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Ariel Cavilli-Fabiana Palmero-Núria Oliver y Paz Molinari · Recorridos y actividades de arquitectura | Architour

Hoy nos desplazamos hasta Barcelona, para conocer a los integrantes de Architour, Ariel Cavilli, Fabiana Palmero, Núria Oliver y Paz Molinari, un despacho de arquitectos que desde 2010 realiza diversas actividades en relación con la arquitectura y la ciudad. Principalmente se centran en organizar recorridos guiados de arquitectura por la ciudad. Actualmente están presentes en Barcelona, Vic, Madrid y Tarragona. Estos recorridos, están destinados a todos aquellos viajeros que quieran descubrir y explorar las ciudades desde una manera antropológica, interactiva y docente.

“¿De qué manera un edificio afecta a la ciudad y viceversa? ¿Qué le aporta y qué le quita? ¿Desde qué lugar se ha concebido un edificio? ¿A qué intereses arquitectónicos, ideológicos…responde?”

Los edificios son albaceas de la ciudad, actúan como hilo conductor que nos adentran en los entresijos de la evolución y relaciones que se producen en el marco de las ciudades.

Al final del recorrido se realiza una puesta en común, normalmente desde un punto elevado, para extraer conclusiones, generar una reflexión y una crítica.

“Architour aspira a la inmersión en la ciudad para inducir la reflexión y la reacción de los participantes”.

Sin más dilación os dejamos con la entrevista que les hemos realizado para que sean los propios autores, nos expliquen con detalle su proyecto cultural.

Architour: Ruta el barrio Gótico (Barcelona)

¿Cuál ha sido vuestra formación y trayectoria profesional previa a “architour”?

Ariel. La pregunta se contesta en parte en el apartado del “Equipo creador del proyecto”. Cabe, no obstante, añadir que en mi caso siempre he trabajado y sigo trabajando haciendo proyectos de arquitectura, hace 20 años. El concepto de proyectar una ruta de arquitectura no es nada ajeno al fenómeno de proyectar, y liga de lleno con el ADN de nuestras competencias. En este caso, se trata de explicar y promover la ciudad como un bien cultural, como una producción cultural. Esto no nos debería ser ajeno, el problema es que la sociedad sólo nos asocia con aquellos que hacen casas… Resulta paradojal e inquieta que (como colectivo) tuviéramos que reivindicar este rol social y esta mirada, cuando nuestro pastel –ya diezmado por la crisis de la burbuja inmobiliaria- estuviera en juego con la LSP. Pareciera que a partir de ese momento hubiéramos descubierto algo importante: que la arquitectura va mucho más allá de un encargo liberal, ¡y esto es una obviedad, aunque escondida! Claro, esto necesita ser explicado, y architour nos proporciona un megáfono para ese activismo. Se trata de explicar la ciudad, de interpelarla como actor central, de entender qué la hizo posible, como historia. Los edificios seleccionados (en las rutas) son entonces la coartada para penetrar, para internarnos en el fenómeno de la ciudad.

Paz. Mi formación profesional se asemeja en raíz bastante a la de Ariel, me formé como Arquitecta en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo en la Universidad de Buenos Aires, desde los 21 años además de cursar la carrera y durante un período de ocho años me dediqué a complementar e incrementar mi formación como ayudante y docente de asignaturas como Introducción a la Arquitectura Contemporánea e Historia de la Arquitectura Contemporánea. En arquitectura he trabajado en Buenos Aires, Vic (Barcelona) y Madrid, en distintas áreas profesionales y con diversos equipos de los que siempre he aprendido mucho.

¿Qué os llevó a poner en marcha este proyecto? ¿Por qué en este sector?

Ariel. Surge Como una continuidad de mi doctorado en Teoría e Historia de la Arquitectura en la ETSAB en 2010. Mi interés en la investigación en esta área, donde la aproximación a partir de la biblioteca es inicial, inevitable y fundamental para luego construir un relato propio: la ruta o actividad en cuestión, es determinante en el proyecto de architour. Los dossiers -en realidad son unos libros- que siempre entregamos a cada participante acaban en una copiosa bibliografía. Ésta es la materia prima que posibilita la construcción, el proyecto de las rutas y actividades. Hay una evidente sintonía con este enfoque histórico, de ir a buscar las causas de unos fenómenos urbanos y arquitectónicos.

Es cierto también que se suma a esto el desplome de la economía una cosa que, como se sabe, tiene un impacto elevadísimo en el mundo de la construcción y evidentemente en la arquitectura. Soy de la idea que las crisis pueden ser oportunidades para repensar o redefinir direcciones. En tal sentido, la producción intelectual es paradigmática. Tenemos a la historia para entender estos procesos: habrá por ejemplo arquitectos que se quedan y otros que emigran, con los fascismos europeos del siglo XX. En ambos casos, su producción es muy potente, no se pusieron a hibernar o a lamentarse… Hicieron activismo con la arquitectura porque querían transformar la realidad, hacerla mejor, y para eso sirve también la arquitectura.

En cuanto a lo del sector, es múltiple, aunque architour nace apuntado a los viajeros. ¿Por qué? Porque soy un viajero, porque todo el equipo de architour lo es. Compartimos esta sed, esta mirada, esta disposición de exploradores. Esto es lo que hace que un turista sea lo opuesto a un viajero. Si bien la economía del turismo puede estar superpuesta con la de los viajeros, teníamos claro que son dos sociologías muy distintas, dos públicos bien diferenciados. Los viajeros representan un espectro muchísimo más pequeño mientras que el turismo tiene que ver con el consumo de masas, con sacar las fotos de los puntos que marca la guía de turismo. Eso es absolutamente lo opuesto a lo que nos interesa.

Con el tiempo sumamos otras dos ramas de públicos diferentes. Por un lado, el de las escuelas de arquitectura de universidades extranjeras y también el de arquitectos viajeros. Por otro lado, abrimos el frente de las escuelas primarias y secundarias. El discurso, que llamamos “guión”, es el trabajo de investigación para construir las rutas. Los guiones –que son muy arduos y muy vastos, y como los proyectos llevan meses de preparación, porque son proyectos- son la materia prima que utilizamos para estas otras dos líneas. Los intereses que mueven la cosa: los historiográficos, los ideológicos… son los mismos para los tres públicos. El tema es adaptar luego la materia de la ruta. La primera medida es la selección, es abrir unos determinados cajones y cerrar otros del propio guión. Lo segundo es imprimir unas intencionalidades direccionadas.

¿Teníais alguna experiencia previa?

Ariel. Ya mencioné el tema del doctorado y la del viajero empedernido. En esto segundo, evidentemente para viajar, hay que preparar el viaje, estudiarlo, diseccionarlo. Pero luego, hay que desmontarlo todo, porque el viaje es una experiencia antropológica, una inmersión total, hay que mojarse en la misma agua, sumergirse. Esto es lo opuesto a las postales, es algo que detesto. Lo interesante es rascar en todos los estratos históricos y sociales, porque eso es la ciudad, sobre todo la europea: ¡un palimpsesto de estratos, de intereses! Descreo en eso de la experiencia como algo cerrado. La experiencia es algo que tiene que ver con el bagaje, con el rodaje pero fundamentalmente es algo que se construye.

Paz. No tengo ninguna experiencia previa, más que la formación docente que tuve en la Universidad mientras me formaba. El hecho de poder transferir información, intentar emocionar o provocar curiosidad en aquellas personas con las que dialogas es algo fundamental cuando estás enseñando. Aunque architour no sea un curso docente, creo que la formación del relato y el dialogo tiene que estar abierto y muy depurado para que quienes hagan las rutas con nosotros puedan disfrutarlas en cada momento, dejando en ellos la huella de una experiencia diferente.

¿Os encontrasteis con muchas dificultades? ¿Cuáles fueron las más problemáticas?

Ariel. Las dificultades son más bien sociológicas, la de lidiar con parámetros culturales que fatigan: los padrinos, las inercias, las endogamias, la abulia. Llamar por teléfono diez veces a un mismo contacto (el lunes porque nadie contesta, el martes porque de eso se ocupa Marta y llega más tarde, el miércoles porque Marta se enfermó y porque no hay nadie más que se ocupe…) cansa, pero también desarrolla una actitud de perseverancia infinita.

¿Estáis contentos con los objetivos alcanzados?

Mucho.

Architour: Ruta Vic

¿Consideráis que estudiar Arquitectura ha sido un pasaporte fundamental para haber llegado a vuestro trabajo actual?

Ariel. ¡Sin dudas! Lo interesante de la arquitectura es que es un pensamiento muy generalista y transversal.

Paz. Entiendo que si, considero que es una carrera bellísima, pero más aún nos da la oportunidad de poder ver globalmente y puntualmente casi cualquier tipo de problemática, creo que es un punto de vista privilegiado que ha sido desarrollado y diseñado en la Universidad. Es un punto de partida que se transforma en herramienta de trabajo, y como tal debe ser puesta al servicio de la sociedad. El arquitecto debe entender o re-entender su trabajo. Proponerse, desde la sinceridad y capacidad proyectual; somos muy buenos directores de orquesta, pero de nada servimos si no hay trabajo en equipo y comunicación. Debemos escuchar, detectar,  interpretar y proponer.

¿Qué expectativas y proyectos de futuro tenéis para “architour”?

Ariel. Ampliar lo que ya hacemos. Trabajar con los viajes de arquitectos. Lo que es posible hacia aquí es igual de válido al revés, por ejemplo hacia Buenos Aires, que es un entorno muy conocido y estudiado e igualmente querido por nosotros.

Paz. Creo que como propuesta es muy enriquecedora, porque va más allá de un recorrido por diferentes ciudades, que hemos conocido, vivido y estudiado con detenimiento. Personalmente me gustaría que architour fuera creciendo en diferentes formatos, hoy por hoy nos preocupa y ocupa su identidad digital, su huella en la web, su alcance, y que pueda ser interpretada de la manera que la diseñamos. Otra vez volvemos a la preocupación, o mejor dicho ocupación del relato.

Para el futuro, pues nos gustaría transformarla a papel, hacerla tangible, y por otro lado hacer crecer su proyecto cultural, proponiendo architour como programa alternativo en colegios o institutos, ya hemos tenido una pequeña experiencia al respecto.

¿Compagináis o complementáis esta actividad con otras labores o en otros campos?

Ariel. Yo complementariamente hago algunos proyectos de arquitectura, siempre lo he hecho y no podría dejar de hacerlo. No obstante, Architour desde el 2010, se convirtió en un núcleo muy importante. Architour desarrolló también una renovada mirada en mí. Y así suele ser con los proyectos, con ellos queremos cambiar o mejorar el mundo, pero ellos también nos cambian a nosotros.

Paz. Sí, personalmente lo complemento dando clases de inglés todas las tardes, por eso la práctica del relato en dos idiomas no me resulta ajena, es algo que ejerzo y me ocupa constantemente. La interpretación de las emociones cuando cuentas, o enseñas algo nuevo es fundamental. Por otro lado y como sigo teniendo mi título de arquitecta extranjero estoy homologándolo al título español en la ETSAM, y a ello dedico casi todo mi tiempo libre.

¿Son rentables este tipo de iniciativas? ¿Os sentís bien remunerados por la labor que realizáis?

Ariel. Considero que toda la profesión del arquitecto está mal remunerada, claro, si no eres Foster. Nos forman como elitistas, bajo la mitología del genio romántico y bajo el molde del encargo del cliente liberal. Esto ha entrado también en crisis, como tantas cosas… Acaso la crisis debe ser algo consustancial a nuestra modernidad y al sistema económico-social en el que vivimos.

Architour: Ruta la nueva Barcelona (Barcelona)

¿Animarías a otros arquitectos a seguir vuestros pasos? ¿Qué pasos consideráis que deberían dar? ¿Cómo completar sus estudios? ¿Qué otros consejos les darías?

Ariel. Es muy difícil dar consejos con esto. Recomendaría que cada cual encuentre sus potencialidades e intereses y los siga con perseverancia. Pero esto excede a la arquitectura, es totalmente vocacional. Al final, hacemos mejor lo que más nos gusta.

¿Creéis que los arquitectos en España deberíamos seguir abriendo nuevas vías de trabajo para salir de la casilla más «tradicional» de proyectar dada la actual situación de la construcción en nuestro país?

