He encontrado este mamotreto de segunda mano y muy bien de precio. Y me lo he comprado.
¿Por qué lo he hecho? No lo sé. No lo he podido evitar. Es una droga. Hago lo que puedo por dejarla, y a veces consigo estar una temporada limpio, pero siempre recaigo. Siempre acabo picando otra vez.
¿Por qué compro estas mierdas? No lo sé. No me hacen más que daño. Las hojeo con envidia, con rabia, con desesperación. Sé que nunca seré invitado a esos paraísos. Las hojeo como se hojea una revista pornográfica: Fantaseo, imagino, me excito, me creo que yo… Lo mismo. Un mirón; un maldito mirón; un estúpido mirón frustrado que no ha sido invitado a la fiesta.
Hojear ese tipo de libros no me ayuda en nada a hacerles a mis clientes las casas «bonitas» que ellos me piden. ¿Qué voy a hacer? ¿Inspirarme en algunos de esos mágicos diseños para hacer croquis imitativos por ver si cuelan? Lo he hecho muchas veces y nunca han colado. ¿Enseñar directamente esos libros a mis clientes? También lo he hecho a menudo y han puesto el grito en el cielo.
Lo que quieren ya me lo sé, me lo sé de sobra, y para darles gusto no necesito más que una plantilla de arcos carpaneles, que por otra parte no me hace falta porque también me la sé.
Los edificios que me ha sido dado y me será dado hacer no se nutren en nada de mi estupenda biblioteca. Sigo desgravándome las compras de estos libros, pero ningún subinspector de hacienda se tragaría que son un gasto profesional, que sirven en algo a mi desempeño como arquitecto. Sólo debería desgravarme el Cien modelos de chalets y el Proyectos de casas del CCC o del CEAC. Todo lo demás es vanitas vanitatis y pornografía.
Hablando de pornografía, no soy usuario de la convencional. Supongo que si lo fuera y mi mujer o mis hijos me pillaran una colección de publicaciones pasaría un rato incómodo, pero seguramente la cosa se acabaría aceptando y la sangre no llegaría al río. Sin embargo esta otra pornografía arquitectónica sí es peligrosísima. Naturalmente, la escondo.
Hace unas semanas me descuidé y mi mujer vio el Nueva arquitectura danesa que había dejado olvidado a la vista tras hojearlo.
-¿Y esto?
-Un libro.
-Ya. ¿Cuánto te ha costado?
-¿Eh? Poco. Poco. Además me resulta útil.
-¿Útil? ¡Pero si aquí hay casas con cubierta plana! ¡Y fachadas de cristal! ¿Pero esto a ti de qué te sirve? ¡Dime la verdad! ¿Cuánto te ha costado?
-Poco, mujer… Nntisiete euros.
-¿Cuánto?
-Mnnnsntisiete.
-Ya. A ver la factura.
Os podéis imaginar el pollo: Que si me hacen falta camisas y nunca estoy dispuesto a comprármelas… Que si hace semanas que no salimos a cenar por ahí… Que si necesitamos una lámpara en la entrada y yo me hago el remolón y doy largas… para gastarme el dinero en libros de mierda; en libros de casas sin tejado y sin arcos de ladrillo. En libros que no me sirven para nada.
Hace tiempo que los oculto. Sólo dejo a la vista los libros técnicos, de esos que tienen tablas de escorrentías y de secciones de tubos. Ya sabéis.
Los demás los escondo y los enmascaro. Tengo un tocho de la Bauhaus forrado con papel de embalar en el que he escrito con rotulador: ESTRUCTURAS DE ACERO. Y de los constructivistas soviéticos tengo varios, todos forrados también: ARQUETAS SIFÓNICAS, ACCESIBILIDAD, PROTECCIÓN CONTRA INCENDIOS…
Me escondo para hojearlos. Los miro con prisa, con urgencia, con sentimiento de culpabilidad. Me prometo que no compraré más, incluso que venderé los que tengo. Pero no puedo. No sólo no los vendo, sino que de vez en cuando compro alguno nuevo, que, como digo, solo sirve para acrecentar mi dolor.
Menos mal que mi mujer no lee este blog. En todo caso el libro de Miralles que me acabo de comprar es de segunda mano y me ha costado muy barato. De verdad. Mnnnsntisiete euros.
José Ramón Hernández Correa · Doctor Arquitecto
Toledo · Enero 2017
Notas:
A Miguel Morea, quien, como yo, se está quitando. (Dice). A Eduardo Almalé, que lo sabe todo sobre Miralles y lo tiene casi todo, y me ha confesado que este no lo tiene.
Piscina das Marés, 1961-66. Alvaro Siza Viera | Fuente: Álvaro Siza. 1954-76. Lisboa, Blau, 1997, pp. 88-89.
Existe en las Piscinas das Marés de Álvaro Siza un habitante singular, extraño, excepcional.1 Bien podríamos sintetizar esta intervención como un gran muro equipado y una serie de balsas de agua de mar almacenada de manera natural entre las rocas del entorno. El equipamiento lineal se compone en realidad de muros paralelos de hormigón in situ entre los que se integran el programa y los recorridos, una serie de espacios alineados y rehundidos con respecto la calle. Sin embargo, uno de ellos, rebelde, gira exactamente 45º, se adentra en el paisaje de rocas y se dirige hacia el mar.
En nuestra primera visita como estudiantes (hacia 1994) intentamos comprender esta solución. El propio Siza nos daba una primera explicación para este particular muro insurrecto:
“Recuerdo que cuando comencé este proyecto compré un libro sobre Frank Lloyd Wright, y en ciertos aspectos, una parte de su obra […], ejerció una positiva influencia sobre mi trabajo. En las piscinas está presente el poder de su geometría esencial, visible en el uso subyacente de las líneas a 45º […]. Recuerdo que entonces Wright era una especie de camino hacia la libertad”.2
La rampa de acceso te introduce inmediatamente en un paisaje lineal de madera y hormigón: el mar desaparece. Entonces descubres que tal vez esa sea la principal misión de este muro insolente: ocultar el océano hasta el momento preciso, contener la luz, construir una secuencia. Era invierno y el lugar estaba vacío. La explicación nos pareció relevante, casi concluyente. Necesitamos otro viaje para descubrir la otra verdad.
Pasamos el verano de 2001 recorriendo la Costa Verde y nos pareció una buena idea iniciar el viaje en las Piscinas, esta vez como bañistas. Entonces descubrimos algo que nunca aparece en los planos ni en las fotografías, algo sobre lo que rara vez se escribe y que, sin embargo, en esta ocasión desvela, más allá de la geometría esencial o la secuencia de acceso, otra poderosa razón para la existencia de este muro levantisco: el viento. Las sombrillas en Oporto no son paraguas horizontales, sino barreras de protección frente al viento Atlántico de dirección noroeste. El muro inclinado protege la explanada del bar, refugio no solo para los turistas sino también para sillas y mesas tan veraniegas como ligeras y sensibles a las grandes corrientes.
“…Que ni el sol caliente, ni ilumine inútilmente, ni el agua corra, ni las olas rompan en la orilla sin dar provecho”.3
Dante parece susurrar a Siza desde este lugar de rocas y viento donde el baño se transforma en ritual entre muros y mar.
Miguel Ángel Díaz Camacho. Doctor Arquitecto
Madrid. Agosto 2014 Autor de Parráfos de arquitectura #arquiParrafos
Notas:
1 Piscinas das Marés, Leça de Palmeira, 1961-66. 2 Siza, Álvaro. En Álvaro Siza, Milán, Electa, 1992, pág. 32. Traducción MADC. 3 Dante Alighieri, La Divina Comedia.
Architectural Heritage Intervention convoca la séptima edición del Premio Europeo AHI, cuyas inscripciones estarán abiertas entre el 18 de diciembre de 2024 y el 14 de marzo de 2025.
El Premio, referente europeo en el ámbito de la intervención en el patrimonio, impulsa el debate sobre cómo se debe intervenir y qué se debe considerar patrimonio arquitectónico en las ciudades europeas, ante los retos a los que nos enfrenta la emergencia climática y la descarbonización.
Organizado conjuntamente con el Col·legi d’Arquitectes de Catalunya, cuenta con el soporte de la Generalitat de Catalunya, la Diputació de Barcelona, el Àrea Metropolitana de Barcelona y el Ajuntament de Barcelona.
Architectural Heritage Intervention abre inscripción del VII Premio Europeo AHI
La plataforma de difusión del patrimonio AHI, Architectural Heritage Intervention y el Col·legi d’Arquitectes de Catalunya, abren la inscripción de la séptima edición del Premio Europeo AHI. Este certamen bienal, que desde el 2013 reconoce las mejores intervenciones en el patrimonio europeo en sus 4 categorías (patrimonio construido, espacios exteriores, planeamiento y divulgación), distinguirá obras realizadas entre el 1 de enero de 2018 y el 31 de diciembre de 2024 en el ámbito geográfico europeo. La convocatoria está dirigida a todos aquellos profesionales, asociaciones y/o instituciones vinculadas con el patrimonio arquitectónico y estará abierta hasta el 14 de marzo de 2025 a las 24:00 horas (GMT+1).
El Premio se ha convertido en un referente sobre intervención en el patrimonio arquitectónico, como así lo demuestra el gran número de obras que se presentan en cada edición, las cuales ayudan a dar luz sobre dónde se dirige Europa en este ámbito. En este sentido, y en el actual contexto de emergencia climática y descarbonización, el certamen actúa como observatorio de buenas prácticas que, entre otras cuestiones, pone foco en la capacidad de los proyectos de incorporar estrategias de eficiencia energética.
Funcionamiento y calendario previsto
El Premio cuenta con un jurado internacional que se dará a conocer el próximo mes de enero, compuesto por expertos con una acreditada trayectoria, encargados de seleccionar hasta un máximo de 15 proyectos en la categoría de Patrimonio Construido, 10 en la categoría de Espacios Exteriores y 6 proyectos en las categorías de Planeamiento y de Divulgación. Todos los proyectos seleccionados se harán públicos durante el mes de mayo del 2025, entre los cuales surgirán el premiado y los finalistas de cada categoría.
Tras la deliberación final del jurado, que tendrá lugar en Barcelona, las obras premiadas se darán a conocer en el mes de junio del 2025, en una ceremonia abierta al público que se realizará por primera vez en el Paraninfo de la Escola Industrial de Barcelona, obra emblemática del modernismo catalán, propiedad de la Diputació de Barcelona.
Como en las ediciones pasadas, se otorgarán dos Menciones especiales entre las obras presentadas: la Mención Especial de Restauración a aquel proyecto que desde el punto de vista técnico y metodológico destaque por su calidad, precisión y respeto; y la Mención Especial Nueva Bauhaus Europea a aquella obra que priorice valores como la sostenibilidad, la estética y la inclusión.
Una iniciativa con vocación europea
El Premio surge del convencimiento que, en el contexto actual, el patrimonio arquitectónico es, además de un instrumento fundamental de conocimiento, un recurso socioeconómico de primer orden para el desarrollo sostenible de los territorios.
Tras 6 ediciones completadas, el certamen tiene como principal objetivo contribuir a la revalorización del patrimonio como camino de futuro para la arquitectura del siglo XXI, con evidentes beneficios sociales, ambientales y económicos. En todos estos años se ha convertido en un espacio de difusión y divulgación de las buenas prácticas arquitectónicas europeas.
Las seis ediciones que se han celebrado hasta el día de hoy han contado con la participación de más de 1.200 proyectos que representan a despachos, arquitectos e instituciones de 32 países europeos diferentes.
Todos estos proyectos están recogidos y documentados en el Archivo digital AHI y son consultables en su página web.
Architectural Heritage Intervention – AHI-
Este proyecto, fundado y dirigido por los arquitectos Ramon Calonge, Oriol Cusidó, Marc Manzano y Jordi Portal, es una plataforma que contribuye a la revalorización del Patrimonio Arquitectónico y engloba cuatro actuaciones independientes a la vez que transversales: un Premio de alcance europeo organizado conjuntamente con el COAC, una Bienal internacional, un Archivo digital y un Foro de debate.
AHI apuesta por una política de divulgación activa y continua, entiende y difunde el patrimonio arquitectónico desde una mirada plural y contemporánea.
Teselas al principio de la lluvia. Sobre Antonio Fernández Alba
A lo largo de casi toda su vida, Antonio Fernández Alba había ido reuniendo un conjunto de textos que él consideraba que lo retrataban con acierto, escritos desde la amistad y la cercanía pero también desde la objetividad y la sabiduría.
Imaginado como una semblanza postrera, sin duda, pero no como una obra póstuma, el resultado es este libro coral, un corpus de voces de insignes compañeros de academias, escuelas e instituciones, un mosaico conformado por primorosas teselas que cada uno de ellos labró de maneras diversas y personales.
Tomados en su conjunto, estos escritos conforman un excelente retrato poliédrico del gran arquitecto, pensador, literato y humanista que fue Antonio Fernández Alba.
Prólogo de Eduardo Prieto
Con textos de Emilio Lledó, Juan Daniel Fullaondo, Santiago Amón, Simón Marchán Fiz, Pepe Ballesteros, Félix Cabrero Garrido Roberto Fernández, Antonio Colinas, Juan Antonio González Iglesias, Fernando Rodriguez de la Flor, José Manuel López-Peláez, Robert Khaiat, Javier Maderuelo, Francisco F. Longoria, Francisco Javier Climent Ortiz, Roberto Segre, Juan Luis Trillo Leyva, Luis Fernández-Galiano y Luis Landero.
Antonio Fernández Alba (Salamanca, 1927 – Madrid, 2024)
Doctor Arquitecto y profesor emérito de la Universidad Politécnica de Madrid en la Escuela Politécnica Superior de Arquitectura, donde ejerció la docencia casi cincuenta años, entre 1959 y 2003. Académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1986) y de la Real Academia Española (2004). Su destacado trabajo profesional como arquitecto, que mereció el Premio Nacional de Arquitectura de 2003, lo compartió siempre, desde una independencia de pensamiento crítico, con una dilatada experiencia internacional en la enseñanza universitaria. Autor de numerosos libros y artículos, en Ediciones Asimétricas publicó con anterioridad Azules de otoño cerrado (arquitectura en tiempos de oficio) y Quiebran albores.
Estructura metalica del Gran teatro del mundo, Aldo Rossi | Fuente: hicarquitectura
Habitar la escena en un instante de la vida es sentirse ajeno al hecho de habitar, es desarmar, es desmantelar, es deshabitar la idea de la rutina, es volver a ser, es sentirse un nuevo habitante, es crear ese lugar en el que apenas uno se reconoce, en ese lugar del que también apenas nos reconoce. Habitar la escena-nuestra escena- es representar una vida nueva, un abrazar ese encargo de habitar y que durará lo que el tiempo nos ha determinado.
Habitar -entrar- en nuestra escena es volver a ser consciente de ese mundo interior que delimita nuestro mundo exterior, que es quien día a día narra nuestros actos, que es quien nos empuja hacia el interior de la vida – la nuestra vida-, que es quien nos compone -mueve- el encuadre de esa vida muchas veces no elegida.
Habitar nuestra escena es; navegar calladamente entre brumas y silencios hasta dejar de ser lo que somos para imaginar ser ese barquero quine nos llevará a la otra orilla de la vida, al otro lado del horizonte, dejando atrás visiblemente ese mundo que sin esfuerzo nos ha domesticado, ese mundo que nos ha intentado construir a su manera, aquel que convirtió nuestra rutina de habitar en el arte de la costumbre, su arte.
Habitar la escena es atravesar la niebla espesa de esa primera mañana de otoño, para volver a sentirse vivo, porque hay otra vida después de habitar, después de habitarse.
Junichiro Tanizaki. autor desconocido | Libro japonés «Showa Literature Series: Vol.31 (número de febrero de 1954)» publicado por Kadokawa Shoten.
Es del todo inesperado que El elogio de la sombra de Junichiro Tanizaki (1886-1965), legendario por su fama de libro breve, exquisito y sabio, empiece, luego de referir las dificultades prácticas del arreglo de unas ventanas, con una larga y apasionada disertación en torno a ese reducto enojoso e indispensable que los peruanos llamamos “baño”, los mexicanos “excusado” y los españoles “lavabo”.
En su rápida alabanza de la arquitectura tradicional de su país, en una obra que data de 1933 en que Japón vivía las consecuencias de un cuestionable y complejo proceso de occidentalización, Tanizaki destaca la ubicación de estos sanitarios fuera de la casa, apartados y a menudo situados en medio de un bosquecillo, lo que permite tanto la privacidad del acto fisiológico como la conexión sensitiva con la naturaleza a través de la filtración de los sonidos de los pájaros y los follajes.
Tanizaki menciona su predilección por ciertos tipos de madera para el retrete, el suelo y las paredes en contra de la estricta blancura de los recubrimientos y losas tan propia del estilo occidental, costumbre en la que advierte una obsesiva preocupación por la visibilidad de la higiene. En seguida va más lejos y evoca el agrado acogedor que brinda al usuario del baño el deterioro natural de los materiales, sin el menor escándalo por la aparición de las manchas que va dejando sobre las tablas el paso de los años, es decir la vida misma.
