El Museo ICO inaugura Iwan Baan. Instantes en la arquitectura, la primera retrospectiva exhaustiva sobre el trabajo del artista holandés considerado como uno de los más destacados fotógrafos de arquitectura a nivel mundial. La exposición, que forma parte de la Sección Oficial del Festival PHotoESPAÑA 2024, es también la primera parada de la itinerancia internacional de esta muestra del Vitra Design Museum de Alemania.
«Instantes en la arquitectura nos invita a explorar la inmensa variedad de espacios contruidos por el ser humano captados por la cámara de Iwan Baan y a conocer las historias personales que él mismo nos cuenta en los textos que acompañan a sus imágenes».
Con sus imágenes, Baan documenta tanto el crecimiento de las megalópolis globales como la arquitectura tradicional o las construcciones informales, además de las obras de reconocidos arquitectos contemporáneos como Rem Koolhaas, Herzog & de Meuron, Kazuyo Sejima y Tatiana Bilbao. Comisariada por Mea Hoffmann, del Vitra Design Museum, Iwan Baan. Instantes en la arquitectura reúne una amplia selección de obras del artista holandés que ofrecen un panorama de la arquitectura de principios del siglo XXI contextualizada en sus entornos urbanos y sociales y animada por las personas que la habitan.
El fotógrafo, que crea imágenes concisas, poéticas y humanas, escenifica los edificios, pero también atrapa los momentos en los que la arquitectura cobra vida, cuando los obreros paran para descansar o cuando alguien se está mudando. Muchas de las imágenes más icónicas de los últimos 20 años –desde los retratos «oficiales» de monumentos arquitectónicos hasta las imágenes del oscurecido Manhattan tras el huracán Sandy– son fruto de la mirada documental de Baan.
Con su trabajo, Baan recorre el mundo entero y explora florecientes megalópolis en todos los continentes, documenta el auge y las crisis del sector inmobiliario, el aumento de la densidad de población, la evolución urbana y las historias personales. En este sentido, la exposición muestra ejemplos de todos los ámbitos de la obra de Baan, entre ellos también material fílmico e imágenes poco conocidas de construcciones informales, desde un poblado circular chino hasta una iglesia etíope excavada en la roca, desde los bloques de pisos de construcción propia en El Cairo hasta la Torre de David en Caracas.
En palabras de Iwan Baan:
«Lo importante es contar. Y esto es algo muy intuitivo y fluido. No busco tanto imágenes atemporales de una gran arquitectura como el momento específico, el lugar y las personas que se encuentran en él, todos los momentos imprevistos y no planificados que acontecen en un lugar y sus alrededores, cómo vive allí la gente y qué historias surgen de ello».
Iwan Baan (Alkmaar, Países Bajos, 1975)
Es uno de los fotógrafos actuales de arquitectura y del entorno construido más célebres del mundo. Sus imágenes documentan el crecimiento de las megalópolis globales, exploran viviendas tradicionales e informales y retratan los edificios de los más reputados arquitectos contemporáneos, entre ellos Herzog & de Meuron, Rem Koolhaas, SANAA y Zaha Hadid.
Desde su invención, la fotografía ha influido profundamente en nuestra forma de percibir el entorno construido. En el torrente sin precedentes de imágenes de arquitectura de los últimos 20 años, Iwan Baan ha influido decisivamente en el modo en que los edificios son vistos a través de la fotografía. El vibrante realismo de su obra se centra en las personas y en su relación con el entorno. Ya sea en los enormes suburbios o en las dinámicas metrópolis de África, América y Asia, Iwan Baan presenta la arquitectura no como un ideal abstracto, sino como el escenario en el que se desarrolla la vida cotidiana y como una parte orgánica del tejido urbano.
El proyecto «Au fil de l’eau» se sitúa en el distrito de Ivry-Port Nord, barrio en transición y zona bisagra entre las ZAC de Bercy-Charenton y Massena-Bruneseau, del lado parisino, y Ivry Confluences, del lado de Ivry-sur-Seine.
El distrito se compone principalmente de actividades industriales y terciarias en funcionamiento, pero adolece de una flagrante falta de vivienda y vida urbana. El proyecto propone subsanar esta carencia siguiendo dos principios fundamentales:
– Un programa de usos mixtos que combina hoteles, oficinas y residencias transgeneracionales, capaz de combinar residencias de estudiantes y residencias para la tercera edad como expresión de nuevas tipologías adaptadas a la realidad social contemporánea.
– Densificación vertical con dos emergencias para liberar plantas bajas y redistribuir lo urbano desde el espacio privado (aperturas visuales, espacios verdes compartidos, espacios libres).
El conjunto de dos edificios, el Edificio A en el Quai Marcel Boyer y el Edificio B en la Rue François Mitterrand, busca una mezcla armoniosa pero no repetitiva de fachadas, afirmando al mismo tiempo la presencia del Sena y el movimiento tradicional de las gabarras, mediante la incorporación de aberturas redondas aplicadas de diferentes maneras a lo largo de las fachadas, según el flujo del agua.
También mantenemos la noción de pedestal, que discurre a lo largo del Quai Marcel Boyer, con el fin de preservar una morfología urbana que se extiende desde el edificio Pathé-Truffaut hasta el edificio E. Leclerc, incluida la actual sede de la FNAC.
«Au fil de l’eau», un enlace urbano original y contemporáneo para la ciudad de Ivry-sur-Seine, con el fin de establecer una continuidad urbana nueva, agradable y tranquila entre París y el gran proyecto urbano de la ZAC Confluencias de Ivry. Vecino de la muy alta densidad prevista en el sector Bruneau Nord, en particular las torres Duo de Jean Nouvel, el proyecto se sitúa a menos de 500 metros de edificios con alturas que van de Pb+25 a Pb+37. La restricción de no superar la altura de Pb+16 en este sector de Ivry está muy presente en el proyecto arquitectónico, que deberá buscar un lenguaje pertinente para marcar la entrada a la ciudad.
Al mismo tiempo, el barrio de Ivry Port Nord es un barrio duro, un parque empresarial con pocas viviendas, formado principalmente por grandes contenedores comerciales y edificios de oficinas de los años ochenta. Sin embargo, la proximidad del Sena (el proyecto se sitúa a 80 m del borde del río) añade un elemento poético a este barrio, que nos parece una zona muy sensible para el tratamiento de las fachadas: el río fluye, pasan barcazas y barcos en un vaivén constante, las brumas del agua difuminan los límites del río…. Pero hay que bajar al Quai inferior para verlo realmente…
El lenguaje de las ventanas de estos barcos nos permitirá establecer una narrativa que nos permitirá trabajar las numerosas ventanas que componen el proyecto de una forma más amable, la de los ojos de buey, a diferencia de las ventanas cuadradas de las oficinas circundantes.
El conjunto de los dos edificios, el Edificio A en el muelle Marcel Boyer y el Edificio B en la calle François Mitterrand, busca un juego de fachadas armonioso pero no repetitivo, afirmando al mismo tiempo la presencia del Sena, y el movimiento tradicional de las gabarras, mediante la incorporación de orificios redondos aplicados de diferentes maneras a lo largo de las fachadas, al paso del agua.
Los dos edificios tienen las esquinas redondeadas para suavizar su volumetría, y la residencia transgeneracional se cubrirá con una malla textil que reescalará el edificio, extrapolando el tamaño de las ventanas de detrás y actuando al mismo tiempo como filtro solar para toda la volumetría.
Esta malla actuará también como «amortiguador» contra las inclemencias meteorológicas, en particular las lluvias torrenciales y el viento, cada vez más frecuente debido al cambio climático.
Una segunda línea de trabajo consistió en establecer el paisaje como infraestructura de apoyo a la densidad edificada prevista. Se ha creado una nueva calle que conecta la Rue F. Mitterrand con el Quai Marcel Boyer y se ha devuelto a la ciudad para reducir el espacio público existente.
Esta nueva calle está estrechamente vinculada al paisajismo del proyecto en el corazón de la manzana y recorre verticalmente el «Muro de las oportunidades» que une los dos edificios a lo largo de la medianera y cubre el muro existente de los cines con una obra de los artistas Louise Decruck y Dimitri Arnaoudov. Este muro de oportunidades acoge un programa mixto dedicado a la cultura y la agricultura. Será co-construido con los residentes locales.
Obra: Au fil de L’Eau
Autores: Archikubik
Año: 2022
Superficie construida 24.350 m2
Ubicación: ZAC Ivry-Port, Ivry-sur-Seine, Francia
Fotografía: Gregoire Crétinon y Archikubik + archikubik.com
Los trabajos de la Ciudad Universitaria de Madrid se llevaron a cabo desde un pequeño pabellón, primeramente situado en donde hoy se encuentra el Hospital Clínico y posteriormente trasladado a su ubicación actual en la zona de La Moncloa. Manteniendo la dirección del arquitectoModesto López Otero se buscó dar continuidad a un proyecto que sobrevivió a diferentes regímenes políticos, cuyas huellas aún imprimen el conjunto.
La Guerra Civil ocasionó importantes daños, algunos de los cuales supusieron pérdidas irreparables, como los murales de uno de los mayores exponentes de la pintura al fresco de la época, Luis Quintanilla, que revestían el vestíbulo principal. A finales de los años 50, el Pabellón de la Junta acoge los servicios administrativos centrales de la Universidad, pasando a convertirse en Pabellón de Gobierno.
El pabellón se concibió para contener los servicios técnicos de la Ciudad Universitaria, construyéndose en noventa días. Se le denominó Pabellón de la Junta constructora y oficinas de la ciudad universitaria. En origen, la planta de semisótano estaba dedicada a albergar oficinas de la Universidad y las salas de exposición de maquetas con los proyectos de la Ciudad Universitaria, la planta primera estaba ocupada por oficinas de la Universidad y despachos. A fines de los años cincuenta, se convertiría en el Pabellón de Gobierno de la Universidad de Madrid, después Complutense, albergando el Rectorado. Cuando este se trasladó, se ubicaron varios vicerrectorados y servicios de la Universidad. Su última restauración es de 2011.
De estilo racionalista, el edificio tiene dos alturas y semisótano. Su planta es de cruz griega con un cuerpo central, lo que facilita el acceso a los despachos y salas de reuniones ubicados en los cuatro brazos; además de la iluminación natural en todos sus espacios. La estructura es de hormigón armado. Cuenta con un acceso monumental con escalinata y sobre la puerta se ubica el escudo de la Universidad en relieve. La entrada no tiene ventanas, estas se distribuyen uniformemente por las demás fachadas. Las fachadas originales eran de ladrillo visto, pero en la reconstrucción se revocaron con placas de piedra caliza. Los muros son lisos, cuentan con un basamento de granito y en la parte superior una gran cornisa. Está rodeado de jardines que comparte con la residencia universitaria.
Colombia ha diseñado y construido centros educativos para infancia y juventud de gran calidad en los últimos treinta años. Esta buena arquitectura suele estar en grandes ciudades como Bogotá o Medellín, pero también la encontramos en territorios rurales. Sin embargo, sorprende ver cómo algunas iniciativas actuales olvidan lo bueno que estos diseños enseñan.
1.Colegios de Colombia
Las nuevas construcciones o reformas de centros educativos del Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa -FFIE- del Ministerio de Educación de Colombia parecen un viaje al pasado. Ya sucedía antes de la actual legislatura del Presidente Petro. Observen las obras que muestran en sus catálogos. Comprobamos que llegan a lugares remotos del país, somos conscientes de la dificultad y sobrecosto que ello implica, no dudamos que cumplen con las normativas anti-sísmicas y de calidad constructiva. Pero la arquitectura no es un montón de piedras, ladrillos o concreto amontonados.
La arquitectura también está hecha de «intención».
¿Cuál es la «intención» de los colegios y los jardines infantiles?
Son la puerta de entrada de la infancia y juventud en la sociedad que los acoge. Entonces,
¿cómo tienen que ser esos espacios educativos?
Sí, tienen que cumplir normas constructivas, pero también tienen que adecuarse a la climatología local, adaptarse a los hábitos de ciudadanos específicos y, sobre todo, responder a las necesidades pedagógicas de la comunidad donde se asienta.
El elemento esencial de un buen espacio educativo es el diálogo entre la pedagogía y la arquitectura. Como digo en «La mano y el guante. Pedagogía e infraestructura», el proyecto pedagógico del centro escolar es la mano. El diseño arquitectónico -en todas sus escalas desde la implantación y la estructura al pequeño mobiliario- es el guante que se ajusta a esa mano. El proyecto pedagógico del centro debería encajar en un proyecto pedagógico más amplio del territorio y, en última instancia, del país. Si no sabemos cuál es la mano es imposible acertar con el guante.
No lo sé, pero está claro que ese diálogo es imperceptible. Por ejemplo, fíjense en los colegios de Barranquilla. Yo he visitado colegios de esa ciudad inaugurados años atrás muy parecidos a los del catálogo.
¿Alguien se planteó una intención pedagógica para ellos? ¿Los arquitectos pensaron en las mejores soluciones de confort ambiental y anímico para sus estudiantes y maestras? ¿Hablaron con la comunidad docente en el proceso de diseño?
Los colegios que visité trasmitían una sensación opresiva. En cambio, los centros educativos deberían transmitir la celebración del conocimiento en una sociedad que se supera a sí misma mediante el esfuerzo colectivo. Estoy seguro que los arquitectos, técnicos y políticos que diseñaron esos espacios educativos no llevarán a sus hijos a ellos.
Me pregunto por qué los edificios educativos construidos por el FFIE, en su generalidad salvo alguna excepción, se parecen tanto entre sí sin importar la zona climática donde están o sin atender las particularidades culturales de sus comunidades. Escuchamos a los sucesivos gobiernos cantar alabanzas a la diversidad cultural de Colombia.
¿Por qué bastantes de los centros educativos para la infancia y juventud que el Estado construye no responden a esa diversidad?
A continuación les muestro dos centros para la educación y el cuidado de la infancia en La Guajira, territorio mayoritariamente semi-desértico en el norte Colombia. Uno es el Centro de Desarrollo Infantil -CDI- Shipia Touliwoü en Uribia realizado por el Plan Padrino de la Oficina de la Consejería Presidencial para la Primera Infancia antes de 2015.
Los responsables del Plan Padrino en esos años eran los arquitectos Daniel Feldman e Iván Quiñones y la economista Sandra Pineda. El otro edificio es la ampliación del Centro Etnoeducativo Rural nº3 Nazareth en Manaure, departamento de La Guajira, llevada a cabo por el FFIE antes de 2023 y que ustedes encontrarán en el catálogo citado, página 115. No sé quién es el arquitecto responsable de su diseño.
Estoy seguro que la población y docentes de Manaure exprimen hasta el último centímetro cúbico las posibilidades educativas del nuevo espacio. Sin embargo, el diseño y construcción del CDS de Uribia ofrece más posibilidades de uso y despierta mayor sentido de pertenencia a un espacio, una comunidad y un país. Por favor, estudien las imágenes y discurran por sí mismos cuál es la «intención» que transmite cada centro.
2. Colegios de Colombia, Bogotá
Como ya señalé en «Colegios de Bogotá. Todo es mejorable», observo cierto letargo en la Secretaría de Educación de Bogotá. Desde hace casi treinta años la capital colombiana da ejemplo con la ampliación de su cobertura escolar gracias a edificios que han subido los estándares de calidad de diseño y construcción. He visitado bastantes de ellos y doy fe. No obstante, me pregunto si hacen evaluaciones post-ocupacionales para entender si los diseños responden a los usos requeridos por la pedagogía y la psicología ambiental, para saber si el equipo docente saca el mayor partido a esos espacios, etc.
