Lupo es una herramienta didáctica desarrollada por un grupo de profesionales interesados en la educación. El equipo que forma Sistema Lupo es heterogéneo y siempre está abierto a nuevas colaboraciones.
Lupo surge ligado a una patente ideada por el arquitecto Fermín Blanco, es un sistema de construcción basado en un set de siete piezas proporcionales entre si que permiten infinidad de aparejos. En función del material y de la escala, lupo adopta unas características u otras.
¿Cuál ha sido tu formación y tu trayectoria profesional previa a Sistema Lupo?
Siempre me ha interesado la construcción, cuando terminas la carrera de arquitectura, tienes un vacío en el estómago, una sensación de vértigo para hacer frente a un proyecto de “verdad”. Yo al menos así lo he experimentado y hablando con otros compañeros y ahora con los alumnos de fin de carrera que terminan sus estudios me trasmiten la misma sensación.
Mi primera experiencia profesional fue excelente, porque tuve la posibilidad de ser guiado por un maestro. Entré en el estudio de Manolo Gallego sin haber padecido una sola obra y me encontré compartiendo horas y horas de trabajo con un profesional que me transmitía todas o al menos parte de sus dudas… Eso para mi era una experiencia sorprendente, yo estaba lleno de dudas pero ¿ Cómo aquel hombre con su trayectoria y sus conocimientos podía tener tantas dudas ante un proyecto? Acompañé a Manolo durante tres inolvidables años, aprendiendo a dudar en una fase formativa continua que hoy llamaríamos Master, supongo.
Al tiempo realicé mis cursos de tercer ciclo e inicié mi tesis doctoral, durante esos años asistí en persona a la defensa de la cátedra de Manolo dónde se trataron temas, algunos de los cuales yo aun no alcanzaba a entender, creo que aun me faltan unos cientos de libros por leer para poder interpretar alguna parte teórica de ese documento. Durante esos años aprendí mucho sobre el material, el proceso, la construcción…, todas esas cosas que ahora trato de explicar en mis clases de construcción. Pero sobre todo me ayudó a entender que la formación y la duda es algo que nos acompañará a lo largo de toda nuestra trayectoria personal y profesional. Y también y no menos importante que existen muchas maneras de desarrollar la profesión pero sólo algunas son éticas.
En el año 2006 abrí las puertas de mi propio estudio profesional, me rodeé de gente buena y profesional y comencé a hacer asistencias técnicas a diferentes organismos y empresas, organicé exposiciones, terminé mi tesis doctoral y comencé a impartir conferencias y cursos en diferentes universidades, museos y colegios profesionales. Entre medias patenté el sistema Lupo como herramienta didáctica para hacer lo que realmente me gusta que es aprender enseñando.
¿Te planteaste en algún momento, presente, pasado o futuro, buscar trabajo en el extranjero?
Como me estoy refiriendo a momentos concatenados en el tiempo donde realmente no nos marcábamos objetivos sino que hacíamos y hacíamos… Y unos proyectos nos llevaban a otros. Realmente sólo hacíamos incursiones profesionales en el extranjero cuando los proyectos lo requerían pero no pensando en establecer la empresa fuera.
Creo que gran parte de mi generación se enriqueció sobre manera con las visitas al extranjero a través de las becas de estudio o intercambio. Gran parte de mis compañeros abrían nuevos destinos en un momento en que desde Europa se potenciaba el intercambio. Considero que esa parte de la política europeísta fue un acierto. En mi caso me llevó a estar un año en Lisboa y también a participar en proyectos educativos con entidades italianas. En la actualidad la visión panorámica de un mundo sin fronteras además de parecer un anuncio publicitario es una realidad tan evidente que nadie puede plantearse un futuro sin mirar al exterior. Nosotros en la actualidad tenemos una serie de proyectos didácticos en colaboración con diferentes entidades y empresas extranjeras como Arup Londres, American Hardwood Export Council, o el Museo Federico Silva de México.
¿Qué te llevó a poner en marcha este proyecto?
Como alguno de mis proyectos, por cierto a los que más cariño les tengo, lo hice sin mediar encargo. A partir de unos trabajos que estábamos desarrollando para museos, principalmente conferencias y exposiciones.
Nos encargaron talleres infantiles que explicaran los temas que se trataban en las exposiciones, en ese momento eran temas de postesado, construcción de puentes y grandes estructuras. Comenzamos haciendo esos talleres con cajas de marisco y a partir de ahí vimos que necesitábamos un material de gran formato como las cajas pero que fuese proporcional en las tres dimensiones, como un bloque de construcción. Definimos unas geometrías y piezas básicas y posteriormente fabricamos en el mismo material (poliestireno PS) diferentes versiones hasta llegar a la que más nos satisfacía por calidades, posibilidades y también el modo de unir las piezas.