Justamente a partir de estas comparaciones, el escritor dirige su pasión nostálgica a la pormenorización –verdadera delicia para pintores, fotógrafos y arquitectos– de los más variados ejemplos, extremadamente concretos, que muestran el gusto japonés por ciertas cosas que el progreso industrial y consumista reprobaría con horror: el aspecto envejecido y la semioscuridad de los objetos y recintos de carácter doméstico.
Vivienda japonesa
En particular, el autor recusa la imagen impecable y cristalina de la cocina, y de sus utensilios y comidas, importada por una sociedad en la que, por el contrario, la contemplación de objetos en los que asoma el desgaste y la impregnación “grasienta” de las manos incluso
“apacigua el corazón y tranquiliza los nervios”.
No se trata de una aprensión por “todo lo que reluce”, aclara Tanizaki, sino que preferimos “los reflejos profundos, algo velados, al brillo superficial y gélido”, es decir el
“brillo ligeramente alterado que evoca irresistiblemente los efectos del tiempo”.
Solo en una regulación adecuada de la claridad, lejos del perenne simulacro del día que parece ansiar la “orgía de la luz eléctrica”, es que puede disfrutarse, por ejemplo, del espectáculo sencillo y glorioso de un arroz blanco sobre la mesa:
“Solo con verlo presentado en una caja de laca negra y brillante colocada en un rincón oscuro, se satisface nuestro sentido estético y a la vez se estimula nuestro apetito. No hay ningún japonés que al ver ese arroz inmaculado, cocido en su punto, amontonado en una caja negra, que en cuanto se levanta la tapa emite un cálido vapor y en el que cada grano brilla como una perla, no capte su insustituible generosidad. Llegado a este punto, se da uno cuenta de que nuestra cocina armoniza con la sombra, de que entre ella y la oscuridad existen lazos indestructibles”.
Pienso que la estética de Tanizaki haría buenas migas con la tendencia contemporánea de arquitectos y decoradores a optar por la exposición y la sinceridad de los materiales (ladrillos, piedra, cemento, maderas, metales) rehuyendo capas de pintura, empaques y acabados que no solo esconderían la realidad de la construcción, sino que además duplicarían sin necesidad el artificio que es ya la edificación por sí sola, trazando una separación ente el habitante y su estancia en la caricia y el color de cuyas superficies puede sentirse el estado de la materia y el pálpito de la naturaleza.
No es casual que El elogio de la sombra detenga su discurso en la descripción minuciosa del venerable papel japonés:
“Solo hay que ver la textura de un papel de China o de Japón para sentir un calorcillo que nos reconforta el corazón (…) Los rayos luminosos parecen rebotar en la superficie del papel occidental, mientras que la del hosho o del papel de China, similar a la aterciopelada superficie de la primera nieve, los absorbe con suavidad. Además, nuestros papeles agradables al tacto, se pliegan y arrugan sin ruido. Su contacto es suave y ligeramente húmedo como el de la hoja de un árbol”.
Leer algo semejante ratifica el convencimiento de que es inhumana la supresión del cuerpo y los sentidos con la excusa del cultivo del espíritu. Ocurre que El elogio de la sombra es también la prueba de que una sensualidad educada conduce a una espiritualidad menos volátil y más sustancial que, de paso, nos permite reconocernos en la vida que nos ha sido dada. Reconociéndonos, además, en nuestra temblorosa finitud radiante de imposible grandeza.
El libro de Tanizaki alcanza el éxtasis cuando se ocupa de la reserva, dentro de la vivienda tradicional del Japón, de un espacio llamado toko no ma, que el autor describe como un “hueco” y que consiste en un cubículo de un piso ligeramente elevado, que no cumple función práctica alguna y se destina a la pura contemplación de sus ocupantes. Habitualmente cuelga sobre la pared un rollo de pintura desplegado o se coloca un sencillo jarrón, y no se consiente jamás ninguna recarga de decoración.
Nijiriguchi, entrada al Origen
Dice este escritor que estos rincones que honran la arquitectura japonesa deben su encanto al hecho de que solo sirven para que, a lo largo de las horas, el avance de la luz natural vaya creando allí
«recovecos vagamente oscuros».
En esos «espacios recoletos», escribe Tanizaki, el aire «encierra una espesura de silencio» y
«reina una serenidad eternamente inalterable».
De ahí que el toko no ma sea un magnífico ejemplo de ese deseo, tan inequívocamente oriental, de obtener en el diseño y la manufactura no tanto una eficiencia libre de accidentes, sino más bien una relación más sensible con los útiles y espacios cotidianos que acepta el misterio y el declive de los seres, en contra de la ilusa actitud de triunfo y arrogancia manifiesta en la técnica y la ciencia de la modernidad occidental.
En este sentido, nada enfurece tanto al autor como la invasión de una luz allí donde es esperable y más “real” el andar parsimonioso de las sombras. Tanizaki recuerda la decepción que vivió en un recorrido a bordo de una barca para asistir, sobre un estanque, a la visión de la Luna llena. Fiasco del cual tuvo la culpa una inesperada “guirnalda de bombillas eléctricas multicolores” dispuesta sobre una de las orillas.
“La Luna había acudido a la cita, pero era como si ya no existiera”.
Sucede que detrás de este panegírico de lo umbrío no existe un nihilismo o una delectación patológica en lo maléfico o abismal. Y si hay que apresurarse a decirlo es porque, al igual que la tristeza, el aburrimiento y la ignorancia, la oscuridad ha sido muy desacreditada en una civilización que, como la nuestra, adoró en la Ilustración y el Positivismo el aire victorioso, dominante y utilitario de la claridad, y lo hizo con el mismo furor dogmático que atribuyó a las instituciones políticas y eclesiásticas a las que combatió como a los restos odiosos de la edad presuntamente infantil, primitiva y oscura de la humanidad.
En Tanizaki vibra la inclinación no hacia lo vedado e impenetrable per se, sino hacia el hecho de que las cosas y sus cualidades –la aparición del ser– solo destacan en el centro del teatro natural que la penumbra. Tan solo en cierta semioscuridad se suprime el bullicio de las señales que se disputan nuestra atención, como lo hacen en el ambiente tiránicamente espléndido de un centro comercial. Solo en la simplicidad se abren nuestros sentidos a una comunión con las superficies y las formas.
“Los orientales intentamos adaptarnos a los límites que nos son impuestos, siempre nos hemos conformado con nuestra condición presente; no experimentamos, por lo tanto, ninguna repulsión hacia lo oscuro”.
Es cierto que el arte y el pensamiento de Occidente no han sido del todo ajenos a este trato respetuoso con los límites –los límites de la iluminación y los de nuestro ser y nuestro conocimiento– y pueden mostrar un legado capaz de transmitir cierta armonía con lo velado y desconocido, así como un temple para el cual lo imposible no causa angustia ni humillación. Rembrandt, Caravaggio o La Tour en la pintura post-renacentista; Dreyer y Kieslowski en el cine; así como Sócrates y Montaigne, Séneca y Odo Marquard en la aceptación serena de nuestra finitud en el saber y en la felicidad.
De todos modos, hacia el final, y con melancolía, Tanizaki admite que esta vieja manera de tratar con el mundo cederá sin remedio a la prepotencia de la plástica extranjera. Como dice –en una reflexión útil para un examen de la globalización y la interculturalidad–, el desarrollo de Occidente ha sido fruto de su propio itinerario y, por tanto, su brusca inserción en una sociedad que, como la oriental, tiene otra historia y otro carácter, no puede sino producir el impacto de la incongruencia y la ruptura. A pesar de lo cual, a Japón “no le queda sino avanzar” por una senda ya sin retroceso,
“dejando caer a aquellos que, como los viejos, son incapaces de seguir adelante”.
En esta despedida, las palabras de Tanizaki me devuelven a la sospecha de que los grandes autores tienden a dialogar entre sí y se estrechan la mano, aunque no se citen el uno al otro y ni siquiera se hayan conocido.
Pienso en el poema de Jorge Luis Borges titulado igualmente “Elogio de la sombra” (parte del libro homónimo que publicó en 1969), en el que el argentino, al otro lado de la Tierra, acepta sin queja ni amargura no solo el arribo de la vejez, sino también la partida de la luz ante el incremento de su ceguera.
La complacencia que muestra Tanizaki por una economía del estímulo y el mínimo de contenidos, resalta en los versos en que Borges confiesa que “siempre en mi vida fueron demasiadas las cosas”, y recuerda que
“Demócrito de Abdera se arrancó los ojos para poder pensar”.
Ahora en que se difuminan los rasgos de Buenos Aires y le son esquivas hasta las letras de la página de un libro, no hay sin embargo una sensación de temor, sino que más bien despunta la impresión de
“una dulzura, un regreso”.
Como el toko no ma de las casas del Japón tradicional, despojado de todas las presencias para que únicamente acontezca la presencia, Borges escribe que
“el animal ha muerto o casi muerto. Quedan el hombre y su alma”,
España comienza el siglo XX como uno de los países más pobres de Europa. El desarrollo de la Península está estrechamente relacionado con la evolución política y los cambios radicales del siglo XX, que han convertido a España en uno de los países europeos que ha experimentado un mayor crecimiento y desarrollo gracias a sus infraestructuras.
La polisemia de la palabra fuente ahonda sus raíces en la voz latina fons, que significa manantial u origen. Su definición queda vinculada simultáneamente tanto a la existencia de un soporte constante como al fluir y variabilidad del agua que emana de él, siendo en esta última condición de liquidez donde bebe el quehacer investigador.
La discusión de la naturaleza cambiante de las fuentes de conocimiento es fundamental para entender los procesos de formación de los enunciados en relación con cualquier disciplina. En el caso de la arquitectura, su historia más tradicional se dedicó a transformar los monumentos del pasado en documentos, textualizando todo aquello que su materialidad y composición eran capaces de transmitir tácitamente. Con los avances de la imprenta, los primeros documentos alfabéticos o alfanuméricos pasaron a estar acompañados de imágenes con dibujos, y su copia mecánica masiva introdujo el cambio de paradigma que llevaría a uno de los personajes de la decimonónica novela de Víctor Hugo a pronosticar la muerte de la arquitectura.
Ciertamente, la herencia ilustrada había asentado las fuentes escritas tipográficas como puntos cardinales en la construcción del conocimiento, desplazando las demás. A este respecto, Michel Foucault señaló cómo la historia moderna había convertido todos aquellos documentos en los nuevos hitos y propuso la transformación metafórica de esta en una “arqueología del saber” que propiciase el encuentro crítico con aquel acervo documental monumentalizado.
A partir de la segunda mitad del siglo XX, otras formas de aproximarse al pasado alentaron el cuestionamiento de esta hegemonía y, a los cambios radicales introducidos por las temáticas y las metodologías de investigación posmodernas, se sumó la búsqueda de fuentes alternativas a las escritas, demostradas insuficientes para abordar otras corrientes historiográficas, estudios culturales y enfoques intersectoriales. El fenómeno, calificado inicialmente por el historiador francés Jacques Le Goff como “la revolución documental”, permitió la consideración de la pintura, la fotografía, la oralidad, etc., como fuentes con información fidedigna sobre cualquier objeto de análisis en cuestión, incluida la arquitectura.
Esta mutabilidad de las fuentes, cuantitativa y cualitativa, siempre ha estado íntimamente relacionada con la complejidad del ecosistema mediático en el que surgen. Por ejemplo, en el ámbito del arte, primero Aby Warburg, con su Atlas Menmosyne, y después André Malraux, con su idea de Museo Imaginario, desarrollaron la capacidad de pensar la historia más allá de los relatos preestablecidos mediante imágenes fotográficas. En este sentido, en el campo de la arquitectura, Beatriz Colomina, recurriendo a la tesis de Reyner Banham sobre los imaginarios industriales, argumentó que el Movimiento Moderno había sido el primero en basarse en “evidencias fotográficas” antes que en la experiencia personal o en documentos impresos convencionales.
No obstante, Colomina fue aún más lejos al presuponer que, desde entonces, el lugar de producción y conocimiento arquitectónicos quedó emancipado de la construcción e irreversiblemente desplazado hacia escenarios más inmateriales, como exposiciones o revistas de arquitectura, que también quedaron convertidas en fuentes históricas. Esta virtualidad fue exacerbada por el impacto del giro digital de finales del siglo XX, el cual transformó en bits la condición material tanto de todas aquellas imágenes fotográficas como de las publicaciones en las que se difundían.
Mario Carpo ha demostrado la influencia de los cambios de las tecnologías de la comunicación en el pensamiento arquitectónico occidental, desde la imprenta hasta lo que denominó el salto
“del alfabeto al algoritmo”.
Mas recientemente, Carpo ha puesto su énfasis en el viraje algorítmico que está introduciendo la inteligencia artificial en sus versiones de machine learning y deep learning. Efectivamente, en el contexto actual, existe una infinidad de fuentes de datos que ‘alimentan’ o ‘entrenan’ distintas IA generativas para producir contenidos (textos, gráficos, imágenes, vídeos, etc.). Sin embargo, esta disparidad de fuentes, cuyo origen muchas veces es opacado, puede proporcionar datos desactualizados, erróneos e incluso portadores de sesgos y prejuicios sistemáticos, como segregación de género, edad, racial u otros tipos de discriminación que, inevitablemente, contaminan los resultados.
Si el conocimiento se deriva de la información y esta, a su vez, de los datos, hoy más que nunca es urgente preguntarse acerca de las fuentes que han nutrido y/o nutren la lógica de este sintagma. Este nuevo número de VAD invita a reflexionar sobre el valor y la oportunidad de dichas fuentes, la fiabilidad que nos brindan y los desafíos que plantean la inconsistencia y volubilidad de sus nuevos soportes, pero también —no lo olvidemos— a pensar el modo en que todas ellas sostienen sus vínculos con la arquitectura, nuestra fuente primaria por excelencia, porque en tiempos de tanta incertidumbre parece conveniente recordar lo obvio.
La pasión es un elemento necesario para la investigación, particularmente para la investigación de archivo. ¿Por qué alguien lo haría de otra manera? ¿Por qué sumergirse en el oscuro y polvoriento espacio interior del archivo?
Beatriz Colomina
SUMARIO
Entrevista
– Entrevista a Giovanna Borasi. José Luis Oliver
Prólogo
– La fuentes. Asunción Díaz García
Editorial
– Tejer las fuentes. Ana Gilsanz Díaz
Artículos de investigación
– La dramaturgia del paisaje: Una reflexión sobre “The Russian Ending” de Tacita Dean. Daniela V. Di Bella
– El archivo vivo: Documentación de las arquitecturas efímeras en el Arte Escénico. Juan José González Ferrero
– El Archivo de la Biblioteca de la E.T.S.A. (UPM): Notas sobre la historia de su compromiso con la docencia y el patrimonio. Margarita Suárez Menéndez
– Una revisión crítica del Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife, obra del arquitecto Andrés Perea Ortega. Antonio Estepa Rubio
– Las fuentes documentales de Regiones Devastadas y Reparaciones en León: La producción arquitectónica de Moreno, Barrenechea y Miralles. Javier Caballero Chica
– El poblado del Esla (Zamora): Arquitecturas para la industria energética a partir de sus fuentes documentales. Rafael Ángel García-Lozano
– Fuentes múltiples para el estudio del patrimonio local: Reconstrucción histórica y herramientas de gestión del Molino Tassara en Junín, Buenos Aires. Melina Yuln
Artículos de crítica
– Coyunturas: ¿Qué están pensando los arquitectos en Perú? Cristina Dreifuss Serrano
– El Archivo de los archivos: Una figura genérica. Alejandra Celedón Förster | Martín Bernales Odino
– Aquella eterna fuente está escondida. Daniela Arias Laurino
– De los monumentos a los algoritmos: La transformación de las fuentes de conocimiento en la arquitectura. Diana Maján Quinto
– Los archivos de empresa: Fuente para el estudio de la arquitectura. Cristina Souto Pita
Reseñas
– Las paradojas de Sigurd Lewerentz. Del Clasicismo al estilo tardío. José Ignacio Linazasoro. Héctor Navarro Martínez
– Mujer y espacio doméstico: retratos de la desigualdad de género en la arquitectura y ciudad modernas. Rodrigo Almonacid Canseco (coord.). Raquel Martínez Gutiérrez
– Anna Bofill Levi. La arquitectura como contracanto: 1977-1996. Mª Elia Gutiérrez Mozo, José Parra Martínez, Ana Gilsanz Díaz y Joaquín Arnau Amo. María Fernández Hernández
– Sin arquitectura. Francisco de Gracia. Aurora Herrera Gómez
Hoy comento el último párrafo de la carta de Le Corbusier que inició todo el episodio1 que culminó en su invitación a Venezuela. En la cual adjuntaba el pequeño gouache que daba color al dibujo del Delta del Ganges que había hecho desde un avión. Se le había pedido un texto para los jóvenes y esto escribió:
«Para el texto, le agradezco que se refiera al libro aparecido en francés, en las Ediciones Vincent et Fréal en París (4, rue des Beaux Arts) titulado: «Le Corbusier-L’Atelier de la Recherche Patiente». Allí usted encontrará en la página 21 un texto que es el mensaje más objetivo que puedo dirigir a los jóvenes. Podría traducirlo al español y, eventualmente, hacerlo preceder del dibujo de la página 20, en color y en negro. Bien cordialmente de usted. Le Corbusier.»