Intuyo que dentro de Secretaría de Educación no existe un diálogo entre los expertos en construcción de infraestructura y los expertos en pedagogía. Dialogar no es cuestión de dinero, sino de voluntad política.
¿Por qué la Alcaldía aún construye megacolegios de tan difícil gestión humana?
La excusa «no hay lotes» no sirve: si la Alcaldía ha expropiado cientos de lotes para construir el metro también puede expropiar -a precio de mercado- lotes para construir colegios de proximidad con un máximo de 700 alumnos.
Un buen ejemplo de estas características es el nuevo Colegio Ciudad Chengdú IED en la localidad de Usme, diseñado por Felipe González-Pacheco. Tiene unos 500 estudiantes, con diseño funcional y acogedor, bien construido, ofrece una imagen institucional amable y ayuda a «crear» barrio. La deseada Bogotá de los 15 o 30 minutos.
Por el contrario, observemos el nuevo Colegio Esmeralda Arboleda Cadavid IED en la localidad de Bosa, diseño de David Delgado, para más de 3000 estudiantes en tres turnos diarios. El edificio recoge las enseñanzas de décadas pasadas: metros cuadrados por estudiante según edad, calidad constructiva en sus estructuras, cerramientos e instalaciones, un esfuerzo en su diseño como objeto urbano, etc.
Entonces,
¿por qué el edificio ofrece una imagen exterior e interior de máquina que simplemente «cumple su función»? ¿por qué muchas de sus aulas invitan poco al estudio y a la concentración? ¿por qué el desértico patio central es un espacio residual entre los tres grandes cuerpos que constituyen el colegio?
Percibo un edificio institucional con una «intención» poco clara:
¿quiere educar o certificar? ¿es la puerta de entrada en la sociedad o es un nudo gordiano donde «tanto monta cortar como desatar»?
La Alcaldía Mayor de Bogotá tiene que dar un paso adelante en su ambición pedagógica.
Epílogo: sugerencias de textos y videos
Cito algunas fuentes para no olvidar el buen trabajo hecho en arquitectura escolar colombiana. Cualquier nuevo proyecto arquitectónico para la educación de la infancia y juventud tiene que estudiarlos para no cometer errores «de siempre», sino al contrario, ampliar el diálogo entre la pedagogía y la arquitectura, entre ciudadanía e institución, entre la sociedad presente y su futuro deseado.
Equidad para la Primera infancia. Espacios de Paz de Cero a Siempre. 2015. Plan Padrino de la Oficina de la Consejería Presidencial para la Primera Infancia.
Hábitat escolar más allá de la infraestructura educativa. Evolución de la arquitectura escolar en Bogotá, referencias nacionales e internacionales. Carlos Benavides. Premiado en la XXI Bienal Colombiana de Arquitectura.
Collage de algunos de los libros colombianos que explican los diseños de espacios educativos para infancia en los últimos veinte años.
El modelo actual de ciudad reivindica el aparcamiento como una suerte de acceso universal, una alfombra de autos con el motor aún caliente como puerta común al hipermercado y la universidad, el hospital y el hotel, la fábrica y la estación, o sencillamente el centro urbano de cualquier metrópoli.1
Si se acepta el carácter público y necesariamente ordenado y previsto en cualquiera de las operaciones que construyen la ciudad ¿por qué esa amalgama descoordinada de llanuras para vehículos entre los que deambular hacia nuestro destino? ¿Por qué la experiencia del parking sigue siendo en demasiadas ocasiones oscura, subterránea, inaccesible, desligada de los intereses disciplinares propios de la arquitectura?
Uno de los parques para coches más interesantes de Madrid se encuentra sobre las vías de la Estación de Cercanías en Atocha, obra de Rafael Moneo (1984-92). Una serie de cúpulas de aluminio se apoyan levemente sobre lucernarios de planta cuadrada alineados sobre los carriles ferroviarios; los tambores de ladrillo organizan las plazas y permiten ventilar e iluminar la estación inferior, al tiempo que introducen columnas de agua de lluvia o fanales de luz natural en verano.2
El espacio en su conjunto resulta fascinante, más propio del museo o del templo que del sombrío local para almacenamiento temporal de autos. Las perspectivas lineales marcadas en el pavimento generan una secuencia de bóvedas en claroscuro, mientras las perspectivas oblicuas crean un espacio isótropo en el que se entremezclan las coberturas lisas de las bóvedas con su envés nervado y brillante bajo la presencia luminosa de los óculos.
En esta obra aparece con claridad el reconocido civismo de Rafael Moneo, su respeto y consideración hacia el programa y (sobre todo) el lugar:
“Un buen edificio es aquel que se acomoda debidamente en el ámbito donde se levanta”.3
El aparcamiento aparece rehundido respecto a las calles adyacentes, los niveles se resuelven con el oficio de los buenos arquitectos de todas las épocas, y en la escena urbana aparecen solo los personajes necesarios: la antigua estación, la torre del reloj y el nuevo cilindro de acceso peatonal.4
Sin embargo, la sencillez de la propuesta no está exenta del refinamiento propio de los proyectos excepcionales: mientras la estación de cercanías se resuelve bajo cubierta a través de una estructura de hormigón visto a modo de hangar ascético para el encuentro entre personas y trenes, el parque se remata con una delicada membrana a base de cúpulas de aluminio, un techo escenográfico, una alfombra barroca y vibrante alejada de cualquier puritanismo racionalista; una respuesta personal al ejercicio tantas veces desatendido del aparcamiento, en este caso, urbano y en cubierta.5
En arquitectura no hay temas menores o secundarios, repetimos con frecuencia. En palabras del propio Rafael Moneo:
“no veo ningún proyecto al que no haya dedicado la misma intensidad”.6
Miguel Ángel Díaz Camacho. Doctor Arquitecto
Madrid. Marzo 2014
Autor de Parráfos de arquitectura #arquiParrafos
NOTAS:
1 Cabe señalar el origen etimológico común de la palabra aparcar en castellano (procede de parque) y en inglés, parking (procede de park, y ésta a su vez del francés parc – recinto). El hecho de aparcar constituye una acción temporal asociada a un lugar público que ha sido señalado al efecto por la autoridad (diccionario de la RAE). 2 La situación de los lucernarios abiertos sobre las vías permite además alojar en su interior la estructura metálica que desciende hacia las vías con el objetivo de sostener puntualmente la catenaria de alimentación de los trenes. 3 Rafael Moneo. Entrevista en La Vanguardia 13 de diciembre de 2013. 4 Las bóvedas se sitúan a la misma cota de la Avenida Ciudad de Barcelona, liberando la visión del primer edificio administrativo de la antigua estación, el pabellón del arquitecto francés Bonoist V. Lenoir, trasladado desde la estación original en 1883 hasta su ubicación actual. Se le acompañó de tres edificios similares, siguiendo la estética francesa, unidos entre sí por corredores elevados de estructura metálica. 5 “Moneo cree en el poder del ornamento para establecer una relación entre el edificio y el público. Desembarazado de estrecheces puritanas, con frecuencia idea trazados ornamentales para las superficies pasivas de sus edificios, tanto en el interior como en el exterior». Alan Colquhoun, AV36 (1992), pág. 11. 6 Rafael Moneo. Entrevista en El país, 19 de diciembre de 2010 (por Anatxu Zabalbeascoa)
Textos gráficos reúne 15 aportaciones de 23 autores, profesores e investigadores de áreas de conocimiento que tienen en la representación gráfica su hilo conductor. Una representación que se sirve de la expresión escrita para, conjuntamente, trazar una investigación propia a la arquitectura y que encuentra un argumento adecuado en el título del presente volumen: Textos gráficos.
Poner palabras a lo que los arquitectos e ingenieros transmitimos habitualmente a través de imágenes y dibujos es una dificultad propia al mundo académico en su intención de divulgar conocimiento a la sociedad. Esto obliga, en estos campos de conocimiento, a la aportación de planos, cartografías, imágenes, dibujos, figuras… argumentos visuales en definitiva dotados de una precisión y significado que refrende y amplíe el valor de lo textual. De manera que estos Textos gráficos, como gráficos textualizados, acaban siendo una manera muy particular de afrontar la divulgación de la investigación en arquitectura.
Agrupados alrededor de 4 temáticas: paisaje, cartografía, patrimonio y proyecto, Textos gráficos propone una transversalidad en la que se pueden encontrar proximidades, sintonías y asintonías, préstamos, hallazgos casuales e intencionados, los cuales trazan, en conjunto, un intenso panorama de investigación.
Miguel Martínez-Monedero (ed.)
Profesor Titular de Proyectos Arquitectónicos de la ETS de Arquitectura de la UGR, en donde imparte docencia desde 2005. Dirige el Grupo de investigación HUM-1056 Proyecto Arquitectónico y Patrimonio Cultural, de la Junta de Andalucía. Ha realizado estancias de investigación en las universidades de Roma, París, Múnich y Berlín. Su labor académica la simultanea con encargos profesionales que mantienen un compromiso con la investigación aplicada, en la voluntad de transferir conocimiento a la sociedad. Autor de diversas patentes y modelos de utilidad que combinan arquitectura y ecología urbana, ha proyectado y construido la Ampliación del Centro de Investigación Biomédica, el Instituto Internacional de Flebología, ambos en Granada, el Centro de Educación Infantil y Primaria en Villarcayo (Burgos) y la restauración de la Ermita románica de San Miguel de Sacramenia (Segovia), entre otros.
TEXTOS DE
Antonio Conde Garrido, Gloria Mª Cuenca-Moyano, Rafael de Lacour, Juan Domingo Santos, Thomas E. Boothby, José Francisco García-Sánchez, Juan Francisco García Nofuentes, Tomás García Píriz, Ubaldo García Torrente, Diego Garzón Osuna, Jose Antonio González Casares, Ricardo Hernández Soriano, Olympia Martín Gómez, Eduardo Martín Martín, Miguel Martínez-Monedero, Carmen Moreno Álvarez, Pablo Nestares Pleguezuelo, Juan Carlos Olmo García, Patricia Romero Leal, Rafael Sánchez Sánchez, Juan Antonio Serrano García, Francisco Javier Suárez Medina, Elisa Valero y Jaime Vergara-Muñoz.
El proyecto en cuestión está destinado a una vivienda unifamiliar que gira en torno a un notable elemento del terreno, un alcornoque centenario. Podemos comenzar esta descripción aludiendo al título del proyecto: “A Casa do Sobreiro” y no “O Sobreiro da Casa”. Esto se debe a que dicho árbol emerge como el elemento principal y prominente en toda la intervención.
El terreno, aproximadamente 730 metros cuadrados, se encuentra en un pequeño conglomerado rural en la parroquia de Figueiró – Amarante. La carretera de acceso es estrecha, con construcciones como casas, cercas/muros de apoyo y/o pequeños edificios adyacentes a ella.
Comenzando con el gran alcornoque, valorándolo y promoviendo la armonía con el volumen construido, la propuesta respeta el retiro de la carretera y las construcciones vecinas con varias décadas de existencia, el camino de servidumbre hacia el oeste y el límite de la reserva agrícola nacional hacia el sur. La exposición solar y el paisaje también jugaron un papel crucial en el diseño.
Desde la elevación que da a la calle, la casa se cierra hacia la carretera, con solo el volumen de entrada destacando, mientras se abre hacia el sur para abrazar el paisaje y el espacio del jardín. El volumen superior (hecho de corcho) se extiende hacia afuera en relación al piso térreo (hecho de ladrillo expuesto), acercándose al majestuoso alcornoque, respetando su dosel y creando un área cubierta que sirve como extensión de la zona social.
En el lado opuesto, junto a la construcción existente, el volumen del piso térreo se aleja y gana altura, creando una pequeña piscina que sirve a la terraza y balcón de los dormitorios.
Internamente, la casa fue diseñada para una familia de dos adultos y dos niños. Su funcionalidad es directa, con espacios claramente definidos. En el piso térreo, solo hay un volumen central alrededor del cual se puede circular entre el vestíbulo de entrada, la sala de estar y la cocina. Este volumen incluye muebles de apoyo para la sala de estar y la cocina, una despensa, un baño y la escalera que conduce al piso superior con los dormitorios.
La fluidez deseada y la comunicación entre los espacios se realizan a través del espacio de doble altura en el área de la sala de estar, donde se puede circular a los tres dormitorios.
La casa tiene como objetivo coexistir armoniosamente con el gran alcornoque, siempre respetando su presencia y dándole la debida prominencia e importancia sin comprometer la función y el disfrute del espacio exterior circundante.
Obra: Casa do Sobreiro
Autor: Skemba – Arquitectura e Engenharia
Arquitecto responsable: Rui Faria
Emplazamiento: Figueiró Santiago – Amarante (Portugal)
Año: 2021
Área: 318,08 m2
Fotógrafo: Ivo Tavares Studio + skemba.pt
La muestra Cristina García Rodero. España oculta recoge la serie completa de 152 fotografías que conforman el volumen España Oculta (1989), que este año vuelve a publicarse y que constituye uno de los libros más importantes en la historia de la fotografía española.
En paralelo a la exposición, se proyectará en el Cine Estudio del Círculo el documental Cristina García Rodero. La mirada oculta, estrenado en 2023 y dirigido por Carlota Nelson, quien acompaña a la fotógrafa a uno de esos destinos preferentes: la India. El viaje compartido sirve para plasmar su particular forma de trabajar, huyendo del tópico y lo exótico para buscar detrás de lo evidente. Tras la proyección tendrá lugar un coloquio en el que participarán Cristina García Rodero, Carlota Nelson y el escritor y editor Antonio Pradel.
Durante la rueda de prensa, el director del Círculo de Bellas Artes, Valerio Rocco, ha destacado la enorme calidad de las propuestas expositivas de la institución, que este año han puesto el acento en la fotografía española.
“Hace unos días clausuramos, con un gran éxito, la muestra dedicada a Colita; y hoy inauguramos la protagonizada por Cristina García Rodero, dos mujeres sin las cuales es imposible entender la historia de la fotografía y, por tanto, de la cultura de nuestro país”,
ha subrayado.
“Las imágenes de Cristina García Rodero nos interpelan, nos invita a mirarnos al espejo y preguntarnos qué nos define como sociedad. La España oculta es también un muestrario de la España real, no tan lejana, sobre la que caben innumerables lecturas, tanto individuales como colectivas”,
ha añadido.
Por su parte, García Rodero ha explicado que se sintió “una kamikaze” durante este proyecto, al encontrarse
“sola ante una España desconocida, en la que yo quería entrar y dar a conocer. Estaba harta de la España que se mostraba desde el Estado, una imagen de cara a los extranjeros».
En este sentido, la fotógrafa ha expresado que
“me encontré un país de gente muy humilde, apenas habían salido de sus pueblos si no era para emigrar. La gente se esperaba la España de La movida pero yo fui contracorriente”.
«El año pasado, cuando se cumplían 50 años de aquella beca, Carlota Nelson nos pidió rodar unas imágenes de Cristina García Rodero y de ahí surgió la idea de volver a recuperar este proyecto”,
ha recordado María Zozaya Álvarez, jefa de Proyecto Expositivo de la Fundación Juan March.
