El estudio más variado sobre casas modernistas americanas, con los mejores ejemplos de este popular estilo arquitectónico en todo el mundo.
El Mid-Century Modern (modernismo arquitectónico americano) es uno de los estilos arquitectónicos más célebres de todos los tiempos. Caracterizado frecuentemente por espacios diáfanos, piscinas, salas de estar hundidas y chimeneas de mampostería, esta etapa dorada de la arquitectura y el diseño está especialmente vinculada a la Costa Oeste, pero podemos encontrar ejemplos extraordinarios en todo el mundo. Tras la publicación de Atlas of Brutalist Architecture(2018), el best-seller de Phaidon, Atlas of Mid-Century Modern Houses es una mirada exhaustiva y global a uno de los estilos más populares de la arquitectura.
Con 400 casas de 290 arquitectos, Atlas of Mid-Century Modern Houses presenta a algunos de los mejores creadores y viviendas del siglo XX. Algunos ejemplos incluyen la Casa de cristal de Philip Johnson en New Canaan y la Casa Farnsworth de CT y Mies van der Rohe en Plano, IL, las cuales llevaron los espacios diáfanos y la transparencia a nuevos extremos. También se incluye la Casa Kaufmann de Richard Neutra, en Palm Springs, CA, que personifica el modernismo del desierto californiano; la Casa Canoas, de Oscar Niemeyer, en Rio de Janeiro, Brasil, que encarna el modernismo regional latinoamericano; y la casa Muuratsalo, de Alvar Aalto, cerca de Helsinki, Finlandia, que ejemplifica el modernismo “suave” escandinavo.
El libro está organizado geográficamente en nueve regiones globales. Abarcando 40 países, este volumen demuestra que el Mid-Century era y sigue siendo un fenómeno verdaderamente internacional. Si bien la mayoría de los proyectos se encuentran en Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Australia, España, Italia y Alemania, hay ejemplos menos conocidos en lugares sorprendentes como la República Democrática de Congo, Chipre, Ghana, Sri Lanka, Irán, Tanzania y Uruguay. Unos elegantes mapamundis y las introducciones de los capítulos facilitan el descubrimiento de nuevas regiones del modernismo arquitectónico americano.
Atlas of Mid-Century Modern Houses incluye 600 fotografías, con imágenes de archivo en blanco y negro y color de importantes fotógrafos arquitectónicos del siglo XX como Marvin Rand, Ezra Stoller y Julius Schulman. Las imágenes ilustran exteriores e interiores residenciales con mobiliario e iluminación de algunos de los mejores diseñadores de la época, entre ellos Gio Ponti, Charles Eames y Eero Saarinen.
Cada entrada va acompañada de atractivas imágenes y un breve y esclarecedor texto sobre la historia del edificio, el arquitecto y sus características principales. Unos símbolos ofrecen una referencia rápida y sencilla para describir su estado (bueno, en pie o derruido), su uso (en uso o desconocido) y su estatus (patrimonio cultural o demolición prevista). Lamentablemente, 19 casas incluidas en Atlas of Mid-Century Modern Houses ya no existen y dos serán derruidas, pero 62 son consideradas patrimonio cultural, un claro indicador de que el estilo Mid-Century sigue siendo valorado y preservado.
Con un diseño elegante en formato grande y una increíble y colorista portada táctil, Atlas of Mid-Century Modern Houses es el estudio más completo existente hoy en día, una lectura obligada para aficionados a la arquitectura y admiradores de este estilo tan valorado y una fuente de inspiración esencial para la vida en el siglo XXI.
La actualidad neoliberal que nos ha tocado vivir dificulta como ninguna otra anterior el poder referir comportamientos, sucesos y actitudes a un horizonte estable, un marco concreto que sirva de articulador, de elemento de diálogo y fondo al análisis de una contemporaneidad difícilmente acotable, nada definida y de un rápido vaciamiento de contenidos, cuyo fin último parece no ser otro que la realización material de un mercado de la máxima escala cuantitativa. Los horizontes físicos y las pautas clásicas de comportamiento se han desvanecido en las últimas décadas del s. XX devaluándose como puntos de referencia en la dinámica clásica de los comportamientos culturales de occidente. Paradójicamente esa tan banalizada, por los medios, disolución cotidiana de la corporeidad del borde, del marco de referencia, es una de las pocas características que por ausencia define la época en que habitamos.
La referida disolución física del borde y del liminar geográfico alcanzó su concreción metafórica y su referente simbólico a través de la caída del muro de Berlín tal como lo ha descrito Francisco Jarauta.1 Pero además su caída sirvió como referente simbólico a una serie de desapariciones y fines largamente labrados en el pensamiento y el arte, durante todo el s. XX, aunque ya apuntadas desde el s. XIX, por parte de los estudios y teorías que han coincidido alegóricamente con el fin de calendario de bimilenio, entre ellas, La muerte de Dios anunciada por Friedrich W. Nietzsche, la del arte a manos de Marcel Duchamp y el criticable Fin de la Historia tal como la refirió Francis Fukuyama en compañía temporal del explícito Fin de las Ideologíasapuntado por Daniel Bell.2
Casi como resumen, de las desapariciones anteriores, y como constatación figurada, fin de las fronteras a la economía transnacional y a la información tal como apuntan repetitivamente los medios de comunicación. Con esta envolvente de fondo, mientras que hasta hace poco los acontecimientos y comportamientos sociales, económicos y culturales, mantenían un argumento lineal (incluyendo sus derivados el movimiento cíclico o pendular ) cuya raíz era la noción de guión o progresión, ahora, se muestran (no podemos decir que se estructuren) en un movimiento de naturaleza performántica en el que la improvisación y lo aleatorio al servicio del mercado juega un papel fundamental. Así contra estos nuevos comportamientos de naturaleza mutable resulta muy difícil contraponer los argumentos de previsión que se adecuaban al control de estructuras más definidas.
En esa constante referencia al Fin las palabras desdibujamiento, disolución, trasvase, permeabilidad forman parte ya del nuevo vocabulario común a muy diversas áreas, en especial al comercio y la información. Aunque muy al contrario de lo publicitado y asumido tópicamente, el borde, el limite y la separación entre ámbitos económicos y sociales no sólo no se debilita sino que parece mantenerse y reafirmarse, diluyéndose bien es cierto determinados ciertos aspectos físicos, al mismo tiempo que se refuerzan los conceptos abstractos que generan dicha separación.
Con esta pérdida de estructura o de contorno se está produciendo un desequilibrio en la conciencia social y del individuo todavía no lo suficientemente valorado, indicada y anticipada de forma clara en los estudios de Pierre Bordieu,3 que será marcante de la sociedad y cultura de las próximas décadas.
Luis Gil Pita, arquitecto
Santiago de Compostela, Noviembre 2019
Notas:
1 Jarauta Francisco.»Presentación introducción» Otra mirada sobre la época. pg 9. Edt F Jarauta, Librería Yerba. Murcia 1994.
2 En un espacio temporal donde es difícil determinar si los comportamientos neoliberales forman parte de una ideología en sí o simplemente se trata de actitudes que paradógicamente necesitan de la ausencia de cualquier otra ideología.
3 Que describen cómo los comportamientos neoliberales tienen una única visión, deshistorizada y deshistorizante, atomizada y atomizante.
Si pensamos en el dibujo como un sistema de símbolos con capacidad de representación tridimensional, y a esto añadimos su capacidad interpretativa para la codificación de la realidad a través del pensamiento abstracto, entonces podemos definir el neologismo “grafoaje” como una plataforma complementaria para poder pensar, evaluar y proponer soluciones frente a problemas planteados, desde una nítida diferenciación con el lenguaje escrito y con la palabra.1
Haciendo buena la exposición anterior, podemos validar la idea de que cualquier tratado de arquitectura es un código mixto que propicia un maridaje operativo entre el lenguaje tradicional escrito y el lenguaje gráfico que, como explicamos, se cimienta en el grafoaje. Así, para ilustrar este principio, cabría mencionar cualquier tratado de arquitectura sobre los que se vertebró la teoría del proyecto moderno, y bajo cuyas indicaciones se levantaron algunas de las fábricas más imponentes de la Historia Universal; buenos ejemplos podrían ser, entre otros, el tratado de Alonso de Vandelvira, el de Hernán Ruiz, el de Ginés Martínez de Aranda, el de Philibert l’Orme, el de Rodrigo Gil de Hontañón. No en balde, la tratadística parte de la diferenciación entre el pensamiento práctico y el especulativo, pues mientras el primero aboca a la solución inmediata de problemas, a partir de recetas convenientemente ensayadas y verificadas, el segundo, permite en su catálogo la intromisión de ensayos sobre requerimientos nuevos. Dicho de otro modo, la separación entre el pensamiento práctico y el pensamiento especulativo permite conciliar la capacidad de dar respuesta a problemas tipificados por la profesión, mientras que, en paralelo, permite indagar en soluciones características del tiempo desde el que se actúa.
No es objeto del presente estudio resucitar la diferenciación que se ha dado por buena2 sobre la distinción que existe entre el dibujo pictórico y el dibujo arquitectónico, que en sustancia tiene mucho que ver con la mecánica de construcción de cada uno de ellos. Si bien, parece pertinente recordar que entre ambos se produce una descentralización de intereses, que lleva al dibujo de los arquitectos a posicionarse de lado del aspecto métrico, frente al dibujo de los pintores, que recurre iterativamente sobre el aspecto estético.
La diferencia fundamental entre la estructura conceptual del dibujo arquitectónico y la del pictórico se soporta en la teoría de la perspectividad. El dibujo arquitectónico se resuelve bajo un código ortodoxo, que emplea los métodos de proyección paralela para manifestar la realidad, esquivando la deformación y minimizando la necesidad de interpretación del observador. El dibujo pictórico, en cambio, se resuelve bajo métodos de proyección centralizada que activan la subjetividad del observador, pues la profundidad generada, aun siendo más cercana a la manera en la que percibimos la realidad a través de la vista, estructura planos con desiguales capas de información de un mismo objeto.
De acuerdo con lo dicho, el arquitecto debe de manejarse con mecanismos de expresión orientados a la concepción, es decir, a la ideación; sobre los cuales habrá que operar a través de mecanismos de expresión focalizados en la representación. Después del grafoaje de gestación y planificación, siempre hay que implementar capas de grafoaje referidas a la promoción y la representación.
El dibujo del arquitecto ataja no sólo cuestiones perceptibles, sino también aquellas que sólo son conocidas por éste, es decir, aquellas que derivan de las proposiciones espontáneas extraídas directamente del pensamiento (desde un muestreo real o imaginado). El dibujo del arquitecto es una sistematización biarticulada entre la mente y la mano, que se centra en el control bajo su propia mecánica operativa para conseguir la sumisión de la forma, la materia, la ejecución y el gobierno de lo que se proyecta. El dibujo arquitectónico, en última instancia, pretende conseguir efectiva y concisamente la superación bidimensional del soporte material en donde se trabaja (papel o pantalla de ordenador), en aras de procurar, bajo la disposición de leyes físicas, la aparición tridimensional tangible de la arquitectura, esto es, del espacio fundido por el objeto arquitectónico.
En palabras del profesor Javier Seguí de la Riva,3 la proyectación arquitectónica implica el desarrollo de imágenes configurativas respecto al ambiente y a la materia, de cara a la exposición en nuestro presente de situaciones o formalizaciones que pertenecen al futuro. Así, un sesgo de la labor proyectual consiste en la pre-temporalización del objeto arquitectónico hasta nuestro presente, por lo cual, no puede concebirse la proyectación arquitectónica al margen de los procesos configurativos inherentes a la tarea de comprender situaciones vitales reales. Proyectar es interpretar resolutivamente, por consiguiente, resulta imposible concebir el pensamiento arquitectónico sin un contenido básico para su configuración.
La concepción renacentista del dibujo como una práctica universal de ideación, artística y técnica, basada en la hipótesis de la interpretación del medio desde un prisma de entendimiento puramente geométrico, hace plausible que podamos elevar al dibujo hasta el nivel máximo de evaluación, cuando es comparado con el resto de herramientas útiles para explorar, diagnosticar e intervenir sobre la realidad.
El pensamiento discursivo a través del grafoaje, a través de conductas de expresión gráfico-plásticas, soporta la idea de que proyectar puede ser el proceso inverso al acto de cursar una investigación exploratoria a partir del dibujo; de forma que, al revertir la situación, esto es, cuando la investigación se torna en proposición, surge la chispa que enciende la proyectación, fundamentalmente desde la exposición de dibujos que emergen a través de la inquietud y la creatividad.
La exteriorización de contenidos imaginarios sólo puede hacerse con medios de comunicación lo suficientemente abstractos como para cobijar distintas situaciones de manera simultánea; por lo que parece lógico que sea el dibujo la principal forma de mediación para vehiculizar interpretaciones, respuestas frente a requerimientos, condiciones, propósitos o deseos, sobre todo, cuando estamos inmersos en tareas creativas vinculadas a la proyectación.
Prof. Dr. Antonio Estepa Rubio
Septiembre 2019, Zaragoza
Este artículo forma parte del Prima Lectio Curso Académico 2019-2020 de la Escuela de Arquitectura y Tecnología, Universidad San Jorge.
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3. Seguí de la Riva, J., Burgaleta Mezo P. y Peña Pereda, F. “Dibujo y proyecto: tres consideraciones”, Boletín Académico, nº 5. La Coruña, Universidad de La Coruña, 1986, Pp. 4-9
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Almudena y Jordi nos pidieron una casa en planta baja para vivir con sus dos hijos. Tiene muchas aficiones, como la música, las artes plásticas o la cocina, y muchas ganas de compartir su tiempo en familia.
El objetivo de la vivienda estaba claro: conseguir que todos los miembros de la pequeña familia pudieran compartir el máximo tiempo posible juntos, independientemente de la zona de la casa en la que estuvieran.
Al mismo tiempo queríamos mantener cierta privacidad con respecto a la calle y abrir la vivienda a sus vecinos: un precioso viñedo.
El resultado ha sido una casa muraria en fachada, pero con formas irregulares que se abren al paisaje de viñedos.
Recorridos
La articulación de la vivienda se plantea en base a distintos recorridos contínuos con un eje central: un patio interior acristalado. Esta forma nos permite crear una vivienda con circularidad y conectar las diferentes partes de la casa visualmente.
De este modo, no importa si estás haciendo la cena mientras los peques están haciendo los deberes: siempre tienes la sensación de estar acompañado por el resto de la familia.
Una vez terminada, hemos podido comprobar que el patio permite que todas las salas de día mantengan un punto en común y esto convierte las diferentes estancias de la casa en una gran sala para compartir en familia.
Volumen
Más allá de los recorridos, cada sala de la casa se ha construido de forma independiente, pieza por pieza, trabajando cubiertas inclinadas que le dan una expresividad diferente a casa estancia de la vivienda. Las cubiertas son de hormigón y se han mantenido con toda su historia vista: línea de encofrado e imperfecciones del proceso de trabajo.
Materiales y construcción
Hemos querido dotar de humanidad a la vivienda trabajando con materiales vistos. Cerámica, hormigón y madera.
La construcción ha seguido el método tradicional. Y una vez conseguida la estructura, se revistieron paredes y techos con aislamiento de madera para garantizar el mismo sin ningún puente térmico y de un modo natural y transpirable.