Le Corbusier y el dueño del tarantín «L’Etoile de Mer», junto a su cabaña mediterránea. Se lee «reina la amistad», «Robert» (su amigo) y «San Andrés de los Erizos». Fragmento de un mural en la pared externa del tarantín.
En el cual Le Corbusier a partir de la narración de su trayecto vital iniciado en su más temprana adolescencia, «de los trece a los dieciséis años«, y luego de resumir sus experiencias en el mundo europeo destacando al final su viaje hacia el Este que lo llevó hasta Turquía y del cual salió su primer libro Viaje a Oriente, esencial para asomarse a su personalidad, culmina con una frase que es sin duda el resumen de lo que quería trasmitir. La motiva su estancia en Grecia, en la Acrópolis, junto al Partenón con sus columnas
«[…] Aún acostadas sobre el suelo. Con los dedos se toca, se acaricia, se aprecia el modelado de la obra. Estupefacción: la realidad no tiene nada en común con los libros de enseñanza. Aquí cada cosa es un grito de invención, una danza bajo el sol…Grande, definitiva admonición: no hay que creer sino después de haber visto y medido…y tocado con el dedo!».
Y concluye más adelante:
«[…] Quedarse joven…VOLVERSE joven».
II
Son palabras asociadas a valores trascendentes. En cuanto a que hacen un llamado hacia un modo de vivir, una visión de las responsabilidades del hombre, asociado a valores; a lo que coloquialmente llamamos mundo espiritual. Es una visión ética, que en otro tiempo intenté calificar como humanista sin percatarme del peso que esa palabra tiene en otros lugares y específicamente en los Estados Unidos donde se vio en un tiempo no muy lejano como beligerante, antagónica con cualquier perspectiva religiosa.2
Y sea como sea que la califiquemos, contrasta de un modo drástico con los mensajes de quienes hoy disfrutan de notoriedad como arquitectos y toman gran cuidado de alejarse de los confines materiales en los que se mueve la disciplina, respondiendo así a la tendencia actual de evitar consideraciones referidas al mundo moral. Hay miedo (justificado en parte) a las moralinas. A los jóvenes de hoy se prefiere hablarles de destrezas, de capacidad de superación basada en la tenacidad y el esfuerzo, sobrecargando el mensaje con una obsesión por el éxito que propone como objetivo central destacarse sobre los demás, ser nombrado, halagado, ser centro de atención. Se trata de tener Poder. Poder que puede ser y generalmente es el económico derivado del éxito profesional, como el que hace a tantos arquitectos del espectáculo pasearse por el mundo repitiendo sus artilugios, los trucos que les han conferido notoriedad. O Poder en el sentido político caracterizado por un cuestionamiento del juego de intereses predominante que se agota en la inconformidad, el desencanto o el desaliento frente al establishment.3 Un cuestionamiento que se vuelve esquemático, en el que anidan los lemas políticos insustanciales que se diluyen en las manos de los que una vez fueron contestatarios cuando asumen posiciones de Poder. Como ha ocurrido por ejemplo, aquí en Venezuela.
Discursos así nada tienen que ver con la rebeldía que señala Le Corbusier, la del sí mismo, la de quedarse joven la de VOLVERSE joven, que es cuestionamiento ético y moral. Una llamada a no olvidar el desinterés, el hacer las cosas por convicción y no por convención.
III
En ese preciso sentido la figura de Le Corbusier se agiganta. Se destaca entre sus pares y entre quienes la admiración general ha llevado a una notoriedad parecida porque su mensaje rebasa los límites de un saber específico, de la artesanía del oficio, y quiere abarcar a la persona en su totalidad. Un rasgo que en tiempos del todo vale le ha hecho centro de críticas y no pocos intentos de reducirlo al rol de una especie de predicador ingenuo, pero que ante el evidente fracaso de la visión práctica4 más bien frívola surgida de la opulencia, ahora en crisis, ha terminado por revalorizarlo como referencia fundamental.
Porque ya, con todo el tiempo transcurrido, lo más significativo de su legado es su propia vida, tal como pareció intuirlo al referirnos a la descripción de sus años juveniles plenos de descubrimientos en el texto que comentamos.5 Sobre todo en cuanto atañe a su progresivo paso de propagandista vivaz hacia una universalidad serena pero enérgica, que intenta comprender, de la cual su testimonio más relevante es la experiencia de Chandigarh nueva ciudad construida en la década anterior a la de su muerte, en el otro lado de su mundo geográfico y cultural. En ella demostró una capacidad de comprensión que, como hace muy poco me señalaba el colega Enrique Larrañaga la ha convertido en
«Una ciudad muy armónica, con todos los conflictos de la India en esos años (se refiere a una visita en 1995) pero con raíces para crecer sanamente, a diferencia de su contemporánea Ciudad Guayana, condenada al fracaso desde su ideación […].
La Ciudad Guayana venezolana, como sabemos, es la primacía de la razón práctica, de la técnica superpuesta, de la ausencia de aliento trascendente.
Óscar Tenreiro Degwitz, arquitecto.
Venezuela, Julio 2013
Notas:
1 Sigo con las secuelas de la carta de 1963 ahondando en algunas cosas vinculadas con lo que allí escribió Le Corbusier. Y me ocupo del mensaje que envió, el cual publiqué aquí, no es otra cosa que el relato de sus experiencias de vida, con lo cual afirma su convicción de que es desde la vida, en el sentido de la experiencia del hacer, de donde viene el conocimiento profundo, el que conforma la cultura individual y se convierte en cultura colectiva. Un mensaje que desconfía de lo libresco, congelado en libros, revistas o tratados y apela a la capacidad de cada quien para decir esto sí o esto no.
Es un mensaje que puede conectarse con otros que lo complementan, como el que acompañó a la publicación del Proyecto de la iglesia de Firminy por parte de estudiantes norteamericanos de la Universidad de Carolina del Norte en los primeros sesenta y dice así:
«Publicar los croquis del nacimiento de una obra de arquitectura puede ser interesante. Cuando una tarea se me confía, tengo la costumbre de meterla dentro de mi memoria es decir, de no permitirme ningún croquis durante meses. La cabeza humana está hecha de tal modo que ella posee una cierta independencia: es una caja en la que se arrojan sin orden los elementos de un problema. Se deja entonces «flotar», «marinar», «fermentar». Luego, un día, como una iniciativa espontánea del ser interior, se produce el click: se toma un lápiz, un carboncillo, creyones de color (el color es la clave del asunto) y se da a luz sobre el papel: La idea surge, el niño sale, vino al mundo, ha nacido».
2 Hoy, es verdad, ya trabajamos poco con la mano sobre el papel de croquis. A menudo, al menos a mí me sucede desde que tuve que reducir drásticamente mi espacio de trabajo y sólo tengo cerca computadoras y unas mesas llenas de objetos diversos, los primeros esquemas son rápidos y muy pequeños en hojas sueltas de papel: y de inmediato el corte se va perfilando dibujado en la pantalla. Por más que uno se empeñe en insistir en lo contrario, ya es esa pantalla la que ocupa el lugar de la hoja de croquis. Sin que por supuesto deje de ser muy necesario, indispensable, comprobar a mano con el esquema rápido. Poco importa sin embargo. Los instrumentos cambian con los tiempos como ha sido siempre. Lo que interesa señalar es que el proceso de «marinación», de «flotación» y «fermentación» es esencial. ¿Y cómo surge? No tiene demasiado que ver con la voluntad, sino con lo que hay dentro de la «caja» a la que alude Le Corbusier. Nuestra cabeza, que no es otra cosa que nuestra experiencia personal, la de vivir, la de observar, la de ilustrarnos, la de enriquecernos, la de «tocar con el dedo». Esa es la cuestión. Que nos remite, es sorprendente, al mensaje de Le Corbusier en la carta, el del texto sobre sus primeras experiencias de vida. Que recalca la inmensa importancia que para el arquitecto tiene ese trayecto que pudiéramos llamar sensorial sobre las cosas del mundo que alimentan a la arquitectura.
3 Hablé del «corte» dibujado en la pantalla de la computadora. Y esto me lleva a un maestro más cercano, más inmediato a nuestra geografía cultural: Carlos Raúl Villanueva. Porque «el viejo» insistía de modo enfático en la importancia del corte como definición de la idea arquitectónica. Y cabe aquí recordar que prácticamente todas las nociones espaciales de cualquier arquitectura del pasado o del presente se resumen en el corte, no necesariamente en el envoltorio externo. Y también en la estructura, en el esqueleto, en el soporte, al cual también Villanueva daba enorme importancia en la etapa de «fijación» de la idea, como me comentó una vez el colega Óscar Carmona quien colaboró estrechamente con él en un par de trabajos pocos años antes de la muerte. Al tocayo Óscar, cuando sepa donde se encuentra, es indispensable, por cierto, entrevistarlo. Si de él sabe alguno de los lectores caraqueños de este blog estimaré me lo comuniquen.
4 Y es posible deducir de lo dicho: experiencia de vivir, de experimentar y tocar, cultura y sabiduría personal; capacidad de convertirlo todo en vida interior, en «caja de sorpresas¨ donde las cosas se sumergen en la sustancia de lo vivido; utilización adecuada y tempestiva de los instrumentos; definición y configuración de la idea en corte y estructura; en todo eso, en la vinculación orgánica de todas esas cosas hay un modo específico de aproximarse a la arquitectura que «nada tiene que ver con los estilos» como también decía Le Corbusier.
Es ese el mejor antídoto frente a la inundación de frivolidades o costosas excentricidades de las cuales ha estado llena mucha de la arquitectura exitosa de las últimas décadas.
5 Así, del modo sencillo expresado en textos reflexivos, del impulso de comunicación para sumar a las personas a la tarea de «ir juntos», es como se construye un legado destinado a permanecer. Tal vez allí, como digo en la nota de hoy, es donde más se hace perdurable el mensaje de Le Corbusier. Eso, además de su visión de artista expresada en la pintura, la escultura y su fervor literario que lo llevó a escribir profusamente como muy pocos arquitectos de su tiempo e incluso posteriores; escritura que permite conocer motivos, sentimientos, episodios, observaciones, asimilar mejor lo que trató de trasmitir.
El otro día fui al Museo del Prado con mi amigo Pablo. Hacía muchos años que no iba; tantos que ni siquiera había visto la ampliación de Moneo (que, por cierto, no me pareció nada de nada: unas cuantas salas dispuestas para exponer, una escalera larga, unos ascensores, unos aseos… o sea, lo correcto; no sé si es para tanto, pero tampoco sé si se puede hacer mejor).
Vimos las exposiciones temporales de la metapintura, de José de Ribera y del Maestro Mateo. Fantásticas pero agotadoras. De pie derecho (y a «paso museo») más de cuatro horas. Me dolían las piernas y la espalda. Y aún tuvimos humor (y Pablo la paciencia) de subir al claustro elevado (operación pop donde las haya) de los Jerónimos para ver la exposición de las ocho propuestas finalistas para la nueva ampliación del museo, consistente en la adaptación del Salón de Reinos.
Digo todo esto para ponerme el parche antes de la herida y para pedir disculpas antes de opinar. Estaba agotado, y el análisis de los paneles requería una atención, una lucidez y un tiempo que no tenía. No obstante sí que pensé un par de cosas, y como soy un inconsciente y un irresponsable las voy a decir aquí.
Creo, para empezar, que se trata de un concurso imposible, en el que el planteamiento es más que discutible, por no decir directamente que es erróneo. Se está constituyendo un grandísimo museo por adición de cagaditas. Por lo tanto, da igual cómo se resuelva cada cagadita: son cagaditas.
El Salón de Reinos no es una gran obra arquitectónica (ni siquiera es muy buena), y no es digna del Museo del Prado. A este paso, si el museo va necesitando nuevos espacios podría ir adquiriendo cualquier local -un Palacio del Pollo Asado, un Museo del Jamón, un McDonald’s…- e ir convocando concursos de arquitectura a los que se presentarían las más grandes eminencias.
Dicho lo cual, cualquiera de las ocho propuestas que se exponen me ha parecido bastante más digna que el edificio original, y a la vez todas absolutamente inútiles. Pero no es culpa de los arquitectos que las han presentado. Ha sido la convocatoria del concurso, las bases mismas, que no permitían solución.
Croquis muy elocuente e inteligente de la propuesta ganadora, de Norman Foster y Carlos Rubio Carvajal.
No puedo analizar una por una. Sí diré que el croquis a mano alzada de Foster-Rubio me ha parecido inteligente y pícaro, muy elocuente y muy atractivo ante tanto render 3D y tanto exceso. El gesto casi para niños, dibujando hasta la manita que quita la cubierta y la que quita dos forjados como si fueran dos naipes o dos tarjetas rojas, me ha parecido encantador, y hábilmente dirigido a un jurado cansado y saturado.
La propuesta de B720-Chipperfield me parece muy elegante, pero flojita; la de Souto-Hernández-Riaño magistral, pero como es magistral un arpegio de Bach, apenas un distraído y automático do-mi-sol-do. Es Bach, sí, pero no es la Pasión según San Mateo, sino un mero borrador, un apunte. Cruz y Ortiz también muy elegantes, como siempre… Sí: todas las propuestas son muy buenas, pero…
Pero la consabida fachadita sur es lo de siempre, la «plaza» que relacionaría en superficie el Museo inicial, la ampliación de Moneo, el Casón y este Salón del Reino es anodina -interesante la de SoutoHdezRiaño y escamoteada astutamente por FosterRubio-, y la relación subterránea entre todo ello, que a mi juicio sería la verdadera clave de cada propuesta, es evitada concienzudamente.
En la primera pasada los paneles de OMA me parecieron una salida de pata de banco. Pero reflexionando un poco me parecen los más coherentes con la incoherencia de todo el planteamiento, y si pecan de algo es de ser demasiado comedidos y de haberse quedado cortos en su pretendida provocación. Al final se peinan, quitan los codos de la mesa y hasta bendicen los alimentos que todos vamos a tomar.
Seguramente el Museo del Prado sea un problema sin solución -como lo son el Louvre, el Metropolitan, el British…-, un monstruo imposible, un terrible acúmulo del talento de la humanidad. ¿Cómo se hace un museo así? ¿Cómo se le da sentido en esta época en la que el mero atesoramiento de obras de arte y su exhibición no tienen ya tanto sentido como antaño?
Yo solo veo dos modelos de museos, y los dos me parecen muy problemáticos:
Uno sería el mamotreto monstruoso, con hectáreas y hectáreas construidas, y con previsión de más y más hectáreas ampliables. En este caso no tiene mucho sentido conseguir esa inmensa mole por adición de edificios separados que se ligan mediante galerías subterráneas. (Y, repito, ahí el verdadero proyecto son esas galerías, que en este concurso no se ven). Sería mucho mejor hacer un grandísimo edificio de nueva planta. Tal vez aún se podría reconsiderar lo de la Peineta para el Atleti y adaptarla y requeteampliarla para Museo del Prado. O hacer por fin el gran EurovegasPrado, o el inmenso ParqueWarnerPrado, en algún municipio del sur de Madrid. En el Quiñón de Seseña quedaría de miedo un enorme PoceroPrado.
El otro sería hacer ese Museo del Prado en sedes dispersas, repartidas por toda España. Un verdadero Museo Nacional del Prado. Cada sede podría tener unos fondos fijos y existir además un gran fondo circulante, o bien que todo el fondo del museo fuera circulante a base de exposiciones temporales que se alternarían con actividades culturales, conferencias, ciclos de cine y de teatro, festival de jazz renacentista y lo que hiciera falta. Quiero decir hacer un museo marca, una especie de SuperGuggenheim, un Prado sin prado, sin el cateto Salón del Prado al que los madrileños (bizarrísimas damas y bien dispuestos caballeros) salían a pasear sin daños ni perjuicios, ni deshonestidades.
En donde […] es cosa de muy de ver y de mucha recreación la multitud de gente que sale, de bizarrísimas damas, de bien dispuestos caballeros, y de muchos señores y señoras principales, en coches y carrozas. Aquí se goza de gran deleite y gusto de la frescura y viento en todas las tardes y noches del Estío y de muchas buenas músicas, sin daños ni perjuicios, ni deshonestidades…
Qué viejo es todo esto, qué paleto. (Por cierto, que veo en los paneles esos cuartetos de cuerda callejeros, esos caminantes bizarrísimos, esos señores y señoras principales y noto el tufillo chulapón y castizo, y me da tiritona).