Finalmente, Manuel Fontán del Junco, director de Museos y Exposiciones de la Fundación Juan March, ha destacado que
«con el libro España oculta, después de varias ediciones y ya agotado, parecía obvio que había que reeditarlo. Cristina es comisaria de esta exposición, fotógrafa, pero también editora de esta nueva edición».
Cristina García Rodero (Puertollano, 1949)
Premio Nacional de Fotografía en 1996, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2005, Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo en 2014 y doctora honoris causa por la Universidad de Castilla-La Mancha en 2018, entre otras muchas distinciones, es un referente indiscutible en la fotografía contemporánea. Desde sus inicios ha recorrido miles de kilómetros en una búsqueda apasionada de imágenes que registran de un modo inconfundible la vida, el vínculo que los seres humanos mantienen en la frontera entre lo espiritual y lo terrenal, junto con los ritos y tradiciones que nos han acompañado durante siglos.
Ese camino comenzó en 1973, cuando la Fundación Juan March le concedió una beca de creación artística con la que pudo adquirir su primera cámara, una Asahi Pentax de 35 mm, y recorrer los pueblos de España para documentar y preservar la memoria de sus fiestas, ceremonias, tradiciones y la forma de vida de sus gentes.
«Me propongo realizar un trabajo antológico de las costumbres de España, tanto en su abertura y progreso, como en su ocultamiento y tradición. Para ello utilizaré el medio más actual y representativo de mi época: la expresión fotográfica»,
explicaba García Rodero en la memoria de solicitud de la beca.
La obra también captó un momento clave de la historia de España: la muerte de Franco en 1975 y el inicio de un periodo de transición que afectaría notablemente a la forma en que se vivirían y representarían las tradiciones y ritos culturales del país a partir de entonces. Descubrir estas tradiciones ocultas, darlas a conocer y asegurarse de que no se perdieran en la historia se convirtió en un reto para la fotógrafa manchega.
Este es el comienzo del que sería, y sigue siendo, el proyecto más importante de su vida, España oculta, la serie de fotografías recogidas en el libro del mismo título que se publicó en 1989 como catálogo de la exposición celebrada en el antiguo Museo Español de Arte Contemporáneo de Madrid.
El libro, que obtuvo en el momento de su publicación el Premio al Mejor Libro del Año en el Festival de Fotografía de Arles, se convirtió en una fuente de inspiración para fotógrafos, artistas y amantes de la fotografía, fijó el aspecto y el espíritu de un momento especial de nuestro país y se constituyó en hito fundamental de la historia de la fotografía en España. El valor documental y etnológico de su obra es sobresaliente, pero la calidad estética de su fotografía la convierte en algo más que un simple registro visual.
“He intentado fotografiar el alma misteriosa, verdadera y mágica de la España popular en toda su pasión, amor, humor, ternura, rabia, dolor, en toda su verdad; y los momentos más plenos e intensos de la vida de estos personajes, tan sencillos como irresistibles, con toda su fuerza interior”,
ha descrito García Rodero.
En 2024, cinco décadas después de aquella beca que, en palabras de la fotógrafa
“le cambió la vida”
y coincidiendo con la reedición del libro, varias instituciones celebran su trabajo organizando la exposiciónCristina García Rodero. España oculta, que viajará durante dos años a distintas sedes (tras su paso por el Círculo de Bellas Artes, se podrá ver en el Centro Cultural La Malagueta de la Diputación de Málaga, el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca y el Museu Fundación Juan March de Palma) mostrando la serie de 152 imágenes captadas entonces.
Las palabras elegidas esconden a menudo significados profundos, a veces tan ocultos como evidentes. El campo de interpretación de la acción de proyectar incorpora la noción de ir o lanzar hacia adelante. Aunque también reúne el matiz de comprobar una cierta esperanza en la fortuna del movimiento. Ese avance en busca de sorpresas eficaces es un acto de optimismo propositivo que incluye el pleno reconocimiento de las posibilidades.
A la luz del conocimiento, de la intuición o de la percepción, interceptamos resultados activos. Capaces de ser reconocidos y descubiertos. Tan sólo tenemos que disponer esa luz en el lugar adecuado y en su hábil proyección interceptar significados. Saber elegir se convierte entonces en una labor vinculada a la búsqueda de la pertinencia, es decir, a encontrar lo conveniente, lo ajustado y lo apropiado. Pero a su vez, prodigiosamente, también entra en juego el magnífico caudal de aquellas posibilidades que, sin obedecer a ningún control racional, son capaces de desvelarnos nuevas lecturas.
La atención es un sentido inquieto. Viaja de lo más previo a lo menos previsible. Y en su devenir casualmente se detiene en lugares nunca predichos. Podemos dirigir el esmero, con vigilancia y curiosidad, pero una fuerza desconocida a menudo nos hace descubrir realidades no anticipadas. Libres.
Una vez tirados los dados puede que lo que se ilumine sea, a la vez de un número, una suerte.
Sergio de Miguel, Doctor arquitecto
Madrid, Marzo 2022
CIUDADES QUE INSPIRAN – T3.E1: CIUDADES Y TERRORISMO
“Ciudades que Inspiran” es una iniciativa conjunta entre la Red Latinoamericana de Urbanistas y el Comité de Lectura, desde donde visitaremos diversas ciudades del Perú y Latinoamérica a través de las miradas críticas de sus ciudadanas y ciudadanos, buscando destacar aquellos aspectos que les inspiran y apasionan.
En el primer episodio de esta temporada especial que hemos titulado “Ciudades y Terrorismo”, vamos a hablar con Lucía Dammert Guarda y Ramiro García Quispe sobre los años de terror que azotaron las ciudades del Perú, en particular Lima.
Lucía es socióloga y urbanista, Doctora en Ciencia Política en la Universidad de Leiden, Holanda. Es Profesora Titular de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago de Chile. Ha asesorado a múltiples gobiernos en temas relacionados con la seguridad ciudadana, entre los que destacan Chile, Argentina, Perú y México.
Ramiro es activista social por los derechos humanos al hábitat con estudios en administración, cooperación internacional por el Instituto de altos estudios internacionales y del desarrollo de Ginebra (Suiza) y en gestión de riesgos por el Centro Internacional de Formación de la Organización Internacional del Trabajo. Ha trabajado en el diseño, implementación y evaluación de proyectos de promoción del desarrollo sobre gestión social del hábitat.
CIUDADES QUE INSPIRAN – T3.E2: EL LUGAR DE LA MEMORIA
“Ciudades que Inspiran” es una iniciativa conjunta entre la Red Latinoamericana de Urbanistas y el Comité de Lectura, desde donde visitaremos diversas ciudades del Perú y Latinoamérica a través de las miradas críticas de sus ciudadanas y ciudadanos, buscando destacar aquellos aspectos que les inspiran y apasionan.
En el segundo episodio de esta tercera temporada, que hemos titulado “Ciudades y Terrorismo”, vamos a conversar con el doctor Manuel Burga, director del Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social (LUM), sobre el esfuerzo que hace la institución en hilvanar los sucesos, las lecturas y los relatos que nos permiten a cada uno poder construir nuestra interpretación de la historia. En particular, vamos a centrarnos en el enfoque y diseño de la muestra museográfica, y en cómo a partir de ella podemos visibilizar la forma como el terror se manifestó en nuestras ciudades y centros poblados.
El doctor Manuel Burga es Bachiller en Historia por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Doctor en Historia por la Universidad de París “La Sorbona”. Cuenta con un posdoctorado en la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales de París. Ha sido distinguido con el Premio Nacional de Historia Jorge Basadre y recibió las Palmas Magisteriales en Grado de Amauta en el año 2014.
CIUDADES QUE INSPIRAN – T3.E3: AYACUCHO
“Ciudades que Inspiran” es una iniciativa conjunta entre la Red Latinoamericana de Urbanistas y el Comité de Lectura, desde donde visitaremos diversas ciudades del Perú y Latinoamérica a través de las miradas críticas de sus ciudadanas y ciudadanos, buscando destacar aquellos aspectos que les inspiran y apasionan.
En este tercer y último episodio de la temporada, conversamos con el señor Teofilo Amiquero, ciudadano ayacuchano que vivió su adolescencia, juventud y madurez en los años más crudos del terror, y con su hijo, el señor Jhoel Amiquero, historiador por la universidad Nacional San Cristobal de Huamanga. Con ambos intentaremos acercarnos al terror que vivieron las y los ayacuchanos en esas décadas, y cómo aquellos años han marcado la forma como se relacionan con la ciudad y sus espacios públicos.
CIUDADES QUE INSPIRAN – EPISODIO ESPECIAL: RETOS DEL GOBIERNO DE PEDRO CASTILLO EN URBANISMO Y VIVIENDA
“Ciudades que Inspiran” es una iniciativa conjunta entre la Red Latinoamericana de Urbanistas y el Comité de Lectura, desde donde visitaremos diversas ciudades del Perú y Latinoamérica a través de las miradas críticas de sus ciudadanas y ciudadanos, buscando destacar aquellos aspectos que les inspiran y apasionan.
En este podcast especial de Ciudades que inspiran, Daniela Meneses, curadora del Comité de Lectura, entrevista al urbanista Aldo Facho. Conversan sobre los retos que afrontará el gobierno de Pedro Castillo en materia de urbanismo y vivienda, y sobre lo más importante del discurso del nuevo mandatario en esa área.
La segunda edición de los Premios Arquitectura en Madera CESUGA | Pino de Galicia ha dado a conocer los proyectos ganadores en las cuatro categorías del certamen, elegidos entre las decenas de propuestas que se presentaron a concurso, que utilizan la madera como material preferente y ejecutadas en la península ibérica entre el 31 de mayo de 2023 y el pasado 30 de abril.
Los galardones, que se entregarán el próximo mes de julio durante la celebración de O encontro da Toxa, foro económico de referencia en Galicia que organiza CESUGA, pretenden reconocer aquellas actuaciones que ponen en valor las posibilidades de la madera como recurso natural, renovable, reciclable y sostenible.
El jurado, integrado por cualificados especialistas del sector, ha destacado en su fallo el alto nivel y la gran calidad de las propuestas seleccionadas, así como su
“diversidad de escalas, de estándares presupuestarios, de empleo de la tecnología y de respuestas espaciales”.
Presidido por el profesor Venancio Salcines, presidente del consejo rector de CESUGA y de la marca Pino de Galicia, han formado parte del tribunal Silvia Blanco, directora del grado de Arquitectura de CESUGA; David Lorenzo, secretario de la marca Pino de Galicia; Daniel Ibáñez, director del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC); Alberto Alonso, director de veredes, arquitectura y divulgación y docente de Arquitectura en CESUGA; y los arquitectos Juanjo Otero y Cecilia Muíños (del estudio MOLArquitectura, en Ourense), Cristina Ezcurra y Cristina Ouzande (de Ezcurra e Ouzande, en Santiago) y el arquitecto Luis Gil Pita, vocal de Cultura de la ejecutiva del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG), socio del estudio Gil Pita-Nieto Peñamaría, con sede también en Compostela, y ganador el año pasado junto a Cristina Nieto en la categoría de diseño de producto por el mueble-confesionario que realizaron para la Catedral de Santiago.
Un mercado deconstruido en pérgola
En la categoría de obra nueva fueron dos las propuestas ganadoras. Una de ellas es el mercado provisional de Horta, en Barcelona, de Ravetllat Arquitectura y Carles Enrich Studio, que destaca por su planteamiento como un espacio en dos tiempos, con la combinación de una infraestructura permanente y un uso temporal como mercado que, una vez clausurado, pasará a funcionar como pérgola y elemento de sombra urbano, articulando el espacio público que conecta los barrios de Horta, Carmel y la Clota.
El jurado valoró su
“acertado planteamiento de construcción, pero también de deconstrucción, donde la utilización de la madera se erige como aliado insustituible”.
Un puzle de maderas perfecto
El galardón lo comparte ex aequo con Casa Panchés, vivienda diseñada en Carnota (A Coruña) por el estudio compostelano Arrokabe Arquitectos.
Se trata de “una intervención modélica” en la que se ha valorado especialmente
“el uso intensivo de la madera, la integración sensible con el entorno, la amplitud espacial y la reinterpretación de tipologías tradicionales”.
Además, destaca por la multiplicidad de maderas empleadas (eucalipto, pino silvestre, castaño, abeto, iroko) y porque, como si se tratase de un puzle, todo encaja a la perfección.
Madera para transformar el rudo hormigón
El premio a la mejor reforma ha sido para el edificio de la Autoridad Portuaria de A Coruña, obra de Roberto Costas Pérez y Óscar Pedrós Fernández, del estudio coruñés Costas+Pedrós.
El jurado la seleccionó por demostrar que
“la rehabilitación de una preexistencia puede transformar radicalmente el espacio mediante el injerto de una pieza autónoma como motor de la espacialidad previa”,
así como por crear una nueva pieza
“que contrarresta la desnudez y rudeza del hormigón con la calidez de la madera, articulando todos los espacios a través de su cuerpo central”.
Sistema modular y mutable para plantas
El expositor COplant, encargo de una empresa local a Arqxé Arquitectura (estudio de Jorge Enríquez y Adrián Pinaque, ubicado en Tui) para mostrar sus plantas de diferentes tamaños, ganó en la categoría de diseño de producto y pequeña escala.
El jurado valoró la simplicidad de su sistema de módulos de fácil transporte y ensamblaje, su funcionalidad adaptable, su uso de una
“tectónica autoportante reducida a la mínima expresión”
y su capacidad para generar
“una materialidad ausente, pero tan importante en arquitectura, sea cual sea la escala: la sombra”.
Vivienda con estructura de CLT
Por último, el premio especial Marca de Calidad Pino de Galicia ha ido a parar a la Casa ID y Taller Grau, de Rellam (estudio de Valencia integrado por Lluis J. Liñán, Xevi Lluch y Andrea Gimeno).
Ubicada en Ames (A Coruña), la estructura de esta casa realizada con paneles CLT -madera contralaminada, la madera que jubilará al hormigón- destaca por su ligereza, por la eficiencia en el uso de los materiales, su huella de carbono prácticamente nula y el respeto al territorio en el que se integra.
La madera CLT de Pino de Galicia fue fabricada por Xilonor, la primera planta de madera contralaminada de Galicia, radicada en Coirós (A Coruña).
MO.CA es una vivienda móvil fabricada con madera laminada (DLT) de kilómetro cero, y diseñada en el programa Master in Advanced Ecological Buildings & Biocities (MAEBB) que se desarrolla en el campus Valldaura Labs del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC).
A lo largo de la historia, las personas han ejercido su derecho humano fundamental a la libertad combinando la autosuficiencia con la movilidad, desde las tribus migratorias hasta los exploradores interestelares. En las últimas décadas, la búsqueda de la autosuficiencia se ha visto impulsada por el reconocimiento del cambio climático global y la necesidad asociada de innovación en viviendas resistentes que no dependan de combustibles fósiles.
Más recientemente aún, el auge de las oportunidades de trabajo a distancia, facilitadas por las tecnologías de la comunicación e impulsadas tras la época COVID-19, ha renovado el interés general por la libertad de movimiento.