Obra: Casa Almudena
Autor: Jesús Perales Arquitecto (Jesús Perales Cañaveras)
Dirección: Avinguda Marta Mata, 51. 43711 Els Boscos, Banyeres del Penedès. Tarragona.
Año: 2015-2017
Promotores: Almudena Álvarez Sánchez y Jorge Ybarra Corpas
Superficie construida: 224,28 m2
Precio construcción: 1300€/m2
Colaboradores: Anthony Benitez Martin, arquitecto, Marc Riera Arbós, arquitecto técnico
Fotografía: Marcela Grassi + jesusperales.es
La campaña ASEMAS, marcando la diferencia, explora y pone de manifiesto las principales diferencias que existen dentro del sector de los seguros de responsabilidad civil profesional (RCP) y con los que los profesionales de la arquitectura, en este caso los arquitectos, se pueden encontrar.
Las primas de actividad, los diversos profesionales (abogados, peritos, etc) puestos al servicio del asegurado son algunos de los temas abordados y puestos en valor desde la perspectiva de la experiencia acumulada en estos 37 años de labor.
«ASEMAS es una Mutua de Seguros y Reaseguros a Prima Fija, fundada en el año 1983 por acuerdo unánime de todos los Colegios de Arquitectos de España, con el objeto de garantizar la responsabilidad civil profesional de los Arquitectos.
Lo que probablemente se desconozca, es por qué se fundó esta Mutua y, qué se pretendía conseguir con ello. Hasta su creación, los Colegios venían contratando anualmente pólizas colectivas de Responsabilidad Civil con diversas Entidades aseguradoras.»
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¿qué edificio tiene mayor relevancia para usted?, ¿una casona del S.XIX o la casa donde apresaron a Abimael Guzmán?,
es probable que elegiría la segunda, pues de ella tiene mayor información histórica, y percibe que ha tenido mayor relevancia en su presente. Bueno, posiblemente la primera esté protegida por las leyes de preservación, y la segunda pueda ser demolida en cualquier momento para dar paso a un edificio moderno.
Esta provocación pretende poner en evidencia un debate que no se ha dado en nuestro país, al menos con la suficiente profundidad, y tiene que ver con el sentido que debiera llevarnos a determinar que ciertos edificios deben mantenerse de forma integral o parcial para el futuro.
La realidad es que nuestros centros históricos subsisten en condiciones precarias, y ello no sólo por la acción de los ocupantes o propietarios de los bienes patrimoniales, sino también por la falta de consenso y dirección por parte de quienes debieran velar por su recuperación y preservación. Pareciera que no tenemos capacidad real para poder preservar el legado que nosotros mismos hemos catalogado como tal, y que ninguna norma, prohibición o estímulo va a ser suficiente para revertir este proceso.
Considero que existen ciertas preguntas de fondo que debiéramos plantearnos antes de seguir pretendiendo preservar un patrimonio que cada día se nos va de las manos:
¿Para qué preservamos edificios?
¿Qué componentes de esos edificios aportan a la concreción de ese fin?
¿Cómo financiamos su restauración y garantizamos su mantenimiento?
Para empezar a contestarlas, considero que sería importante comprender que la preservación de bienes inmuebles no debiera ser un fin en sí mismo, sino un medio para concretar un fin mayor.
Es por ello que debiera sustentarse en la recuperación, preservación y construcción de la memoria colectiva, también llamada “patrimonio inmaterial”: Costumbres, tradiciones, oficios, recuerdos, familias… personas, que llevan en su sangre y memoria el patrimonio cultural de nuestra sociedad, y sobre las cuales se deberían sentar las bases de nuestro futuro. Ese es el sentido que se expresa en la “Carta de Venecia” (1964), documento referente a nivel mundial para el diseño de las políticas de preservación.
Preservar edificios sin gente (ni usos posibles), o que las personas que han heredado esa memoria se vean desplazadas porque el costo de restauración y mantenimiento del patrimonio edificado es tan elevado que se hace inviable es una deformación del sentido de la preservación. La “gentrificación” se combate con la generación de valor, y para ello hacen faltas políticas culturales que lo estimulen.
Es evidente que para que esos edificios mantengan funcionalidad y valor se debieran poder intervenir de forma parcial, para actualizar su infraestructura. Esto nos lleva a la segunda pregunta,
¿qué componentes aportan a la concreción de la preservación y construcción del Patrimonio Inmaterial?
Diría que cada caso es particular, y que, una vez aclarado el rol, este tema debería estar claramente expuesto para permitir su evolución. En algunos casos será la fachada, cuando lo que se quiera preservar es el espíritu de la calle, en otros la volumetría o espacios de valor histórico, y en algunos pocos será la totalidad de la edificación. Ello podría llevarnos a rescatar estructuras ancestrales, hoy cubiertas por edificaciones republicanas, o recuperar versiones más recientes de las edificaciones catalogadas.
Normas estrictas de preservación que no contemplan el uso y valoración de los edificios les condenan a la destrucción.
Y así llegamos al tercer punto:
¿Cómo financiamos su restauración y garantizamos su mantenimiento?
Este punto es crucial, pues de ello depende su sostenibilidad y preservación para las generaciones futuras.
Hoy estas onerosas acciones se cargan sobre los hombros de los propietarios, haciendo inviable su concreción. En el mundo existen diversos ejemplos de financiamiento a partir de la venta de los metros cuadrados que se dejan de poder construir por el hecho de ser declarado patrimonio.
En el mundo existen diversos ejemplos de financiamiento a partir de la venta de los metros cuadrados que se dejan de poder construir por el hecho de ser declarado patrimonio, para ser aprovechados en otros desarrollos inmobiliarios. La Municipalidad Distrital de Miraflores fue pionera en esta materia, siendo un caso de estudio por la eficacia del instrumento dado el poco tiempo de vigencia. A partir de esa experiencia, el Ministerio de Vivienda incorporó al Reglamento de Acondicionamiento Territorial y Desarrollo Sostenible (RATDUS D.S. N°022-2016-VIVIENDA) la posibilidad que los gobiernos municipales incorporen este tipo de instrumentos en sus Planes de Desarrollo Urbano. El Ministerio de Cultura vio en ello una oportunidad para financiar la recuperación del patrimonio edificado, y lanzó, junto al Ministerio de Vivienda, el proyecto piloto “Altura para la Cultura” (D.S. N°011-2018-VIVIENDA). Lamentablemente este proyecto no ha dado aún frutos, pero ha sentado un importante precedente en la materia.
Considero que estos tres temas están ligados, y hasta que no los discutamos en profundidad, no podremos revertir el decadente proceso de destrucción.
Los próximos festejos del Bicentenario de nuestra República debieran proporcionarnos el contexto de reflexión y discusión que este tema merece.
Aldo G. Facho Dede · Arquitecto urbanista
Lima · Agosto 2019 Autor del Blog Habitar: Ambiente+Arquitectura+Ciudad y fundador de la Red Latinoamericana de Urbanistas
Angelique Trachana1 trata brillantemente algunas cuestiones sobre la pedagogía basada en el uso creativo de las manos, apoyándose en la fundamentación antropológica del dibujar y del modelar como vehículo básico para el aprendizaje y el dominio de la proyectación.
Bajo sus consideraciones, el emergente discurso contrapuesto sobre la controversia que genera el empleo conjunto y errático de las técnicas digitales y las manuales, parece encontrar solución. El código digital y la estética informacional pertenecen al conjunto de mecanismos de expresión fundados sobre la capacidad de estimulación visual, mientras que la aprehensión manual posibilita registros táctiles, que posteriormente completados con la visión, otorgan estratos de información estables y mucho más accesibles.
La mano es una de las principales conexiones que tenemos con la realidad (en ocasiones curiosamente denominada como tangible), y es la mano el conductor natural de la herramienta con la que proyectamos. La herramienta, sea cual sea su naturaleza, es por definición una extensión de nuestro cuerpo que, a través de una especialización para el desarrollo de un acto, se formaliza y se utiliza de acuerdo con unas reglas efectivas para su empleo.
Trachana2 entiende que la mano es el órgano fundamental del conocimiento, pues no es sólo la ventana kantiana de la mente, sino que además es el primordial órgano heideggeriano del pensamiento. En tanto que el aprendizaje es corporal, la mano nos ayuda y nos instruye en la vía en la que debemos imaginar sobre la materia y, por ende, nos complace en satisfacer la manipulación de ésta para poder proponer y proyectar.
En este sentido, detectamos que la Historia del Arte y, particularmente, la Historia de la Arquitectura, están atiborradas de muy buenos ejemplos en donde la labor productiva de la mano (entendida como ente capacitado) encumbra la tesis que venimos exponiendo. Posiblemente, uno de los mejores ejemplos que podemos acuñar al respecto sea la labor de los maestros canteros, cuyo oficio, profundamente manual, manifiesta el empleo de la herramienta actora como una extensión irreprochable del cuerpo, toda vez que la ejecución se resuelve desde una educada conexión con el intelecto. Primero, configurando las plantillas de desbaste (dibujando) y, después, a partir del empleo de los medios de corte y de despiece adecuados (conformando). La cantería viene a ser una actividad puramente manual con capacidad para trabajar en distintas fases intelectuales, y siempre desde la comunión entre la mano y la mente.
La expresión gráfico-plástica, esto es, el dibujo y la construcción de maquetas, se muestran hoy más que nunca como sistemas de producción puramente manuales que posibilitan al proyectista para pensar con las manos. Hasta hace muy poco se ha estado admitiendo que las técnicas digitales parecían otorgar más peso al empleo de la visión como órgano de toma de decisiones, si bien, a partir del desarrollo de softwares de última generación y la irrupción en el mercado de hardwares que planean sobre la definición tangible del espacio virtual (como simulación y reducción del espacio físico), la mano vuelve a transformase en el órgano fundamental para conciliar cualquier intercambio dialéctico con el pensamiento.
La manipulación de diversos materiales y herramientas, para dibujar y construir modelos, intensifican la percepción táctil y permiten completar el conocimiento a través de la visión.9 Éstos son procesos totalmente abiertos que contribuyen a liberar la mente, a dejar fluir el pensamiento creativo y a posibilitar una elaborada coherencia narrativa que, para el ejercicio proyectual, resultan siempre actitudes valiosas.
Prof. Dr. Antonio Estepa Rubio
Septiembre 2019, Zaragoza
Este artículo forma parte del Prima Lectio Curso Académico 2019-2020 de la Escuela de Arquitectura y Tecnología, Universidad San Jorge.
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Trachana, A. “Manual o digital. Fundamentos antropológicos del dibujar y construir modelos arquitectónicos”, Revista de Expresión Gráfica Arquitectónica, nº 19. Valencia, Universidad Politécnica de Valencia, 2012, Pp. 288-297
Vitrubio, M. Los diez libros de la arquitectura. Madrid, Ed. Alianza, 1999
La obra de Dieste toma el ladrillo y lo lleva a su máxima liviandad en la creación de superficies curvas a partir de una nueva tecnología, que el denominó cerámica armada: construcciones abovedadas realizadas con ladrillo, armadura de acero y un mínimo de hormigón.
«El ladrillo es económico en su producción y ha ofrecido desde hace milenios una lógica constructiva propia. A través de la historia, ya los romanos, habían perfeccionado la construcción de bóvedas y cúpulas con este elemento.
En muchas sociedades pueden observarse distintos tipos de edificaciones domésticas que utilizan el ladrillo para construcción de aljibes, pozos y dinteles de puertas que siguen la técnica de bóvedas y cúpulas, donde el ladrillo se traba uno a uno, con un simple mortero. A partir de esta técnica se realizan superficies de gran resistencia, (puentes, muros de contención, dinteles) que resisten la carga a partir del peso debido a su gran masa relativa.»
La premisa esencial del encargo fue diseñar una pequeña vivienda altamente eficiente y saludable capaz de sacar el mayor provecho posible de una parcela muy estrecha pero con unas deliciosas vistas de la ría de Arosa.
El punto fuerte de la parcela es, además de las mencionadas vistas, su posición elevada sobre el camino de acceso, lo que facilitó la apertura de las fachadas hacia las orientaciones deseadas sin comprometer su privacidad.
El reducido tamaño de la casa y las limitaciones económicas nos llevaron a crear un volumen relativamente compacto pero abierto hacia las vistas a través del volumen del porche que se extiende lateralmente formando el alero de la cubierta, elementos que contribuyen eficazmente al buen comportamiento energético de la vivienda ya que protege los huecos de la radiación solar directa del verano pero permiten el soleamiento en invierno. Toda la envolvente se ha resuelto con un sistema de aislamiento exterior (SATE) salvo las fachadas sur y este, que protegidas por el porche y alero se han resuelto con una fachada ventilada de madera de pino.
El programa de la vivienda, de planta baja, está formado por un salón con cocina abierta, dos dormitorios, un aseo y un cuarto de instalaciones y salvo los dos últimos, todos los espacios disfrutan de las vistas.
La estructura de madera contra laminada ha reforzado el comportamiento térmico de la envolvente hasta bajar el coeficiente de transmisión térmica muy por debajo del máximo permitido, contribuyendo además a mejorar la calidad ambiental gracias a su buen comportamiento higrométrico y transpirabilidad.
Obra: Pequeña vivienda bioclimática
Autor: ARKKE (Oskar R. Ramos)
Ubicación: Lugar de Framil, Monteamigo. Riveira.
Año término construcción: 2018
Superficie construida: 85 m2 de vivienda + 17 m2 porche
Otros participantes: Construcciones Luís Beiras Sl, Madera Contra laminada Altermateria
Fotógrafo: Antonio Vázquez Sotelo + arkke.es
Breaking Ground: Architecture by Women es el primero de su especie: una innovadora celebración de una arquitectura excepcional y un glorioso manifiesto visual con más de 180 edificios de todo el mundo diseñados por mujeres.
Aunque los proyectos diseñados por mujeres a menudo pasan desapercibidos, Breaking Ground demuestra que no es porque la arquitectura no sea ejemplar, porque lo es. Este libro incluye más de 180 edificios de más de 150 arquitectas, un oportuno documento de la extraordinaria aportación que han realizado las mujeres a la profesión.
En el libro hay pioneras como Julia Morgan, que diseñaba en Los Ángeles y fue la primera mujer admitida en el programa de arquitectura de la École Des Beaux-arts de París en 1902; Jane Drew, que ingresó en la Asociación Arquitectónica de Londres en 1934 y se convirtió en una de las modernistas más importantes de su época; y Marion Mahony Griffin, una de las primeras licenciadas en arquitectura, además de socia e influencia inconmensurable de Frank Lloyd Wright.
El libro también incluye a la arquitecta japonesa Itsuko Hasegawa, que ganó el premio inaugural de Arquitectura de la Real Academia; la arquitecta mexicana Frida Escobedo, la persona más joven elegida para diseñar el Serpentine Pavilion; Kazuyo Sejima de SANAA, una de las tres mujeres, junto con Zaha Hadid y Carme Pigem, que han recibido el Pritzker; y la arquitecta española Carme Pinós, que se convirtió en la segunda mujer seleccionada para diseñar el M Pavilion anual, el encargo arquitectónico más importante de Australia.