Siempre me pasa igual: Me lanzo a escribir, me entusiasmo y me pongo a disparatar. Sólo quería decir que sí, que un concurso de arquitectura más, que vigas blancas de gran canto y cerchas vistas a lo povera (junto con la más pija sofisticación), o dobles alturas con vigas en equis allá arriba, o estucos malvas, rosas, blancos, o cubiertas de chapa o de policarbonato, o chapados de granito o de uglass, o de hormigón blanco.
La verdad es que sí, que todo es muy bonito y que los arquitectos concursantes han hecho buenos trabajos.
Permanezcan atentos a las nuevas ampliaciones. Cuando lleguen a la Puerta de Alcalá va a estar muy bien.
José Ramón Hernández Correa · Doctor Arquitecto
Toledo · Diciembre 2016
Le dedico esta entrada, con más miedo que vergüenza, al siempre lúcido Jaume Prat. También a mi amigo Pablo, amigo del museo, que me invitó y me acompañó, y me ayudó a abrir los ojos en muchos detalles.
El documental «Construcción dun Carro do País», dirigido por Manuel Olmo, nos sumerge en un viaje a las raíces de la tradición gallega, recuperando la memoria de una pieza icónica de la cultura rural: el carro gallego. Este proyecto audiovisual no solo pone en valor la artesanía que envuelve la creación de este elemento esencial del mundo agrícola, sino que también reflexiona sobre su significado histórico, cultural y social en el contexto del rural gallego.
El carro do país, símbolo de una época en la que el ingenio humano se alineaba con los recursos locales, es mucho más que una herramienta de trabajo. Es una obra de diseño y funcionalidad, una manifestación de conocimientos transmitidos de generación en generación y una metáfora del vínculo entre las personas y la tierra. A través de un enfoque meticuloso y respetuoso, Manuel Olmo capta cada detalle del proceso de construcción, desde la elección de las maderas, hasta los ensamblajes precisos que aseguran la durabilidad y utilidad de esta estructura tradicional.
Este documental no se limita a registrar la reconstrucción del carro, sino que lo enmarca en un contexto más amplio. Desde el sonido característico de sus ruedas —que aún resuena en la memoria colectiva— hasta el papel de los maestros artesanos que guardan el saber ancestral, «Construcción dun Carro do País» ofrece una mirada a los valores de sostenibilidad, economía circular y respeto por el entorno que definían la vida rural en Galicia.
El Centro Tecnológico de Reparación de baterías de VE constituye un hito para la sostenibilidad ambiental y la economía circular, materializando un proyecto pionero e innovador en el territorio español al abordar los nuevos desafíos actuales frente al reciclaje de baterías eléctricas en el mundo de la automoción, convirtiéndose en una Propuesta de innovación Medioambiental.
Centro tecnológico de reparación de baterías de vehículos eléctricos | Esculpir el Aire – José Ángel Ruiz-Cáceres | Planimetria
Desde su inicio, la propuesta incorpora 7 ESTRATEGIAS de reutilización del entorno construido y del reciclaje de baterías, reduciendo su impacto y garantizando la calidad del entorno industrial donde se desarrolla.
Estrategia 1. Reutilización de edificio existente: ‘No-construcción’
En lugar de construir un nuevo espacio que albergue las innovadoras instalaciones, se ha procedido a la reutilización de una nave industrial existente de modo que se optimiza enormemente el consumo energético y se reducen considerablemente las emisiones de carbono del proceso de su ‘no-construcción’.
Estrategia 2. Redifiendo el tradicional taller de automóviles
Mediante un proceso de optimización del ‘know-how’ de la actividad, el Centro Tecnológico es capaz de redefinir las experiencias memoriales que tenemos del tradicional taller de automóviles con una alta eficiencia del espacio en planta.
Estrategia 3. Un espacio interior dentro de un espacio interior
La propuesta se gestiona con la misma rapidez y facilidad que un plató cinematográfico –superficies divisorias de poco espesor y sencillo montaje con iluminación controlada– a través de una secuencia espacial que articula el CICLO DE REPARACIÓN:
1. Área de Socialización (recepción y espera);
2. Área de Trabajo (Centro de Reparación);
3. Área de Circulación (acceso-salida de vehículos).
Estrategia 4. La manipulación de la envolvente arquitectónica fomenta la percepción de dinámica táctil
En esta propuesta, de nuevo, se retoma la investigación sobre ‘recorridos inducidos’ para alcanzar, mediante geometrías plegadas y curvadas –además de desplazamientos y erosiones– 2 simultáneos recorridos inducidos dobles. Recordemos que la manipulación formal de la envolvente es un motor de amplificación potentísimo para el desarrollo de nuestra experiencia háptica.
El nuevo diseño consigue desmarcarse de ‘lo industrial’ a través de un provocado contraste visual y háptico con lo existente, potenciando aspectos esenciales para la arquitectura como son sencillez, experiencia y luz, mediante la utilización de superficies blancas / de vidrio, paneles fijos y superficies móviles.
Estrategia 6. ‘Activity-based working’: Flexibilidad para un entorno más saludable
El nuevo espacio de trabajo desarrolla el concepto ‘Activity-based working’, donde la distribución geométrica del espacio ofrece diferentes espacios alternativos de soporte a la gran variedad de actividades que coexisten en el día a día de empleados y usuarios: trabajo individual, colaboración, reuniones online, llamadas, socialización, etc.
Usuarios y trabajadores interactúan conjuntamente, unidos a la vez que separados, por una gran superficie vidriada (analogía del TELÓN en una representación teatral) que impide el paso pero facilita la visión. Esta estrategia contribuye a la creación de un entorno inclusivo y culturalmente diverso, mejorando la percepción de ‘fría comunidad industrial’.
La nueva pérdida del centro | Fernando Quesada López (ed.)
Este libro se abre con el relato del desguace minucioso de un coche realizado en público durante cinco días y se cierra con la narración de la reconstrucción de una barca de navegación fluvial para nuevos usos colectivos. Dos vehículos con una enorme carga simbólica de lo que llamamos comúnmente civilización enmarcan la investigación que se recoge en esta publicación, realizada entre los años 2020 y 2023, que aborda las prácticas críticas en el Antropoceno.
Los contenidos abordan proyectos arquitectónicos, procesos artísticos e investigaciones alrededor de la pérdida de la centralidad del factor humano en la configuración del ambiente a partir de visiones críticas de este proceso cultural, material y político que marca, como ningún otro, la condición contemporánea de forma global. El título alude a un famoso ensayo del teórico cultural ultraconservador Hans Sedlmayr llamado Verlust der Mitte (pérdida del centro) de 1948.
Este mítico ataque contra la modernidad se lamentaba de la pérdida de centralidad del Anthropos en el mundo industrial, visible en las nuevas estructuras descentradas del arte moderno. Lo que el libro procura demostrar es que el centro perdido que anhelaba Sedlmayr nunca existió en realidad. El ambiente, el capital y las economías extractivas están entretejidas en narrativas que la arquitectura, las humanidades y las prácticas artísticas que afectan al espacio pueden y deben desentrañar críticamente.
Mike Brookes, Rosa Casado, Uriel Fogué, Óscar Cornago, Lidia Barona Segura, Fernando Quesada López, María Jerez, María Teresa Muñoz, Víctor Ballesteros Mateo, María Auxiliadora Gálvez, Silvia Zayas, Victoria Pérez Royo, Ana González Torremocha, Diana Delgado-Ureña, Alejandro Carrasco Hidalgo y Susana Velasco.
Son muchos los arquitectos y empresas de arquitectura que recurren a concursos para conseguir proyectos y nuevos encargos.
Sobre el porqué de optar por un modelo de negocio basado en muchas horas de trabajo que en la mayoría de las ocasiones no tiene un beneficio económico para la empresa, es algo que ya comentamos en un artículo anterior.
Sin embargo, y una vez tomada la decisión por parte de un estudio de participar en un concurso de arquitectura, resulta interesante analizar, desvelar y compartir las estrategias planteadas por los arquitectos que les han permitido ganar dichos proyectos.
Y resulta interesante porque ganar un concurso implica convencer, persuadir y vender una idea a un cliente (en este caso a un jurado). Es decir, comunicación en estado puro.
Además, implica plantear una solución mejor y más inteligente que el resto de equipos de arquitectos que compiten por obtener el ansiado encargo.
Conocer y analizar estas estrategias planteadas por nuestros compañeros es una de las mejores formas de aprender y poder aplicar dicho conocimiento en futuros proyectos o ante posibles clientes privados.
Si hay una estrategia común en muchos de los proyectos de concursos ganados, esa es la de ofrecer una solución que aporte algo más al mero hecho de resolver funcional y estéticamente un problema concreto.
Eso fue lo que hizo el equipo de Vaumm para ganar el concurso del diseño de un garaje en Galtzaraborda un barrio situado en el municipio de Errenteria.
El concurso planteaba el diseño y construcción de un garaje en un solar sin urbanizar y que, debido a un desnivel pronunciado, constituía una verdadera fractura en la continuidad del tejido urbano del barrio.
El equipo de Vaumm, estudio de arquitectura ubicado en San Sebastián y conocido por proyectos como el Basque Culinary Center, vio la oportunidad de plantear y transformar dicho garaje en una infraestructura urbana que resolviera, además del estacionamiento de los vehículos, la accesibilidad del barrio.
Esta estrategia permitió además tomar una decisión que puede considerarse la clave del proyecto y una de las razones por las que finalmente ganaron el concurso: dividir el edificio del garaje en dos.
Esta fragmentación aporta por un lado flexibilidad económica para poder ejecutar por partes el proyecto.
Además, se aprovecha el desnivel de la parcela, generando dos edificios que se adaptan a la topografía, minimizando el impacto visual dentro del barrio y permitiendo crear zonas verdes y conexiones que mejoran la accesibilidad de los vecinos.
En el siguiente vídeo, Íñigo García Odiaga de Vaumm explica en un minuto la estrategia del proyecto:
Cuando lo normal hubiera sido plantear un edificio de garaje para coches, Vaumm decide generar una infraestructura que mejore la accesibilidad de un barrio.
Cuando lo normal hubiera sido diseñar un edificio de aparcamiento de gran escala, Vaumm decide diseñar dos con menos impacto visual, adaptándose a la topografía y generando a su vez zonas verdes para los vecinos.
Cuando lo normal es plantear una solución a un problema de estacionamiento, Vaumm decide ir más allá y resolver también la accesibilidad de todo un barrio.
Los concursos no son el mejor modelo de negocio para los arquitectos y sus empresas. Sin embargo, hay mucho que aprender de ellos para seguir ofreciendo soluciones que mejoren nuestras ciudades y la calidad de vida de sus habitantes.
Ceremonia del Té, Yōshū Chikanobu (Toyohara Chikanobu) (1838-1912)
Una de las funciones esenciales de la arquitectura es el abrigo, la protección frente al clima y sus variables manifestaciones. Con independencia de la época o área geográfica que se quiera determinar, desde la cueva al rascacielos, todos los espacios que han cobijado a los hombres han domesticado el afuera y reconfortado ante la intemperie. La casa japonesa, sin embargo, por alguna extraña y seguramente fascinante razón, procura una cierta indiferencia ante la meteorología caprichosa de este país-archipiélago situado entre tifones, movimientos telúricos y vientos tropicales o siberianos.
La construcción de la casa japonesa establece un armazón articulado de madera envuelto en tejidos naturales, fibras vegetales, bambú y generosas carpinterías correderas shōji formadas mediante un bastidor de madera ligera y hojas de papel traslúcido: arquitectura de una refinada fragilidad.
Pero
¿cómo resguardarse de la nieve o los vientos siberianos que atraviesan el país de oeste a este durante el invierno? ¿Cómo ser arquitectura, sin abrigo?
Tan solo la cultura se presta a responder una pregunta tan osada: la ceremonia del té no solo templa el interior del cuerpo a la vez que excita el metabolismo, el kama1 se enrasa con el suelo y ocupa una posición rehundida convirtiéndose en radiador cercano y efectivo para el usuario. La posición arrodillada reduce la superficie de contacto entre el cuerpo y el ambiente, mientras las múltiples capas del kimono2 actúan como un aislamiento cercano, delicado y removible. Tal vez ninguna arquitectura pueda soportar por sí misma las mareas de la vida.
La atmósfera cálida que envuelve el cuerpo contrasta con la sombra densa del aire gélido. En palabras de Saitō Riuku,
“el refinamiento es frío”.3
Junto al tokonoma, el inmóvil habitante interior pudiera ser una de las representaciones más reales de la calma y el vacío «un pedazo de la concha de la tortuga celeste»4 en la ceremonia del frío.
Miguel Ángel Díaz Camacho. Doctor Arquitecto
Madrid. Junio 2014
Autor de Parráfos de arquitectura #arquiParrafos
Notas:
1 El Kama es el recipiente de metal que contiene el té; se introduce en un brazer de hierro (Furo) bajo el suelo que sirve para mantener el calor. 2 El Kimono es el vestido tradicional japonés. 3 Junichirō Tanizaki, El Elogio de la Sombra, Madrid, Siruela, 2001, pág. 17. 4 Lezama Lima, fragmento del poema “El Pabellón del Vacío”, en Fragmentos a su imán, 1978.
Construimos Museo es un documental que refleja a través de distintos personajes e historias cómo funciona el Museo ICO, cómo se genera un espacio público compartido que ofrece reflexión, formación y entretenimiento en torno a la arquitectura, el urbanismo y la fotografía.
Los protagonistas del documental son los visitantes, el personal del museo, los comisarios, montadores, fotógrafos, arquitectos, los espacios de exhibición y las exposiciones a lo largo de los últimos años. Todos ellos crean una obra coral que transmite a través de la emoción la complejidad y diversidad que existe en la vida de un Museo.
Dirección: Javier García Cristóbal y Julio César González
Entre la exposición y el resguardo, la casa se organiza en tres frentes, con una pendiente de tres metros, distribuyéndose en tres plantas más un ático.
El volumen superior actúa como un monolito blanco con vaciados que revelan un interior de madera. Este se apoya en un sótano integrado en la topografía del terreno.
Casa en Forca-Vouga, Aveiro | RVDM Arquitectos | Planimetría
Como si flotara sobre la parcela, la casa encabeza un frente construido de viviendas y resuelve la transición topográfica y la relación con la calle que la rodea. En su interior, los espacios comunes se extienden en la planta baja, diluyéndose y reduciendo las circulaciones. Una terraza amplía la vivienda hacia el oeste.
Obra: Casa Forca-Vouga
Atelier de Arquitectura: RVDM Arquitectos
Arquitecto Responsable: Ricardo Vieira de Melo
Colaboradores: Filipe Coelho, Ana Silva, Mical Pinheiro, Rui Figueiredo, André Verde
Ubicación: Rua da Guiné Bissau, Aveiro (Portugal)
Año de Finalización: 2024
Área Total Construida: 367 m²
Constructora: Savecol + PH Puzzle House
Ingeniería: DaVinci, Lda
Fotografía: Ivo Tavares Studio + rvdm.pt
No hacer, Rehacer, Deshacer para construir ciudad no es un manual de instrucciones. No es una tesis doctoral.
No pretende hacer proselitismo o catequizar.
No hacer, Rehacer, Deshacer para construir ciudades activismo técnico, científico y filosófico.
Es experiencia, intercambio y acción.
Es n’UNDO.
No hacer, Rehacer, Deshacer para construir ciudad | n’UNDO
No hacer, Rehacer, Deshacer para construir ciudad es el título del nuevo libro que estamos a punto de sacar y que os presentamos con estas líneas.
Se trata de un relato compartido que sale a la luz muy pronto.
En esta obra proponemos un enfoque alternativo para resolver los problemas urgentes del presente y mostramos el recorrido del pensamiento a la acción de nuestra propuesta para el futuro las ciudades. Lo hacemos a través de los proyectos que hemos realizado en los últimos años, mostrando y explicando otra manera de intervenir a partir de la resta en nuestros municipios y ciudades.
Frente a la insostenibilidad del desarrollo actual, caracterizado por la construcción desmedida, se demuestra con sólidos argumentos cómo la arquitectura y el urbanismo pueden mejorar la vida de las personas y garantizar la subsistencia del entorno desde la resta.
¿Qué tipo de empresario estaría dispuesto a trabajar durante meses sin recibir compensación económica alguna?
Sorprendentemente, muchos arquitectos lo hacen.
Y es que uno de los modelos de negocio que podemos encontrar dentro de los estudios de arquitectura es precisamente el que los lleva a trabajar sin remuneración: participar en concursos de arquitectura.
«Los concursos de arquitectura son un sufrimiento. Nadie los elige porque sean la mejor vía».
Esta frase es de un arquitecto (Alberto Veiga del estudio Barozzi Veiga) cuya empresa, paradójicamente, ha fundamentado su trayectoria profesional y crecimiento internacional participando y ganando concursos de arquitectura.
Aquí el vídeo:
Los concursos de arquitectura son proyectos en los que una empresa y su equipo humano trabaja durante un periodo de tiempo compitiendo con otras empresas para generar una respuesta a un problema arquitectónico determinado.