En este contexto, al equipo del Master in Advanced Ecological Buildings & Biocities (MAEBB) 2022-2023 del IAAC, se le presentó el encargo de diseñar y construir rápidamente un prototipo de casa móvil con capacidad para dos personas con comodidades domésticas básicas, que se construiría íntegramente con madera de kilómetro cero, recogida de forma sostenible en los terrenos de las instalaciones de Valldaura Labs en el Parque Natural de Collserola y, luego, totalmente procesada in situ. Esta construcción debería permitir asimismo otras funciones en su espacio central, tales como espacios para conciertos, eventos, biblioteca o lugar de encuentro, de forma que dependiendo de su contexto pueda tener múltiples funciones.
Una casa móvil diseñada y equipada para ser autosuficiente
Las principales limitaciones surgieron del remolque en el que se apoya la vivienda y de las normativas locales. La solución final incluye una plataforma de 5,4 de largo y 2,4 de ancho sobre la que se apoya la vivienda de 3,6 m de altura. La normativa también establece que el peso total de la construcción (junto con el remolque) no puede superar los 3.500 kg, y que el conductor del vehículo que traslade el remolque debe tener el Permiso B96; valores que se convirtieron en referencia y factores que influyeron en muchas decisiones de diseño.
El diseño de MO.CA consiste en dos volúmenes llamadas “Caja de Herramientas”, sólidas y ancladas, que cuentan con superficies pensadas para iniciar diferentes actividades en la denominada «cámara de reacción» central. La Caja de Herramientas de Sistemas se encuentra en la parte delantera del remolque y es la más pesada. Incluye todos los servicios necesarios para una vivienda: una cocina, una ducha, un aseo y un armario para los sistemas metabólicos de electricidad y agua.
La Caja de Herramientas de Actividades aporta superficies y elementos constructivos que ayudan a activar el espacio central. Es en este lado, donde hay una puerta de entrada que sirve de acceso principal cuando la fachada está cerrada o no. Las paredes están hechas con paneles de madera laminada con “dowels” (clavijas) (DLT) de 4 cm de grosor, lo que mitiga la necesidad de adhesivos tóxicos convencionales y mantiene el potencial de reutilización circular. La fachada operativa de la casa móvil consta de dos capas complementarias – un conjunto de puertas de cristal y una envolvente de tela – que juntas permiten adaptar el grado de cierre del espacio central, adecuándose a las condiciones meteorológicas, la hora del día y la actividad que se desarrolle en su interior.
Las puertas de cristal (cuatro en cada lado) pueden estar abiertas, semiabiertas o cerradas. Cuando están cerradas, el espacio central queda protegido del entorno exterior. Cuando están abiertas, se diluye el límite entre el interior y el exterior. La capa exterior está diseñada con entramados ligeros de madera cubiertos con una tela de algodón resistente al agua, asegurada con cuerdas. En los lados más largos de la vivienda, estas fachadas se deslizan y se pliegan mediante el funcionamiento mecánico de unas poleas.
La casa móvil obtiene toda su energía del sol y está equipada para aguantar 24 horas de uso sin necesidad de recarga. El consumo de energía se debe principalmente a las actividades que se desarrollan en el interior y de algunos electrodomésticos básicos. En línea con la envolvente de tejido ligero dispuesta en la cubierta, un conjunto de 3 paneles solares monocristalinos ligeros y flexibles se conectan a un inversor MultiPlus (que también puede conectarse a una red externa) y a una batería de reserva. Tanto el espacio interior como el exterior, se iluminan con tiras de LED de Luz Negra, acentuando el cerramiento textil al crear un resplandor interno.
Se incluyen dos camas ubicadas en la entreplanta (una de ellas ampliable a dos plazas) para aprovechar la altura de las cajas de herramientas. Viene con un colchón extensible que permite espacio para 2 personas. Una escalera móvil, sujeta al borde del somier, puede inclinarse para facilitar la accesibilidad.
La cocina está equipada con un fregadero, un hornillo de un quemador y cajones bajo la encimera. También hay un frigorífico y espacios para colgar utensilios. En la pared de la cocina hay indicadores del nivel de la batería y del nivel de agua del depósito. El aseo incluye un inodoro de humus sin agua y una zona de ducha. El sistema de retrete de humus no incluye agua para la cisterna, por lo que se eliminan todas las aguas negras producidas, excepto las de la cocina o la limpieza. Esto ahorra la molestia de eliminar o tratar las aguas negras. El agua de la ducha se recoge en una cuenca de captación y se almacena en el depósito de aguas grises. A continuación, se filtra y se bombea al depósito de agua reciclada y se vuelve a introducir en el sistema. El agua se trata mediante un sistema de filtrado de tres etapas, seguido de un filtro UV. Los mandos de los grifos permiten a los habitantes alternar entre el agua del depósito de agua dulce o del depósito de agua reciclada en función del uso previsto.
Las puertas del armario están fabricadas con madera y tela. Estas puertas también son ligeras y siguen un estilo de diseño similar al del resto del mobiliario, siendo el tejido un elemento común. Los Fab-kits, guardados detrás de la escalera del entresuelo y en la puerta de entrada, incluyen un botiquín de primeros auxilios, un extintor y espacio para libros, calzado, espacio para la ropa sucia y otros objetos. Debajo, se pueden guardar 3 escaleras de acceso, cuando no se utilizan.
Obra: Mobile Catalyst (MO.CA)
Dirección: Vicente Guallart, Daniel Ibañez y Michael Salka
Desarrollado por: Estudiantes del programa del Master in Advanced Ecological Buildings & Biocities (MAEBB), del año académico 2022/23: Austin Brown, Basant Abdelrahman, Carla Alvear Arizaga, Jacek Antoni Kostrzewa, Jackie Williams, Julia Aurora Guzmán, Larsen Bidstrup, Raffaele Schiavello, Ruhani Adlakha, Sneham Pandey, Mariano Rodriguez Alonso, Sadegh Raoufi Fard, Charles Casbolt, Aishwarya Balsekar, Disha Arora, Indraneel Joshi, Laila Nabulsi, Nicolas Rotta, Nishanth Maheshwaran, Pradyumna Vikharankar, Prati Jain, Rujuta Chauhan, Shruti Sahasrabudhe and Santwana MalakarProject
Lab managers: Bruno Ganem Coutinho, Lorenzo Salinas
Staff: Laia Pifarré, Pilar Fontanals, Laura Sanchez
Coordinación académica: Esin Zeynep Aydemir
Emplazamiento: Valldaura Labs (Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña)
Dirección de Valldaura Labs: Laia Pifarré
Soporte: Parc de Collserola
Asesoramiento: Jesús Bueno, Jochen Scheerer, Miquel Rodriguez, Thatcher Bean
Empresas Colaboradoras: Luz Negra, Tallfusta
Fotografía: Adrià Goula + iaac.net
Arquitectura de la soledad reúne diez ensayos que exploran la intrincada relación entre la experiencia de la soledad y el entorno construido en la sociedad contemporánea. Con la creciente prevalencia de personas que viven solas y la generalización de las relaciones sociales mantenidas en entornos virtuales, se torna imperativo examinar la soledad desde múltiples ángulos.
Este libro, concebido desde una perspectiva interdisciplinar, desentraña las complejidades de un fenómeno profundamente humano. Desde enfoques psicológicos hasta análisis filosóficos, los autores cuestionan la noción convencional de la soledadno deseada como epidemia contemporánea y plantean la posibilidad de que la solitud puede ser una fuerza positiva en la existencia humana.
Los diversos ensayos y artículos académicos examinan cómo el entorno construido puede acentuar o mitigar las diversas manifestaciones de la soledad. Desde la escala individual de la habitación hasta la amplitud de los paisajes urbanos, los autores trazan la capacidad de la arquitectura para mediar entre la individualidad y la comunidad.
Este libro desafía las nociones preconcebidas y plantea interrogantes esenciales sobre la soledad, ofreciendo una perspectiva única y valiosa para investigadores, profesionales y todos aquellos interesados en comprender las complejas dinámicas entre el individuo, los otros y el entorno construido.
Rosana Rubio Hernández (ed.)
Doctora arquitecta, actualmente investigadora en el Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo (CEHOPU-CEDEX). Previamente ha sido profesora e investigadora en distintas universidades europeas y de Estados Unidos. Sus investigaciones, centradas en las implicaciones de los desarrollos tecnológicos y los cambios sociales en el proyecto de arquitectura y de paisaje, han dado lugar a publicaciones científicas y a exposiciones en foros como la Bienal de Arquitectura de Venecia, la Trienal de Lisboa y la Universidad de Columbia. Recibió el Premio Extraordinario de Doctorado de la Universidad Politécnica de Madrid y la primera mención en el concurso bienal arquia/tesis. El libro coeditado con Fernando Nieto, Loneliness and the Built Environment, fue destacado en los premios del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (2022) y en la XVI Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo (2023).
Fernando Nieto Fernández (ed.)
Doctor arquitecto y profesor e investigador en proyectos arquitectónicos en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Tampere en Finlandia, donde dirige el grupo de investigación SPREAD (Spatial & Speculative Research in Architectural Design). Sus intereses de investigación se centran en las relaciones entre las esferas privada y comunitaria y sus implicaciones espaciales en el entorno construido, combinando metodologías de investigación científica y en proyectos de arquitectura. Ha tenido actividad académica como profesor e investigador en la ETSAM-UPM, ETH Zurich y Aalto University en Helsinki. Su práctica profesional como arquitecto ha sido premiada, publicada y expuesta en diversos foros. Es cofundador y coeditor de la plataforma de investigación HipoTesis.
TEXTOS DE
Ben L. Mijuskovic, Christina R. Victor, Juhani Pallasmaa, Rosana Rubio, Fernando Nieto, Javier Echeverría, Atxu Amann, Flavio Martella, Lola S. Almendros, Lars Svendsen, Christopher R. Long, James R. Averill, Eric Klinenberg y Juan Navarro Baldeweg.
Quizás no encontremos el lugar a medida, ese que el mundo nos depara, quizás nosotros debamos intervenir y modificar su hechura para caber en él.
Habitar lo irregular es entrometernos, comprometernos con el hecho de habitar, porque vivir de espaldas al mundo es negarnos la oportunidad de ser quienes aceptamos que el mundo puede ser un mejor lugar para vaciar en él nuestros anhelos.
Habitar lo irregular es adaptarnos a los nuevos límites, es domesticar los vacíos; es afianzarlos, es domar sus contornos hasta sentirlos calmos…, hasta ser parte de ellos.
Habitar lo irregular es volverse cómplices de sus contornos hasta sentir que ya habitamos, es desear ser ocupado por nuestro cuerpo quien es finalmente quien se guarda al interior para ser parte de esos nuevos bordes, o de esa nueva sombra, o de ese nuevo plano y hasta quizás de ese nuevo patio.
Habitar es dejar que los limites nos definan, nos señalen, nos acusen de ser esos habitantes que no estamos hechos de modos ni contornos, sino que necesitamos unos nuevos limites que nos defina, que nos acompañe a caminar por este nuevo corredor, que nos asome por esta nuevaventana y nos simule una vida en el patio con una luna nueva arrojando nuestra alargada sombra contra la fría piedra encaminada que asoma del zaguán.
Habitar lo irregular es dejar que nuestros modos de vida crezcan, se expandan hasta conformar un nuevo hogar.
Cuando la arquitectura se entiende como un proceso, estamos en condiciones de afirmar que los distintos estadios productivos que la definen son también arquitectura: el croquis, el encofrado o el transporte son tan sólo piezas de un collage que desdibujan los límites materiales de la arquitectura.
Un joven Richard Buckminster Fuller imaginaba el planeta como único territorio posible, un lugar único sobre el que su obra, ligera como el aire, podía viajar alrededor del globo. Plasmó su idea en un conocido dibujo de los años treinta y años después, cuando el ejército norteamericano le encargó que diseñara construcciones temporales de campaña, Fuller consiguió ver su sueño hecho realidad gracias a la ligereza de sus unidades y a la maniobrabilidad del helicóptero. Contaba Alejandro de la Sota cómo las cerchas del Gimnasio Maravillas atravesaron el Madrid de los ’60 en camión, una imagen que por ahora no hemos podido conseguir y por lo tanto, tan solo existe en blanco y negro en nuestra imaginación. Al llegar a su destino, los frailes extrañados le preguntaron:
“pero, Don Alejandro, ¿esto es para aquí?”.
El estudio madrileño de Tuñón y Mansilla convirtió el traslado de las enormes letras prefabricadas de hormigón del Museo de Bellas Artes de Castellón en una performance que conectaba los polos geográficos de su trabajo, el viaje como parte fundamental del proyecto. El museo, desde entonces, aparece en la memoria colectiva como una imagen de carretera que trasciende la del propio edificio. Pero es que
¿cuál es el límite de un museo?
O mejor
¿cuál es el límite de la arquitectura?
Miguel Ángel Díaz Camacho. Doctor Arquitecto
Madrid. Marzo 2014.
Autor de Parráfos de arquitectura #arquiParrafos
La Iglesia se integra en un conjunto jerarquizado de patios y claustros que conforman el Convento y Teologado. La planta responde a sus estudios sobre la disposición de los fieles en las iglesias previas al Concilio Vaticano II adaptada a un programa específico: como iglesia conventual y como iglesia pública. La solución elegida de dos arcos hiperbólicos, tensionan el espacio convergiendo hacia el altar.
En el interior del templo, Fisac aboga por la simplificación de la expresividad iconográfica, utilizará pocas obras y de calidad, basando la expresividad plástica en el movimiento hacia el altar, mediante la disposición muraria, la luz y el color.
Esta obra de Miguel Fisac es una de las más reconocidas y difundidas a nivel internacional, debido en parte a la espectacularidad del interior de su iglesia, pero también al hecho de hallarse al borde del transitado acceso a Madrid por la carretera de Francia, donde la esbelta torre destaca en medio de un paisaje árido que con los años se ha ido llenando de edificios.
Los Padres Dominicos, que ya habían encargado a Fisac el colegio de Valladolid, le piden para este lugar aislado y con cierta pendiente, entre la carretera y el arroyo de Valdebebas, un convento con iglesia en el que han de convivir los padres profesores con los teólogos jóvenes y los estudiantes de teología, pero haciendo vida independiente excepto en el encuentro que se produce en las aulas, el refectorio y la iglesia. Como en el instituto de Daimiel y en el Centro de Profesorado, el método empleado es el de la articulación libre de piezas con uso diferenciado, que aquí se enlazan de nuevo mediante porches que conforman claustros, a veces abiertos, y que aprovechan la movida topografía del terreno para combinar edificios de dos, tres y cuatro alturas.
Todo el conjunto tiene disposición ortogonal y se ordena hacia el fondo, colocándose en primer lugar el pabellón de profesores, en segundo plano los padres jóvenes, y al final los estudiantes o coristas, pues forman parte del coro. Entre los dos primeros bloques se desarrollan las principales actividades del convento, en torno a dos claustros que rodean un jardín paisajista de inspiración japonesa, y allí se encuentran del lado sur las aulas y el salón de actos con su techo de luz cenital regulable, y del lado norte el refectorio, la enfermería y un pabellón contiguo, pero separado, de religiosas.
