Reforma de ático en Valencia | DG Arquitecto Valencia
Como en todos nuestros trabajos partimos de una serie de condicionantes, que analizamos e introducimos en nuestro proyecto para conseguir de una forma “sencilla y directa” la solución final que mejor se adapta al lugar y a las necesidades del cliente, en este caso una joven pareja con un hijo.
Condicionantes de los clientes
Dos eran las cosas que preocupaban a los clientes, en primer lugar mantener la mayor altura posible en todos los espacios ya que partíamos de una altura aproximada de 3,20 metros.
En segundo lugar estaban sus necesidades como usuarios del ático, tres habitaciones, dos baños y poder disfrutar de la terraza que había sido eliminada, en parte, por los anteriores dueños.
Condicionantes de la configuración del ático
Como ya hemos comentado en el punto anterior la altura máxima era de 3,20 metros pero existían tres pórticos que reducían de forma puntual esta altura a los 2,70 metros.
La existencia de estos pórticos que en un principio podía parecer un hándicap fue la clave para llegar a la solución final ya que optamos por utilizar los pórticos y las fachadas como los elementos que nos ayudarían a delimitar las tres zonas de la vivienda, zona de día (cocina, estar y terraza), zona de relación (baños, vestidor y distribuidor) y zona de noche (habitaciones).
Propuesta
Tras presentar varias propuestas a nuestros clientes se opta por crear un gran espacio central ocupado por la zona de cocina-comedor por el que se accede a la vivienda que junto a la zona de estar forman la zona de día.
Estas dos estancias disfrutan del espacio exterior de la terraza que ahora sí pasa a ser parte importante del ático, una de las principales preocupaciones de los clientes y nuestras desde un principio.
Un espacio que nada más adentrarte en el ático aparece como el gran protagonista.
La zona de relación formada por los dos baños, un vestidor y la zona de distribuidor a las habitaciones, es la única zona de la vivienda en la que disminuye la altura.
Esto nos ayuda a resolver la climatización y todas las instalaciones de la vivienda sin afectar a la altura de los espacios más importantes.
Por último se encuentra la zona de noche formada por tres dormitorios de tamaño muy similar iluminados a través del patio de manzana.
Lectura del libro «Preguntas» con ocasión del nombramiento Miembro Honorario de la Real Academia de San Fernando. Madrid 1994
Comisariada por Ignacio Chillida, Preguntas de Eduardo Chillida, adopta el nombre del título del libro que el artista leyó durante su nombramiento como Miembro Honorario de la Real Academia de San Fernando en Madrid (1994) y que recoge por primera vez sus propios cuestionamientos y aforismos.
La exposición se estructura en dos plantas: la primera presenta una selección de esculturas y obras en papel, junto a las páginas del libro a gran escala, y la segunda está dedicada a la obra gráfica y libros de artista del escultor. Se exponen 12 esculturas de pequeño y medio formato, acompañadas de collages, gravitaciones y dibujos. También piezas de hierro realizadas para la obra pública como Peine del viento en Donostia, Homenaje a Hokusai en Japón o Yunke de sueños, una de las series de esculturas fundamentales en la carrera del escultor. Además, de dos libros del artista: La Mèmoire et la Main (1986) y Hommage à Jean-Sebastien Bach (1997).
http://vimeo.com/99622903
Preguntas, de Eduardo Chillida
Palacio de Exposiciones Kiosco Alfonso
Avenida Xardíns de Méndez Núñez, 3
Horarios: de L a D de 12 a 14 h. y de 18 a 21 h.
Entrada gratuita
En 1968 el artista norteamericano John Baldessari establecía sus términos más utilizados para definir trabajos creativos en el arte, plasmando sobre un lienzo las que, según él, eran las palabras capaces de explicar esta práctica en el siglo XX (buscó en libros de arte cuáles eran las acciones más repetidas y se las dictó a un cartelista que fijó en la tela aquellos verbos). La arquitectura podría ser sintetizada de un modo parecido, a través de las acciones que convoca, más allá de intenciones o retóricas. Un proyecto de arquitectura puede enunciarse como un catálogo de verbos, sucesión de actuaciones establecidas en un lugar concreto que desencadena otra serie de actos por parte de los habitantes; una suerte de ley de Newton actualizada por la que las acciones desplegadas por la arquitectura conllevan reacciones ciudadanas.
Casi a la vez que Baldessari conjugaba su acopio de términos, Richard Serra publicaba una lista de infinitivos que precisaba la relación de acciones que se pueden aplicar a la materia, un manual para un escultor, o cualquier creador, de aquello que puede llegar a hacer; en su centenar de acciones se condensa la práctica escultórica de la humanidad, la que fue y también la que pudiera llegar a ser. El comienzo de un proyecto de arquitectura en la ciudad también podría sintetizarse en la simiente de un glosario de expresiones que indicasen diversos modos de proceder, apilar, sustraer, plegar…, que se enraizarán o ramificarán luego en nuestras calles; todo proyecto es una metamorfosis de la materia.
En la misma fecha que Baldessari, otro artista contemporáneo, Carl André, realizaba un ejercicio parecido, una sucesión sustantiva que explicaba su obra: una personalización subjetiva y un enriquecimiento complementario de la frialdad intelectual que podría achacarse a la potencia conceptual de la cuestación de Baldessari. Entre estas listas nos movemos todos, artistas, arquitectos, y en definitiva, habitantes de la ciudad, escenario palpitante que transformamos con nuestras miradas, pensamientos, y acciones comunes.
Proyectar la arquitectura de la ciudad, suma de múltiples acciones, requiere de una taxonomía operativa de funciones: algunas podrían referirse a los reacciones que genera la arquitectura al entrar en contacto con el medio, como en el inventario de Baldessari, otras a la transformación que causa en la materia, reciprocidad de nuestras ideas, al igual que en el catálogo de Serra, y otras, como en la lista de André, a nuestra implicación vivencial y comprometida, todo artista desea estar siempre a los dos lados de una línea inexistente, creando y al mismo tiempo, viviendo. Y así pasamos del pensamiento a la acción. Desde la mirada a nuestro espacio común, quisiéramos proclamar la fructífera convergencia de la práctica artística y arquitectónica, y definir ambas en continuidad como una acumulación de acciones colectivas en un lugar. Artistas, arquitectos, ciudadanos, estamos interesados en el entendimiento de la ciudad como una acumulación de hechos y vivencias, Acciones Comunes que dan sentido al espacio público y de las que todos los interesados podemos aprender estrategias de reflexión y acción para transformarlo y mejorarlo.
La presente publicación recoge las intervenciones y encuentros del curso celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en otoño de 2013, con la participación de autores, arquitectos, artistas, escritores, de sensibilidad contemporánea y urbana, y de gran relevancia en los ámbitos académicos, creativos e intelectuales, acerca de las relaciones entre arte y arquitectura.
Refugio en el parque natural de Dovrefjell-Sunndalsfjella | Snøhetta
El otoño es tal vez la época del año más relacionada con la montaña, antes del invierno cuando empieza el intenso frío y los bosques muestran una imagen inmejorable. Un tipo de arquitectura que está ligada íntimamente a esta actividad, la del refugio de montaña. Los arquitectos que investigaron la vivienda mínima obrera, y las soluciones estandarizadas para dar cabida la vivienda barata de calidad investigaron este tipo de arquitecturas de montaña. Podría parecer a priori que ambos mundos están muy alejados, pero lo cierto es que su planteamiento teórico es similar. De alguna manera los refugios de montaña son la manera que tiene el hombre de domesticar la naturaleza, de convertir en doméstico un entorno hostil, pero a su vez tan presente en nuestra genética animal, como es la relación del hombre con la naturaleza.
Cabanon en Cap-Martín, Le Corbusier
En 1952 Le Corbusier, el gran maestro del movimiento moderno, construye en Cap-Martín, en la costa mediterránea francesa el Cabanon, un pequeño refugio que es al mismo tiempo vivienda de vacaciones. Una cabaña de sólo 16 metros cuadrados realizada completamente en madera. Este lugar de retiro y en ocasiones oficina, concita un particular interés dentro de la obra de Le Corbusier ya que se realizó en paralelo al proyecto de Chandigarh, la construcción de una ciudad en la India a la finalización de la construcción de la Unidad de Habitación de Marsella. Estas construcciones se encuentran íntimamente ligadas en cuanto a su concepción teórica. De hecho se trata de dos caras de la misma moneda, por un lado la célula independiente, aislada e individual, por el otro, la vida colectiva, la comunidad y el conjunto.
Un caso similar es el de Ralph Erskine, cuando el arquitecto inglés se trasladó en 1941 con su mujer y sus hijas recién nacidas a Suecia, las dificultades económicas le llevaron a auto construirse un pequeño refugio para dar cobijo a su familia y utilizarlo además como oficina.
Con unas dimensiones mínimas, de tan solo 18 metros cuadrados y una única habitación, funcionó como vivienda habitual de la familia hasta 1946. El espacio interior se dividía en dos mediante una chimenea central, la cocina y el estar, que también hacía las veces de dormitorio y sala de trabajo. La cama, sofá que ocupaba el estar se levantaba mediante unas poleas hasta el techo, con el fin de despejar la estancia durante el día.
Refugio de Ralph Erskine
La casa levantada en la zona alta de una pequeña colina es además un catálogo de soluciones ingeniosas para proteger el confort interior de las inclemencias del tiempo. Los muebles en su mayoría abatibles y móviles se apoyan en la fachada norte aumentando cuando están recogidos el aislamiento térmico en esa orientación. La pequeña cabaña introduce en su diseño además soluciones presentes en la arquitectura tradicional, como es el llamativo re-grueso de la fachada norte en la que almacenar toda la leña para el invierno, aumentando la protección frente al viento y que quedará vacía tras el invierno refrigerando así la vivienda en los meses de verano.
Ralph Erskine conjugó modernidad con las soluciones constructivas del lugar, generando una arquitectura vanguardista que respeta los condicionantes del lugar como son la climatología o el disfrute de una naturaleza tan salvaje como la sueca.
Refugio de Ralph Erskine
La arquitectura contemporánea también ha trabajado este tipo programa. Un buen ejemplo es el refugio finalizado recientemente por el estudio noruego Snøhetta. Se trata un pabellón pensado exclusivamente para dar cobijo a los montañeros que transitan por la meseta de Dorve en el norte de Noruega y que bajo un clima muy frío se adentran en la naturaleza para ver la vida cotidiana de los renos salvajes.
