“Ya sé, desde luego, que la Atlántida de Platón nunca existió en realidad. Por esta misma razón, nunca podrá morir. Siempre será un ideal, un sueño de perfección, una meta que inspirará a los hombres en la posteridad”.1
“Si hubiera que ampliar las investigaciones de Benjamin al siglo XX y principios del XXI, sería necesario –a parte de algunas correcciones en el método– tomar como punto de partida los modelos arquitectónicos del presente: centros comerciales, recintos feriales, estadios, espacios lúdicos cubiertos, y urbanizaciones cerradas ; los nuevos trabajos tendrán títulos como Los palacios de cristal, Los invernaderos, y, si los lleváramos a sus últimas consecuencias, quizás también Las estaciones orbitales”.2
“El aumento de la arquitectura-invernadero sugiere que la neorreacción es mucho más cercana al progresismo liberal que a otra tendencia que se nos podría ocurrir. En las sedes ecoamigables, los valores (neo)liberales en torno a la creatividad, la igualdad y la buena administración ambiental coexisten al lado y en soporte mutuo de las ansiedades autoritarias por la vida eterna y la corporativización total. Ambas tendencias convergen en la creencia, básicamente eugenista, de que la vida es algo que puede ser aprovechado, controlado y cultivado por una cuadrilla de ingenieros — los visionarios, los gurús CEO, los tipos creativos”.3
En mayo de 2019, Jeff Bezos, creador de Amazon y uno de los hombres más ricos del planeta, presentó las intenciones finales de Blue Origin —su empresa de viajes espaciales—: la conquista del espacio y la obtención ilimitada de recursos, todo ello resumido en la imagen de una enorme estación orbital.
Las imágenes de la propuesta se apropian y capitalizan un futuro ya dicho. Están basados en las ideas de un antiguo profesor universitario de Bezos, Gerard O’Neill: un mundo artificial de tamaño planetario que, gracias a la fuerza centrípeta, simularía la gravedad terrestre y propiciaría la expansión de la humanidad por el Universo.4 Las variaciones de Bezos son escasas. Casi todo permanece igual. En este reciclaje visual,5 se contienen las palabras de Karl Marx al referirse a la historia:
“todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen (…) dos veces (…): una como tragedia y la otra como farsa”.6
Las fantasías de O’Neill fueron ilustradas por Don Davis y el arquitecto Rick Guidice. Davis trabajó para la NASA, dando una imagen de aquello que la Agencia Espacial sólo era capaz de imaginar. Junto con estos trabajos, uno de sus temas recurrentes era el impacto de un meteorito contra la Tierra. La primera ‘tragedia’ de aquel suceso era que, en la mentalidad de aquella época, los sueños de expansión humana estaban conectados con la destrucción planetaria. La segunda se encontró en la imposibilidad de hacer esas imágenes reales.
Situación ahora solventable: Blue Origin — así como SpaceX, propiedad de Elon Musk — dispone de los fondos y de la intención de hacerlas realidad. Sin embargo, que sean los más ricos — y representantes a su vez del capitalismo digital más exacerbado — los benefactores de una misión ilustra la farsa: esta nueva carrera espacial no tiene tanto multas altruistas como empresariales7 y personales:
“Para los multimillonarios, el futuro de la tecnología consiste en su capacidad de huida. El objetivo es trascender la condición humana, protegerse del cambio climático, los grandes flujos migratorios [o] las pandemias globales”.8
Afrontar el fin de todo se ha convertido en uno de los grandes asuntos que se plantean los millonarios de Silicon Valley, que están haciendo todo lo que está en su mano para enfrentarse a él: desde la compra de grandes extensiones de tierra donde retirarse o protegerse en caso de necesidad a la investigación para evitar la muerte9y alcanzar la vida eterna.10 Que ese miedo a un futuro incierto se haya convertido en la definición de un proyecto arquitectónico-espacial, modelando un entorno controlado, climatizado y artificial, con el que escapar de una Tierra que parece condenada por emergencias sociales y ambientales, es una perturbadora ilusión de control. Y, en términos arquitectónicos y espaciales, este control se define, principalmente, desde tres mecanismos: la interiorización, la miniaturización y la automatización.
La interiorización supone el desplazamiento del mundo hacia un interior climatizado, clausurado y disociado del exterior. La arquitectura que da forma a este proyecto se plantea como discontinuidad, pura protección frente al medio. La megaestructura planteada por Bezos hace del interior un lugar higiénico y sano, separado del exterior, del otro, de la anomalía y de todo aquello que no puede ser integrado como parte del sistema.