Ariel. La verdad es que no me siento representado en eso de los “arquitectos españoles”. Vivo en Cataluña donde las inversiones (en arquitectura, en infraestructuras o en lo que sea) del Estado español son ínfimas. No me explayo en el proceso que estamos viviendo, pero sería deshonesto esconderlo. El marco cultural y sociológico, el político, el marco histórico y lingüístico son bien distintos. El marco económico general es, no obstante, bastante compartido. Es difícil por lo tanto contestar la pregunta desde unos marcos de actuación distintos porque la arquitectura no sólo es un hecho económico, y aún así en este campo hay matices diferenciales.

Bajo otro análisis, creo que la arquitectura no se enseña bien. He conocido dos universidades: la UBA (Buenos Aires) donde me gradué y la ETSAB (Barcelona) donde homologué mi título y donde dediqué tres años a mi doctorado. Nos forman engordando el mito del genio creador. La formación es elitista y la sociedad nos ve como elitistas. Yo creo que la arquitectura tiene un ADN muy y muy transversal y generalista. Lo nuestro lidia con la creación y el arte, con la tecnología, con lo sociológico, con lo económico, con el fenómeno de la ciudad, con la política, ¡y no olvidemos que política viene de Polis! Esto se refleja en nuestras competencias legales y en nuestro hacer polifónico. Hay arquitectos que se dedican a la investigación o a lo académico, otros diseñan exposiciones, otros hacen edificios revestidos de titanio, otros hacen edificios sociales, otros se dedican al urbanismo, otros, a la cooperación… No obstante, la sociedad nos entiende como los que solamente hacemos casas, ¿y como casas se hacen muy pocas, ¿entonces qué somos? Yo igualmente creo que si de hacer casas se tratara, hay aquí un déficit enorme, pensemos que algo así como la mitad del mundo no tiene agua potable y qué decir de casas… Ahora bien, si aceptamos esto último (y es una obviedad) deberíamos entender que la arquitectura no sólo es una lógica de encargo liberal, es una preocupación social. A los arquitectos también nos interesa mejorar y cambiar la realidad. Le Corbusier también lo dice explícitamente.

Paz. ¡Sin duda! ¡Tenemos el derecho y la obligación de pelear por lo que nos apasiona! No podemos hundirnos nosotros mismos, pero se trata de lo que comentaba anteriormente, verse y proponerse. ¿Quién mejor que uno mismo para ello?

¿Qué opináis de los que se han ido a trabajar al extranjero?

Ariel. Es una opción válida. ¿Pero si se te acaba luego el trabajo “allá”, vuelves o qué haces?

Paz. Son experiencias de vida, ni bien ni mal, necesidades personales, yo también lo hice y aquí estoy ahora, aprendiendo a cada paso que doy, pero muy contenta de mi decisión.

¿Cómo veis el futuro de la profesión?

Ariel. El papel de los colegios de arquitectos y esta formación académica a la que me refiero generan muchos escepticismos. Pero nosotros somos también, en mi caso, el COAC… Hay que sentirse partícipes y no observadores si queremos cambiar las cosas. No tiene sentido y es contraproducente la queja y las lamentaciones. Creo que es urgente construir un nuevo rol social del arquitecto, y eso es una gran oportunidad.

Paz. Veo que está sumergida en un campo al que nos cuesta mucho acceder y por ende modificar, que es el campo global o la famosa crisis, pero sin embargo encuentro muchos colegas haciendo cosas valiosas, valiosísimas, quizás a otra escala, de una manera diferente a la que conocíamos con gran esfuerzo, pero me parece que el rumbo es ese, el de una actuación local, con una visión global. Tenemos herramientas, y yo el futuro lo veo siempre en positivo. No puedo con mi genio.

Architour: Ruta la Barceloneta y la fachada marítima

Ariel Cavilli-Fabiana Palmero-Núria Oliver y Paz Molinari · Recorridos y actividades de arquitectura | Architour
Diciembre 2014

Entrevista realizada por Ana Barreiro Blanco y Alberto Alonso Oro. Agradecer a Ariel, Fabiana, Núria y Paz su tiempo y predisposición con este espacio.

Mareira | Antonio S. Río Vázquez

Mareira | Antonio S. Río Vázquez
Imagen: Jesús Gallo, interior de la casa en La Roiba

«No deja de ser un hecho significativo que, en la historia de la arquitectura y la ingeniería, las construcciones levantadas a la orilla del mar se hayan destacado en notables ocasiones por su masa y por su expresiva elocuencia. […] Quiere decir, a mi entender, que la línea costera es una zona de máxima tensión simbólica: el mar frente a la tierra; lo llano y lo húmedo, frente a lo quebrado y lo seco; lo blando frente a lo duro; lo arraigado frente a lo desarraigado; el ancla frente al velamen».

Ignacio Gómez de Liaño: Paisajes del placer y de la culpa

Desde la antigüedad, la conquista de la frontera con el mar se ha convertido en una empresa apasionante. Las casas en la costa siempre han tenido una connotación mítica de avanzadilla y baluarte, hecha manifiesto por los arquitectos de la modernidad, demostrando el poder del hombre frente a la tempestad, tomando y, al mismo tiempo, enmarcando el lejano horizonte, que pasa a formar parte de la vivienda.

Esa conquista del límite por parte de la arquitectura se aproxima a lo descrito por Heidegger en 1954:

«La frontera no es aquello en lo que termina algo, sino, como sabían los griegos, aquello a partir de donde algo comienza a ser lo que es (comienza su esencia). Para esto está el concepto horismos, es decir, frontera».

Es en el límite construido dónde la dualidad del paisaje marino se hace lugar y hogar.

Allí, las viviendas, presentadas incluso como paradigmas del pensamiento de sus autores —recordemos el Cabanon de Le Corbusier, el refugio de Aalto en Muuratsalo, las sucesivas moradas de Utzon en Mallorca o el escudo al viento de Neutra, entre otras notables casas sobre el mar—, comparten la idea de ser hábitats temporales y sueños de habitar al mismo tiempo.

Frente al Mediterráneo que dio origen y conectó a Europa, el mar gallego representa el Finisterrae, dónde los peregrinos continúan su viaje para llegar hasta la última marca fronteriza. «¿Acaso se trataba de reconocer allí, ante el océano infinito y amenazador que existían unas fronteras impuestas al ímpetu conquistador del hombre?», escribió Dieter Richter recordando ese límite real y mitológico. Cuando el hombre se enfrenta y convive con ese fin del mundo hasta hacerlo parte de su paisaje cotidiano, lo transforma y, en la medida de lo posible, se lo apropia y lo domestica a través de la arquitectura.

En la casa sobre el mar que Ramón Vázquez Molezún proyectó para su familia en las proximidades de Bueu, la construcción se hizo con los caminos y muros existentes, con la luz y los vientos, con la ría siempre presente. La modernidad como mínima intervención, como el uso práctico y preciso de los materiales. Luis Miquel lo expresó de un modo muy acertado:

«esta casa no tiene ninguna gana de salir en las revistas sino más bien de salir al mar».

Así, la arquitectura se hizo inseparable del borde marino.

El singular refugio de Molezún se fue adaptando a los cambios, al paso de los tiempos y de las mareas, de las generaciones. El arquitecto trasladó allí sus conocimientos sobre la arquitectura naval y sus invenciones personales. En su casa sobre el mar, pintaba, salía a navegar y continuaba, año a año, perfeccionando su construcción como si fuera un barco. Hoy, esa casa anclada al final de la playa seguirá navegando, ahora con ayuda de todos.

Antonio S. Río Vázquez . Doctor arquitecto
A Coruña.diciembre 2014

De la distancia (justa) | Landa Hernández Martínez

1 Kilómetro | laperiferiadomestica.tumblr.com

En una reciente conversación con Xxxxxxx Xxxxxx en SOMA, ella me pidió que explicara, en síntesis, que hacía a la hora de enfrentarme a la realización de un proyecto (artístico) “como si lo dijera a un taxista”, con el objeto de situarme en un ejercicio de poder comunicar(me) en poco tiempo a alguien que no me conocía de nada. Si bien titubeé en mi respuesta y fue algo enrevesada se podría resumir en:

“Soy un arquitecto, que no construye, ni le interesa, que además escribe (y hace fotos) pero que no se considera escritor (ni fotógrafo).”

La respuesta contiene varias negaciones que no voy a desarrollar mucho más. Seguido de eso le conté mi trabajo, el primero que hice donde me distancié de la práctica de la arquitectura que había tenido hasta entonces. En concreto le enseñé unas cuentas fotografías que forman parte de la serie 1Kilómetro. Le hablé de la importancia que supuso para mi aquel ejercicio, no sólo porque traía consigo ese primer momento de negación (de construir) sino que también encerraba una imposibilidad que, como arquitecto, tenía para poder actuar ahí, dando lugar a lo que ya he mencionado: una toma de distancia.

Distancia respecto a varias cosas: a la arquitectura -tanto material como profesional- al paisaje, a las leyes, etc. No es casual que, en mi toma de distancia, eligiera la fotografía -documental- y el texto como principales herramientas. Una, me permitía volver a mirar, a través de la interposición de un filtro (la cámara) que servía además para enmarcar qué estaba viendo. Por contra, el texto me ayudaba a pensar, a verbalizar. Es decir, me ayudaba a darle un lenguaje, a ponerle nombre con el objeto de producir una propuesta que “no se redujera al análisis crítico de una realidad local, sino que establece una categorización de las acciones posibles, orientada a la fabricación de un instrumental que se quiere disciplinar hábil para interpretar y operar en contextos frágiles como ese”. Esto es, fue un ejercicio que no se limitaba a documentar sino a establecer una teoría en si misma. Dos acciones: mirar-pensar, que me abrieron muchas de las inquietudes que estoy realizando ahora: la investigación, la escritura, etc.

1 Kilómetro | laperiferiadomestica.tumblr.com

Es evidente que este acercamiento supuso una conexión con el mundo de la academia, con sus pros y sus contras, que llevo a un cuestionamiento por parte de Xxxxxxx Xxxxxx. Ella, más ilustrada en el campo del arte, ponía abiertamente en duda que la academia sea una vía de hacer “público” un proyecto, de comunicarlo. De hecho, y volviendo a 1Kilómetro, preguntaba e insistía por qué yo había decidido mantener la distancia tal que no llegara a entablar contacto, por ejemplo, con los vecinos de las viviendas (cosa que, bien mirado, me parece discutible, pero entraré en ello más adelante), a lo que añadió que era “muy de arquitecto eso de no hablar con la gente”.

No voy a entrar a valorar la imagen que tiene de mi profesión que, como todo tópico, guarda algo de verdad (ganada a pulso), pero que, como todo tópico, es de visión reducida. Si a esto le sumamos su cuestionamiento de la academia -en donde parecía inscribirme- por su falta de acción, tenemos que el problema se reducía al tema de la distancia. Para ella, como arquitecto o como fuera lo que estuviera haciendo (escribir, fotografiar, etc), yo estaba demasiado lejos.

1 Kilómetro | laperiferiadomestica.tumblr.com

Es curioso como, tras la conversación o por la conversación, me he ido encontrando con varios textos que hablan de esta noción de distanciamiento. Copio a continuación algunos fragmentos, no directamente enlazados del todo entre sí o con lo quiero decir, pero interesantes para apoyarme:

“Cuando los alemanes ya había perdido la guerra y los campos de concentración había sido liberados, los Aliados fotografiaron y filmaron los campos con los sobrevivientes y las huellas que indicaban la muerte de millones de personas. Las imágenes más impactantes fueron las de las pilas de zapatos, los anteojos, las prótesis dentales y las montañas de pelo. Quizás deban existir imágenes a la distancia, para que lo inimaginable puede ser comprendido. (Harun Farocki, Desconfiar de las imágenes)

La distancia equivale a separación, a establecer un vacío que impida el contacto, la implicación y el compromiso. (…) El alejamiento minimiza las opciones de configuración (encuadre, punto de vista, etc.) al desvalorizar el eventual repertorio de decisiones adoptado por el operador; y, por otra parte, el alejamiento asegura una imagen más plana en la que el fotógrafo no se siente obligado a destacar nada. En la realización del documento auténtico, como hacer una fotocopia, sería absurdo pretender resaltar un fragmento sobre otro. (Joan Fontcuberta, La cámara de Pandora)

En toda pasión teórica hay algo de extrañamiento y extrañeza: ver algo como antes no se había visto. Es un asunto de tomar distancia, de apreciar lo distante aun a costa de lo cercano (…) quienes pretenden hacer teorías sobre lo que tienen a mano, no hacen más que “sustraer a su objeto de la familiaridad cotidiana, empujándolo a una distancia donde aparece tan extraño como las estrellas”. (Alejandro Hernández Gálvez, Sombrillas, sombreros, sombras)”

Los tres textos, cada uno a su manera, hablan de tomar distancia justa desde la que ver las cosas. Ni muy cerca, “para que lo inimaginable pueda ser comprendido”, ni muy lejos, donde las cosas se pierdan entre el ruido. Abrazan la idea que para pensar, uno debe alejarse sabiendo que puede perderse en la teoría, en la pura visión o en la mera documentación.

