“El 97% de nuestro cuerpo es polvo de estrellas por eso cuando nos vamos de este mundo, dejamos una estela brillante”.
Así reza el inicio en el inicio de la web de Memoory, un proyecto de esta Monica Martínez, una “mamarquitecta” murciana por la ETSA de Valencia, que se ha planteado “transformar la imagen tan dura e inerte de los cementerios, dotarlos de algo de vida” a través de lápidas únicas y memoriales sobre la vida de nuestros seres queridos que se han marchado para siempre.
“El diseño, los materiales y epitafios se basan en las vivencias más bonitas y felices de su paso por este mundo, plasmando la esencia de su persona y realizar así un tributo a la VIDA.”
Cuando estaba en plena creación de su labor profesional y sus primeros trabajos, como otros muchos compañeros de profesión, tuvo que derivar a otros campos, por suerte en su caso hacia la docencia en Arquitectura, otra de sus grandes pasiones.
Memoory, no es el primer proyecto en el que se embarca Mónica, participó durante esos años convulsos en un proyecto emprendedor para realizar seriadas pero adaptadas totalmente al usuario pero no fue posible avanzar por la situación económica de los clientes y los bancos, “no era el momento o no supimos llegar al cliente adecuado” nos cuenta Mónica.
Tras dos años de duro trabajo, Memoory comienza a dar sus frutos, gracias al experiencia acumulada y al duro trabajo.
“¿Qué es una Estela? Es un homenaje a medida, una nueva relación con el recuerdo.”
Sin más preámbulos os dejamos con la charla mantenida con Mónica.
¿Cómo se definiría Mónica?
Mónica es una entusiasmada de todo lo relacionado con la creación artística, desde el Arte propiamente dicho, el Diseño, la Moda y por supuesto la Arquitectura. Me encanta el proceso creativo como experiencia y estilo de vida.
Trasladar esas vivencias a todos los aspectos de mi vida es de las cosas que más me enriquecen y me hacen disfrutar.
El resultado será lo que tenga que ser pero el cómo se va generando es emocionante.
¿Cómo, cuándo y por qué surge Memoory?
Surge en septiembre de 2016 tras una experiencia personal un año antes. Realicé el diseño de la lápida de un familiar, había que renovarla y lo que existía alrededor era tan triste, gris…
El día de su despedida, allí mismo en el cementerio, rodeada de fríos mármoles y granitos empecé a imaginarme otra tumba diferente más adaptada a su persona, sus gustos, su vida. Algo que lo imaginase a él contento.
Ideé un árbol que evocaba un huerto. Su huerto de naranjos donde él era feliz, la sombra del naranjo en verde como símbolo de la continuación de su vida en nuestro recuerdo. Una frase “bajo la sombra de mis naranjos” le haría compañía para siempre pues no le gustaba estar solo.
Elegí un material más cambiante con el paso del tiempo que reflejaba perfectamente su personalidad. Se generó un momento mágico entre la familia y nos ayudó a sentirnos apaciguados.
Después pensé que esta experiencia podría trasladarla a otras familias y decidí crear este proyecto.
¿Te encontraste con muchas dificultades? ¿Cuáles fueron las más problemáticas?
Saber de antemano qué tipo de producto y servicio realizas es fundamental pero lo más importante es conocer en la medida de lo posible al cliente que va a querer y consumir esos productos o servicios, pero eso es lo más difícil para mí, acertar con las necesidades/preferencias/consumo real de los usuarios.
Las estadísticas están muy bien pero la realidad es otra. Además, cuando emprendes en un sector cerrado y desconocido, cuesta conseguir los contactos, las alianzas,… parece que está todo en tu contra pero si uno está convencido de que lo que hace puede cambiar los sentimientos de personas o hacer vivir experiencias menos dramáticas, hay que ser perseverante, paciente… no desfallecer en el intento porque el camino no es inmediato.
¿Cómo es el proceso de diseño, desarrollo y comercialización en Memoory?
El primer paso es el más importante que es captar la “esencia de la persona” a través del storytelling que cuentan sus familiares/amigos.
A partir de ahí estos conceptos se trasladan físicamente plasmándolos en un solo gesto y en el material más idóneo para ello o el elegido por los clientes.
Una vez que se da el visto bueno al diseño, se accede a un acuerdo y se pone en marcha el proceso de fabricación y su posterior colocación en el lugar de sepultura.
Es el mismo proceso que se utiliza para la realización de una vivienda o proyecto mayor, una previa fase anteproyecto con su correspondiente validación/aceptación y una siguiente fase de ejecución e instalación.
¿Cuáles son tus referencias?
Seguimos muy de cerca todo lo que tenga que ver con los negocios cuyas bases tienden hacia la economía circular, social y ecoeficiencia.
El diseño en este sector estaba un tanto vetusto, introducir estrategias de comunicación de otros sectores como la publicidad para cambiar la percepción e intentar naturalizar temas que a priori parecen tabú como es en este caso.
¿A qué segmento de clientes te diriges? ¿Cuáles son los encargos más demandados?
A personas que tienen una cierta inquietud hacia la cultura y el diseño/arte que no quieren vivir esa experiencia tal y como estaba planteada…quieren algo especial y único, más amable para sus seres queridos.
Lo que más nos estamos encontrado es gente joven que quieren encargar ya cómo quieren que sea su final, el cómo y dónde depositar sus restos, insisten que sea al estilo memoory.
Así que lo próximo es ver la manera de recoger esa “declaración de intenciones” e incluirla en el servicio. Eso es lo que más nos hace seguir para adelante.
