La publicación de arquitectura que veis arriba capturada en un pantallazo la producíamos hace más de diez años.
No se si fue una intuición, una iluminación o una pedrá, pero lo cierto es que ya estábamos hablando de una serie de conceptos que ahora parece que a algunos preocupan y a otros se indigestan. A los primeros por falta de comprensión y aprehensión y a los segundos… a esos por lo mismo.
Para los de francés la frase está escrita en un inglés entonces torpe, pero quería decir algo así como:
«Ya podemos publicar el contenido que queramos, al instante»
Desde aquí, una opinión, creo que confundida, de Fredy Massad a un artículo de David Basulto; una reseña de Pilar Pinchart, que se convierte en una elegía a las publicaciones en papel enarbolando la bandera del todo gratis no; y cierta irresponsabilidad de una serie de compañeros, que dando argumentos a detractores de lo digital comparten a diestro y siniestro en la red; han desencadenado que retome este tema y me decida a tratar de explicar una situación que, yo al menos, veo clara.
Como sigue teniendo mucho que ver, voy a recuperar la cita que mencioné en el pasado artículo sobre archBib. Es tan importante que lleva tiempo estructurando mi forma de percibir y entender la Red y hoy nos va a volver a ayudar. Es la frase de Dee Hock que podéis encontrar, en el artículo de Linda Stone.
«Noise becomes data when it has a cognitive pattern. (1945–1965)
Data becomes information when assembled into a coherent whole, which can be related to other information. (1965–1985)
Information becomes knowledge when integrated with other information in a form useful for making decisions and determining actions. (1985–2005)
Knowledge becomes understanding when related to other knowledge in a manner useful in anticipating, judging and acting. (2005–2025)
Understanding becomes wisdom when informed by purpose, ethics, principles, memory and projection. (2015–2045)»
Las fechas en cursiva detrás de cada etapa son de Stone y no me resultarían especialmente relevantes si no fuera porque, sin tener en cuenta la mayor o menor autoridad académica que pueda tener Stone, nos hace pensar si no estamos ya en el descuento.
Estimados Fredy, Pilar et al.. Creo firmemente que el filtrado de información para su publicación no es crítica. Por mucho que este proceso de selección tenga criterio, o falta de él.
Para mi no es crítica. La crítica es conocimiento. Es información digerida y asimilada por otros hasta convertirla en conocimiento, y que nos permite, nos pone en disposición de, tomar decisiones y determinar acciones.
Ahora mismo, tal y como la información en lo digital se está tratando, no es capaz de producir eso.
No implica mensaje. No implica per se una potencia de relación. No tal y como están, y me permitís que aquí me excluya, manejándola muchos.
«La Red, hoy, en arquitectura, no es 2.0. Es mucho menos que 1.0, simplemente porque no está enlazada.»
Los comunicadores, los que llevan a gala el calificativo de bloggers, los que comparten por divertimento, no han sido capaces de digerir un concepto, tan antiguo que su nombre suena a ciencia ficción ochentera, como el de hipertexto. Un concepto que, pese a llevarlo constantemente en la h del http://… no se entiende en sus implicaciones más profundas.
Hiper denota superioridad o exceso. Hipertexto denota lo que supera al texto. Si señores, lo que supera a la propia información, al mero mensaje unívoco, para adquirir el potencial de despliegue que antes solo era concebible para la hermenéutica a través de la interpretación y el diálogo.
La web 2.0 no es cuestión de comunicación interpersonal. La comunicación, el diálogo, los comentarios no son ya lo importante. Ya existían en el 2002 y os puedo asegurar que con mucha más actividad y riqueza. Una riqueza y fuerza en el intercambio de conocimiento que hizo que algunos pudiéramos entender qué estaba pasando.
La 2.0, o simplemente el estado actual de la tecnología, permite procesar esa información que a muchos abruma por exceso, y convertirla en conocimiento.Permite enlazarla, calificarla, clasificarla, etiquetarla y hacer que, mediante esos procesos, esas acciones humanas nunca automáticas, y sobre todo, mediante la construcción de las redes apropiadas de enlaces a otros espacios digitales de información, podamos construir conocimiento.
«Podemos trascender la mera información para construir conocimiento, pero nos empeñamos en producir en digital sin aprovechar su potencia, sin entender su idiosincrasia.»
Nos empeñamos en devaluar la trascendencia de nuestras actitudes asimilándolas a divertimentos al compartir y no nos damos cuenta de que estamos desperdiciando un enorme recurso, nuestro recurso, el bien material que hace que una parte enorme de nuestra sociedad, la informacional, funcione.
«Estamos desperdiciando la información.»
Ser Red, que quizás deba escribirse en minúsculas igual que arquitectura, es construir de forma activa la red para preocuparse y ocuparse de su supervivencia. Es entender que lo importante es que se produzca el chispazo que conecte ideas e información, no que el chispazo se produzca atravesando nuestra web.
Si no hacemos un uso responsable de la información. Si no aprendemos a producirla para que sea de calidad y relevante, a manipularla para que respete a sus productores, a compartirla para no convertirnos en meros traficantes, a evaluarla de manera crítica para que cada vez haya menos ruido y a relacionarla para que se convierta en conocimiento. Si no tomamos una postura de responsabilidad activa, estaremos simplemente malgastando un recurso valiosísimo.
Y frente a ese despilfarro, argumentos como los de Pilar tendrán toda la validez, cuando no debemos, por el bien del desarrollo tecnológico, asumirlos.
«La red no es el espacio del todo vale y además es gratis. La Red, debe ser nuestra gran biblioteca de Alejandría.»
Debe ser un espacio en el que, por nuestro comportamiento, acallemos los ruidos; en el que, por nuestro trabajo comunicando, compartiendo, enlazando, ofreciendo a los demás de forma ordenada y coherente, hagamos que nuestro conocimiento se ponga al servicio de los demás.
Algún compañero me dice que no se lucra compartiendo la información, y que por eso no hace nada malo. Argumentos ilusorios dentro de esta coyuntura. La información ya no tiene valor. Lo digital se lo ha quitado tendiéndolo a cero… El valor está en la presencia, en el trabajo, en el servicio. Pensar que la falta de acción no tiene consecuencias es falaz y pernicioso.
Las fotos que nuestros compañeros fotógrafos producen, por ejemplo, ya no tienen valor en si mismas. Cuando cualquiera las puede descargar, copiar, transformar, reproducir, multiplicar… los objetos físicos que son ese conjunto de megas no tienen valor.
«El valor, en esta situación digital, estriba en que un determinado fotógrafo produzca esas imágenes. Ese es el hecho diferencial que debemos recuperar.»
Y no estoy hablando aquí de recuperar el valor del artista, si no recuperar el valor del productor, del agente, con su técnica, con su mirada, con su capacidad como profesional cualificado que es capaz de ofrecer un servicio y que, gracias a la expansión de la información que ha producido, es capaz de demostrar la valía de su trabajo.
A lo mejor esta referencia de un maestro clásico cala más…
Miguel Villegas, arquitecto
Editor en arquitextónica
Sevilla, marzo 2013