uso) | Fuente: jblpaz
Torroja sí pudo. Y además del libro, pensó y realizó estructuras maravillosas, La iglesia de Gandía, el Frontón Recoletos, el Mercado de Algeciras, el acueducto de Alloz y tantas otras, sobre las que destaca por su fama el hipódromo de la Zarzuela. Y cada obra fue como un grito que decía
“¡Las estructuras son así!”
Él despojó las estructuras de su ornamento e hizo las más bellas estructuras desnudas.
Frontón Recoletos. Ing E. Torroja, año 1935. (Irremediablemente herido por bombas en la Guerra Civil) | Fuente: Urban Idade
Las obras conceptualmente puras, que son sinónimo de radicales, rompen muchos moldes porque lo que acostumbramos a hacer suele estar vestido de muchas otras capas, además del concepto, la tradición, la economía, la cultura. Por eso ver cosas en estado puro no es fácil.
El acueducto de Alloz Ing E. Torroja, año 1939. (En uso) | Fuente: Tendiendo Puentes
El libro que escribió, Razón y ser…, era más de su mismo carácter. En él se explica la razón de ser de las estructuras, se explica cómo tienen que ser para responder adecuadamente a las acciones. Y en esa sinceridad estructural se cimentan dos frases que se han quedado en el podio de las frases estructurales:
“Las estructuras se comportan como se arman no como se calculan”.
“Cuanto menos acero lleva el hormigón mejor se comporta.”
Ambas afirmaciones encierran una aparente contradicción pero revelan ante la sorpresa de escucharlas, un profundo mensaje sobre el comportamiento de las estructuras de hormigón.
Hipódromo de la Zarzuela. Ing E. Torroja, año 1936. (En uso) | Fuente: Tus ciencias sociales
Las estructuras se comportan como se arman no como se calculan.
Esta frase es sorprendente porque contradice la intuición pero ¡ojo! que
“a la intuición se la conoce como una buena amiga y no tiene porqué serlo”
que diría José Calavera1…
Una estructura se comportaría como dice el cálculo, si el cálculo fuese perfecto y la armadura la dispusiéramos ajustada también al resultado. Pero esto no suele pasar, ni los cálculos son perfectos, ni la armadura se dispone de forma exacta.
La estructura se acaba comportando como se armó. Y eso es por su tremenda capacidad de buscar hasta el último resquicio en cualquier parte de la viga para seguir resistiendo.
Una viga de hormigón trabaja como un equipo: Si una sección no puede aumentar su esfuerzo, las demás asumen los siguientes incrementos. Como un buen equipo, en que los más cansados no se rinden y los más frescos asumen el trabajo extra. Esto también supone un esfuerzo del más cansado, que no puede dejar de correr pero se pone en una posición más cómoda (a remolque).
En una viga de hormigón, este juego de resistencias supone que las cargas se acumulan en las secciones más resistentes, y no en las secciones que indica la resistencia de materiales. Así pues podemos jugar con la ley de flectores simplemente cambiando la armadura de sitio.
Para entender el fenómeno llevemos el juego hasta el extremo
En una viga continua en la que solemos disponer armadura en negativos en apoyos y en positivos en centro de vano, te propongo poner toda la armadura, por ejemplo, en la cara inferior…
“¡Pero en mi casa no! Mejor en laboratorio…”
Probablemente esta viga sin armadura de negativos en apoyos sufra una brusca rotura en apoyos pero también probablemente no colapse. Os explicamos el resultado de este juego en una píldora extraída del curso de Números Gordos.
Cuanto menos acero lleva el hormigón mejor se comporta
La frase parece querer decir…
“¡Quitad armadura, por dios, que lo dice Torroja!”
En realidad la frase es un intencionadamente dramático de la siguiente:
“Una sección de una viga cuanto más canto tiene, menos armadura necesita y más dúctil es, es decir, mejor se comporta.”
Si para darle fuerza dramática hacemos un malintencionado corta-pega, obtenemos la divertida frase. Y lo que se quiere enfatizar es:
“¡Aumentad el canto, por dios, que lo dice Torroja!”
Y haciendo que la sección necesite poca armadura tenemos una sección dúctil.
La ductilidad2, esa sí que es una buena amiga, sin paliativos, ya que nos proporciona tres grandes ventajas:
– Nos avisa de la rotura deformándose mucho antes de romper (no confundir con la flecha que se calcula en servicio)
– Nos permite redistribuir esfuerzos en vigas. Sin ductilidad no podemos jugar al juego que trabajar en equipo. Si la sección débil no es dúctil, no podrá deformarse para hacer que las secciones adyacentes asuman su esfuerzo.
– Es la propiedad indispensable para disipar esfuerzos sísmicos.
Entre las habilidades que ha de tener un buen consultor de estructuras no solo está saber ductilidad, también debe tener por ejemplo, orden de magnitud, control de la precisión de su trabajo, etc. Pero estos temas los abordaremos y desgranaremos próximamente así como otras habilidades que debe mostrar, bajo mi juicio y experiencia, un buen consultor.
Juan Carlos Arroyo (ingenio.xyz) ingeniero de caminos.
Madrid, Mayo 2017
Notas:
1. José Calavera Ruiz es un catedrático e ingeniero de Obras Públicas y de Caminos español. Conferencia en la UPC: “Intuición y cálculo estructural”
2. Si queréis saber más sobre la ductilidad y cómo calcularla, (os aseguro que es fácil y útil) podéis obtener más información en los cursos de estructuras de ingenio.xyz.
Una casa, que fue pensada para ser modelo de arquitectura sostenible, ha causado zozobra entre autoridades locales, agentes inmobiliarios y asociaciones de arquitectos. ¿La razón? Por haber sido construida con materiales que aportan valores inéditos.
Sarah Wigglesworth y Jeremy Till, arquitectos
A la hora de reflexionar sobre la vivienda-estudio que se han construido la pareja de arquitectos Sarah Wigglesworth y Jeremy Till, inevitablemente nos viene a la memoria aquellos años que compartimos con ellos dando clases de proyectos en Londres. Como si ya Sarah y Jeremy estuviesen adelantando a sus alumnos el tipo de casa que estaban gestando, uno recuerda perfectamente cómo hablaban a sus alumnos sobre la necesidad de valorar la tecnología más doméstica. Ellos provocaron en la escuela de arquitectura un interés por experimentar con aquellos materiales de construcción que no requieren aporte de energía durante su elaboración y por aprender de las técnicas tradicionales para desarrollar sensibilidades medioambientales.
La fachada a la vía del tren está construida con gaviones hormigón reciclado, sacos de arena, y reutilizando viejas traviesas en marcos de ventanas | Fotografía: Paul Smoothy
Nuevos datos en el programa.
Entre los datos de partida del proyecto, una mezcla entre vivienda y lugar de trabajo que requería dos dormitorios, un salón, un comedor, una biblioteca, un estudio para seis arquitectos, una cocina, y unos cuartos de baño; también se consideró la energía utilizada en la construcción y en el mantenimiento de la casa.
La construcción de edificios en Europa significa el 50% del consumo de materia prima global y la producción de materiales de construcción requiere el 22% del consumo de energía total producida. Aún más, la construcción de edificios también es responsable del 50% de la producción de CO2 que tanto agrava el cambio climático. Con estos datos en la mesa, Sarah y Jeremy se sintieron obligados a encontrar un modelo de vivienda sostenible en un entorno urbano, empezando por buscar tecnologías y materiales que redujesen el impacto medioambiental en términos de toxicidad y de consumo energético durante su producción.
El inodoro seco con cámara de compostaje, los paneles solares, una despensa fresca con ventilación pasiva que fue construida siguiendo técnicas tradicionales de Malí, o materiales como sacos de arena, hormigón reciclado y fábricas textiles desconocidas hasta entonces en la construcción doméstica, son ejemplos de la importancia dada al reciclaje y al ahorro energético. Además, se reutilizaron viejas traviesas del tren, se instaló una caldera de gas de condensación, y dos tanques de 3.000 litros fueron previstos para la recogida de agua de lluvia para llenar las cisternas del estudio y regar la pradera de flores salvajes y fresas plantadas en la cubierta.
La casa también contó con el apoyo de diversos suministradores de materiales, conscientes de la gran publicidad que este proyecto podría representar. Ya sólo les quedaba conocer la respuesta del público, manteniendo la esperanza de que el uso de esta «tecnología de lo disponible» provocaría una concienciación medioambiental de la misma importancia a la dada cuestiones pragmáticas como la de no tener goteras.
Primera planta de la Casa de Paja (2001): 1. Callejón 2. Estudio 3. Proyección de gavión 4. Fachada de sacos 5. Fachada acolchada 6. Muro de paja 7. Estar 8. Cocina con fresquera 9. Dormitorio 10. Biblioteca-torre 11. Comedor 12. Ferrocarril
9/10 Stock Orchard Street.
La Casa de Pacas de Paja está situada en el barrio de Islington, al final de un callejón, entre una hilera de casas victorianas y una línea del ferrocarril. Determinada por las características del lugar y la orientación, la construcción adoptó forma de L, con el estudio mirando a las vías del tren y la vivienda perpendicular a ellas.
Ya antes de entrar en la casa, se nos hizo evidente la sensibilidad de la investigación que estos arquitectos han llevado a cabo. La cancela es una yuxtaposición de materiales industriales y naturales, con ramas de sauce entretejidas en un marco de acero galvanizado. El suelo de grava del porche de entrada se fusiona con la textura de los seis gaviones que soportan el estudio y que son, sencillamente, esas mismas estructuras con jaulas de alambre llenas piedras tan asociadas a los pretiles de los ríos.
En el Reino Unido, anterior al impuesto de vertido de tierras, los materiales procedentes de derribos y desechos de nuevas construcciones alcanzaban el 30% del total de residuos recogidos en vertederos y basureros ilegales. Este dato llevó a los arquitectos a comprobar que la entrega en obra de un camión de hormigón reciclado resulta más económico que el transporte a vertedero de un cargamento de tierra.