1 Kilómetro | laperiferiadomestica.tumblr.com

Tomar distancia, en aquel entonces, fue entonces mi ejercicio necesario. Ver las cosas desde un afuera (del espacio y el tiempo) desde el que como arquitecto estaba “obligado” a ubicarme. Renegué, alejándome, de la arquitectura; en el proceso encontré más cómodo -¿demasiado quizás?- ¿Es esa comodidad -ese alejamiento- algo que permita actuar o es sólo una manera de mantenerse en el margen, en la periferia del conflicto? ¿Está mi distancia demasiado cerca de la teoría?, ¿puede ser la teoría una práctica en sí misma? Xxxxxxx Xxxxxx me recriminaría, como he dicho, que no me posicionara junto a ningún vecino, casi como si hubiera visto que ellos eran los más desamparados de esa situación, y su práctica en aquella zona fuera un ejercicio de resistencia frente a un poderoso Estado que sólo quería expulsarlos bajo la Ley de Costas. Pero lo que ella no se percató o yo no le supe hacer saber bien es que nadie era “inocente” en aquella situación; que todos tenían sus propias -y egoístas- razones para mantenerse allí y que lo que yo estaba mirando no eran únicamente unos ejercicios de resistencia (vecinales o estatales) por controlar el espacio sino la incongruencia entre lo que dice el plano, eso que haría el arquitecto, y la realidad material que existía allí, denunciando, no sólo que el arquitecto no estaba, sino que no tenía nada que decir en aquel lugar, porque su trabajo era la base misma del conflicto.

Era preciso mantenerse fuera para poder denunciarlo todo -y a todos- sin estar “obligado a destacar nada” ni a nadie. Se trataba de establecer una mirada crítica que estableciera cuales eran las causas y consecuencias que había construido allí “mi profesión”. Pero no me limité a mirar, también experimenté el lugar de forma cotidiana: iba allí cada semana, lo recorría, habitaba, sufría y disfrutaba, siempre desde una distancia que me permitía observar, escribir y pensar lo suficiente -o así creía yo. Fue, básicamente, un ejercicio de acercamiento y distanciamiento: me aproximaba al lugar y me alejaba, al mismo tiempo, del arquitecto que debía ser. En definitiva, me alejaba del diseño (que no iba a salvar nada), pero quizás, en el proceso, como apuntaba Xxxxxxx Xxxxxx, me convertí en “documentalista o académico”, limitándome únicamente a describir.

Una posición que, bajo mi propia experiencia, parece ser marginal para muchos miembros del arte: la ven demasiado alejada de cualquier posibilidad real, como si el arte (que sería entendido como acción) no se llevara nada bien con lo académico: dejando entrever que pensamiento y acción, si bien no están enfrentados, son dos fenómenos demasiado alejados entre ellos: la teoría, parecen manifestar, está carente de práctica. Sentimiento que apunta en su texto Alejandro Hernández: “La teoría [la descripción] parece constituirse como tal al separarse de la práctica, al tomar distancia”; pero, en ese proceso de alejamiento, la teoría “establece sus propias prácticas”.

¿La teoría, el alejamiento, la descripción, la visión pura, la documentación, serían entonces formas de acción?

1 Kilómetro | laperiferiadomestica.tumblr.com

Pedro Hernández · arquitecto
ciudad de méxico. febrero 2014

Pierre Chareau. Maison de Verre

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«La Maison de verre» de Pierre Chareau, construida entre 1928 y 1931, en la rue Saint-Guillaume, de París. La Maison de Verre (en francés Casa de vidrio) fue construida entre 1928 y 1932 en París, Francia. Construida según  el estilo internacional en la arquitectura, el diseño de la casa hizo hincapié en tres rasgos fundamentales: la sinceridad de los materiales, la transparencia variable de las formas y la yuxtaposición de los materiales industriales, con una decoración en los accesorios de la vivienda en un estilo más tradicional. Los materiales primarios utilizados fueron el acero, vidrio y ladrillos de vidrio. Entre las piezas «industriales»  más notables están las baldosas de goma del pavimento, vigas de acero visto, chapa perforada, pesados artefactos de iluminación industrial y accesorios mecánicos.

IEE. Informe de evaluación del edificio

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El Informe de Evaluación de los Edificios (en adelante IEE) es un documento en el que se acredita la situación en la que se encuentran los edificios, al menos en relación con su estado de conservación, con el cumplimiento de la normativa vigente sobre accesibilidad universal, y con el grado de su eficiencia energética. La Administración urbanística puede requerírselo a los propietarios de inmuebles ubicados en edificaciones con tipología residencial de vivienda colectiva, según un calendario establecido.

La normativa básica de referencia es estatal, concretamente la Ley 8/2013, de 26 de junio, de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas, publicada en el BOE núm. 153 de 27 de Junio de 2013. Esta Ley contiene un Título I dedicado al “Informe de Evaluación de los Edificios”. Los artículos y disposiciones que hacen referencia al mismo son los siguientes:

– Artículo 4 El Informe de Evaluación de los Edificios.
– Artículo 5 Coordinación administrativa.
– Artículo 6 Capacitación para el Informe de Evaluación de los Edificios.
– Disposición transitoria primera  Calendario para la realización del  Informe de Evaluación de los Edificios.
– Disposición final decimoctava  Cualificaciones requeridas para suscribir los Informes de Evaluación de Edificios.

Sin perjuicio de esta regulación estatal, que tiene carácter básico, puede existir normativa autonómica o municipal que la desarrolle.

Según el artículo 4 de la Ley 8/2013, están obligados los propietarios de inmuebles ubicados en edificios de tipología residencial de vivienda colectiva que tengan una antigüedad superior a los 50 años. Según el artículo 2, apartado 6 de esta Ley, se entiende por edificio de tipología residencial de vivienda colectiva:

“el compuesto por más de una vivienda, sin perjuicio de que pueda contener, de manera simultánea, otros usos distintos del residencial. Con carácter asimilado se entiende incluida en esta tipología, el edificio destinado a ser ocupado o habitado por un grupo de personas que, sin constituir núcleo familiar, compartan servicios y se sometan a un régimen común, tales como hoteles o residencias”.

En principio, y salvo que así lo exija la normativa autonómica o municipal, están excluidas por tanto las viviendas unifamiliares.

También están obligados a realizar el IEE los propietarios de cualquier edificio, con independencia de su antigüedad, cuando pretendan solicitar ayudas públicas para realizar obras de conservación, de accesibilidad universal o eficiencia energética, y siempre con anterioridad a la formalización de la petición de la correspondiente ayuda.

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Reforma de ático en Valencia | DG Arquitecto Valencia

Reforma de ático en Valencia | DG Arquitecto Valencia
Reforma de ático en Valencia | DG Arquitecto Valencia

Como en todos nuestros trabajos partimos de una serie de condicionantes, que analizamos e introducimos en nuestro proyecto para conseguir de una forma “sencilla y directa” la solución final que mejor se adapta al lugar y a las necesidades del cliente, en este caso una joven pareja con un hijo.

Condicionantes de los clientes

Dos eran las cosas que preocupaban a los clientes, en primer lugar mantener la mayor altura posible en todos los espacios ya que partíamos de una altura aproximada de 3,20 metros.

En segundo lugar estaban sus necesidades como usuarios del ático, tres habitaciones, dos baños y poder disfrutar de la terraza que había sido eliminada, en parte, por los anteriores dueños.

Condicionantes de la configuración del ático

Como ya hemos comentado en el punto anterior la altura máxima era de 3,20 metros pero existían tres pórticos que reducían de forma puntual esta altura a los 2,70 metros.

La existencia de estos pórticos que en un principio podía parecer un hándicap fue la clave para llegar a la solución final ya que optamos por utilizar los pórticos  y las fachadas como los elementos que nos ayudarían a delimitar las tres zonas de la vivienda, zona de día (cocina, estar y terraza), zona de relación (baños, vestidor y distribuidor) y zona de noche (habitaciones).

Propuesta

Tras presentar varias propuestas a nuestros clientes se opta por crear un gran espacio central ocupado por la zona de cocina-comedor por el que se accede a la vivienda que junto a la zona de estar forman la zona de día.

Estas dos estancias disfrutan del espacio exterior de la terraza que ahora sí pasa a ser parte importante del ático, una de las principales preocupaciones de los clientes y nuestras desde un principio.

Un espacio que nada más adentrarte en el ático aparece como el gran protagonista.

La zona de relación formada por los dos baños, un vestidor y la zona de distribuidor a las habitaciones, es la única zona de la vivienda en la que disminuye la altura.

Esto nos ayuda a resolver la climatización y todas las instalaciones de la vivienda sin afectar a  la altura de los espacios más importantes.

Por último se encuentra la zona de noche formada por tres dormitorios de tamaño muy similar iluminados a través del patio de manzana.

Obra: Reforma de ático en Valencia
Arquitectos: DG Arquitecto Valencia (Isabel Roger Sánchez  + Daniel González López)
Emplazamiento: Valencia, España
Año: 2014
Constructora: ELO construcciones
Cocina: Buraglia
Fotografías: Mariela Apollonio
+ dgarquitecto.blogspot.com.es

Preguntas, de Eduardo Chillida

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Lectura del libro «Preguntas» con ocasión del nombramiento Miembro Honorario de la Real Academia de San Fernando. Madrid 1994

Comisariada por Ignacio Chillida, Preguntas de Eduardo Chillida, adopta el nombre del título del libro que el artista leyó durante su nombramiento como Miembro Honorario de la Real Academia de San Fernando en Madrid (1994) y que recoge por primera vez sus propios cuestionamientos y aforismos.

La exposición se estructura en dos plantas: la primera presenta una selección de esculturas y obras en papel, junto a las páginas del libro a gran escala, y la segunda está dedicada a la obra gráfica y libros de artista del escultor. Se exponen 12 esculturas de pequeño y medio formato, acompañadas de collages, gravitaciones y dibujos. También piezas de hierro realizadas para la obra pública como Peine del viento en Donostia, Homenaje a Hokusai en Japón o Yunke de sueños, una de las series de esculturas fundamentales en la carrera del escultor. Además, de dos libros del artista: La Mèmoire et la Main (1986) y Hommage à Jean-Sebastien Bach (1997).

http://vimeo.com/99622903

Preguntas, de Eduardo Chillida
Palacio de Exposiciones Kiosco Alfonso
Avenida Xardíns de Méndez Núñez, 3
Horarios: de L a D de 12 a 14 h. y de 18 a 21 h.
Entrada gratuita

Acciones comunes. Miradas e intervenciones urbanas desde el arte y la arquitectura.

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En 1968 el artista norteamericano John Baldessari establecía sus términos más utilizados para definir trabajos creativos en el arte, plasmando sobre un lienzo las que, según él, eran las palabras capaces de explicar esta práctica en el siglo XX (buscó en libros de arte cuáles eran las acciones más repetidas y se las dictó a un cartelista que fijó en la tela aquellos verbos). La arquitectura podría ser sintetizada de un modo parecido, a través de las acciones que convoca, más allá de intenciones o retóricas. Un proyecto de arquitectura puede enunciarse como un catálogo de verbos, sucesión de actuaciones establecidas en un lugar concreto que desencadena otra serie de actos por parte de los habitantes; una suerte de ley de Newton actualizada por la que las acciones desplegadas por la arquitectura conllevan reacciones ciudadanas.

Casi a la vez que Baldessari conjugaba su acopio de términos, Richard Serra publicaba una lista de infinitivos que precisaba la relación de acciones que se pueden aplicar a la materia, un manual para un escultor, o cualquier creador, de aquello que puede llegar a hacer; en su centenar de acciones se condensa la práctica escultórica de la humanidad, la que fue y también la que pudiera llegar a ser. El comienzo de un proyecto de arquitectura en la ciudad también podría sintetizarse en la simiente de un glosario de expresiones que indicasen diversos modos de proceder, apilar, sustraer, plegar…, que se enraizarán o ramificarán luego en nuestras calles; todo proyecto es una metamorfosis de la materia.