El pequeño edificio de 90 metros cuadrados se sitúa dentro del parque natural de Dovrefjell-Sunndalsfjella y encaramado en una meseta a una altura de 1200 metros sobre el nivel del mar, se transforma en un observatorio con vistas panorámicas sobre las cordilleras nevadas del parque natural.
Refugio en el parque natural de Dovrefjell-Sunndalsfjella | Snøhetta
Su geometría es una reminiscencia de la forma de una roca lentamente erosionada por los procesos de viento y el agua. La fachada ondulada resultante crea una serie de asientos al aire libre en el lado sur por lo que son calentados por los rayos del sol, mientras que los del lado norte quedan al interior protegidos del clima por una pantalla de vidrio que sirve como mirador. El edificio ha sido construido con técnicas de construcción naval, muy desarrolladas por los astilleros noruegos, con esta tecnología cada viga de madera cuadrada se ha desbastado hasta darle su forma definitiva y alcanzar así mediante la suma de diversas piezas el efecto ondulante final. Un marco rígido rectangular revestido con acero oxidado se funde con el paisaje circundante, mientras que el tratamiento alquitranado del pino exterior además de actuar como protección de la madera dota al conjunto de una pureza formal cúbica que revela su modernidad.
Refugio en el parque natural de Dovrefjell-Sunndalsfjella | Snøhetta
Este edificio habla al igual que muchos otros pabellones de montaña, de la necesidad de generar cobijo y refugio al montañero, de crear un espacio al resguardo de las inclemencias de la naturaleza, pero que al mismo tiempo nos permita disfrutar del paisaje y de su condición salvaje. Es en este difícil equilibrio donde la arquitectura contemporánea ha sabido aportar nuevas soluciones que no hacen más que abrir al igual que los pabellones del pasado pequeños campos de prueba que tal vez en el futuro puedan pasar del refugio de montaña a la vivienda urbana.
Refugio en el parque natural de Dovrefjell-Sunndalsfjella | Snøhetta
íñigo garcía odiaga . arquitecto
san sebastián. junio 2011
Podemos dividir la arquitectura pública de la metrópoli madrileña de los últimos años en varios apartados evidentes. De un lado, entre arquitecturas de nueva implantación y rehabilitaciones, pues estas últimas han sido, lógicamente y por fortuna, tan importantes, o más que las primeras. De otro lado, entre edificios públicos y vivienda, pues, como es bien sabido, han existido muchas promociones públicas también en el campo residencial, aunque no sea este campo un sector propiamente público, al menos desde el punto de vista del uso. Por mi parte, preferiría llamar “arquitectura pública” a la que es de uso público, y no a la que es de promoción oficial. Y a ella, a la verdaderamente pública, de promoción oficial, o de promoción particular, es a la que propia y mayoritariamente me voy a referir.
Aprovecho así para protestar del uso moderno y erróneo del lenguaje. A lo oficial, propio de las administraciones estatales, del nivel que sean, se le llama ahora “público”, cuando público es, en realidad, todo establecimiento abierto al público, por ejemplo, un bar. Una cosa es “público” y otra “oficial”, así como una cosa es “privado” y otra “particular”. Pues a lo que ahora se le llama “privado” no es otra cosa que lo particular, como antes se decía bien.
Podemos observar, así, que el campo de la arquitectura pública, que es tanto oficial como particular, se ha convertido casi únicamente en oficial, conversión que explicaría, quizá, el equívoco lingüístico antes comentado. Lo cierto es que las arquitecturas particulares que no son residenciales son únicamente las oficinas. Han desaparecido, casi, las arquitecturas verdaderamente públicas de promoción particular. En Madrid, y en los últimos años, tan sólo podemos anotar la realización del “Caixa Forum” dentro de lo particular, o relativamente particular, al tratarse en realidad de una Caja de Ahorros. Puede decirse, quizá, que se trata de una rehabilitación, al menos en el origen, y he de advertir que, en todo caso, me referiré en lo que sigue a las obras cuya arquitectura considero relevante o, al menos, digna de discusión, y no a aquéllas que estén exentas, o sean más dudosas, en relación a estas consideraciones.
Frente a este edificio, bastante pequeño, hemos de anotar, en la nueva planta y en la promoción oficial, a los Teatros del Canal (Comunidad de Madrid), los edificios de la UNED en Lavapiés (Ministerio de Educación), el Museo de las Colecciones Reales (Patrimonio Nacional), la Ciudad de la Justicia (Comunidad de Madrid), el nuevo Palacio de Congresos (Ayuntamiento de Madrid). Los tres primeros se han realizado, aunque el tercero está sin acabar, y los dos últimos, iniciados apenas, se han parado por efecto de la falta de financiación a causa de la crisis económica. A ellos debemos añadir una cosa especial, ya realizada, que es el nuevo parque a lo largo de las márgenes del río Manzanares, al que se le llama “Madrid Río”.
Sede del COAM en Madrid | Autor: Gonzalo Moure
En cuanto a las rehabilitaciones, y además del ya citado Caixa Forum, ha de hablarse de tres grandes realizaciones, todas ellas oficiales, la ampliación del Museo del Prado (Ministerio de Cultura), la conversión del antiguo edificio central de Correos en nuevo Ayuntamiento de la ciudad , la transformación del viejo matadero en centro de actividades culturales (ambos del Ayuntamiento de Madrid) y la conversión de las ruinas de las Escuelas Pías de San Antón en el nuevo edificio del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y de algunos equipamientos municipales.
En cuanto a la vivienda pública, casi toda ella promovida por el Ayuntamiento (EMV), y muy abundante, cabe distinguir entre las promociones que se encargaron a autores considerados famosos y de gran prestigio y las que fueron simplemente objetos de concurso, pero este asunto, de gran envergadura e importancia, queda fuera de las intenciones y de la posible amplitud de este texto.
Debería añadirse, todavía, un gran proyecto urbano, ya realizado a una determinada escala y hecho público, pero del que no sabemos todavía si verdaderamente tendrá un mínimo futuro: la prolongación de la Castellana más allá de su hoy horroroso e inadecuado final.
Área en la que se levantará el proyecto conocido como Operación Chamartín | Fuente: elpais.com
Considero que las realizaciones de nueva planta acabadas o muy avanzadas han tenido una fortuna arquitectónica y urbana especialmente alta, y han favorecido así a la ciudad y a sus valores urbanos y físicos. Me refiero a los Teatros del Canal, realizados por Juan Navarro Baldeweg, a los 2 edificios para la UNED, realizados por José Ignacio Linazasoro, y al Museo de las Colecciones Reales, aún en marcha, pero muy avanzado, y realizado por los arquitectos Luis Moreno Mansilla (tristemente desaparecido el año 2012) y Emilio Tuñón.
Sobre los Teatros del Canal (edificio producto de un concurso restringido) caben, quizá, unas dudas no del todo arquitectónicas, o, al menos, acerca de las cuales quien escribe no puede, ni quiere, resolver. Esto es, si la institución tiene verdadero sentido, si puede ser económicamente sostenida por la Comunidad; o si, incluso, hay actividades suficientes para justificar la existencia misma de ese gran edificio. Ignoro la respuesta a estos asuntos, que son de carácter político y administrativo, y sobre los que carezco de criterio. Espero y confío en que, ya que se ha hecho, esta promoción tenga sentido, pues las dudas que en su día parecía manifestar la Comunidad parecían apuntar hacia esta dirección.
Reconstrucción virtual del Teatro del Canal. (Foto: Comunidad de Madrid)
Lo que puede asegurarse, por mi parte, es que desde el punto de vista urbano y arquitectónico la operación es francamente positiva. Creo que el lugar urbano ha quedado muy favorecido por la nueva presencia, tanto desde las consideraciones volumétricas y visuales, como desde el propiamente urbano. El lugar, un sitio tan central como importante, en la esquina de dos calles anchas y buenas, creo que agradece la mayor vitalidad que le da el nuevo edificio de equipamiento público.
Por otro lado, y como arquitectura, es una buena contribución, quizá menos brillante desde el aspecto figurativo externo, aunque es preciso observar que el criterio de respeto a una posición urbana normal, de edificio medianero y en esquina, compatibilizada con la libertad volumétrica, me parece especialmente logrado. Pero, figurativa y espacialmente, los interiores son más brillantes que el exterior, y ello tanto en los vestíbulos y lugares de pasos perdidos (en los que se ha obtenido muy buenas cualidades formales con medios materiales y formales escasos, siguiendo inteligentemente lecciones a la manera de Aalto, Scharoun y hasta Stirling) como en las dos Salas principales, muy diferentes y muy logradas.
Tras 125 de años de historia el archivo de la compañía Mahou ha recogido cientos de objetos, fotografías y evidencias de todo tipo que muestran la estrecha relación de ha mantenido la compañía con la ciudad de Madrid.
Los orígenes de Mahou se remontan a 1890, cuando abrió en el número 29 de la madrileña calle Amaniel, aunque posteriormente en s. XIX se transformó pronto en el primer Hub de Madrid. Un espacio para las citas del ocio y la cultura para la sociedad de la época.
Esta unión de experiencias acumuladas durante toda su vida, pasan a conformar el archivo Mahou, uno de los más completos y únicos en España con más de 600.000 objetos, fotografías y documentos. Las puertas de este archivo se han abierto primeramente a un selecto grupo de creadores, quienes han descubierto nuevos matices y detalles sorprendentes que relacionan pasado, presente y futuro.
Factoría Mahou, por tanto aspira a ser el site donde se compartirán de forma continuada contenidos e iniciativas ideadas y creadas conjuntamente con autores invitados. Para ello reeditarán objetos clásicos de la marca, actualizarán recetas olvidadas, explicarán anécdotas nunca vistas de los 125 años de la marca…. y lo mostrarán a través de distintos formatos tales como cómic, sesiones fotográficas o ilustraciones de la mano de algunos de los creadores de referencia en la actualidad.
Hoy nos acercamos hasta Oviedo, para conocer pequeñaESCALA unainiciativa impulsada por Sofía López, aparejadora de profesión, y Manuel López, arquitecto y docente por vocación.