De ahí que se incorporasen en el proyecto unas estructuras de gaviones rellenos con fragmentos de hormigón reciclado. Aunque estas cajas de alambres podrían ser estructurales y soportar sobradamente el peso del estudio, la preocupación de la compañía de seguros por el comportamiento de los alambres en caso de incendio obligaron a colocar unos pilares de hormigón armado atravesando el centro de cada gavión. Entre las cabezas de esos pilares y la base del estudio que soportan se han colocado cajas de muelles para amortiguar la vibración producida por los trenes, al tiempo que aporta un suave balanceo cuando soplan fuertes vientos.
Desde el comedor, que también es la mesa de reuniones del estudio, se enmarca el paso del tren | Fotografía: Paul Smoothy
Sacos de arena.
Vivir junto a una vía del tren también implica ruido. En búsqueda de un eficiente aislante acústico para la fachada paralela a la línea del ferrocarril, los arquitectos fijaron su atención en una vieja fotografía que mostraba el ventanal de un café londinense cubierto con sacos de arena para protegerse del bombardeo aéreo alemán. Esa poderosa imagen fue interpretada en la Casa de Paja al recubrir la fachada con sacos rellenos de una mezcla de arena, cal y cemento, y que están clavados a un bastidor de madera con grapas de acero inoxidable. Con el tiempo, la arpillera del saco se desintegrará, dejando expuesto el mortero bastardo que guardará la forma del saco y la textura del basto tejido.
La fachada del estudio que mira al jardín tiene un tratamiento muy distinto al anterior, pues está envuelta con un tejido acolchado y abotonado que las brisas mantienen en continua vibración. Este original forro consistente en una manta de fibra de vidrio recubierta de silicona es, en realidad, de uso corriente en las plataformas petrolíferas del Mar del Norte. Sarah y Jeremy desearon para su estudio de arquitectura utilizar esta tecnología resistente y económica de un modo doméstico, como si se tratase de un edredón que puede ser remplazado según los gustos, para reflejar la fuerte relación entre el lugar de trabajo y su hogar.
Desde el comedor, que también es la mesa de reuniones del estudio, se enmarca el paso del tren | Fotografía: Paul Smoothy
Pacas de paja.
Otra indagación que desarrollaron los arquitectos resultó de usar pacas de paja como material aislante para envolver la fachada norte y el bloque de dormitorios. Los beneficios de este material son múltiples: Las pacas son reciclables, densas, fáciles de elevar, económicas, con baja energía acumulada en su producción, además de poseer excelentes cualidades de aislante térmico. En tan sólo tres días y medio, un grupo de amigos sin experiencia en la construcción ayudaron a Sarah Wigglesworth a colocar las 550 pacas de paja de la casa.
Si bien Sarah comprobó que las pacas podrían ser utilizadas estructuralmente, la Sociedad de Construcción Ecológica advirtió que no les concedería ayuda económica alguna de ser empleadas como muro de carga, ya que nunca se han llevado a cabo en el Reino Unido investigaciones sobre el comportamiento de este material en condiciones de alta humedad. Por otro lado, el uso de pacas está aprobado por normativas en los Estados Unidos y avalado por una historia como material de construcción en Alemania.
Los arquitectos fueron obligados a modificar en repetidas ocasiones su proyecto aún estando seguros de su validez. El motivo último por el que las normativas de edificación no contemplan ciertas técnicas y comportamientos de materiales inéditos se debe a un desconocimiento, el mismo desconocimiento que también minimizó el valor inmobiliario de la Casa de Paja. Aún con todo, la vivienda-estudio de Sarah y Jeremy ha constituido un avance en el Reino Unido por ser la primera casa de paja en cumplir con los requisitos de las normativas y obtener permiso de obra. En los dos años que han transcurrido desde su construcción, la Casa de Paja ya ha recibido numerosos premios de arquitectura, aparecido en programas de televisión y radio, publicado en prensa y revistas especializadas, y, además, triplicado su valor de mercado.
La biblioteca en forma de torre provoca una ventilación de aire fresco | Fotografía: Paul Smoothy
Halldóra Arnardóttir + Javier Sánchez Merina
doctora en historia del arte. doctor arquitecto
Murcia. Mayo 2017
En Guatemala más de un millón y medio de familias no tienen acceso a una vivienda adecuada y saludable. Arquitectura Sen Fronteiras Galicia trabaja de la mano de sus contrapartes ASIAPRODI y FODHAP para promover, bajo la filosofía de la producción social de vivienda, el derecho a un hogar digno para las personas más empobrecidas.
En noviembre de 2015 tres personas voluntarias de la ONGD AGARESO (Asociación Galega de Reporteiros Solidarios) se desplazaron hasta la costa sur de Guatemala, donde opera ASF Galicia, para rodar el documental “El derecho a un techito” que centra su atención no solo en el trabajo de ASF y sus socios en el país, si no en el porqué de esta situación, contextualizando una realidad compleja, y apoyando la idea de la vivienda no como una mercancía, si no como un derecho.
El proyecto para Estudio Vonna se construye con distancias.
Distancias con lo existente.
Distancias entre materiales.
Distancias entre espacios.
Distancias entre objetos.
Distancias entre tiempos.
Lo nuevo se separa de lo existente. Así, la carpintería del escaparate se adosa a la fachada anclándose desde el exterior, «presentando» la estructura existente, apropiándose de sus cualidades, desmarcándose de ella y poniéndola en valor. Su ejecución, su montaje y su detalle son una carta de presentación de la intervención interior.
La carpintería se pliega para alejarse de la calle y acoger al cliente en un espacio «doméstico». Su materialidad delicada se distancia del espacio desnudo que la rodea y del movimiento de la calle. El mármol que define el zócalo del escaparate interior asoma al exterior para invitar a la entrada.
La intervención sobre los materiales existentes se centra en recuperar sus cualidades más «brutas». Las baldosas de terrazo se adiamantan. Los falsos techos se desmontan y aparecen el esqueleto de hormigón del edificio y las huellas de su pasado. Las superficies se desnudan desvelando sus pliegues, sus accidentes superpuestos, dejando entrever un tiempo excavado.
En el espacio principal, los nuevos materiales se acercan a los existentes mediante elementos de unión como perfiles de latón en los despieces del mármol, listones de madera en los apoyos de la tabiquería, o anclajes en los montantes de pino del mueble de exposición de muestras.
Hay una escritura del tiempo, en la que cada línea puede ser pensada como una frontera entre dos tiempos que se bifurcan y se cruzan sin cesar. El proyecto yuxtapone en el mismo espacio dos cortes sucesivos, desvelando el espacio existente entre ellos: un espacio temporal, en el que el trazo adquiere espesor, una arquitectura construida desde la experiencia acumulada en los trazos.
Obra: Estudio Vonna calle Castelló, Madrid
Arquitectos: PYO arquitectos / Paul Galindo Pastre, Ophélie Herranz Lespagnol
Equipo: PYO arquitectos / Héctor Rivera Bajo, David Freijeiro González, Lorenzo Grieco, Jungmin Lee, Eleonora Lo Buono
Lugar: Calle Castelló, Madrid, España
Año: 2015-16
Categoría: Encargo
Estado: Construido
Superficie: 240 m2
Cliente: VONNA
Construcción: Aetas Servicios Generales SL / Ioan Bezdedan
Fotografía: ImagenSubliminal / Miguel de Guzman+Rocio Romero + pyoarquitectos.com
El Premio Juana de Vega de intervenciones en el paisaje surge del convencimiento de que el paisaje es un elemento fundamental del patrimonio de cualquier sociedad humana por incidir directamente en su bienestar físico y espiritual y por ser un recurso socio- económico de enorme potencial. Para poner en valor y mejorar la calidad paisajística del territorio, la Escuela Gallega del Paisaje de la Fundación Juana de Vega convoca el Premio como reconocimiento a aquellas intervenciones en el patrimonio natural y construido que contribuyan a mejorar la calidad de los elementos que configuran el paisaje de Galicia y sirvan de referencia social para futuras intervenciones en el mismo.
En el año 2017 se convoca el Premio en la categoría de INTERVENCIONES PRIVADAS EN EL PATRIMONIO CONSTRUIDO Y EN SU ENTORNO, que tiene como objeto reconocer aquellas intervenciones que recuperen el patrimonio construido y pongan en valor su entorno.
Pueden ser candidatos al premio: autor/eres del proyecto o de la intervención, cuyo promotor sea una persona física o jurídica de naturaleza privada.
Sólo se admitirán intervenciones realizadas en Galicia, que fueran finalizadas entre el 1 de enero de 2014 y el 31 de diciembre de 2016.
El plazo para la presentación de candidaturas estará abierto hasta el 30 de junio de 2017 y el fallo del jurado se dará a conocer en el último cuatrimestre del año.
El jurado estará compuesto por:
· Gonçalo Byrne, arquitecto.
· Begoña Bás López, profesora de la Universidad de A Coruña y etnógrafa.
· Fátima Braña Rey, profesora de la Universidad de Vigo en el área de Antropología social.
· Marilar Aleixandre, profesora de la Universidad de Santiago, escritora y académica de la Real Academia Galega.
· Covadonga Carrasco, arquitecta.
· João Nunes, arquitecto paisajista.
· Francisco Leiro, pintor y escultor.
· Isabel Aguirre de Urcola, arquitecta e directora da Escola Galega da Paisaxe.
· Enrique Saéz Ponte, presidente de la Fundación Juana de Vega.
El premio tendrá una dotación económica de 6.000,00 €. Además, los premiados recibirán un diploma acreditativo.
A criterio del jurado podrán concederse dos accésits, dotados cada uno de ellos con un diploma y una cantidad económica de 1.500,00 €.
Consulta toda la información en las bases y la convocatoria 2017.
Aparte del origen o del sustrato cultural común, las ciencias de la complejidad comparten ciertos rasgos comunes con la arquitectura que surge en la década de los años 60 y que podemos seguir hasta hoy día, que refuerzan precisamente esa base tanto cultural como social. En pocas palabras podríamos decir que las ciencias de la complejidad y las reflexiones teóricas y las prácticas arquitectónicas, comparten un origen y un camino. Siguiendo la estela de la Escuela de Bruselas liderada por Ilya Prigogine parece pertinente construir una mapificación de lo común entre ambas disciplinas.