Todo ello sin tener garantía alguna de obtener el proyecto y, en la mayoría de los casos, sin recibir ningún tipo de compensación económica por la cantidad de horas de trabajo invertidas.
La pregunta es, si los concursos de arquitectura son un sufrimiento, una pérdida de energía, tiempo y dinero.
¿Por qué tantas empresas de arquitectura siguen participando en ellos?
En el mismo vídeo podemos encontrar una posible respuesta a esta pregunta:
“A día de hoy es la ÚNICA VÍA que tenemos para conseguir trabajo, haciendo concursos”.
¿Qué otras vías existen para conseguir trabajo? ¿Quién nos enseña o dónde podemos aprender estrategias de adquisición de clientes?
La realidad es que, en el periodo de formación, los arquitectos suelen carecer de conocimientos comerciales y habilidades para gestionar clientes o vender servicios. La mayoría no reciben formación en estrategias de marketing ni en la creación de relaciones comerciales.
Cuando los arquitectos aterrizan en el mundo profesional, lo hacen sin saber por ejemplo algo tan básico como la facturación de las empresas a las que envían el CV y Portfolio solicitando trabajo.
El criterio para solicitar trabajo es porque les gusta los proyectos de ese estudio en concreto.
Muchos arquitectos jóvenes, por tanto, comienzan sus prácticas y sus carreras profesionales en estudios participando en concursos públicos.
Muchos de esos jóvenes arquitectos, después de varios años, tras muchas horas de trabajo y de esfuerzo, deciden emprender y comenzar una nueva etapa profesional estableciendo su propio estudio.
Quizás porque es el único que han visto y conocen.
Barozzi Veiga, por ejemplo, ha tenido la fortuna de ganar varios concursos públicos abiertos. Estos proyectos les está permitiendo transformarse en una oficina capaz de atraer el interés de importantes clientes privados. Clientes que ahora les encarga grandes proyectos como el Design District Ateliers en Londres, el Campus del Art Institute of Chicago o el Oolite Arts Center en Miami.
Sin embargo, estos casos son la excepción. La mayoría de los estudios de arquitectura no tienen la misma suerte de ganar varios concursos.
La buena noticia es que existen alternativas para conseguir clientes.
Lo que realmente falta es formación: en marketing, gestión empresarial y estrategias de captación de clientes.
Comencemos a invertir en desarrollo comercial. Solo así podremos construir una mejor realidad profesional, con mejores condiciones y dejando a un lado la incertidumbre y precariedad que parece tan natural entre los arquitectos.
Onduline ha participado en el proyecto de rehabilitación integral del Cuartel del Príncipe, en Alcalá de Henares, con su Sistema Integral de Cubierta
Onduline, fabricante líder en soluciones ligeras para el aislamiento y la impermeabilización de cubiertas inclinadas, ha participado en el proyecto de rehabilitación integral del Cuartel del Príncipe, edificio que es propiedad de la Universidad de Alcalá y que está siendo transformado para dotar tanto de nuevas infraestructuras a la Universidad como de diversos espacios abiertos al público.
Se trata de un proyecto de gran envergadura, afectando a una superficie envolvente de unos 9.000 m2, que tienen como presupuesto 17 millones de euros y una previsión de 36 meses de ejecución. Desde la Universidad de Alcalá han informado de que se actuará sobre otros 3.600 m2 de edificaciones en una segunda fase.
De entre las propuestas culturales previstas para ofrecer tanto a la propia comunidad universitaria como a la ciudad destacan el auditorio, un nuevo espacio de ocio que ocupará las dos plantas de la crujía central y que contará con un aforo de hasta 420 personas, ampliable a otras 440 personas, y la ampliación del Museo de Arte Iberoamericano (MAI) gracias a la incorporación de nuevos espacios expositivos.
La colaboración de Onduline en este gran proyecto se ha centrado en los 9.000 metros cuadrados de cubierta que han sido rehabilitados energéticamente con el SISTEMA INTEGRAL ONDULINE.
Onduline ha participado en el proyecto de rehabilitación integral del Cuartel del Príncipe, en Alcalá de Henares, con su Sistema Integral de Cubierta
Las tareas de rehabilitación de las distintas cubiertas del Cuartel del Príncipe han sido realizadas por la empresa RICA JAMISA bajo la dirección de la UTE TMR-ASCH. Debido al mal estado general que presentaban los diversos tejados, ha sido necesario actuar de manera integral, llegando hasta los soportes estructurales para sanearlos y aplicar una solución constructiva completa, contemplando tanto el aislamiento térmico como la impermeabilización de las cubiertas, para cumplir con las exigencias del CTE en materia de eficiencia energética y salubridad.
Las fases de actuación llevadas a cabo para completar la rehabilitación energética de las cubiertas del Cuartel del Príncipe han sido las siguientes:
Retirada de la teja cerámica curva original con la consiguiente recuperación del mayor número de piezas posibles para su posterior utilización como teja cobija, manteniendo así una estética acorde a un edificio histórico como este.
Saneamiento del soporte original de la cubierta, salvaguardando la estructura metálica original en la mayoría de edificios para instalar el panel sándwich ONDUTHERM sobre las correas metálicas existentes. En uno de los edificios se ha instalado una estructura metálica ligera, sobre el soporte inclinado de la cubierta, al que se han fijado los paneles sándwich ONDUTHERM.
Instalación de paneles sándwich ONDUTHERM sobre estructura metálica con tornillos autotaladrantes. Con la instalación de los paneles sándwich se dota a la cubierta de un soporte continuo resistente y transitable, el aislamiento térmico y acústico, y un acabado estético interior, que es visible desde el bajo cubierta.
Instalación de las placas ONDULINE BAJO TEJA DRS sobre los paneles sándwich ONDUTHERM para garantizar la impermeabilización y la microventilación de la cubierta, alargando su vida útil y óptimas prestaciones durante mucho tiempo.
Instalación de la cobertura final de la cubierta con teja cerámica curva nueva como teja canal y teja cerámica recuperada como teja cobija, dotando de una estética final acorde a un edificio histórico como este.
Rehabilitación energética de cubierta del Cuartel del Príncipe, Alcalá, con SISTEMA INTEGRAL ONDULINE
SISTEMA INTEGRAL ONDULINE
El sistema constructivo de cubierta utilizado en este proyecto de rehabilitación de cubierta es una de las soluciones constructivas de Onduline con mayor trayectoria en el sector de la rehabilitación de cubiertas inclinadas de teja; el SISTEMA INTEGRAL ONDULINE es una solución completa de cubierta muy utilizada en rehabilitación energética de cubiertas inclinadas por su sencillez, ligereza y buenas prestaciones tanto térmicas como de resistencia a cargas e impermeabilidad.
Onduline ha participado en el proyecto de rehabilitación integral del Cuartel del Príncipe, en Alcalá de Henares, con su Sistema Integral de Cubierta
El SISTEMA INTEGRAL ONDULINE se compone de dos elementos principales:
· El panel sándwich ONDUTHERM, un elemento constructivo que combina tres componentes diferentes para aportar una serie de funciones complementarias:
Tablero superior: habitualmente de aglomerado hidrófugo de 16 o 19 mm. Actúa de soporte facilitando el tránsito por la cubierta y la instalación posterior de la impermeabilización bajo teja.
Núcleo aislante: habitualmente de XPS de alta densidad. Aporta el aislamiento térmico y acústico de la cubierta, estando disponible en una gran variedad de espesores (desde 40 hasta 200 mm).
Tablero inferior: habitualmente se fabrica con un acabado estético ya que suele quedar visto por el interior a través de la estructura de la cubierta. Existen distintos acabados para adaptarse a las distintas necesidades de cada proyecto como los frisos de abeto, el yeso, el cemento madera, el OSB, etc.
· La placa asfáltica ONDULINE BAJO TEJA DRS, elemento que se instala sobre el panel sándwich ONDUTHERM para protegerlo frente a filtraciones y ventilarlo gracias a su formato ondulado. Estas placas bajo teja dotan de impermeabilización a la cubierta y generan la microventilación, factor muy importante para un panel sándwich de aislante de madera, ya que mantiene unas óptimas prestaciones aislantes siempre que este estanco y ventilado.
Onduline ha participado en el proyecto de rehabilitación integral del Cuartel del Príncipe, en Alcalá de Henares, con su Sistema Integral de Cubierta
El SISTEMA INTEGRAL ONDULINE es una solución constructiva de cubierta muy versátil ya que puede utilizarse en combinación de cualquier tipo de teja o pizarra para terminar la cubierta, adaptándose a cualquier climatología gracias a su amplitud de espesores de aislamiento térmico y a un amplio rango de pendientes, garantizando la impermeabilidad de la cubierta desde tan solo un 15%.
Desde un punto de vista volumétrico, el nuevo Centro de Salud de Moreira de Cónegos se inspira en la forma de una «estrella de la vida», un símbolo internacionalmente reconocido para servicios y equipos médicos, claramente asociado a la función de salud pública.
Centro de Salud de Moreira de Cónegos | StudioCAN | Planimetría
El programa se desarrolla en una sola planta con acceso directo al aparcamiento y a las entradas de servicio. La solución volumétrica destaca el Centro de Salud tanto a nivel del suelo como desde una vista aérea.
El área que rodea el Centro de Salud, excluyendo las zonas de aparcamiento y circulación vial, está conformada por un parque público destinado al disfrute de los residentes y usuarios. Este parque incluye vegetación arbórea y arbustiva, praderas secas y caminos peatonales que facilitan conexiones internas y externas.
Desde un punto de vista funcional, el Centro de Salud cuenta con tres entradas permanentes:
Entrada principal: situada al norte, destinada al acceso de los usuarios.
Entrada al este: con dos tipos de acceso: uno para servicios y gestión de residuos, y otro para la entrada del personal médico y asistentes, incluyendo el acceso de camillas si es necesario.
La organización interior del edificio sigue un esquema radial. El núcleo central de llegada conecta con la zona de recepción/secretaría, que facilita el control y orientación hacia las áreas de espera.
El edificio está dividido funcionalmente en alas, respetando la estructura formal de la «estrella» y subdividiendo el programa en espacios más pequeños para su adecuada organización.
Obra: Centro de Salud de Moreira de Cónegos
Autor: StudioCAN
Arquitectos responsables: Arq. Ricardo Bastos Areias y Arq. Miguel Borges da Costa
Ubicación: Rua do Bacelo, Moreira de Cónegos, Guimarães (Portugal)
Año: 2023
Área: 875,00 m²
Constructora: NVE engenharias, S.A.
Supervisión: PROSPECTIVA, S.A.
Ingeniería: PROJEGUI – Projectos de Construção Civil de Guimarães, Lda
Paisajismo: JAG – Arquitetura Paisagista
Diseño lumínico: SAMPAIO Engenharia Electrotecnica
Diseño acústico: PROJEGUI – Projectos de Construção Civil de Guimarães, Lda
Ingeniería hidráulica: PROJEGUI – Projectos de Construção Civil de Guimarães, Lda
Ingeniería térmica: CLE, Lda
Identidad visual: StudioCAN
Ilustraciones: StudioCAN
Decoración de interiores: StudioCAN
Fotografía: Ivo Tavares Studio + studiocan.pt
Los tres principales premios han recaído en: Primer premio edificio residencial colectivo. 24 VIVIENDAS DOTACIONALES INDUSTRIALIZADAS Y DE BAJAS EMISIONES DE CO₂ EN SANT MARTÍ, BARCELONA Martí Sanz Ausàs + COMA ARQUITECTURA. Primer premio edificio de uso público. IMPULSO VERDE, LUGO. Antonio José Lara Bocanegra. Primer premio intervención en ámbito urbano. TRANSFORMACIÓN RAMBLA GIRADA EN VILAFRANCA DEL PENEDÉS, BARCELONA. Batlleiroig Arquitectura. Y el Premio especial al consumo y gestión del agua en RESTAURACIÓN AMBIENTAL DE LOS ENTORNOS DEL REC COMTAL DE VALLBONA, BARCELONA; de CARLES ENRICH STUDIO S.L.P
Las dos menciones de honor, intervención en ámbito urbano, y consumo y gestión del agua, han recaído en el proyecto PARQUE JARDINES MEDITERRÁNEOS DE LA HOYA, ALMERÍA; de Kauh Arquitectos.
La entrega de premios ha tenido lugar hoy en la Sede del COAM, ante una nutrida presencia de arquitectos y profesionales del sector; y ha sido conducida Adela Ucar, presentadora de Reduce tu huella – Programa de ciencia y futuro en RTVE Play.
Antes de la entrega de premios los asistentes también pudieron escuchar la interesante conferencia de Cesar Frías sobre Arquitectura en clave sostenible.
El jurado de la octava edición del Premio Mapei a la Arquitectura Sostenible ha reconocido la excelencia y la innovación en proyectos que combinan diseño arquitectónico de alta calidad con un profundo compromiso con la sostenibilidad ambiental. Según palabras de Andreas Fleischhauer, director general de Mapei España S.A.U:
“En esta edición, ampliando las categorías anteriores, se han premiado las mejores propuestas en edificios residenciales, edificios de uso público, intervenciones en el ámbito urbano y proyectos destacados en la gestión del agua. Los ganadores de este año demuestran cómo la arquitectura sostenible puede ser un motor de transformación urbana y social.”
Por su parte, Mar Penin, arquitecto y jefa de la oficina técnica de Mapei Spain, S.A.U., declaro
“El jurado ha quedado impresionado por la alta calidad de las propuestas presentadas a esta edición del premio. Los proyectos ganadores representan un hito en la arquitectura sostenible española, demostrando que es posible crear edificios y espacios urbanos que sean a la vez funcionales, estéticamente atractivos y respetuosos con el medio ambiente. La diversidad de las categorías premiadas, desde la vivienda social hasta la intervención urbana, refleja la amplitud de posibilidades que ofrece la arquitectura sostenible. “Estamos especialmente satisfechos con el reconocimiento que se ha dado a proyectos que ponen el foco en la gestión del agua, un recurso cada vez más escaso y valioso.”
Una vez evaluadas las propuestas seleccionadas como resultado del análisis de la documentación técnica realizado por parte del Comité Técnico del GBCe, y como resultado de las deliberaciones, el Jurado ha decidido premiar a los siguientes proyectos:
Primer premio edificio residencial colectivo
24 VIVIENDAS DOTACIONALES INDUSTRIALIZADAS Y DE BAJAS EMISIONES DE CO₂ EN SANT MARTÍ, BARCELONA | Martí Sanz Ausàs + COMA ARQUITECTURA
Se trata de un proyecto limpio y honesto que logra, con un presupuesto controlado propio de viviendas de protección, alcanzar una huella de carbono en todo el ciclo de vida significativamente baja. Se valora positivamente el papel del promotor de perfil público, incluyendo exigencias en huella de carbono en sus licitaciones y se considera un papel ejemplarizante. Es destacable el uso que se hace del CLT, que permite establecer una relación equilibrada entre el sistema estructural y el desarrollo espacial de un modo equilibrado al desmarcarse de la medianera, lo que permite obtener viviendas pasantes con un patio interior muy bello. Se destaca también la protección solar que combina diversas soluciones como pasarelas, toldos o lamas que dan a la envolvente un ritmo y una composición característica. Se reseña también que las decisiones del proyecto y de la obra se toman teniendo en cuenta el impacto ambiental como factor determinante.
Primer premio edificio de uso público
IMPULSO VERDE, LUGO |Antonio José Lara Bocanegra
El edificio materializa los esfuerzos inversores europeos, gracias al proyecto Life que lo financia, en un producto ejemplarizante capaz de expresar un lenguaje innovador en el uso de la madera local como material estructural con un uso original del CLT combinado con las celosías que conforman la fachada. Se valora especialmente el papel del aire como configurador del espacio generando un edificio termodinámico que elimina la necesidad de climatización en la mayor parte del volumen. La sostenibilidad se compagina armónicamente con la rotundidad formal, convirtiéndose en un icono del espacio urbano en el que se asienta. El edificio se percibe como un espacio altamente adaptable a diferentes usos y, por tanto, con grandes posibilidades de ser útil a la ciudad.
IMPULSO VERDE, LUGO Antonio José Lara Bocanegra
Primer premio intervención en ámbito urbano
TRANSFORMACIÓN RAMBLA GIRADA EN VILAFRANCA DEL PENEDÉS, BARCELONA | Batlleiroig Arquitectura
Nuestras ciudades están inmersas en un proceso de transformación profunda y esta propuesta supone un ejemplo replicable de cómo llevarla a cabo, permite establecer una agenda para la recuperación de las calles y la renaturalización del espacio con una alta sensibilidad hacia el uso del espacio por parte de los vecinos humanos y no humanos creando un entorno biodiverso y sugerente. Para esta intervención, se llevan al extremo los SUDs siendo esta solución la que ordena y estructura la propuesta mediante cunetas verdes, apoyándose en la vegetación existente que se conserva y se refuerza con la incorporación de nuevos ejemplares. Se valora positivamente el esfuerzo por evitar el uso del hormigón, incluso en las subbases, así como la reutilización de elementos provenientes de la urbanización previa.