Como nos imaginamos que todo ésto estaría inventado, decidimos desarrollar una marca para protegernos, por miedo a que una multinacional juguetera pudiera denunciarnos por usar una patente ya existente. Sin embrago el proceso determinó que la idea es original y finalmente se concedió la Patente propia del sistema lupo. (ES 200902060)
Desde entonces el primer Super lupo ha dado lugar a diferentes productos cambiando el material y la escala pero manteniendo el carácter experimental y didáctico. Timber lupo, Lupo Plot, Lupo DIY, Lupo Digital…La información sobre cada versión puede verse en la web del sistema.
El último de ellos Lupo Plot, incluye el color, y una fabricación a través de impresoras 3D y bioplásticos de última generación tipo PLA dentro de esa intención de trabajar con todo tipo de materiales y técnicas. Cada vez que generamos un producto asumimos pequeñas variaciones en la forma de encajar las piezas o en los cantos para adaptar la forma a las posibilidades de fabricación. Las tolerancias no son las mismas cuando se trabaja con tableros encolados y fresas con control numérico a PS con resistencias de corte o a cabezales de plástico. También variamos en función de la escala del producto las diferencias entre el Ecolupo ( juguete pequeño de escala doméstica) y el Timber lupo (encolando madera para la gran escala) así lo demuestran.
Entre medias diferentes talleres nos ayudan a seguir creciendo con el sistema, investigando en los materiales de un modo didáctico, sin duda el proceso es el protagonista en esta historia.
¿Te encontraste con muchas dificultades en su puesta en marcha?
Lupo surge como un proyecto de apoyo a otros proyectos didácticos por eso nunca se planteó como un proyecto donde la rentabilidad fuera lo fundamental sin embargo se autogestiona económicamente. Los esfuerzos para sacar el primer producto fueron enormes en tiempo y dedicación y también en la relación con las empresas que nos permitieron hacer innumerables pruebas.
Realizamos alianzas de todo tipo con empresas, laboratorios, universidades, ingenierías… para seguir dando pasos sin tener que aportar cantidades excesivas de dinero. Siempre teníamos la impresión que estábamos haciendo algo I+D pero lo cierto es que nunca recibimos ayudas en ese sentido, ni tampoco vinculamos la investigación a una universidad en el sentido estricto de “proyecto de investigación universitario” aunque evidentemente estamos investigando y también estamos motivando la relación investigación-empresa que tanto se ha puesto de moda.
Tenemos claro donde está el conocimiento y también dónde están las máquinas y que si no hay rentabilidad económica o al menos posibilidad de haberla, no podemos molestar a las empresas. No hacemos patentes para engordar el currículo como se hace en muchas universidades. El objetivo es crear productos útiles, explotar las patentes. Fomentar esa transmisión del conocimiento desde los centros de investigación. Allí donde existe conocimiento y máquinas hay una posibilidad de crear un nuevo lupo.
¿Estás contento con los objetivos alcanzados?
Como lupo es un proyecto abierto el sistema sigue en desarrollo y no tengo la sensación de haber alcanzado objetivo alguno. Es cierto que hay momentos muy gratificantes que pueden considerarse mini objetivos pero los únicos objetivos son los didácticos que se plantean al inicio de cada taller, y esos no siempre se alcanzan.
El equipo didáctico marca esos objetivos a partir de los retos que plasmamos en los planos, los objetivos se cumplen o no y por supuesto no siempre están ligados a finalizar la construcción o a que ésta se mantenga en pie una vez terminada la sesión. Generalmente los objetivos están en el proceso a partir de los procesos participativos, no olvidemos que lupo es una herramienta para el trabajo en grupo.
¿Crees que los arquitectos en España deberíamos abrir nuevas vías de trabajo para salir de la casilla más “tradicional” de proyectar dada la actual situación de la construcción en nuestro país?
Bueno eso es evidente, en primer lugar un arquitecto recién titulado es un titulado superior, o lo que es lo mismo es alguien que ha demostrado a la administración unas capacidades y aptitudes para la obtención de un nivel de educación superior. Eso dicho así de un tirón no asegura ni siquiera que sepa hacer un buen proyecto pero dice otras cosas de quien lo posee. Nuestra formación en las Escuelas de Arquitectura es muy transversal como sabemos y eso nos capacita para muchas labores, pero también debería servirnos para interactuar con acierto con el resto de profesionales. La visión tradicional del arquitecto-constructor está en crisis pero se pueden construir muchas cosas con la lógica arquitectónica sin ser las construcciones tradicionales.
¿Qué opinas de los que se han ido a trabajar al extranjero?
El perfil es fundamentalmente de gente joven altamente cualificada que ve posibilidades que aquí no se ofrecen, ante esa situación yo creo que nadie puede acusar a la juventud de no estar haciendo lo correcto cuando deciden irse. Seguramente yo acabe haciendo lo mismo…
Fermín G. Blanco · Sistema Lupo
Abril 2013
Entrevista realizada por Ana Barreiro Blanco y Alberto Alonso Oro. Agradecer a Fermín, tanto su ayuda como su predisposición mostrada con este pequeño espacio.