Naturalmente, el libro también incluye muchos edificios contemporáneos icónicos, como el Broad, en Los Ángeles, de Elizabeth Diller, con su deslumbrante fachada de cemento en forma de panal de abeja; el Museo de Arte Contemporáneo de Cleveland, un edificio de acero con cristales negros obra de Farshid Moussavi; y la Aqua Tower de Chicago, una creación escultural y ondulante de Jeanne Gang.
Cada estructura está representada por una única y cautivadora imagen, y las obras están organizadas alfabéticamente por arquitecta para crear una singular colección global de espectaculares estructuras que van desde rascacielos, museos, bibliotecas, espacios culturales y universidades hasta edificios de apartamentos, hoteles y viviendas privadas.
Sobre la autora.
Jane Hall es la primera galardonada con la Beca Bo Bardi del British Council (2013) y miembro fundador de Assemble, el colectivo londinense ganador del Premio Turner. Reside en Londres.
Pasaron muchos años después de mi entrada como profesor interino en la Facultad de Arquitectura de la UCV antes de que pudiera encontrarme cómodo con el rol de profesor. Conociendo mis carencias, mis dudas, no creía estar en capacidad de orientar a los más jóvenes, de apuntar con cierta claridad en una disciplina que todavía no me abría del todo las puertas. Era además muy joven, demasiado si lo vemos con los estándares de hoy, y muchos de los estudiantes eran casi de mi edad, lo cual hace difícil tener la necesaria ascendencia para que las tareas que debía proponer fuesen aceptadas como necesarias.
Porque “enseñar arquitectura” que es lo que se espera de un profesor de “Diseño”, “Taller” o “Composición Arquitectónica” (como se decía cuando yo estudié) no es comunicar conocimientos precisos que parten de certidumbres científicas o tecnológicas, no es una narración o exposición de conceptos, eventos, fechas, interpretaciones como en el caso de algunas disciplinas humanísticas. Tampoco se refiere a un contenido bien delimitado, establecido por otros, al cual uno se refiere sin temor a equivocaciones. Es más bien abrirle al estudiante un espacio de reflexiones, de referencias, en el cual el ejercicio de prueba y error le permite ir haciendo comprobaciones sobre los grandes temas de la disciplina para así ir conociendo los recursos de los que el arquitecto dispone, por una parte, y las limitaciones y facilidades personales como asunto fundamental. Todo ello mientras a lo largo de la carrera se van adquiriendo destrezas técnicas, se profundiza en las referencias venidas de la historia universal y local, de lo que hacen otros, cercanos y lejanos.
Todo eso luce muy complicado y de hecho lo es; y por eso mismo respondía con evasivas cuando mi hermano Jesús quien me llevaba casi cuatro años de edad y ya había entrado como joven profesor a mi Facultad, me preguntaba por carta si al regresar del uso de una beca que al terminar mis estudios me permitió hacer pasantías de postgrado en Chile y en Francia, me incorporaría a la docencia. Me resistía a decir que sí y al estar de nuevo en Caracas toqué varias puertas, entre ellas la de la CVG (Ciudad Guayana planificándose) buscando trabajo sin éxito, hasta que Oscar Carpio, como Director de la Escuela (corría Noviembre de 1962) me ofreció entrar a la Facultad como interino a Dedicación Exclusiva. Tenía ya un hijo a los veintitrés años, esperaba el segundo, muy pocos ahorros y mis padres me daban sobre todo ayuda moral porque de la otra no disponían, así que acepté el ofrecimiento. Mis reticencias cedieron ante la necesidad.
Se inició allí un proceso arduo y hasta problemático, que durante casi quince años, tal como dije más arriba, me causó incomodidad. Pero que ha sido clave en mi vida porque me enseñó la mayor riqueza de las aulas universitarias, la de permitir, estimular y favorecer la producción y el intercambio de ideas. Como interlocutor de los más jóvenes, que generalmente, en un país como el nuestro, tienden a abrirse hacia el profesor de manera generosa, procurando que a pesar de sus limitaciones se convierta de alguna manera en guía. Y como en la enseñanza de Arquitectura se usa aún, a la manera de las Escuelas de Bellas Artes, el sistema de Taller, o sea aprendices (estudiantes) agrupados en torno a un maestro (profesor); se crea en fin de cuentas un cierto sentido de comunidad que algo se acerca al antiquísimo ideal socrático. Y a través de los años ese vivir por retazos en comunidad termina dejando huella positiva en nuestras vidas como intento de “formar grey”, instinto que todos tenemos dentro. De un intento digo porque la vida con frecuencia nos desmiente.
No siempre es así en otras partes del mundo, más cultas, más sabidas, en las que el estudiante llega a las aulas universitarias más hecho, con mayores prevenciones, con convicciones acaso forzadas por sociedades muy competitivas. Me lo mostró mi experiencia en los Estados Unidos donde estuve un año de profesor invitado. Allí difícilmente el profesor es visto como ductor porque existe una barrera invisible que automáticamente lo coloca en otro territorio, distante del que corresponde al estudiante. Su papel es más jerárquico, menos próximo. Pude también palparlo en Alemania y en España. En ambos países, con las diferencias lógicas de culturas y tradiciones, no fue raro encontrarme con estudiantes que querían a toda costa hacer “lo suyo” como que si se tratara de cultivar una originalidad, un modo de hacer que se diferenciaba del de los demás y, por supuesto, de cualquier cosa que el profesor pudiera proponer. Me explico esa actitud porque la arquitectura en los mundos opulentos ha ido derivando peligrosamente, y sin duda en la dirección equivocada, hacia una celebración del arquitecto que descansa en lo novedoso, en lo singular, en lo que se “inventa”. Y el estudiante fantasea con ser el próximo exitoso-novedoso.
No pretendo que estos atributos sean norma y dejo espacio a que haya modos de ser menos cargados por el peso de la ambición, pero me interesa destacar la apertura como nuestro rasgo dominante. Aquí los jóvenes están ansiosos por recibir señales de los mayores. No los obsesiona tanto la búsqueda de notoriedad, aunque sí, con frecuencia que a veces exaspera, buscan sólo ventajas económicas, cosa que esta carrera está lejos de garantizar. Y si extrapolamos esa apertura a la sociedad en general hay muchas razones para pensar que aprenderemos todos a superar los obstáculos actuales.
Sé que generalizo, sé que escribo siguiendo eso que los franceses llaman un “élàn”. Pero no está mal hacerlo cuando ocupa tanto espacio la mediocridad y el resentimiento de los que tienen Poder.
Óscar Tenreiro Degwitz, Arquitecto.
Venezuela, julio 2009 Entre lo Cierto y lo Verdadero
“Nihil est in intellectu quod prius non fuerit in sensu”.
John Locke (1632-1704)
Marco teórico
La investigación, acotada dentro del campo de acción de las artes plásticas, se fundamenta primeramente, en un nivel referido a lo común, a lo cotidiano, y posteriormente, en otro referido a lo racional, a lo crítico;1 ello justifica que desde el dibujo, podamos emprender una actividad reflexiva y profunda, a la vez que sistemática y perseverante, en nuestra singladura por llegar a comprender con exactitud las estrategias de composición del espacio físico, así como las leyes para hacer efectiva su ejecución material.
El proyectar es en sí una forma de investigación característica e inherente al diseño, pero, para que su validez adquiera rango científico, será necesario que se circunscriba a una metodología de generación y a unos procedimientos de ensayo que permitan comunicar nuestras intenciones al resto de la comunidad científica. Por ello, las herramientas de control que emplearemos para deslavazar los propósitos que trazamos cuando estamos proyectando, esto es, cuando estamos ideando, se soportan fundamentalmente en mecanismos gráficos objetivos2 que, por su naturaleza, son comprobables desde la lógica empírica.
No resulta baladí que otros investigadores hayan empleado esta lógica para soportar sus trabajos científicos; es el caso de la profesora María Luisa Hodgson Torres, quien defiende que, a través del dibujo, se puede configurar una conducta propositiva capaz de combinar la creatividad y el saber para entender las cuestiones, a menudo invisibles, que encierra cualquier proyecto (ejecutado o no). Para la profesora Hodgson Torres, dibujar es concluir, es detallar, es resolver desde la sabiduría y desde el conocimiento, para ensayar de manera ficticia soluciones que pueden ser de interés para la consecución del objetivo perseguido; pues inevitablemente, para dibujar hemos de pasar por la abstracción, generando en el trayecto un rico análisis desde donde se pueden extraer síntesis poderosas.
En este sentido, el profesor Rafael Manzano Martos, a través de una entrevista concedida y posteriormente publicada por el profesor sevillano Antonio Gámiz Gordo, reflexiona sobre la gran importancia del dibujo en la producción arquitectónica;3 ahonda en explicar cómo a través de este herramienta, a lo largo de la Historia del Arte y de la Arquitectura, se ha conseguido descifrar complejas codificaciones geométricas, que se expanden desde la definición de los espacios puestos al servicio del ser humano, hasta las enrevesadas soluciones constructivas que permiten la verosimilitud de las ensoñaciones espaciales de los proyectistas.4
Para ilustrar sus reflexiones, el profesor Manzano Martos se apoya en los estudios de Alicia de la Higuera y Antonio Morales Delgado, en donde queda retratada la figura del sultán Muhammad V como la de un gran ideólogo que, fascinado por la impresión que le causó la complejidad y belleza de las bóvedas de Qarawiyyin en Fez, mandó que fueran dibujadas con detalle; posteriormente ordenó acometer de forma semejante, y desde una particular reinterpretación, las bóvedas de mocárabes de las Salas de Dos Hermanas o Abencerrajes de la Alhambra granadina; las cuales, también tuvieron que ser previamente dibujadas, con la misma exactitud y con rigor equivalente, para resolver convenientemente su dificultoso trazado geométrico.
Con la llegada a la Península Ibérica de un nuevo sistema de pensamiento e ideación, característico de la Edad Moderna, los métodos constructivos que en ese momento comienzan a desarrollarse en España se transforman de manera radical. Así, los conceptos geométricos que rodean al arte de la cantería, poseerán una trascendencia teórica análoga a la que atribuimos a los modelos matemáticos que irán surgiendo para el control de la percepción visual del espacio.
El desajuste que se da entre la formación académica que reciben los diseñadores y las demandas que con posterioridad se le exigen en el desarrollo de las polifacéticas vertientes profesionales sobre las que gravitan (especialmente aquellas que tiene que ver con la investigación), hace que debamos reflexionar sobre algunas cuestiones nucleares que hemos recibido en herencia.
Ya en tiempos de Vitruvio5 se detectaba que en la Arquitectura, como en buena parte de las enseñanzas artísticas, surge una dualidad evidente entre las contingencias que derivan del medio teórico y del medio práctico. Esta dualidad es una llamada hacia la participación multidisciplinar en las tareas del oficio, en donde las actitudes y las aptitudes de los profesionales habrían de calzarse desde labores tangenciales de investigación, o cuanto menos de innovación, siendo una de ellas la práctica incesante del dibujo.
La investigación en nuestra disciplina se contiene dentro de límites difusos, en donde no siempre se comprende ni se puede justificar la direccionalidad de ciertas estructuras de pensamiento. El método de ensayo natural del proyectista, cuya vocación elemental se centra en la manipulación de las posibilidades del medio físico, es la ideación; desde donde la pertinencia de la labor de la profesión toma sentido e, irreprochablemente, recoge sus frutos.
Pasadas las últimas décadas y desde la reflexión que provoca todo momento de crisis, cabe manifestar que parecen haber sido otros (diferentes a los académicos) los vehículos de transmisión de los resultados sobre las investigaciones que, huérfanas de la protección adecuada, se han soportado tan sólo sobre la buena voluntad de los profesionales.
Docentes experimentados y pensadores involucrados han visto y han catalogado ciertas lógicas operativas de los diseñadores y arquitectos (casi cotidianas), como potentes sistemas productores de la necesaria investigación sobre la que se debe soportar el desarrollo hacia el futuro.
No en balde, Luisa Alarcón González y Francisco Javier Montero Gutiérrez,6 por ejemplo, ya han trabajado sobre la forma en la que podemos y debemos transferir el conocimiento investigador que se desprende desde las convocatorias a concursos de ideas. Estamos acostumbramos a pensar que sólo una propuesta sale adelante (si es que lo consigue) y parece que el resto de pensamientos se desvanecen, cuando esto realmente no es así; pues, como dicen estos profesores, ese trabajo nunca se pierde, ya que las ideas se van filtrando en nuestra mente desde un proyecto hasta otro.
Es en este caldo de cultivo donde cabe plantear soluciones pedagógicas que posibiliten a los investigadores en su iniciación sobre territorios inciertos, donde el valor autodidacta de la experimentación demanda no tanto instrucción sobre cuestiones específicas sino, más bien, facultades para lidiar con el temor a lo desconocido.
Prof. Dr. Antonio Estepa Rubio
Septiembre 2019, Zaragoza
2.Hodgson Torres, M. “Dibujo y conocimiento. La investigación a través de la forma”, Revista Arsdidas, nº 1. La Laguna, Universidad de La Laguna, 2004. Pp. 15-35
3. Gámiz Gordo, A. “Sobre dibujo e Historia de la Arquitectura”, Revista de investigación y arquitectura contemporánea, nº 3. La Coruña, Escuela Técnica Superior de Arquitectura de La Coruña, 2013. Pp. 65-72
Alarcón González, L. y Montero Fernández, F. “Aprendiendo de los concursos. La investigación en Arquitectura”, Revista Proyecto, Progreso, Arquitectura, nº 7. Sevilla, Universidad de Sevilla, 2012, Pp. 38-53
Barbé Coquelin De Lisle, G. El tratado de arquitectura de Alonso de Vandelvira: Edición con introducción, notas, variantes y glosario hispano-francés de arquitectura. Madrid, Confederación Española de Cajas de Ahorros, 1977
Calvo López, J. Cerramientos y trazas de montea de Ginés Martínez de Aranda [Tesis doctoral]. Madrid, Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, 1999
Calvo López, J. “Gaspard Monge, la estética de la Ilustración y la enseñanza de la Geometría Descriptiva”, Revista de Expresión Gráfica en la Edificación, nº 4. Granada, Universidad de Granada, 2006. Pp. 85-92
De la higuera, A y Morales Delgado, A. “La almunia de los Alijares según dos autores árabes: Ibn Asim e Ibn Zamrak”, Revista Cuadernos de la Alhambra, nº 35. Granada, Patronato de la Alhambra y Generalife. Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, 1999, Pp. 31-48
Gámiz Gordo, A. “Sobre dibujo e Historia de la Arquitectura”, Revista de investigación y arquitectura contemporánea, nº 3. La Coruña, Escuela Técnica Superior de Arquitectura de La Coruña, 2013. Pp. 65-72
Hodgson Torres, M. “Dibujo y conocimiento. La investigación a través de la forma”, Revista Arsdidas, nº 1. La Laguna, Universidad de La Laguna, 2004. Pp. 15-35
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Raposo Grau, J. “Identificación de los procesos gráficos del dibujar y del proyectar arquitectónico, como procesos metodológicos de investigación científica arquitectónica”, Revista de Expresión Gráfica Arquitectónica, nº 15. Valencia, Universidad Politécnica de Valencia, 2010, Pp. 102-111
Ruiz de la Rosa, J. Control formal en Arquitectura. Aproximación a la Edad Antigua y Media [Tesis doctoral]. Sevilla, Universidad de Sevilla, 1986, Pp. 8
Seguí de la Riva, J. “Análisis de Formas en Madrid, 1974-1983”, Boletín Académico, nº 2. La Coruña, Universidad de La Coruña, 1985, Pp. 44-51
Seguí de la Riva, J., Burgaleta Mezo P. y Peña Pereda, F. “Dibujo y proyecto: tres consideraciones”, Boletín Académico, nº 5. La Coruña, Universidad de La Coruña, 1986, Pp. 4-9
Trachana, A. “Manual o digital. Fundamentos antropológicos del dibujar y construir modelos arquitectónicos”, Revista de Expresión Gráfica Arquitectónica, nº 19. Valencia, Universidad Politécnica de Valencia, 2012, Pp. 288-297
Vitrubio, M. Los diez libros de la arquitectura. Madrid, Ed. Alianza, 1999
Una zambullida en el Archivo del Premio de arquitectura contemporánea de la Unión Europea – Premio Mies van der Rohe que aborda la regeneración de las ciudades europeas a través de sus waterfronts.