Mención de honor intervención en ámbito urbano
PARQUE JARDINES MEDITERRÁNEOS DE LA HOYA, ALMERÍA | Kauh Arquitectos
El jurado quiere destacar este proyecto como un valiente ejercicio de intervención en un ecosistema semiárido y degradado. Se subraya la intención de recuperar el valor patrimonial de un espacio residual al que la ciudad daba la espalda y en el que puede actuar como catalizador urbano de mejora del entorno.
Premio especial al consumo y gestión del agua
El jurado destaca la diferencia entre el tratamiento del agua en los edificios y en las intervenciones urbanas, mostrándose la escala eminentemente urbana del uso y gestión del agua, sin menospreciar el potencial de los edificios. En este caso, se destacan dos proyectos, primer premio y mención de honor que se valoran por el papel estructural del agua, se trata de propuestas en las que, si se elimina este elemento, dejan de funcionar.
Primer Premio
RESTAURACIÓN AMBIENTAL DE LOS ENTORNOS DEL REC COMTAL DE VALLBONA, BARCELONA | CARLES ENRICH STUDIO S.L.P
El agua es el elemento estructural, principal del proyecto, tanto por la recuperación de su calidad como por la definición de lugares de reunión social en torno al agua, rescatando así una función histórica del Rec. Pese a tratarse de una intervención acotada, su conexión con la estrategia territorial ha resultado determinante para concederle este premio.
Mención de honor al consumo y gestión del agua
PARQUE JARDINES MEDITERRÁNEOS DE LA HOYA, ALMERÍA | Kauh Arquitectos
Se destaca la recuperación del uso del agua que se hacía en este mismo espacio en usos agrícolas anteriores y el juego del canal en los taludes ajardinados. El rumor del agua se percibe en la simple contemplación de los planos y las imágenes y se reconoce como un elemento de diseño capaz de crear un espacio potente por contraposición con la rotundidad de las murallas que lo rodean.
El Jurado
Ha decidido los ganadores del Premio Mapei 2024, está integrado por profesionales de reconocido prestigio como:
Jesús Arcos Cordón
Es arquitecto jefe de equipo de aldayjover arquitectura y paisaje, despacho fundado en 1996 que aborda trabajos de arquitectura pública y de paisaje con un planteamiento común de aproximación específica y atenta al lugar. Durante su trayectoria profesional en aldayjover, desde 2005, ha recibido reconocimientos como el Premio FAD Ciudad y Paisaje (2009) y el Premio García Mercadal (2005), además de ser finalista de la Bienal de Arquitectura Española (2005 y 2009) y del Premio Europeo de Paisaje Rosa Barba (2008 y 2014) y nominación al Premio de Arquitectura de la Unión Europea Mies van der Rohe (2009) por el Parque del Agua. Anteriormente, había desarrollado trabajos como consultor independiente de estructuras. Como jefe de proyecto en aldayjover ha sido responsable de la gestión de proyectos y obras de alta complejidad técnica, económica y de plazo de ejecución, como algunas de las obras construidas para la Expo 2008 o la integración urbana del Tranvía de Zaragoza.
Sol Candela
Arquitecta y Directora de la Fundación Arquia, ha desarrollado su actividad profesional como arquitecta liberal en colaboración con otros arquitectos, a lo largo de su trayectoria ha apostado por la constante formación por la evolución constante de la profesión, como en cuestiones relativas a la legislación de suelo e intervención en patrimonio, algo que unido a su experiencia en diferentes cargos en el Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunidad Valenciana le ha permitido conocer y estudiar mejor la Arquitectura en relación con la sociedad, así como tener un profundo conocimiento de la figura del arquitecto. Así mismo, ha participado como jurado en la BEAU Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo, XI, y para la selección del comisariado en las XIV, XV XVI convocatorias. Apostando por el apoyo al talento de los jóvenes arquitectos, ha participado activamente en TAC! Festival de Arquitectura Urbana en 2021, 2022 y 2023. Y ha colaborado junto al MIVAU como jurado en los distintos procesos de la web y de la Casa de la arquitectura.
Ignacio Oteiza
Dr. Arq. Coordinador del grupo de investigación Sistemas constructivos y habitabilidad en la edificación (SCHE), del Departamento de Construcción del IETcc-CSIC (2012-2022), Investigador. Científico Titular del departamento de Construcción del IETcc-CSIC (2005-2024) y director de la Revista Científica INFORMES DE LA CONSTRUCCIÓN (2006-2014).
Ha participado en los últimos años como investigador en temas relacionados con viviendas sociales, eficiencia energética y sostenibilidad en la construcción como Investigador Principal y asociado en diferentes proyectos de investigación. Ha desarrollado docencia en diversas universidades y es autor y coautor de diferentes artículos y ponencias (más de 40) presentadas en eventos nacionales e internacionales y colaborador en proyectos de Cooperación al desarrollo en diferentes países de América Latina y África.
Adrià Guardiet
Arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB, 2010). En 2018 funda, junto con Sandra Torres, el estudio de arquitectura 08014, dedicado al desarrollo de proyectos de edificación y espacio público, cuya obra ha sido publicada en revistas como El Croquis, Architectural Review o Arquitectura Viva, seleccionada para exposiciones como ‘Los Nuevos Realistas. Arquitectura catalana y balear desde la crisis del 2008’ y premiada en certámenes de ámbito local e internacional. Desde 2021 es profesor asociado al Departamento de Urbanismo, Territorio y Paisaje de la ETSAB, desde 2022 es profesor de la asignatura de Proyectos del Máster Habilitante de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura La Salle (ETSALS) y desde 2024 de la asignatura Proyectos Urbanos II, en esta misma escuela.
Bruno Sauer
Arquitecto por la Escuela de Arquitectura de Amberes (Bélgica). Director General de GBCe-Green Building Council España. Vicepresidente y fundador de CPEA-Climate Positive Europe Alliance. Miembro fundador del Think Tank europeo G17 y el movimiento internacional Building Sense Now
Mar Penín
Arquitecta, postgrado en patología y construcción con especialización en investigación en materiales, patología constructiva y refuerzo estructural. Jefa de la Oficina Técnica de Mapei Spain, S.A.U.
Secretaría del Jurado: Paula Rivas
Arquitecta, directora técnica de GBCe.
La entrega de premios ha tenido lugar en la Sede del COAM, con una nutrida presencia de arquitectos y profesionales del sector. Premiando y estimulado los proyectos arquitectónicos que destacan especialmente por su calidad y sostenibilidad, Mapei realiza su aportación a la consolidación de una nueva manera de proyectar, edificar, construir y pensar un mundo mejor.
La arquitectura necesita inteligencia, de manera que la belleza sea una consecuencia natural de sus valores. La arrogancia suele acompañar de cerca la ignorancia. Eso vale para cualquier país. El festejo hortera pretencioso no tiene que ver con saber disfrutar de la vida en cada momento.1
Junto a estas palabras la periodista escribía,
A lo largo de los años, y lo largo de la historia, el Premio FAD de arquitectura ha defendido una idea de la arquitectura basada en la inteligencia y no limitada a los efectos visuales y al componente formal de la disciplina.
Hoy día parece claro, o al menos, suscita suficiente consenso, que la arquitectura que se dedica a la especulación formal sin más reflexión ni atributos que ese juego egocéntrico de la forma por la forma esta totalmente desacreditada, tanto en la academia como en la profesión. Y no me refiero a un descredito local, producto de una crisis singularmente cruel, como podría argumentarse que ocurre en la península, sino que esta arquitectura, ayer masivamente aplaudida, es hoy puesta en tela de juicio en todo el mundo. Desde las nuevas practicas del continente asiático, con algunos arquitectos indios a la cabeza, pasando por la cuna hitech de Los Angeles o Londres, a la seriedad de las nuevas coordenadas arquitectónicas nórdicas y centro europeas, o incluso la voluptuosidad cultural de las latitudes suramericanas, el formalismo vacío de contenidos o dicho de otra manera más grafica, la mera eyaculación formal está difusa en el descrédito y una cierta atmósfera de naftalina.
En todas las escuelas de arquitectura, al menos, en todas las principales, el diseño paramétrico, o ha evolucionado hacia posiciones más abiertas, introduciendo consideraciones y mapificaciones de raíz social, cultural o tecnológica, poniéndose al servicio de lo otro, o directamente ha pasado a formar parte de un mero procedimiento para el desarrollo de situaciones específicas de proyecto. En todo caso, lo que antaño definíamos como diseño paramétrico, ha pasado de tendencia y moda a una cierta sensación de retiro debido a su inconsistencia.
Es decir, el diseño paramétrico especulativo ha caído en el olvido, y en su lugar han aparecido cientos de FabLabs que permiten customizar un producto, que abren a una gran masa social, la posibilidad de llegar incluso a hacerte tu propia vivienda2 o simplemente ponen el software que permite el desarrollo de formas arquitectónicas complejas al servicio de una lógica de ámbito superior, que en palabras de López Cotelo podríamos resumir en ponerse al servicio de una buena dosis de inteligencia.
El resultado de la retirada del mundo fashion, ha venido acompañado con la proliferación de críticas feroces, a media voz en muchos casos, al empecinamiento irresponsable de figuras en otro momento totémicas como Zaha Hadid, Frank Gehry o Santiago Calatrava, por su terquedad en seguir promoviendo una arquitectura vacía de contenidos culturales, sociales, económicos, políticos o tecnológicos. Toda las prácticas que preservan una visión de la arquitectura como una obra de arte, y por tanto sujeta a la absoluta subjetividad del autor y porqué no decirlo, a su capricho ególatra, están quedando caricaturizadas, a veces con sorna, otras con crueldad.
De hecho es curioso dibujar el mapa geográfico donde este tipo de arquitecturas todavía tienen una cierta vigencia, y nos daremos cuenta que conforman un conglomerado de democracias dudosas, de sociedades donde algunas de ellas, apenas hace 20 años, se situaban en el límite del subdesarrollo, o directamente dictaduras de nuevo rico, sin poso cultural, ni social, ni de hecho, económico. Ese es el descredito que conlleva la inconsistencia arquitectónica que promueve la simplista idea de la especulación formal sin los atributos propios de los genuinamente arquitectónicos.
La arquitectura avanza. Hoy quizás más que nunca, avanza por la cantidad de profesionales que se dedican a ella en el mundo entero, ya sea por las dificultades que atraviesa nuestra profesión. Ya saben, ante las dificultades, surge la creatividad, el ingenio y la inteligencia.
En realidad, creo que de las dificultades surge la consistencia de nuestra profesión.
Por supuesto, eso no quiere decir que ahora no estemos rodeados de peligros intelectuales a la hora de repensar la consistencia de la arquitectura. Igual que me parece frívolo, deleznable e inconsistente el irresponsable ejercicio de especulación formal a partir de un software más o menos complicado, me parece igual de inconsistente el alegato constante que se hace a la austeridad por principio, como si el hecho de que una arquitectura fuera austera en sus materiales y en sus formas ya comporta un estándar de calidad.
No seamos mezquinos ni reduccionistas, hay proyectos, que por su contexto urbano, su programa, su relación con el entorno natural y sensorial, que por su inserción en un tejido social determinado y por muchas razones más, deberán convertirse en un ejercicio de contención formal y material, deberán fomentar un uso responsable de un presupuesto mínimo, o deberán integrarse sin gritar, ni alardear de sus formas. En cambio, por razones totalmente opuestas a las anteriores, en otro tipo de proyectos se deberá promover una lógica formal más icónica, totémica y voluptuosa, y se deberá dotar económicamente ese proyecto para que pueda erigirse y construir así toda la carga simbólica que el proyecto requiere.
En medio de estos dos supuestos extremos, por suerte, se sitúan todas las infinitas gamas de grises que la inteligencia del arquitecto deberá ser capaz de concretar, dando una poderosa consistencia al proyecto y permitir que hablemos de arquitectura y no de caprichos subjetivos provenientes de un lado u otro del charco del reduccionismo.
Es interesante hacer notar que en ambos casos, tanto en el proyecto inteligentemente contenido, como en el proyecto sensiblemente voluptuoso, el común denominador es la aparición disruptiva de la ética a la hora de proyectar. En otras palabras, lo que podemos aventurar es que la ética proyectual, debería liderar la consistencia de nuestros proyectos, de nuestras docencias, nuestras reflexiones y nuestras obras.
Dicho de otro modo, la arquitectura consistente es mucho más compleja que el reduccionismo de especular con la forma, o el mismo reduccionismo de negarle toda forma posible, reduciéndola a una caja de zapatos. Y esa complejidad viene de la mano de una reflexión ética. Ética con la sociedad, con el medioambiente, con la economía, con la cultura, en definitiva, con la política, en tanto que habitantes de la polis.
La arquitectura, por suerte, nos supera; supera a los arquitectos que la piensan, supera el tiempo en que está pensada, supera al propio programa con la que fue concebida y queda integrada y por tanto superada por la realidad urbana que la acoge con una historia y un futuro sin fin.
Si dejamos que la arquitectura quede reforzada con una propuesta ética de calado, si la dotamos de una buena dosis de inteligencia, podemos quedar mínimamente tranquilos. La hemos construido con la necesaria consistencia para resistir tan largo recorrido.
Miquel Lacasta Codorniu. Doctor arquitecto
Barcelona, Junio 2015
Como ya indiqué en otra entrada, me encargaron un artículo para la revista Arquitectura Viva, sobre la extraordinaria película Robot Dreams, dirigida por Pablo Berger. Trabajando sobre ella encontré una serie de aspectos que no tenía sentido incluir en aquel artículo, pero que son interesantes.
Cartel con el Empire State sobresaliendo a la derecha
Supongo que los lectores ya la han visto y, si no es así, les recomiendo que lo hagan pronto, por lo que no hablaré sobre su argumento, basado en la novela gráfica con el mismo título, creada por la estadounidense Sara Varon, y publicada en 2007. En ella narra la amistad entre un perro y su robot, en un tiempo que podría ser indefinido, si no fuera por el matasellos de una postal, en el que se lee: 17 oct. 2006, y un lugar que parece ser Estados Unidos, porque se ven los rótulos y anagramas del servicio de correos, U.S. Mail, y de la compañía de autobuses, Greyhound Lines, además en la postal antes mencionada, se muestra la dirección del perro, 425 Fifth Pl. Brooklyn, N. Y., que no existe en la realidad.
«es mi película más personal, aunque todas tengan mi ADN. Yo he sido ese ese perro en ese apartamento solitario en el East Village, viví diez años en Nueva York y siempre allí, incluso mi último apartamento era muy parecido en el diseño, la altura, el punto de vista que el de la película»,
añadiendo:
«la dirección del apartamento es la misma, el edificio por fuera es aquel apartamento. En Nueva York he sido un perro solitario, he encontrado el amor, el desamor, he vuelto a enamorarme, he hecho amigos, he perdido amigos. Y hay muchas cosas de las que hace Dog en la película que son las cosas que más me gustaban a mí hacer».
Cuando el protagonista, Dog Varon -el mismo apellido que la autora de la novela gráfica- va al Ayuntamiento, lleva un formulario en la mano en el que se lee su dirección, 528 E 13th St. apt. 3A, -la misma que aparece después en la postal que le manda la pata sofisticada-, la fachada del edificio que se encuentra en esa dirección se reproduce en la película, pero actualmente la calle 13 tiene árboles en ambas aceras, que seguramente no se habían plantado en los años ochenta, porque no aparecen en la película.
Además hay otras coincidencias entre la vida del director y su película, como la canción September de Earth Wind and Fire que es muy importante en la película, una de sus estrofas menciona el 21 de septiembre y el director ha contado que ese
«era el día en que nació nuestra única hija. Mis películas son actos de amor, las quiero tanto que son como mis hijos»;
además en el formulario antes mencionado, se puede comprobar que Dog ha nacido el 21 de diciembre de 1963, el mismo año que Pablo Berger.
Veracidad
La pata vive en el 167 de la calle Spring en el SOHO y en la película también se reproduce la fachada del edificio que está en ese lugar, además hay otros establecimientos reconocibles, como el restaurante de comida rápida de la cadena White Castle, situado en 490 Sunrise Highway Lynbrook, que ve Robot desde el autobús que le lleva a la playa -aunque sería complicado, porque está en el lado contrario de la autopista-: la magnífica librería Strand en la esquina de las calles 12 E y Broadway -otra bella licencia fílmica hace que al fondo se vea el Empire State, lo que es difícil-; el restaurante español El Quijote en 226 W de la calle 23 y al lado el Hotel Chelsea en 222 W de la misma calle, enfrente se supone que está el edificio donde vive Robot, el 255 W, aunque la fachada actual no sea la que aparece en la película, porque necesitaba tener un significativo óculo en su última planta.
Hay otros muchos paisajes urbanos reconocibles, como la encrucijada de Canal con Mott en Chinatown donde se encuentra una edificación con forma de pagoda; las esquinas de la calle 23 con la 7, y la de la avenida 2 con la 14 E en el East Village cerca del piso de Dog, así como lugares tan notables como Central Park y Times Square.
