Nunca antes Ignacio Lechón, Camino Alonso y Carlos Alonso se habían enfrentado a un proyecto así. La ampliación de CVNE, en el Barrio de la estación de Haro, supone su primera colaboración con una bodega. Por fin, ve la luz el proyecto en el que han trabajado durante los últimos diez años y que coincide con una celebración clave para la compañía vinícola, los 140 años de su fundación.
Con el objetivo de seguir apostando por la máxima calidad en sus vinos, CVNE se planteó la ampliación de sus instalaciones con nuevos espacios para la producción y almacenaje. Concibió la idea en 2009 y confió en ÁBATON también para intervenir de forma integral en la imagen de conjunto. Todo ello se traduce, en la actualidad, en más de 16.000 metros cuadrados de superficie construida y un volumen de aproximadamente 127.500 m3.
A partir de una visión de conjunto, el equipo de arquitectos estudió y comprendió el proceso de elaboración del vino y propuso, en diversas fases, un proyecto global de ampliación que entiende los edificios como contenedores de un proceso, que evidencian con su forma las distintas funciones y que adoptan un lenguaje abstracto.
Una piel que da continuidad
Resultan clave las geometrías sencillas propias de las naves industriales, pero el lenguaje que las materializa es diferente, completamente original e innovador. Se trata de una piel que da continuidad a paramentos y cubiertas.
Las naves industriales están, literalmente, cubiertas por un abrigo que estabiliza las temperaturas, fundamental en el proceso de producción del vino y que confiere al conjunto un aspecto neutro como de maqueta. Se eliminan así todo gesto, aleros, cornisas, bajantes, para generar un continuo construido que pudiera integrarse en el abigarrado conjunto existente.
Para conectar las naves blancas, entre sí y con las edificaciones existentes, ÁBATON recurrió a filtros, es decir, a espacios construidos que conectan las diferentes piezas y acogen las instalaciones, pasarelas, almacenes, servicios, muelles de carga, oficinas, etc. Los filtros adquieren distintas materialidades, metálicos y brillantes entre las naves, y de hormigón mate en el contacto con los edificios existentes.
Además, se incorporaron dos réplicas de la célebre casa transportable APH80. Estas edificaciones son elementos de control, de accesos en un caso y de la calidad del vino durante la vendimia, en el otro.
En cuanto a las fases, entre 2009 y 2016 se contemplaron la ampliación de las naves de producción (7.500 m2) y almacenamiento de vino (4.000m2). A partir de 2006 y hasta 2019, se ejecutaron una nave de producto terminado (1.100 m2), un cuerpo de servicios, muelle de carga y oficinas (1.100 m2) y la recuperación del edificio histórico, “Pieles” (300 m2).
Arquitectos: ÁBATON, Camino Alonso, Carlos Alonso, Ignacio Lechón
Colaboradores: Marta Hombrados, David Hiniesto, Pablo Fonseca
Colaboradores Externos: ATISAE, Riphorsa y Alberto Palomino
Constructora: OCISA
M2 Construidos: 16.000
Año: 2009/2019
Localización: Haro, La Rioja
Fotografías: Juan Baraja
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