La Fundació Mies van der Rohe en colaboración con Arquitectes per l’Arquitectura (AxA) inauguran hoy en el Museu Marítim de Barcelona la exposición “Arquitecturas en la orilla” dedicada a los waterfronts y las arquitecturas situadas en zonas urbanas junto al agua, espacios que en los últimos treinta años han sufrido importantes procesos de regeneración urbana derivados de la reubicación de actividades tradicionales como las portuarias e industriales, rediseñando en muchos casos la forma y las funciones de la ciudad junto al agua.
La exposición ha sido comisariada por Francesc Muñoz, Doctor en Geografía Urbana y Director del Observatorio de la Urbanización (UAB), que ha aportado su relectura de la información del archivo del Premio, como ya hizo en el ATLAS de Arquitectura Europea Contemporánea (2016) y a partir de su investigación sobre la transformación de los frentes marítimos y el efecto de la urbanalización, un término acuñado por él; y por Ivan Blasi y Anna Sala Giralt – Fundació Mies van der Rohe.
La muestra se desarrolla a partir de 68 obras que pertenecen al Archivo del Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea – Premio Mies van der Rohe (EU Mies Award) y nos narra con imágenes, audiovisuales y maquetas las particulares historias de estas arquitecturas que construyen nuevos espacios de relación de ciudades como París, Copenhague, Madrid, Lisboa, Oslo, Donostia o Barcelona con el agua.
El archivo del EU Mies Award cuenta en la actualidad, con una selección de 3.618 proyectos de obra construida y más de 500 maquetas originales. Se trata de una recopilación única que permite investigar, analizar y explicar los principales fenómenos de cambio en la arquitectura europea a través de diferentes lecturas, y generar publicaciones como el ATLAS o exposiciones como la que se presenta en el Museu Marítim, o “Spanish Architectures, Crónica desde Europa” que se exhibió el año pasado en Madrid.
Entre las 68 obras seleccionadas de “Arquitecturas en la orilla” se encuentran 4 ganadoras del EU Mies Award: la Biblioteca Nacional de Francia de Dominique Perrault Architecte (1996 – París), el Kursaal de Rafael Moneo (2001 – Donostia), el edificio de la Ópera y Ballet Nacional de Noruega de Snøhetta (2009 – Oslo) y Harpa, auditorio y centro de congresos de Henning Larsen Architects, Studio Olafur Eliasson y Batteríid architects (2013 – Reikiavik).
Una selección que atestigua cómo la trasformación de los waterfront ha sido fundamental tanto en grandes metrópolis como en pequeñas ciudades. Más allá de esta selección de obras expuestas, tanto en el archivo on-line, en el ATLAS y la App, el total de las obras que constituyen el archivo queda abierto a múltiples miradas. En ocasión de esta exposición se ha creado el apartado específico “Architectures on the Waterfront” para estimular la visita a las obras expuestas.
En palabras de los comisarios:
“Esta exposición es una oportunidad para conocer una selección de arquitecturas del archivo del Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea – Premio Mies van der Rohe, que comparten una ubicación junto al agua. Cada una desarrolla una estrategia única para afrontar los retos de construir la ciudad a través de la transformación de estos espacios.”
Ivan Blasi y Anna Sala – Fundació Mies van der Rohe
“Estos espacios urbanos junto al agua, fragmentos de ciudad en el límite, y tradicionalmente ocupados por actividades portuarias, productivas o industriales, han sido objeto de regeneración urbana que han cambiado no solo la forma y funciones del frente marítimo o fluvial, sino, en realidad, la imagen y fisonomía de la propia ciudad.”
Francesc Muñoz
La exposición se acompaña de un catálogo que recopila diferentes escritos realizados por expertos de estas ciudades que analizan las transformaciones vividas por Barcelona, Paris, Oslo, Reikiavik, Lisboa, Rotterdam, Marsella, Copenhague y Ámsterdam, ciudades donde confluyen varias intervenciones de gran calidad arquitectónica, que han conseguido redireccionar estos cambios urbanos.
Todas estas obras están accesibles a través de la App EUMiesAward, disponible gratuitamente para iOS y Android que permite localizar las obras nominadas y acceder a su información.
La artesanía tuvo un momento de gran prestigio y atención pública con el movimiento Arts&Crafts, que nació en Inglaterra y se extendió por Europa antes de la Modernidad. Nuestro diseño expositivo ha querido rescatar un libro fundamental de esa época “Las Siete Lámparas de la Arquitectura”, escrito en 1849 por John Ruskin porque, aunque se dedica a la arquitectura, la reflexiones sobre la artesanía y sus aplicaciones son abundantes y troncales.
En el área expositiva se disponen 7 lámparas de gran tamaño. Cada una de ellas ofrecerá un ámbito de observación, diálogo o trabajo separado que incitará a la reflexión y estará presidido por 2 palabras. Por un lado, encontraremos la palabra original que empleo Ruskin para nombrar a sus lámparas: sacrificio, verdad, poder, belleza, vida, memoria y obediencia. Por otro lado, descubriremos valores más contemporáneos que han sustituido o matizado las posiciones de Ruskin: sostenibilidad, transparencia, equidad, cultura, ecología, identidad e innovación.
La comparación entre ambas palabras expone la hipótesis curatorial de la instalación: la artesanía ha pasado de apreciarse por valores individuales, como los que podrían asociarse a una persona a ser estimada por sus valores colectivos.
Lámpara 1. Del Sacrificio a la Sostenibilidad
Para Ruskin el valor de la artesanía era “ir más allá de lo que era fácil, probable o parecía posible en cada momento” y hacerlo a través de la senda del sacrificio y la reiterada práctica. La belleza o el mérito de la artesanía actual, según la Unesco, es que se produce utilizando materias primas y técnicas procedentes de recursos sostenibles.
Fíjate: las barcas que forman estas lámparas combinan estampados hechos a mano y los que harían el mar y el sol.
Lámpara 2. De la Verdad a la Transparencia
Ruskin condena los “engaños” constructivos — la insinuación de un tipo de estructura o soporte que no es el verdadero, pintar superficies para representar un material que no es el que en realidad sustenta un elemento — como trucos inaceptables. Hoy, hay un importante movimiento entre artesanos e instituciones para defender que la Denominación de Origen debe alcanzar a los productos no agrícolas.
Fíjate: nuestra lámpara juega con los conceptos de transparencia y verdad, para invitar a reflexionar sobre como hoy, la transparencia, es la aspiración política dominante.
Lámpara 3. Del Poder a la Equidad
Para Ruskin muchas de las obras que nos han impresionado, se caracterizan por ser sublimes, “por una majestuosidad severa y, en muchos casos, misteriosa”. Para autores como Naomi Schor lo sublime es masculino. Pensar que el arte debe ser transcendente y menospreciar los temas diarios es para Schor uno de los signos de patriarcado cultural.
Fíjate: Nuestra tercera lámpara mezcla estampados preciosistas, considerados femeninos, y austeros o masculinos como signo de esa lucha por la equidad.
Lámpara 4. De la Belleza a la Cultura
Para Ruskin,
“El máximo grado de belleza se habrá alcanzado cuando las ordenaciones de líneas sean congruentes con los agrupamientos naturales más frecuentes”.
Las fuentes de belleza son ahora más plurales porque nuestra cultura está conectada con otras e, incluso, nuestra naturaleza, a través de la cultura, está conectada con la de otros lugares del globo.
Fíjate: ¡sumergiéndote bajo nuestra cúpula de espejos podrás jugar a encontrar todas las referencias e inspiraciones culturales que están detrás de las piezas expuestas!
Lámpara 5. De la Vida a la Ecología
Para Ruskin, las obras memorables han sido concebidas como un conjunto donde los detalles se subordinan al criterio compositivo general. Además, las obras vivas eran las que habían sido realizadas con un trabajo gozoso. Hoy, la belleza del producto artesano no es tanto fruto de la buena composición, como de estar hecha con materiales renovables, minimizar el impacto e integrarse en los contextos naturales, y sociales.
Fíjate: En nuestra lámpara, configurada como un gran mecanismo móvil, ponemos en equilibrio producto y materia prima, decisión estética y congruencia ecológica.
Lámpara 6. De la memoria a la identidad
Ruskin abogó por que la Arquitectura que le era coetánea fuera consciente de su papel histórico y luchó incansablemente por conservar como la más preciosa de las herencias la arquitectura de las épocas pasadas. Hoy sabemos que comprender como es un pueblo es difícil y que la artesanía es un magnífico peldaño en esa construcción. En la artesanía gallega aprendemos sobre como es el pueblo y el hábitat gallego: clima, sus costumbres, su geografía y su cultura.
Fíjate: Nuestra lámpara compuesta por cestas de madera de castaño habla de un pueblo en equilibrio con su entorno, austero y generoso, trabajador y prudente.
Lámpara 7. De la Obediencia a la innovación
“Mientras se precisa cierta medida de atrevimiento para patentizar la energía de las cosas, la belleza, el placer y la perfección de todas ellas, radica en la contención”.
Con esta frase Ruskin animaba a los creadores de su época a optar por los estilos conocidos. Nuestra cultura contemporánea nos ha mostrado que la innovación es, sin embargo, un valor vinculado a la prosperidad de las sociedades.
Fíjate: en el proceso creativo de la artesanía actual el aprendizaje del pasado se alterna con experimentos y pruebas y el producto final, está lleno de raíces, pero también de sorpresas.
Obra: Pensar coas mans. LAS NUEVAS SIETE LÁMPARAS DE LA BELLEZA ARTESANAL.
Uso: Museografía
Oficina de arquitectura: Izaskun Chinchilla Architects
Colaboradores: Alejandro Espallargas, Jesús Valer, Roberto de Vicente, Mercedes Zapico.
Año: 2019
Área construida: 546m2
Ubicación del proyecto: La Ciudad de la Cultura, Santiago de Compostela, España
Promotor: Fundación Cidade da Cultura de Galicia
Colaboradores: Fundación Artesanía de Galicia; Secretaría Xeral de Igualdade
Museógrafa: Verónica Santos
Fotógrafo: Héctor Santos-Díez | fotógrafo de arquitectura
Desarrollo de elementos estructurales en cartón: Cartonlab
Montaje y attrezzo: Daexga
Materiales: Estructuras: Madera y cartón. Alfombras: Alfombras de fibras naturales con imprimaciones de pintura. Decoración: Cestas artesanales del cesteiro, Enrique Táboas + izaskunchinchilla.es
Descubra a artistas vanguardistas como Marianne Brandt, Gertrud Arndt y Lucia Moholy en Bauhausmädels o las “chicas de la Bauhaus”, expresión que se utilizó en la época para expresar admiración hacia las mujeres jóvenes y valientes que eludieron los roles de género tradicionales para construir un futuro distinto. Con retratos inéditos, descubrimientos recientes en los archivos y biografías, este libro celebra la fundación de la Bauhaus con un homenaje a sus figuras más infravaloradas.
Con motivo del centenario de una escuela de arte y diseño pionera, este libro celebra la fundación de la Bauhauscon un reconocimiento visual a sus figuras más infravaloradas. Aunque la institución proporcionó a las mujeres nuevas oportunidades para formarse, estas se vieron obligadas a lidiar con expectativas familiares poco razonables, la actitud ambigua del cuerpo docente y la Administración, convenciones sociales obsoletas y, en última instancia, la represión política del régimen nazi.
Sin precedentes en la literatura actual, Bauhausmadëls presenta a 87 artistas y artesanas a través de textos y retratos fotográficos, muchos de ellos inéditos hasta ahora.Recientes descubrimientos en los archivos recuperan las biografías de los talentos más conocidos. En la década de 1920, la expresión “chicas de la Bauhaus” mostraba una admiración tácita hacia las mujeres jóvenes y valientes que eludieron los roles de género tradicionales para construir un futuro diferente y creativo. Entre ellas figuran Marianne Brandt, la primera mujer admitida en el programa de metalistería de la Bauhaus cuyos diseños todavía comercializa Alessi; Gertrud Arndt, a quien la universidad intentó disuadir de estudiar arquitectura pero brilló como fotógrafa y diseñadora de alfombras; Lucia Moholy, que tomó fotografías emblemáticas de los edificios de la Bauhaus pero pasó el resto de su vida intentando recuperar los negativos que le fueron ocultados. Además, gracias a este volumen recordamos a otras artistas cuyos nombres, prácticamente olvidados, también representan las primeras luchas por la igualdad de género, mujeres que se negaron a seguir el camino marcado por la sociedad y sus familias.
Con más de 400 retratos fotográficos tomados entre 1919 y 1933, Bauhaus Gals crea una impresión visual de las artistas que formaron parte de la escuela de arte más progresista del siglo XX y, desde ella, contribuyeron a cambiar el mundo del arte, la arquitectura, el diseño e incluso la política. La extensa información biográfica nos desvela la lucha individual de cada artista, su persistencia frente a la adversidad y sus increíbles logros. En este gran álbum familiar le invitamos a descubrir a un grupo de vanguardistas únicas cuyo legado abrió el camino a las artistas de las generaciones futuras.
Sobre el autor
Patrick Rössler enseña Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Erfurt. Su enfoque principal es la comunicación visual desde un punto de vista histórico, y ha comisariado varias exposiciones en la Bauhaus, incluida Die neue Linie 1929 – 1943. Das Bauhaus am Kiosk und Herbert Bayer: Die Berliner Jahre – Werbegrafik 1928-1938. Para conmemorar el Año Bauhaus 2019, publica, entre otros, Bauhaus Bodies and New Typographies. Bauhaus & Beyond: 100 Years of Functional Graphic Design.
El acto de ascender forma parte de un gesto que la humanidad ha realizado día y noche desde que habita la tierra. Mirar al cielo en busca de respuestas y augurios o, simplemente, dejarse maravillar por el espectáculo sobrecogedor de una noche estrellada son actos que se repiten como una constante a lo largo de nuestras vidas. Esos gestos mínimos son la puerta de entrada a la lógica de lo trascendente.
En el mismo momento en que tomamos conciencia de la posibilidad de una dimensión transcendente, se activa la pulsión irreprimible de ascender sin descanso hacia la bóveda celeste. Ya se deba a la voluntad del astrónomo de descifrar los secretos de las constelaciones, a la creencia del sacerdote de que las señales del cielo contienen augurios y describen el futuro o al deseo de morar físicamente más cerca de las deidades, ascender tanto física como espiritualmente forma parte de lo más profundo de la naturaleza humana.