En la misma fecha que Baldessari, otro artista contemporáneo, Carl André, realizaba un ejercicio parecido, una sucesión sustantiva que explicaba su obra: una personalización subjetiva y un enriquecimiento complementario de la frialdad intelectual que podría achacarse a la potencia conceptual de la cuestación de Baldessari. Entre estas listas nos movemos todos, artistas, arquitectos, y en definitiva, habitantes de la ciudad, escenario palpitante que transformamos con nuestras miradas, pensamientos, y acciones comunes.

Proyectar la arquitectura de la ciudad, suma de múltiples acciones, requiere de una taxonomía operativa de funciones: algunas podrían referirse a los reacciones que genera la arquitectura al entrar en contacto con el medio, como en el inventario de Baldessari, otras a la transformación que causa en la materia, reciprocidad de nuestras ideas, al igual que en el catálogo de Serra, y otras, como en la lista de André, a nuestra implicación vivencial y comprometida, todo artista desea estar siempre a los dos lados de una línea inexistente, creando y al mismo tiempo, viviendo. Y así pasamos del pensamiento a la acción. Desde la mirada a nuestro espacio común, quisiéramos proclamar la fructífera convergencia de la práctica artística y arquitectónica, y definir ambas en continuidad como una acumulación de acciones colectivas en un lugar. Artistas, arquitectos, ciudadanos, estamos interesados en el entendimiento de la ciudad como una acumulación de hechos y vivencias, Acciones Comunes que dan sentido al espacio público y de las que todos los interesados podemos aprender estrategias de reflexión y acción para transformarlo y mejorarlo.

La presente publicación recoge las intervenciones y encuentros del curso celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en otoño de 2013, con la participación de autores, arquitectos, artistas, escritores, de sensibilidad contemporánea y urbana, y de gran relevancia en los ámbitos académicos, creativos e intelectuales, acerca de las relaciones entre arte y arquitectura.

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Domesticar la montaña | Íñigo García Odiaga

Refugio en el parque natural de Dovrefjell-Sunndalsfjella | Snøhetta

El otoño es tal vez la época del año más relacionada con la montaña, antes del invierno cuando empieza el intenso frío y los bosques muestran una imagen inmejorable. Un tipo de arquitectura que está ligada íntimamente a esta actividad, la del refugio de montaña. Los arquitectos que investigaron la vivienda mínima obrera, y las soluciones estandarizadas para dar cabida la vivienda barata de calidad investigaron este tipo de arquitecturas de montaña. Podría parecer a priori que ambos mundos están muy alejados, pero lo cierto es que su planteamiento teórico es similar. De alguna manera los refugios de montaña son la manera que tiene el hombre de domesticar la naturaleza, de convertir en doméstico un entorno hostil, pero a su vez tan presente en nuestra genética animal, como es la relación del hombre con la naturaleza.

Cabanon en Cap-Martín, Le Corbusier

En 1952 Le Corbusier, el gran maestro del movimiento moderno, construye en Cap-Martín, en la costa mediterránea francesa el Cabanon, un pequeño refugio que es al mismo tiempo vivienda de vacaciones. Una cabaña de sólo 16 metros cuadrados realizada completamente en madera. Este lugar de retiro y en ocasiones oficina, concita un particular interés dentro de la obra de Le Corbusier ya que se realizó en paralelo al proyecto de Chandigarh, la construcción de una ciudad en la India a la finalización de la construcción de la Unidad de Habitación de Marsella. Estas construcciones se encuentran íntimamente ligadas en cuanto a su concepción teórica. De hecho se trata de dos caras de la misma moneda, por un lado la célula independiente, aislada e individual, por el otro, la vida colectiva, la comunidad y el conjunto.

Un caso similar es el de Ralph Erskine, cuando el arquitecto inglés se trasladó en 1941 con su mujer y sus hijas recién nacidas a Suecia, las dificultades económicas le llevaron a auto construirse un pequeño refugio para dar cobijo a su familia y utilizarlo además como oficina.

Con unas dimensiones mínimas, de tan solo 18 metros cuadrados y una única habitación, funcionó como vivienda habitual de la familia hasta 1946. El espacio interior se dividía en dos mediante una chimenea central, la cocina y el estar, que también hacía las veces de dormitorio y sala de trabajo. La cama, sofá que ocupaba el estar se levantaba mediante unas poleas hasta el techo, con el fin de despejar la estancia durante el día.

Refugio de Ralph Erskine

La casa levantada en la zona alta de una pequeña colina es además un catálogo de soluciones ingeniosas para proteger el confort interior de las inclemencias del tiempo. Los muebles en su mayoría abatibles y móviles se apoyan en la fachada norte aumentando cuando están recogidos el aislamiento térmico en esa orientación. La pequeña cabaña introduce en su diseño además soluciones presentes en la arquitectura tradicional, como es el llamativo re-grueso de la fachada norte en la que almacenar toda la leña para el invierno, aumentando la protección frente al viento y que quedará vacía tras el invierno refrigerando así la vivienda en los meses de verano.

Ralph Erskine conjugó modernidad con las soluciones constructivas del lugar, generando una arquitectura vanguardista que respeta los condicionantes del lugar como son la climatología o el disfrute de una naturaleza tan salvaje como la sueca.

Refugio de Ralph Erskine

La arquitectura contemporánea también ha trabajado este tipo programa. Un buen ejemplo es el refugio finalizado recientemente por el estudio noruego Snøhetta. Se trata un pabellón pensado exclusivamente para dar cobijo a los montañeros que transitan por la meseta de Dorve en el norte de Noruega y que bajo un clima muy frío se adentran en la naturaleza para ver la vida cotidiana de los renos salvajes.

El pequeño edificio de 90 metros cuadrados se sitúa dentro del parque natural de Dovrefjell-Sunndalsfjella y encaramado en una meseta a una altura de 1200 metros sobre el nivel del mar, se transforma en un observatorio con vistas panorámicas sobre las cordilleras nevadas del parque natural.

Refugio en el parque natural de Dovrefjell-Sunndalsfjella | Snøhetta

Su geometría es una reminiscencia de la forma de una roca lentamente erosionada por los procesos de viento y el agua. La fachada ondulada resultante crea una serie de asientos al aire libre en el lado sur por lo que son calentados por los rayos del sol, mientras que los del lado norte quedan al interior protegidos del clima por una pantalla de vidrio que sirve como mirador. El edificio ha sido construido con técnicas de construcción naval, muy desarrolladas por los astilleros noruegos, con esta tecnología cada viga de madera cuadrada se ha desbastado hasta darle su forma definitiva y alcanzar así mediante la suma de diversas piezas el efecto ondulante final. Un marco rígido rectangular revestido con acero oxidado se funde con el paisaje circundante, mientras que el tratamiento alquitranado del pino exterior además de actuar como protección de la madera dota al conjunto de una pureza formal cúbica que revela su modernidad.

Refugio en el parque natural de Dovrefjell-Sunndalsfjella | Snøhetta

Este edificio habla al igual que muchos otros pabellones de montaña, de la necesidad de generar cobijo y refugio al montañero, de crear un espacio al resguardo de las inclemencias de la naturaleza, pero que al mismo tiempo nos permita disfrutar del paisaje y de su condición salvaje. Es en este difícil equilibrio donde la arquitectura contemporánea ha sabido aportar nuevas soluciones que no hacen más que abrir al igual que los pabellones del pasado pequeños campos de prueba que tal vez en el futuro puedan pasar del refugio de montaña a la vivienda urbana.

Refugio en el parque natural de Dovrefjell-Sunndalsfjella | Snøhetta

íñigo garcía odiaga . arquitecto
san sebastián. junio 2011

Artículo publicado en ZAZPIKA 2011.11.07

La arquitectura pública en Madrid y en el inicio del siglo XXI (I) | Antón Capitel

Vista_aérea_de_Madrid_(España)
Madrid | Autor: Pedro Lozano

Podemos dividir la arquitectura pública de la metrópoli madrileña de los últimos años en varios apartados evidentes. De un lado, entre arquitecturas de nueva implantación y rehabilitaciones, pues estas últimas han sido, lógicamente y por fortuna, tan importantes, o más que las primeras. De otro lado, entre edificios públicos y vivienda, pues, como es bien sabido, han existido muchas promociones públicas también en el campo residencial, aunque no sea este campo un sector propiamente público, al menos desde el punto de vista del uso. Por mi parte, preferiría llamar “arquitectura pública” a la que es de uso público, y no a la que es de promoción oficial. Y a ella, a la verdaderamente pública, de promoción oficial, o de promoción particular, es a la que propia y mayoritariamente me voy a referir.

Aprovecho así para protestar del uso moderno y erróneo del lenguaje. A lo oficial, propio de las administraciones estatales, del nivel que sean, se le llama ahora “público”, cuando público es, en realidad, todo establecimiento abierto al público, por ejemplo, un bar. Una cosa es “público” y otra “oficial”, así como una cosa es “privado” y otra “particular”. Pues a lo que ahora se le llama “privado” no es otra cosa que lo particular, como antes se decía bien.

La arquitectura pública en Madrid y en el inicio del siglo XXI (I) | Antón Capitel. Caixa Forum Madrid
Caixa Forum Madrid | Autor: Carles Escrig i Royo

Podemos observar, así, que el campo de la arquitectura pública, que es tanto oficial como particular, se ha convertido casi únicamente en oficial, conversión que explicaría, quizá, el equívoco lingüístico antes comentado. Lo cierto es que las arquitecturas particulares que no son residenciales son únicamente las oficinas. Han desaparecido, casi, las arquitecturas verdaderamente públicas de promoción particular. En Madrid, y en los últimos años, tan sólo podemos anotar la realización del “Caixa Forum” dentro de lo particular, o relativamente particular, al tratarse en realidad de una Caja de Ahorros. Puede decirse, quizá, que se trata de una rehabilitación, al menos en el origen, y he de advertir que, en todo caso, me referiré en lo que sigue a las obras cuya arquitectura considero relevante o, al menos, digna de discusión, y no a aquéllas que estén exentas, o sean más dudosas, en relación a estas consideraciones.

Frente a este edificio, bastante pequeño, hemos de anotar, en la nueva planta y en la promoción oficial, a los Teatros del Canal (Comunidad de Madrid), los edificios de la UNED en Lavapiés (Ministerio de Educación), el Museo de las Colecciones Reales (Patrimonio Nacional), la Ciudad de la Justicia (Comunidad de Madrid), el nuevo Palacio de Congresos (Ayuntamiento de Madrid). Los tres primeros se han realizado, aunque el tercero está sin acabar, y los dos últimos, iniciados apenas, se han parado por efecto de la falta de financiación a causa de la crisis económica. A ellos debemos añadir una cosa especial, ya realizada, que es el nuevo parque a lo largo de las márgenes del río Manzanares, al que se le llama “Madrid Río”.

La arquitectura pública en Madrid y en el inicio del siglo XXI (I) | Antón Capitel.
Sede del COAM en Madrid | Autor: Gonzalo Moure

En cuanto a las rehabilitaciones, y además del ya citado Caixa Forum, ha de hablarse de tres grandes realizaciones, todas ellas oficiales, la ampliación del Museo del Prado (Ministerio de Cultura), la conversión del antiguo edificio central de Correos en nuevo Ayuntamiento de la ciudad , la transformación del viejo matadero en centro de actividades culturales (ambos del Ayuntamiento de Madrid) y la conversión de las ruinas de las Escuelas Pías de San Antón en el nuevo edificio del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y de algunos equipamientos municipales.

En cuanto a la vivienda pública, casi toda ella promovida por el Ayuntamiento (EMV), y muy abundante, cabe distinguir entre las promociones que se encargaron a autores considerados famosos y de gran prestigio y las que fueron simplemente objetos de concurso, pero este asunto, de gran envergadura e importancia, queda fuera de las intenciones y de la posible amplitud de este texto.

Debería añadirse, todavía, un gran proyecto urbano, ya realizado a una determinada escala y hecho público, pero del que no sabemos todavía si verdaderamente tendrá un mínimo futuro: la prolongación de la Castellana más allá de su hoy horroroso e inadecuado final.