¿Cómo y para qué utilizas las “nuevas tecnologías”? ¿La “red” ha facilitado tu labor?
La tecnología la utilizamos para implementar las lápidas; que puedan emitir sonidos o tengan texturas o escritos en braille (para personas que tienen dificultades físicas) o para que se queden iluminadas al atardecer… Estamos colaborando con una empresa *Mi legado digital* que aporta una placa con una tecnología sencilla para móviles que te dirigen a una biografía digital de la persona allí depositada.
También estamos utilizando la red sobre todos las sociales para ir redactando temas relacionados que ayuden a difundir este proyecto a más personas y que no se quede como algo local.
¿Cómo es el día a día en Memoory?
Actualmente seguimos continuamente en proceso de formación, captación de alianzas afines que aporten más servicios o reafirmen los conceptos de la empresa y la labor comercial para hacérselo llegar a las familias que están pasando por esos momentos de una manera más humana.
Es bueno estar en contacto con otras empresas que funcionan ver lo que hacen bien y no tan bien para aprender. Hay que tener una hoja de ruta para no desviarse, pero al mismo tiempo hay que seguir en contacto con las nuevas tecnologías, formaciones, tendencias etc y adaptarse a la circunstancias de los clientes.
Si te encierras en crear algo seguro que al día siguiente alguien ya lo está haciendo y puede que mejor.
¿Compaginas o complementas esta actividad con otras labores o en otros campos?
Soy mamá de dos niños pequeños, la conciliación aún está a años luz de otros países por lo que me toca compaginar, llevando las riendas de Memoory y la crianza de mis hijos a partes iguales. En ocasiones, desarrollo algún proyecto de arquitectura como informes o colaboraciones en otros proyectos con compañeros de profesión.
La arquitectura, tiene abiertos muchos frentes de batalla (LSP, Bolonia, paro, precariedad laboral, COAs, ETSAs, emigración, comunicación, etc), ¿no serán demasiados para la polarización existente dentro de la misma?
Hay que aprovecharse de todos esos condicionantes. Hay un montón de campos pocos explorados por los arquitectos porque estamos obstinados con la máxima “proyectar para construir” por decir una se pueden desarrollar “arquitecturas digitales” que para mí sí que es “construir” y que lo están haciendo otras profesiones que tienen menos capacidad visual o global que podría tener un arquitecto.
¿Cómo veis el futuro de la arquitectura? ¿Y el de la profesión?
Una de las cosas que más me preocupa de la arquitectura precisamente es esa, que se vea como una batalla porque se está pensando en una época en que la arquitectura ni siquiera se puede llamar así, se utilizó como forma de enriquecimiento de personas que les importaba lo más mínimo la arquitectura.
En mi opinión la arquitectura es una gran disciplina que abarca muchos campos, desde el diseño, la estética, el arte,…y no olvidemos las humanidades tan necesarias en estos tiempos tan convulsos.
Por lo que cualquier arquitectura que vaya hacia lo humano y se aleje de la “construcción de fotografía” (que no se malinterprete que yo las adoro) será un buen camino de partida.
No es época del arquitecto “figura” y su obra “figura”… si no del arquitecto con responsabilidad social. Esa fase hizo mucho daño a la profesión porque todo el mundo aspiraba a eso y la sociedad se aprovechó de ello para otros fines.
¿Qué mejoras crees que son fundamentales y que deberían ser puestas en marcha de forma inmediata?
La formación hacia la aplicación directa de la tecnología en la arquitectura. El internet de las cosas es ya una realidad y habrá que integrarla en las edificaciones, no? Porque las cosas llevarán la tecnología pero las cosas están en un contenedor que a lo mejor es conveniente replanteárselo para que pueda ser inteligente y cambie también con la tecnología.
En la Universidad siguen creando a arquitectos como antaño, me entristece, pues cuando salen la mayoría va a tener que crear su puesto de trabajo desde cero porque la mayoría de los trabajos se están reinventando.
Como “emprendedora” ¿qué opinas de los arquitectos que “abren y/o recuperan” nuevos campos y/o enfoques de la profesión?
Me parece estupendo porque eso hace que aumenten las posibilidades de ofertas laborales y se nos valore más, no sólo como meros firmantes que se han llenado los bolsillos.
Además, que anima a jóvenes que les gusta la arquitectura pero no se atreven por el pesimismo instalado en la misma.
¿Estas contenta con la trayectoria realizada hasta ahora? ¿Qué proyectos de futuro te esperan?
A veces, uno no sabe que camino es mejor o que camino tomar, en mi caso todo ocurrió por una experiencia personal… pero en el fondo ya ansiaba y buscaba otras opciones laborales. Estoy muy agradecida por la aceptación del proyecto.
En el futuro me veo que esto toma forma y consigo que sea más rentable, hacer a las personas un poquito más felices y crear belleza en un sector tan oscuro y dramatizado.
Para acabar, ¿qué les aconsejaríais a los actuales estudiantes y futuros profesionales de arquitectura?
Que realmente elijan esta profesión por lo que ellos puedan ofrecer a la misma, no como simple hecho de tener un trabajo y ganar dinero.
«La arquitectura como un estilo de vida».
Entender la arquitectura como herramienta social, búsqueda real de la eficiencia energética y la sostenibilidad como algo intrínseco no como un plus de venta.
Mónica Martínez Vicente · Memoory, diseño de estelas
Febrero, 2018.
Entrevista realizada por Ana Barreiro Blanco y Alberto Alonso Oro. Agradecer a Mónica su tiempo y predisposición con este pequeño espacio.