Aquello que aglutina a las ciencias de la complejidad, que estructura una lógica común y constituye un sustrato cultural sobre el que se funda el paradigma de la complejidad, pude concluirse en una serie puntos:
1. La desamortización de ciertos paradigmas de la ciencia clásica.
Mientras la ciencia tal como se había entendido hasta ese momento privilegiaba la búsqueda del orden, del determinismo, la regularidad, la estabilidad y previsibilidad de la naturaleza, es decir un cierto comportamiento sólido del cuerpo de conocimiento, las ciencias de la complejidad tienen un comportamiento más bien líquido: buscan la no-linealidad, la indeterminación, el desorden y la irreversibilidad.
La aspiración de la ciencia clásica, en paralelo a aquello que buscaba el movimiento moderno, era descubrir lo inmutable, lo permanente, aquello que trasciende a lo aparentemente cambiante. Por tanto las leyes universales de la dinámica clásica fueron conservadoras, reversibles y deterministas. La definición de un estado del sistema y el conocimiento de la ley que rige la evolución de dicho sistema, permitían deducir, con la certeza y la precisión de un razonamiento lógico, la totalidad, tanto de su pasado como de su futuro. Todo este modelo de pensamiento es lo que entra en crisis, toda la idealización del mundo que enmarca el conocimiento científico empieza un proceso de desamortización, se pone en cuestión y se estructura un estado de opinión cada vez más reacio a esa visión, a medida que surgen los avances que apuntan a la dirección contraria.
2. La irreversibilidad y la no-linealidad como definición de lo común de la realidad.
El tiempo como algo mutable y con capacidad para hacer mutar es la característica más evidente, común a las ciencias de la complejidad. Todavía más resumido, se puede decir que se introduce el vector tiempo de la ciencia –al igual que se introduce el vector tiempo en arquitectura-.
En un mundo determinista, el mundo de mañana está contenido en el mundo de hoy. El paso del tiempo es puramente instrumental. Con la termodinámica, surge el desafío a la física clásica; la segunda ley hace una clara diferencia entre los procesos reversibles e irreversibles, que introducen el tiempo y la historia en el centro de las consideraciones científicas.
«En este fin de siglo, somos cada vez más los que estimamos que las leyes fundamentales son irreversibles y aleatorias, mientras que las leyes deterministas y reversibles, de las que no discutimos su existencia, no se aplican más que a situaciones límite: procesos ejemplares en el sentido en el que lo son los cuentos simplificados que les presentamos a los niños antes de confrontarlos con problemas reales».1
El vector tiempo como algo intrínseco de la realidad y por tanto como motor de transformación que la nueva ciencia recoge, se contradice con la comprensión incompleta que la física clásica hace del universo y
«el precio que se pagó por ella fue idear un reino intemporal, divorciado de la experiencia humana».2
3. La lógica evolutiva en la ciencia.
Las ciencias de la complejidad en su conjunto buscan en los procesos irreversibles otra clave distinta para comprender la naturaleza, entendiendo el mundo como un ente poblado de vida que es capaz de evolucionar e innovar, una vida cuyo comportamiento no puede considerarse previsible ni controlable. Para Prigogine, las leyes de la naturaleza no están todas dadas desde el principio sino que evolucionan al igual que lo hace la vida sobre la tierra. A medida que el comportamiento de la naturaleza se hace más complejo aparecen bifurcaciones, amplificaciones, fluctuaciones y emergen nuevas leyes. Según Prigogine
«las raíces de lo biológico se hunden en la materia mucho antes de lo que hubiera podido imaginarse».3
La lógica evolutiva se establece así a partir del papel activo de la irreversibilidad, la creación de un orden por fluctuaciones, la historicidad, y el papel del pasado introducido por el orden de la sucesión de las bifurcaciones que conducen a una estructura. Esto último podría decirse sin cambiar una coma del hecho proyectual arquitectónico contemporáneo.
4. La autoorganización como comportamiento común.
En 1977 Ilya Prigogine recibió el Premio Nobel de Química gracias al descubrimiento de las estructuras disipativas, estos fenómenos originan comportamientos espontáneos coherentes. Descubrió que a nivel molecular en los sistemas alejados del equilibrio, emergen nuevos órdenes y por tanto surgen fenómenos de estructuración con un alto nivel de cooperación. Se trata en definitiva de un tipo de organización muy extendida en la naturaleza, que presentan comportamientos periódicos en el tiempo y rupturas espontáneas de la homogeneidad espacial. La materia en equilibrio es insensible a ciertos cambios, sin embargo la materia que está lejos del equilibrio detecta las minúsculas diferencias, que son esenciales para la construcción de un sistema altamente coherente. A estos sistemas se les reconoce cierta autonomía y se les atribuye un comportamiento autoorganizado. Igualmente el estudio de otros sistemas ha corroborado que existe un alto grado de autoorganización de sus constituyentes, comportamiento este que en la ciencia clásica podía ser detectado como azaroso o puramente caprichosos. Lo que la autoorganización nos cuenta es que existen modelos de orden complejo que solo aparentemente nos pueden parecer desestructurados e informes.
5. Un nuevo cuerpo teórico.
El manejo de conceptos como inestabilidad, sensibilidad a las condiciones iniciales, bifurcaciones, fluctuaciones, turbulencias, sistemas alejados del equilibrio, auto-organización, etc., obliga a manejar igualmente un nuevo cuerpo teórico. Al igual que lo ocurrido en la arquitectura, la ciencia se ha abierto a toda una compleja red de principios, teorías y estructuras mentales nuevas que permiten avanzar e innovar en un nuevo territorio mental. Desde los años 60 las disciplinas que fluctúan alrededor de las ciencias han emprendido un fascinante camino, no exento de riesgos y tropiezos, hacia una comprensión profunda de la naturaleza.
6. La tematización del tiempo como categoría fundamental.
«El desarrollo espectacular de la física de no-equilibrio, de los sistemas dinámicos inestables, asociados a la idea de caos, nos obligan a revisar la noción de tiempo que se formuló desde Galileo. Después de tres siglos, la física ha vuelto a encontrar el tema de la multiplicidad de los tiempos. La física de hoy no niega el tiempo; es más, reconoce el tiempo irreversible de las evoluciones hacia el equilibrio, el tiempo bifurcante de las evoluciones por inestabilidad y hasta el tiempo microscópico que manifiesta la indeterminación de las evoluciones físicas y microscópicas».4
La evolución forzada de las ciencias así como también de la arquitectura a partir de los años 60 podría resumirse en la introducción del vector tiempo no como elemento de reflexión subsidiario, sino como eje principal de rotación alrededor del cual pensar, reflexionar, teorizar. El tiempo ha devenido un fertilísimo ámbito de reflexión y ha entrado plenamente en resonancia tanto con las disciplinas científicas, como con las arquitectónicas.
7. El fin de las certidumbres.
Una de las consecuencias de la aplicación del vector tiempo en las ciencias es el derrumbe estruendoso de la certidumbre, de la verdad mantenida en el tiempo, de la proyección de un futuro verdadero a partir del conocimiento de la realidad presente. La novedad, la elección, la actividad espontánea eran sólo apariencias relativas al punto de vista humano y por su condición subjetiva eran inmediatamente rechazadas o minoradas. Sin embargo, hoy se sabe que no se pueden prever con certeza los caminos de la naturaleza: la parte accidental es irreducible. Pequeñas diferencias, fluctuaciones insignificantes, pueden invadir todo el sistema y engendrar un nuevo régimen de funcionamiento, una catástrofe. La predicción que podemos hacer del futuro es una mezcla de determinismo y probabilidades.
«El futuro es incierto, más incierto aún de lo que hacía presagiar la mecánica cuántica tradicional con la relaciones de incertidumbre de Heisenberg».5
Este modo de mirar a la naturaleza es un verdadero reconocimiento de sus posibilidades creativas y un campo abierto a la autoconstrucción de la identidad, ya sea la identidad científica, arquitectónica o personal.
Si no hay certidumbres, no hay una guía infalible que me lleve de la mano hacia aquello que hay que ser y aquello que hay que hacer. Estamos en proceso constante de elección y reinvención y la sociedad de principios de los 60 fue consciente del derrumbe de las certidumbres y por primera vez coloco la lógica del sujeto por encima de la lógica del objeto.
8. Una Ciencia Open Source.
Las ciencias de la complejidad han liberado al científico de una racionalidad cerrada. Estos están ahora abiertos a lo imprevisto, al diálogo con una naturaleza que no puede ser dominada con una mirada teórica, sino solamente explorada. Lo inesperado conlleva una doble actitud, La vigilancia y la capacidad de sorpresa. En cualquier momento, en la lectura más aparentemente anodina puede saltar una idea, una reflexión de valor, una construcción mental. Obviamente esta chispa debe ser tratada mediante un proceso necesariamente exigente, duro y a veces frustrante. Algo muy parecido ocurre en la arquitectura.
Si no mantenemos una actitud de vigilancia sobre los detalles y no ejercitamos nuestra capacidad para ser sorprendidos, las oportunidades pueden pasar por delante de nuestras mentes sin percatarnos de ello. Según Prigogine,
«la actividad humana, creativa e innovadora, no es ajena a la naturaleza. Se la puede considerar una ampliación e intensificación de rasgos ya presentes en el mundo físico, que el descubrimiento de los procesos alejados del equilibrio nos ha enseñado a descifrar».6
Una mentalidad abierta es hoy una necesidad. Un modelo abierto de aprendizaje es hoy garantía de posibilidad. El modelo que nos ofrece la naturaleza –que somos también nosotros mismos-, es un modelo donde no hay otra lógica final que el proceso abierto, alimentado por fuentes externas y retroalimentado por procesos internos, abierto a que en cualquier momento cualquier recurso entre en escena y aporte un salto de valor a nuestras ideas. Lejos de la rigurosidad del científico clásico, las ciencias de la complejidad han convertido al científico en un agente creativo de primer orden, capaz de manejar una ciencia de código abierto.