Área en la que se levantará el proyecto conocido como Operación Chamartín
Área en la que se levantará el proyecto conocido como Operación Chamartín | Fuente: elpais.com

Considero que las realizaciones de nueva planta acabadas o muy avanzadas han tenido una fortuna arquitectónica y urbana especialmente alta, y han favorecido así a la ciudad y a sus valores urbanos y físicos. Me refiero a los Teatros del Canal, realizados por Juan Navarro Baldeweg, a los 2 edificios para la UNED, realizados por José Ignacio Linazasoro, y al Museo de las Colecciones Reales, aún en marcha, pero muy avanzado, y realizado por los arquitectos Luis Moreno Mansilla (tristemente desaparecido el año 2012) y Emilio Tuñón.

Sobre los Teatros del Canal (edificio producto de un concurso restringido) caben, quizá, unas dudas no del todo arquitectónicas, o, al menos, acerca de las cuales quien escribe no puede, ni quiere, resolver. Esto es, si la institución tiene verdadero sentido, si puede ser económicamente sostenida por la Comunidad; o si, incluso, hay actividades suficientes para justificar la existencia misma de ese gran edificio. Ignoro la respuesta a estos asuntos, que son de carácter político y administrativo, y sobre los que carezco de criterio. Espero y confío en que, ya que se ha hecho, esta promoción tenga sentido, pues las dudas que en su día parecía manifestar la Comunidad parecían apuntar hacia esta dirección.

La arquitectura pública en Madrid y en el inicio del siglo XXI (I) | Antón Capitel. Reconstrucción virtual del Teatro del Canal. (Foto Comunidad de Madrid)
Reconstrucción virtual del Teatro del Canal. (Foto: Comunidad de Madrid)

Lo que puede asegurarse, por mi parte, es que desde el punto de vista urbano y arquitectónico la operación es francamente positiva. Creo que el lugar urbano ha quedado muy favorecido por la nueva presencia, tanto desde las consideraciones volumétricas y visuales, como desde el propiamente urbano. El lugar, un sitio tan central como importante, en la esquina de dos calles anchas y buenas, creo que agradece la mayor vitalidad que le da el nuevo edificio de equipamiento público.

Por otro lado, y como arquitectura, es una buena contribución, quizá menos brillante desde el aspecto figurativo externo, aunque es preciso observar que el criterio de respeto a una posición urbana normal, de edificio medianero y en esquina, compatibilizada con la libertad volumétrica, me parece especialmente logrado. Pero, figurativa y espacialmente, los interiores son más brillantes que el exterior, y ello tanto en los vestíbulos y lugares de pasos perdidos (en los que se ha obtenido muy buenas cualidades formales con medios materiales y formales escasos, siguiendo inteligentemente lecciones a la manera de Aalto, Scharoun y hasta Stirling) como en las dos Salas principales, muy diferentes y muy logradas.

(continuará…)

La arquitectura pública en Madrid y en el inicio del siglo XXI (II) | Antón Capitel

Antonio González-Capitel Martínez · Doctor arquitecto · catedrático en ETSAM
Madrid · marzo 2013

Factoría Mahou

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Tras 125 de años de historia el archivo de la compañía Mahou ha recogido cientos de objetos, fotografías y evidencias de todo tipo que muestran la estrecha relación de ha mantenido la compañía con la ciudad de Madrid.

Los orígenes de Mahou se remontan a 1890, cuando abrió en el número 29 de la madrileña calle Amaniel, aunque posteriormente en s. XIX se transformó pronto en el primer Hub de Madrid. Un espacio para las citas del ocio y la cultura para la sociedad de la época.

Esta unión de experiencias acumuladas durante toda su vida, pasan a conformar el archivo Mahou, uno de los más completos y únicos en España con más de 600.000 objetos, fotografías y documentos. Las puertas de este archivo se han abierto primeramente a un selecto grupo de creadores, quienes han descubierto nuevos matices y detalles sorprendentes que relacionan pasado, presente y futuro.

Factoría Mahou, por tanto aspira a ser el site donde se compartirán de forma continuada contenidos e iniciativas ideadas y creadas conjuntamente con autores invitados. Para ello reeditarán objetos clásicos de la marca, actualizarán recetas olvidadas, explicarán anécdotas nunca vistas de los 125 años de la marca…. y lo mostrarán a través de distintos formatos tales como cómic, sesiones fotográficas o ilustraciones de la mano de algunos de los creadores de referencia en la actualidad.

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Sofía López Díaz y Manuel López Carregal · Educación | pequeñaESCALA

Hoy nos acercamos hasta Oviedo, para conocer pequeñaESCALA una iniciativa impulsada por Sofía López, aparejadora de profesión, y Manuel López, arquitecto y docente por vocación.

“Una profesión tan antigua y determinante en el diseño e imagen de nuestras ciudades y nuestra forma de vivir que pasa casi inadvertida por los currículos educativos oficiales.”

Los niños y niñas de hoy son los hombres y mujeres del mañana, por ello es absolutamente necesario formarlos como ciudadanos críticos y educarles, con carácter constructivo y sin pretensión de condicionar vocaciones, para que sean conscientes y responsables con su entorno.

Así nace pequeñaESCALA, un proyecto que pretende acercar a los niños el mundo de la arquitectura y la construcción.

«Soñar, planear, explorar, investigar, pensar, imaginar, dibujar, calcular, medir, resolver, representar, trabajar en equipo, hablar en público, expresar ideas y, a veces, demoler para volver a construir», son sólo algunos de las acciones que se desarrollan en los distintos talleres que organizan en pequeñaESCALA.

pequeñaESCALA cuenta con un equipo multidisciplinar, formado por colaboradores provenientes de otros campos, como la psicología, la ingeniería y la construcción, representados por Raúl López, Fernando López y Cristina Imaz respectivamente.

Os dejamos con la entrevista que nos han concedido para conocer de primera mano su proyecto y sus impresiones sobre temas de actualidad.

Sofía López Díaz y Manuel López Carregal · Educación | pequeñaESCALA
Taller de pequeESCALA | Fotografía: pequeESCALA

¿Cuál ha sido vuestra formación y trayectoria profesional previa a “pequeñaESCALA”?

Sofía: Formación en Arquitectura Técnica y una trayectoria profesional de 10 años en Edificación en gestión económica y de equipos humanos.

Manuel: Arquitecto por la ETSAC y Master en educación secundaria. Fundador de NODALMODE SLP. Actualmente colaborando con pequeña escala y SA31.

 ¿Qué os llevó a abriros camino en la educación?¿Por qué principalmente con niños?

Sofía: La idea de los talleres infantiles vinculados con el mundo de la Arquitectura y la Construcción surge como muchas ideas en estos tiempos, por una casi forzada evolución profesional, que lleva a buscar caminos nuevos. Hace tres años me hablaron de Chiquitectos en Madrid, me puse en contacto con ellos y me transmitieron una idea que me entusiasmó. A partir de aquí, quise emprender algo similar en Asturias. Creo que nuestro sector necesita acercarse a la sociedad de una forma nueva, sobre todo a los que serán los ciudadanos del futuro.

Manuel: Siempre estuvo ahí latente una vocación de profesor, mis padres son profesores, y siempre estuve en contacto con este mundo. Al final no sabes cuándo dar un giro o un cambio de tercio y surgió esta oportunidad con Sofía.

Sofía López Díaz y Manuel López Carregal · Educación | pequeñaESCALA
Taller de pequeESCALA | Fotografía:pequeESCALA

¿Teníais alguna experiencia previa?

Sofia: En mi caso he tenido experiencias de formación, pero sólo con colectivos de adultos y enfocados a la Prevención de Riesgos Laborales en la Construcción. Sembrar en el público infantil es infinitamente más gratificante.

Manuel: He colaborado con colegios ayudando a llevar a cabo pequeñas actividades en el área de infantil.

¿Os encontrasteis con muchas dificultades?¿Cuáles fueron las más problemáticas?

Manuel: Lo más problemático es encontrar ayuda económica para sacar adelante algo como esto. Sé que es lo de siempre… pero es verdad, con un mínimo apoyo todo sería un poquito más sencillo. Después a la hora de trabajar, los niños son personas súper receptivas y es muy gratificante.

Sofía: Transmitir el valor que nosotros le damos a lo que puede aportar pequeñaESCALA es lo más difícil. Hacer comprender que no buscamos reconducir vocaciones, sino valores cívicos, como el trabajo en equipo o el respeto por el entorno. De los niños que van a fútbol, sólo uno o dos llega a destacar en edad adulta, con las clases de ballet suele pasar lo mismo o con el tenis. Sin embargo invertimos en estas actividades para nuestros hijos, porque sabemos que aportan otros valores.

¿Estáis contentos con los objetivos alcanzados?

Sofía: Aún estamos en la línea de salida y en momento de sembrar. Estamos contentos con la acogida entre compañeros y padres y después de un taller, siempre salimos con buenas sensaciones y animados a seguir.

Manuel: Como dice Sofía, estamos aun empezando, las sensaciones son muy buenas y la ilusión está a tope.

Sofía López Díaz y Manuel López Carregal · Educación | pequeñaESCALA
Taller de pequeESCALA | Fotografía:pequeESCALA

¿Consideráis que estudiar Arquitectura ha sido un pasaporte fundamental para haber llegado a vuestro trabajo actual?

Manuel: No sé cuál es mi trabajo actual… estudiar Arquitectura te hace tener muchas y diferentes perspectivas de otros campos, los talleres siempre los enfocamos con un punto de conexión a nuestras carreras. Actualmente se valora poco  el trabajo de un aparejador o de un arquitecto. No se conoce la profesión y se juzga injustamente, porque arrastramos una fama de otra época. Con los talleres tratamos de acercar y de dar a conocer aspectos de nuestra profesión.

Sofía: En mi caso, como aparejadora, creo que ha sido más determinante coordinar obras de gran volumen, que los estudios en sí mismos. En ocasiones se parecen mucho a una guardería, hay que estar con mil ojos.

¿Qué expectativas y proyectos de futuro tenéis para “pequeña ESCALA”?

Sofía: Yo me he dado un plazo de dos años para desarrollar del todo la idea. Tenemos siempre en mente  algo parecido a una Escuela, con un espacio propio y con una programación anual. A corto plazo el objetivo es compaginar la experiencia, con ganarse unas lentejas. No hablaría de expectativas a muy largo plazo.

Manuel: Difícil de pronosticar, queremos disfrutar de la experiencia e intentar llegar cada vez a más gente, tenemos que ir poco a poco pero la intención es poder desarrollar estos talleres y convertirlos en algo más.

¿Compagináis o complementáis esta actividad con otras labores o en otros campos?

Manuel: Siempre se colabora con compañeros y tratas de mantenerte activo en la profesión pero cada vez apetece más volcarse en este tipo de actividades e iniciativas, poco a poco pequeñaESCALA gana terreno.

Sofía: En mi caso pequeñaESCALA es un complemento a la actividad profesional, pero cada vez invierto más tiempo en desarrollar el proyecto.

¿Son rentables este tipo de iniciativas?¿Os sentís bien remunerados por la labor que realizáis?

Manuel: Rentables económicamente, de momento, no… pero no buscamos un beneficio económico, si llega mejor… es casi un obligación hacer este tipo de cosas, el mundo de la arquitectura pasa desapercibida en los colegios e institutos, intentamos aportar una pincelada de algo que consideramos fundamental, pensamiento crítico.

Sofía: Si hubiéramos comenzado a realizar estos talleres por un motivo económico, no estaríamos embarcados en esto. Hay ámbitos donde la rentabilidad es muy difícil de calibrar. La educación y la cultura tiene esa etiqueta de todo gratis en nuestro país.

Taller de pequeESCALA | Fotografía:pequeESCALA

¿Animarías a otros arquitectos a seguir vuestros pasos? ¿Qué pasos consideráis que deberían dar? ¿Cómo completar sus estudios? ¿Qué otros consejos les darías?

Manuel: Tengo la sensación de que doy pasos inestables, no me veo para dar consejos, la verdad, pero la frase que más repito cada vez que hablo con compañeros es «ánimo, hay que seguir». Seguir formándose o como sea. Lo que si me gustaría es que tanto los arquitectos como los arquitectos técnicos peleáramos más por cambiar la visión que se tiene de nuestra profesión. Es difícil, pero a peor ya no se puede ir.

