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Objet trouvé [04] : Sostres y el radiador de la casa “MMI” | Rodrigo Almonacid

SOSTRES-casa-MMI-vista-int.-patio-desde-salón-foto-by-F.Catalá-Roca_1956
Patio Interior de la casa Moratiel de J.M.Sostres (Barcelona, 19556-57). Fotografía: F. Catalá-Roca

A mediados de los 50 del siglo XX, el arquitecto catalán Josep Maria Sostres (1915-84) abandona el entorno pirenaico de su localidad natal de la Seo de Urgel para dar comienzo a su etapa más brillante vinculada al litoral mediterráneo. En menos de una década es capaz de proyectar una serie de obras que reflejan una gran sabiduría y un oficio disciplinado, que tienen (como conjunto) la cualidad de ser eslabones excepcionales dentro de una cadena sin principio ni fin. Me refiero principalmente a la casa Agustí en Sitges, a la hilera de cuatro casas unifamiliares en Torredembarra, a la casa Iranzo y a la casa Moratiel (conocida por las siglas “MMI” de su propietario).

Es quizá esta última, la casa MMI, la más rica y a la vez la más compleja de todas ellas, debido a sus numerosas referencias a la cultura arquitectónica moderna. Tiene un punto de “inacabada” (si es que una obra arquitectónica puede acaso serlo), de “work-in-progress” como dirían algunos hoy. La colisión de formas, detalles y sensaciones es tal que parecería que su autor tuvo que detener el proceso del proyecto arquitectónico en un momento imprevisto para no demorar más el comienzo de su construcción. O quizá no, y esto es solo la manera en la que uno querría entenderla, como si fuera un fotograma fijo dentro de una secuencia en permanente evolución. Así lo revelan los bocetos de este fatigoso proyecto, verdadera pugna entre dos versiones antagónicas de la idea de casa: la “casa-belvedere” y la “casa-patio”. Dicho de otro modo, se podría afirmar que la casa MMI finalmente construida sedimenta las miradas extrovertida e introspectiva, cual ejercicio estrábico deliberado, intentando explorar una conciliación de opuestos de imposible reconciliación como todos sabemos1.

Con justicia, la MMI es una casa bastante conocida, estudiada y publicada2. Sin embargo, quiero reivindicar en este texto la importancia de lo imprevisto en una obra, de aquellos rincones donde (parafraseando a Goya) “el sueño de la razón produce monstruos”, pero “monstruos” (eso sí) de los buenos. A lo largo de este proyecto la imaginación de Sostres llegó casi a desdibujar su metódica y racional forma de abordar el proyecto de arquitectura. Su actitud es enteramente moderna, por cuanto está interesado en el experimento en sí que en el resultado definitivo. Y si así se aprecia al seguir el devenir del proyecto, cuando nos aproximamos a la obra de nuevo infringe sus propias reglas para introducir cambios inesperados, soluciones inéditas que sorprenden pero sin las cuales esta obra no sería tan brillante.

La composición original de la planta contemplaba un patio abierto al cielo con un árbol plantado en su centro. Dicho patio sería visible desde el dormitorio principal a través de una pared totalmente acristalada en su lado norte, lo cual daba sentido a la disposición de una mampara de madera que se deslizaría en paralelo a la cristalera para aislar la pieza del living junto a la chimenea y señalar una idea de pasillo hacia el cuerpo de dormitorios. Este tema transversal se inducía situando un mueble estantería en el salón que impedía el avance del visitante por el eje principal de la casa al llegar al centro de gravedad de la casa.