En primer plano y presidiendo todo el conjunto, destaca la pieza de la iglesia para la cual idea Fisac una configuración completamente original y que no se ha vuelto a repetir porque respondía a un problema muy concreto como era el de disponer frente a un altar, pero de forma separada, a los coristas y a los demás asistentes. Tanteando en las posibilidades de convergencia espacial hacia el altar, halla la solución en una planta en “diávolo” formada por dos ramas de hipérbola bajo cuyo dibujo se esconden las asíntotas de una cruz ortogonal y orientada según los ejes del conjunto del convento. El eje de la iglesia está girado 45 grados respecto de la cruz, en cuyo centro se sitúa el altar, de modo que con potente carga simbólica se dirige toda la tensión hacia ese punto, configurado como “axis mundi”.
Un antiguo edificio burgués en el centro de la ciudad de Oporto ha sido convertido en una casa de cinco habitaciones. El proyecto tiene dos dimensiones clave: una cuidadosa restauración de la estructura existente utilizando materiales y técnicas de construcción tradicionales, y la inserción de nuevos volúmenes de madera para albergar la infraestructura y áreas de servicio.
Los nuevos volúmenes de forma triangular se adaptan a las características de cada habitación, creando variaciones dentro de una sola familia de elementos. Acomodan el baño, el armario, áreas de almacenamiento y una pequeña cocina, permitiendo el uso independiente de cada unidad cuando sea necesario.
Las características originales: paredes de piedra de granito, techos de estuco, vigas de madera, contraventanas, puertas, escaleras y tragaluces, se restauran de manera respetuosa y «silenciosa». Diferentes características se destacan en cada habitación para crear una serie de espacios únicos.
Los materiales utilizados van desde madera hasta mármol, arcilla, azulejos y granito. A pesar de la variedad de materiales, la combinación de tonos y texturas refuerza el diálogo entre lo antiguo y lo nuevo.
Las dos dimensiones principales del proyecto: restauración tradicional y adiciones contemporáneas, se extienden al aire libre, donde se requirió una pequeña sala técnica. La solución de forma triangular aporta un sentido de coherencia al proyecto en su conjunto.
Obra: Casa Cedofeita
Autor: Paulo Moreira Architectures (Paulo Moreira)
Colaboración: Hermínio Santos, Elena Borghese, Flavia Micelli, Lauranne Coornaert, Carlos Gomes, Mario Martínez
Localización: Porto, Portugal
Año: 2017
Área: 220m2
Constructora: José Silva
Fotógrafo: Ivo Tavares Studio + paulomoreira.net
En el casi medio siglo transcurrido desde la edición completa en alemán de su Libro de los Pasajes, Walter Benjamin se ha convertido en una referencia clave en muchos ámbitos de la crítica. Benjamin elaboró una síntesis única y provocativa de estética, política y filosofía. Este volumen de la colección ‘Pensadores sobre la arquitectura’ evalúa la importancia de sus escritos para la teoría y el ejercicio profesional de la arquitectura.
A partir del entrelazamiento de vida y obra en los escritos de Benjamin sobre varias ciudades europeas, este libro examina su contribución a la crítica cultural en relación con obras de Max Ernst, Adolf Loos, Le Corbusier y Sigfried Giedion, y sitúa la obra de Benjamin dentro de algunas manifestaciones más recientes de la arquitectura y el urbanismo.
Este libro constituye una descripción concisa y coherente de la relevancia de los escritos de Walter Benjamin para los arquitectos, al considerar en detalle algunas figuras del arte y la arquitectura moderna, y ubicar el trabajo crítico de Benjamin dentro del contexto de la arquitectura y el urbanismo contemporáneos.
Brian Elliott Traducción de Ramón Serrano Avilés
CONTENIDOS
Prólogo del director de la colección original
Proemio de la directora de la colección española
Nota del traductor
Agradecimientos
I. Introducción
II. Condición metropolitana y método
–Imágenes de infancia
–Berlín
–Nápoles
–Moscú
–El montaje arquitectónico
III. Radicalismo y revolución
Benjamin y el Surrealismo
El Libro de los Pasajes y la arquitectura moderna
La dialéctica entre tecnología y naturaleza
Reacciones conservadoras y progresistas a la tecnología moderna
El Movimiento Moderno y la política de la forma
IV. El Movimiento Moderno y la memoria
–La modernidad y el Movimiento Moderno
–El interior doméstico como santuario de la sociedad
–Exorcizar el interior marginado
–De la residencia individual a la vivienda colectiva
–La imagen de la ciudad
V. La búsqueda de la utopía y la utilidad
–La política de la utopía
–La dimensión utópica de los pasajes comerciales de París
–La utopía y la ‘imagen dialéctica’
–Arquitectura y utopía
VI. Participación y política
–La política de la participación
–La arquitectura del Movimiento Moderno y la participación
–La Internacional Situacionista y el urbanismo lúdico
Quienes hemos abierto o estamos abriendo los ojos a la luz de la arquitectura en la Escuela de Arquitectura de Valladolid ─ proyectada en 1975 y terminada en 1978 ─ podemos decir que ayer, martes 7 de mayo de 2024, hemos perdido a uno de nuestros grandes maestros: Antonio Fernández Alba.
Crecer como estudiante o profesor al amparo de su magnífico edificio universitario deja una impronta indeleble, síntesis de las aspiraciones profesionales de un ya entonces prestigioso arquitecto y de la sabiduría de un eminente Catedrático de Elementos de Composición. Tanto en una faceta como en la otra, siempre mostró gran aprecio por la Cultura (con mayúsculas) y por el valor de la palabra como medio de reflexión intelectual, lo que le acabaría dando la oportunidad de ser el primer arquitecto en la Real Academia Española.
Su afán de vanguardia, siempre comedido pero pertinaz, le llevó a postularse críticamente contra el racionalismo de posguerra en España, cuando el llamado “Desarrollismo” no había todavía causado grandes estragos en la ciudad histórica (basta leer su premonitorio libro La crisis de la arquitectura española, 1939-1972 para comprobarlo). Esa búsqueda de alternativas le hizo tantear, desde sus inicios profesionales, otras variantes que cuestionaban en los años 60 la vigencia del funcionalismo moderno, fruto del cual es nuestro edificio de la ETSAVa. De igual importancia es su papel como renovador de la docencia en Arquitectura, cuando aún esa transformación institucional no era propicia a los cambios democráticos. Sus reflexiones ayudaron a democratizar las aulas, a difuminar los límites entre docentes y discentes, y a creer que una buena obra arquitectónica ─ como es nuestra escuela ─ puede contribuir a la mejorar la vida de una comunidad universitaria.
Y sí, nuestra escuela logró hacerlo desde su inauguración en plena Transición, lo hace actualmente, y lo seguirá haciendo, aunque tenga achaques, que todos conocemos y padecemos con paciencia, como cuando acompañamos a nuestros mayores. Porque recorrer los pasillos de nuestros departamentos con esas insólitas y decrecientes “bañeras-lucernarios” es transitar por los del californiano y póstumo Marin Civic Center de Frank Lloyd Wright; porque asomarse al vacío central del edificio de aulas y biblioteca es deambular por la Phillips Exeter Academy Library de Louis I. Kahn; porque pasear alrededor del edificio nos lleva a esa primera lección de modernidad wrightiana de los austeros volúmenes de ladrillo de las míticas oficinas Larkin, “aderezado” con algunos gestos postmodernistas; y porque usar sus incómodas ventanas cuadradas nos devuelve a la Chicago Window y a los experimentos pioneros con el vidrio para la compañía Luxfer del mencionado Wright ─ siempre su admirado Wright ─, cuando intentaba inventar el muro cortina sin disponer aún de la tecnología apropiada. Nuestra escuela es, en fin, una suma lecciones de arquitectura, un depósito de cultura arquitectónica a cada paso, como lo son todas las obras de Antonio Fernández Alba.
La ETSAVa es también fruto de la propia trayectoria profesional del arquitecto salmantino. De esa etapa inicial en la que tanto destacaron sus edificios escolares, y en donde las leyendas de usos de sus planos hablan otro idioma arquitectónico: “tránsito”, en vez de “pasillo”; “zaguán”, por “vestíbulo”, etc. De la austeridad de aquellas primeras escuelas infantiles y de sus conventos salmantinos se impregnó también nuestra obra vallisoletana. Incluso es una derivada de sus fallidos proyectos de principios de los 70, como el del edificio administrativo del Spanish Trade Centre para Londres proyectado en colaboración con su amigo Juan Daniel Fullaondo en 1974. Por cierto, que a esa relación de amistad debemos la cesión de los fondos de archivo de la revista Nueva Forma a la biblioteca de la ETSAVa, generosamente donada justo antes de ser nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Valladolid en 1993.
Y no solo eso: el magisterio de Antonio Fernández Alba nos caló profundamente en su manera de dibujar, muy reconocible por sus fantásticas axonometrías seccionadas, por sus secciones verticales fugadas o por sus célebres perspectivas caballeras frontales (basta ver las que hizo para el proyecto de la Escuela de Ingenierías Industriales de Valladolid en 1981). Todo este legado gráfico llegó a nosotros en los años 80 gracias a su amigo, discípulo, compañero de departamento y exdirector de nuestra ETSAVa, Leopoldo Uría.
No es este un obituario al uso, pero ¿a qué arquitecto no le agradaría que se le recordase por alguna de sus obras? Desde el dolor por esta pérdida irreparable, valgan estas líneas para animarnos a seguir escuchando a Antonio Fernández Alba a través de lo que cada día y a cada uno nos “hable” nuestra Escuela de Arquitectura de Valladolid.
Recuerdo cómo los profesores de proyectos nos hablaban de sus viajes, a destinos europeos sobre todo, también americanos, para visitar la obra de los arquitectos que admiraban y nos servían de ejemplo. Parecía una rutina necesaria, casi una obligación. Viajar por Europa para verla obra de Le Corbusier, los países nórdicos para conocer a Alvar Aalto y con algo más de tiempo Erik Gunnar Asplund, o si se hacia más adelante, quizá ya como doctorando, la de Reima Pietilä; saltar a Norteamérica para visitar a Mies en Chicago y Nueva York y a Frank Lloyd Wright por un territorio mucho más amplio… Resultaba atractivo pensar en ello como algo que tarde o temprano tendríamos que hacer y lo haríamos con placer, sin duda, y nadie objetaría al respecto.
Resulta más fácil convencer a tus padres para que apoyen económicamente un viaje de este tipo que otro, digamos, para pasar una semana en Ibiza, aún cuando también podrían verse allí obras conocidas de Coderch o, saltando a Mallorca, de Utzon, por ejemplo, pero esto no es tan sencillo de explicar. El viaje como descubrimiento o como epopeya seguía ofreciendo belleza y épica y animaba a los estudiantes a emular las aventuras ya narradas de los maestros y sus revelaciones luego volcadas en tesis de nuestros profesores que continuaban así una bonita tradición donde además se subrayaba la importancia también de lo clásico en la formación del arquitecto contemporáneo.
Creo que por suerte, pero quizá por pereza o por equivocación, aprendí a viajar sin demasiado interés por ver demasiados edificios. Pronto eliminó de mi equipaje la absurda carga de visitar un número casi ilimitado de ellos y preferí pasar más tiempo en los bares o paseando sin rumbo por las calles, en plan flâneur; aunque aún no sabia qué era y mucho menos lo había leído en Baudelaire o en Benjamin.
Un profesor, muy antipático y amargado, al menos me enseñó una buena cosa y esta fue el placer de viajar sin ánimo de fotografiar absolutamente todo y mucho menos arquitectura, ya que existían muy buenas fotos y libros de casi todo (esto no mas lo dijo, lo asocié yo).
Ya el cine y la propia experiencia nos ha despertado de un sueño viajero que ahora no es más que un triste devenir de maletas con ruedas y puertas de embarque. El viaje, como extravagancia, ha quedado reducido a un asunto incómodo que sufren delegados comerciales y ejecutivos en dosis similares de paciencia e incomodidades, y la emoción no es más que inquietud y temor a que, en el tedioso proceso, algo salga mal.
Por fin, el tiempo nos ha regalado no ya la emoción pero sí al menos la obligación de viajar, tampoco por placer sino únicamente movidos por la ausencia de oportunidades en nuestro país. Así, encuentro un pequeño placer en hacer memoria de mi ciudad y de los lugares donde he vivido o que he visitado, y recuerdo que he sido feliz en todos ellos, creo que sin excepción.
Junto a mis recuerdos, guardo fotos de algunos de ellos y a veces me gusta verlas, y sentir una gran nostalgia, una enorme tristeza sobre la posibilidad de no poder volver a ellos, quizá nunca más, y eso me anima a viajar de nuevo para poder experimentar ese antiguo placer y estas nueva tristezas.
bRijUNi architects (Beatriz Villanueva y Francisco Javier Casas Cobo).
Riyadh (Arabia Saudí), enero 2015
Segunda sesión del ciclo Legados de Arquitectura Moderna, dedicado al arquitecto Antonio Fernández Alba.
El ciclo Legados de Arquitectura Moderna – planteado para presentar, comentar, indagar y debatir acerca de destacados arquitectos modernos que ejercieron su profesión en Madrid y legaron sus archivos a la Fundación Arquitectura COAM o al Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid- nos brinda la oportunidad de poner en valor sus trayectorias profesionales y la calidad de su obra y su persona, en el contexto y el momento en que se desarrollaron.
Es también un reconocimiento al culto y generoso gesto, suyo o de sus familias, de haber cedido a todos la posibilidad de acceder libremente e investigar sus documentos, escritos, imágenes y memorabilia.
Participan: Antón Capitel, Miguel Lasso de la Vega, Pedro Navascués, Alberto Sanz con la presencia del propio arquitecto Antonio Fernández Alba
Comisaria: Silvia Canosa
Antonio Fernández Alba (Salamanca, 1927 – Madrid, 2024)
Académico de la Real Academia Española y de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, el primer arquitecto miembro de la primera institución y el único con esta doble condición, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, Premio Nacional de Arquitectura y Nacional de Restauración, Medalla de Oro del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, y un largo etcétera, es, sin duda, una de las figuras clave para comprender la arquitectura de la segunda mitad del siglo XX.
Un proyecto de reutilización y reciclaje que ahorra un 60% de energía respecto la obra nueva y que revisa el modelo habitacional turístico costero proponiendo una reconexión temporal con la historia del lugar.
Desde íberos y romanos, el puerto natural de Salauris ha sido un lugar estratégico de la costa mediterránea desde el punto de vista militar, comercial, y, finalmente, des de la segunda mitad del siglo XX, turístico.
Villa esencialmente pesquera a lo largo de la historia, Salou empezó a recibir los primeros veraneantes ya en el siglo XIX gracias al empuje de la nueva burguesía industrial de Reus y la construcción del tren, transformando progresivamente la villa pesquera en una pequeña ciudad-balneario planteada desde el turismo de salud y bienestar.
La construcción de varias casas modernistas y novecentistas a primera línea de mar en las que se podían alquilar habitaciones a principios de siglo XX son el testimonio de estos primeros veraneantes en busca del poder terapéutico del agua de mar.
Durante casi 50 años Salou fue creciendo de manera lenta y tímida en forma de ciudad jardín a lo largo de su litoral gracias al éxito de su balneario. Sin embargo, a partir de los años 60, la costa Dorada y especialmente Salou, experimentaron un crecimiento sin precedentes debido al desarrollo turístico de las ciudades costeras, generando un paisaje urbano heterogéneo dominado por hoteles, edificios de apartamentos y restaurantes que conviven con bloques de viviendas habituales y equipamientos, formando un contexto urbano mixto y heterogéneo de volumetrías aisladas.