Sofía: El mejor consejo que he recibido desde que terminé los estudios hace 13 años ha sido el de un compañero y gran profesional: “Haciendo y Aprendiendo”

¿Creéis que los arquitectos en España deberíamos seguir abriendo nuevas vías de trabajo para  salir de la casilla más «tradicional» de proyectar dada la actual situación de la construcción en nuestro  país?

Sofía: Lo que sí aconsejo, por la forma en que ha cambiado el mercado, es completar la formación con idiomas, marketing on-line, legislación internacional. Ya no podemos pensar en proyectos locales o nacionales.

Manuel: Por supuesto, eso es importante pero en este país nos falla la base, lo que falta es educación arquitectónica, la burbuja, el feísmo, el uso que le damos a las ciudades, cómo las vivimos… es por falta de educación. Creo que por ahí hay vías en las que trabajar.

¿Qué opináis de los que se han ido a trabajar al extranjero?

Sofía: Si las circunstancias personales y familiares lo permiten, irse a determinados países es una muy buena decisión. Nada es fácil en estos tiempos, ni quedarse ni irse. Pero pienso que salir de nuestra zona de confort, siempre trae experiencias vitales enriquecedoras.

Manuel: Es una salida tan válida como la de quedarse y trabajar de otra cosa. Como dice Sofía, depende mucho de las circunstancias personales, hay que buscar la felicidad y tranquilidad cómo y dónde sea.

¿Cómo veis el futuro de la profesión?

Sofía: Debemos reinventarnos, pero sobre todo confiar en la unión, en los Colegios Oficiales y en los colectivos. La colaboración es más necesaria que nunca.

Manuel: Black, como las dichosas tarjetas.

Taller de pequeESCALA | Fotografía:pequeESCALA

Sofía López Díaz y Manuel López Carregal · Eduación | pequeñaESCALA
Diciembre 2014

Entrevista realizada por Ana Barreiro Blanco y Alberto Alonso Oro. Agradecer a Sofía y Manuel su tiempo y predisposición con este espacio.

Parking público El Carbonero | CiO estudio

El proyecto, consistente en la remodelación de un antigua estación de autobuses para su nuevo uso como parking de rotación, parte de unos condicionantes complejos: una normativa urbanística muy restrictiva, una geometría de parcela irregular y un presupuesto muy limitado.

La principal premisa proyectual fue sin duda la funcionalidad, pero al mismo tiempo, tomamos cada uno de los retos como una oportunidad para dar “liebre por gato” y llevar más allá las expectativas mediante soluciones creativas y el cuidado diseño de todos los elementos que conforman el proyecto: estructura, iluminación, instalaciones, señalética, etc.

La estación de autobuses de El Carbonero de Oviedo fue construida en 1970. El edificio albergada seis plantas de viviendas destinadas a los trabajadores de la empresa en las plantas superiores mientras que en las plantas baja y sótano se localizada la estación. En el patio de manzana de la parcela se ubicaban las dársenas.

Cuando la estación cesó su actividad en 2007, la empresa El Carbonero S.A, propietaria de los locales, decidió habilitar los mismos para su nuevo uso como aparcamiento público de rotación.

El proyecto plantea unas importantes restricciones de partida: una parcela con geometría muy irregular, importantes limitaciones acústicas debido a la existencia de edificios residenciales colindantes, estrictas limitaciones de altura definidas en la normativa urbanística y un limitado presupuesto de €250/m2.. El estudio geotécnico definió el firme a una profundidad media de 4m.

En primer lugar se define un esquema de distribución óptima, fijando en 70 el número mínimo de plazas a considerar en proyecto, incluyendo dos plazas adaptadas, un mínimo de 10 plazas grandes, viales de 5m y radios de giro de 6m.

Mediante el sistema de planos acotados se definió la geometría de cubierta adaptada al perímetro irregular del patio, formada por 5 faldones de pendientes iguales del 7% que cumplían los límites de altura definidos en la norma y optimizaban el volumen máximo construible. Se determina el uso de panel sándwich acústico como material de cubierta, con un porcentaje de policarbonato definido por el estudio acústico para la entrada de luz natural y la reducción del consumo eléctrico.

En colaboración con Francisco Mena se diseña una estructura metálica para el soporte de cubierta formada por dos niveles estructurales de cerchas de tubo de acero, salvando luces de hasta 28m. La posición de los únicos 11 pilares se adaptó a la distribución de las plazas y a la geometría de la cubierta, creando un espacio diáfano y funcional. La cantidad de acero empleado fue de 14,5 Kg/m2, consiguiendo una reducción aproximada del 30% en el coste de la estructura en relación con una estructura convencional de vigas y pilares metálicos con luces de 7m.

Obra: Parking Público El Carbonero
Autores: CiO estudio (Japi Contonente y Sara Ojanguren arquitectos)
Colaboradores: Francisco Mena
Año: 2014
Emplazamiento: Oviedo, España
Empresa constructora: Construcciones Emilio Cueto S.L.
Presupuesto: 575,000€
Superficie: 2300m2
Coste: 250€/m2
Fotografía: Daniel Ojanguren y CiO estudio
+ cioestudio.com

Espacio público/Espacio privado

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ATTENTE, NYC

Espacio público / Espacio privado es una exposición que quiere indagar en los límites entre la imagen pública y la imagen personal a través de obras fotográficas y videocreaciones. En esta ocasión, las capacidades de los medios escogidos nos permitirán establecer una observación de los modos del público y el personal en la contemporaneidad, de las actitudes implícitas en la representación, que permiten ver cómo apreciamos la construcción del espacio público como lugar de suceso narrativo o lugar para la acción de lo social, como lugar de la construcción del paisaje contemporáneo y también como no-lugar. Por otro lado, el escenario de captación de lo íntimo, de las vidas personales, de la construcción de la propia personalidad, de la visión sobre lo ajeno, del comportamiento de la familia o nuestra organización en grupos.

Comisaria: Mónica Maneiro.
Artistas: Ana Amado, Carla Andrade, Emma Crichton, Carolina Cruz Guimarey, Amaya González Reyes, Rita Gutiérrez Rivera, Cillas Seyde y Verónica Vicente.

Centro Torrente Ballester
Rúa Concepción Arenal, s/n. 15402 Ferrol. España

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La habitación. Más allá de la sala de estar

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Es habitual que en los libros de teoría e historia de la arquitectura las viviendas aparezcan representadas únicamente por sus salas de estar, dejando de lado el resto de habitaciones. Pareciera que, a pesar de su mayor número, el dormitorio no tuviera trascendencia alguna en una vivienda. Sencillamente no se piensa en él. El predominio de la sala de estar sobre cualquier otro tipo de estancia limita el potencial que podría tener la vivienda contemporánea. Este ensayo aboga por una casa con mayor sentido y complejidad y, a través de la reflexión en torno a la habitación con usos diversos, defiende la ambigüedad y la no especialización de los espacios domésticos.

Para ello Xavier Monteys recurre a una colección variada de estancias de procedencia heterogénea. Encontramos habitaciones ante las que se ha desempolvado la mirada para volver a observarlas, otras extraídas de algunos textos literarios o sacadas de lienzos de exposiciones y museos, y otras procedentes de instalaciones y experimentos realizados por artistas contemporáneos. El conjunto se convierte en una casa con muchas habitaciones que permiten diferentes modos de vida y por la que podemos transitar de un modo imaginario y, sobre todo, desencadenar un flujo de nuevas miradas que transformen nuestra concepción reduccionista de la vivienda contemporánea.

Xavier Monteys (Barcelona, 1953) es catedrático de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). Dirige el grupo de investigación “Habitar” y coordina el máster de Teoría y Práctica del Proyecto de Arquitectura en la Escola Tècnica Superior d’Arquitectura del Vallès (ETSAV). Ha sido profesor en diversos centros universitarios y es colaborador habitual de la revista Quaderns d’Arquitectura i Urbanisme y el suplemento Quadern del diario El País. Autor de diversos libros, entre ellos se encuentran Le Corbusier: obras y proyectos y Casa Collage (con Pere Fuertes), ambos publicados por la Editorial Gustavo Gili.

Oíza desencadenado | José Ramón Hernández Correa

Francisco Javier Sáenz de Oíza era un genio. Sí, un genio. En todas las acepciones de la palabra, incluso en la de «tener mucho genio».

Siempre decía cosas ingeniosas, creativas, estimulantes. Era imposible saber qué fértiles asociaciones de ideas iba a hacer, y eso hacía su discurso apasionante.

A no ser que te tocara terminarle una frase. Eso era angustioso.

A veces tenía un chispazo brillante, lo insinuaba y pretendía que alguien de entre los presentes lo rematara. Imposible.

¿Cómo saber qué era lo que se le había ocurrido?
Francisco Javier Sáenz de Oíza | arquitectamoslocos.blogspot.com.es

Una vez, en un curso de doctorado, mencionó de pasada un problema cotidiano que tenía con su caja de compases, y preguntó cuál era la solución. A mí (como supongo que al resto de alumnos) se me ocurrió una respuesta evidente de puro tonta, pero me abstuve (como los demás) de decirla en voz alta. Oíza insistió: Quien diera con ella tenía aprobado automáticamente el curso. Nadie dijo nada. Decepcionado por tener unos alumnos tan lerdos, el maestro dio la solución: Era la que supongo que habíamos pensado todos.

Pero con Oíza eso no era lo normal. Podría haber sido cualquier cosa. Y si no acertabas te exponías a su durísima (por aguda, divertida y mordaz) crítica. Y nadie era capaz de resistir eso.

(Aparte de que, de haber acertado, a ver quién era el guapo que le decía luego que cumpliera su promesa).

A Oíza le gustaba dar cursos sobre «vocabulario arquitectónico» o, mejor dicho, sobre «conceptos básicos sobre los elementos arquitectónicos». Reflexionar sobre qué era un muro, una cubierta, un hueco, una columna, etc. Lo hacía con un ánimo constructivista, concreto y práctico, como para explicar las bases, pero lo bañaba todo de poesía, de espacio, de creación, de filosofía de la habitación humana.

Eran unas clases apasionantes, en las que desde la necesidad estructural del muro de carga y desde su realidad constructiva, se llegaba al espacio y a la definición de las condiciones de vida y función.

Era algo extraordinario.

Oíza adolecía de falta de orden y rigor expositivos. Era incapaz de desarrollar un programa coherente. Pero eso no tenía la menor importancia, porque a cada frase te sugería mil ideas y te abría mil caminos, y cada historia que se salía del temario previsto te sumergía en la aventura. Siempre era mucho mejor el destino encontrado que el previsto.

Lo malo, como digo, es cuando pretendía que alguien le siguiera la idea. Nadie era capaz de hacerlo.

Una vez, en uno de estos cursos, le propuso a su profesor ayudante Francisco Alonso (el magnífico Pacoalonso) que diera una lección sobre «la puerta».

Paco Alonso se preparó el tema con la dedicación y perseverancia acostumbradas en él, y dio una charla exhaustiva y magistral sobre la puerta: Tipos de puerta (correderas, abatibles, basculantes, pivotantes…); materiales (madera, vidrio, acero, aluminio, piedra…), sistemas, cierres, estilos, etc, etc, etc.

La charla duró sus buenos tres cuartos de hora, durante los que Oíza asistió atento y callado. Al terminar, todo el mundo esperaba la felicitación del maestro y, acaso, un par de frases para poner la guinda.

Pero no fue así. Oíza se levantó y le dijo a Paco Alonso que se había equivocado completamente. Que la puerta no es la membrana que cierra el hueco, sino el hueco. La puerta es la apertura. La hoja anula la puerta, quiere que el hueco vuelva a ser muro, que deje de ser puerta. La hoja abatible, pivotante, basculante, etc, lucha contra la puerta.

La puerta es puerta cuando está abierta. Todo lo demás es no-puerta.

«No te has enterado de nada».

Paco Alonso argumentó, habló, expuso, razonó. Pero ya era todo inútil. (En mi modesta opinión, Oíza tenía toda la razón, pero fue innecesariamente cruel. Podía haber intervenido al principio y haber reconducido la charla de su ayudante, o haberla convertido en un fértil debate).

Hace poco, Santiago de Molina ha escrito una reflexión sobre la puerta. Me pareció muy hermosa y os animo a que la leáis. Creo que a Oíza le habría gustado mucho. «Las puertas dejan pasar ríos».

