A lo largo y ancho de la vida profesional, todo arquitecto que se precie y incluso a los que se desprecian como a mí, se han topado con funcionarios o visadores que con nuestro afán de conseguir una licencia, se convierten en presuntos benefactores de la ley y en malechores de la profesión. Pero supongo que debajo de todo eso, antes eran personas normales, con sus problemas y demás.
Estoy convencido que de entre todas esas normativas ilegibles y en el conocimiento de los absurdos trámites que nos hacen cumplir, se encuentra el camino más rápido al lado oscuro para convertirse en un verdadero Sith.
Lexcursó, arquitecto e ilustrador.
Barcelona, mayo 2012