La arquitectura puede ser sometida a acciones violentas que la modifiquen y la reconstruyan, generando nuevas relaciones con el medio y destruyendo la idea que la enmarcar como una imagen final acabada.
El acto (violento) sobre la arquitectura se constituye en un medio legítimo instantáneo para hacer frente a las imposiciones iniciales que marca el diseño.
Existen cinco modos (de mayor o menor violencia) de actuar frente al cuerpo de la construcción, organizados en función del distinto grado de conservación que ejerzan sobre la entidad original.
Así, los extremos van desde la completa protección del original hasta su total borrado y anulación, quedando tres acciones intermedias que construyen una arquitectura que deja de ser, pero continúa siendo. Entre la conservación y la desaparición.
1. Curaciones
Son acciones que tienen por objetivo la máxima conservación del cuerpo original, ante su paso del tiempo y deterioro. Tienden a ser delicadas, como curar a un enfermo. La conservación no solo mantiene materiales y estructuras, también los recuerdos y los usos. Que todo cambie continuamente para que todo siga igual.
2. Trasplantes
Un cuerpo nuevo dentro del cuerpo originario de la arquitectura. Supone en esencia un extrañamiento. Un paisaje inesperado en el interior de la arquitectura que no debería estar allí. Las acciones dotan de nueva materialidad y espacialidad, así como también pueden modificar su uso original para adaptarlo a nuevas necesidades.
3. Extirpaciones
Una incisión, un corte, la apertura de un hueco, una eliminación de un muro, genera una relación con el medio nueva. No es un acto sin más, sino que provoca una serie de nuevas lecturas. Con estas acciones, las clásicas dicotomías “dentro-fuera”, “tú-yo” pueden ser pervertidas y redefinidas. Una acción violenta y directa, aparentemente sencilla, que cuestiona la condición cerrada de la arquitectura.
4. Transfiguraciones
La arquitectura, desde el punto de vista tectónico, está hecha de materiales, que se modifican, ensamblan y manipulan para crearla. Puede ocurre que la arquitectura (como cuerpo) en este en un estado destrucción que no permita que se siga usando, pero ¿pueden algunos materiales se reutilizados y reensamblados para tener una segunda vida?
5. Mudas
La imposición de una nueva dinámica económica, social, paisajista… puede negar la preexistencia anterior hasta el punto que sea vista como un aspecto negativo que debe ser borrado eliminado y destruido en su totalidad. Esta es, por tanto, la acción más violenta, ya que supone la desintegración total y el olvido completo de la presencia previa.
Landa Hernández Martínez · arquitecto
Ciudad de México. Marzo 2022