“Una profesión tan antigua y determinante en el diseño e imagen de nuestras ciudades y nuestra forma de vivir que pasa casi inadvertida por los currículos educativos oficiales.”
Los niños y niñas de hoy son los hombres y mujeres del mañana, por ello es absolutamente necesario formarlos como ciudadanos críticos y educarles, con carácter constructivo y sin pretensión de condicionar vocaciones, para que sean conscientes y responsables con su entorno.
Así nace pequeñaESCALA, un proyecto que pretende acercar a los niños el mundo de la arquitectura y la construcción.
«Soñar, planear, explorar, investigar, pensar, imaginar, dibujar, calcular, medir, resolver, representar, trabajar en equipo, hablar en público, expresar ideas y, a veces, demoler para volver a construir», son sólo algunos de las acciones que se desarrollan en los distintos talleres que organizan en pequeñaESCALA.
pequeñaESCALA cuenta con un equipo multidisciplinar, formado por colaboradores provenientes de otros campos, como la psicología, la ingeniería y la construcción, representados por Raúl López, Fernando López y Cristina Imaz respectivamente.
Os dejamos con la entrevista que nos han concedido para conocer de primera mano su proyecto y sus impresiones sobre temas de actualidad.
Taller de pequeESCALA | Fotografía: pequeESCALA
¿Cuál ha sido vuestra formación y trayectoria profesional previa a “pequeñaESCALA”?
Sofía: Formación en Arquitectura Técnica y una trayectoria profesional de 10 años en Edificación en gestión económica y de equipos humanos.
Manuel: Arquitecto por la ETSAC y Master en educación secundaria. Fundador de NODALMODE SLP. Actualmente colaborando con pequeña escala y SA31.
¿Qué os llevó a abriros camino en la educación?¿Por qué principalmente con niños?
Sofía: La idea de los talleres infantiles vinculados con el mundo de la Arquitectura y la Construcción surge como muchas ideas en estos tiempos, por una casi forzada evolución profesional, que lleva a buscar caminos nuevos. Hace tres años me hablaron de Chiquitectos en Madrid, me puse en contacto con ellos y me transmitieron una idea que me entusiasmó. A partir de aquí, quise emprender algo similar en Asturias. Creo que nuestro sector necesita acercarse a la sociedad de una forma nueva, sobre todo a los que serán los ciudadanos del futuro.
Manuel: Siempre estuvo ahí latente una vocación de profesor, mis padres son profesores, y siempre estuve en contacto con este mundo. Al final no sabes cuándo dar un giro o un cambio de tercio y surgió esta oportunidad con Sofía.
Taller de pequeESCALA | Fotografía:pequeESCALA
¿Teníais alguna experiencia previa?
Sofia: En mi caso he tenido experiencias de formación, pero sólo con colectivos de adultos y enfocados a la Prevención de Riesgos Laborales en la Construcción. Sembrar en el público infantil es infinitamente más gratificante.
Manuel: He colaborado con colegios ayudando a llevar a cabo pequeñas actividades en el área de infantil.
¿Os encontrasteis con muchas dificultades?¿Cuáles fueron las más problemáticas?
Manuel: Lo más problemático es encontrar ayuda económica para sacar adelante algo como esto. Sé que es lo de siempre… pero es verdad, con un mínimo apoyo todo sería un poquito más sencillo. Después a la hora de trabajar, los niños son personas súper receptivas y es muy gratificante.
Sofía: Transmitir el valor que nosotros le damos a lo que puede aportar pequeñaESCALA es lo más difícil. Hacer comprender que no buscamos reconducir vocaciones, sino valores cívicos, como el trabajo en equipo o el respeto por el entorno. De los niños que van a fútbol, sólo uno o dos llega a destacar en edad adulta, con las clases de ballet suele pasar lo mismo o con el tenis. Sin embargo invertimos en estas actividades para nuestros hijos, porque sabemos que aportan otros valores.
¿Estáis contentos con los objetivos alcanzados?
Sofía: Aún estamos en la línea de salida y en momento de sembrar. Estamos contentos con la acogida entre compañeros y padres y después de un taller, siempre salimos con buenas sensaciones y animados a seguir.
Manuel: Como dice Sofía, estamos aun empezando, las sensaciones son muy buenas y la ilusión está a tope.
Taller de pequeESCALA | Fotografía:pequeESCALA
¿Consideráis que estudiar Arquitectura ha sido un pasaporte fundamental para haber llegado a vuestro trabajo actual?
Manuel: No sé cuál es mi trabajo actual… estudiar Arquitectura te hace tener muchas y diferentes perspectivas de otros campos, los talleres siempre los enfocamos con un punto de conexión a nuestras carreras. Actualmente se valora poco el trabajo de un aparejador o de un arquitecto. No se conoce la profesión y se juzga injustamente, porque arrastramos una fama de otra época. Con los talleres tratamos de acercar y de dar a conocer aspectos de nuestra profesión.
Sofía: En mi caso, como aparejadora, creo que ha sido más determinante coordinar obras de gran volumen, que los estudios en sí mismos. En ocasiones se parecen mucho a una guardería, hay que estar con mil ojos.
¿Qué expectativas y proyectos de futuro tenéis para “pequeña ESCALA”?
Sofía: Yo me he dado un plazo de dos años para desarrollar del todo la idea. Tenemos siempre en mente algo parecido a una Escuela, con un espacio propio y con una programación anual. A corto plazo el objetivo es compaginar la experiencia, con ganarse unas lentejas. No hablaría de expectativas a muy largo plazo.
Manuel: Difícil de pronosticar, queremos disfrutar de la experiencia e intentar llegar cada vez a más gente, tenemos que ir poco a poco pero la intención es poder desarrollar estos talleres y convertirlos en algo más.
¿Compagináis o complementáis esta actividad con otras labores o en otros campos?
Manuel: Siempre se colabora con compañeros y tratas de mantenerte activo en la profesión pero cada vez apetece más volcarse en este tipo de actividades e iniciativas, poco a poco pequeñaESCALA gana terreno.
Sofía: En mi caso pequeñaESCALA es un complemento a la actividad profesional, pero cada vez invierto más tiempo en desarrollar el proyecto.
¿Son rentables este tipo de iniciativas?¿Os sentís bien remunerados por la labor que realizáis?
Manuel: Rentables económicamente, de momento, no… pero no buscamos un beneficio económico, si llega mejor… es casi un obligación hacer este tipo de cosas, el mundo de la arquitectura pasa desapercibida en los colegios e institutos, intentamos aportar una pincelada de algo que consideramos fundamental, pensamiento crítico.
Sofía: Si hubiéramos comenzado a realizar estos talleres por un motivo económico, no estaríamos embarcados en esto. Hay ámbitos donde la rentabilidad es muy difícil de calibrar. La educación y la cultura tiene esa etiqueta de todo gratis en nuestro país.
Taller de pequeESCALA | Fotografía:pequeESCALA
¿Animarías a otros arquitectos a seguir vuestros pasos? ¿Qué pasos consideráis que deberían dar? ¿Cómo completar sus estudios? ¿Qué otros consejos les darías?
Manuel: Tengo la sensación de que doy pasos inestables, no me veo para dar consejos, la verdad, pero la frase que más repito cada vez que hablo con compañeros es «ánimo, hay que seguir». Seguir formándose o como sea. Lo que si me gustaría es que tanto los arquitectos como los arquitectos técnicos peleáramos más por cambiar la visión que se tiene de nuestra profesión. Es difícil, pero a peor ya no se puede ir.
Sofía: El mejor consejo que he recibido desde que terminé los estudios hace 13 años ha sido el de un compañero y gran profesional: “Haciendo y Aprendiendo”
¿Creéis que los arquitectos en España deberíamos seguir abriendo nuevas vías de trabajo para salir de la casilla más «tradicional» de proyectar dada la actual situación de la construcción en nuestro país?
Sofía: Lo que sí aconsejo, por la forma en que ha cambiado el mercado, es completar la formación con idiomas, marketing on-line, legislación internacional. Ya no podemos pensar en proyectos locales o nacionales.
Manuel: Por supuesto, eso es importante pero en este país nos falla la base, lo que falta es educación arquitectónica, la burbuja, el feísmo, el uso que le damos a las ciudades, cómo las vivimos… es por falta de educación. Creo que por ahí hay vías en las que trabajar.
¿Qué opináis de los que se han ido a trabajar al extranjero?
Sofía: Si las circunstancias personales y familiares lo permiten, irse a determinados países es una muy buena decisión. Nada es fácil en estos tiempos, ni quedarse ni irse. Pero pienso que salir de nuestra zona de confort, siempre trae experiencias vitales enriquecedoras.
Manuel: Es una salida tan válida como la de quedarse y trabajar de otra cosa. Como dice Sofía, depende mucho de las circunstancias personales, hay que buscar la felicidad y tranquilidad cómo y dónde sea.
¿Cómo veis el futuro de la profesión?
Sofía: Debemos reinventarnos, pero sobre todo confiar en la unión, en los Colegios Oficiales y en los colectivos. La colaboración es más necesaria que nunca.
Manuel: Black, como las dichosas tarjetas.
Taller de pequeESCALA | Fotografía:pequeESCALA
Sofía López Díaz y Manuel López Carregal · Eduación | pequeñaESCALA
Diciembre 2014
Entrevista realizada por Ana Barreiro Blanco y Alberto Alonso Oro. Agradecer a Sofía y Manuel su tiempo y predisposición con este espacio.
El proyecto, consistente en la remodelación de un antigua estación de autobuses para su nuevo uso como parking de rotación, parte de unos condicionantes complejos: una normativa urbanística muy restrictiva, una geometría de parcela irregular y un presupuesto muy limitado.
La principal premisa proyectual fue sin duda la funcionalidad, pero al mismo tiempo, tomamos cada uno de los retos como una oportunidad para dar “liebre por gato” y llevar más allá las expectativas mediante soluciones creativas y el cuidado diseño de todos los elementos que conforman el proyecto: estructura, iluminación, instalaciones, señalética, etc.
La estación de autobuses de El Carbonero de Oviedo fue construida en 1970. El edificio albergada seis plantas de viviendas destinadas a los trabajadores de la empresa en las plantas superiores mientras que en las plantas baja y sótano se localizada la estación. En el patio de manzana de la parcela se ubicaban las dársenas.