El proyecto orbita alrededor de uno de estos edificios aislados cerca del mar concebido inicialmente como una vivienda levantada sobre un podio a la que se le fueron añadiendo plantas. Disconforme respecto al planeamiento y con una volumetría y unos huecos de fachada inalterables por normativa, el edificio presentaba, después de 13 años de abandono, signos severos de degradación y generaba problemas de orden público en su entorno.
Sesenta años más tarde del boom turístico en Salou, ¿cómo se debe plantear hoy una vivienda de uso temporal y cómo el turismo tiene que responder a los retos sociales y medioambientales que estamos afrontando?
El proyecto trata de conceder una nueva vida al inmueble a través de su rehabilitación y transformación. La reutilización de su arquitectura antes que el derribo, la primera decisión de proyecto, presentaba limitaciones espaciales evidentes al tener que conservar la estructura muraria existente y la escasa altura libre entre forjados, pero permitía conservar la edificabilidad, ajustar el presupuesto, y un gran ahorro energético, disminuyendo la huella de carbono, los recursos empleados y los residuos generados de la intervención en un 60% respecto a un hipotético derribo y una nueva construcción de las mismas características.
El proyecto se plantea como una gran casa
Pretende huir del modelo turístico masivo para buscar la identidad en los primeros veraneantes y sus residencias-hotel de principios de siglo XX a nivel conceptual y material, proponiendo un diálogo temporal y un modelo de vida alternativo al turismo de masas: un modelo lento, próximo y local, desestacionalizado, adaptado al clima mediterráneo y arraigado a la tradición arquitectónica original del lugar, nacida del turismo balneario.
A su vez, como alternativa al modelo habitacional genérico y global orientado a las vacaciones de verano y generalizado a partir de los años 60, los nuevos apartamentos quieren ser casas, espacios domésticos cálidos, acogedores y arraigados a la cultura local que se puedan ocupar durante todo el año.
En este sentido, estratégicamente, se ha tenido en cuenta que tanto el conjunto del edificio como los apartamentos puedan cumplir las condiciones normativas de habitabilidad, por lo que el conjunto podría convertirse fácilmente en un edificio de viviendas permanentes en cualquier momento.
La metamorfosis del edificio es el resultado de una suma de intervenciones acumuladas sobre la preexistencia, y se divide en cuatro estrategias básicas:
Consolidar y reorganizar
La primera acción de proyecto tiene como objetivo replantear el funcionamiento del edificio y conseguir una estructura primaria estable y segura. Se ha conservado y reforzado la precaria estructura muraria existente, paredes, fachada, y forjados, y se han reorganizado las plantas por completo añadiendo una segunda escalera, que se añade a una ya preexistente, y dos ascensores, conformando un núcleo central rodeable que organiza el flujo de circulaciones y permite situar las unidades habitaciones en el perímetro de la fachada.
Ordenar y relacionar
Para mejorar la habitabilidad del conjunto, se propone mejorar la relación del edificio con el exterior. Se ha eliminado la buhardilla existente, un espacio inhabitable por sus escasas dimensiones en altura, logrando una nueva terraza en planta cubierta.
A la vez, se han replanteado y ordenado las fachadas laterales abriendo nuevas ventanas, las imprescindibles que la normativa permitía, para lograr la iluminación y ventilación de todas las viviendas y, a su vez, conseguir una imagen urbana más unitaria, manteniendo las ventanas existentes, más ordenadas, en las fachadas frontales.
Finalmente, se ha abierto al exterior el cuerpo existente en planta baja que se ha transformado en la recepción y el restaurante, una galería conectada con el jardín que concentra los accesos, con la generación de un nuevo porche de entrada, y permite unas generosas terrazas en los apartamentos de la planta primera.
Aislar y contextualizar
En tercer lugar, se plantea la mejora energética del inmueble y la búsqueda de una identidad. Se ha aislado todo el volumen existente por el exterior con una nueva piel térmica (sistema SATE) que cumple, a la vez, una función técnica y una función conceptual.
Esta nueva envolvente permite conseguir una óptima eficiencia energética del edificio y, a su vez, mediante la utilización de la cerámica, buscar una nueva identidad conectando históricamente el edificio con las casas modernistas y novecentistas de principios de siglo XX.
Abrir y naturalizar
Por último, se han replanteado los espacios exteriores y la relación del edificio con la ciudad. La terraza pavimentada exterior existente se ha substituido por un jardín mediterráneo de bajo mantenimiento y demanda de agua, eliminando el efecto isla de calor, permitiendo el drenaje natural del agua de lluvia y generando espacios de sombra. El nuevo jardín se ha abierto visualmente y físicamente al espacio público logrando la accesibilidad al edificio con una nueva rampa, transformando un exterior duro y áspero en un pequeño oasis.
A nivel de programa, el edificio cuenta con espacios colectivos y espacios técnicos y de servicio en planta baja, y 6 tipologías de apartamentos, dos de ellas en planta baja, y cuatro en cada planta tipo. La concepción de los apartamentos, insertados en la estructura muraria existente, es una concatenación de células básicas que pueden independizarse o conectarse entre ellas, potenciando el buen asoleamiento, las dobles orientaciones y la ventilación cruzada. Así, todas las unidades habitacionales cuentan con un espacio para cocinar y comer, un espacio para descansar, y un espacio para asearse.
Además del ahorro energético conseguido con el reciclaje del edificio, desde el punto de vista de la materialidad, se ha tenido en cuenta el mapa de recursos del lugar y la contención en la utilización de materiales, utilizando prácticamente un único material, la cerámica, y un solo formato, la rasilla tradicional.
Una única pieza de procedencia local en dos versiones de acabado que resuelve todas las situaciones del proyecto: La baldosa en acabado natural, procedente de Calaf, y la baldosa esmaltada en color verde botella, procedente de Girona, que se utilizan para contextualizar la fachada con la historia del lugar, siguiendo la tradición constructiva modernista y novecentista de las casas de veraneo en Salou.
Una única pieza que asume, a la vez, funciones técnicas, estéticas y simbólicas y que caracteriza el proyecto de manera holística resolviendo las fachadas y los revestimientos y pavimentos interiores y exteriores.
Obra: Transformación de un edificio abandonado en 27 apartamentos
Autor: NUA arquitectures (Arnau Tiñena, Maria Rius, Ferran Tiñena)
Colaboradores: Alfons Güell, Paula Roch, Àngels Cañellas, Alba Azábal
Arquitectos técnicos: Albert Vilà and Júlia Oriol
Estructura: Windmill Structural Consultants
Ingeniería: Garriga Enginyers
Constructora: STM Construccions
Acústica: David Casadevall
Paisajismo: Parcs i jardins Aspros
Mobiliario: Bustper
Localización: c/ Ponent nº24. Salou, Tarragona (Cataluña, España)
Superficie: 1.678.96m²
Fotografía: Jose Hevia + nuaarquitectures.com
En 1961, la Dirección General de Bellas Artes crea el Instituto de Conservación y Restauración de Obras de Arte, desde donde se propone la conformación de un avanzado Centro de Restauraciones.
La obra será llevada a cabo por los Arquitectos Fernando Higueras y Antonio Miró y dará como resultado un edificio circular, de configuración escultórica de los elementos constructivos y de marcada expresividad estructural. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 2001.
Hay otro aspecto –el docente– que no conviene olvidar y que también influye a la hora de elegir emplazamiento: el Centro de Restauraciones ha de ser al tiempo vivero de restauradores y lugar de trabajo de los arqueólogos procedentes de Filosofía y Arquitectura. Por eso, dentro ya de la Ciudad Universitaria, queda enclavado entre estas dos facultades.
Programa. Para la redacción del presente anteproyecto se contó con la entusiasta colaboración del catedrático de Restauración de la Escuela de Bellas Artes de Valencia, don Luis Roig d’Alós, a quien se debe el programa. El Centro de Restauraciones Artísticas cuenta con los departamentos siguientes: Dirección, Patología del Libro, Laboratorios, Pintura, Tapices, Escultura, Arqueología, Talleres, Desinfección y desinsectación, Salón de actos.
El número más importante, la personalidad más influyente entre los arquetipos numéricos fue para los pitagóricos el cinco o la péntada y el diez o la década.
Cinco era el número del amor si sumábamos dos, el primer número femenino y tres el primer número impar masculino. Es interesante remarcar que los estudiantes chinos del Pa-Ka o los Ocho Trigramas Mágicos, reconocerían esta concepción de idéntica manera, y curiosamente queda también justificada esta idea por la moderna teoría de los cromosomas y los genes. Cinco también es el número de la higiene y la armonía. Con la péntada o el cinco iba asociada su símbolo geométrico, el pentagrama o pentalfa, cinco as entrelazadas, y se sabe que el pentagrama era el signo secreto de hermanamiento entre los pitagóricos. La importancia de este símbolo y de las construcciones relacionadas con él, todas basadas en la sección áurea, eran celosamente guardadas como uno de los secretos más importantes de la Fraternidad.
Hipócrates de Chios fue expulsado de la Fraternidad según consta, por haber explicado y divulgado la construcción de un pentágono. La importancia asociada al pentágono queda relatada por Athanasius Kircher en el capítulo De Magicis Amuletis de su obra Arithmologia,1donde cuenta cómo los galates, el enemigo, fueron derrotados después que Antiochus llevara consigo a la batalla un vexillum, bandera empleada durante la antigüedad clásica, con el pentagrama, al ser advertido por sus augures tras interpretar uno de sus sueños.
Después de ver el destacado papel de la simetría pentagonal y de la sección áurea asociada al pentágono en la morfología de la vida y del crecimiento de lo vivo, la elección de este símbolo parece haber sido guiada por una extraordinaria intuición. En el Timeo, Platón escoge el dodecaedro, que es la proyección en tres dimensiones de un pentágono, como guión esquemático de la armonía del cosmos. Realmente parece que Platón haya seguido la inspiración pitagórica.
El pentagrama se convertirá más tarde, especialmente en la sabiduría mágica medieval, en el símbolo especial del hombre, del microcosmos, en correspondencia por analogía con el universo o macrocosmos. El principio de analogía, formulado por el arquitecto alemán August Thiersch y que durante el siglo XIX se convirtió en el principio que lideró el arte de occidente, ya se podía encontrar en los pitagóricos como una ley general:
Tú sabrás, tan lejos como es posible en un mortal, que la Naturaleza es desde todos los puntos de vista, similar a sí misma.2
El símbolo numérico del macrocosmos o el universo era la década o diez; La forma geométrica correspondiente era el decágono. Sabemos que el decágono y el pentágono tienen la misma lógica en lo referente a la simetría, regulada como no puede ser de otra manera, por la sección áurea. El concepto esotérico de correspondencia o analogía entre el macrocosmos, simbolizado por el número diez, y el microcosmos, simbolizado por el número cinco, fue condensado por los herméticos, los cabalistas, los magos, los componentes de la Rosacruz, etc., y por la sentencia ID QUOD INFERIUS SICUT QUOD SUPERIUS tomada de la Tabla Esmeralda.3
Vitruvio subraya las virtudes del número diez, pero también la perfección del número seis; El número seis, simbolizado geométricamente por un pseudo-hexagrama o por la estrella de David, está asociado como ya sabemos con la dura perfección simétrica de los cristales y la cristalografía. La asociación entre el diez y el seis como número armonizadores importantes, ya fueron usados por los antiguos egipcios, especialmente por el cociente 10/6=5/3 que es la aproximación de Fibonacci al número Φ, para rectángulos y volúmenes. Posteriormente esta relación fue tomada por los arquitectos del renacimiento.
El secreto del símbolo
Ahondando en lo esotérico, quizás la aportación más sugerente del libro The geometry of art and life,4 Matila Ghyka desenreda toda la simbología que acompaña a la geometría y los números. El pentagrama fue transmitido a lo largo de la historia de tres secretas y escondidas maneras posibles: como marco de los diagramas de planificación secreta de arquitectos y maestros de masones, transmitidos de padres a hijos, como uno de los esotéricos signos o símbolos de reconocimiento de ciertas sociedades secretas y finalmente como un elemento que forma parte de rituales mágicos.
Los secretos prácticos del labrado de la piedra para la construcción de edificios fueron transmitidos por los gremios masones de la piedra, desde la antigua Collegia Opificum que ya existía en los tiempos de la República Romana, a través de sus sucesores por todo el imperio romano, más tarde mediante los talleres de arquitectura en los monasterios carolingios mayormente de la orden de los benedictinos, y finalmente entre los gremios de constructores y los masones federados durante el período gótico en la Bauhütte, con la suprema sede central en la logia adosada a la catedral de Estrasburgo.5
En Inglaterra, los documentos masones más antiguos, Ordinationes of York, de 1352 y 1409, mencionan al rey de Athelstan, 925 a 940, como aquel que estableció la primera sociedad masónica en las Islas Británicas. Es interesante anotar aquí que el Cooke Manuscript, actualmente expuesto en el British Museum, copia de un texto del siglo XIV datado en 1430, menciona a Pitágoras y a Hermes como aquellos que revelaron los secretos de la geometría a la raza humana. El mismo manuscrito en su parte estatutaria insiste en la obligación de los Masones de no traicionar los secretos de su destreza.
Mientras el Pentagrama viajaba como símbolo mágico y como herramienta a través de círculos ocultistas y de la Rosacruz,6 viajaba también en otra trayectoria, más político-esotérica, desde la Sociedad Pitagórica hasta la moderna masonería, donde la Estrella Llameante no es más que el pentagrama, con una letra G en el medio, inscripción latina del hebreo Yold, es decir el número diez o década.
Miquel Lacasta Codorniu. Doctor arquitecto
Barcelona, Abril 2015
1 Kircher, Athanasius, Arithmologia, Roma, 1665, p. 217.
2 Esta cita se puede encontrar en la obra Hieros Logoso Conversaciones Sagradas, dentro de la colección Maestros de Samos, ver Op. Cit., GHYKA, 1977 (1946), p. 115.
3 La Tabla Esmeralda de Hermes es la fuente original de la filosofía y la alquimia hermética. Según la leyenda, el texto fue originalmente tallado por Hermes en unas tablas esmeraldas y guardado en la Cámara Real de la gran pirámide de Keops. La traducción de esta sentencia podría ser: “Lo que está abajo, se corresponde con lo que está arriba”.
5 La Bauhütte se creó como federación de las logias de los talladores de piedra, asociadas a las cuatro grandes logias de Estrasburgo, Colonia, Viena y Berna. La de Estrasburgo fue reconocida como la Gran Logia Suprema y el Maestro de Obras de su catedral ejercía la autoridad sobre todas las asociaciones locales dependientes de las otras logias mencionadas.
6 Estos círculos se encuentran en la obra de Agrippa de Nettesheim, De Occulta Philosophia, de 1530, en Amphitheatre de l’Eternelle Sapience de Henry Kunrath, 1609 y finalmente como pentáculo defensivo usado por Fausto contra Mephistopheles en el drama de Goethe, ver Op. Cit., GHYKA, 1977 (1946), p. 118
La historia de la humanidad principia con la arquitectura, porque sólo puede brotar la sociedad cuando el hombre decide buscar refugio en una cueva. Con ese sutil acto de atravesar la abertura de la cueva, exento de toda ceremonia y desconociendo su trascendencia, ese homínido esencial inicia la arquitectura. Y no se limita a llenar la cueva con su presencia, sino que decide ocuparla, creando las condiciones que la hagan habitable; en primer lugar, aclimatándola con el fuego, y posteriormente, decorándola con escenas de caza, como si se tratara de un común espacio doméstico de los años 60.