9. Una geometría compleja para una ciencia compleja.
Ciencia y Geometría siempre han ido de la mano. Los modelos científicos han sido acompañados de modelos geométricos en un dialogo constante y fructífero. Desde la antigüedad, en el álgebra, ilustres geómetras fueron desarrollando un aparato analítico de considerables dimensiones. Thales de Mileto fue capaz de predecir los eclipses. A Pitágoras de Samos se le atribuye el descubrimiento de la inconmensurabilidad de la hipotenusa de un triángulo rectángulo. Aparecen elementos nuevos dentro de la Geometría, con los números irracionales capaces de representarla por medio de relaciones de división no exacta de segmentos de una misma recta. La Geometría se enriquece con elementos que no podemos medir, acaso no podemos ni tan sólo imaginar, pero que se encuentran de forma ubicua en los objetos y relaciones geométricas. Ya sabemos como Matila Ghyka investiga el número de oro y la sección áurea y como ciertas geometrías parecen describir el comportamiento de la naturaleza.
Con la aparición de las ciencias de la complejidad, la geometría ha dado un nuevo salto hacia adelante. Lejos de representar la realidad mediante formas idealizadas, la geometría compleja se estructura desde la idea del comportamiento. Fractalidad, pliegues, atractores extraños, bifurcaciones, etc., la geometría compleja esta menos acotada a un modelo o a una idealización pero a su vez es más libre en sus soluciones temporalmente definidas.
En esencia la geometría subyacente en las ciencias de la complejidad es una geometría viva, abierta, al igual que D’Arcy Thompson intuyera, evolutiva y al igual que Robert le Ricolais investigara, cambiante. La geometría se enfrenta así a la lógica del tiempo entendiendo que no hay una geometría definida para siempre sino que hay que enfrentarse a una geometría en constante proceso de transformación. De esta manera aquello que es crítico para la geometría compleja no es la definición de sus contornos, sino la parametrización de su comportamiento y la concreción de sus algoritmos. La geometría compleja hoy es una realidad programada que activa no una forma concreta, sino el comportamiento de dicha forma a lo largo del tiempo. Al igual que un código genético pauta las formas en términos potenciales y el medio las acaba perfilando hasta convertirlas en forma la ciudad y su arquitectura, la geometría compleja se debate entre lo potencial y lo cinético, entre lo ideal y lo contingente.
La geometría compleja asume lo que José Ballesteros afirma en Ser Artificial al referirse a la forma:
«No solo la materia es imprecisa, por sus delimitaciones destinadas a la asunción de la probabilidad y sus características inconstantes, sino que las alteraciones de la materia también lo son».7
Baste cambiar materia por forma y forma por geometría, en una secuencia íntimamente ligada y obtenemos una resumidísima definición de un comportamiento propio de la geometría compleja.
En definitiva, más que hablar de geometría, lo más propio sería hablar de genética de la forma, tal como Manuel Gausa define este concepto en el Diccionario Metápolis de Arquitectura Avanzada:
«la asunción de una sistematización elástica –topológica- de la forma –léase geometría-, en ciertos procesos de generación abierta, anuncia lo que se denomina una nueva genética de la forma basada en la programación de sistemas dinámicos fluctuantes en campos de fuerzas dinámicos a su vez, destinados a evolucionar –simulados, orientados, inducidos y materializados- a partir de procesos espaciales desarrollados en el tiempo».8
Los paralelismos entre las reflexiones de los arquitectos desde la década de los 60 y los principios o lógicas comunes entre los diferentes ámbitos de la ciencia aunados bajo el paraguas de las ciencias de la complejidad son evidentes.
La idea de una teoría abierta, – Eisenman y Prigogine-, el valor del contexto como sustrato de un comportamiento futuro, –Venturi y teorías como la Hiposis Gaia de Lovelock- la idea de proceso más que de resultado, – Jacobs, Venturi, Eisenman y todas las teorías de las ciencias de la complejidad-, el surgir de nuevas herramientas conceptuales –el diagrama y más tarde el ordenador y como no, los cibernetistas-, etc., moldean un rico y fértil sustrato cultural común entre la arquitectura que asume la condición compleja y las ciencias de la complejidad, una alianza de fructíferos resultados que arranca en los tiempos convulsos de la década de los 60.
Miquel Lacasta. Doctor arquitecto
Barcelona, diciembre 2012
La caja de cristal supuso la expresión más evidente de las tesis de la modernidad. La técnica y los nuevos materiales permitían la revelación de
«un nuevo mundo -adecuado, transparente, cristalino, eléctrico-, en oposición a la condición -subterránea, sucia de carbón-, que caracterizaba al trabajo victoriano».1
La arquitectura establece un orden. Si bien Mies construye a finales de los años veinte una idea prístina del resurgir alemán tras la Primera Guerra Mundial, años más tarde en España arquitectos como Alejandro de la Sota, Corrales y Molezún o Francisco de Asís Cabrero en Madrid, se encargarían de fabricar la heroica pátina moderna que habría de representar al régimen desde los populares boletines del NODO.2
El Pabellón de Cristal de Francisco de Asís Cabrero ha sido comparado de manera reiterada con la obra de Mies, cuya obsesión en palabras de Alberto Campo Baeza fue la de
«ofrecer a la humanidad la caja de cristal».3
Concretamente con el proyecto para el Convention Hall de Chicago, 1953-54, tanto por las grandes dimensiones como por la definición del espacio vacío a través de una estructura metálica de gran canto. Sin embargo muchas son las diferencias entre estos dos hercúleos proyectos: estructura unidireccional vs bidireccional; geometría rectangular vs cuadrada; sencilla construcción vs tecnología refinada; y en nuestra opinión, el desacuerdo más revelador de entre todos ellos: el establecimiento elevado vs semienterrado del plano horizontal.
Mies presenta un plano principal rehundido respecto el nivel de la plaza exterior, generando un espacio introspectivo aislado visualmente del exterior4. Cabrero, consciente de la posición privilegiada de la caja de cristal, eleva el plano principal una planta sobre el nivel de acceso, generando un observatorio mirador sobre la cornisa y origen de la ciudad de Madrid.
Fotomontaje, Mies van der Rohe, Convention Hall de Chicago, 1953-54 (MOMA)
El acceso por la fachada Oeste permite recorrer longitudinalmente el espacio expositivo y alcanzar finalmente el ventanal Este desde el que contemplar la ciudad dorada a la luz del atardecer5. El Pabellón de Cristal se establece entonces no solo desde el orden técnico o el orden cultural, sino desde el orden paisajístico como lo hicieran el Partenón o la Galería Nacional de Berlín. Como si cada decisión de proyecto determinara una clase especial de orden y cada orden remitiera a un principio esencial más allá de nuestro espacio y nuestro tiempo. Los principios del orden.
Miguel Ángel Díaz Camacho. Doctor Arquitecto
Madrid. Abril 2015. Autor de Parráfos de arquitectura. #arquiParrafos
2 En el periodo 1958-64 se terminan obras seminales como el Pabellón de los Hexágonos de Corrales y Molezón, el Gobierno Civil de Tarragona o el Gimnasio Maravillas de Sota, y el edificio Arriba o el Pabellón de Cristal de Cabrero, éste último conviviendo en extraña distopía con el de Corrales y Molezún en la casa de Campo de Madrid.
3 Alberto Campo Baeza, «La Idea Construida«, Buenos Aires, Librería Técnica CP67, 2000, «Reflejos en el ojo dorado de Mies van der Rohe. Sobre el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo en Madrid de Francisco de Asís Cabrero», págs. 88-91.
4 El conocido fotomontajede la estructura superior de la que cuelga la bandera estadounidense sobra las cabezas de cientos de personas con pancartas, muestra a las claras la construcción de un espacio ensimismado, delimitado por un cerramiento opaco de mármol negro.
5 El proyecto fue rehabilitado por el estudio Entresitio entre 2006-14 respetando los elementos identitarios del proyecto original.
La obra de los arquitectos Herzog & de Meuron es por todos conocida y ha sido ampliamente publicada en numerosas monografías y revistas. Sin embargo, rara vez los arquitectos se han prodigado con la escritura. Engañosas transparencias es el primer libro de ensayo escrito por los arquitectos suizos, quienes, después de una visita a la casa Farnsworth de Mies van der Rohe, abordan el tema de la transparencia como forma de expresión en la arquitectura y en el arte, esforzándose por entender las intenciones y las opiniones que ocultan los más importantes arquitectos y artistas.
Jacques Herzog y Pierre de Meuron reflexionan sobre la estrategia del engaño de la transparencia a través de obras destacadas de importantes artistas y arquitectos del siglo XX. Los nombres de los arquitectos y los artistas que aquí relacionamos entre sí seguramente nunca se hayan reunido hasta ahora en una lista común: Bruno Taut, Iván Leonídov, Marcel Duchamp, Mies van der Rohe, Dan Graham y Gerhard Richter. Sin embargo, sí que hay algo que los une: su obra marca las etapas decisivas en la evolución desde la modernidad hasta los tiempos contemporáneos.
Jacques Herzog y Pierre de Meuron fundaron Herzog & de Meuron en Basilea en 1978, un estudio que, con el paso de los años, se ha ampliado a un equipo internacional de socios y colaboradores que en la actualidad trabajan en proyectos en Europa, América y Asia. El estudio tiene su sede principal en Basilea y cuenta con delegaciones en Hamburgo, Londres, Madrid, Nueva York y Hong Kong. Herzog & de Meuron han diseñado un amplio abanico de proyectos, desde la pequeña escala de las casas unifamiliares hasta la grande de proyectos urbanísticos. El estudio, conocido por sus proyectos públicos culturales y por su colaboración con artistas, ha recibido numerosos premios, entre los que se incluyen el Premio Pritzker (2001), la Medalla de Oro del RIBA (2007), el Praemium Imperiale (2007) y el Mies Crown Hall Americas Prize (2014).
En el origen del proyecto, y como elemento activador, está la recuperación del nivel original de la calle, perturbado por el agresivo relleno de los años ochenta. Esto propicia una transición lógica y natural con la Finca del Marqués, y por extensión, con la ría y con el Atlántico.
El desplazamiento vertical de la rasante permite la disposición de dos niveles longitudinales superpuestos: es decir, propicia la disposición de dos calles superpuestas, aunque abiertas al poniente, como si de un edificio de dos niveles se tratase.
La doble naturaleza del espacio se manifiesta también en los usos. En un primer sentido, el más prosaico o funcional, la doble calle se comporta como un espacio de circulación y aparcamiento a dos niveles: este será su uso, por así decirlo, “en los días de diario”.