Cuando el mundo se reduce a un interior protegido, de temperaturas perfectas, iluminación siempre adecuada y sin peligro al acecho, se puede, incluso y como dice Bezos, llegar a “imaginar cómo sería la arquitectura si no tuviera que cumplir su objetivo principal de refugio ”. Sin embargo, todo el conjunto opera bajo esa función principal: es un profiláctico que preserva y protege lo que queda dentro de cualquier mal exterior, todo es una burbuja, un gran refugio, en este caso seguro y estéril, frente al medio, que aquí , además, es pura imposibilidad: un vacío, la nada. La nave flota en el espacio, un lugar definido por una condición informe y oscura, sin contenido ni representación.
Dice Gaston Bachelard que uno puede poseer el mundo
“tanto más cuanta mayor habilidad tenga para miniaturizarlo”.11
Quizá, por ello, Bezos no presenta ideas nuevas de esa arquitectura que podría transgredir su función original de refugio, sino que opta por un pastiche de paisajes característicos de las llanuras de Estados Unidos y de ladrillos verdes, combinados con monumentos de Europa y Asía, llegando a copiar, incluso, edificios renacentistas de Florencia. Eso sí, todo conectado con medios de transporte de alta velocidad, presentado con panorámicas que barren todo con un simple golpe de vista. La maquinaria orquestada es un enorme Stack12 de un solo dueño — Bezos — que define una imagen articulada, simplificada, concreta y, por supuesto, cerrada de la realidad.
“Bezos quiere que su compañía espacial privada se haga cargo de la imaginación pública sobre la vida en el espacio”.13
Las imágenes operan también como un dispositivo que, desde una tecnología de cohetes y estaciones espaciales, también quiere capturar el futuro, que, de una forma ‘irremediable’, pasa por el espacio.14
“El futuro se convirtió (…) en un escenario al que estamos predestinados y sobre el que apostamos con nuestro capital de riesgo, pero al que llegamos sin más capacidad de acción”.15
El futuro tiene derechos de autor.
“La rápida automatización de la logística presenta la posibilidad utópica de crear un sistema globalmente interconectado en el que las partes y los bienes pueden enviarse de manera rápida y eficiente sin trabajo humano”.16
La intención de esta visión es recuperar el control de nuestro tiempo, porque ahora que no está en nuestras manos, sino “bajo el control de nuestros jefes, administradores y empleadores”.17 Se trata de crear un mundo en el que la gente ya no está definido y vinculado sólo a su empleo sino que sea capaz de tener tiempo y vivir su propia vida al margen de éste.
“Mediante el uso de los últimos desarrollos tecnológicos, esta economía apuntaría a liberar a la humanidad de la monotonía del trabajo ya producir al mismo tiempo cantidades cada vez mayores de riqueza”.18
Pero eso pasa por la necesidad de que la invención humana sea de dominio público y no esté en posesión de unos pocos: los medios de producción, la propiedad y la riqueza deben ser colectivizados. Sin embargo, hoy, “el desarrollo tecnológico [tiene] que ver cada vez más con la supervivencia individual que con una perspectiva de mejora colectiva”.19
Blue Origin ofrece esa versión futura y capitalizada del paraíso. Allí todo se programa con tecnología: códigos y algoritmos hacen pensar a las máquinas y les permiten dialogar entre sí sin necesidad de intervención humana. A su vez, esas máquinas son las encargadas de mantener la imagen deseada inalterable gracias a la existencia de toda una maquinaria tecnológica que le da soporte. Los videos presentados muestran cómo ese mundo estático se mantiene gracias a que existe todo un aparataje activo, invisible en gran medida desde el interior, para hacer que nada cambie: desde el giro del cilindro para recrear la gravedad a la luz y la temperatura, desde los trenes que conectan cada lugar hasta los drones que riegan los campos.20 Es, de hecho, un mundo de trabajo permanente, y en el cual éste no está ocupado por empleados humanos.
Estos, en realidad, ni siquiera aparecen. En los renders presentados hasta ahora todo está poblado por máquinas que trabajan en constante movimiento, que operan de forma eficiente y sin descanso, pero nunca hay personas, sólo máquinas que se mueven y ejecutan trabajos sin un fin claro. La falta de personas en ese futuro hace ver que nadie, salvo la propia empresa, puede realmente llegar a él.
Bajo la conjunción de los procesos de interiorización, miniaturización y automatización, combinados con las narrativas del fin de todo, la propuesta de un pequeño mundo interior sin humanos, impuesto desde una compañía privada, modela una visión corporativa, ofreciéndola, además, como el único destino.