Así, lo que comienza siendo una mera apertura en la roca para resguardarse de las fieras y el frío, se convierte en un hogar donde socializar, donde bajo la protección de esa arquitectura -elemental y plena al tiempo-, puede empezar a preocuparse por establecer vínculos. Es la arquitectura la que permite que surja la sociedad que tenemos.
Debe ser cierto que uno ama como lo amaron en la infancia, con el deseo inexorable de regresar a lo conocido. Y la arquitectura, que ya hemos dicho que es la primera expresión social, sin la que la humanidad no habría podido surgir, tiende a regresar cíclicamente a ese origen desnudo. Son numerosos los ejemplos de arquitectura horadada en la roca, negando los fuegos de artificio de la nueva construcción, y palpando únicamente la manera de resolver la necesidad de refugio de sus habitantes. Desde los asentamientos en la Anatolia Central, en Turquía, o las casas-cueva en Matmata, Túnez; hasta propuestas más recientes como la de Chillida para Tindaya o el vacío enterrado del jardín de Noguchi para la plaza del edificio Chase (Nueva York). Incluso el Panteón de Agripa cabría definirlo de este modo, como una gruta con un umbral superior y vertical por donde sólo accede la divinidad.
Esta arquitectura excavada presenta la virtud de poder concentrarse en construir el espacio, en abandonarse a la plasticidad de lo ancestral e ignoto. Por volver a Noguchi,
“Si una roca es escultura, también lo es el espacio entre varias rocas y el que hay entre la roca y el hombre. Incluso la comunicación entre ambos es escultura”.
Y arquitectura, añadiríamos. Porque acaso la arquitectura no sea más que la escultura que ha asumido su labor social.
Es, por otra parte, una renuncia expresa a la parte más ensimismada de la arquitectura; es negar su lado propagandístico, camuflándose con el entorno, como si esta forma de construcción pretendiera disuadirnos con la idea de que estos espacios hubieran existido desde siempre, sin la fútil intervención del hombre.
Siendo así, pues, que la arquitectura surge a través de hacer habitables estas aperturas en la propia roca, no podemos imaginar otra forma de proyectar un Museo de la Arquitectura que volviendo a sus orígenes mismos.
Una mera grieta en la roca
Es lo que hace Amanda Levete cuando le encargan el proyecto para el MAAT (Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología), en Lisboa; planteando una leve –levísima- ondulación del terreno, sobre la que se abre –de forma natural- una grieta que sirve de acceso a esa cueva espontánea. Y ese gesto –sin aparente esfuerzo- sirve de protección y amparo frente al exterior, cobijando en su interior la historia misma de la Arquitectura, y diluyéndose en el perfil del Tajo, sin obstruir las vistas del resto de la ciudad, con la generosidad que sólo tiene la arquitectura virtuosa.
Y, al tiempo, dotando de un elemento comunitario a la misma gruta, conocedora de que fue en una de ellas donde se conformaron los primeros roles sociales: la cubierta del MAAT es, efectivamente, elevación del terreno, espacio árido de roca, y por tanto, un peñón idóneo para realizar celebraciones y actos colectivos. Se crea una plaza desde la que contemplar la desembocadura del Tajo o hacer skate, y bajo ella se modela la arquitectura misma, en forma de Museo en este caso.
Pasear por el exterior del MAAT es recuperar la esencia de la arquitectura, es comprender su inherente e irrenunciable función social. La arquitectura es, lo es desde su mismo origen y lo debe ser, material constructivo de la sociedad. Y lo es, paradójicamente, de un modo inmaterial. Todo cuanto proyectamos tiene en el núcleo de su esencia al hombre –como bien intuyó el Renacimiento-, y sólo de ahí puede surgir la Arquitectura.
Pasear por el interior del MAAT es hacerlo a través de las formas orgánicas de la placenta, una regresión uterina por donde fluye la vida, porque para hablar de la historia de la humanidad quizá baste hablar de la vida de uno sólo de los hombres. Como intuía Stanley Kubrick, el anhelo del hombre de las galaxias es regresar a la caverna.
Somos apenas como los fantasmas de Javier Marías, insistiendo en volver a los lugares que habitamos y conocimos, en búsqueda permanente de asilo espiritual. Y eso lo ha entendido nítidamente Amanda Levete, proyectando una cueva para hablarnos de la proto-arquitectura, para remitirnos –una vez más- a la gravitas de nuestros orígenes.
La teoría poscolonial ha influido muy significativamente en la evolución de la crítica arquitectónica contemporánea. Este volumen estudia la contribución de Homi K. Bhabha al discurso y el proyecto de arquitectura. Sus conceptos y sus frecuentes analogías con la arquitectura hacen que su obra resulte atractiva para los arquitectos y los profesionales de otras disciplinas creativas.
Centrado en la publicación más aplaudida de Bhabha, El lugar de la cultura, el presente libro explica de manera sencilla parte de la terminología que Bhabha emplea en sus escritos –traducción, ambivalencia, hibridez y Tercer Espacio, junto con lo performativo y lo pedagógico–.
El libro se estructura a partir de los dos primeros conceptos que proporcionan la base para profundizar en la relevancia teórica de los otros términos. Esto supone una revisión de la manera en que se abordan la historia, la teoría, la enseñanza y el proyecto de arquitectura.
Este libro es una introducción perfecta a las teorías de Homi K. Bhabha y a su utilidad para desafiar muchos supuestos sobre la arquitectura contemporánea. Nos invita a reflexionar sobre dicha arquitectura en general, no sólo en los contextos colonial y poscolonial.
La Fundación Juana de Vega acaba de abrir la convocatoria en el Premio Juana de Vega de Intervenciones en el Paisaje, categoría de “Edificaciones e instalaciones productivas” en el medio rural, que se estrena por primera vez este año. El objetivo es reconocer la calidad constructiva y correcta integración paisajística de este tipo de construcciones vinculadas con procesos productivos en medio rural.
En un contexto más amplio, la entidad busca darles protagonismo como elementos que contribuyen a mejorar el paisaje de Galicia y pueden servir de referencia social para futuras intervenciones.
El galardón, que se entregará por primera vez este año, quiere reconocer la calidad y correcta integración paisajística de este tipo de construcciones vinculadas con procesos productivos en medio rural.
Obras y plazo
La tipologías de proyectos que pueden optar al premio abarcan desde granjas, fábricas, talleres, bodegas, aserraderos, fosas de purín, silos, tolvas, o instalaciones productivas de cualquier sector económico asentado en el medio rural como naves o plantas industriales, entre otras.
El jurado evaluará aspectos como la calidad de la intervención y su contribución a la mejora del paisaje; o la incorporación de criterios de sostenibilidad, uso racional de los materiales, estrategias de proximidad y economía circular. También tendrá en cuenta la adecuación de la intervención realizada a los usos previstos y la capacidad de la obra de convertirse en referencia social.
Se admitirán intervenciones realizadas en Galicia y acabadas en los ocho años anteriores a 2024, es decir, entre el 1 de enero de 2015 y el 31 de diciembre de 2023.
Plazo
El plazo estará abierto hasta el 30 de junio de 2024 y el fallo se dará a conocer en el último cuatrimestre del año.
Las candidaturas pueden ser presentadas por los autores o promotores privados del proyecto o por un tercero, incluidas asociaciones u otras entidades que tengan conocimiento de intervenciones que a su juicio, puedan ser merecedoras de los galardones. El jurado también podrá premiar proyectos que no se presentaran a la convocatoria si los consideran merecedores del galardón.
Dotación económica
La dotación económica será de 6.000€ y, si lo considera pertinente, el jurado podrá repartir el valor económico entre los autores y el promotor, pudiendo percibir este último hasta el 50% del mismo. A mayores, y a criterio del jurado, podrán concederse dos accésits, dotados cada uno de ellos con 1.500€.
Composición del jurado
El jurado del Premio de Intervenciones en el Paisaje 2024 estará integrado por dos ingenieros de prestigio nombrados por la Fundación Juana de Vega, el decano del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales (COIIG) y el decano del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Galicia (COIAG), o persona en quien delegue, y dos representantes de diferentes ámbitos profesionales relacionados con las intervenciones en el paisaje y el territorio, el arte y la cultura. La mesa también estará compuesta por un miembro del patronato de la Fundación y el director de la Escuela Gallega del Paisaje Juana de Vega, que actuará de secretario. La Fundación Juana de Vega, de entre los miembros del jurado, nombrará al presidente.
Veinte años del Premio Juana de Vega de Intervenciones en el Paisaje
El Premio Juana de Vega de Intervenciones en el Paisaje surge en 2004 del convencimiento de que el paisaje es un elemento fundamental del patrimonio de cualquier sociedad por incidir directamente en su bienestar físico y social y por ser un recurso socioeconómico de enorme potencial.
Hasta 2015, se convocó en la categoría Viviendas unifamiliares, abriéndose en 2016 a la categorías Intervenciones en espacios exteriores y, en 2017, a Intervenciones privadas en el patrimonio construido. Las tres se fueron alternando anualmente.
Este 2024, la Fundación Juana de Vega, promotora del Premio, ha considerado de relevancia dar un nuevo paso para seguir ampliando la preocupación por el paisaje y el territorio implicando a los sectores productivos asentados en el medio rural. Por eso, la creación de la nueva categoría Edificaciones e instalaciones productivas en el medio rural sustituye a Viviendas unifamiliares. En estos 20 años se han entregado más de medio centenar de distinciones, entre premiados, accésits y menciones.
Como conozco ya las particularidades del ambiente arquitectónico venezolano, sabía que mis puntos de vista sobre el modo como respondió Villanueva al contexto político que le tocó vivir estarían lejos de suscitar un consenso general. Sabía también que la cuestión ideológica intervendría en el asunto y que tarde o temprano se me refutaría agitando los lugares comunes de siempre.
Pero, de nuevo lo digo, uno se engaña con frecuencia en ambientes como el nuestro, tan poco habituados a la confrontación de ideas, y en estos últimos tiempos padeciendo un estancamiento extraordinario caracterizado entre otras cosas por el uso abusivo de la clasificación de los puntos de vista como «desviaciones» de derecha o de izquierda, con lo cual el clasificador se quita de encima la necesidad de argumentar.
Así, en particular, han actuado quienes apoyan la opereta política que vivimos, pero también lo hace de cuando en cuando gente de los sectores disidentes. Ya superaremos eso, cuando el debate ya no esté limitado por compañerismos, parentescos o afinidades de segundo orden.
Es obligada conclusión de todas las reflexiones anteriores, decir que la realización de la Ciudad Universitaria debió mucho a la habilidad de Villanueva como navegante en las aguas del Poder político y social y mucho menos a la acción de instituciones o tradiciones culturales, como ocurre en sociedades menos frágiles.1 Si eso ha sido bastante común en América Latina, en el caso nuestro ha sido habitual; y en tiempos en los que Venezuela se iniciaba en la formación de una cultura urbana, era condición indispensable.
Pero esa habilidad era la de un hombre con una capacidad singular de asimilación de los caminos que se abrían para la arquitectura, una intuición que le permitió dejar en segundo plano lo subsidiario en provecho de lo decisivo, de lo que constituye la energía central del edificio. Un artista además en todo el sentido de la palabra, lo he escrito otras veces. Y, finalmente, un intelectual honesto.
Por todas esas razones, la coincidencia entre habilidad, circunstancias y singulares valores personales, el caso de Villanueva luce hoy como aislado, lejano, demasiado distante del actual estancamiento cultural venezolano, ejemplificado por nuestro estridente atasco político, objeto de burla o desdén, cuando no de admiración desde el radicalismo.
Esta feliz asociación de virtudes mayores y menores con circunstancias también excepcionales no se repite muchas veces en la historia, por lo cual sacar conclusiones que justifiquen conductas puede resultar oportunista. Y me refiero específicamente a la idea, muy del relativismo actual, de que la posibilidad de realización de una obra justifica bajar los ojos y la conciencia ante los abusos antidemocráticos. Es la vieja idea de «usar» el Poder para obtener beneficios más amplios. Asunto que se ha planteado con frecuencia en el contexto actual venezolano para justificar silencios, omisiones y complacencias con el abuso de Poder y la violación de derechos ciudadanos.
Y frente a esa manipulación es necesario hilar más fino.
Comencemos por dejar claro que la comunidad de los arquitectos en tiempos de Pérez Jiménez muy poco fue violentada en sus aspiraciones de construir, en un momento en el cual se había lanzado a lo ancho de un país carente de casi todo un ambicioso programa de construcción institucional.
Los mecanismos represivos dictatoriales eran selectivos. Se dirigían hacia el ahogamiento de la subversión o buscaban acallar la disidencia abierta limitando la libre expresión y el derecho de asociación política. Pero se dejó espacio para una participación que no exigía lealtad abierta. Fui testigo de ello como estudiante que observaba atentamente a su alrededor (estudié entre 1955 y 1960). Y pese a los excesos, que los hubo como en todo autoritarismo, no se le cerraron espacios a quienes desde un saber profesional aspiraban a ser parte de la tarea de hacer país.
Y los arquitectos venezolanos eran muy pocos, escasas dos o tres docenas
Entre ellos había gentes que se definieron después como vigorosos opositores al estado de cosas político, pero trabajaron en la arquitectura pública porque había espacio para el aporte personal y comenzaba a despuntar un sector privado que buscó el talento. La prueba más clara de ello es que esa década es vista por los historiadores y cronistas como una época dorada de la arquitectura venezolana, en la que brilló una decena de nombres, jóvenes y muy jóvenes que dejaron obras que son parte de nuestro patrimonio moderno.
Hoy la situación es de abierta amenaza a la libertad2 de participación en la tarea de dar forma a una arquitectura de las instituciones, a la de avanzar hacia una mejor calidad de vida urbana. La democracia se ha venido usando como un disfraz, asfixiada por un Poder personal casi ilimitado que secuestró todos los poderes públicos e insiste en «aplastar» la disidencia. La exclusión ejercida contra el adversario (que se califica de enemigo mortal) se hizo norma. Sólo los incondicionales se aceptan, para darles acceso al disfrute de un sistema de tráfico de influencias que se ha hecho distintivo. Todo alentado por el discurso agresivo y descalificador de los más altos funcionarios.
El resultado ha sido que en los doce años que han visto la mayor afluencia de divisas extranjeras de toda nuestra historia sólo pueden mostrarse un puñado de edificios públicos de mínima calidad hechos por amigos políticos que han recorrido los caminos de la adulación y el silencio.
Agrego a lo anterior lo anecdótico: escribo estas líneas al día siguiente de que las bandas armadas gubernamentales violentaron los accesos al Aula Magna, lanzaron bombas lacrimógenas e incendiarias, agredieron a estudiantes, quemaron automóviles, en el intento de boicotear unas elecciones estudiantiles donde su línea política había sido derrotada. Fue una más de las docenas de salvajes agresiones que estos grupos han perpetrado a estos edificios patrimoniales, mientras arquitectos y profesores que se formaron y desarrollaron en ellos, que discurren sobre su valor cultural, hoy comisarios políticos del Régimen, temerosos de comprometer sus posiciones, han evitado pronunciarse.