Respecto a las edificaciones, se pueden ver los puentes de Brooklyn en el plano inicial de la película, Queensboro, así como Alexander Hamilton y detrás el George Washington en un plano cundo los protagonistas están yendo a Ocean Beach. También Robot ve a través de unos binoculares, desde lo alto del Empire State, el edificio que fue de la Pan Am, el Chrysler, el Flatiron, el puente de Williamsburg, la estatua de la Libertad y las Torres Gemelas. En secuencias posteriores se verán el Ayuntamiento y el estadio de los Yankees.
Cine
En Robot Dreams hay varias citas a otras películas la más importante es la versión de El mago de Oz de 1939, que gracias a una cinta VHS alquilada, ven Perro y Robot en el televisor de su casa y luego es parte fundamental de un sueño de este último en el que va por el camino de baldosas amarillas hacia una ciudad esmeralda que reúne varias edificaciones neoyorquinas, de abajo a arriba: el puente de Brooklyn, el museo Guggenheim, la estatua de la Libertad, la sede de la ONU, el Flatiron y varios rascacielos entre ellos, el Chrysler, el Empire y las Torres Gemelas. Este sueño acaba con un ballet de margaritas que visto desde arriba recuerda a las coreografías del gran Busby Berkeley.
Sin embargo, las citas cinematográficas comienzan antes, porque Perro tiene colgado en la pared detrás de su sofá, un póster de Yoyo, dirigida por el desgraciadamente poco recordado Pierre Étaix. Además se repite el plano de Manhattan, que se usó para uno de sus carteles, con Isaac (Woody Allen) y Mary (Diane Keaton) sentados en un banco al lado del antes mencionado puente de Queensboro, pero con Perro y Robot. Estos dos personajes caminan entre la multitud encuadrados de frente, casi como si estuvieran nadando en un mar de cabezas, como le sucedía a Joe (Jon Voight) y Ricco (Dustin Hoffman) en Cowboy de medianoche. Además la noche de Halloween hay niños disfrazados de Drácula, el monstruo de Frankenstein, Freddy Krueger, y las gemelas de El resplandor. Por último, en la caja del VHS antes citado, se puede leer que es del videoclub de Kim, donde el propio Berger alquilaba las películas, y es el tema del documental Kim’s Video.
España
El último aspecto es más anecdótico, la relación de la película con España. Dog tiene una bolsa de deportes que tiene por fuera a Naranjito, el segundo dueño de Robot come Chupa Chups y la pata se va de viaje y le manda a Dog una postal desde Barcelona con tres imágenes: la Sagrada Familia, el monumento a Colón y un castell delante de una iglesia que parece la de Sitges. Se eligen dos iconos urbanos barceloneses, del mismo modo que se han mostrado iconos neoyorquinos, propios de las imágenes turísticas; además esa postal tiene un sello de 50 céntimos –de peseta– en el que se ve un personaje que se parece al anterior rey de España, pero con trompa de elefante, quizás recordando su desgraciada afición por la caza de esos animales.
Posiblemente se puedan encontrar más sorpresas en una película llena de detalles como Robot Dreams, y todos ellos sirven para apoyar una buena historia, bien contada.
El Ayuntamiento de A Coruña ha sido pionero en nuestro país. Con el objetivo de mantener la diversidad y la riqueza cultural de la ciudad, y evitar que los inmuebles se parezcan a los de reciente construcción de zonas no protegidas, ha decidido regular el uso de los Sistemas de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE).
La norma impulsada por el Concello establece que los elementos de las fachadas que se sometan a rehabilitación deben seguir
“Los criterios estéticos y de composición originales y restaurarse con idénticos materiales, colores y texturas”.
“Los barrios y centros de las ciudades no pueden perder su carácter, historia y fisonomía por el uso indiscriminado del SATE, simplemente por cuestiones económicas. Debemos trabajar conjuntamente para encontrar el equilibrio entre edificios con bajo consumo de energía y buen comportamiento ambiental y su estética tradicional. El ecosistema de ladrillo cara vista ofrece una variedad de soluciones, muchas de ellas industrializadas, para mejorar la envolvente de los edificios sin que estos pierdan su carácter e identidad”,
asegura Pedro Rognoni, presidente de Hispalyt, Asociación Española de Fabricantes de Ladrillos y Tejas de Arcilla Cocida.
Por su parte, Carlos Mato Méndez, presidente de la Mesa de Desarrollo Urbano Sostenible del Concello da Coruña, comentó que todo el SATE ha quedado prácticamente vetado en la zona PEPRI de la ciudad, mientras que en el resto
“El Concello estima que los colores utilizados en los SATE, neutros y homogéneos, contribuyen a una excesiva uniformidad de la ciudad, por lo que es conveniente que haya una regulación y se frene su excesiva instalación. Nosotros creemos que hay que tener una visión abierta, porque las nuevas tecnologías y materiales posibilitan que los SATE empleados tengan la misma imagen, estética, acabado y materiales que tenía el edificio antes de rehabilitarse”.
Centro de A Coruña
Centro de A Coruña
Con el objetivo de impulsar acciones como la que se ha llevado a cabo en A Coruña, Hispalyt está trabajando para que la Administración habilite ayudas para SATE con acabados cerámicos o pétreos, similares a las existentes para acabados con mortero.
“Muchas veces el hecho de no colocar un SATE con acabado cerámico se debe a una consideración meramente económica”,
explica Elena Santiago, secretaria general de Hispalyt.
“Sin embargo, las Administraciones deberían tomar en consideración las mejores ventajas y prestaciones de los acabos cerámicos en un SATE, su durabilidad y su capacidad de preservar la identidad de las ciudades, y dotarlos así con mayores subvenciones. Y en esa línea estamos trabajando”,
apunta Elena Santiago.
Estas ayudas permitirían a más propietarios y comunidades de vecinos acceder a soluciones innovadoras y sostenibles, mejorando así el aislamiento térmico y reduciendo el consumo energético, pero sin renunciar a los beneficios estéticos y patrimoniales del ladrillo cara vista.
Una segunda piel de ladrillo cara vista en la fachada
La protección de las fachadas de ladrillo cara vista es esencial para mantener la cohesión visual de los entornos urbanos, ayudando a conservar su historia y autenticidad.
En primer lugar el profesional dispone de sistemas de fachada tipo SATE con acabado cerámico, como Termoklinker. Esta solución emplea paneles que incorporan aislamiento térmico exterior y un acabado de plaqueta de ladrillo cara vista.
Antes y después. Rehabilitación de fachada con SATE Cerámico Termoklinker en calle Velázquez (Madrid)
Por otro lado existen los tejidos cerámicos. Estas soluciones pueden integrarse en cualquier proyecto de rehabilitación. Están compuestos de una malla de acero trenzada en la que se pueden insertar diversas tramas de piezas cerámicas. La solución más conocida en este sentido es Flexbrick.
Y por último, también hay disponibles paneles que combinan un acabado exterior de plaqueta de ladrillo cara vista con aislamiento térmico en su núcleo, como Insupanel, Maps y Murobrick.
El ladrillo cara vista cuenta así con soluciones innovadoras para la rehabilitación de fachadas. Con ellas, además de mejorar la eficiencia energética y la durabilidad de la fachada, también se protege la identidad de barrios y ciudades.
“El arquitecto debe desempeñar un papel clave en la protección de esta identidad. Y con el apoyo adecuado por parte de la Administración, como demandamos desde Hispalyt, la opción de ladrillo cara vista puede consolidarse como una solución cada vez más accesible para las comunidades de propietarios”,
El mercado es un punto de intercambio, compra y venta, un lugar de encuentro e incluso, en la actualidad, un punto de interés cultural.
En estas polivalencias de funciones y definiciones, se concluye que el mercado, cuando es funcional, se convierte en un punto de referencia en un lugar. Es precisamente en la importancia de la función, la forma o la escala donde se diseña y construye el espacio urbano.
El mercado actual de Caminha no está integrado en su emplazamiento ni destaca por su función.
Se presenta como una construcción adulterada por el tiempo y las necesidades, un edificio provisional que intenta responder a las demandas propias de su función como mercado. Los problemas estructurales, el deterioro de los revestimientos y las soluciones temporales para el desgaste de la cubierta plantean dificultades para cumplir con el programa, la accesibilidad, la higiene, la seguridad contra incendios y los reglamentos de uso.
Es un edificio que requiere un mantenimiento constante en un intento de corregir los problemas que surgen por el rigor de las estaciones y el paso del tiempo. En estas condiciones, consideramos que la demolición completa del edificio es la opción más económica y viable.
El nuevo mercado surge a partir del análisis del sitio y su función
Se integra en la ubicación mediante un fuerte diálogo con el paisaje natural y urbano, sin descuidar la importancia de los flujos existentes en la localidad.
El sitio, la Plaza Pontaut Combault, representa un vacío urbano con diferentes enfrentamientos: el tejido urbano al este, el mercado vacío al sur y el frente fluvial del Miño al oeste.
El edificio propuesto busca relacionarlos a través de su ubicación, forma y organización programática. El interés del público se capta mediante su forma homogénea, racional y serena, así como por la materialización del color y la luz. Con un volumen paralelepipédico de líneas rectas, el edificio se rodea de una estructura rígida de pilares, componiendo una galería exterior que actúa como “protección” para los usuarios.
Toda esta rigidez representa para nosotros la fuerza que un edificio público debe poseer en la trama urbana, la cual, a su vez, se rompe por el movimiento creado por los juegos de luz y sombra. Este movimiento ofrece diferentes perspectivas del volumen a lo largo del día.
El volumen entero está construido en hormigón. Su carácter resistente, funcional y “frío” se contrasta con el revestimiento de piedra Molianos, amarilla, noble y “cálida”, en la base. Es así como, a la escala del hombre y los materiales, el proyecto abraza la nobleza y el carácter de referencia de una localidad tan pintoresca como Caminha.
En la unión de forma, función, escala y materialización, reconciliamos un conjunto de premisas que establecen relaciones con el entorno y con el individuo. No damos la espalda al frente fluvial, cuidamos la relación con la feria y aseguramos que la entrada esté orientada hacia el pueblo, como corresponde.
Concluimos que la zona técnica debería estar vinculada a una nueva plaza creada al norte, una plaza que libera al mercado del edificio vecino y abre el horizonte hacia los equipamientos existentes en el tejido urbano.
Dada la falta actual de relación interior-exterior entre el volumen y su entorno, diseñamos un volumen simple con planos transparentes que invitan al usuario a entrar o, desde el interior, a disfrutar de las vistas.
Es a escala humana, a nivel del suelo, donde los elementos transparentes nos permiten vislumbrar desde el exterior la función y la vida dentro del volumen. Estos momentos proyectan iluminación natural al interior y crean relaciones visuales con las dos realidades circundantes: el pueblo y la ribera del río Miño.
El interior del edificio está revestido con pintura epoxi lavable e impermeable hasta la altura de las aberturas (dos metros y medio) en todas las paredes interiores, permitiendo una higiene efectiva. Esta línea visual creada por el cambio de materiales se hace evidente en todo el volumen, tanto por dentro como por fuera, creando así una sensación de elegancia y ligereza.
El espacio interior se organiza en tres secciones: una al sur con tiendas de acceso exterior e interior y servicios sanitarios, un área central pública – mercado de pescado y frutas –, y un área técnica y restringida al norte.
La sección técnica al norte incluye vestuarios, una zona con cámaras frigoríficas individuales, un espacio administrativo y un área exterior para residuos, físicamente separada de las demás y accesible por una ruta independiente. Esto asegura que las operaciones de carga y descarga o el acceso al edificio no interfieran con las demás actividades.
El área de personal actúa como bisagra entre lo público y lo privado. Los vestuarios y las cámaras frigoríficas tienen rutas y salidas autónomas, sin intersección con la circulación del público general. La administración se relaciona con el espacio de ventas.
Al sur, la fachada principal está compuesta por cuatro espacios comerciales autónomos, todos con acceso directo al interior del mercado y a los servicios sanitarios comunes. Estos espacios pueden cerrar su acceso al mercado según los horarios de cada negocio.
El espacio central, el mercado, es el corazón del programa que dignifica el volumen. Es un gran espacio con techos altos y una escala “monumental”, profundamente bañado por luz natural y vistas a través de los planos transparentes de las fachadas. Aquí se desarrolla el acto principal del programa, el punto de encuentro para los usuarios. Al estar inundado de luz natural, que varía con la posición del sol a lo largo del día, se crea un escenario emocional y dinámico, característico de la imagen y la experiencia de un mercado.
Árboles. Una exploración de su mundo, de la raíz a la copa
Árboles: Una exploración de su mundo, de la raíz a la copa, un libro extraordinario que abarca más de 300 entradas y 3,500 años de historia arbórea. Este volumen completo captura el atractivo duradero de los árboles a través de una increíble variedad de medios, períodos de tiempo y culturas. Es el décimo título de la exitosa serie Explorer de Phaidon – Plantas, Jardines, Animales, Mapas, Universo, …
A lo largo de cientos de imágenes, Árboles ofrece una visión indeleble de los árboles y bosques del mundo, así como de la vasta variedad de respuestas artísticas y creativas que han inspirado a lo largo del tiempo. Este tomo abarca desde tapices del siglo XI y litografías del siglo XIX hasta esculturas talladas a mano y joyería de lujo, dispuestos en una secuencia curada para crear yuxtaposiciones sorprendentes e inesperadas entre cada obra. Por ejemplo, la pintura de “naturaleza viva” de una rama de higuera de Jacopo Ligozzi, del siglo XVI, se encuentra frente a broches del siglo XXI de la colección Nature’s Jewels de Hemmerle, mientras que un relieve egipcio antiguo de una expedición de búsqueda de plantas aparece junto a un espécimen de corteza de cinchona, que funcionó como un tratamiento temprano para la malaria, de la década de 1850.
Esta diversa colección encanta por su amplitud, con su contenido cuidadosamente curado en consulta con un panel internacional de historiadores del arte, conservacionistas, botánicos, científicos del clima y curadores de museos, entre otros expertos. Fósiles de madera petrificada, gráficos y mapas pioneros, cerámica antigua, ilustraciones botánicas, fotografías de la naturaleza, pinturas y manuscritos se fusionan para demostrar la versatilidad global de los árboles, desde el fresno común y la secuoya gigante hasta los árboles de Josué que prosperan en el desierto. Considerado en su totalidad, Árboles presenta una introducción amplia al tema, al tiempo que incluye ejemplos menos conocidos para especialistas. Los lectores aprenderán sobre el sagrado árbol Bodhi del budismo, el arte terrestre revolucionario del siglo XX, libros infantiles dedicados a los árboles y las causas de la deforestación en todo el mundo.
Árboles. Una exploración de su mundo, de la raíz a la copa
También se presenta una amplia y, a menudo, sorprendente variedad de artistas y creadores, incluidos Ansel Adams, Yann Arthus-Bertrand, Agnes Denes, Andy Goldsworthy, Yayoi Kusama, Sally Mann, Kerry James Marshall, Marianne North, Pierre-Joseph Redouté y Vincent van Gogh, entre muchos otros. Cada entrada también va acompañada de un texto corto y accesible que amplía la obra, su creador y su significado, enriqueciendo las impresionantes imágenes del libro con contexto e información relevante. Árboles concluye con un glosario de términos, una cronología ilustrada, biografías selectas, lecturas adicionales e índice para una máxima navegabilidad.
A lo largo de la historia, los árboles nos han permitido disfrutar y conectarnos con el mundo natural. Esta sobresaliente colección es un testimonio de este hecho y de la relevancia de la conservación ambiental frente a las catástrofes ambientales actuales.
“Cada respiración que tomamos es posible en gran parte gracias a los árboles”,
escribe Tony Kirkham, ex jefe de Arboretum, Gardens and Horticultural Services en los Jardines Botánicos Reales de Kew, Londres, en la introducción del libro.
“Espero que la belleza y la profundidad de estas obras sean una inspiración para continuar preservando los árboles para las generaciones venideras”.
Árboles. Una exploración de su mundo, de la raíz a la copa
Ya sea representados por los antiguos romanos en mosaicos de piedra, ilustrados en manuscritos iluminados, plasmados en papel o capturados digitalmente con la última tecnología de vanguardia, los árboles han sido un tema constante y querido por artistas y creadores de todo el mundo. Con un llamativo paquete azul, este cautivador libro celebra cada elemento de los árboles—desde la raíz hasta la hoja—y proporciona pruebas convincentes de su importancia cultural, artística e histórica.
Tony Kirkham MBE, VMH,
Fue el Jefe del Arboreto, Jardines y Servicios Hortícolas cuando se retiró de los Jardines Botánicos Reales de Kew en 2021 después de 43 años de servicio. En 2009, recibió el título de Asociado de Honor por la RHS por su distinguido servicio a la horticultura, la Medalla de Honor Victoria de la RHS en 2019 y una MBE en 2019 por sus servicios a los Jardines Botánicos Reales de Kew y la Arboricultura.