A lo largo de la historia, la combinación indisoluble de lo espiritual y lo matérico ha llevado a los seres humanos a poblar la faz de la tierra de construcciones que, por razones tanto culturales como religiosas, han tenido en la altura el principal reto a superar. Desde la torre de Babel, a medio camino entre el mito y la realidad histórica, hasta las catedrales de la Edad Media, desde la torre de porcelana de Nankín en China y los minaretes de las mezquitas diseminados por todo el Oriente musulmán hasta las torres civiles de los ayuntamientos del Renacimiento, la poderosa simbología que encierra un edificio exageradamente alto, combinación de destreza técnica, reclamo publicitario y, en ocasiones, homenaje a Dios, ha fascinado a los hombres desde tiempos remotos.
Las construcciones en altura, aglutinan voluntades comunes, suponen esfuerzos organizativos y logísticos de primer nivel, y al cabo de los años, dan significado a civilizaciones enteras. Es evidente que en el momento en que las antiguas construcciones fueron izadas, la voluntad principal de construir en altura se correspondía con los deseos individuales de un rey, mago o sacerdote, y por tanto lejos de una visión común compartida, pero también es bien cierto, que una vez erigidos, los edificios altos configuraban toda una identidad común basada en la fascinación.
Las construcciones en altura no solamente tienen el poder de atraer viajeros, comerciantes y extranjeros, sino que dan la imagen de la fuerza y del poder de una ciudad, de una raza o de una civilización entera. Por tanto funcionan como foco emisor de ideales y preceptos religiosos, cívicos o simplemente dan la medida de la riqueza de un pueblo.
Más modernamente, los edificios altos dan estructura urbana, marcan hitos en el paisaje de las ciudades y favorecen la construcción de la identidad colectiva. En la malla más o menos uniforme de una ciudad, los edificios en altura tienen vocación de centralidad, es decir, identifican de manera clara y sin opción al equívoco, el área o el lugar donde podemos hablar del centro de la ciudad, y automáticamente se convierten en una vara de medir. Lo lejos o lo cerca que uno se encuentra de una agrupación de edificios altos es exactamente la medida de lo lejos o lo cerca que uno se encuentra del centro.
En las ciudades americanas, especialmente en las norteamericanas, la agrupación de edificios altos, lanzan el mensaje del poder financiero e industrial de la ciudad. El típico downtown americano, construye un imaginario preciso, que relaciona la ciudad con el poder adquirido. Esto es tan claro, que incluso hoy día sabemos identificar las ciudades a partir de su skyline, es decir de la línea de cielo que dibuja habitualmente una baja altura en la periferia y una concentración de altura en el centro. La altura siempre ha sido a la vez un reclamo y una declaración.
En contraposición, las ciudades Europeas, más uniformes en su tejido urbano, han usado la altura para marcar los hitos en el paisaje que identifican accesos y puertas a la ciudad. Todavía hoy, ciertos planes urbanos, procuran significar con uno o varios edificios altos, ciertos puntos de acceso a las urbes y tienden a diseminar la altura de los edificios en diferentes puntos estratégicos de la ciudad.
La historia de los edificios en altura, sujetos a la pulsión humana por ascender, por corporeizar el sueño de ascensión, han dejado y seguirán dejando el rastro de una voluntad ambiciosa, técnicamente audaz y físicamente arriesgada del espíritu humano.
Sea como sea, ascender, mirar hacia arriba, tocar el cielo con la punta de los dedos, ha estado presente, de forma permanente, en el espíritu y la energía de la humanidad. Ascender viene a ser un intento, a la larga inútil, pero siempre necesario, de trascender la carne para alcanzar el espíritu. No solemos caer en la cuenta de que trascender es, en realidad, morir y buscamos anticipar la superación de nuestra condición carnal elevando inmensos edificios hacia el cielo, esperando así obtener el perdón de los dioses o la oportunidad de inmiscuirnos en sus asuntos. Quién sabe.
El contexto económico de algunas zonas del planeta puede hacer pensar que las grandes construcciones pertenecen al pasado. Si bien es cierto que muchos edificios has quedado aparcados por la crisis, no deberíamos ni demonizar ni pensar que la fase de los edificios altos ha quedado olvidada. Es más, no deberíamos caer en la tentación de demonizar la altura. Edificar de forma concentrada y en altura aporta compacidad, densidad y complejidad a los tejidos urbanos. Las tres condiciones anteriores son la garantía de un equilibrio entre el ecosistema urbano y el ecosistema natural. Caso aparte es el hecho que ciertas operaciones en altura, mal ejecutadas y sobre todo, mal planificadas, son el producto de vergonzosos intereses especulativos. Eso no debe ensombrecer las ventajas, diría incluso, la necesidad de construir en altura.
En definitiva, por suerte o por desgracias, parece inevitable, como si fuera una orden impregnada en los genes, que la humanidad sigue y seguirá elevando construcciones cada vez más altas. Y es que, en el fondo, somos incapaces de reprimir nuestra pulsión de llegar algún día a morar al lado de Dios.
Pronto volveremos a ascender de nuevo.
Miquel Lacasta. Doctor arquitecto
Barcelona, abril 2013
Probablemente la foto más conocida de la guerra fría es la capturada por Peter Leibing el 15 de agosto de 1961. La imagen refleja el instante en el que el suboficial de la guardia de fronteras de la Alemania Oriental, Conrad Schumann, salta el muro de Berlín, aún en construcción en el sector francés de la capital Alemana. Más allá de las motivaciones políticas, de gobernanza territorial o militares, lo que realmente determinó la construcción del muro, fue la pérdida de lo que podríamos denominar capital creativo por parte de la RDA.
Se calcula que entre 1949 y 1960 tres millones de personas cruzaron la frontera pasando a Alemania Occidental y que durante las dos primeras de semanas de agosto de 1961 emigraron 47.533 personas. Esta situación histórica, revela que lo que el muro pretendía era retener el capital técnico, creativo y cultural de la población de Alemania Oriental, hecho que se ve reforzado en el propio nombre que a esta construcción le otorgó la RDA; Muro de Contención.
Al igual que en el pasado lo fue el Muro de Berlín, son sin lugar a dudas, las zonas en las que existen conflictos, aquellas en las que las condiciones de frontera se ven potenciadas. Si por un lado la existencia del Muro refuerza la idea de límite y lo dota de una formalización constructiva, también puede entenderse su formalización como la revelación de la necesidad política de cortar, de aniquilar el funcionamiento espacial del territorio fronterizo, ligado por definición al intercambio.
Es allí donde las condiciones de límite y nexo, donde esa doble condición de fin y de inicio, se ve ampliada por disputas de diversas condiciones. Es en esas ubicaciones donde los tráficos, los flujos y los intercambios constantes adquieren, en la discontinuidad fronteriza, su máxima expresión. Esta discontinuidad, se entiende como una irregularidad de la monotonía territorial y no como una rotura. Las fronteras son puntos de tensión social, cultural, política y económica pero al mismo tiempo son polos de atracción para el intercambio, de nuevo social, cultural, político y económico.
A pesar de su concreción geométrica en una línea, es necesario entender, a nivel territorial, la frontera como un espacio intermedio. Un espacio en el que los mínimos desequilibrios políticos, sociales o económicos a ambos lados del límite fronterizo, generan la acumulación de actividades, que se extienden formando una red. La frontera se convierte así en un espacio, que a pesar de la clara definición geopolítica que implica la división territorial, no pertenece a ninguno de los dos y a ambos al mismo tiempo. La frontera es principio y fin. Es esta doble condición la que sintetiza esta pintada en el muro fronterizo de la Franja de Gaza,
El mito de la frontera americana, expresa bien esta idea, por más que algunos pretendan construir muros, tiene su origen en la idea de continua expansión que vivió el país hacia el Oeste, anexionando más y más territorio. Así, la frontera americana, viene marcada más por un espacio que por una línea divisoria. Es decir esta determinada por un espacio deshabitado o tierra de nadie, y en ese sentido era de nuevo un muro de contención, que marca hasta donde había llegado el país.
Aquellos que creen que el muro es para protegerse de los que están fuera, deberían reflexionar e intentar analizar sino serán ellos los que quedarán cercados dentro de una frontera opaca. Sino serán ellos los que quedarán encerrados al provocar que una frontera porosa llana de actividad, intercambio y por lo tanto de oportunidades y de riqueza.
Íñigo García Odiaga. Arquitecto
San Sebastián. Febrero 2017
Emilio Pérez Piñero es conocido internacionalmente por sus aportaciones en el diseño de las estructuras ligeras. Contribuyó en este campo de la Arquitectura con su capacidad inventiva. Habiendo conseguido grandes avances en estructuras desplegables, es considerado por grandes especialistas internacionales en estructuras transformables como un adelantado a su tiempo en este campo y verdadero precursor de la plegabilidad de las estructuras reticulares.
Durante su corta carrera profesional, que sólo duró diez años, obtuvo importantes galardones internacionales que le consagraron como verdadero especialista mundial en este tipo de estructuras móviles. Su Pabellón Transportable de Exposiciones (Madrid 1964) fue, a nivel mundial, el primer edifico de importancia resuelto en su totalidad con una estructura reticular desplegable que, a base de módulos, cubría una superficie de más de 8.000 m².
La vivienda está ubicada en el lugar de Miraflores, Muros, un pequeño núcleo rural de carácter tradicional, formado por un conjunto de viviendas de piedra y un elevado número de hórreos que en su día albergaban, secaban y curaban las plantaciones de maíz.
La vivienda se sitúa en una parcela de fuerte pendiente, originalmente se componía de dos volúmenes adosados, que responden al esquema tradicional de vivienda gallega en donde los espacios principales eran las cuadras y la cocina: con el horno y la fresquera en piedra, pero con el paso del tiempo se añade un tercer volumen y se realizan una serie de modificaciones que desvirtúan su carácter.
Los tres volúmenes se adaptan a la pendiente, se protegen de los vientos y casi se cierran a las imponentes vistas de la ría de Muros, dando lugar a un interior compartimentado, de espacios reducidos y oscuros.
La propuesta parte del entendimiento del lugar: la escala del núcleo rural, las preexistencias de la vivienda, la materialidad de la piedra, las vistas a 180º de la ría o el soleamiento son los parámetros que se han tenido en cuenta a la hora de plantear la actuación.
La idea de proyecto busca resaltar su identidad:
dignificando lo preexistente y creando un espacio interior fluido bañado por la luz y dirigido a las vistas.
Las decisiones que persiguen la realización de la idea pasan por mantener los volúmenes de piedra originales en su forma, sustituir el tercer volumen añadido, debido a su escaso interés, por un nuevo volumen de hormigón, con el fin de completar el conjunto edificado.
Las fachadas en piedra mantienen sus huecos originales, mientras que en el nuevo volumen surgen los grandes ventanales que se abren a las vistas de la ría, con posiciones orientadas que reflejan el uso en su interior y dialogan con lo existente.
La intervención apuesta por un uso sincero de los materiales, limitando a mantener la piedra, la introducción del hormigón visto y el Zinc, que unifica las cubiertas. Otra de las decisiones pasa por la creación de tres lucernarios de distintas dimensiones que bañan el espacio del comedor, el espacio de ducha y el antiguo espacio de las cuadras, consiguiendo que la luz bañe los muros de piedra interiores.
El interior se plantea como un espacio fluido en el que a modo de recorrido se transita por las distintas alturas y estancias de la vivienda disfrutando del carácter singular de cada uno de sus espacios.
Jugando con la escala, las conexiones visuales y la luz se consigue crear un sistema espacial continuo que vertebra la experiencia espacial de la vivienda. La madera, pino gallego, como único material que unifica todo el interior proporciona la calidez y refuerza la idea de la nueva vivienda: el hogar.
Obra: Rehabilitación de vivienda unifamiliar en Miraflores
Dirección: Miraflores. Concello de Muros. A Coruña
Proyecto: 2017
Construcción: (2017-2018)
Superficie construida: 219,45 m2
PEC: 263.288 €
Coste m2: 1199,76 €/m2
Promotores: María del Carmen Cadórniga Valiño / Xan Filgueiras Lago
Autores: fuertespenedo arquitectos (Óscar Fuertes Dopico / Iago Fernández Penedo
Colaboradores: Arquitecta técnica: Carmen Lousame López, Cálculo estructural: Suárez y García A2 (Felix Suárez Riestra / Ana García Frontela)
Becario fuertespenedo: Jorge Fernández Alonso
Constructora: Abaco CR S.L
Fotógrafo: Héctor Santos-Díez | fotógrafo de arquitectura + fuertespenedo.com
Este catálogo enfoca el tema de “la casa mediterránea” investigando su presencia operativa en un entorno histórico acotado: los años cincuenta. Período que se caracteriza por la decisiva influencia en España de dos maestros de la arquitectura internacional —Gio Ponti y Alberto Sartoris—, cuya ideología se sustenta en una ponderada mediación entre tradición y modernidad.
Se trata de un proyecto cultural de amplio alcance que se divulgó principalmente mediante una idea actualizada de lo doméstico, haciendo hincapié en la conocida tipología de la “casa mediterránea”; paradigma que perfila su identidad a partir de la singularidad de sus interrelaciones con el entorno, del uso de determinados materiales, de una distribución peculiar de los interiores y del recurso —también simbólico— a algunas pautas figurativas; estrategias llevadas a cabo con el fin de satisfacer las instancias básicas de la existencia contemporánea, en oposición polémica no obstante a la uniformidad alienante de una civilización urbana mecanizada.
A través de distintas fuentes documentales de naturaleza diversa —proyectos, dibujos, revistas, correspondencia, publicaciones y fotografías— se muestran las implicaciones de una reflexión sobre la arquitectura que integra enfoques históricos, paisajísticos y antropológicos, así como los contactos personales y profesionales que se establecieron entre destacados protagonistas de la arquitectura moderna.
Textos de Antonio Pizza, Lucia Miodini, Ugo Rossi, Salvador Guerrero, Carmen Rodríguez Pedret, Ornella Selvafolta, Gemma Belli, Carolina B. García-Estévez, Julio Garnica, Iñaki Bergera, Angelo Maggi, Fernando Álvarez Prozorovich, Jorge Torres Cueco y Mar Loren-Méndez.
En el año 2007, y por primera vez en la historia, la población urbana mundial era ya más numerosa que la población rural.1 Según las previsiones del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas, en el año 2050 el 75% de la población vivirá en las ciudades.
Bien distinta era la situación a finales de siglo XIX, cuando tan sólo el 10% de la población era urbana. En ese momento, la incipiente ciudad industrial ya era un hecho. Una nueva sociedad urbana se iba adaptando a un nuevo escenario y empezaba a sufrir una transformación en sus principales estructuras. Uno de los temas principalmente abordados por los sociólogos urbanos en los años treinta del siglo XX, es el de la pérdida de las relaciones primarias (del cara a cara) frente a la inmensa red de contactos (lazos secundarios) que impulsaba la realidad metropolitana. Se produce en esos años una metamorfosis, para ciertos teóricos bañada de nostalgia, de los modos de relación de las sociedades agrícolas.
¿Cómo reacciona el hombre con el desvanecimiento de este tipo de relación íntima y cerrada frente a la explosión de interacciones múltiples y diversas que ahora le ofrecía la gran ciudad?
