El aspecto y la historia de las sillas de “su santidad” son ilustrativos de la pretendida dignidad a la que sirven como asiento. De entre las utilizadas por los pontífices destaca “la gestatoria”. Abandonada definitivamente por Juan Pablo II, es el referente obligado en lo que a sillería papal se refiere.
Curiosamente, algunas voces señalan el interés de Benedicto XVI por recobrar el uso de la gestatoria, un uso que incluía ser portada sobre las espaldas de cuatro fieles.
Modelo 1. Papamóvil chair.
A pesar de las quejas por parte de los fieles sobre la velocidad con que se desplaza el papamóvil, el asiento usado por Benedicto XVI carecía de cinturón de seguridad. La tradicional sobreelevación de la silla del pontífice se resuelve mediante un sofisticado mecanismo neumático.
Este mecanismo unido al ligero tono marfil-beige y a las formas tímidamente redondeadas de la pieza le dan el aspecto de un genuino dispositivo gerontológico.
Modelo 2. Sentar cathedra en la catedral.
Todo un ejemplo de buena fe. Una empresa de la capital del mueble “regala” el conjunto de asientos del pontífice y acompañantes. Las malas lenguas, sin embargo, señalan que la empresa de carpintería oferente habría obtenido notable publicidad gracias a su “donación”.
El diseño es un gracioso encaje de contrarios: la sencillez y rusticidad del voto de pobreza con el lujo del cuero blanco y el acero inoxidable; nobleza en los materiales, austeridad en su aspecto, incomodidad en su uso; las posiciones estrictamente jerarquizadas de los sedentes contrastan con el lenguaje moderno.
Unas sillas -especialmente las que acompañan al trono papal- que bien podrían formar parte de un ático de soltero o de la consulta de un dentista moderno.
Modelo 3. La silla hueca.
Benedicto XVI ofició en la plaza del Obradoiro una fastuosa ceremonia en la que la cabecera litúrgica era un auténtico plató de televisión. Pensado para su retransmisión, el diseño del espacio en torno al pontífice incluía todos los detalles y, por supuesto, el mobiliario.
Provisional y hueco, así era el escenario de su santidad. Estas características -quizás también valores- estaban presentes también en el trono papal, un adusto asiento fiel a la estética “pladur look total”.
Modelo 4. La silla fiel.
De plástico modelado y apilables, las verdaderas protagonistas en la plaza del Obradoiro fueron las sillas de los fieles. Sillas fieles a su función, fieles al material y a la tecnología de fabricación. Eran miles y eran blancas.
Modelo 5. Benedicto XVI en la capital del diseño.
Ahora que la basílica de la Sagrada Familia ha sido consagrada podemos afirmar definitivamente que nunca conoceremos el espacio soñado por Gaudí. Sin embargo Benedicto XVI tuvo la oportunidad de experimentar la concepción del espacio y la construcción del Maestro catalán a través de sus sillas.
Llenas de fuerza y de vida, alejadas de la retórica fácil, las construcciones de Gaudí tienen una dignidad irreductible, no hay más que ver la naturalidad con la que los expertos actores se manejan en un entorno tan sofisticado.
Elías Cueto | Xosé Suárez
arquitecto | arquitecto
Santiago de Compostela, noviembre 2010
Publicado en Nº 313 [sillas…]