José Ramón Hernández Correa
Doctor Arquitecto y autor de Arquitectamos locos?
Toledo · febrero 2013

Proyectos para no dormir (I) | Alberto Ruiz

El síndrome de “obediencia debida”.

En estos tiempos convulsos de leyes demoledoras y esclavos disfrazados de falso autónomo, permitan a este minúsculo blog relajar el ambiente intentando contestar a una de las grandes preguntas de la humanidad: ¿por qué es mala la mala arquitectura?

Dice un famoso corolario, atribuido creo yo a todos los profesores de la escuela de arquitectura, que “sobre gustos hay mucho escrito, el problema es que a la gente no le gusta leer”. En esta serie, dedicada a los más variados espantos arquitectónicos intentaremos huir de argumentos manidos y fobias preconcebidas. Simplemente vamos a  intentar explicar, desde nuestro humilde punto de vista, cuales son algunos de los males de esta profesión nuestra.

Y hablando de corolarios, es importante evitar ver la paja en el ojo ajeno, sin que a uno le moleste la viga en el propio. Así que empecemos por la autocrítica. El artefacto de la foto que sigue es obra (al menos en parte, de un servidor). Y sí, es malo. Malo con ganas. Pero, ¿por qué es malo?

Fotografía: Alberto Ruiz

La explicación (que no excusa) viene por lo que podemos llamar síndrome de “obediencia debida”. Se mezclan un arquitecto joven y con ideas poco claras, con uno de aquellos jefes de estudio de colmillo retorcido y, sobre todo, con un cliente de planteamientos algo “caprichosos”. El resultado: una mezcla de esquemas funcionales basados en el fascinante mundo oriental del feng-shui (tan apropiado para un edificio en la mancha), con modificaciones “al vuelo” del programa, los acabados, los usos previstos y el presupuesto de la obra y, para rematar el pastel, la intervención a última hora de un prestigiosísimo estudio de interiorismo que terminó por decidir que el espíritu de la obra necesitaba una decoración de estilo tailandés. Estoy convencido de que, el hecho de que el otro negocio del ínclito decorador fuera una empresa de importación de muebles orientales no tuvo nada que ver.

En tan propicio caldo de cultivo, la labor de aquel joven y desubicado arquitecto era, básicamente, decir que sí. Las visitas de obra consistían en pasear por aquel secarral manchego con la propiedad y el jefe del estudio anotando las últimas ocurrencias de ambos, para ponerlas en práctica a la mayor brevedad, sin importar la viabilidad técnica, ni por descontado, el correspondiente desfase presupuestario. Obvia decir que el mencionado desfase presupuestario se volvió algo más importante cuando desapareció la financiación antes de terminar la obra, pero ese es otro tema.

Aquel joven y desubicado arquitecto nunca se decidió a decir en voz alta que aquello le parecía una barbaridad. Y tragó. Y firmó. Y nunca llegó a defender que su criterio, acertado o no, debía tener importancia en el proceso de construcción de aquel, o cualquier otro, edificio. Y durante un tiempo se indignó cuando escuchaba a alguien criticar al arquitecto responsable de algún otro espanto porque seguro que el pobre no tuvo la culpa, que fueron las presiones, que él quería hacer algo estupendo pero apareció algún decorador desalmado que lo estropeó todo…

Pero el joven y desubicado arquitecto tenía (y tiene) una responsabilidad, aunque no le hayan preparado para ella. Una responsabilidad hacia su cliente al que, por muy caprichoso que este sea, a veces hay que decir no. Una responsabilidad hacia la sociedad (en este caso la de aquel adorable pueblito manchego) que tendrá que sufrir o disfrutar sus edificios. Y una responsabilidad hacia su profesión. Que ya sabemos que en este país todos somos críticos de arte y seleccionadores de fútbol y todos los arquitectos posamos para las fotos con foulard y tenemos palco en el open de tenis.

Alberto Ruiz. Arquitecto, docente e investigador
Madrid. Mayo 2013

P.D. La redacción de este blog quiere hacer notar que ningún decorador fue maltratado durante la redacción de este artículo.

Recordando a Coderch

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La película «Recordando a Coderch» es un retrato coral sobre el arquitecto como ser humano. Dirigida por Poldo Pomés, recoge los testimonios de aquellos que trabajaron con Coderch, que le conocieron, o que luego han hecho aportaciones significativas al estudio de su obra. Lejos de las etiquetas, aparece un hombre amado y respetado por quienes le conocieron bien. Un retrato coral sobre un hombre complejo, recto, a veces severo, siempre honesto, libre, generoso y transparente, en la que han participado, entre otros, Federico Correa, Óscar Tusquets, Oriol Bohigas, Carlos Ferrater y Rafael Moneo.

Dirección: Poldo Pomés, a partir de una idea de Ginés Górriz, Pati Núñez y Elina Vila.
Producción: MINIM.
Guión y entrevistas: Pati Núñez y Ginés Górriz.
Edición: Poldo Pomés.
Con la participación de: Antonio Armesto, Josep María Ballarín, Josep Benedito, Oriol Bohigas, Pepe Coderch, Federico Correa, Emilio Donato, Carlos Ferrater, Carlos Fochs, Josep Llinàs, Joan Margarit, Rafael Moneo, Víctor Rahola, Josep Maria Rovira, Jesús Sanz Masdeu, Jesús Sanz Luengo, Enric Soria, Óscar Tusquets y Jordi Viola.
Agradecimientos: Ana Coderch, Fernando Amat, Leopoldo Pomés, Robert Terrades, Jaume Prat, Gerardo García-Ventosa.

Pensado a mano. La arquitectura de Flores & Prats

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“En el mundo homogéneo en el que las herramientas son armas que sirven sólo para cortar por lo sano, instantáneamente, la obra de Flores & Prats se demora y demora en una experiencia desarmada, en la que la herramienta se forma en la mano, y la obra en la mano y la herramienta, continuamente.

Su obra parece oponerse a cualquier corte, sin dramatismos, a pesar de que las circunstancias la han enviado por lo general a los márgenes, a las tierras de nadie y a las periferias, o sea, a los lugares donde el corte parece ineludible, irremediable. Su trabajo parece afirmar que sólo atando y desatando crece la experiencia, es decir, lo verdadero. Hacer y usar: una cosa transforma a la otra, y viceversa”.

Juan José Lahuerta

Pensado a mano. La arquitectura de Flores & Prats
Pensado a mano. La arquitectura de Flores & Prats

Es una monografía que recoge nuestros trabajos a lo largo de los 15 años del estudio de Flores & Prats, pero sobre todo es un libro que trata de cómo se trabaja en el estudio, pensado a mano.

Para que esto pueda estar bien explicado en el libro, hemos colaborado directamente con Arquine en la compaginación y edición del material, y el resultado nos gusta mucho.

Contiene un texto crítico de Juan José Lahuerta, y aportaciones de Miquel Adrià, Adrià Goula, Joan Enric Prats, Cesc Segura, Manuel De Solà-Morales, Manuel Arguijo, Carlota Coloma, Adrià Lahuerta, Soraya Smithson Miralda y Toni Casares.

 

BeeFree

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BeeFree es una aplicación online gratuita y disponible en varios idiomas (actualmente inglés, español e italiano) para diseñar emails HTML que se adaptarán al tamaño de la pantalla que los reciba.

Es un editor de sencillo manejo que dispone de varias plantillas tipo para crear emails, para informar de novedades o productos. La interface permite, de una forma muy intuitiva, diseñar el email tipo que se enviará a los suscriptores. Es posible alterar las plantillas predefinidas, plantillas, colores, fondos, imágenes, textos… Tiene como peculiaridad que adapta a los emails a los dispositivos móviles.

Siempre es importante conocer opciones que ayuden a mejorar la imagen que mostramos en los boletines.

Casa de Campaña | ARKB-Arrokabe arquitectos

Se trata de una vivienda con un uso ocasional concebida en su volumetría, composición y materiales de acabado exterior como un almacén agrícola.

Se construyen cerramientos ligeros que permitan alcanzar condiciones interiores de confort en el mínimo tiempo posible e incorporan un sistema de correderas que posibilitan cerrar totalmente la edificación.

Se resuelve mediante un volumen compacto de planta rectangular con cubierta a dos aguas. Aunque acoge dos niveles, la altura de «cornisa» equivale a la habitual en las construcciones de planta baja del entorno.

Se ejecuta mediante una construcción sencilla que pone acento en la facilidad de montaje basada en un primer orden estructural de cuatro pórticos metálicos situados a tres metros de distancia sobre los que apoyan escuadrías de madera que sirven como pontones de piso o correas de cubierta.

Un único tipo de panel «sándwich» resuelve la hoja interior de toda la envolvente solucionando el acabado, el aislamiento y la base para la fijación del rastrelado.

Éste conforma la cámara de aire ventilada y se utiliza como sujeción de la tabla de abeto que funciona como revestimiento de la cara exterior del cerramiento vertical y como base para la chapa de zinc de la cubierta.

Obra: Casa de Campaña
Autores: Arrokabe arquitectos [Óscar Andrés Quintela, Iván Andrés Quintela]
Emplazamiento: Galicia, España
Año: 2005
Fotografías: Bernardo Diéguez y Arrokabe Arquitectos
+ arrokabe.com

Arquitectura y verdad. Un curso de crítica

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Frente a las formas de horror (ma­lignas o » kitsch » ), frente al horror de las formas falsas, fáciles y retro-sentimentales (formas mitad liberales, mitad fascistas), se ofrecen aquí once lecciones para una sola ecuación poética, es decir, antiartística: Arquitec­tura = Civilización = Racionalidad = Modernidad.

Quizá ella nos pueda proteger del obsceno facilismo cómico, decorado y plebeyo que nos rodea.

Lejos de las Artes y las Cultu­ras, lejos de los Monumentos, Mitos, Estilos y Lenguajes, la es­casa arquitectura auténtica es, sobre todo, asunto poético, esto es: construcción industrial, racional, objetiva, civil y panhumana.

Retratos a través de los ojos de un miope (XI) | epR

Ramón Vázquez Molezún sujetando el timón, los ojos entornados, mientras la nave baila sobre las olas rizadas de la ría.

Ramón Vázquez Molezún recorriendo Europa a lomos de su Lambretta.

Ramón Vázquez Molezún desperdigando hexágonos en una planta inmensa.

Ramón Vázquez Molezún dibujando secciones imposibles encaramadas a una ladera.

Ramón Vázquez Molezún imaginando una casa mínima a horcajadas de la tierra y la mar, flotante como aquella nave y mundana como aquel viaje por Europa.

Una casa incapaz de ceñirse a un tablero de dibujo.

Retratos a través de los ojos de un miope (XI) epR Ramón Vázquez Molezún
Ramón Vázquez Molezún | Fuente: Fotografía original de José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún . Image Cortesía de Open House Madrid

El primo Ramón
Bueu, invierno de 2014

Instrumentos de medida del tiempo (II) | Jorge Rodríguez

Instrumentos de medida del tiempo (I) | Jorge Rodríguez

Small house for a Kolonihaven | Fuente: EMBT

‘Somos nuestra memoria,
somos ese quimérico museo de formas inconstantes,
ese montón de espejos rotos.’

JL Borges

Quizás vivir no sea más que una eterna construcción de recuerdos. Nos empeñamos en anticipar la melancolía que nos traerá la memoria, proyectando nuestro futuro pasado.

Quizás por eso, cuando Enric Miralles hizo su pequeño Kolonihavehus,  una casita de no más de 6 m2, una piedra en miniatura en un paisaje bonsái, decidió que tenía que ser un calendario. Así, quedaría registrado el paso del tiempo, que en definitiva, es lo que somos. De lo que estamos hechos.

Quizás, colocó la casa junto a un cerezo para que fuesen sus biorritmos los que anunciasen que el tiempo, a su paso, iba construyendo sus vidas y arquitecturas. Un almanaque nos recuerda que los claveles estarán abiertos los fríos días de Diciembre y disfrutaremos de los nenúfares las mañanas de Junio. Construir un entorno, casi como un reloj de arena, como un instrumento de medida del tiempo.

Quizás también, el crecimiento fugaz de su hija Caterina le hipnotizaba tanto, que quería que el mundo creciese con ella, y así, también su casa. Como un vestido que abraza los movimientos de la pequeña inquilina, que cuando se escapa de su piccolo mondo e interrumpe la charla de sus padres alrededor de una mesa, se siente aun más pequeña. Mucho más. Y también él, cuando asiste como invitado de excepción al religioso ritual que es el juego para un niño, se siente ajeno, de otro tiempo.