¿En qué medida determina la ciudad el comportamiento de los individuos y la vida social?
La multitud de los impactos sensoriales
La multitud de los impactos sensoriales de la metrópoli exigían al ciudadano una sobre-tensión, una implicación imposible que no le era dado soportar y que Simmel,2 a principios de siglo XX, denominó como el
“acrecentamiento de la vida nerviosa”.
Sucedía algo similar con la proliferación de las numerosas relaciones interpersonales de la vida urbana que tendían a saturar la capacidad emotiva del individuo. Éste, se veía obligado a seleccionar facetas concretas en las que relacionarse con el resto de individuos; cada ciudadano era un ser poliédrico que mostraba alguna de sus caras a la vez que ocultaba otras. En cierto modo, el individuo se veía abocado a jerarquizar, a centrar sus implicaciones en esos aspectos que consideraba prioritarios. Y estableciendo, a modo de defensa, una serie de automatismos que le liberaban de la fatiga de ciertas elecciones afectivas.
Se produjo por un lado la pérdida del núcleo familiar, mientras que, por otro, se insertaba al ciudadano en un gran grupo. Sus decisiones, cada vez más, eran influenciadas por una especie de consenso social, donde perdía fuerza la elección individual en favor de una cierta conformidad3 respecto a la conducta establecida por la masa social. Paralelamente, el ser urbano iba camuflando su manera de sentir para pasar a representar un papel en la escena urbana. Y el conjunto de todas esas representaciones es lo que constituía su personalidad. En palabras de E. Goffman,4
“la vida es una representación teatral”.
La percepción y la Escuela de Chicago
Diversos sociólogos de la Escuela de Chicago analizaron la relación entre la ciudad y la sociedad, en un momento en que ambas estaban en continua transformación. Robert E. Park,5 uno de los miembros fundadores, planteaba la ciudad como un laboratorio, un
“estado de la mente”,
como un campo de estudio del comportamiento y de la psicología humana, una plataforma en la que se desarrollaba una nueva forma de vivir.
Cuestiones como el distanciamiento afectivo, la pérdida de núcleos familiares, la disolución de grupos religiosos y la alteración de las clases sociales, iban sustituyendo los lazos que antes unían a las personas con el territorio por otros más difusos y deslocalizados. Esta situación provocó una reconfiguración de los sentimientos de identidad y, de igual modo, una transposición de lo que Halbwachs6 denominó la
“memoria colectiva”.
La percepción de la memoria colectiva
Esta memoria, tal y como explica el autor, es una producción que precisa marcos sociales (nunca estamos solos), y sólo se construye en la medida que es capaz de establecer puntos de referencia con el resto de la sociedad. Sin embargo, esos puntos ya no eran los mismos. Aquellos recuerdos anclados en la tradición y en las costumbres de la sociedad agrícola eran los que aseguraban un vínculo íntimo y necesario con el territorio que, a su vez, era su propio sustento. Con la nueva realidad urbana, se inicia un desplazamiento, una reubicación de los referentes concretos que la ciudad tiende a dispersar impidiendo la reconstrucción de los recuerdos, de las representaciones psíquicas.
Pero no sólo es una cuestión emocional, también se inicia un recorrido constante hacia la desaparición del “lugar”, cada vez más imprevisible, o mejor, cada vez más determinado por lo indeterminado. Las cuestiones relativas a la pérdida del lugar antropológico, alteran la capacidad simbólica de los individuos de reconocerse en el territorio. Existía en esos años una tendencia hacia el estudio del artefacto urbano, la mayoría de las veces considerado como nocivo, como un elemento que interfería con la vida social.
Louis Wirth,7 otro miembro de la mencionada Escuela de Chicago, afirmaba que el comportamiento del ciudadano está determinado por las estructuras sociales y los factores ambientales. Es el escenario el que define la conducta de la sociedad. La aparición de la gran ciudad conlleva la eclosión de un nuevo comportamiento emocional, condicionado por la ciudad misma, que presenta un amplio abanico de posibilidades: desde encontrar una identificación concreta para cada obsesión particular, el transitar entre desconocidos o la capacidad de disolverse en el anonimato. En todo ello, la ciudad ofrece un elemento indispensable en la vida urbana: la aparición de lo inesperado, de la sorpresa y por lo que John F. Lofland8 denomina,
“la presencia de un extraño”.
Kevin Lynch y la percepción ciudad
Ya en la década los sesenta, Kevin Lynch9 realizó estudios sobre la ciudad intentando sistematizar aquellas imágenes ambientales que transmiten al individuo una seguridad afectiva. Los articula en torno a lecturas sobre la senda, el mojón, el borde, el nodo y el barrio. Sin embargo, a pesar de requerir un medio urbano muy bien organizado, poético y simbólico, no pierde de vista el capital fundamental de la realidad urbana: los ciudadanos y sus flujos cotidianos que dan sentido al escenario metropolitano.
Existen, pues, una serie de dimensiones físicas o digitales que condicionan la conducta urbana. Y existe, de igual modo, un intento de humanizar y reequilibrar ambas tendencias. David Harvey lo denominaba
“la urbanización de la conciencia”,
Saskia Sassen hace referencia a la
“urbanización de la tecnología”.
Los estudios psicosociales sobre la ciudad
La atención de los estudios psicosociales sobre la ciudad se inicia a principios de los años setenta. Existe una atención especial a los cambios psicológicos de la sociedad urbana. Paralelamente, en esos mismos años, se experimenta un nuevo modo de regular las bases del planeamiento urbano, en el que la figura del planificador se vuelve más permeable a través de procesos de participación ciudadana, y pasa a ser un elemento de equilibrio, un facilitador entre los diversos agentes implicados.
Estos estudios derivan en una consideración especial sobre los espacios urbanos como escenario privilegiado para articular las relaciones sociales. Apoyándose en el estudio de varios autores (Proshansky y Fabian, Gehl), Corraliza10 resume los criterios de calidad de estos espacios en los siguientes puntos:
· La necesidad de control del contacto y de la interacción social.
· La necesidad de seguridad y responsabilidad en el mantenimiento.
· La necesidad de actividades sociales variadas.
· La necesidad de satisfacción estética.
Dichos criterios nos dan la clave sobre el éxito y el fracaso de los espacios públicos. Y no es casual que sea precisamente sobre estos argumentos sobre los que se articulan las cuestiones (y las fricciones) del ámbito público y privado. Atendiendo a estos criterios se podría elaborar un diagnóstico de por qué se ha llegado a lo que algunos autores han denominado la
“privatización del espacio público” y,
del mismo modo, a la
“masificación social de los espacios privados”.
Cabría preguntarse, por tanto, qué ha fallado, de qué nos hemos olvidado en la concepción de los espacios públicos.
Ignacio Grávalos – Patrizia Di Monte. Arquitectos (estonoesunsolar)
Zaragoza-Venezia. Noviembre 2019.
Hemos visto como los arquitectos estos años han recuperado y abarcado campos de trabajo diversos, incluso explorado en algunos menos habituales como la investigación y desarrollo de productos o sistemas, principalmente poblados por otros profesionales.
Aunque el I+D, es ámbito que en arquitectura últimamente no ha sido muy prolífico nos encontramos con algunos casos como el del arquitecto gallego, Alberto Corral, y su Ubuild, un nuevo sistema constructivo que combina madera y alta tecnología. Sí madera, un material cada vez más habitual que gracias a la labor de los diferentes profesionales recupera su valor y el protagonismo perdido en la arquitectura.
“Creo sinceramente en la utilidad y el valor social de la arquitectura.”
Alberto Corral, arquitecto formado en la ETSAC, que se impregnó, gracias a las experiencias vividas en Inglaterra, Suecia y Finlandia, de los planteamientos y maneras prácticas y sensibles de realizar arquitectura en dichos países. Cuestiones como construir de una forma lógica y sostenible, aprovechando los materiales y técnicas actuales, son algunos de los principios de su arquitectura y del proyecto Ubuild.
“Siempre he tenido un interés especial por la relación que hay entre la arquitectura y la naturaleza”.
Sin más preámbulos os dejamos con la entrevista que hemos tenido la oportunidad de realizarle.
“Naturalmente, la búsqueda de la belleza también es algo funcional. Intento encontrar la simplicidad y utilizar sólo los elementos justos y necesarios.”
Con la llegada de la crisis en el sector de la construcción, nos quedamos sin trabajo en el estudio. Empecé a plantearme de forma teórica la realización de viviendas prefabricadas usando como material fundamental la madera. Un día visitando la carpintería Maciñeira en As Pontes, veo en funcionamiento un centro de mecanizado de madera por control numérico. Me sorprendió la capacidad de poder hacer casi cualquier geometría, y sobre todo la precisión con que se podía ejecutar. Esta es una tecnología que estaba siendo totalmente desaprovechada, pues aunque en el diseño de mobiliario se le sacaba mucho partido, en el ámbito de la construcción se limitaba a realizar los encuentros tradicionales de las estructuras, solo que más rápido y con mayor precisión.
Empecé a plantearme primero unos nuevos encuentros estructurales en entre vigas y pilares, encuentros que permitieran un encaje fácil y perfecto, que no necesitara un profesional para ensamblarlos. El siguiente paso fue diseñar los propios componentes de la estructura, vigas y pilares, para encajar en ellos el resto de los elementos constructivos de una edificación, convirtiéndose casi en una guía de construcción.
Durante el proceso ha sido fundamental la colaboración de la carpintería Maciñeira para poder hacer pruebas de encajes, la ayuda del estudio novitec-estudio para realizar algunas imágenes o impresiones 3D y la colaboración de Eduardo Padín para depurar la explicación de Ubuild y plasmarlo en la página web que realizó.
¿Cómo detectaste la necesidad de este servicio? ¿Qué aporta este nuevo sistema?
El orden no fue así. Al principio solo pretendía diseñar una serie de viviendas ecológicas en madera. Cuando incorpore la tecnología de los centros de mecanizado, me di cuenta de que ésta permitía plantearse una nueva forma de construir.
Ubuild da la posibilidad de montar una construcción entre dos o tres personas sin que sean profesionales, utilizando solo destornillador y martillo. Como todos los encuentros son por encaje y atornillado, permite hacer cualquier tipo de modificación, ampliar la construcción, desmontarla parcialmente, o modificar su configuración constructiva. Y todo ello sin renunciar a una calidad constructiva máxima.
Esto amplía las posibilidades de una persona que desea tener una casa. Si lo necesita podría empezar con una casa pequeña de configuración media en irla ampliando con el tiempo y mejorando la configuración constructiva. La puede modificar y con los años si tiene hijos puede cederle parte de la casa para que empiece su vida en otro lado. Al mismo tiempo se puede construir una casa de gran tamaño con una muy alta calidad constructiva.
¿Te encontraste con muchas dificultades? ¿Cuáles fueron las más problemáticas?
Ubuild es un sistema constructivo que está patentado a nivel mundial mediante una PCT. Al principio pensaba que lo más complicado sería que me concedieran la patente. Estaba muy equivocado, pues lo más difícil es encontrar empresas que quieran meterse en algo nuevo. Gracias que tengo el apoyo desde el principio de la carpintería Maciñeira, pues he intentado incorporar a alguna otra empresa al proyecto, pero las que he contactado son reacias a las novedades y la innovación. Se conforman con seguir haciendo lo de toda la vida porque les va bien, o siguen con lo de siempre aunque les vaya mal.
Otro problema muy grande es la comercialización del producto. Es fundamental que la gente sepa que existe Ubuild. No es nada fácil, pues hace falta mucho dinero para la promoción. Menos mal que existe internet, mediante la página web y las redes sociales, permite que cada día más gente sepa que Ubuild está ahí.
Ahora mismo estamos con dos proyectos de vivienda unifamiliar y fabricando un almacén agrícola. Además en colaboración con la UDC estamos terminando de fabricar un Módulo de emergencia para desastres humanitarios. El tiempo se nos va en elaborar los proyectos y no dejar de analizar en todo momento posibles mejoras des sistema constructivo. Desde que se patentó el sistema constructivo Ubuild han surgido una infinidad de pequeñas mejoras que han hecho que en estos momentos funciones como un mecanismo de relojería. Y esto seguirá así constantemente, pues siempre hay algo que se puede optimizar.
Además hay que visitar todas las semanas la fábrica de As Pontes para ver como va la fabricación de las piezas y comentar con los carpinteros las posibles mejoras en el proceso de fabricación o en alguna de las piezas del sistema.
Incorporamos al estudio la impresión 3D a través del novitec-estudio, y ello nos permite analizar nuevas piezas para incorporar o modificar algunas de las actuales.
¿Cómo es el proceso de diseño, desarrollo y comercialización en Ubuild?
Además de lo que uno mismo se pueda plantear, el motor para plantearse nuevas piezas para el diseño y desarrollo de Ubuild, surgen de los propios estudios y encargos que nos hacen los clientes. Como cada cliente, terreno, vistas, topografía son diferentes, surgen necesidades que nos obligan a seguir desarrollando el sistema constructivo para dar respuesta a los nuevos problemas que se plantean. Estas mejoras ya se incorporan de forma permanente a Ubuild.
La comercialización es una cuestión aparte. Desearíamos que hubiese distribuidores en distintas partes de España, pero por la novedad hay mucha gente que no quiere dar el primer paso. Nuestra herramienta fundamental en estos momentos es internet y las redes sociales.
¿Has delegado funciones y te has centrado en partes concretas dentro de Ubuild?
Me gustaría poder centrarse en el diseño de nuevos modelos y el continuo desarrollo de Ubuild, pero de momento no es posible. Sí que delego parte del trabajo, pero necesitaríamos más gente colaborando. Tiene que ir poco a poco pues mientras no haya más volumen de trabajo, no se podrá incorporar a más gente en el proyecto empresarial.
¿Cuál fue (o será) el momento crítico una vez comenzado Ubuild?
El momento más crítico sin lugar a dudas ha sido poder realizar la primera obra de una cierta entidad. Los primeros tiempos solo teníamos proyectos muy pequeños, garajes, puestos de socorro, almacenes. El paso más importante fue poder desarrollar y montar una vivienda unifamiliar de más de cien metros cuadrados con una topografía complicada. Ahí se puso a prueba todo el sistema constructivo, dándonos un resultado muy brillante y dejando a unos clientes muy contentos.
A partir de este momento ha sido más fácil que surgieran más clientes dispuestos a dar el paso.
¿Cuáles son vuestras referencias?
El racionalismo es nuestra guía en el planteamiento arquitectónico y constructivo. A nivel estético y de lenguaje, buscamos que los elementos constructivos del sistema creen una estética propia que sea característica de las construcciones Ubuild.
A la hora de hablar de Ubuild tratamos de explicar a las personas interesadas cuales son las características, porque Ubuild es un planteamiento nuevo de construcción y cuáles son las novedades y posibilidades que abre, y que hasta ahora no existían en el mercado.
¿A qué segmento de clientes te diriges? ¿Cuáles son los encargos más demandados?
Este es uno de los problemas que nos encontramos al principio. Al ser un sistema constructivo tan versátil se podía enfocar a un gran tipo de productos. Mobiliario urbano, vivienda, edificio institucional, naves… En la actualidad lo tenemos enfocado más hacia la vivienda, pues es donde más demanda se encuentra.
¿Cómo y para qué utilizas las “nuevas tecnologías”? ¿La “red” ha facilitado tu labor?
