El proyecto surge a raíz de una necesidad funcional de obtener más espacio del que ofrece el comedor original, el cual, ha quedado obsoleto en cuanto a instalaciones y dimensiones para dar servicio a la actual demanda. El objetivo con dicha ampliación es, por tanto, conseguir un comedor que cuente con 405 m2 para un total de 540 comensales en dos turnos y una cocina de 145 m2.
Para ello se plantea la ampliación del edificio respetando la estructura existente y dándole continuidad mediante un mismo ritmo. Se amplía la zona de comedor para ocupar el área que queda libre entre éste, el edificio de primaria y la valla de cierre del centro, dejando una crujía libre para formalizar un patio que continúe asegurando una entrada de luz natural y ventilación adecuada a la zona de comedor y cocina.
La cocina crece hacia el patio de infantil y hacia el anterior patio de servicio. Se genera un nuevo patio de servicio en una pequeña superficie del actual huerto.
Para todo ello, se respeta tan solo estructura y cubiertas existentes. El edificio se plantea con cubierta en diente de sierra en la mayor parte del desarrollo de la planta, a excepción de la zona de unión con el edificio de primaria, donde se opta por una cubierta plana que respeta la composición de la fachada anexa.
El acceso a la zona de cocinas, almacenes y vestuarios, y, por ende, de los trabajadores, se ubica en la fachada principal, a través de un pequeño patio, mientras que el acceso de los usuarios, alumnos todos ellos del centro, se realiza desde el patio con dos accesos, una entrada y una salida, para evitar colapsos.
En cuanto a la materialidad, se busca crear un espacio relajado, siguiendo la filosofía Montessori. Es fundamental crear un ambiente tranquilo y acogedor que favorezca la calma y el diálogo, evitando una hiperestimulación que puedan crear confusión y agitación en los niños.
El cromatismo y la materialidad se utiliza como una manera de zonificar un espacio y crear recorridos intuitivos que ayudan al niño a sentirse orientado y acogido, y por tanto, en calma.
El azulejo cerámico se plantea como una buena opción en cuanto a resistencia e higiene, y, además, aporta color a un espacio infantil. Se ubica en las cotas bajas y con un mayor uso. La madera se integra por su calidez y propiedades acústicas en las zonas más altas y puntualmente en pilares.
Función y diseño forman un tándem. Mediante un entorno relajado, diferentes revestimientos, acabados y texturas, se invita a los infantes a ser protagonistas e interactuar con su entorno.
La iluminación artificial juega un papel importante, buscando no saturar el espacio, se plantea una iluminación cálida y versátil que acompaña la arquitectura y juega con ella según las propias necesidades. Luminarias led lineales se encastran en los paneles de madera y generan un ritmo que aporta movimiento al espacio.
Comedor escolar de estilo Montessori, donde la luz, el cromatismo y la materialidad cobran principal protagonismo.
Obra: Children’s Canteen en La Pobla de Farnals
Autor: Trazia Arquitectura (Carlos Pardo – Lucía Hernández)
finalización: 2022
Superficie Construida: 480 m2
Ubicación: La Pobla de Farnals (Valencia, España)
Cliente: Excmo. Ayto. La Pobla de Farnals
Fotografía: Milena Villalba
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