Pero en un segundo sentido, el más poético o festivo, la sección transversal se transmuta en uno “Doble Espacio”, y abre posibilidades de usos alternativos ahora sólo latentes: de mercados a cubierto o al aire libre, de ferias del libro o gastronómicas, de asambleas o reuniones del vecindario, de debates, de juegos y de reuniones. En definitiva, de eventos públicos y sociales de variadas condición y naturaleza.
Todos estos usos, propiamente de estancia y de dimensión pública, pueden ser ahora los puntuales protagonistas de la doble calle dedicada al juez Falcone, en una mutación optimista del espacio público que abre posibilidades latentes hoy adormecidas.
Obra: Reformulación de un ámbito público, aparcamiento en la calle Xuíz Falcone. Doble calle – doble espacio.
Autores: Salgado e Liñares arquitectos.
Arquitectos redactores: Alfonso Salgado Suárez e Francisco Liñares Túñez.
Ingeniero: Manuel Liñares Túñez.
Equipo de trabajo: Carla Agra García, arquitecta, Miguel Ángel Raposo Rodríguez, engeniero técnico industrial, Sergio Sánchez Alcalde, delineante, Jaime Novoa Míguez, arquitecto, Francisco González Varela, aparejador.
Fecha de inicio: 15 de enero de 2015.
Fecha de finalización: 25 de mayo 2016.
Localización: Rúa Xuíz Falcone, concello de Noia. Galicia. España
Presupuesto de obra: 693.161,16 EUROS
Promotor: Concello de Noia.
Construcción: Por administración.
Suministro de piedra: SOGRANI. Sonense de Granitos SL.
Fotografía: Héctor Santos-Díez | BISimages + salgadoeliñares.com
Smartify es una app que nace con el objetivo de vincular el arte a visitantes y museos de todo el mundo, ofreciendo la posibilidad de conocer datos sobre la obra como autor, dimensiones, vídeos relacionados, en definitiva conocer su historia, según explican sus creadores, Thanos Kokkiniotis, Anna Lowe, Ron Vrijmoet y Nick Mueller.
El funcionamiento de la app reside en el algoritmo encargado de registrar cada cuadro, tarjeta o fotografía donde aparece una obra de arte; ya que la aplicación es capaz de reconocer la obra tanto en soportes físicos como on line.
«Smartify toma una muestra de la obra en cuestión y la envía a los servidores que procesan la imagen y deciden de qué objeto o pintura se trata.»
Otra de las particularidades de esta app es que utiliza la realidad aumentada y un proceso de machine learning, es decir, la identificación no se realiza buscando en una base de datos, sino comparando entre toda la información existente y determinando el mejor resultado.
Para integrar las miles de obras de los principales museos del mundo en la app, los creadores de Smartify han contado con la ayuda de especialistas y socios del Louvre, el British Museum o el MOMA de Nueva York. La nómina de entidades colaboradores de la aplicación ha ido aumentando y ya con museos como el Laguna Art Museum de California, el Cartoon Museum de Londres y dos ferias de arte (Sluice y Accesible Art Fair).
«Una vez detectada la obra el sistema ofrece al usuario información relacionada, incluyendo críticas y comentarios, historia, vídeos o información biográfica sobre el autor. «
La capitalidad de la nación fue un asunto fundamental para el régimen de Franco. La duración sostenida del frente de Madrid desde los últimos días del año 1936 hasta el final de la guerra había provocado considerables daños materiales, especialmente en la zona oeste de la capital —Ciudad Universitaria, barrio de Moncloa, Gran Vía— cuya reparación se convirtió en asunto de máxima urgencia. En cualquier caso, la reconstrucción de la ciudad no era prioritaria por razones puramente materiales. En los afanes del régimen, Madrid era un símbolo,
«capital digna de la nueva España Una, Grande y Libre, de la España imperial forjada por el Generalísimo, por el Ejército, por las Milicias y por la retaguardia a fuerza de acero, a fuerza de sangre y de sacrificios»1.
Madrid era la alegoría construida —destruida, en este caso— de los estragos causados por el bando perdedor y a la vez, símbolo del nuevo poder centralizado, representativo y unificador de las ideas imperiales del régimen. El objetivo de los primeros años de la posguerra era, de forma un tanto utópica la reconstrucción, no solo física sino sobre todo espiritual, de la capital. Este esfuerzo, pese a sus evidentes dificultades, acabó conformando buena parte de la fisonomía actual de la ciudad.
Lo cierto es que a mediados de la década de 1940, una vez conseguida cierta estabilidad, era inevitable que los planteamientos herméticos del gobierno empezaran a suavizarse. La 2ª Guerra Mundial había terminado con los aliados naturales de Franco y esto planteaba al régimen la necesidad de establecer relaciones con los países vencedores. La política autárquica con la que España se blindó en los primeros años de la posguerra no se podía prolongar eternamente y se planteó la posibilidad de organizar un evento que supusiera una manera inmejorable de invitar a los vecinos a casa para, por una parte, retomar relaciones diplomáticas y, por otra, demostrar la buena marcha de la recuperación del país.
La Vanguardia, 30 agosto 1946
Con estas premisas, en 1946 empezó a cobrar forma la idea de organizar una nueva Exposición Universal en Madrid. La prensa de la época se hizo eco de este proyecto, que llegó a tener incluso localización aprobada en la Casa de Campo. Carlos Buïgas i Sans3 escribe dos artículos en La Vanguardia acerca de ello en el mes de agosto. En el segundo se permite, incluso fantasear sobre el aspecto formal del evento:
«En aquella plaza rectangular, tres fachadas limitarán otros tantos lados. Queda el cuarto; por este se ingresa. Y aquí se elevará la construcción excepcional —característica y un poco insólita— de todo gran certamen. Lo que fue Torre Eiffel en París y esfera con «trillone» en Nueva York, aquí será un globo terrestre que aparente flotar bajo la comba inmensa de muy sutil arco: la Vía Láctea.
De noche, en aquel anillo rutilarán los signos zodiacales, y el mismo globo fulgirá sobre la fosforescente nebulosa, bajo la Vía Láctea del arco sutil, que esplendará con sus innúmeros luceros.
Un arco así, en duraluminio, fino y esbelto, con 240 metros entre sus estribos se proyectó para la bellísima y «non-nata» Exposición Universal de Roma. Pero aquí se aureolaría con un simbolismo que allí no tenía. La ráfaga de estrellas —guía para navegantes— extendida sobre el mundo de sus proezas»3.
Buïgas hace referencia aquí a la Exposición Universal que debería haber tenido lugar en Roma en el año 1942, celebrando el vigésimo aniversario del régimen fascista y que se suspendió por la entrada de Italia en la Segunda Guerra Mundial. Más en concreto, al arco monumental ideado por Adalberto Libera como símbolo de la misma. De aquella exposición quedó el proyecto de urbanización del EUR y alguno de los edificios —el más conocido de ellos, el Palacio de la Civilización de Giovanni Guerrini, Ernesto Lapadula y Mario Romano— que aparecería, años después, en un artículo de ABC, firmado por Julián Cortés Cavanillas, a cuenta de la celebración de la Exposición Internacional de la Agricultura en Roma 1953.
ABC, 16 agosto 1953
Merece la pena, en todo caso, analizar brevemente la prosa utilizada. Al lenguaje críptico tan propio de los arquitectos podemos sumar el verbo cada vez más enrevesado que se convirtió en habitual en el periodismo español inmediatamente posterior a la finalización de la Guerra Civil. Así, encontramos esos términos barrocos y un tanto presuntuosos —‘fulgir’, ‘aureolar’, ‘rutilar’— que no debían de ser particularmente fáciles de digerir para el lector habitual del periódico.
El interés de Madrid por celebrar un evento de este tipo venía, en cualquier caso, de mucho antes. En diciembre de 1910 aparecía en ABC un artículo glosando la medalla de Oro en el concurso para la Exposición Universal de Madrid de 1913 —exposición que tampoco se llegó a celebrar—, concedida al proyecto presentado por Modesto López Otero y José Yarnoz Larrosa, por aquel entonces dos jóvenes arquitectos recién graduados4.
Blanco y Negro, 4 diciembre 1910
En general y tras los primeros años de posguerra, la repercusión de la arquitectura española en el extranjero era escasa, en parte por falta de medios a la hora de ‘exportarla’ y quizá, en parte, por falta de interés en los propios arquitectos españoles. Seguramente, desde el extranjero se veía a España como un país aislado, anclado en el tiempo y sin mucho interés para las vanguardias. Y dentro, a nivel de la población general -y sin duda de parte de la crítica-, existía un cierto sentimiento de exaltación de lo propio y desconfianza en lo que venía del extranjero, así que estas oportunidades de medirse con arquitecturas de otros países resultaban poco atractivas.
De la Expo de 1954 nunca más se supo. Es probable que las circunstancias económicas y la falta de apoyo internacional acabaran por enterrar el proyecto. Quizá se detectó, con evidente sensatez, que los recursos que se habrían de destinar al acontecimiento podían derivarse a causas más urgentes. Lo cierto es que aquel proyecto despertó en cierto modo el interés del país por un evento en el que medirse con sus vecinos. A falta de invitación oficial para participar en el recién nacido Festival de Eurovisión, España decidió enviar a un equipo de jóvenes arquitectos a construir un pabellón en la exposición que se celebraría en Bruselas en 1958.
De cómo ese pabellón, firmado por José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún, se convirtió en la presentación oficial de España en la modernidad arquitectónica europea se ha escrito mucho. De que Madrid nunca abandonó el anhelo por organizar un evento global que sacudiera cierto complejo de inferioridad se ha escrito aún más. El actual estado ruinoso del edificio de Bruselas puede verse, en el fondo, como una dolorosa metáfora del estado de las aspiraciones universalistas de este
“poblachón manchego”.
Alberto Ruiz. Arquitecto, docente e investigador.
Madrid. Abril 2017.
Notas:
1. Discurso del alcalde Alberto Alcocer del 30 de marzo de 1939, recogido en BOX, Zira. «El cuerpo de la nación. Arquitectura, urbanismo y capitalidad en el primer franquismo».