El sistema constructivo Ubuild nace fruto de una nueva tecnología como es el mecanizado de madera mediante control numérico. En la actualidad para estudiar nuevas piezas que se puedan incorporar al sistema se hacen pruebas con impresión 3D antes de fabricar las piezas reales en madera.
La red ha sido un instrumento muy útil a la hora de dar a conocer Ubuild a más gente. Sin la red creo que no habría sido posible que arrancara este proyecto.
¿Compaginas o complementas esta actividad con otras labores o en otros campos?
Tengo un estudio de arquitectura, por lo tanto hacemos cualquier tipo de trabajo que nos demande un cliente. Por ejemplo estados con la reforma de dos pisos en Coruña, o la rehabilitación de un edificio en un núcleo de Mañón. Hacemos proyectos con los sistemas constructivos tradicionales cuando el cliente lo quiere, o informes de distintos tipos.
La arquitectura, tiene abiertos muchos frentes de batalla (LSP, Bolonia, paro, precariedad laboral, COAs, ETSAs, emigración, comunicación, etc), ¿no serán demasiados para la polarización existente dentro de la misma?
El mundo de la arquitectura y la construcción se ha complicado enormemente estos últimos años. Yo creo que si uno no tiene vocación por la arquitectura, no debe meterse en este mundo. Hay otras formas de ganarse la vida horadamente. La arquitectura es algo muy incomprendido que sin embargo todo el mundo piensa que sabe y tiene criterio.
Ahora nuestra labor está totalmente encorsetada por la normativa, las leyes, la cultura de la imagen, las redes sociales…, es muy fácil desorientarse y perder la perspectiva e ilusión.
¿Cómo ves el futuro de la arquitectura? ¿Y el de la profesión?
La arquitectura y el urbanismo siempre estarán ahí porque son necesarios, se llamen como se llamen. En cuanto a la profesión creo que de forma inevitable se tiende a la especialización. Yo como arquitecto que empiezo a tener unos ciertos años lo veo con tristeza, pues justamente creo que el arquitecto debe ser esa figura que tiene una visión completa del proyecto y que es capaz de coordinar los distintos campos para que todo encaje.
Puede ser una visión caduca de la profesión, pero entiendo que el mundo está cambiando muy rápidamente y eso se tiene que reflejar en la forma de trabajar.
¿Qué mejoras crees que son fundamentales y que deberían ser puestas en marcha de forma inmediata?
No tengo claro cuál es el camino. En la educación creo que aunque haya una especialización, se debería mantener unos conocimientos integrales que permitan al arquitecto tener un criterio y una visión de conjunto en los proyectos. Además pienso que todos los agentes que intervienen en la promoción y construcción, deberían ser profesionales y con una formación académica.
Para ser uno promotor o constructor, creo que debería tener una formación previa, para tener conciencia de todas las repercusiones de los actos y una cierta ética profesional.
Como “emprendedor” ¿qué opinas de los arquitectos que “abren y/o recuperan” nuevos campos y/o enfoques de la profesión?
Creo que este es el auténtico futuro de la profesión para aquellas personas que tienen un espíritu creativo. Ahora es complicado montar un estudio y que te encarguen proyectos. Pero se puede ver más haya del estudio tradicional. Un arquitecto tiene una formación muy potente donde tiene estructurada la cabeza para estudiar toda una serie de condicionantes y dar una solución a los mismos. Esto se puede aplicar a muchos ámbitos, entre ellos desarrollar nuevo mobiliario, diseñar piezas para que la gente las pueda imprimir en casa en 3D… Estamos vivienda en estos momentos una revolución y los arquitectos con un espíritu creativo pueden enfocar sus energías hacia estos campos nuevos que están surgiendo.
Yo mismo soy un ejemplo. Ante la falta de encargos, inicialmente todo el trabajo de desarrollo de Ubuild era una labor para un diseñador industrial, sin embargo me surgió una idea fruto de ver las posibilidades de una tecnología nueva y lo desarrollé. Más tarde al ser y tener un espíritu de arquitecto, apliqué todas las posibilidades a desarrollar un sistema constructivo.
Yo soy una persona muy normal. Y soy la prueba de que cualquiera joven arquitecto que se le ocurra una buena idea con posibilidades, no debe desecharla sin antes intentar ponerla a prueba Ahora hay unas posibilidades de desarrollar las cosas que no había hace 20 años, y si lo haces bien existe un mercado global al que puedes llegar desde tu casa. Es un potencial enorme y democratiza las posibilidades de sacar adelante cualquier proyecto si es bueno y aporta algo nuevo.
¿Estáis contentos con la trayectoria realizada hasta ahora? ¿Qué proyectos de futuro te(os) esperan?
Debido a la escasez de medios las cosas van algo más lentas de lo que nos gustaría, pero estamos avanzando y creemos que tenemos algo muy sólido. En cuanto a los proyectos, en estos momentos estamos con varias viviendas unifamiliares. Me produce especial ilusión el módulo para desastres humanitarios que estamos haciendo para la Universidad de La Coruña, pues si sale adelante y más tarde se ofrece a ACNUR, podría ser una enorme mejora en las condiciones de vida de los refugiados.
Ahora se hacen tiendas de campaña que se supone que son para unos meses y luego se está en ellas muchos años.
Para acabar, ¿qué les aconsejaríais a los actuales estudiantes y futuros profesionales de arquitectura?
El mundo de la arquitectura es realmente apasionante. Al menos cuando yo estudié, en la escuela no nos preparaban para la vida real de la profesión. El choque es brutal y uno puede perder la ilusión. Ser conscientes de ello y luchar por mantener los ideales pues merece la pena.
El desarrollo tradicional de la profesión, con el estudio y los clientes, se ha complicado enormemente. Sin embargo han surgido un montón de posibilidades con nuevas tecnologías de la construcción, nuevos materiales, nuevas formas de colaboración, nuevas demandas… Y todo eso está ahí para que lo aprovechéis. Creo sinceramente que tenéis que estar receptivos a toda la nueva actividad económica que está surgiendo, pues hay mucho margen para aportar ese punto de creatividad que muchas veces marca la diferencia y que vosotros podéis dar. Es un buen momento para la gente joven con ganas de buscar su propio camino, sola o acompañada. Internet marca de diferencia. Ahora es posible que un grupo de jóvenes con poco dinero y muchas ideas e ilusión, puedan desarrollar todo el proceso, desde el diseño, producción y comercialización de un producto, gracias a internet.
La reconstrucción de una vivienda unifamiliar en Saa, en Carballeda de Avia, Ourense, respondió a la necesidad de la propiedad de recuperar la edificación después del gravísimo incendio que asoló la zona por completo. Se abordó la intervención de la manera más respetuosa con el patrimonio y con la memoria del lugar, pero mediante el uso de sistemas constructivos contemporáneos.
Introducción
Después de hablar con el propietario, y dadas a limitaciones económicas, se optó por un programa mínimo, situando en planta baja la zona de día, formada por una única estancia diáfana de cocina y salón comedor. Del mismo modo, se incorporó un baño accesible, dotado de ducha, inodoro y lavabo. En la estancia de trastero se mantuvo el uso previo, incorporándose el área de lavandería en la estancia de menor dimensiones ubicada en planta baja. Al superar el propietario los ochenta años de edad, se reservó un área para dormitorio en el salón comedor por si en el futuro tuviera mermada su capacidad motriz. Así, podría desarollar su vida únicamente en la planta baja, al contar con todos los servicios necesarios, no siendo necesaria ninguna intervención específica de mejora de la accesibilidad. En la planta primera, desde un recibidor común en el patín actual, se articula la zona de noche, formada por la antigua “lareira”, destinada a dormitorio secundario para las visitas de los familiares del propietario. En el volumen principal de la vivienda, se incorpora un vestíbulo que comunica a través de una escalera en L ambas plantas, y donde se incorpora el área de almacenaje general. Desde este espacio, se accede al dormitorio principal con su pequeño aseo, y con salida al corredor recuperado, con orientación Este.
Debido al enorme valor sentimental, ya que fue el dormitorio donde cuidó a su madre en los últimos años de su vida, se consideró la estancia idónea para el descanso de D. José. Además de las dos balconeras de salida al corredor, cuenta con una puerta que conecta visualmente el dormitorio con la doble altura de la zona de día. Ésta permite salir a un corredor interior posado sobre la envolvente pétrea de planta baja. Esta dualidad corredor exterior-corredor interior en paralelo, permite las perspectivas y visiones cruzadas, además de posibilitar la limpieza y mantenimiento de las ventanas coincidentes con la doble altura.
Descripción del proceso constructivo
Una vez realizada la lectura de los paramentos pétreos de la edificación, se definieron claramente la edificación original de 1910, las partes añadidas en el año 1953, y las reformas efectuadas en el año 2000. Las premisas básicas para esta reconstrucción se basaron en los siguientes criterios:
1- Económico: Mediante la reducción de plazos de ejecución, optando por la fabricación con sistemas constructivos estandarizados de bastidores en madera.
2- Sostenibilidad: Soluciones constructivas, instalaciones y materiales con la mayor calificación energética, y huella de carbono cero.
3- Recuperación de la arquitectura vernácula.
4- Sentimental, como hemos relatado al comienzo.
La parte postiza incorporada en la planta primera de la fachada principal, fue substituida para recuperar la zona del antiguo corredor. En el patín de acceso, se minimizó la presencia de la cubierta de hormigón y los elementos de aluminio y vidrio del faldón. Se demolieron los elementos de carpintería ajenos a la arquitectura tradicional, y sobre la cubierta de losa de hormigón se incorporó una cubierta de zinc de pendiente mínima.
Para mejorar la habitabilidad y conectar ambos dormitorios, se ejecutaron elementos de carpintería de madera de castaño acristalados. Se demolió la construcción adjetiva situada en el patio, para que la higuera vuelva a ser la protagonista de dicho espacio.
Madera como material principal
Estructura_ Entramado de madera laminada y perfil 200.120.8 cómo viga que resuelve el encuentro entre el forjado y la zona a doble altura con la escalera.
Entrevigado_ Entablado de madera maciza de pino, con acabado lasur blanco.
Cubierta_ Sistema de cerchas y viguetas de madera, y un entrevigado formado por un entablado de madera de pino blanqueado con lasur, lámina barrera de vapor, aislamiento de lana de roca, tablero SuperPan Tech P5 y lámina transpirable.
Fachada principal_ Entablado de madera de pino termotratado Finsa, anclado sobre rastrel de pino cuperizado de 40x40mm., lámina transpirable, tablero compuesto de fibra y virutas de madera superPan Tech P5 de Finsa, aislamiento, lámina barrera de vapor sellada con cinta en todas sus juntas, con acabado interior formado por un entablado de madera de pino con acabado en lasur blanco.
Pavimento terraza exterior_ madera termotratada de pino Finsa manteniendo las juntas abiertas y con un sistema de anclaje oculto.
Conclusiones
La actuación recuperó el carácter tradicional de la edificación, demoliendo los elementos ajenos a la arquitectura popular de su entorno. Se optó por materiales tradicionales pero con sistemas constructivos contemporáneos. Del mismo modo, consensuado con el propietario, la madera tuvo un protagonismo absoluto en la reconstrucción de la vivienda. Pese a ser destruida por un incendio, a modo de manifiesto, se efectuó la reconstrucción totalmente en madera, lo que nos lleva a una huella ecológica cero, apoyados además por el uso de instalaciones sostenibles, mediante iluminación de bajo consumo y regulable, con producción de calefacción y agua caliente sanitaria mediante caldera de biomasa.
Obra: Reconstrucción de vivienda en Saa_Carballeda de Avia
Arquitectos: MOL Arquitectura (Muiños+Otero+López Arquitectura)
Ubicación: Lugar de Saa Nº32_Carballeda de Avia_Ourense
Constructora: Conecgal
Año: 30/08/2018
Propietario: José Serrano Rodríguez
Colaboradores:
Concello de Carballeda de Avia, IGVS, Conecgal, ITEI, Ikea, Lledó Iluminación, Finsa, COAATIE Ourense, Cruz Roja
Superficie: 154.10m2
Presupuesto Ejecución Material : 100.064,94 €
Coste: 649.35 €/m2
Fotógrafo: Héctor Santos-Díez | fotógrafo de arquitectura + molarquitectura.com
Ciento setenta ejemplos de las estructuras de piedra más extraordinarias del mundo en los últimos 5.000 años.
“La piedra no es un anacronismo; es el futuro”.
– William Hall
La piedra es un material de construcción extraordinario con unas posibilidades infinitas. Puede ser formal y elegante, pero también divertido y vigorizante. Imagina la hermosa fachada de mármol rosa y blanco de un palacio italiano, los espectaculares interiores de una catedral inglesa construidos con arenisca de una cantera local o una casa veraneo hecha de dolerita en una isla remota situada frente a las costas de Australia. Stone es un viaje global fascinante, fresco y esclarecedor para conocer uno de los materiales de construcción más antiguos y excepcionales del mundo.
Tras la publicación de Concrete (2012), Brick (2015) y Wood (2017), Stone presenta una espectacular selección de estructuras de los últimos 5.000 años y pone de relieve la belleza de este material aparentemente humilde. Profusamente ilustrado con más de 170 imágenes asombrosas y demostrando la extraordinaria variedad del material, este nuevo libro interesará a arquitectos, estudiantes y aficionados a la arquitectura de calidad.
Stone incluye trabajos de arquitectos célebres como Philip Johnson, Antoni Gaudí, y Mies van der Rohe; estructuras de talentos contemporáneos como Kengo Kuma, Grafton Architects y Snøhetta; y edificios igualmente sorprendentes y memorables de recién llegados menos conocidos. Abarcando todo el planeta, los proyectos incluyen iglesias, monumentos, viviendas privadas, tiendas, espacios culturales y más, desde lugares ancestrales y místicos hasta lujuriosos y románticos: Stonehenge en Wiltshire, Inglaterra; las pirámides de El Cairo, Egipto; el Partenón de Atenas, Grecia; Ashdown House en Berkshire Downs, Inglaterra; la tienda Céline en Miami, Florida; y el palacio de Zwinger en Dresde, Alemania.
Siguiendo el mismo formato que los libros anteriores de la serie, Stone está meticulosamente organizado para fomentar la comparación y el debate. Cada entrada incluye información crucial –título del proyecto, arquitecto, fecha y lugar–, además de interesantes pies de foto que ofrecen comentarios esclarecedores. Los proyectos están agrupados temáticamente en capítulos como Textura, Yuxtaposición, Paisaje y Luz para dilucidar sus cualidades arquitectónicas y la sobrecubierta en relieve potencia la experiencia táctil del libro, atrae al lector y recrea el atractivo de la textura de la piedra.
Stone ha sido escrito por el diseñador y autor William Hall e incluye un ensayo introductorio de Penelope Curtis, ex directora de Tate Britain. Con su mezcla de imágenes inspiradoras y bellas y unos textos perceptivos que invitan a pensar, Stone es un homenaje a este humilde material de construcción –reconocido por su variedad y tactilidad–, pero, cuando está en manos de los mejores arquitectos del mundo, ofrece infinitas posibilidades para la creatividad.