Cuando la estación cesó su actividad en 2007, la empresa El Carbonero S.A, propietaria de los locales, decidió habilitar los mismos para su nuevo uso como aparcamiento público de rotación.
El proyecto plantea unas importantes restricciones de partida: una parcela con geometría muy irregular, importantes limitaciones acústicas debido a la existencia de edificios residenciales colindantes, estrictas limitaciones de altura definidas en la normativa urbanística y un limitado presupuesto de €250/m2.. El estudio geotécnico definió el firme a una profundidad media de 4m.
En primer lugar se define un esquema de distribución óptima, fijando en 70 el número mínimo de plazas a considerar en proyecto, incluyendo dos plazas adaptadas, un mínimo de 10 plazas grandes, viales de 5m y radios de giro de 6m.
Mediante el sistema de planos acotados se definió la geometría de cubierta adaptada al perímetro irregular del patio, formada por 5 faldones de pendientes iguales del 7% que cumplían los límites de altura definidos en la norma y optimizaban el volumen máximo construible. Se determina el uso de panel sándwich acústico como material de cubierta, con un porcentaje de policarbonato definido por el estudio acústico para la entrada de luz natural y la reducción del consumo eléctrico.
En colaboración con Francisco Mena se diseña una estructura metálica para el soporte de cubierta formada por dos niveles estructurales de cerchas de tubo de acero, salvando luces de hasta 28m. La posición de los únicos 11 pilares se adaptó a la distribución de las plazas y a la geometría de la cubierta, creando un espacio diáfano y funcional. La cantidad de acero empleado fue de 14,5 Kg/m2, consiguiendo una reducción aproximada del 30% en el coste de la estructura en relación con una estructura convencional de vigas y pilares metálicos con luces de 7m.
Obra: Parking Público El Carbonero
Autores: CiO estudio (Japi Contonente y Sara Ojanguren arquitectos)
Colaboradores: Francisco Mena
Año: 2014
Emplazamiento: Oviedo, España
Empresa constructora: Construcciones Emilio Cueto S.L.
Presupuesto: 575,000€
Superficie: 2300m2
Coste: 250€/m2
Fotografía: Daniel Ojanguren y CiO estudio + cioestudio.com
Espacio público / Espacio privado es una exposición que quiere indagar en los límites entre la imagen pública y la imagen personal a través de obras fotográficas y videocreaciones. En esta ocasión, las capacidades de los medios escogidos nos permitirán establecer una observación de los modos del público y el personal en la contemporaneidad, de las actitudes implícitas en la representación, que permiten ver cómo apreciamos la construcción del espacio público como lugar de suceso narrativo o lugar para la acción de lo social, como lugar de la construcción del paisaje contemporáneo y también como no-lugar. Por otro lado, el escenario de captación de lo íntimo, de las vidas personales, de la construcción de la propia personalidad, de la visión sobre lo ajeno, del comportamiento de la familia o nuestra organización en grupos.
Comisaria: Mónica Maneiro. Artistas: Ana Amado, Carla Andrade, Emma Crichton, Carolina Cruz Guimarey, Amaya González Reyes, Rita Gutiérrez Rivera, Cillas Seyde y Verónica Vicente.
Centro Torrente Ballester
Rúa Concepción Arenal, s/n. 15402 Ferrol. España
Es habitual que en los libros de teoría e historia de la arquitectura las viviendas aparezcan representadas únicamente por sus salas de estar, dejando de lado el resto de habitaciones. Pareciera que, a pesar de su mayor número, el dormitorio no tuviera trascendencia alguna en una vivienda. Sencillamente no se piensa en él. El predominio de la sala de estar sobre cualquier otro tipo de estancia limita el potencial que podría tener la vivienda contemporánea. Este ensayo aboga por una casa con mayor sentido y complejidad y, a través de la reflexión en torno a la habitación con usos diversos, defiende la ambigüedad y la no especialización de los espacios domésticos.
Para ello Xavier Monteys recurre a una colección variada de estancias de procedencia heterogénea. Encontramos habitaciones ante las que se ha desempolvado la mirada para volver a observarlas, otras extraídas de algunos textos literarios o sacadas de lienzos de exposiciones y museos, y otras procedentes de instalaciones y experimentos realizados por artistas contemporáneos. El conjunto se convierte en una casa con muchas habitaciones que permiten diferentes modos de vida y por la que podemos transitar de un modo imaginario y, sobre todo, desencadenar un flujo de nuevas miradas que transformen nuestra concepción reduccionista de la vivienda contemporánea.
Xavier Monteys (Barcelona, 1953) es catedrático de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). Dirige el grupo de investigación “Habitar” y coordina el máster de Teoría y Práctica del Proyecto de Arquitectura en la Escola Tècnica Superior d’Arquitectura del Vallès (ETSAV). Ha sido profesor en diversos centros universitarios y es colaborador habitual de la revista Quaderns d’Arquitectura i Urbanisme y el suplemento Quadern del diario El País. Autor de diversos libros, entre ellos se encuentran Le Corbusier: obras y proyectos y Casa Collage (con Pere Fuertes), ambos publicados por la Editorial Gustavo Gili.
Francisco Javier Sáenz de Oíza era un genio. Sí, un genio. En todas las acepciones de la palabra, incluso en la de «tener mucho genio».
Siempre decía cosas ingeniosas, creativas, estimulantes. Era imposible saber qué fértiles asociaciones de ideas iba a hacer, y eso hacía su discurso apasionante.
A no ser que te tocara terminarle una frase. Eso era angustioso.
A veces tenía un chispazo brillante, lo insinuaba y pretendía que alguien de entre los presentes lo rematara. Imposible.
¿Cómo saber qué era lo que se le había ocurrido?
Francisco Javier Sáenz de Oíza | arquitectamoslocos.blogspot.com.es
Una vez, en un curso de doctorado, mencionó de pasada un problema cotidiano que tenía con su caja de compases, y preguntó cuál era la solución. A mí (como supongo que al resto de alumnos) se me ocurrió una respuesta evidente de puro tonta, pero me abstuve (como los demás) de decirla en voz alta. Oíza insistió: Quien diera con ella tenía aprobado automáticamente el curso. Nadie dijo nada. Decepcionado por tener unos alumnos tan lerdos, el maestro dio la solución: Era la que supongo que habíamos pensado todos.
Pero con Oíza eso no era lo normal. Podría haber sido cualquier cosa. Y si no acertabas te exponías a su durísima (por aguda, divertida y mordaz) crítica. Y nadie era capaz de resistir eso.
(Aparte de que, de haber acertado, a ver quién era el guapo que le decía luego que cumpliera su promesa).
A Oíza le gustaba dar cursos sobre «vocabulario arquitectónico» o, mejor dicho, sobre «conceptos básicos sobre los elementos arquitectónicos». Reflexionar sobre qué era un muro, una cubierta, un hueco, una columna, etc. Lo hacía con un ánimo constructivista, concreto y práctico, como para explicar las bases, pero lo bañaba todo de poesía, de espacio, de creación, de filosofía de la habitación humana.
Eran unas clases apasionantes, en las que desde la necesidad estructural del muro de carga y desde su realidad constructiva, se llegaba al espacio y a la definición de las condiciones de vida y función.
Era algo extraordinario.
Oíza adolecía de falta de orden y rigor expositivos. Era incapaz de desarrollar un programa coherente. Pero eso no tenía la menor importancia, porque a cada frase te sugería mil ideas y te abría mil caminos, y cada historia que se salía del temario previsto te sumergía en la aventura. Siempre era mucho mejor el destino encontrado que el previsto.
Lo malo, como digo, es cuando pretendía que alguien le siguiera la idea. Nadie era capaz de hacerlo.
Una vez, en uno de estos cursos, le propuso a su profesor ayudante Francisco Alonso (el magnífico Pacoalonso) que diera una lección sobre «la puerta».
Paco Alonso se preparó el tema con la dedicación y perseverancia acostumbradas en él, y dio una charla exhaustiva y magistral sobre la puerta: Tipos de puerta (correderas, abatibles, basculantes, pivotantes…); materiales (madera, vidrio, acero, aluminio, piedra…), sistemas, cierres, estilos, etc, etc, etc.
La charla duró sus buenos tres cuartos de hora, durante los que Oíza asistió atento y callado. Al terminar, todo el mundo esperaba la felicitación del maestro y, acaso, un par de frases para poner la guinda.
Pero no fue así. Oíza se levantó y le dijo a Paco Alonso que se había equivocado completamente. Que la puerta no es la membrana que cierra el hueco, sino el hueco. La puerta es la apertura. La hoja anula la puerta, quiere que el hueco vuelva a ser muro, que deje de ser puerta. La hoja abatible, pivotante, basculante, etc, lucha contra la puerta.
La puerta es puerta cuando está abierta. Todo lo demás es no-puerta.
«No te has enterado de nada».
Paco Alonso argumentó, habló, expuso, razonó. Pero ya era todo inútil. (En mi modesta opinión, Oíza tenía toda la razón, pero fue innecesariamente cruel. Podía haber intervenido al principio y haber reconducido la charla de su ayudante, o haberla convertido en un fértil debate).
Hace poco, Santiago de Molina ha escrito una reflexión sobre la puerta. Me pareció muy hermosa y os animo a que la leáis. Creo que a Oíza le habría gustado mucho. «Las puertas dejan pasar ríos».
José Ramón Hernández Correa
Doctor Arquitecto y autor de Arquitectamos locos?
Toledo · febrero 2013
En estos tiempos convulsos de leyes demoledoras y esclavos disfrazados de falso autónomo, permitan a este minúsculo blog relajar el ambiente intentando contestar a una de las grandes preguntas de la humanidad: ¿por qué es mala la mala arquitectura?
Dice un famoso corolario, atribuido creo yo a todos los profesores de la escuela de arquitectura, que “sobre gustos hay mucho escrito, el problema es que a la gente no le gusta leer”. En esta serie, dedicada a los más variados espantos arquitectónicos intentaremos huir de argumentos manidos y fobias preconcebidas. Simplemente vamos a intentar explicar, desde nuestro humilde punto de vista, cuales son algunos de los males de esta profesión nuestra.
Y hablando de corolarios, es importante evitar ver la paja en el ojo ajeno, sin que a uno le moleste la viga en el propio. Así que empecemos por la autocrítica. El artefacto de la foto que sigue es obra (al menos en parte, de un servidor). Y sí, es malo. Malo con ganas. Pero, ¿por qué es malo?