¿Puede ese silencio ser encubierto con alegatos interesados sobre el contexto en el que se dio la experiencia de la Ciudad Universitaria? No lo creo. Pienso más bien que ahondar en la complejidad del camino vivido por Carlos Raul Villanueva como arquitecto y como hombre, permite denunciar la hipocresía, situar mejor momentos de nuestra historia3 M que pese a los errores permitieron aportes que son parte de nuestra cultura. Y nos orienta hacia un futuro más transparente.
Óscar Tenreiro Degwitz, arquitecto.
Venezuela, Mayo 2013
Notas:
1 Lo que pienso de los tiempos de la dictadura de Pérez Jiménez, en lo cual coincido con algunos, pocos ya, de los que la vivieron en la adultez (mis recuerdos son adolescentes), es que su política represiva no tuvo contenido ideológico sino esencialmente antisubversivo. No había pues demasiadas presiones políticas o ideológicas en los círculos intelectuales, lo que permitió el desarrollo de grupos, actividades o iniciativas que fueron vigorosas e incluso revolucionarias en el sentido de apertura hacia nuevos horizontes.
Eso pasó en el campo de la arquitectura y es lo que explica la «época de oro» vivida en ese tiempo que comenzó a quebrarse en los sesenta. La esfera privada por otra parte se expresaba vigorosamente y oficinas de arquitectura como Vegas y Galia, Bermúdez y Lluberes, Guinand y Benacerraf hicieran obra de trascendencia sin trabajar para el Estado. Y aparte de eso, trabajar para el Estado de ninguna manera implicaba estar «de acuerdo» con la dictadura. Venezuela no era aún, en realidad, un petroestado en el sentido actual del término. Y menos aún una farsa con expectativas totalitarias como la de hoy.
En apoyo de ese punto de vista puede ser útil referirse a dos manifestaciones o síntomas de mucha importancia para un país pequeño que despuntaba, con apenas 4 millones de habitantes. Uno es un caso, el del diario El Nacional, en cierto modo baluarte de una visión de avanzada que se mantuvo pese a unos cuantos incidentes relativamente inocuos, y otro un evento que resume ese espíritu de apertura cultural que podía expresarse.
El Nacional era dirigido por un hombre de abierta oposición a la dictadura como Miguel Otero Silva, y entre sus columnistas habituales se encontraba por ejemplo Alejo Carpentier, con su estupenda columna Letra y Solfa en la cual hacía gala de su amplísima cultura musical y que merece ser publicada «in extenso» si no se ha hecho ya, lo cual ignoro, o Pablo Neruda amigo personal de Otero Silva, quien publicó en El Nacional, semanalmente, sus «Odas» de las cuales recuerdo la «Oda al tomate» y revivo algunos versos: «Debemos, por desgracia asesinarlo: se hunde el cuchillo en su pulpa viviente, es una roja víscera, un sol fresco, profundo, inagotable, llena las ensaladas de Chile…» Intelectuales nada amigos del estado de cosas dictatorial, que disfrutaban sin embargo de una importante presencia en el mundo cultural venezolano contando con El Nacional como plataforma. Eso aparte de todos los periodistas claramente opositores que constituían su plantilla.
2 Los Festivales de Música Latinoamericana organizados y en buena medida financiados por Inocente Palacios (1914-1996), eran otra instancia que perfectamente podía considerarse «ideológica» enfocados como estaban a promover la música nueva, de ruptura, en cierto modo asociada a visiones de cambio político y social. Tanto el de Noviembre de 1954 como el de Marzo de 1957 fueron un verdadero acontecimiento en una Caracas de 600.000 habitantes escasos. La gente joven y particularmente el mundo estudiantil universitario veía como una obligación el asistir a un evento de calidad sorprendente para un país que apenas se asomaba al escenario cultural latinoamericano. Basta decir que el Jurado que premiaría los trabajos del Concurso que acompañaba los conciertos y encuentros, estaba constituido por grandes nombres de la escena musical americana de entonces y de siempre: Aaron Copland, norteamericano, Carlos Chávez, mexicano, Domingo Santa Cruz, chileno, Alberto Ginastera, argentino y Juan Bautista Plaza, venezolano, Jurado que examinó 110 obras de compositores de la región, teniendo las premiadas el privilegio de ser interpretadas durante el Festival por la Orquesta Sinfónica de Venezuela bajo la dirección de uno de los tres directores participantes: Pedro Antonio Ríos Reina, Carlos Chávez o Jasha Horenstein director de origen ucraniano, asistente en los años 20 de Wilhelm Furtwängler en Berlín, emigrado en el años 40 a EUA a raíz de la persecución nazi, establecido allí como uno de los grandes directores de esos años, y en lo sucesivo habitual Director invitado de nuestra Sinfónica.
La sede del Festival era la Concha Acústica de Bello Monte, construida por el Estado venezolano con ocasión del Primer Festival de 1954, en un terreno cedido por Inocente Palacios al efecto según proyecto del arquitecto nacido en Argentina Julio Volante, residente aquí y con familia venezolana, hombre de obra muy extensa con no pocos logros de mucho interés (cito especialmente las instalaciones de servicio de la Electricidad de Caracas en Chacao, de 1956), activo participante de los tiempos de oro de nuestra arquitectura en esa década de los cincuenta. En el límite Oeste de ese terreno, que forma un anfiteatro natural orientado al Norte, se propuso construir el Museo de Arte Moderno según el soberbio proyecto de Oscar Niemeyer que de forma tan completa ha documentado la colega Carola Barrios.
En la «Concha Acústica» se realizaban todos los conciertos principales. Su peor inconveniente ha sido siempre el contexto urbano (rodeada de casas unifamiliares) y su carencia de estacionamiento; pero se niega a morir podría decirse, y hace poco fue rehabilitada una vez más. Así y todo los conciertos se llenaban con entrada libre, se estacionaba y se formaban como romerías que subían animadamente las empinadas calles (los vecinos parecían soportarlo sin problemas) hacia el anfiteatro, que a los adolescentes que comenzábamos a abrirnos hacia la arquitectura nos parecía una obra de avanzada.
Recuerdo en particular, porque da la clave exacta de lo que quiero trasmitir acerca de la relativa flexibilidad de la dictadura, que en uno de los conciertos, el inaugural de 1957, la orquesta ejecutó «El retrato de Lincoln» de Aaron Copland, pieza corta que acompaña una narración que pese a ser para voz masculina fue interpretada en ese momento por Juana Sujo (1913-1961) actriz argentina co-fundadora del teatro moderno venezolano.
La voz de Juana resonaba profunda en el espacio de las gradas y su figura frente a la orquesta con un traje largo que me imagino azul se perfilaba enmarcada por los rectángulos blancos del escenario. Y la música de Copland preparaba el espíritu para oir
« esto es lo que Abraham Lincoln decía: «es la eterna lucha entre dos principios, lo correcto y lo incorrecto…»
la dicción impecable marcaba las sílabas del discurso de Gettysburg:
«… y con Dios esta nación renacerá en la libertad; y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparecerá de la tierra..»
Culminaron los últimos compases de Copland y hubo un corto silencio antes de aplauso clamoroso. Las autoridades estaban en primera fila y creo que aplaudieron por igual. Fue un momento único que aún recuerdo y me impulsa a escribir.
Abril ha dado inicio al calendario del Plan BIM España, una estrategia hasta el año 2030 que se ha puesto en valor en la última edición de REBUILD 2024
La renovación de la contratación pública en España está en marcha. Desde este mes de abril, el Plan BIM impulsado por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible trabaja para que el funcionamiento diario del sector público gane en eficiencia, eficacia y calidad, gracias a la tecnología BIM (Building Information Modeling).
La metodología que ha revolucionado el sector AECO (Arquitectura, Ingeniería, Construcción, Operaciones) desde su firme apuesta por la colaboración y la unificación de recursos y equipos de trabajo, y en la que cada vez más profesionales eligen formarse en busca del mejor máster BIM de los que se ofertan actualmente, se ha puesto el reto de marcar un antes y un después en los procesos de contratación pública en España.
BIM permite centralizar toda la información de cualquier proyecto de edificación u obra civil en un único modelo digital desarrollado por todos los agentes involucrados en el proceso, de manera que sus beneficios se extienden más allá de las fases de diseño, abarcando la ejecución del proyecto y prolongándose a lo largo de todo el ciclo de vida del proyecto, permitiendo la gestión del mismo y reduciendo los costes de operación.
Dadas las importantes ventajas que garantiza el empleo de esta tecnología, el sector estatal está batiendo récords de licitaciones públicas con requisitos en base a BIM en estos últimos años. En el objetivo de continuar con esta tendencia al alza se enmarca el Plan BIM de la Contratación Pública elaborado por la CIBIM (Comisión Interministerial BIM). Una estrategia ya en marcha y que abarca hasta el año 2030, y cuyo propósito es mejorar la eficiencia del gasto público a la vez que servir de palanca para la transformación digital del sector de la construcción.
El potencial del Plan BIM España, que ya está sirviendo de ejemplo a otros Estados miembros de la Unión Europea (UE), se ha puesto en valor en la última edición de REBUILD, el gran evento tecnológico y de innovación para la edificación celebrado el pasado mes de marzo en Madrid. Un encuentro que reunió en IFEMA a casi 26.000 profesionales y expertos en torno a un objetivo común: impulsar un cambio de modelo constructivo en la edificación, mediante la integración de la tecnología digital, el énfasis en el diseño, la adopción de prácticas industrializadas y de soluciones sostenibles.
BIM ha sido una de las temáticas líderes en varias ponencias de REBUILD 2024, entre ellas Seis razones para implementar BIM en PYMES, un análisis que puso en valor el nuevo Plan BIM España, en marcha desde este pasado 1 de abril y que ya está generando nuevas oportunidades comerciales para diversas empresas.
En concreto, el Plan apuesta por una implantación gradual y progresiva de la tecnología BIM en contratos públicos de la AGE (Administración General del Estado) y el sector público estatal relacionados con la construcción; será un proceso progresivo de uso de requisitos de información BIM hasta el año 2030, en función del valor estimado del contrato y los Niveles BIM a alcanzar: preBIM, inicial, medio, avanzado e integrado.
Así, para contratos de valor estimado igual o superior a 5,538 millones de euros, en este 2024 deberán usar nivel BIM inicial, en 2025 deberán usar nivel BIM medio, en 2027 nivel BIM avanzado, y en 2030 ya deberán usar un nivel BIM integrado.
La renovación de la contratación pública ya es una realidad imparable.
Durante la pasada edición de la feria Light+Building en Fráncfort, JUNG presentó una nueva versión de los interruptores de palanca LS 1912 en la gama cromática de Les Couleurs® Le Corbusier, así como nuevos colores para la serie A CREATION y dos nuevas líneas de mecanismos eléctricos: A VIVA y A CUBE, esta última para instalación en superficie.
JUNG causó sensación en Light+Building con sus dos nuevas líneas de productos diseñadas para potenciar tanto la estética como la funcionalidad en instalaciones eléctricas. Así, la serie A VIVA incluye marcos de vidrio satinado en una gama armónica de colores; mientras que la serie A CUBE, para montaje en superficie, ofrece un nuevo enfoque en sostenibilidad pero sin olvidar las últimas tendencias en interiorismo. Asimismo, los icónicos interruptores de palanca LS 1912 están ahora disponibles en la emblemática gama cromática de Les Couleurs® Le Corbusier. Finalmente, la serie A CREATION aumenta su paleta con tres nuevas tonalidades específicas.
La serie A VIVA de JUNG combina la elegancia, durabilidad y sostenibilidad del vidrio con un diseño suave y fluido, gracias a sus bordes redondeados y superficies satinadas.
«Esta combinación innovadora suaviza la apariencia del vidrio, dándole a la línea una ligereza especial»,
explicó un portavoz de JUNG durante la presentación.
Además, A VIVA es muy versátil, pues se adapta a todas las cubiertas de la gama A del fabricante alemán, incluidos interruptores de luz, enchufes, conexiones multimedia y pulsadores KNX, lo cual facilita su integración en sistemas de automatización de edificios. Los marcos están disponibles en una variedad de colores entre los que se incluyen el verde esmeralda, azul noche, gris luna, blanco, negro, cava y moka.
Sostenible y en superficie
Por otro lado, la serie A CUBE responde a las necesidades de instalaciones en superficies en las cuales no es posible o deseable abrir rozas o empotrar los mecanismos, como pueden ser el ladrillo visto, microcemento o madera. Además, los marcos de plástico de A CUBE en antracita mate están fabricados con un 95% de material reciclado (ISO 14021), lo que asegura su sostenibilidad y respeto medioambiental. A CUBE facilita la instalación gracias a accesorios diseñados para simplificar el montaje, manteniendo un diseño clásico que se integra armoniosamente con cualquier ambiente.
La nueva serie A CUBE está fabricada en termoplástico, material que le confiere mayor resistencia y facilita la adaptación en instalaciones de tubo visto. Al igual que la icónica serie A 550, esta nueva serie de superficie está disponible en una paleta de seis colores, entre los que se incluyen: blanco alpino, negro y aluminio, así como en acabados mate en color antracita, blanco alpino y negro.
La versión doble estará disponible a partir del próximo mes de junio de 2024, mientras que la versión triple se lanzará oficialmente a partir de agosto.
LS 1912: ahora a todo color
Con el interruptor de palanca LS 1912 en Les Couleurs® Le Corbusier, JUNG abre un amplio abanico de opciones de decoración. Su diseño purista integra visualmente la instalación eléctrica en el color y estilo del interiorismo, creando una imagen general armoniosa.
Los interruptores de palanca LS 1912 acabados a mano de JUNG ofrecen una forma clásica, pero con un corazón tecnológico extraordinariamente versátil, ya que pueden cubrir una amplia gama de funciones, como pulsadores para sistemas domóticos o interruptores de luz.
La Polychromie Architecturale de Le Corbusier se basa en la selección artística de 63 tonalidades propias de la naturaleza y, como tales, son armónicas en toda la gama. Es decir, cada color puede combinarse armoniosamente con cualquier otro en el sistema. Por lo tanto, es una herramienta única.
A CREATION: color y brillo
Finalmente, los marcos de cristal de A CREATION ahora también están disponibles en gris luna, azul noche y verde esmeralda, así como en negro, blanco alpino, cava y moka. Este programa de interruptores de JUNG da un “toque brillante” a cualquier estancia gracias a la confluencia del color y sus vistosos marcos de cristal pulido. Estos confieren un carácter muy especial al diseño de A CREATION, gracias a una moldura de sombra entre el marco y la pared, que hace parecer que los interruptores y enchufes flotan en el muro.
Los marcos del programa A CREATION pueden combinarse con todas las placas de la serie A de JUNG. Entre estas se encuentran los interruptores de luz, los enchufes para sistemas internacionales, conexiones multimedia, los dimmers universales para LED y los pulsadores KNX.
Con la herramienta GRAPHIC TOOL de JUNG, se pueden personalizar interruptores, enchufes, pulsadores o controladores de estancia con símbolos, textos o logos. La decisión de utilizar el grabado por láser, la impresión en color o el etiquetado simple de regletas de inscripción depende de las exigencias personales y de cada producto o material.
Con estos lanzamientos, JUNG no solo refuerza su posición como líder en el sector de mecanismos y sistemas de automatización eléctrica, sino que también establece nuevos estándares en diseño, funcionalidad y respeto por el medioambiente.
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