2. Carles Buïgas i Sans, arquitecto e ingeniero es conocido, principalmente, por el diseño de la fuente de Montjuich para la Exposición Universal de Barcelona en 1929.
3. Buïgas i Sans, Carlos. “Fragmentos de un proyecto”. La Vanguardia, 30 de agosto de 1946.
4. ABC “La Exposición Universal de Madrid de 1913”. 4 de diciembre de 1910
«En el ballet las bailarinas danzan comúnmente sobre las puntas de sus pies. A primera vista este comportamiento parece tanto artificial como sin sentido. Para entender un aspecto tan importante del ballet uno debe investigar la naturaleza y el significado de lo vertical en la vida humana.»
En la lejana África de hace siete millones de años los primeros homínidos, nuestros antepasados más remotos, tuvieron que enfrentarse a un cambio climático extremo. A un calentamiento medioambiental de escala global que produjo como consecuencia una paulatina y severa disminución de la masa forestal. El hábitat natural, principalmente arbóreo, se transformó entonces de forma significativa, formándose en poco tiempo un paisaje de grandes e inseguros espacios abiertos.
Los vestigios encontrados permiten concluir que ante tan importante desafío vital aquellos primeros primates cuadrúpedos, aquellos que no tuvieron más remedio que descender de los árboles y adaptarse al rigor de las extensas superficies para seguir viviendo, optaron de manera instintiva por cambiar su postura frente al medio y empezaron a caminar erguidos sobre la tierra.
Aquellos supervivientes consiguieron evolucionar, quién sabe si por azar o por necesidad, gracias a un nuevo y eficaz modo de enfrentarse al mundo; abandonaron la horizontal y se transformaron en seres verticales, dieron el gran salto a la bipedestación.
De hecho se ha podido comprobar que la posición bípeda resultó ser muy conveniente en tan vulnerables condiciones de vida.
La nueva presencia vertical les facilitó otear el horizonte por encima de la vegetación en busca de refugio o depredadores. Les permitió, a su vez, que los diferentes individuos tuvieran la oportunidad de transportar instrumentos y objetos, o incluso a sus crías, con las manos, liberadas definitivamente de la función locomotora. El movimiento, la marcha, en esas condiciones resultó ser claramente más lenta que la horizontal cuadrúpeda, pero mucho menos costosa energéticamente, lo que tuvo que ser de gran utilidad para viajar y recorrer largas distancias en la sabana, o en un hábitat más pobre en recursos que los bosques o la selva de la que provenían. Y, como gran ventaja adicional, tal cambio de postura supuso ser capaz de exponer mucha menos superficie corpórea al sol, permitiendo aprovechar el efecto regulador del viento, consiguiendo no recalentar el cuerpo en exceso y, lo que es más importante, ahorrar agua, muy escasa por aquel entonces.
Mucho tiempo después, hace aproximadamente ciento cincuenta mil años, el cercano y capaz homo sapiens, descendiente de aquellos primeros bípedos homínidos, tuvo que desenvolverse de nuevo en un clima que llevó al planeta a una generalizada desecación. Una vez más, el fuerte estímulo de superación hizo que se trasladara mucho más allá de sus fronteras naturales en busca de la supervivencia.
Aquel primer hombre fue colonizando poco a poco la Tierra y fijando los rasgos principales de nuestra especie, transformándose en un ser cada vez más evolucionado gracias a su privilegiada y poderosa verticalidad frente al mundo. Liberándose del suelo y ascendiendo perpendicularmente con respecto al horizonte en imitación al movimiento diario de los astros, pudo responder corpórea y anímicamente a la necesidad de tratar de dominar y comprender cuanto le rodeaba.
Podría decirse que éste fue el nacimiento de la más importante de las revoluciones en toda la historia humana. La actitud física y mental que supone la adopción de la vertical, su capacidad dominadora frente al espacio físico, frente a la naturaleza, puede que haya sido nuestro mayor logro como especie.
La vertical, línea que asciende no sin dificultad, aspira a algo superior. Los animales, las cosas, las presencias, yacen horizontales, tranquilas sobre la tierra, o bien se elevan perpendicularmente, liberadas de soportes innecesarios, activas y expectantes. Las impresiones cambian notoriamente. La sensación psíquica de lo horizontal provoca regularidad y sosiego, lo vertical, sin embargo, transmite emoción, búsqueda, exaltación del alma.
Un árbol, un hombre, en posición horizontal, aunque estable resulta despojado de la vida, por el contrario, en su posición alzada lanza sus ramas, su mirada, al cielo, a lo sublime, tenso hacia lo trascendente.
Con la vertical comienza la historia de la cultura humana y la conquista gradual del cielo y de la tierra. Pero nuestra verdadera historia, el origen de nuestro más importante legado, es posible que comenzara en realidad hace tan sólo treinta mil años. En ese remoto y lúcido instante en el que una primigenia voluntad resolvió la elevada necesidad de representar, exteriorizar y plasmar su pensamiento. En aquel momento en que su inteligencia supo ascender, traspasar el límite animal, y actúo para satisfacer, no ya sus instintos más primarios, sino su intelecto, su creatividad y su espiritualidad.
Hace unas semanas nos adentrábamos en el mundo de la crítica de arquitectura de la mano de Fredy Massad, y hoy avanzamos otro poco gracias a Jaume Prat Ortells (Barcelona, 1975) arquitecto por la ETSAB UPC, Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona de la Universidad Politécnica de Cataluña desde 2002. Desde entonces ha colaborado en diversos estudios de arquitectura en la elaboración de concursos y proyectos de diferente índole.
En 2007, abre un espacio propio en la red, “arquitectura entre d’altres solucions”, un lugar en el que reflexiona sobre diferentes temas arquitectónicos donde busca relacionar y expandir la disciplina hacia nuevos y perdidos ámbitos. Esta labor le ha llevado a colaborar con diferentes medios físicos y on line y recientemente a ser uno de los comisarios junto con Jelena Prokopljević e Isaki Lacuesta de la representación de Cataluña en la 15º Bienal de Arquitectura de Venecia.
¡Sin más, os dejamos con la charla que hemos mantenido con Jaume!
Jaume Prat en la casa Sonneveld | Fotografía: Jaume Prat
Como alguien que intenta alejarse lentamente del diletantismo.
Para no parecer demasiado críptico añadiré que en realidad esta faceta mía de escritor que me ha hecho más o menos merecedor de esta entrevista fue algo encontrado, producto de la necesidad de emplear el demasiado tiempo libre que me quedó al estallar la crisis de la construcción en intentar seguir siendo un arquitecto sin volverme loco por la imposibilidad de ejercer mi profesión. Así que, en realidad, me encontré con que un buen día alguien me llamó crítico sin tener demasiada idea de qué narices significaba serlo. E intento corresponder con el interés que haya podido generar profesionalizándome.
¿Qué opina de los programas y del sistema educativo actual en las escuelas de Arquitectura? ¿Qué aspectos se podrían mejorar y completar?
No puedo opinar sobre el tema de un modo consecuente por haber sido rechazado por todas las escuelas de arquitectura en las que, por proximidad, podría enseñar.
¿La “red” ha democratizado la arquitectura?
La red ha democratizado la arquitectura y, al mismo tiempo, ha atomizado la oferta causando dos situaciones paralelas muy importantes para entender lo que está sucediendo: por un lado la mercantilización y la pérdida general de interés (aunque unas pocas se libran) de las revistas de arquitectura, con un prestigio cimentado por un lado en su capacidad de generar economía y por otro en sus relaciones con el poder (entendido éste tanto como en su vertiente institucional como en su vertiente de gestión de una agenda de contactos) y por el otro la precarización del medio: grandes iniciativas generadas en la red, imprescindibles ahora para entender el funcionamiento del panorama arquitectónico del país, son deficitarias y sin perspectivas que dejen de serlo incluso a largo plazo. Así, el usuario puede escoger y escoge, pero lo que se remueve detrás de este marco de elección es un maremágnum incierto e inestable de iniciativas más o menos precarias.
¿Qué te ha aportado la “red”? ¿Y a la arquitectura?
Un altavoz, un medio donde poder expresar, desarrollar e investigar parte de mis ideas sobre la arquitectura y, lo más importante de todo, la posibilidad de conocer a gente muy interesante, algunos de los cuales se han convertido en mis amigos. También la posibilidad de que se me abran muchas puertas y poder realizar visitas a lugares o situaciones no accesibles normalmente. Y una cierta promoción profesional que no me ha permitido todavía salir de la precarización. Pero hay que ser optimista.
Bar Catalunya donde escribo casi todo | Fotografía: Jaume Prat
En un artículo reciente, Santiago de Molina escribía sobre “vivir sin maestros”, ¿podría radiografiar el panorama actual de la arquitectura española e internacional?
Sin ánimo de polemizar con Santi estoy radicalmente en contra de su afirmación. No tan sólo no vivimos sin maestros, sino que el ámbito actual de la arquitectura está agradablemente movido e interesante. Respecto de la arquitectura española: ésta se ha atomizado, dispersado en una serie de corrientes y (a veces) movimientos de una sola persona. Ha perdido centralidad y ha perdido una cierta identidad (aunque hay quien discrepe de esto). Pero, sin empezar ahora a soltar nombres, hay una serie de arquitectos más o menos repartidos por toda nuestra geografía (otro rasgo interesante) a los que podría llamar maestros, y que tendrán, y tienen, una fuerte repercusión tanto en nuestro panorama como en el panorama internacional.
Respecto del panorama internacional, arquitectos como Siza, Foster, SANAA, Herzog & de Meuron o Koolhaas, entre otros, presentan un empaque, una influencia y una capacidad de liderazgo importante.
Dos consideraciones últimas: la primera es sobre la vivienda. Estos grandes maestros internacionales están, o siguen, o vuelven a poner la vivienda en el centro del debate, lo que redunda en un aumento de calidad de su obra.
La segunda es que todos los líderes nacionales e internacionales vienen de la praxis. La teoría y la crítica están desesperadamente faltas de referentes. Incluso si pensamos en un arquitecto como Koolhaas, que escribe muy bien, basa su prestigio en la elaboración de proyectos.
Se ha comentado y debatido bastante sobre la muerte de la crítica de arquitectura, pero ¿existe realmente una diferencia substancial entre la crítica actual y la de épocas pasadas?