Fotografía: Alberto Ruiz
La explicación (que no excusa) viene por lo que podemos llamar síndrome de “obediencia debida”. Se mezclan un arquitecto joven y con ideas poco claras, con uno de aquellos jefes de estudio de colmillo retorcido y, sobre todo, con un cliente de planteamientos algo “caprichosos”. El resultado: una mezcla de esquemas funcionales basados en el fascinante mundo oriental del feng-shui (tan apropiado para un edificio en la mancha), con modificaciones “al vuelo” del programa, los acabados, los usos previstos y el presupuesto de la obra y, para rematar el pastel, la intervención a última hora de un prestigiosísimo estudio de interiorismo que terminó por decidir que el espíritu de la obra necesitaba una decoración de estilo tailandés. Estoy convencido de que, el hecho de que el otro negocio del ínclito decorador fuera una empresa de importación de muebles orientales no tuvo nada que ver.
En tan propicio caldo de cultivo, la labor de aquel joven y desubicado arquitecto era, básicamente, decir que sí. Las visitas de obra consistían en pasear por aquel secarral manchego con la propiedad y el jefe del estudio anotando las últimas ocurrencias de ambos, para ponerlas en práctica a la mayor brevedad, sin importar la viabilidad técnica, ni por descontado, el correspondiente desfase presupuestario. Obvia decir que el mencionado desfase presupuestario se volvió algo más importante cuando desapareció la financiación antes de terminar la obra, pero ese es otro tema.
Aquel joven y desubicado arquitecto nunca se decidió a decir en voz alta que aquello le parecía una barbaridad. Y tragó. Y firmó. Y nunca llegó a defender que su criterio, acertado o no, debía tener importancia en el proceso de construcción de aquel, o cualquier otro, edificio. Y durante un tiempo se indignó cuando escuchaba a alguien criticar al arquitecto responsable de algún otro espanto porque seguro que el pobre no tuvo la culpa, que fueron las presiones, que él quería hacer algo estupendo pero apareció algún decorador desalmado que lo estropeó todo…
Pero el joven y desubicado arquitecto tenía (y tiene) una responsabilidad, aunque no le hayan preparado para ella. Una responsabilidad hacia su cliente al que, por muy caprichoso que este sea, a veces hay que decir no. Una responsabilidad hacia la sociedad (en este caso la de aquel adorable pueblito manchego) que tendrá que sufrir o disfrutar sus edificios. Y una responsabilidad hacia su profesión. Que ya sabemos que en este país todos somos críticos de arte y seleccionadores de fútbol y todos los arquitectos posamos para las fotos con foulard y tenemos palco en el open de tenis.
Alberto Ruiz. Arquitecto, docente e investigador
Madrid. Mayo 2013
P.D. La redacción de este blog quiere hacer notar que ningún decorador fue maltratado durante la redacción de este artículo.
La película «Recordando a Coderch» es un retrato coral sobre el arquitecto como ser humano. Dirigida por Poldo Pomés, recoge los testimonios de aquellos que trabajaron con Coderch, que le conocieron, o que luego han hecho aportaciones significativas al estudio de su obra. Lejos de las etiquetas, aparece un hombre amado y respetado por quienes le conocieron bien. Un retrato coral sobre un hombre complejo, recto, a veces severo, siempre honesto, libre, generoso y transparente, en la que han participado, entre otros, Federico Correa, Óscar Tusquets, Oriol Bohigas, Carlos Ferrater y Rafael Moneo.
Dirección: Poldo Pomés, a partir de una idea de Ginés Górriz, Pati Núñez y Elina Vila.
Producción: MINIM.
Guión y entrevistas: Pati Núñez y Ginés Górriz.
Edición: Poldo Pomés.
Con la participación de: Antonio Armesto, Josep María Ballarín, Josep Benedito, Oriol Bohigas, Pepe Coderch, Federico Correa, Emilio Donato, Carlos Ferrater, Carlos Fochs, Josep Llinàs, Joan Margarit, Rafael Moneo, Víctor Rahola, Josep Maria Rovira, Jesús Sanz Masdeu, Jesús Sanz Luengo, Enric Soria, Óscar Tusquets y Jordi Viola.
Agradecimientos: Ana Coderch, Fernando Amat, Leopoldo Pomés, Robert Terrades, Jaume Prat, Gerardo García-Ventosa.
“En el mundo homogéneo en el que las herramientas son armas que sirven sólo para cortar por lo sano, instantáneamente, la obra de Flores & Prats se demora y demora en una experiencia desarmada, en la que la herramienta se forma en la mano, y la obra en la mano y la herramienta, continuamente.
Su obra parece oponerse a cualquier corte, sin dramatismos, a pesar de que las circunstancias la han enviado por lo general a los márgenes, a las tierras de nadie y a las periferias, o sea, a los lugares donde el corte parece ineludible, irremediable. Su trabajo parece afirmar que sólo atando y desatando crece la experiencia, es decir, lo verdadero. Hacer y usar: una cosa transforma a la otra, y viceversa”.
Juan José Lahuerta
Pensado a mano. La arquitectura de Flores & Prats
Es una monografía que recoge nuestros trabajos a lo largo de los 15 años del estudio de Flores & Prats, pero sobre todo es un libro que trata de cómo se trabaja en el estudio, pensado a mano.
Para que esto pueda estar bien explicado en el libro, hemos colaborado directamente con Arquine en la compaginación y edición del material, y el resultado nos gusta mucho.
Contiene un texto crítico de Juan José Lahuerta, y aportaciones de Miquel Adrià, Adrià Goula, Joan Enric Prats, Cesc Segura, Manuel De Solà-Morales, Manuel Arguijo, Carlota Coloma, Adrià Lahuerta, Soraya Smithson Miralda y Toni Casares.
BeeFree es una aplicación online gratuita y disponible en varios idiomas (actualmente inglés, español e italiano) para diseñar emails HTML que se adaptarán al tamaño de la pantalla que los reciba.
Es un editor de sencillo manejo que dispone de varias plantillas tipo para crear emails, para informar de novedades o productos. La interface permite, de una forma muy intuitiva, diseñar el email tipo que se enviará a los suscriptores. Es posible alterar las plantillas predefinidas, plantillas, colores, fondos, imágenes, textos… Tiene como peculiaridad que adapta a los emails a los dispositivos móviles.
Siempre es importante conocer opciones que ayuden a mejorar la imagen que mostramos en los boletines.
Se trata de una vivienda con un uso ocasional concebida en su volumetría, composición y materiales de acabado exterior como un almacén agrícola.
Se construyen cerramientos ligeros que permitan alcanzar condiciones interiores de confort en el mínimo tiempo posible e incorporan un sistema de correderas que posibilitan cerrar totalmente la edificación.
Se resuelve mediante un volumen compacto de planta rectangular con cubierta a dos aguas. Aunque acoge dos niveles, la altura de «cornisa» equivale a la habitual en las construcciones de planta baja del entorno.
Se ejecuta mediante una construcción sencilla que pone acento en la facilidad de montaje basada en un primer orden estructural de cuatro pórticos metálicos situados a tres metros de distancia sobre los que apoyan escuadrías de madera que sirven como pontones de piso o correas de cubierta.
Un único tipo de panel «sándwich» resuelve la hoja interior de toda la envolvente solucionando el acabado, el aislamiento y la base para la fijación del rastrelado.
Éste conforma la cámara de aire ventilada y se utiliza como sujeción de la tabla de abeto que funciona como revestimiento de la cara exterior del cerramiento vertical y como base para la chapa de zinc de la cubierta.
Obra: Casa de Campaña
Autores: Arrokabe arquitectos [Óscar Andrés Quintela, Iván Andrés Quintela]
Emplazamiento: Galicia, España
Año: 2005
Fotografías: Bernardo Diéguez y Arrokabe Arquitectos + arrokabe.com
Frente a las formas de horror (malignas o » kitsch » ), frente al horror de las formas falsas, fáciles y retro-sentimentales (formas mitad liberales, mitad fascistas), se ofrecen aquí once lecciones para una sola ecuación poética, es decir, antiartística: Arquitectura = Civilización = Racionalidad = Modernidad.
Quizá ella nos pueda proteger del obsceno facilismo cómico, decorado y plebeyo que nos rodea.
Lejos de las Artes y las Culturas, lejos de los Monumentos, Mitos, Estilos y Lenguajes, la escasa arquitectura auténtica es, sobre todo, asunto poético, esto es: construcción industrial, racional, objetiva, civil y panhumana.
‘Somos nuestra memoria,
somos ese quimérico museo de formas inconstantes,
ese montón de espejos rotos.’
JL Borges
Quizás vivir no sea más que una eterna construcción de recuerdos. Nos empeñamos en anticipar la melancolía que nos traerá la memoria, proyectando nuestro futuro pasado.
Quizás por eso, cuando Enric Miralles hizo su pequeño Kolonihavehus, una casita de no más de 6 m2, una piedra en miniatura en un paisaje bonsái, decidió que tenía que ser un calendario. Así, quedaría registrado el paso del tiempo, que en definitiva, es lo que somos. De lo que estamos hechos.
Quizás, colocó la casa junto a un cerezo para que fuesen sus biorritmos los que anunciasen que el tiempo, a su paso, iba construyendo sus vidas y arquitecturas. Un almanaque nos recuerda que los claveles estarán abiertos los fríos días de Diciembre y disfrutaremos de los nenúfares las mañanas de Junio. Construir un entorno, casi como un reloj de arena, como un instrumento de medida del tiempo.
Quizás también, el crecimiento fugaz de su hija Caterina le hipnotizaba tanto, que quería que el mundo creciese con ella, y así, también su casa. Como un vestido que abraza los movimientos de la pequeña inquilina, que cuando se escapa de su piccolo mondo e interrumpe la charla de sus padres alrededor de una mesa, se siente aun más pequeña. Mucho más. Y también él, cuando asiste como invitado de excepción al religioso ritual que es el juego para un niño, se siente ajeno, de otro tiempo.
Quizás, consciente de la caducidad del tiempo y la eternidad de su recuerdo, decidió que un proyecto es mucho más que sí mismo, es cada uno de los seres que lo constituyen. Y por eso, en la lista de autores del proyecto, Caterina Miralles Tagliabue ocupa un lugar privilegiado.
