“El viaje es el encuentro de algo que andamos buscando, sin saber qué es con exactitud. Es la búsqueda de un lenguaje con el que ser capaz de dibujar las sombras de nuestras ideas. Moviéndose en el espacio y en el tiempo, el viaje no es sino la historia que nos plagia; es la dilatación de nuestra pupila la que ilumina el espacio y allí encontramos lo desconocido revestido de intimidad”.
Luis Moreno Mansilla (1959 – 2012), “Apuntes de viaje al interior del tiempo”
Sí hoy hablaremos de viajes, pero no cómo hacerlos o a dónde podríamos ir (si eso es lo que buscáis, podréis encontrarlo en esta sección en entrevistas anteriores), si no sobre los mapas, esos objetos que utilizamos antes, durante y posteriormente a una de estas escapadas.
Del clásico mapamundi de chinchetas al mapa magnético en el que marcar tus viajes por el mundo, así podría definirse el proyecto Mapnético que ha desarrollado dos jóvenes arquitectos malagueños, Marina Díaz García y Daniel Natoli. Su pasión por los viajes y los objetos ha cristalizado en el desarrollo de un mapamundi imantado, una evolución del clásico de corcho o de papel con chinchetas o alfileres.
“¿A quién no le gustaría indicar sobre un mapa aquellas vacaciones inolvidables o aquellos lugares a los que desearía viajar alguna vez en la vida?”
Sobre este mapa podrás colocar de forma precisa gracias a los distintos colores de imanes las ciudades, países, y todo tipo de rutas viajeras que hayas visitado o pretendas realizar, de forma personalizad por lo que dispones infinitas posibilidades.
Todos conocemos el clásico mapamundi de corcho o de papel en el que a los más viajeros les gusta planificar sus rutas por el mundo con chinchetas o alfileres. Sin embargo, Mapnético ha reinventado ahora este mapa y lo ha convertido en un mapamundi imantado de diseño en el que es posible colocar imanes de forma precisa en todas las capitales o ciudades que hayas visitado o trazar el camino de todas tus rutas por el planeta.
¿Y qué más?… Pues seguid leyendo estimados lectores, os vais a quedar totalmente sorprendidos.
¿Cómo se definirían Marina y Daniel?
Arquitectos licenciados por la Universidad de Málaga a finales de 2013, Marina trabajó para distintos estudios de arquitectura en Dinamarca y Finlandia antes de regresar a su ciudad natal y reencontrarse con el sol. Dani compagina el cine con el diseño web, aunque su curiosidad por explorar otros campos es casi infinita. Para ambos, viajar es casi una necesidad porque les hace sentir que están vivos. En ese sentido, Mapnético no es más que el resultado profesional de esta pulsión, una nueva ventana que se abre para poder mirar hacia otros horizontes.
¿Cómo, cuándo y por qué surge Mapnético?
La idea concreta de Mapnético surge dando un paseo por las calles de Tallin (Estonia), en 2015.
A raíz de una experiencia previa que tuvimos con el diseño de una mochila, a menudo pensábamos en crear una marca o estudio dónde pudiéramos idear objetos y comercializarlos. Esto unido a nuestra pasión por viajar hizo que aquella fría mañana acabáramos combinando diseño + viajes y se nos ocurriera crear un mapa magnético dónde poder marcar las ciudades o países visitados con imanes de colores.
¿Os encontrasteis con muchas dificultades? ¿Cuáles fueron las más problemáticas?
Estuvimos casi un año investigando materiales magnéticos: sus procesos de fabricación, sus costes, sus acabados, su funcionamiento… teníamos claro que queríamos hacer un objeto de calidad y eso nos llevó muchas horas de indagación y testeo.
Sin embargo, aunque invertimos bastante tiempo en la fabricación del mapa, lo más difícil no fue lanzar el producto en sí —de hecho creemos que cualquier arquitecto está más que capacitado para desarrollar un producto con los conocimientos y habilidades que se adquieren durante la carrera —, para nosotros la tarea más compleja fue la de ser persistentes una vez que habíamos lanzado el producto. Insistir, llamar a muchas puertas para que el mapa se diera a conocer, para que llegase a un público amplio. Para nosotros esa labor de marketing (digital y off-line) fue el verdadero reto del proyecto.
¿Cómo es proceso de diseño, desarrollo y comercialización de vuestros productos?
En general, pensamos que cualquier proceso artístico o de diseño se desarrolla de forma muy similar en lo que a su conceptualización se refiere. Proyectar un edificio no dista mucho de diseñar un objeto o hacer un cortometraje, al menos no en su forma de plantear una idea y ser coherente con ella hasta el final.
