Las dos piezas cerámicas de Aalto entran el estudio de mi padre en 1974 después de su viaje1 a Finlandia. Él tenía tenía treinta y ocho años, yo nueve, y tardaría otros tantos en saber de su creador, pero desde entonces el finés ocupa un lugar destacado en mi ser arquitectónico.
Las piezas son de perfecta factura, cuidadosamente proporcionadas, tersas y extrañamente sensuales en sus formas. Son hermosas.
Ambas proceden del Lappia Hall de Rovaniemi, más concretamente del edificio del teatro, por entonces en construcción. También se pueden encontrar, las mismas o variaciones de ellas, en los otros edificios que componen el conjunto cívico proyectado por Aalto a modo de gran piazza cívica en 1963: el ayuntamiento, el primero en proyectarse (1963-66) y el último en construirse (1985); la biblioteca, el primero en construirse (1965-68) y proyectada después de la de Seinäjok; y el teatro, el Lappia Hall, que incluye también los estudios de radio y música, y cuyo proyecto se desarrolla en dos fases, entre 1969-72 (los estudios de radio y música) y 1972-76 (el teatro).
Las piezas cerámicas son el recubrimiento de las fachadas, formado por una combinación de piezas cerámicas blancas semicilíndricas y piezas planas llamadas Halla, la palabra finlandesa para congelado. Todas ellas fabricadas por la casa de porcelana finesa Arabia2. Aalto hace referencia a ello en la memoria de su museo en Jyväskylä (1971-1973).
Las dos piezas son distintas, esmaltada en azul cobalto, plana y con bordes redondeados una; y blanca, mate y semicircular la otra. Aunque son distintas ambas poseen una misma relación de familia que las hace reconocibles. Ambas transmiten en sus formas la elegancia de don Alvar, cuidadoso hasta los detalles, sus dimensiones, forma y diseño, lo reflejan. Es difícil no pensar en ellas como en pequeñas partes del todo que comprende la totalidad de la obra del finés.
Jorge Meijide . Arquitecto
Coruña. Noviembre 2017
P.D: Algún día pienso plantarlas, como si de semillas de tratara, a ver si me crece un pequeño Aalto en el jardín… pero me temo que no.
Notas:
1 En la maleta también venía un cuchillo de Tapio Wirkkala, firmado en la hoja y con una funda de cuero, que fue lo que realmente me fascinó y no esas dos “baldosas”. Hoy lo tengo en una vitrina (las piezas están en el altar…).
2 De la misma casa Arabia llegó en la maleta.
Breve texto para TectónicaBlog pedido por C. Quintáns al hilo de dos piezas de cerámica de A. Aalto. Septiembre 2011, revisado en noviembre 2017.