Quizás este pequeño Kolonihaven no sea nada más que la manera en que Enric Miralles veía pasar la vida. Un constante mirar de izquierda a derecha, sin gafas.
Quizás, como suele ocurrir cada vez que me acerco a Enric Miralles, todo lo anterior solo sea un tremendo quizás.
«En las catedrales ya nadie reza fuera de las horas preestablecidas. Ningún creyente se abandona al recogimiento siquiera un instante durante su paseo turístico. Es posible que hayamos perdido hasta nuestra capacidad de emocionarnos —de llorar, dice James Elkins— también frente al hecho artístico. Y la hemos perdido porque carecemos del tiempo necesario, porque no regresamos a ver, porque despreciamos lo que tenemos cerca y apreciamos lo que está lejos. Porque nuestros museos y monumentos, con su masificación y su iluminación cuidada, con su orden, con sus programas guiados para turistas, nos alejan de cierto sentimiento trascendente, sea el que sea para cada uno».
Hace casi una década, a raíz del proyecto de un centro de arte contemporáneo, escribí una pequeña reflexión sobre el papel de los museos en la sociedad actual. Entonces tomé de Magritte una metáfora para simular la contradicción imperante en el panorama museístico del momento, dónde coexistían dos hechos aparentemente opuestos: eran instituciones inmersas en una gran crisis y, sin embargo, nunca en la historia habían despertado tantas expectativas.
La riqueza de la paradoja se manifestaba también en el concepto de «museo de arte contemporáneo»: por una parte, nos remite a un lugar dónde se almacenan objetos para ser examinados, conservados y, en cierta manera, congelados en el tiempo; por otra, el arte contemporáneo reclama convertirse en algo cada vez más conceptual, público, e incluso efímero.
Progresivamente, los avances tecnológicos permiten el acceso libre desde cualquier lugar del mundo a una inmensa galería virtual con obras artísticas de todos los tiempos, generando un nuevo tipo de museo, una estructura intangible, abierta y compartida dónde los creadores edifican sus parcelas y dónde cualquier individuo puede convertirse en autor, como reclamaban muchos artistas.
El museo actual ha querido buscar otros caminos alternativos, complementarios al espacio expositivo: ciclos de actividades, talleres didácticos, mediatecas, tiendas y cafeterías… mientras intenta pervivir como el lugar dónde cada persona pueda tener un encuentro directo, vivo y personal con la obra de arte.
Recientemente he podido leer el interesante libro de Estrella de DiegoRincones de postales, dónde dedica el capítulo «Focos sobre la historia: museos y catedrales» a reflexionar sobre la actualidad de estos espacios, observando cómo han cambiado los museos porque su público también se ha transformado, ese público que retrata magistralmente Struth en sus series fotográficas.
«No solo son ahora mucho más abundantes, sino mucho más distraídos, piensan en sus cosas mientras el guía o la autoguía, muy popularizada, va explicando las salas. Da igual lo que tengan delante, nada consigue atraparles genuinamente».
Y así, mientras el visitante pierde la capacidad de emoción, los museos siguen proliferando por todo pueblo y ciudad, invadiendo lugares y recursos públicos independientemente del interés de su contenido. O incluso más grave: tristemente vacíos.
Hace una década escribí que el museo debería ser un lugar acogedor, dónde lo más importante fuera lo expuesto en su interior y no el propio museo, y que su presencia en una ciudad debía ser la de un organismo vivo abierto a la gran diversidad de manifestaciones que la sociedad pudiera ofrecer, desdibujando las fronteras entre lo privado y lo público, entre la obra de arte y la cultura de lo cotidiano, y ahora añado: dónde el visitante recupere la capacidad de emocionarse porque, como bien lo expresó Estrella de Diego, «cada vez quedan menos lugares donde soñar».
Antonio S. Río Vázquez . Doctor arquitecto
A Coruña. noviembre 2014
Somos Paisaxe es una iniciativa de divulgación que trata de acercar los paisajes y las personas a través del re-conocimiento de los elementos que las componen, la comprensión de sus dinámicas y procesos y la actuación por la puesta en valor del carácter competitivo que tienen los Paisajes Gallegos.
Un paisaje es un espacio que es percibido y podríamos decir que la percepción es algo dinámico dado que no todos los observadores perciben lo mismo. Sin embargo el paisaje no es so percepción es algo más: es el resultado siempre inestable de una dinámica en la que intervienen elementos bióticos, abióticos y antrópicos. Po eso, sí bien es importante el perceptivo en la comprensión de los paisajes, parece te convine ir más allá y entrar también en su dialéctica concreta fruto de una morrena de elementos, factores y procesos a lo largo del tiempo.
Uno de los principales característicos de Galicia es su riqueza paisajística. Su situación geográfica en el planeta, la cercanía del océano y la existencia de las altas sierras orientales, una contrastada morfología, los millares de ríos que surcan este territorio, la presencia de rocas graníticas y louseñas, así como un variado mosaico climático y una elevada diversidad biológica, configuran una riqueza paisajística única e irrepetible.
El Convenio Europeo del Paisaje desplaza la mirada desde los espacios singulares, hacia los ordinario, los vividos por la mayoría de los ciudadanos. Esta universalidad del paisaje está ligada nuestra calidad de vida, al derecho ciudadano de disfrutar de unos paisajes armónicos. La ley de protección del paisaje de Galicia, pretende, en sintonía con este principio, darle forma a la voluntad de nuestra sociedad de poder intervenir en las transformaciones paisajísticas, garantizando la preservación de los suyo valores.
Existen planteamientos, modos de vida y formas de hacer que proponen una relación más equilibrada entre el ser humano y el planeta. La mayoría de ellos, sin embargo, no han sido desarrollados por grandes compañías ni disponen de altos presupuestos gubernamentales. En muchos casos se trata, por el contrario, de personas anónimas organizadas en redes, de profesionales que desarrollan nuevos sistemas fuera del mercado o de individuos que han decidido actuar por su cuenta. Los llamamos Agronautas.
http://youtu.be/0lwK-odnN1k
Un documental de Juan Dopico Massobrio y Pez Estudio.
Agronautas [Documental] es una película documental fruto de la primera fase de exploración del proyecto Agronautas. Durante 2011 y 2012 se registraron 40 experiencias colectivas, un total de 56 personas que desarrollan iniciativas que reformulan la relación entre las personas y el medio natural, ya sea a nivel individual, en comunidades o a través de su actividad profesional.
Agronautas [Documental] recoge los mejores momentos de estas entrevistas con el objetivo de difundir proyectos y actividades basadas en la minimización del impacto humano sobre el entorno, así como del consumo de recursos y energía. Estas opiniones y experiencias, pese a su importancia como beneficio colectivo, resultan muchas veces poco visibles para la ciudadanía. El proyecto es un primer paso de investigación y pretende abrir el debate y la reflexión sobre la reformulación de los intercambios de las personas con el medio ambiente de una manera holística.
Agronautas [Documental] está registrada con licencias libres, con el objetivo de ser ampliamente difundida.
El documental está dividido en cuatro bloque temáticos: Agricultura, Energía y Ecología, Arquitectura y Tecnología, y Política y Sociedad
Agricultura: Se abordan algunas de las problemáticas y alternativas presentes en relación al sector: agricultura ecológica, redes de semillas, alimentos transgénicos, agroindustria, grupos de consumo, soberanía alimentaria, huertos urbanos.
Energía y Ecología. A través del testimonio de los “agronautas” entrevistados se hace un repaso sobre temas como la globalización, el agotamiento de recursos, el decrecimiento, las energías renovables, el consumismo, la dicotomía natural-artificial o el equilibrio con la naturaleza.
Arquitectura y Tecnología. Se proponen alternativas para que la utilización de ambas disciplinas suponga un equilibrio con la naturaleza y con la sociedad. En este sentido, los testimonios se centran, entre otros, en la bioconstrucción, autoconstrucción, ecoconstrucción, arquitectura genética, arquitectura algorítmica y las nuevas tecnologías.
Política y Sociedad. Se plantean alternativas al sistema político actual así como posibles soluciones para salir de la crisis global actual. Los modelos horizontales, los sistemas de participación ciudadana, las colonias colectivizadas, las alternativas al sistema capitalista o los movimientos sociales son algunos de las opciones tratadas.
Los premios Is Arch para estudiantes de arquitectura llegan a su quinta edición. Hasta el 16 de febrero se pueden presentar los proyectos, trabajos académicos realizados dentro del marco universitario, y los tres proyectos ganadores se repartirán 6.000 € en premios. El jurado está formado por arquitectos de estudios internacionales como Foster and partners, Ateliers Jean Nouvel, OMA, Benedetta Tagliabue o Kengo Kuma & Associates.
IS ARCH nace de la inquietud de dos estudiantes de arquitectura de la ETSAB (Escuela técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, de la Universidad Politécnica de Cataluña) por crear una plataforma internacional de difusión y debate de las soluciones aportadas por los alumnos de Arquitectura dentro del marco de la universidad.
Los Premios IS ARCH quieren alentar a los más jóvenes en el debate arquitectónico desde su particular punto de vista, entendiendo que ésta será la concepción de la Arquitectura del futuro.
Los Premios IS ARCH tiene dos años de vida, ya se han llevado a cabo cuatro ediciones y actualmente está vigente la quinta. En este tiempo se han presentado a los premios cerca de 1.000 proyectos de estudiantes de todo el mundo, se han dado premios por valor de 20.000 €, hemos conseguido el apoyo de partners como Roca, HP, Editorial Gustavo Gili, Sika, Vinçon, On Diseño etc., y el soporte también de muchas revistas, bloggers y medios del sector.
El terreno, con forma de L, pronunciada pendiente en diagonal y magníficas vistas al norte y al oeste es el punto de partida del proyecto.
La vivienda consiste en dos volúmenes maclados que se sitúan en el vértice de la L, dividiendo de esta forma el terreno en una serie de espacios bien acotados con usos diferenciados según su altura, topografía, soleamiento y vistas.
Se establecen dos niveles, uno de entrada a la cota inferior, y un nivel principal contiene las zonas de estar y la piscina.
La llegada a la casa se produce a través de los restos de una edificación existente en la cota inferior de la parcela, los arranques de sus muros y una gran roca se utilizan como zona de aparcamiento.