Al reducir el progreso a un pequeño número de imágenes probables y cerradas, lo posible se limita; el futuro se cancela, alojado en un interior permanente y perpetuo, sin conflicto, y la historia se estanca.
“Allí donde el mito imagina las máquinas como un poder que conduce la historia hacia adelante, [existe la] evidencia material de que la historia no se ha movido. En realidad, la historia está tan quieta, que junta polvo”.21
La realidad se fija, y si no vemos el polvo es porque hay miles de maquinas automáticas encargadas de limpiarlo. Paradójicamente, cerca de la velocidad absoluta y el movimiento perpetuo, todo se detiene, se bloquea incluso la conciencia revolucionaria y la acción política, porque, como apunta Hannah Arendt, es esa acción la que crea la condición para el recuerdo y la historia; es lo que permite avanzar.
Al hacer el mundo más pequeño e interior, ideal y utópico desde el punto de vista ambiental y social, ¿por qué habría que luchar?, ¿qué habría que cambiar? Al definir un puñado de imágenes como lo posible se elimina la alternativa: el futuro es sólo uno de un número reducido de posibles. En consecuencia, la realidad se ha empobrecido.
“La pobreza de nuestra experiencia no es sólo pobre en experiencias privadas, sino en las de la humanidad en general. Se trata de una especie de nueva barbarie”.22
Tras la parafernalia tecnológica — y de la imagen detenida — , se oculta la explotación, que, al no verse, no existe. Igual que pasa ahora con las fábricas de Asia, con las oficinas donde la creatividad se sobreexcita, con nuestras camas o con las condiciones de trabajo en los almacenes de la propia Amazon.23
Los demás — los de-más — , así como estarían obligados a aceptarla, estarían condenados a quedar fuera de ella. Fuera, incluso, de los marcos de representación.
En este sentido, Blue Origin — así como SpaceX o los ideales detrás de las grandes oficinas corporativas y la emancipación del trabajo como empresario de sí mismo — es una herramienta fantasmagórica de extracción y acumulación — de capital, propiedades, información24 y conocimiento25— que expone la viva imagen del capital y que intenta justificar una explotación permanente de recursos (extra)terrestres, apoyándose en la defensa de protección de la Tierra y de la Humanidad y en la promesa de una utopía colectiva.
Ciudad de México. Octubre 2020
- CLARKE, ARTHUR C., 1992, Cánticos de la lejana Tierra , Plaza & Janés Editores, Barcelona.
- SLOTERDIJK, PETER, 2004, El palacio de cristal . Conferencia en el CCCB. 108 Disponible en: http://www.cccb.org/rcs_gene/palacio_cristal.pdf (Última consulta: 29 de agosto de 2019).
- MCFARLANE, KEY, 2018, El efecto invernadero: la vida en arquitectura de cristal , en HERNÁNDEZ GÁLVEZ, ALEJANDRO (Ed.) Revista Arquine №84 | Vidrio, Ciudad de México, pág. 106.
- SCHARMEN, FRED, 2019, Jeff Bezos Dreams of a 1970s Future , en CityLab . Disponible en: https://www.citylab.com/perspective/2019/05/space-colony-designjeff-bezos-blue-origin-oneill-colonies/589294/ (Última consulta: 20 de septiembre de 2019).
- Y lo mismo pasa con proyectos actuales que se desarrollan a ras de suelo. Por ejemplo, “la gran cubierta de [Google] recuerda el plan de Buckminster Fuller en 1969 para cubrir Manhattan con una cúpula geodésica, o el de Richard Rogers en 1994 para sumir el Southbank Centre de Londres bajo una carpa ondulada; toda esta idea de un gran techo tiene decididamente un aire retro”. WAINWRIGHT, OLIVER, 2015, La nueva sede de Google: un invernadero futurista actualizable , en The Guardian . Disponible en: https://www.theguardian.com/ artanddesign/2015/feb/27/googles-new-headquarters-upgradable-futuristic-greenhouse (Última consulta: 19 de septiembre de 2019).