Quizás, consciente de la caducidad del tiempo y la eternidad de su recuerdo, decidió que un proyecto es mucho más que sí mismo, es cada uno de los seres que lo constituyen. Y por eso, en la lista de autores del proyecto, Caterina Miralles Tagliabue ocupa un lugar privilegiado.

Quizás este pequeño Kolonihaven no sea nada más que la manera en que Enric Miralles veía pasar la vida. Un constante mirar de izquierda a derecha, sin gafas.

Quizás, como suele ocurrir cada vez que me acerco a Enric Miralles, todo lo anterior solo sea un tremendo quizás.

Jorge Rodríguez Seoane
Diciembre 2014. Coruña

Instrumentos de medida del tiempo (III) | Jorge Rodríguez

Museos | Antonio S. Río Vázquez

«En las catedrales ya nadie reza fuera de las horas preestablecidas. Ningún creyente se abandona al recogimiento siquiera un instante durante su paseo turístico. Es posible que hayamos perdido hasta nuestra capacidad de emocionarnos —de llorar, dice James Elkins— también frente al hecho artístico. Y la hemos perdido porque carecemos del tiempo necesario, porque no regresamos a ver, porque despreciamos lo que tenemos cerca y apreciamos lo que está lejos. Porque nuestros museos y monumentos, con su masificación y su iluminación cuidada, con su orden, con sus programas guiados para turistas, nos alejan de cierto sentimiento trascendente, sea el que sea para cada uno».

Estrella de Diego: Rincones de postales. Turismo y hospitalidad

Thomas Struth, Pergamon Museum 2 (2001)

Hace casi una década, a raíz del proyecto de un centro de arte contemporáneo, escribí una pequeña reflexión sobre el papel de los museos en la sociedad actual. Entonces tomé de Magritte una metáfora para simular la contradicción imperante en el panorama museístico del momento, dónde coexistían dos hechos aparentemente opuestos: eran instituciones inmersas en una gran crisis y, sin embargo, nunca en la historia habían despertado tantas expectativas.

La riqueza de la paradoja se manifestaba también en el concepto de «museo de arte contemporáneo»: por una parte, nos remite a un lugar dónde se almacenan objetos para ser examinados, conservados y, en cierta manera, congelados en el tiempo; por otra, el arte contemporáneo reclama convertirse en algo cada vez más conceptual, público, e incluso efímero.

Progresivamente, los avances tecnológicos permiten el acceso libre desde cualquier lugar del mundo a una inmensa galería virtual con obras artísticas de todos los tiempos, generando un nuevo tipo de museo, una estructura intangible, abierta y compartida dónde los creadores edifican sus parcelas y dónde cualquier individuo puede convertirse en autor, como reclamaban muchos artistas.

El museo actual ha querido buscar otros caminos alternativos, complementarios al espacio expositivo: ciclos de actividades, talleres didácticos, mediatecas, tiendas y cafeterías… mientras intenta pervivir como el lugar dónde cada persona pueda tener un encuentro directo, vivo y personal con la obra de arte.

Recientemente he podido leer el interesante libro de Estrella de Diego Rincones de postales, dónde dedica el capítulo «Focos sobre la historia: museos y catedrales» a reflexionar sobre la actualidad de estos espacios, observando cómo han cambiado los museos porque su público también se ha transformado, ese público que retrata magistralmente Struth en sus series fotográficas.

«No solo son ahora mucho más abundantes, sino mucho más distraídos, piensan en sus cosas mientras el guía o la autoguía, muy popularizada, va explicando las salas. Da igual lo que tengan delante, nada consigue atraparles genuinamente».

Y así, mientras el visitante pierde la capacidad de emoción, los museos siguen proliferando por todo pueblo y ciudad, invadiendo lugares y recursos públicos independientemente del interés de su contenido. O incluso más grave: tristemente vacíos.

Hace una década escribí que el museo debería ser un lugar acogedor, dónde lo más importante fuera lo expuesto en su interior y no el propio museo, y que su presencia en una ciudad debía ser la de un organismo vivo abierto a la gran diversidad de manifestaciones que la sociedad pudiera ofrecer, desdibujando las fronteras entre lo privado y lo público, entre la obra de arte y la cultura de lo cotidiano, y ahora añado: dónde el visitante recupere la capacidad de emocionarse porque, como bien lo expresó Estrella de Diego, «cada vez quedan menos lugares donde soñar».

Antonio S. Río Vázquez . Doctor arquitecto
A Coruña. noviembre 2014

Somos Paisaxe

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Somos Paisaxe es una iniciativa de divulgación que trata de acercar los paisajes y las personas a través del re-conocimiento de los elementos que las componen, la comprensión de sus dinámicas y procesos y la actuación por la puesta en valor del carácter competitivo que tienen los Paisajes Gallegos.

Un paisaje es un espacio que es percibido y podríamos decir que la percepción es algo dinámico dado que no todos los observadores perciben lo mismo. Sin embargo el paisaje no es so percepción es algo más: es el resultado siempre inestable de una dinámica en la que intervienen elementos bióticos, abióticos y antrópicos. Po eso, sí bien es importante el perceptivo en la comprensión de los paisajes, parece te convine ir más allá y entrar también en su dialéctica concreta fruto de una morrena de elementos, factores y procesos a lo largo del tiempo.

Uno de los principales característicos de Galicia es su riqueza paisajística. Su situación geográfica en el planeta, la cercanía del océano y la existencia de las altas sierras orientales, una contrastada morfología, los millares de ríos que surcan este territorio, la presencia de rocas graníticas y louseñas, así como un variado mosaico climático y una elevada diversidad biológica, configuran una riqueza paisajística única e irrepetible.

El Convenio Europeo del Paisaje desplaza la mirada desde los espacios singulares, hacia los ordinario, los vividos por la mayoría de los ciudadanos. Esta universalidad del paisaje está ligada nuestra calidad de vida, al derecho ciudadano de disfrutar de unos paisajes armónicos. La ley de protección del paisaje de Galicia, pretende, en sintonía con este principio, darle forma a la voluntad de nuestra sociedad de poder intervenir en las transformaciones paisajísticas, garantizando la preservación de los suyo valores.

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Agronautas

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Existen planteamientos, modos de vida y formas de hacer que proponen una relación más equilibrada entre el ser humano y el planeta. La mayoría de ellos, sin embargo, no han sido desarrollados por grandes compañías ni disponen de altos presupuestos gubernamentales. En muchos casos se trata, por el contrario, de personas anónimas organizadas en redes, de profesionales que desarrollan nuevos sistemas fuera del mercado o de individuos que han decidido actuar por su cuenta. Los llamamos Agronautas.

http://youtu.be/0lwK-odnN1k

Un documental de Juan Dopico Massobrio y Pez Estudio.

Agronautas [Documental] es una película documental fruto de la primera fase de exploración del proyecto Agronautas. Durante 2011 y 2012 se registraron 40 experiencias colectivas, un total de 56 personas que desarrollan iniciativas que reformulan la relación entre las personas y el medio natural, ya sea a nivel individual, en comunidades o a través de su actividad profesional.

Agronautas [Documental] recoge los mejores momentos de estas entrevistas con el objetivo de difundir proyectos y actividades basadas en la minimización del impacto humano sobre el entorno, así como del consumo de recursos y energía. Estas opiniones y experiencias, pese a su importancia como beneficio colectivo, resultan muchas veces poco visibles para la ciudadanía. El proyecto es un primer paso de investigación y pretende abrir el debate y la reflexión sobre la reformulación de los intercambios de las personas con el medio ambiente de una manera holística.

Agronautas [Documental] está registrada con licencias libres, con el objetivo de ser ampliamente difundida.

El documental está dividido en cuatro bloque temáticos: Agricultura, Energía y Ecología, Arquitectura y Tecnología, y Política y Sociedad

Agricultura:  Se abordan algunas de las problemáticas y alternativas presentes en relación al sector: agricultura ecológica, redes de semillas, alimentos transgénicos, agroindustria, grupos de consumo, soberanía alimentaria, huertos urbanos.

Energía y Ecología. A través del testimonio de los “agronautas” entrevistados se hace un repaso sobre temas como la globalización, el agotamiento de recursos, el decrecimiento, las energías renovables, el consumismo, la dicotomía natural-artificial o el equilibrio con la naturaleza.

Arquitectura y Tecnología. Se proponen alternativas para que la utilización de ambas disciplinas suponga un equilibrio con la naturaleza y con la sociedad. En este sentido, los testimonios se centran, entre otros, en la bioconstrucción, autoconstrucción, ecoconstrucción, arquitectura genética, arquitectura algorítmica y las nuevas tecnologías.

Política y Sociedad. Se plantean alternativas al sistema político actual así como posibles soluciones para salir de la crisis global actual. Los modelos horizontales, los sistemas de participación ciudadana, las colonias colectivizadas, las alternativas al sistema capitalista o los movimientos sociales son algunos de las opciones tratadas.

5º Premios IS ARCH para estudiantes de arquitectura

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Los premios Is Arch para estudiantes de arquitectura llegan a su quinta edición. Hasta el 16 de febrero se pueden presentar los proyectos, trabajos académicos realizados dentro del marco universitario, y los tres proyectos ganadores se repartirán 6.000 € en premios. El jurado está formado por arquitectos de estudios internacionales como Foster and partners, Ateliers Jean Nouvel, OMA, Benedetta Tagliabue o Kengo Kuma & Associates.

IS ARCH nace de la inquietud de dos estudiantes de arquitectura de la ETSAB (Escuela técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, de la Universidad Politécnica de Cataluña) por crear una plataforma internacional de difusión y debate de las soluciones aportadas por los alumnos de Arquitectura dentro del marco de la universidad.

Los Premios IS ARCH quieren alentar a los más jóvenes en el debate arquitectónico desde su particular punto de vista, entendiendo que ésta será la concepción de la Arquitectura del futuro.

Los Premios IS ARCH tiene dos años de vida, ya se han llevado a cabo cuatro ediciones y actualmente está vigente la quinta. En este tiempo se han presentado a los premios cerca de 1.000 proyectos de estudiantes de todo el mundo, se han dado premios por valor de 20.000 €, hemos conseguido el apoyo de partners como Roca, HP, Editorial Gustavo Gili, Sika, Vinçon, On Diseño etc., y el soporte también de muchas revistas, bloggers y medios del sector.

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Casa en Bueu | Villacé y Cominges

El terreno, con forma de L, pronunciada pendiente en diagonal y magníficas vistas al norte y al oeste es el punto de partida del proyecto.

La vivienda consiste en dos volúmenes maclados que se sitúan en el vértice de la L, dividiendo de esta forma el terreno en una serie de espacios bien acotados con usos diferenciados según su altura, topografía, soleamiento y vistas.

Se establecen dos niveles, uno de entrada a la cota inferior, y un nivel principal contiene las zonas de estar y la piscina.

La llegada a la casa se produce a través de los restos de una edificación existente en la cota inferior de la parcela, los arranques de sus muros y una gran roca se utilizan como zona de aparcamiento.

Hacia esta zona, la casa abre dos huecos, la entrada, que se protege con un voladizo de hormigón, y un asiento ventana que permite una vista panorámica sobre Bueu desde el dormitorio principal.

En la planta principal el volumen se perfora en dos de sus frentes, norte y sur, haciendo que la sala principal sea una zona de unión entre las zonas bien soleadas y el mar, que de esta forma tiene una fuerte presencia en todo este nivel.

La geometría de la cubierta hace que este espacio tenga una gran altura en su punto de unión con el volumen que contiene la escalera y el dormitorio principal, equilibrando la dirección norte sur con la orientación este, que marca el acceso y la presencia de la ciudad.

Una piscina de hormigón en el sur y una grada en la salida norte completarán la intervención, dando forma a las zonas de estar exteriores.

Obra: Vivienda en Bueu
Localización: A Carrasqueira, Bueu, Galicia, España
Arquitectos: Villacé y Cominges (José Villacé y Martín de Cominges Carvallo)
Aparejadores: Jordán Romero Sobral, Sancho Páramo Cerqueira
Colaboradores: María Pintos Pavón, Verónica Gallego Sotelo
Estructura: Antonio Reboreda Martínez
Constructora: Construcciones Antón
Promotores: Carolina Bernárdez Pena, Miguel Chapela González
Fotografías: Manuel G. Vicente