En el caso de Mapnético lo primero que nos planteamos fue cómo dibujar el mapamundi. Nuestro propósito era que el mapa fuese un gran lienzo en blanco, que cada persona pudiera personalizar según su propia experiencia viajera, y al mismo tiempo que fuera un mapa del mundo de diseño, que tuviera personalidad propia y que esos valores fueran reconocibles como el sello de distinción de Mapnético.
De esta forma, basándonos en la proyección cartográfica de Miller, dibujamos un atlas poligonal a través de una retícula abstracta de puntos, lo que nos permitió dotar al mapa de ese diseño personal que andábamos buscando al mismo tiempo que lograba referenciar las coordenadas geográficas necesarias para localizar una gran cantidad de ciudades relevantes por todo el planeta. Una vez que tuvimos el dibujo completo, decidimos aplicar una gama cromática de grises a la cartografía y jugar con tres colores para los imanes. El resultado fue un mapa del mundo muy minimal que va adquiriendo color conforme las personas van viajando.
Una vez que tuvimos el diseño trabajamos con los distintos fabricantes y proveedores para llevar esa idea a la realidad. Tras testear y probar varios prototipos pulimos el diseño hasta que lo cerramos de manera definitiva. Después nosotros mismos nos encargamos de distribuir el producto a las distintas tiendas y librerías con las que trabajamos actualmente, aunque la mayoría del stock lo mantenemos en almacén ya que la venta de nuestros mapas se realiza en gran parte a través de la web.
La última fase de toda esta cadena sería la mensajería y la atención al cliente. Cada pedido que entra toca enviarlo a su correspondiente destino y por supuesto hay que cumplir siempre los plazos y tratar bien a cada uno de los clientes.
¿Cuáles son vuestras referencias?
Sería difícil enumerar todas las influencias y referencias personales que nos interesan, pero por nombrar algunas relacionadas con Mapnético podríamos hablar de “Cereal”, “Collective Quarterly” o “El Dorado Experience”. Nos encantan ese tipo de proyectos que combinan el viaje con el audiovisual, el storytelling y el diseño de productos. En 2012 desarrollamos un proyecto que se acercaba a esa idea, se llamaba Derivasia. Aunque nos divertimos mucho llevándolo a cabo, lo cierto es que no terminó de ser sostenible. Ahora hemos empezado Mapnético con todo ese bagaje a las espaldas y habiendo aprendido de los errores. Construimos el armazón poco a poco, pero en un futuro nos gustaría mucho acercarnos a este tipo de modelos.
¿A qué segmento de clientes os dirigís? ¿Cuáles son los encargos más demandados?
Básicamente nos dirigimos a aquellas personas a las que les gusta viajar y aprecian el diseño. Muchos de nuestros clientes son arquitectos y diseñadores, pero también nos compran muchos viajeros y trotamundos a los que les encanta recorrer el planeta. Hay gente que se interesa en nuestros mapas porque quiere hacer un regalo especial a un amigo/a, pareja o hijo/a, y también los hay que quieren usarlo para decorar su casa u oficina. Nuestro público es amplio y bastante diverso.
En cuanto a lo más demandado, sin duda nuestro producto estrella es el Mapnético Original, un mapamundi imantado de 120x60cm, perfecto para tematizar cualquier estancia. Ese da mucho juego.
¿Cómo y para qué utilizáis las “nuevas tecnologías”? ¿La “red” ha facilitado vuestra labor?
La red es nuestra forma más efectiva de llegar a la gente. Usamos mucho Instagram, no solo para promocionar nuestros productos, sino también para narrar la vida y las historias de Mapnético. Para nosotros es importante mostrar ese factor emocional de Mapnético, nos gusta que exista algún tipo de lazo o de intereses en común entre la persona que compra el producto y la propia marca, y en ese sentido las redes funcionan muy bien para poder comunicar este tipo de valores.
Por supuesto, también usamos todas las herramientas a nuestro alcance para posicionarnos mejor en buscadores y marketplaces. Y aunque la democratización de lo digital provoca que la competencia —y la cantidad de información que se nos muestra— sea brutal, sin duda la red abre un abanico muy interesante de posibilidades.
¿Cómo es el día a día en Mapnético?
Dado que por ahora somos dos, trabajamos en muchos frentes al mismo tiempo. Cada día hacemos de diseñadores, programadores web, community managers, distribuidores, comerciales, y en cada momento lo que toque, intentando repartirnos y organizarnos de la manera más eficaz, siempre con disciplina y trabajando por objetivos para marcarnos pequeñas metas.
¿Compagináis o complementáis esta actividad con otras labores o en otros campos?