- MARX, KARL, 2015, El 18 de brumario de Luis Bonaparte , Fundación Federico Engels, Madrid, pág. 10
- “Elon Musk fundó SpaceX porque estaba frustrado de que la NASA no nos estaba llevando a Marte lo suficientemente rápido, y preocupó de que no hubiera una segunda oportunidad para la humanidad. A Bezos también le preocupa que la Tierra se quede sin recursos”. PIPER, KELSEY, 2018, El caso contra la colonización del espacio para salvar a la humanidad , en VOX . Disponible en: https://www.vox.com/future-perfect/ 2018/10/22/17991736/jeff-bezos-elon-musk-colonizing-mars-moon-space-blue-origin-spacex (Última consulta: 20 de septiembre de 2019)
- Douglass Rushkoff, profesor en la Universidad de Nueva York especializado en la cultura digital, cuenta que, al ser invitado a una charla por inversores interesados en el futuro de la tecnología, tuvo que responder a: “¿Qué región se vería menos afectada por la crisis provocada por el cambio climatico? ¿Realmente Google está construyéndole a Ray Kurzweil un hogar para albergar su mente? ¿Logrará su conciencia sobrevivir a la transición, o por el contrario perecerá y renacerá una completamente nueva?” RUSHKOFF, DOUGLAS, 2018, La supervivencia de los más ricos y cómo traman abandonar el barco. Disponible en: https://ctxt.es/es/20180801/Politica/21062/tecnologia-futuro-ricos-pobres-economia-Douglas-Rushkoff.htm (Última consulta: 20 de septiembre de 2019)
- Por ejemplo, Peter Thiel, cofundador de Paypal, se realiza transfusiones de sangre con la esperanza de evitar el envejecimiento. Véase: BERCOVICI, JEFF, 2016, Peter Thiel está muy, muy interesado en la sangre de los jóvenes , en INC . Disponible en: https://www.inc.com/jeff-bercovici/peter-thiel-young-blood.html (Última consulta: 20 de septiembre de 2019).
- “La vida sintética es sin duda uno de los productos posibles de la evolución del control tecno-burocrático, de igual manera que el retorno del planeta entero al nivel inorgánico es (…) otro más de los resultados posibles de esta misma revolución que toca a la tecnología de control”. BENIGER, JAMES R., 1986, The Control Revolution , citado en TIQQUN, 2015, La hipótesis cibernética , Acuarela & Machado, Madrid, pág. 75.
- BACHELARD, GASTON, 2000, La poética del espacio , Fondo de Cultura Económica, Ciudad de México, pág. 186.
- BRATTON, BENJAMIN H., 2015, The Stack , Instituto Tecnológico de Massachusetts, Cambridge.
- SCHARMEN, FRED, 2019, Jeff Bezos Dreams of a 1970s Future , en CityLab , op. cit.
- ANDERSON, DAVID y ORWIG, JESSICA, 2019, Vea a Jeff Bezos revelar el plan detallado de Blue Origin para colonizar el espacio en Bussiness Insider . Disponible en: https://www.businessinsider.com/jeff-bezos-reveals-blue-origin-future-spaceplans-2019-5 (Última consulta: 20 de septiembre de 2019).
- RUSHKOFF, DOUGLAS, 2018, La supervivencia de los más ricos y cómo traman abandonar el barco , op. cit.
- SRNICEK, NICK y WILLIAMS, ALEX, 2017, Inventar el Futuro. Poscapitalismo y un mundo sin trabajo , Malpaso Ediciones, Barcelona, pág. 321.
- Ibíd, pág. 107
- Ibíd, pág. 137.
- RUSHKOFF, DOUGLAS, 2018, La supervivencia de los más ricos y cómo traman abandonar el barco , op. cit.
- METRO, 2019, Video: Jeff Bezos quiere construir hábitats espaciales gigantes . Disponible en: https://metro.co.uk/video/jeff-bezos-wants-build-giant-space-habitats-1924776/ (Última consulta: 20 de septiembre de 2019).
- BUCK-MORSS, SUSAN, 1995, Dialéctica de la mirada: Walter Benjamin y el proyecto de los Pasajes , Machado Libros, Madrid, pág. 112.
- BENJAMIN, WALTER, 1982, Experiencia y pobreza , en Obras II/1, Abadá, Madrid.
- “La externalización de la pobreza y del veneno no desaparece por el mero hecho de que nos pongamos unas gafas de tres dimensiones y nos sumerjamos en una realidad alternativa. Cuanto más ignoremos las repercusiones sociales, económicas y ambientales, más problemas se tornarán. Esta situación genera una dinámica de mayor repliegue, aislamiento y fantasías apocalípticas, a la par que la necesidad de inventar desesperadamente más tecnología y planes de negocio. El ciclo se retroalimenta a sí mismo”. RUSHKOFF, DOUGLAS, 2018, La supervivencia de los más ricos y cómo traman abandonar el barco , op. cit.
- Por ejemplo, Jeff Bezos es dueño del periódico The Washington Post .
- Siguiendo con Amazon, una parte importante de la compañía es Amazon Web Services, un proveedor de servicios en la nube que es usado por importantes empresas y periódicos como lugar de alojamiento. Amazon es, por consiguiente, la propietaria del espacio donde se almacena gran cantidad de información.