“La arquitectura no puede obligar a las personas a conectarse,
solo puede planificar los puntos de cruce,
eliminar barreras y hacer que los lugares de reunión sean útiles y atractivos”.Denise Scott Brown
Todos estos aprendizajes sobre qué y cómo mirar la arquitectura y la ciudad que hemos visto en los anteriores textos publicados, representarán una relativización de la relación función-forma del movimiento moderno. Venturi y Scott Brown que se consideran así mismos como modernos, proponen un nuevo funcionalismo atento a las diferencias, a lo complejo y a lo diverso, sin llegar a negar ser modernistas. Reconocida la importancia de los patrones y de lo existente, Denise Scott Brown enfatiza la importancia de la legibilidad urbana (y por esto también es tan importante el uso de la fotografía) para potenciar, mejorar o promover un conjunto de relaciones que ya existen, aunque sean débiles o no estén aún interconectadas. Para todo ello recurre a métodos de análisis, de mapeo de patrones de circulación de usos y actividades; elabora síntesis que resaltan problemas, pero también oportunidades y potenciales, así como, al mismo tiempo identifica diferentes opciones de solución.
Las palabras clave que utiliza para cada caso y escala nos aclaran de forma estratégica y localizada, cuáles son las variables más importantes y los aspectos del territorio que más hay que tener en cuenta: el carácter y “ethos», sus áreas, sus redes de circulación (peatonal y vehicular), las conexiones y accesos (con cada edificio a través de los mapas »Nolli» y secciones urbanas), las líneas de deseo, la lectura del paisaje (topografía y edificios) o la clasificación de la vegetación (romántica, icónica, simbólica, común).
La ciudad es dinámica y cambiante y hay que visibilizar tanto formas como relaciones, para descubrir o proponer patrones, como los del movimiento y las
“líneas de deseo de las que hablan los ingenieros en sus bellísimos mapas”.1
Ella misma recuerda que:
“Entonces, mientras enseñaba en Penn, asistí a cursos de sociología, ciencias regionales, ciencias económicas y del desarrollo, teoría de la decisión, teoría de la planificación, teoría informática, planificación del tráfico y urbanismo modelado de transporte”.2
¿Qué podemos seguir aprendiendo nosotros de Denise?
Tal vez sea el qué y cómo mirar para entender la vida urbana. A través de su más que vigente aproximación metodológica a la dimensión morfológica y la topológica: la primera de las formas y dimensiones del espacio urbano y de los edificios; la otra, más ligada a los patrones, las relaciones, a los flujos de movimiento o a las intensidades de uso, lo que nos aproxima a lo que Nuno Portas define como la necesidad de entender “las cosas” y las “relaciones entre cosas”.3
Y también a través de la visualidad y de la utilidad de los diferentes medios de interpretación de la realidad, para saber comunicar este enfoque interdisciplinar al diseño urbano.
Unas miradas inspiradoras y operativas hacia un camino en construcción y todavía abierto que Denise sigue aun explorando:
“La gente ha aprendido de Las Vegas, pero todavía no ha aprendido aún ni la mitad”.
Notas:
1 Véase, Forti, S. & Ciccani, S. Quarantaquattro domande a VSBA. Venturi, Scott Brown & A. CLEAN, 2004.
2 Ibídem
3 Vñease, Portas, Nuno. A cidade como arquitectura: apontamentos de método e crítica. Livros Horizonte, 1969.
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