SOBRE LOS AUTORES
William Hall se formó en Central Saint Martins e inició su carrera en el despacho del arquitecto minimalista John Pawson. Ahora dirige un estudio de diseño propio en Londres y trabaja con clientes como Calvin Klein, MoMA y Tate. Hall es el autor de Concrete (2012), Brick (2015) y Wood (2017), de Phaidon.
La cultura contemporánea y la vanguardia, la contravanguardia y quizá la cultura underground, la cultura pop y algunos tipos de subcultura así como cualquier movimiento anti-mainstream probablemente avanzan el devenir de los asuntos estéticos (de seguir existiendo) y de pensamiento y su propia definición lleva implícito este posicionamiento subversivo.
Es difícil señalar con claridad qué es una cosa y qué no; cuándo un medio o vehículo deja de ser minoritario y contracultural para convertirse en un medio de masas y su mayor influencia lo arranca por tanto de la escena underground para depositarlo en el mainstream aburrido totalitario predominante que inmediatamente deja de interesar.
Instalados en este descreimiento postestructuralista y con la velocidad atenazante y rigurosa que anunció Virilio, encontramos que algunas ideas y conceptos actuales han empezado su decadencia antes de alcanzar su cénit y caen en desgracia antes de haber sido exprimidos hasta sus últimas consecuencias.
Uno de ellos es el pesimismo sobre la crisis. Por un lado, se acusa de catastrofistas y agoreros a los que de ella hablan con toda su crudeza, no sólo en el ámbito general de la economía sino en el particular de la profesión de arquitecto, criticándose incluso la pérdida de aura y brillo que el colectivo sufre por culpa de ello. Por otro, se anuncian grandes oportunidades de cambio al referirse a la situación actual como una oportunidad inmejorable e insuperable de cambiar y reinventarse. Es decir, no conviene hablar de la realidad demasiado, si esta es negativa, y sí se debe apostar por un inmejorable futuro que sin duda está por llegar sólo con pensar en ello.
Otro es la sostenibilidad, quizá una de las palabras que peor suerte está corriendo y que a pesar de estar en todas las agendas, se desplaza de unas a otras agotada y sin ningún brillo, gastada antes de ser usada, denostada por las fuerzas contraculturales que han detectado el engaño de las grandes corporaciones y gobiernos que la utilizan como bandera de su ineptitud mientras por debajo deslizan las habituales e incontables miserias de siempre. Así, nos instan a ahorrar agua en el consumo diario y personal sin avisarnos de que nuestro ahorro es insignificante frente al gasto de la industria o nos empujan a sustituir las bombillas incandescentes de nuestras viviendas por lámparas de bajo consumo cuyo coste han disparado los lobbys fabricantes que han apoyado las campañas de concienciación que paralelamente nos brindaban la oportunidad de, por poco dinero, ser ecológicos. La sostenibilidad ha muerto antes de que se obrara un cambio y yace en una cárcel de paneles solares y verde.
Por último, nos gustaría hablar de la colectividad. Hace poco teníamos noticias de un enorme concurso en Taiwan ganado por un casi igualmente grande equipo de arquitectos españoles, todo un ejemplo de organización y empeño certero para conseguir un objetivo imposible a priori. En seguida, junto a unas cuántas felicitaciones, se alzaron voces críticas y risotadas que despreciaban el carácter colectivo del trabajo realizado e insistían en la verdadera autoría parcial (de los arquitectos firmantes) que, en opinión de los siempre anónimos comentaristas, había utilizado ingenuamente al resto de participantes en el proyecto en el que que aparecían como colaboradores, ya sea porque aún no son arquitectos o porque en realidad el equipo se había formado a partir de una idea liderada por unos pocos y no por el colectivo unánimemente.
De nuevo la destrucción de una idea posible antes de que ésta se materialice o desarrolle en su totalidad. El descreimiento y la apoteosis de la indiferencia y el desprecio. A pesar de ello queda aquel que sale de su escondrijo, deja el anonimato, suma, pasa a la acción, habla, escucha, asiste y participa, amplía su propio círculo del nosotros y asume una posición crítica, quizá débil, pero comprometida con la ilusión y la esperanza de un mundo mejor en el que es necesario hablar de crisis, sostenibilidad y colectivo.
bRijUNi architects (Beatriz Villanueva y Francisco Javier Casas Cobo).
Riyadh (Arabia Saudí), Octubre 2019
Artículo publicado originalmente en La Ciudad Viva en febrero 2011.
Límites de oportunidad. Los espacios fronterizos, barreras y nexos
Las antiguas fronteras, barreras geopolíticas que operaban desde la plasmación territorial de la soberanía de un país, se desdibujan en la actualidad configurando espacios intermedios, que definen áreas (límites) de oportunidad. Son además las regiones en conflicto, las que con mayor radicalidad muestran las tensiones y las concentraciones de actividad que las fronteras introducen en el continuo territorial.
Mientras estos días se celebra con actos multitudinarios los veinte años de la caída del Muro de Berlín durante la noche del 9 de noviembre de 1989, muchas fronteras del planeta se refuerzan o recrudecen, generando de este modo desequilibrios territoriales a ambos lados de la línea. Esta “línea fronteriza”, (límite de oportunidad) tal vez la mayor expresión de la realidad fronteriza, se representa en la actualidad como un espacio intermedio, derivado de esa doble condición de límite y nexo que las fronteras mantienen. De este modo, ese riguroso corte territorial de antaño, se plantearía ahora como una membrana permeable bajo determinadas condiciones, y bajo criterios de oportunidad u oportunismo, que poco o nada tienen que ver con la defensa de la territorialidad o de la geopolítica ligada a la frontera.
Así pues es curioso comprobar como, más allá de las cuestiones políticas, son las cuestiones económicas las que mantienen, por ejemplo, la frontera con Gibraltar en la Línea de la Concepción. Mientras la población del Peñón ronda los 28.000 habitantes, también el número de sociedades mercantiles activas registradas dentro de las fronteras de Gibraltar ronda las 28.000; es decir una sociedad mercantil por cada habitante. Lo paradójico de esta situación, es el hecho de que sin lugar a dudas es precisamente la realidad fronteriza la que posibilita esta situación de paraíso fiscal o lo que podríamos denominar de oportunidad fiscal. Son por lo tanto los condicionantes espaciales que la frontera impone al territorio los que de alguna manera activan este espacio y lo convierten en lo que los arquitectos Ábalos y Herreros calificaban como “áreas de impunidad”.
La “línea fronteriza”
Son por lo tanto esas líneas cargadas de valor, que antiguamente se instalaban apoyándose en elementos geográficos al modo de las fronteras europeas, o en la escuadra y el cartabón como en muchas fronteras africanas, las que a pesar de la abstracción que el hecho fronterizo lleva aparejado, las que rompen la isotropía y la continuidad del territorio, configurando unas nuevas reglas espaciales en el ámbito ligado a la frontera. Es por este motivo por lo que el espacio fronterizo, se representa como un espacio multicapa, en el que se mezclan problemas de identificación social con su territorio, hechos económicos ligados a la frontera o realidades basadas en porosidades legales.
El valor simbólico de la frontera y su valor identitario, son también condicionantes que empapan el territorio, por su simple determinación como espacio fronterizo. Es por ejemplo llamativa una de las imágenes más divulgada del 1 de Septiembre de 1939, fecha en la que soldados de la Wehrmacht, el ejercito regular alemán cruzaban la frontera de Alemania con Polonia. Esta acción militar, que dio origen a la Segunda Guerra Mundial, se caracteriza por el empeño puesto por soldados y policías alemanes para romper la débil barrera móvil que impedía el transito de vehículos, similar a la de cualquier autopista actual. Hasta doce personas aparecen en la fotografía arrancando la valla existente.
¿Acaso no podían simplemente levantarla para permitir el paso de las tropas?
El valor simbólico de la frontera y su valor identitario
El motivo de este ensañamiento hay que buscarlo en un objetivo más conceptual que practico, ya que la acción pretende eliminar la frontera, borrarla, limpiar cualquier relación física o cartográfica de su trazado, desdibujando cualquier discontinuidad entre los dos territorios originales. Mediante esta acción se funden en uno sólo ambos territorios, el propio y el conquistado; aglutinando aunque simplemente sea en un acto propagandístico una gran cantidad de mensajes, significados y objetivos.
Otro modelo de frontera, digna de mención es la que existente entre México y Estados Unidos, y que podría denominarse como frontera socializada ya que la implicación social adquiere gran relevancia en este ámbito fronterizo.
La línea fronteriza que separa estos dos países tiene una longitud de 3141 Km. y es la frontera con mayor número de cruces legales del mundo, alrededor de 350 millones al año, y se caracteriza un gran espacio deshabitado o tierra de nadie que hay que controlar. Es precisamente esta cuestión la que ha llevado al gobierno norteamericano ha implantar una nueva estrategia para combatir la inmigración ilegal basada en garantizar la vigilancia fronteriza vía Internet.
Un potencial guarda fronterizo
Para ello se han instalado 2000 videocámaras de vigilancia conectadas a un servidor online, de forma que cada ciudadano individualmente puede desde el salón de su casa, como paradigma de la intimidad privada, vigilar la valla fronteriza e informar de cualquier actividad ilegal que perciba enviando un simple correo electrónico.
Este modelo que convierte a cualquier ciudadano con conexión a internet en un potencial guarda fronterizo, amplifica la operativa en red, no solo por su utilización de Internet, la red de redes, sino porque activa un proceso por el cual la responsabilidad y el enfrentamiento con la realidad del fenómeno fronterizo se vuelve colectivo, en un intento reafirmar el sentimiento patriótico y de defensa territorial, algo por otra parte, típicamente norteamericano. Son estos, y no otros, los mecanismos que gobiernan nuestras fronteras, de forma que es necesario comprender sus mecanismos, potencialidades y desafíos para replantear su funcionamiento, muy alejados en la actualidad de los antiguos pasos aduaneros.
Íñigo García Odiaga. Arquitecto
San Sebastián. Septiembre 2019
Catorce años después de abrir el primer restaurante vasco-japonés de Donostia, el cocinero Hitoshi Karube se ha trasladado a un nuevo local expresamente acondicionado para acoger su nuevo proyecto, que adopta el nombre de su socia y compañera, Akari Yoshida. La intervención arquitectónica ha pretendido trasladar al nuevo espacio el espíritu que caracterizó el viejo Txubillo, buscando la complicidad entre las culturas vasca y japonesa.
La composición del local en planta, de geometría rectangular ligeramente trapezoidal y situado en un extremo del edificio, unida al deseo de los promotores de abrir la cocina al comedor, sugirieron una disposición de los espacios de producción (almacén-lavado-cocina-bar) adosados al único cerramiento opaco. Esta secuencia lineal va desde la fachada trasera (que da a una calle secundaria), en la que se sitúa el acceso privado, hasta la fachada principal (en contacto con una plaza), en la que se ubica el acceso público a través de la zona de bar. En este mismo extremo se sitúan los aseos enfrentados a la barra del bar, articulando ambos elementos los dos espacios servidos: la terraza exterior y el comedor que ocupa el resto del local.
Los revestimientos, de madera en unos casos y cerámica en otros, han buscado señalar los diferentes espacios que conforman el local, ofreciendo una lectura diferenciada de los distintos ámbitos a pesar de encontrarse espacialmente conectados. Así, tanto el bar como la cocina se muestran funcionales y fríos, forrados mediante azulejo negro y acero inoxidable, mientras que el comedor se ve cálido y acogedor, envuelto con una celosía fabricada mediante listones de contrachapado de abedul que no distingue la presencia de los huecos de las ventanas. Entre ambos, una franja de azulejo blanco y madera establece una frontera que separa y conecta los dos mundos: el de la producción gastronómica y el del disfrute de la experiencia culinaria.
Obra: Restaurante AKARI
Ubicación: Donostia (España)
Oficina: Estudio Peña Ganchegui
Arquitectos: Rocío Peña, Mario Sangalli
Colaboradores: Oscar Sangalli, Amaia Uranga, Unai Urrutikoetxea.
Asesores Laecor (acústica), Difusiona (iluminación), Girolan (climatización).
Año finalización: 2019
Fotografías: Pablo Axpe + ganchegui.com
Mohsen Mostafavi, Gareth Doherty, Marina Correia, Ana María Durán Calisto y Luis Valenzuela (eds.)
“Urbanismo ecológico es una iniciativa de la Graduate School of Design de la Harvard University que entiende el proyecto como una síntesis capaz de conectar la ecología y el urbanismo. La iniciativa intenta poner de manifiesto métodos imaginativos y prácticos para abordar los cambios climáticos y la sostenibilidad en el entorno urbano, entendiendo la ecología como un proyecto ético y político que engloba el medio ambiente, no solo como realidad física, sino también desde las relaciones sociales y la subjetividad humana.”
En 2014 se publicó en castellano y portugués el primer volumen de Urbanismo ecológico, una compilación de los textos surgidos de esta línea de investigación y acción urbanística de la célebre universidad estadounidense. La aparición de este volumen dio origen a una serie de encuentros y debates en diversos países de América Latina y al conjunto de ensayos y obras que se recogen ahora en Urbanismo ecológico en América Latina. Este nuevo volumen, editado por Mohsen Mostafavi, Gareth Doherty, Marina Correia, Ana María Durán Calisto y Luis Valenzuela, presenta la realidad compleja y poliédrica de América Latina a partir de siete ejes temáticos —anticipar, colaborar, sentir, incluir, movilizar, comisariar, adaptar— que dialogan con la publicación original y exploran nuevas interpretaciones.
Parques, sistemas fluviales, chinampas, São Paulo, Santiago de Chile, infraestructuras educativas, movilidad, agroecología, Diana Wiesner, Elemental, Ermínia Maricato, Tomás Saraceno, Solano Benítez, Guilherme Wisnik, Teresa Moller, Carla Juaçaba… Multiplicidad de casos y miradas aportan una panorámica excepcional para el debate de lo urbano y lo político a la luz de la ecología y la sostenibilidad.
Moshen Mostafavi es arquitecto y educador, decano de la Graduate School of Design (GSD) de la Harvard University y catedrático de proyectos Alexander and Victoria Wiley. Su trabajo se centra en los modos y procesos de urbanización, y en la interrelación entre tecnología y estética. Ha formado parte de la junta directiva del premio Aga Khan de Arquitectura y de los jurados de la Holcim Foundation y la Medalla de Oro del Royal Institute of British Architects (RIBA). Entre sus libros se incluyen La superficie de la arquitectura (2002), Approximations (2002), Landscape Urbanism (2004) y Structure as Space (2006).
Gareth Doherty es director del máster de Arquitectura del Paisaje y profesor asociado de Arquitectura del Paisaje de la Harvard University Graduate School of Design.
Marina Correia es arquitecta y profesora de Proyectos en la Universidade Federal de Río de Janeiro. Estudió en la City University de Nueva York, un máster en la Graduate School of Design (GSD) de la Harvard University y es doctora por la Universidade de São Paulo.
Ana María Durán Calisto es arquitecta, urbanista y planificadora ambiental por la Universidad San Francisco de Quito y la University of Pennsylvania. Es cofundadora del Estudio A0, Quito, Ecuador.
Luis Valenzuela es investigador asociado en el Centro para el Conflicto Social y Estudios de Cohesión, director del Centro de Inteligencia Territorial de la Universidad Adolfo Ibáñez, Santiago de Chile, y profesor asociado en el Design LAB de la misma institución.
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