El pájaro dodo
Fehn y sus dibujos de línea. Frágiles, sintéticos y crípticos.
Dibujos que son casi nada. Exiguos trazos en los que cabe el mundo entero.
Cosmogonía de horizontes y barcos, de soles y lunas, siempre de hombres.
Fehn y su arquitectura de sombras alargadas.
El joven prodigio nórdico de Bruselas, Venecia y Hamar.
Luego, el olvidado que no erigió un solo edificio durante veinte años; el maestro marginado en la Escuela de Oslo.
Por fin, el anciano redimido en Bamble, en Fjaerland, Ørsta y Alvdal; el maestro aclamado en Nueva York.
Hoy, como el pájaro dodo, lejano, extraño y extinto.
El primo Ramón
Kavala, Grecia, verano de 2014