Actualmente compaginamos Mapnético con el diseño web, el cine y puntualmente alguna que otra colaboración en estudios de arquitectura. En este sentido definirse se hace algo bastante complejo, pero podríamos decir que desde hace algún tiempo nos encontramos en una especie de transición en la que momentáneamente abandonamos la arquitectura —entendida desde su forma más clásica— para adentrarnos en otros territorios.
La arquitectura, tiene abiertos muchos frentes de batalla (LSP, Bolonia, paro, precariedad laboral, COAs, ETSAs, emigración, comunicación, etc), ¿no serán demasiados para la polarización existente dentro de la misma?
Efectivamente, hoy día coexisten muchos escenarios de conflicto. Es el poso que se fue formando durante décadas y que ahora hemos heredado cuando el vaso quedó vacío. No creemos que sobre ninguna problemática, si están sobre la mesa será por algún motivo, es más, a veces ni siquiera se visibilizan y no por ello dejan de existir. En cuanto a la polarización, no es más que el resultado de la poca conciencia colectiva que siempre hubo en nuestro sector…
¿Cómo veis el futuro de la arquitectura? ¿Y el de la profesión?
Es el eterno debate, la pregunta estrella en todos los foros de arquitectos desde hace años. Si la respuesta fuera sencilla probablemente no se insistiría tanto en ella. Sin embargo, lo único que se escucha y reverbera en todos los espacios de pensamiento es un recíclense y un sálvese quien pueda que advierte de lo confuso de la situación y de la desorientación generalizada a falta de balizas y de puntos de anclaje en nuestra cotidianidad. En lo relativo al futuro de la profesión tenemos una postura un poco pesimista, no por falta de ilusión —que siempre hubo y habrá en nuestra actitud—, sino más bien por desesperanza y desapego de casi cualquier esfera de poder.
¿Qué mejoras creéis que son fundamentales y que deberían ser puestas en marcha de forma inmediata?
Esta situación desborda los límites del propio sector por lo que es evidente que las soluciones no pueden venir exclusivamente de la arquitectura. Es una cuestión política, transversal y heterogénea, que no puede responderse únicamente con una o dos mejoras corporativistas, requiere de un planteamiento holístico, y eso no es ni algo sencillo ni inmediato. Tenemos que dejar de pensarnos a nosotros mismos como arquitectos que tienen dificultades concretas y aisladas para empezar a analizar nuestros problemas dentro de la sociedad en la que vivimos. La pregunta no es qué paliativo podemos aplicar para que nuestra profesión se vea beneficiada, es qué modelo económico queremos como sociedad, cual es el modelo educativo por el que apostamos, en qué tipo de ciudades queremos vivir, qué papel juega la cultura, como convivimos con la naturaleza… la respuesta a todo este conjunto de cuestiones hará que nuestras condiciones de vida, como ciudadanos arquitectos, sea mejor o peor.
Como “emprendedores” ¿qué opináis de los arquitectos que “abren y/o recuperan” nuevos campos y/o enfoques de la profesión?
Por un lado nos parece perverso que se ejemplifiquen este tipo de salidas como una solución colectiva a todas las problemáticas del sector, ese discurso del recíclense, del sálvese quien y como pueda que comentábamos anteriormente. Es muy peligroso convertir esta opción de “emprender” en una obligación. Más allá de eso, nada que objetar. Nos parece muy interesante y más que digno que cada uno pueda adaptar sus conocimientos y redirigirlos hacia nuevos enfoques. Que la arquitectura ensanche su campo de acción es una muestra de creatividad que dignifica y evidencia los recursos de nuestra formación.
¿Estáis contentos con la trayectoria realizada hasta ahora? ¿Qué proyectos de futuro os esperan?
Muy contentos. Actualmente andamos planeando la campaña de Navidad y si todo va bien el próximo año empezaremos a comercializar nuestros mapas en la Unión Europea. A medio-largo plazo nos gustaría seguir diseñando productos e ir ampliando el catálogo, ya sea bajo la marca Mapnético u otra mayor que englobe todos nuestros diseños.
Para acabar, ¿qué les aconsejaríais a los actuales estudiantes y futuros profesionales de arquitectura?
Sobre todo que disfruten de esa etapa de sus vidas, eso es lo más importante. Que viajen todo lo que puedan, que tengan curiosidad por todo, que cuestionen cualquier discurso, que se hagan preguntas y que busquen sus propias respuestas. En definitiva, que aprovechen ese tiempo al máximo porque uno no es verdaderamente consciente de lo valioso que son esos momentos hasta que no pasan los años.
Marina Díaz García – Daniel Natoli Rojo · Mapnético
Noviembre 2017
Entrevista realizada por Ana Barreiro Blanco y Alberto Alonso Oro. Agradecer a Marina y Daniel su tiempo y predisposición con este pequeño espacio.