Panel Asesor
Dr. Giovanni Aloi; Dr. Preston Bautista; Dr. Diana Beresford-Kroeger; Fred Breglia; Casey Clapp; Jim Gardiner VMH; Dr. Andrew Hirons; Tony Kirkham MBE, VMH; Margaret D. Lowman, PhD; Carlos Nobre, PhD; John Parker, Anna Pavord, and Christiana Payne.
Textos adicionales
Dr. Giovanni Aloi, Matthew Biggs, Casey Clapp, Tim Cooke, Anita Croy, Diane Fortenberry, Tom Furness, Carolyn Fry, Jim Gardiner VMH, Rebecca Morrill, John Parker, Christiana Payne, James Smith, David Trigg, and Martin Walters.
Nos declararnos completamente absortos al mundo que nos delimita y a la vez contiene, dejamos que él nos ablande el alma y nos deje recostados en su forma; que nos tome por suyos y nos despoje de esa desidia de habitar por solo por estar vivos.
Habitar la permanencia nos ha construido -en el tiempo de habitar– con esa aparente lucha por confinar nuestros hábitos y resguardarlos de las costumbres que nos empujan cada día hacia el final de la vida.
Habitar la permanencia es ir dejando poco a poco aquella costumbre -hasta de nuestros deseos- de esa vida colmada de repeticiones de pasos, de ensoñaciones sobre el horizonte, de atardeceres efímeros, de olores que nos persiguen desde la infancia, de esos ruidos de media noche, de esos hábitos que aún no se cansan de advertirnos que a la vida aun le quedan huellas por pisar.
Habitar la permanencia es sentir que poco a poco vamos llenado un lugar, y que la vida es aún útil para nuestro cuerpo.
La Chaise Lounge LC4 Le Corbusier – Pierre Jeanneret y Charlotte Perriand, 1928
Rivas Vaciamadrid (pero podría ser cualquier otro sitio)
Hace pocos años, durante opíparas reuniones de orondos promotores y alcaldes, avezados comedores de gambas y jamón del bueno, se supo que al ritmo de construcción, el suelo (de la Comunidad de Madrid, por ejemplo) se agotaría antes del año 2030. Hoy todo aquel derroche queda muy lejos, aunque no tanto como el pronóstico truncado.
Treinta años antes, el arquitecto Antonio Miranda, catedrático de proyectos de la Escuela pública madrileña, escribía en un periódico nacional alertando sobre el frenesí suburbano que incluso el Ministerio de Obras Públicas y Vivienda alentaba entonces. A propósito de su Elogio de la medianería urbana. Problemas de los desarrollos en vivienda unifamiliar aislada, Miranda discutía un modelo que consumía suelo sin aportar nada a favor de la cohesión social de nuestra incipiente sociedad democrática. Este modelo no sólo no ha sido superado sino que sigue vigente y no se discute su existencia o validez.
Aunque hoy deberíamos tener superado este modelo suburbano de ciudad desperdigada o desparramada (las sprawl cities americanas retratadas en tantas series y libros), alcaldes y promotores, ávidos los unos de ingresar tasas por obras (cuando no cosas peores vía re-calificaciones) y los otros de increíbles plusvalías,1 se han dedicado a perpetuar el crecimiento de ciudades y pueblos multiplicando su extensión de forma exponencial mientras su población crecía linealmente.
El arquitecto-urbanista ha desaparecido de la faz de la tierra y ha sido sustituido por el político-promotor ya sea en su faceta calificadora de terrenos (siempre ayudado de un mal arquitecto que ejerce el pinta y colorea urbanizador cobrando cutremente por ello en la mayoría de los casos) o en la de cortador de cintas inaugurando dotaciones inútiles o mal dimensionadas, de forma que cada pueblo, dado que la cultura es gratis y para todos, tiene un auditorio y un pabellón de exposiciones o congresos, a ser posible edificios separados, no polivalentes y compitiendo en tamaño y ausencia de programación de contenidos.
Una semana sí, otro también, la prensa ofrece testimonios de arquitectos de éxito que reconocen la muerte del urbanismo a manos de políticos o empresas, clientes al fin y al cabo, dueños de nuestros destinos. Fernando de Terán, a propósito del 150 centenario del Plan Cerdá barcelonés, apuntaba lo siguiente:
“El de urbanista es un trabajo muy frustrante. Casi nunca ves tu plan realizado y por el camino todo son luchas y complicaciones. En España, por ejemplo, en los últimos años se ha consumido mucho suelo, mucho territorio y mucho litoral. Pero el problema fundamental es de naturaliza política. La disciplina tiene una experiencia muy sólida, ha evolucionado y cuenta con modelos para comparar que le dan una buena base de actuación. Es verdad que estamos atados por un modelo jurídico de urbanístico que no permite innovaciones y no recoge esta experiencia, pero la situación no es desesperada. Incluso con lo que hay, si los políticos hicieran caso de los urbanistas la situación mejoraría mucho. La mayoría estamos de acuerdo en que hay que limitar esta ciudad difusa que se expande sin control consumiendo gran cantidad de recursos, pero lo que piden los políticos son planes que les permitan hacer este tipo de ciudad, y eso es lo que se hace. Lo he comprobado, la mayor parte de los planes en el litoral valenciano son de este tipo, de ciudad difusa y dispersa. Están aprobados, son legales y nadie ha protestado. Es más, ganan elecciones con mayorías absolutas. Están respaldados política y socialmente”.
Al contrario de lo que ocurre en cuanto al tema residencial, donde la excusa de la vivienda social se ha convocado concursos con resultados muy dispares (casi siempre de colores, nada de blanco y negro, eso sí), en urbanismo no hay apenas apuestas desde lo público, único lugar desde donde puede producirse un cambio en la mortecina tendencia actual.
Como consecuencia de todo ello, la ciudad, o el centro de nuestras ciudades, nuestro downtown, queda abandonado y pronto aparecen lacras urbanas como las que Vicente Patón describía hace unos años. Entre ellas, y dado que este espacio debiera ser accesible e inteligible por la ciudadanía y no sólo por la, muchas veces, plomiza profesión, rescataremos de su texto de manera directa las siguientes: aparatos de aire acondicionado, cables, tuberías y antenas en fachadas, cierres de terrazas, balcones y áticos, graffiti y rótulos publicitarios. Nuestras leyes son tan rematadamente malas, además de ser muchísimas, que ni siquiera son capaces de controlar algo aparentemente tan sencillo como que un edificio nuevo no debería ser pasto de aparatos de climatización al no tener previsto un espacio en cubierta para ellos. La degradación empieza en el minuto uno de la ocupación y se extiende desde ahí, fachada arriba hacía las cubiertas, y hacia abajo hacía la calle, según los supuestos antes enunciados.
De manera aún más pesimista y triste escribió Antonio Muñoz Molina sobre Úbeda, la ciudad de sus niñez, con un patrimonio histórico-artístico impresionante en manos de gobernantes incultos y carentes de acierto, comparando (sí, porqué no) Europa con esta España que pudo ser y por ahora no es y así no va a ser:
“Viajando por Europa uno descubre con envidia cómo en pueblos pequeños y en ciudades provinciales el cuidado en la preservación de lo más valioso del legado del tiempo es perfectamente compatible con el progreso tecnológico y tiene la ventaja práctica de hacer la vida más gustosa y crear una duradera riqueza: en España se empieza por arrasarlo todo, Cuando más se alimentaban los orgullos locales y las lealtades vernáculas a lo largo de los últimos treinta años más impunemente se han destruido paisajes. El orgullo local separado de la conciencia cívica es paletería, igual el patriotismo sin ciudadanía es fanatismo. Se inventan pasado y se alimentan nostalgias rústicas al mismo tiempo que se impone la ignorancia y se borran las huellas del pasado verdadero, el que habría sido tan fértil para mejorar el porvenir”.
De camino en Madrid, en al población de La Carolina (joya urbanística), nos informaron, que se presentó un impresentable plan general que con el beneplácito de un joven y prepotente equipo de gobierno, apostó por un modelo basado en el coche sin considerar el uso de la bicicleta como medio de transporte alternativo en una ciudad casi totalmente plana y con calle amplias. Más miradas, esta vez internacionales y lanzadas directamente desde el star-system más discutible, abundan en la imposibilidad, incluso para ellos, de hacer nada. Gehry contestaba así a una pregunta sobre si los arquitectos piensan demasiado en los edificios olvidándose de las ciudades, afirmando su impotencia, de camino la de Norman Foster.
“El urbanismo está en manos de constructores, las grandes firmas del ladrillo y el paisaje, los políticos. Nosotros somos arquitectos y servimos a los clientes. Ellos nos invitan, nosotros no podemos llegar e imponernos. Las grandes firmas no llaman a los arquitectos, tienen los suyos. Yo lo intenté Brooklyn, pero fracasé. Habrá que seguir intentándolo. Quería hacer un plan de ciudad escolar, y no salió. Lo retrasaron varias veces, llegó la crisis y fue imposible. En Estados Unidos, el urbanismo está muerto. Y los arquitectos no contamos nada. Hay que meterse demasiado en política. Y a veces ni eso sirve. Foster va a hacer urbanismo en Abu Dhabi. Cuando lo haya acabado, estaremos en silla de ruedas. Está teniendo problemas. Su sueño era diez veces mejor que lo que hay en los planos”.
Para terminar como empezábamos, Antonio Miranda de nuevo arrojó algo de luz sobre el tema de los centros históricos de nuestras ciudades aportando ejemplos como Bolonia y Verona en el lado positivo,
“Conviene por eso tener, presente, como ejemplo negativo, el caso del Centro disecado de Cáceres convertido en ciudad fantasma o escenográfica carente de vida cotidiana y real. Así mismo la taxidermia efectuada sobre Santillana del Mar, convertida en repulsivo parque comercial y temático; porque en una ciudad parasitada por el comercio turístico, la “revitalización” será fatalmente falsa y mortuoria resurrección, como la practicada por un taxidermista sobre un animal muerto. En contraste merece la pena estudiar el caso de Segovia que, quizá con menos patrimonio monumental, ha conseguido mantener su vida ciudadana a lo largo de las 24 horas del día, gracias a la voluntad de sostenibilidad simultánea aplicada a los habitantes originales y a la infraestructura edificada.
Frente a ese panorama de tan escasas virtudes, debe ser objetivo de todo Plan conseguir una sana y gran heterogeneidad poblacional que garantice el dinamismo vital de la zona. Esa deseable heterogeneidad -que tiende a darse por defecto si no se le oponen grandes obstáculos- coincide con la diversidad cultural, étnica, económica, generacional, etc. Evitar en el Centro cualquier zoning horizontal, evitar el ghetto y la marginalidad, mantener y multiplicar el pequeño comercio o empresa familiar, rehabilitar masivamente (es intolerable la permanencia de un neochabolismo de infraviviendas sin inodoro como aún tenemos que padecer como vergüenza europea), perfeccionar el espacio público… son políticas que no pueden esperar, por ardua que sea la tarea.
La mejor Teoría de la Arquitectura nos enseña que el verdadero arquitecto entiendo cualquier espacio como un espacio interior. Bajo este criterio, que ya sido comprobado en algunas ciudades europeas, es probable que cualquier problema resulte secundario ante el asunto axial, capital, principal cuya solución parece resultar imprescindible previa a cualquier otra buena intención. A saber: El espacio público, concebido como ámbito de habitar interior puede ser el vector de arranque óptimo para cualquier operación política valiosa y de gran alcance. Y en un espacio público -concebido como doméstico, al modo de Alberti- la peatonalización es esencial, substancial, preliminar. Los atributos infernales del ardor, el humo, el ruido, la prisa motorizada, etc. deben quedar fuera del Centro. Así, se obtendrá una peatonalización (quizás con matices y horarios) sin la cual el espacio público, es decir el sistema sanguíneo y el conjuntivo del Centro Histórico no tienen salvación. Bajo esta premisa, la alta calidad del espacio público determinará al nuevo y mejor ciudadano tanto como éste determinará aquella alta calidad integral”.
Publicidad turística de Santillana del Mar
Al final, lo único que nos ofrece esta nueva vida-urbanización proyectada desde los despachos de concejales de urbanismo y de oficinas de arquitectos serviles es una versión descafeinada y mucho más aburrida de la ficción americana, con lo cual, casi mejor enchufarse a la tele y olvidarse de que España es así.
bRijUNi architects (Beatriz Villanueva y Francisco Javier Casas Cobo).
Riyadh (Arabia Saudí), Octubre 2009
Notas:
1 En un reciente conferencia en el día de la arquitectura en Madrid, el arquitecto y urbanisto Manuel Ayllón comparó las plusvalías obtenidas por los promotores en el época referida con las de los traficantes de marihuana, también de tres dígitos, frente a las del El Corte Inglés, de uno sólo.
2 La pista completa de la música original del vídeo “Little Boxes” que introduce la serie “Weeds” puedes escucharse aquí.
La IX edición del Festival arquia/próxima, organizado por la Fundación Arquia, se celebró en Madrid, donde se anunciaron las realizaciones ganadoras de los jóvenes arquitectos más prometedores del panorama actual de España y Portugal. El jurado otorgó dos premios arquia/próxima ex aequo y cinco premios arquia/innova ex aequo.
El jurado, compuesto por la comisaria Marina Otero, junto a Daniel Rincón de la Vega, Uriel Fogué (Elii Arquitectura), Manuel Clavel, Clara Olóriz, Jaume Mayol (TED’A Arquitectes), Ricardo Carvalho e Ignacio de Teresa, seleccionó a los ganadores entre un total de 1060 realizaciones, de las cuales 472 fueron presentadas en los últimos dos años. Las propuestas abarcaban una diversidad de enfoques, desde proyectos construidos hasta investigaciones, intervenciones urbanas, instalaciones efímeras, performances y piezas audiovisuales.
• “48 viviendas en Magaluf” del estudio Lloc Arquitectes, en Mallorca, España
• “Eix Verd de Consell de Cent” de Cierto Estudio y BP67 Palomeras Arquitectes, en Barcelona, España.
48 viviendas de protección pública en Magaluf. Photo José Hevia y Eix Verd de consell de Cent Photo by Marta Vidal
Ambos proyectos recibirán un premio de 15,000€, dividido entre ambas realizaciones ganadoras.
Asimismo, el jurado otorgó el premio arquia/innova ex aequo a:
• “Blasón Elements for Industrial Recovery” de Burr studio, en Madrid, España
• “Casa 0006” de Taller 11, en Vilafranca del Penedès, Barcelona, España
• “ELEMENTA” de Parabase, en Basilea, Suiza
• “Everywhere & nowhere” de Pareid Architecture en Madrid, España
• “Spa profundo” de La Cuarta Piel, en Alicante, España
Los proyectos recibirán un premio de 3,000€, dividido entre todas las realizaciones ganadoras.
Las dos realizaciones con el máximo galardón, arquia/próxima ex aequo, fueron seleccionadas por el jurado por su innegable calidad arquitectónica, y por demostrar cómo la colaboración entre las administraciones públicas y los jóvenes arquitectos puede dar lugar a intervenciones de gran impacto social. En dos ámbitos diferentes, como la vivienda colectiva y el espacio público, los equipos autores logran con destreza hacer atractivas las soluciones planteadas ante los retos actuales, apostando por centrar el foco en las personas y su bienestar a través de un diseño consciente y una cuidadosa materialidad.
DESEO
La IX edición de arquia/próxima se organizó bajo el comisariado de Marina Otero Verzier, quien definió el lema central, “DESEO”, como una propuesta para movilizar el deseo como motor de cambio hacia transformaciones ecosociales, económicas y políticas. Según Otero,
“la selección muestra que es posible canalizar el deseo más allá de los sueños trasnochados del progreso, pero también evidencia que los profesionales de la arquitectura aún tenemos trabajo por hacer”,
añadiendo la pregunta:
¿Cómo podríamos canalizar la fuerza el deseo hacia unos modelos más sostenibles?
La respuesta del talento emergente ante este planteamiento giró en torno a cinco temas principales: nuevos paradigmas de vivienda, materialidades, el disfrute del espacio público y la comunicación de la arquitectura. El Festival arquia/próxima se estructuró en torno a estos mismos cinco ejes, bajo el formato de mesas de conversación tituladas: “Economías del deseo,” “Inteligencias materiales,” “Dimensiones afectivas,” “Disfrute público” y “Aspiraciones domésticas,” en las que los autores de las realizaciones seleccionadas y el jurado intercambiaron ideas y perspectivas.
En esta edición, la Fundación Arquia recuperó el catálogo impreso, reafirmando su dedicación a esta herramienta de difusión que compila las obras catalogadas, seleccionadas y premiadas.
El programa arquia/próxima, iniciado en 2006, se ha consolidado como uno de los programas clave de la Fundación Arquia para apoyar el talento emergente en el ámbito de la arquitectura. Dese su creación en 1990 por la Caja de Arquitectos (ahora Arquia Banca), la Fundación, actualmente dirigida por Sol Candela continúa apostando por la difusión de proyectos innovadores en arquitectura, construcción, diseño y urbanismo.
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