La principal diferencia que observo es la de las posibilidades al alcance de los críticos: nunca fue tan fácil como ahora ejercer estas críticas, ni publicarlas, ni documentarlas. La crítica de arquitectura no está muerta, ni muchísimo menos. Algunos la ejercen, y la ejercen bien. Lo que pasa es que no cuenta. O se ignora o se desprecia o directamente se niega, o algunos la matan o quieren matarla. No he conseguido vivir el antes excepto de oídas, así que no sé comentarlo. Ahora la crítica es irrelevante porque se ha querido que sea irrelevante.
¿Cuándo cree que se ha producido esa pérdida de rumbo?
Eso sí se puede datar con precisión: crítica es poder y crítica es control. Así que cuando las revistas de arquitectura (poderosas, con voluntad de control y, a su vez, férreamente controladas) perdieron la centralidad decidieron matar a la crítica por si acaso. Una especie de suicidio preventivo, no fuera que las voces alternativas se descontrolasen.
Por tanto, ¿cuál debe ser la función de un crítico? ¿Cómo debe posicionarse un crítico de arquitectura?
No sé si soy la persona adecuada para contestar a esta pregunta. La respuesta real es “como le dejen”, pero sospecho que sonará mal. Nunca me he sentido demasiado independiente.
Dos consideraciones adicionales: la primera es que es muy fácil romper la baraja. La crítica destructiva, la anulación sistemática de lo que existe, es una tentación, y es fácil hacerlo. Hay muchas cosas que funcionen mal y, demasiado a menudo, denunciarlas te puede causar problemas o, todavía peor, te puede dejar convertido en un peón, en un arma arrojadiza al servicio de alguien más inteligente que tu (siempre hay alguien más inteligente que tú) con capacidad de usar tu mala leche como instrumento de control y posicionamiento político.
Me interesa la crítica constructiva, la crítica que se puede usar como instrumento de proyecto. La crítica que cohesiona, explica, interpreta y, haciendo todo esto, es capaz de crear un diálogo. El maestro Josep Lluís Mateo (sí: acabo de dar el nombre de uno de los que considero como un maestro) siempre me dice que mi misión, o la misión de un crítico, es explicar su obra, o la obra de un arquitecto, y la misión del arquitecto es la de dar con un proyecto que pueda desmontar esta explicación. Así se va avanzando. Esto es un ejemplo fantástico de lo que creo que puede conseguir una buena crítica.
Las consideraciones sociales son importantísimas (claves), pero no sé si pertenecen al ámbito de la arquitectura como profesión o al ámbito del arquitecto, o del crítico, como ciudadano.
La Filmoteca de Cataluña de Mateo Arquitectura en uso | Fotografía: Jaume Prat
Hace poco comentaba que la “crítica” se ha desplazado de las revistas canónicas a la red ¿por qué?
Por la rotura del sistema de vasallaje propio un sistema en que los medios controlaban la difusión del mensaje. Es decir: antes se publicaba en una revista o no se publicaba. Y esto te dejaba en manos de la generosidad o de los intereses de los promotores de la revista. Ahora hay más voces y más libres en el sentido de que no están tan abiertamente controladas, o de que los agentes y mecanismos de control se han atomizado también. Y hay demanda de ello. Así que, ante el desconcierto de las revistas tradicionales, la crítica se ha desplazado a la red por esta demanda de explicaciones o de información libre.
La arquitectura, tiene abiertos muchos frentes de batalla (LSP, Bolonia, paro, precariedad laboral, COAs, ETSAs, emigración, comunicación, etc), ¿no serán demasiados para la polarización existente dentro de la misma?
En realidad la arquitectura sólo tiene abiertos dos frentes (que incluso podrían englobarse en uno solo): su pérdida de prestigio, motivada en parte por el hecho de que se la ha hecho responsable de la última y gravísima crisis económica y en parte por el desprestigio global que está sufriendo cualquier profesión basada en una formación universitaria y una miopía general de la profesión con lo que respecta a sus competencias. Es decir: no es momento de preservar las competencias, sino de reclamar las que de verdad nos corresponden, que son mucho más amplias de las que estamos defendiendo. Lo que redunda, en una especie de espiral descendiente, en esta pérdida de prestigio.
Adicionalmente: los arquitectos hemos renunciado al poder. No hay buenos arquitectos que sean ministros o presidentes del gobierno. No nos organizamos como lobby más allá de para la defensa de unos intereses espurios y miopes. Y así no hay manera. ¿Cuándo veremos a un arquitecto aspirar a la presidencia del gobierno? (pequeña nota histórica: Josep Puig i Cadafalch lo consiguió en los años 10 del siglo XX y todavía hoy en día disfrutamos de su legado, un legado que unifica política y arquitectura con una capacidad brutal, que persiste hasta hoy en día, de estructurar un territorio.)
¿Cómo ve el futuro de la arquitectura? ¿Y el de la profesión?
El de la arquitectura con enorme optimismo. Con optimismo hooligan. Vamos bien. Bien de verdad. Consideración local: no se puede abandonar a la ligera el tema de la vivienda, y hace demasiados años que esto ha ocurrido en España.
En cuando al de la profesión, ni lo sé ni me interesa. Lo bueno de estar precarizado es poder ver las cosas en perspectiva y darse cuenta de que la arquitectura es más grande que los arquitectos. Alguien lo seguirá haciendo bien. Si somos (y vuelvo al plural ni que sea porque tengo ideas al respecto) capaces de organizarnos y de recuperar el prestigio de la profesión tenemos tanto futuro como la propia arquitectura.
¿Qué opina de los que se han ido a trabajar al extranjero?
Todo mi respeto para ellos. Y todo mi desprecio para unas autoridades, o un gobierno, que ha no tan solo permitido, sino incluso alentado, que tanta mano de obra, tanta materia gris, tanta gente formada y bien formada se haya marchado de aquí. Es un problema serio de una dimensión todavía por estallar.
Jaume Prat, Igor Peraza, Rafael Aranda en Vallbona de les Monges | Fotografía: Pep Sau
¿Qué opina de los arquitectos que “emprenden” en nuevos campos?
También todo mi respeto. Esto se puede hacer de dos maneras diferentes: los hay que, sencillamente, abandonan la profesión, y los hay que emprenden en campos accesorios a la arquitectura afrontados por gente que piensa como un arquitecto. Si se aprovecha su experiencia y su inteligencia esto sólo puede redundar en el bien de la arquitectura y en una ampliación de los campos que podemos ejercer y, eventualmente, en una ampliación de competencias.
Consideración adicional: España, un país quijotesco, ha optado por concebir la emprendeduría como una huida hacia adelante: ésta está muy bien, pero a la vez precariza el mercado y lo torna incierto. La emprendeduría, cuando no se toma como una huida hacia delante nacional, requiere de un marco que la respete y eventualmente tenga la capacidad suficiente de poder estabilizar y consolidar las iniciativas.
¿Está contento con su trayectoria profesional? ¿Qué proyectos de futuro le esperan?
No, no lo estoy en absoluto. Aunque ha habido momentos buenos. Y no tengo la más remota idea de qué me deparará el futuro. Pero mejor ser optimista.
Para acabar, ¿qué le aconsejaría a los actuales estudiantes y futuros profesionales de arquitectura?
Que se organicen. Incluso políticamente. Y de la manera más independiente posible.
Con amigos y participantes del workshop RCR en las bodegas de Palamós | Fotografía: Jaume Prat
La propuesta comenzó con el deseo de los clientes de realizar una vivienda vacacional lo más extremadamente económica posible. El programa era sencillo, dos plantas diáfanas exceptuando los aseos, donde las áreas de descanso se solucionarían disponiendo camas o literas en los espacios abiertos. Una forma de vivir y relacionarse muy específica.
La parcela, llana y con orientación pura Norte-Sur permitía que la gestión de huecos se inclinase hacia un sistema pasivo pensando en el confort térmico y ventilación.
Se trazaron dos premisas básicas para el proyecto en base al rendimiento económico.
-Por una parte, se resolvió la edificación con únicamente cuatro pilares maximizando la eficiencia al utilizar vuelos en dos direcciones para equilibrar los vanos. Se trasladó la estructura a la arquitectura interior permitiendo realizar una envolvente térmica continua al margen de la estructura.
-Por otra parte se resolvieron todos los detalles y encuentros constructivos buscando tanto la facilidad de ejecución como la dualización o triplicación de su función.
Un planteamiento tan idealizado hacia la construcción, marcó por sí mismo el camino de la estética global hacia cierto brutalismo, donde la esencia y combinación de los materiales con su rudeza natural dotó de calidad y calidez tanto al interior como al exterior, a la vez que fue necesario cumplir con una normativa estética bastante rígida y neoclasicista del PGOU.
Obra: Casa Z
Autor: Viorarquitectura (Jose Angel Fernández Alonso)
Situación: Parcela 1691-B2 del Polígono 15 de Salave – Tapia de Casariego
Redacción de Proyecto: 25 de Marzo de 2015
Inicio de Obras: 01 de Septiembre de 2015
Fin de Obras: 02 de Marzo de 2016
Tiempo Real de Ejecución: 5 Meses
Liquidación por Contrata: 78.751,25 €
Superficie Útil: 85,01 m2
Superficie Construida: 99,28 m2
Ratio: 793,22 €/m2
Fotografías: Roi Alonso Padín + viorarquitectura.com
El Museo Centro Gaiás inauguró el pasado 7 de abril la nueva exposición de la Cidade da Cultura que llevará por título Del árbol a la silla. La madera y sus artes. Comisariada por el arquitecto Carlos Seone, la muestra dirigirá la mirada de los visitantes hacia la riqueza medioambiental de los bosques, la tradición en Galicia de los oficios vinculados a las artes de la madera y al diseño contemporáneo del mueble.
Del árbol a la sillapropone un viaje emocional de la materia al producto, de la madera al mobiliario doméstico. Este recorrido comienza en los propios bosques gallegos, bajo la mirada de fotógrafos como Manuel Vilariño, Vari Caramés, Xosé Caruncho, Juan de la Sota o Juan Rodríguez; grandes artistas plásticos como Castelao, Seoane, Maside y figuras contemporáneas como Pamen Pereira o Jorge Perianes.
