José Antonio Corrales. Los otros tres lados del hexágono que en 1958 revolucionó la arquitectura española de posguerra desde la lejana explanada de Heysel.
Corrales y Molezún. Batman y Robin. Laurel y Hardy. Romario y Bebeto.
La Historia está llena de memorables parejas bien avenidas.
Corrales y Molezún. Pat Garrett y Billy the Kid. Hendrix y Clapton. Frazier y Ali.
Otras tantas parejas de antagonistas se retroalimentaron en duelos inmisericordes.
Corrales y Molezún, bien avenidos y antagónicos, escribieron la historia de la arquitectura española en Bruselas, en Herrera de Pisuerga, en Miraflores de la Sierra o en Puerta de Hierro.
José Antonio Corrales nunca dejó de trabajar. Anciano, menguado, entornaba los ojos con el ceño fruncido para escrutar el horizonte con la esperanza, aún, de avistar la ballena blanca.
El primo Ramón
Isla Elefante, Navidad de 2014