Hacia esta zona, la casa abre dos huecos, la entrada, que se protege con un voladizo de hormigón, y un asiento ventana que permite una vista panorámica sobre Bueu desde el dormitorio principal.
En la planta principal el volumen se perfora en dos de sus frentes, norte y sur, haciendo que la sala principal sea una zona de unión entre las zonas bien soleadas y el mar, que de esta forma tiene una fuerte presencia en todo este nivel.
La geometría de la cubierta hace que este espacio tenga una gran altura en su punto de unión con el volumen que contiene la escalera y el dormitorio principal, equilibrando la dirección norte sur con la orientación este, que marca el acceso y la presencia de la ciudad.
Una piscina de hormigón en el sur y una grada en la salida norte completarán la intervención, dando forma a las zonas de estar exteriores.
Obra: Vivienda en Bueu
Localización: A Carrasqueira, Bueu, Galicia, España
Arquitectos: Villacé y Cominges (José Villacé y Martín de Cominges Carvallo)
Aparejadores: Jordán Romero Sobral, Sancho Páramo Cerqueira
Colaboradores: María Pintos Pavón, Verónica Gallego Sotelo
Estructura: Antonio Reboreda Martínez
Constructora: Construcciones Antón
Promotores: Carolina Bernárdez Pena, Miguel Chapela González
Fotografías: Manuel G. Vicente
arquia/próxima es el programa cultural de la Fundación Arquia, concebido para ofrecer apoyo a los arquitectos españoles en los diez primeros años de ejercicio profesional basándose en la difusión, promoción y puesta en valor de sus realizaciones y principios como profesionales.
Este volumen recoge las 120 realizaciones catalogadas por el jurado de la edición arquia/próxima 2012-2013 formado por la comisaria Eva Franch y el jurado integrado por Emilio Tuñón, Izaskun Chinchilla, Toni Gironès, Andrés Jaque y Luís Úrculo.
La cuarta edición 2012-2013 finalizó con el IV Foro arquia/próxima 2014: Fuera, que se celebró el 23 de octubre de 2014 en Granada, en el que cerca de 400 arquitectos se dieron cita en el Auditorio Manuel de Falla para debatir sobre la situación actual y futura del sector, conocer el catálogo de esta edición y los detalles de las 29 obras finalistas.
El título FUERA’ [fuera de lugar, fuera de contexto, fuera de serie, fuera lo que fuese] es tiempo de salir fuera invita a abandonar las prácticas heredadas durante los últimos años y es a la vez una llamada a volver a dentro de los espacios de responsabilidad históricos asociados con la arquitectura.
La arquitectura habita plácidamente en el ámbito de la ortodoxia, bendecida por las reglas comúnmente aceptadas por el colectivo, libre de errores o defectos. Los códigos justifican, los cánones legitiman. Aunque no siempre. La historia nos ha regalado magníficos ejemplos de arquitectura surgida desde lo que Enrique Walker califica como “lo ordinario” 1, es decir, lo cotidiano, lo popular, lo banal hasta el límite de la incorrección. Arquitectura ejercida desde la alteración del canon.
Alison y Peter Smithson finalizan en 1954 su austera y miesiana escuela secundaria de Hunstanton, Norfolk (Reino Unido), considerada el manifiesto del nuevo brutalismo. Tan solo un año después abordan un pequeño proyecto doméstico en Wattford: la casa para el ingeniero de estructuras Derek Sugden2. Su aspecto exterior renuncia a cualquier presunción de singularidad y se integra con desparpajo en el tejido anónimo de la casa suburbana, ejercicios con cubierta inclinada y fachada de ladrillo visto para una clase media de salón, cocina y cuatro dormitorios3. Sin embargo la arquitectura no entiende de materiales, programas, escalas ni ortodoxias y aparece siempre inesperada. La lectura atenta de plantas y secciones muestra mecanismos complejos del habitar; la fotografía del espacio interior revela una modernidad radical y vivificante, una contemporaneidad desarrollada desde la franqueza de la cotidianidad, sin la deliberada intervención de la arquitectura.
La incorrección puede ser una poderosa herramienta de transformación. Cuentan que Pío Baroja, gracias al uso de ciertas incorrecciones del lenguaje, fue “el iniciador más destacado de la revolución lingüística en España” 4. En este caso, como en el de los Smithson, se supera la mera provocación, la sorpresa o sencillamente la farsa: la mayor incorrección es ser uno mismo; la incorrección supone la alteridad del sistema y desde su conocimiento riguroso, propone su disponibilidad para ser otro; la incorrección supone la extralimitación, el abandono de la cautela disciplinar, salir de la cueva y explorar el extrarradio soleado de la arquitectura.
Miguel Ángel Díaz Camacho. Doctor Arquitecto
Madrid. junio 2014
Notas
1 Enrique Walker, (Ed.), Lo ordinario, Barcelona, Gustavo Gili, 2010.
2 Casa Sugden, Wattford, Reino Unido 1955.
3 El cliente rechazó una primera propuesta más ortodoxa, diríamos de “arquitectura”, lo que al parecer enojó sobremanera a Alison Smithson. El relato de Sugden aparece en el libro Alison y Peter Smithson – from the House of the Future to the house of today, editado por Dirk van der Heuvel y Max Risselada, Rotterdam, 010 Publishers, 2004.
4 F. Bello Vázquez, Lenguaje y estilo en la obra de Pío Baroja, Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 1988. Pág. 113.
ARQUINFAD convoca la 57a edición de los PREMIOS FAD 2015. El ámbito de los premios es la península Ibérica y las islas. Pueden optar a los mismos las obras acabadas entre el uno de enero y el treinta y uno de diciembre de 2014.
El período para la propuesta de obras y presentación de materiales finalizará a las 12h del miércoles día 4 de febrero de 2015.
Las categorías son: Arquitectura, Interiorismo, Ciudad y Paisaje e Intervenciones Efímeras.
El jurado de este año está integrado por:
Presidente: Victor López Cotelo
Vocales: Ignasi Bonet, Agustí Costa, Mariana Pestana, Mónica Rivera, Gabriel Valeri Bases catalán
“Paimio es un elogio de la civilización filtrada por un ideal humanista; pero, pese a esta caracterización, no puede ocultar que el destino final de todo este esfuerzo puede reducirse a acoger y tratar de reconfortar una enfermedad. Formulado en otros términos, es en el mismo descenso desde el ideal teórico del primer racionalismo hacia la realidad del sujeto individual en donde se abren las puertas para reconocer la miseria y el dolor como sus únicos elementos constituyentes”
La anterior cita aparece extraída (arrancada a la fuerza, si se prefiere) de un texto de Martí Perán a propósito del proyecto de Domènec ’24 horas de luz artificial’ realizado en 1998 y en el que se ‘recrea a escala real una habitación del hospital Antituberculoso de Paimio en Finlandia’. El texto cuestiona la arquitectura moderna y su excesiva racionalización. Esa ‘máquina de habitar’ que fuera cuestionada por el arquitecto finlandés en la búsqueda de una arquitectura más humana. Aspecto éste que puede apreciarse en citas de Aalto como:
‘No se puede estandarizarel entorno de forma simplista como un producto mecánico’
o
‘Debemos trabajar buscando cosas simples, útiles, sin adornos, pero que estén orgánicamente adaptadas al hombre corriente y en armonía con el ser humano. Se ha olvidado al hombre y, sin embargo, la verdadera arquitectura solo esta allí donde el hombre constituye el centro. Tanto su comedia como su tragedia’
y que apuntan en esa dirección. Sin embargo la ultima palabra de la segunda cita apunta a un aspecto pocas veces contenido en la arquitectura en su diseño: la noción de tragedia que ya había sido atendida por Perán en esa la miseria y el dolor ‘como sus únicos elementos constituyentes’ en pos de una arquitectura para ‘tan sólo de salvar alhombre, condenado a vivir en un hormiguero sin sentido’.
Aalto y Perán atienden a aspectos que van más allá del tema del diseño para adentrarse en aspectos sombríos y alternos de la arquitectura (moderna); ¿cómo manifestaría el dolor el espacio y la materia arquitectónica? o ¿cómo sanar el dolor o producirlo? Si atendemos a la idea que el dolor es una manifestación de lo real, de que si nos duele no podemos estar ante un simulacro (¡Ah, cuántas veces hemos oído lo de pellízcame para saber que no estoy soñando!)… ¿no serían estos espacios constituidos en su misma esencia por ‘la miseria y el dolor’ los únicos capaces de dar una confirmación de la experiencia?
Dejo la cuestión hoy abierta… pero me quedo entre una última concordancia que me expreso la cita. La silla Paimio del mismo Aalto, cuyo forma responde a la búsqueda de la forma óptima para facilitar la respiración forzando la posición del cuerpo enfermo y la que voy a denominar Silla Guantanamo, usada para obligar a “comer” a los presos del tristemente famoso centro de detención.
Aprovecho y adjunto algunos de las impresiones acontecidas en otro texto que escribí para Arquine:
Las teorías higiénicas de la modernidad eran tenidas en cuenta en todos los aspectos del diseño. La arquitecta Beatriz Colomina se ha referido ocasionalmente a la relación entre la salud y la arquitectura apuntando que
“La arquitectura moderna era entendida de forma unánime como una suerte de equipo médico, un mecanismo para proteger y mejorar el cuerpo”,
capaz de aliviar los males humanos. (…) como ha apuntado Beatriz Colomina la arquitectura, auspiciada en la modernidad, se convertiría en una herramienta para el alivio tanto físico como mental de los cuerpos (…) estamos apuntando a que la arquitectura tiene el poder de modificar a quienes en ella habitan, por lo que no sería inadmisible decir que un diseño puede repercutir en un sentido opuesto sobre esa misma persona: atacar su ánimo y desgastarlo. Por cruel que pueda parecer podemos poner ejemplos: cárceles, espacios de tortura, campos de prisioneros e incluso los mismos hospitales y sanatorios –en sus malas variantes– han sido alguna vez diseñados por alguien –tal vez un arquitecto– y darían buena cuenta de esas capacidades a la sombra de la arquitectura, donde la miseria y el dolor no sean ya sus “únicos elementos constituyentes” sino donde estos son sus fines últimos. (…)
La arquitectura o el espacio son neutrales en sí, carecen de ética; la arquitectura, abstraída a su variante mecánica, puede ser usada como elemento de cura o arma de represión. En este punto corresponderá a los arquitectos qué están dispuestos a hacer, a configurar sus propios límites profesionales (incluso éticos). Más allá de la clásica pregunta que todos podemos haber oído alguna vez:
“Tú como arquitecto, ¿diseñarías una cárcel?”
o similares, el punto está en saber en las posibles implicaciones que un diseño pueda tener.