En una segunda etapa de este recorrido, la exposición ofrece un viaje por el diseño desde los pioneros (Isaac Díaz Pardo, Alejandro y Jesús de la Sota y Xosé Bar Bóo) hasta los contemporáneos, entre los que se encuentran muchos de los grandes arquitectos y diseñadores gallegos, como Manuel Gallego Jorreto, Irisarri y Piñera, Noguerol y Díaz, Iago Seara, Carlos Quintás, Creus y Carrasco, Tomás Alonso, Elías Cueto, Lucía Buceta o Iñaki Leite.
Del árbol a la silla
7 Abr – 5 Nov 2017
De 10:00 a 20:00 Museo Centro Gaiás
Santiago de Compostela, Galicia, España
La arquitectura por sí misma es incapaz de poner solución a los males de la sociedad. Por mucho que haya existido durante gran parte del siglo XX un esfuerzo desde la teoría por reivindicar la autonomía de la disciplina, hoy sabemos que la arquitectura se circunscribe, en realidad, en un complejo proceso que está afectado por lo económico, lo social o lo legal. Pretender que sólo la arquitectura nos salvará es quedarse con una visión reducida de todo esto. Sin embargo, es en ella donde mejor se siguen reflejando los cambios, los aciertos y los fracasos detrás de determinadas políticas, en la medida en que es su concreción material y espacial.
De ahí su fuerza simbólica: de ahí que la caída y la destrucción de un edificio o la violencia que impone, sirven, casi siempre, como metáfora perfecta de nosotros mismos.
2 de octubre de 1968 (6:10 pm)
«Yo era feliz contigo […]
Hasta que desperté de mi locura.
Y pude comprender que me mentías».
En 1964 el Conjunto Urbano Presidente Adolfo López Mateos de Nonoalco Tlatelolco luce radiante. LIFE lo retrata con orgullo entre sus páginas como imagen del Milagro mexicano. Los editores de la revista de arquitectura L’Architecture d’Aujourd’hui, al ver las primeras fotos aéreas del proyecto recién terminado, confundieron el nuevo conjunto con una maqueta: líneas precisas para una nueva sociedad. Tlatelolco es el más nuevo de los proyectos de vivienda impulsada por el Estado, revelando una extraordinaria claridad corbusiana.
Conjunto Urbano Presidente Adolfo López Mateos de Nonoalco Tlatelolco luce radiante (1960-64)
Pani, su arquitecto, hizo aquello que el maestro suizo sólo pudo imaginar en los dibujos del Plan Voisin. Urge pues celebrar esta nueva imagen, el presidente a la cabeza, acompañado de sus secretarios y el arquitecto, expone el nuevo orden urbano y social a golpe de hormigón; arquitectura prístina, levantada con imposición sobre la antigua herradura de tugurios, ese caos urbano cuya historia, como en la película de Luis Buñuel, sólo pertenece a los olvidados.
La realidad chocaría allí sólo cuatro años después; el sueño moderno se convierte en pesadilla en la Plaza de las Tres Culturas, un lugar donde la historia parece constantemente escrita en sangre. Ahí fue donde cayó Cuauhtémoc, el último tlatoani de México-Tenochtitlan. Y ahí fue donde se disparó impúdicamente contra un conjunto de personas que sólo reclamaban cambios sociales. 1968 fue un año capital en que al frente estaban los deseos de los jóvenes franceses nacidos después de la Segunda Guerra Mundial que pedían imaginar otro mundo posible.
Una fiebre revolucionaria de una floreciente clase media que se extendió por todo el planeta de forma fulgurante: en Estados Unidos surgen los primeros movimientos contra la guerra de Vietnam; en México, con la proximidad de los Juegos Olímpicos que debían mostrar al mundo un Estado moderno, se reivindicaron las luchas propias. Pero las ilusiones de transformación en este país quedaron esparcidas en pedazos en el corazón del proyecto de Tlatelolco. El diseño arquitectónico había sido su trampa: la configuración espacial de la plaza fue el escenario perfecto para disparar sobre una población desarmada, atrapándola entre los edificios como si se tratara una ratonera.
Ruinas de Tlatelolco. Plaza de las tres Culturas | Fuente: archdaily.mx
Si bien era evidente que el proyecto realizado por Mario Pani fue usado desde el principio por el poder, pocos imaginaron, sin embargo, que llegara a tal forma de servicio: la represión contundente de todas aquellas personas fuera de los ideales de los gobernantes.
19 de septiembre de 1985 (7:17 am)
«Todo se derrumbó dentro de mí […]
Mira mi cuerpo, cómo se quiebra.»
Marcado en sangre, el lugar se hundió en desgracia una vez más. Como afectado por un mal deseo, los costos de su mantenimiento nunca fueron asumidos del todo por el Estado, que era el propietario. En la década de los ochenta ya se había abogado por la autoadministración por parte de los vecinos. Algunos años antes, los grandes proyectos inmobiliarios de carácter social distaban mucho de las ideas tras Tlatelolco.
Si en la visión de Pani siempre se defendió la densificación del centro urbano, con servicios públicos integrados, los nuevos desarrollos se instalaban en periferias cada vez más lejanas, convirtiéndose en grandes guetos donde se excluyó de cualquier tipo de beneficio a toda una masa de población. Pero el golpe definitivo estaba por llegar. En 1985 un terremoto de 8.2 en la escala de Richter afectó a casi toda la Ciudad de México. En Tlatelolco, sólo uno de los 102 edificios colapsó como consecuencia del temblor: el edificio Nuevo León perdió dos terceras partes en el acto y fallecieron cientos de personas.
Otros bloques se vieron afectados y fueron derribados posteriormente. Los vecinos acusaron el hecho de “homicidio colectivo” porque, pese a que se conocían las malas condiciones técnicas del inmueble y en especial de su cimentación, las soluciones fueron escasas y llegaron tarde. Desde entonces, Tlatelolco, como un gigante de pies de barro, fue convertido para siempre en la imagen del fracaso moderno.
Hoy (ahora).
«Todo se derrumbó dentro de mí […]
Mira mis sueños, cómo se queman.»
El aspecto del conjunto urbano hoy es muy distinto. Algunos edificios ya no están. Otros perdieron sus plantas superiores. Casi todos fueron reforzados en su estructura. La imagen del prisma puro que tuvo en su origen es ahora más cercana a una arquitectura brutalista de concreto; cicatrices visibles que hacen del lugar una especie de imán que atrae a visitantes con sus historias fantasmales, buscando deshebrar los hilos de lo sucedido.
Uno de tantos de estos oportunos paseantes es el artista español Fernando Sánchez Castillo, quien expone tres piezas en la Sala de Arte Público Siqueiros en torno a los sucesos del 68: una alfombra que reproduce un plano con la ubicación de francotiradores situados en varios edificios y la dirección de sus disparos el 2 de octubre; un vídeo coreográfico que muestra una acción en la Plaza de las Tres Culturas con bengalas rojas y verdes, como las que señalaron el inicio de la acción militar; y una enorme estatua —un centímetro menor que el David de Miguel Ángel— de uno de los estudiantes detenidos durante en el 68, de cara a la pared y con los pantalones bajados hasta los tobillos en señal de humillación.
Life, 1965
Interesado en “las intrahistorias de la historia”, Sánchez Castillo monumentaliza el trágico evento para devolver dignidad a los perdedores: la única manera de reconciliarse con las promesas incumplidas, sepultadas y aplastadas bajo el poder y las metáforas de la arquitectura.
Pedro Hernández · arquitecto
Ciudad de México. julio 2016
El director Alexander Kluge ha descrito su asistencia a una conferencia del, según Kluge, «inquieto observador cultural y arquitecto», Rem Koolhaas. El evento ocurrió en la gran sala de la Universidad de Munich, donde se habían reunido para oírle mil personas… Koolhaas habló en inglés, despacio, situado en un lado y lejos del micrófono.
El tema central de la disertación, según Kluge, fue la «felicidad ciega» de la que el cine ofrece sólo un indicio.
El arquitecto dijo que los medios de comunicación
«son juzgados mejor usando criterios arquitectónicos porque sus sentimientos están siempre buscando habitaciones, cuevas o casas en los cuales ellos pueden aparcarse a sí mismos. El tema no es el juicio del gusto de los espectadores, sino más su habituación (de hábito). Si por ejemplo se sienten en el hogar».
Rem Koolhaas
Tras este «profundo» pensamiento arquitectónico-cinematográfico, Kluge escribe que
«los oyentes se recompensaron a si mismos por sus esfuerzos por escuchar, lo que habían logrado en condiciones difíciles, con un entusiasta aplauso».
Sin embargo, la reflexión más valiosa la hace el propio cineasta
«algunos de los más imaginativos edificios del siglo XX eran de hecho cines. No eran edificios de mármol, madera y piedra, sino las mismas películas como edificios las cuales eran el acontecimiento artístico ofreciendo la esperanza que el cine puede no sólo satisfacer las necesidades de 1902, sino también (a pesar del fallecimiento de los cines) del siglo XXI»
y Kluge concluye que deberíamos ser capaces de poder visualizar
«innovadores lugares de entretenimiento futuros que «de alguna manera» tengan algo que hacer con la imagen en movimiento (y así también con el sonido en movimiento)».
Jorge Gorostiza, Doctor arquitecto.
Santa Cruz de Tenerife, diciembre 2008 Autor del blog Arquitectura+Cine+Ciudad
El escocés Archibald Leitch fue el primer arquitecto especializado en el diseño y construcción de estadios de fútbol. Comenzó erigiendo Ibrox Park en su Glasgow natal antes de ampliar su radio de acción a todos los rincones de las Islas. Entre sus trabajos más prominentes se encuentran Highbury, Stamford Bridge, White Hart Lane, Goodison Park, Anfield, Craven Cottage, Fratton Park, Villa Park, Hillsborough, Ibrox Park y decenas más.
Entrevistamos en Londres al reputado historiador y periodista Simon Inglis, autor del libro «Engineering Archie«, que traza la vida y obra de la persona que creó el estadio moderno. El lugar donde el fútbol se transformó en el deporte más popular del mundo.
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