Pedro Hernández · arquitecto
ciudad de méxico. febrero 2014
Towards Biology es una pieza creada en conjunto con Ricardo Bofill Taller de Arquitectura para la exposición «Time, Space, Existence» celebrada en Palazzo Bembo dentro del marco de la Bienal de Arquitectura de Venecia de 2014.
En Towards Biology abstraemos, bajo la perspectiva de la exposición, los valores de La Fábrica, espacio y epicentro de creación del Taller de Arquitectura desde mediados de los años 70 hasta la actualidad. Un espacio que además construye las bases y la metodología para el desarrollo de la línea creativa del taller, asentada sobre la innovación que se centra en la ecología, lo social y lo tecnológico.
Créditos:
Produced by Ricardo Bofill Taller de Arquitectura and Onionlab
Technical direction: Onionlab
Technical engineering: Lloc Audiovisuals
Space construction: Montaggio
Voice-over Italian version: Serena Vergano
Voice-over English version: Molly Malcolm
Music & sound design: Leiko
Equipo Onionlab:
Direction: Aleix Fernández
Technical direction: Jordi Pont
Producer: Joel Mestre
3D artists: Carles Munne, Pepe Vegas, Mike van der Noordt y David Mir
Compositing: Gerard Rubio y Mariane Paoleti
Hoy nos desplazamos hasta Barcelona para charlar con Viki Llinares, Jaume Asensi y Rafael Berengena, sobre su iniciativa turístico-cultural llamada ArchiBikes. Su objetivo es difundir el patrimonio urbanístico y arquitectónico de la ciudad de Barcelona a través de la selección de unos itinerarios alejados de los destinos turísticos habituales.
Para desplazarse y realizar estos itinerarios atípicos, que mejor manera que utilizar un medio de transporte en alza, sostenible y saludable como la bicicleta, que se adapta perfectamente a las condiciones naturales de la ciudad condal.
“Nos entusiasma la idea de que nuestros acompañantes, viajeros o los propios habitantes de Barcelona, puedan descubrir, o redescubrir, esta ciudad bajo una perspectiva diferente.”
Los usuarios pueden disfrutar durante los recorridos de un discurso riguroso, crítico y apasionado de las obras visitadas gracias a su formación como arquitectos, desde un punto de vista personal. Todo ello con un objetivo final:
“establecer un diálogo estimulante y enriquecedor con nuestros acompañantes”.
Os dejamos con la entrevista que les hemos realizado para que sean los propios autores, nos expliquen con detalle su propuesta.
Rafael, Jaume y Viki frente a la reconstrucción del Pabellón Alemán para la Exposición Universal de 1.929 de Barcelona, obra de Ludwig Mies Van der Rohe | “Declaración de principios”
¿Cuál ha sido vuestra formación y trayectoria profesional previa a ArchiBikes?
Los tres nos hemos formado en arquitectura, Jaume y Viki estudiamos en Valencia y Rafael lo hizo en Barcelona. También participamos en el programa ERASMUS, los tres en Portugal, Oporto y Lisboa concretamente.
Tras finalizar nuestros estudios coincidimos en Barcelona, sobre el año 2.001, donde trabajamos en diversos e importantes despachos (Mateo Arquitectura, BAAS Arquitectura, Estudi Massip-Bosch, Enric Soria, RQP Arquitectura, etc). Durante estos años Jaume también realiza estudios de doctorado en la UPC y ahora mismo se encuentra en fase de finalización de su tesis doctoral sobre “Espacios comunes en edificios de vivienda social colectiva”, para el Departamento de Proyectos Arquitectónicos.
¿Qué os llevó a poner en marcha este proyecto? ¿Por qué en este sector?
¿Pasar a menudo cerca de la Sagrada Familia, que cada día recibe miles de visitantes, y ver que al mismo tiempo hay tantas otras obras de arquitectura interesantes que “nadie” mira? Este fue sin duda alguna un motivo de peso, pero también lo fueron nuestros momentos vitales, la necesidad de transmitir conocimiento, la oportunidad de diversificación profesional, la importancia de construir nuestro propio proyecto…
¿Teníais alguna experiencia previa?
Todos nos habíamos enfrentado a defender proyectos en los que hemos trabajado y eso nos había dado cierta soltura, pero la verdad es que la experiencia previa específica es escasa. Aun así, nunca nos asustó esto, los miedos son de otra índole…
¿Os encontrasteis con muchas dificultades? ¿Cuáles fueron las más problemáticas?
Por el camino que hemos recorrido hasta ahora nos hemos encontrado con diversas dificultades, algunas muy sorprendentes como por ejemplo la reticencia del sector turístico a tener arquitectos en sus filas como “guías”, pues lo consideran “intrusismo laboral”. Y otras más previsibles como la comunicación y el marketing en un mercado en el que existen muchas opciones… Todo eso mezclado con las dificultades económicas: ¡¡¡la bomba!!! Bromas aparte, como estamos tan convencidos de que tenemos un proyecto fantástico, lo echaremos adelante cueste lo que cueste.
¿Estáis contentos con los objetivos alcanzados?
Siempre que hemos hecho un tour, durante y al final del itinerario, cuando paramos para tomar alguna cosa y charlamos un poco sobre lo que hemos descubierto juntos, la gente está contenta y éste, como decíamos antes, es el objetivo que nos mueve.
Instante del tour Montjuïc frente al Caixa Fòrum Barcelona | “Captando la atención”
¿Consideráis que estudiar Arquitectura ha sido un pasaporte fundamental para haber llegado a vuestro trabajo actual?
Sin lugar a dudas nuestra formación académica ha sido hasta ahora el pasaporte necesario para nuestra trayectoria profesional, de la que ArchiBikes es el capítulo más personal. Ahora bien, trabajo actual, si entendemos trabajo como aquello que nos genera los ingresos necesarios para vivir…ArchiBikes todavía no lo es, aunque esperamos que algún día lo sea!
¿Qué expectativas y proyectos de futuro tenéis para ArchiBikes?
ArchiBikes nace como un proyecto extensible a otras ciudades: “XXXX architecture on two wheels”. Siempre hemos contemplado el salto a Madrid, Valencia, Sevilla, Bilbao, Girona…incluso Palma ha sonado! De hecho hemos iniciado contactos con colegas arquitectos de algunas de estas ciudades, pero ahora necesitamos centrar esfuerzos en Barcelona, lanzar el proyecto definitivamente, consolidar la marca y aprender de la experiencia para evitar cometer los mismos errores con otras ciudades.
¿Compagináis o complementáis esta actividad con otras labores o en otros campos?
Si, a ninguno de los tres nos interesaba abandonar por completo la vertiente profesional que hemos desarrollado durante todos estos años y seguimos colaborando con diferentes despachos de arquitectura y de interiorismo de Barcelona.
¿Son rentables este tipo de iniciativas?¿Os sentís bien remunerados por la labor que realizáis?
Nosotros llevamos casi un año de actividad y hemos de confesar que de momento no nos resulta rentable, en el sentido de que dedicas muchísimo esfuerzo personal y un buen pellizco económico para obtener un escaso retorno. Francamente, sabíamos que una iniciativa empresarial como ésta iba a ser así… Luchamos entre los tres para que el desánimo no se apodere de nosotros y el optimismo que nos empujó a montar ArchiBikes esté siempre presente.
Final del tour Eixample en la Biblioteca Joan Oliver, obra de RCR | “Hay luz al final del túnel”
¿Animarías a otros arquitectos a seguir vuestros pasos? ¿Qué pasos consideráis que deberían dar? ¿Cómo completar sus estudios? ¿Qué otros consejos les darías?
Nosotros somos de carácter optimista y tendemos a animar a todo el mundo a emprender. Ahora bien, hay que dejarse asesorar y recurrir a otros colegas que hayan tenido experiencias similares. ¿Verdad que cuando alguien “se abría un despacho” a nadie se le ocurría que sus colegas en situaciones similares no le iban a ayudar a evitar determinados errores? Pues en otro tipo de iniciativas profesionales tendría que suceder lo mismo. Los arquitectos tendríamos que hacer “lobby en positivo”, en dar sin pensar en recibir a nivel personal.
¿Creéis que los arquitectos en España deberíamos seguir abriendo nuevas vías de trabajo para salir de la casilla más «tradicional» de proyectar dada la actual situación de la construcción en nuestro país?
Indudablemente, nunca dejará de sorprendernos que un ingeniero industrial pueda, desde controlar la logística de una macroempresa de automoción a diseñar las instalaciones de un edificio, pasando por muchísimas otras posibilidades.
Es fundamental que los arquitectos, como colectivo, logremos que la sociedad nos vea capaces de llevar a cabo todas las actividades para las que estamos preparados profesionalmente, que son muchísimas también en nuestro caso. Hemos de lograr que no se nos considere unos “intrusos” o unos “aficionados” cuando queremos hacer algo para lo que estamos más que preparados y seguramente aquí también entran las universidades, los colegios profesionales…
¿Qué opináis de los que se han ido a trabajar al extranjero?
De hecho, nosotros tres nos hemos marchado a trabajar lejos de nuestros lugares de procedencia, no tan lejos como si nos hubiésemos ido a París, Londres o Santiago de Chile, pero tampoco nos arrepentimos en absoluto.
Todos nosotros hemos hecho ERASMUS, sabemos cuan positivo es estar en el extranjero, conocer otras sociedades, otras culturas, así que no sólo no nos resulta dramático salir a trabajar al extranjero sino que creemos que puede ser muy enriquecedor. Por otro lado, resulta preocupante que esa sea la única opción y ahí es cuando hablamos de la crisisssssssss…
¿Cómo veis el futuro de la profesión?
¡Diversifica y vencerás! Además de acabar con lastres del modelo de profesión de hace años, consiguiendo por ejemplo que se regule, de una vez por todas, la situación laboral de los arquitectos que trabajan para otros arquitectos, etc, etc
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