Planta del proyecto de ejecución y vista Interior de la casa Moratiel de J.M.Sostres (Barcelona, 19556-57). Fotografía: F. Catalá-Roca

Al dirigir la obra, el “compositor” Sostres alteró decisivamente la fisonomía del patio central de la casa MMI, viéndose afectados sus espacios adyacentes. Sorprendentemente, el patio le volvió la espalda al dormitorio principal, negándole sus vistas. El árbol desapareció y con él, la vista del cielo, sustituida por una celosía de lamas que actuaban como una suerte de gnomon sobre el pavimento y los muros pintados. Las correderas, tapado ya el dormitorio, no hallaron razón de ser, y la pared del living se unificó con una misma pintura en toda su extensión, desterrando la idea inicial de revestir su tramo interior con un panelado de madera noble. Por si eso no era poco, la estantería del salón fue sustituida por un inesperado radiador de elementos de fundición, verdadero “objet trouvé” de la vivienda. Su posición exenta en medio del espacio principal, su geometría de líneas verticales vistas a contraluz como otra celosía de sombras más, y su altura coincidiendo con el nivel del montante horizontal de la cristalera sur del salón, nos indican que la nueva escena doméstica fue tomando cuerpo al ser construida y experimentada con los sentidos.

En la casa MMI se diría que el habitual papel de Sostres como “maestro compositor” pasó a un lugar secundario cuando el autor se convirtió en “director de orquesta”, insuflando vida propia a aquellos elementos inermes dispuestos sobre el plano. La incomodidad y abstracción de la solución final es, sin embargo, una lección de arquitectura diseñada para ser percibida con los sentidos, que trasciende a una mera composición formal por brillante que esta sea. Aunque, a veces, como en gran parte de las obras más interesantes de Sostres, solo sea cuestión de pasar el tiempo mirando el movimiento de unas sombras…3

Rodrigo Almonacid [r-arquitectura] · doctor arquitecto
valladolid. junio 2015

Notas:
1 La conciliación de contrarios es un tema fundamental en la obra de Sostres, como describe Carlos Martí Arís en su texto titulado: “El pensamiento arquitectónico de Sostres”, en: ARMESTO, A. y MARTÍ, C. (eds.): Sostres. Arquitecto. Architect. Barcelona: Ministerio de Fomento de España, Col·legi Oficial d’Arquitectes de Catalunya, Centre de Documentació, 1999.
2 Un estudio detallado sobre la casa MMI (y su hermana, la casa Iranzo) es la monografía: Cfr. ARMESTO, A. y LIBERATORE, C.: “Iranzo y Moratiel”, en VV.AA.: José María Sostres. Casas Iranzo y MMI. (Barcelona 1956 y 1957). T6 ediciones, Pamplona, 2006.
3 El arquitecto mallorquín Guillermo Sagrera explica su personal percepción de la importancia de las sombras y del radiador de la casa MMI en una carta dirigida a J.Quetglas, publicada íntegramente en la revista Arquitectura del COAM, nº 263, de noviembre-diciembre de 1986, pp. 66-70.

Rodrigo Almonacid Canseco
Rodrigo Almonacid Cansecohttps://rarquitectura.wordpress.com/
(Teruel, 1974). Licenciado en Arquitectura (1999) con premio extraordinario y Doctor “cum laude” en Arquitectura por la Universidad de Valladolid (2013), compagina su actividad académica como profesor doctor de la E.T.S. de Arquitectura de Valladolid con la profesional al frente de su propio estudio [r-arquitectura]. Es autor de dos libros: Mies van der Rohe: el espacio de la ausencia (2006); y El paisaje codificado en la arquitectura de Arne Jacobsen (2016). Colaborador habitual en blogs de actualidad y crítica arquitectónica.
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Alberto Alonso Oro
Alberto Alonso Oro
9 years ago

Josep M. Sostres y el Grupo R. g.carabí
Entre la constitución del GATCPAC y la declaración de Asociación del Grup R
median veintiún años. Suficientes para que uno de los grupos se
convierta en referente del otro y poder trazar algunos paralelismos
entre ambos: voluntad de acabar con una inercia arquitectónica
anacrónica, organización de exposiciones en galerías de arte para dar a
conocer la actividad profesional y propositiva de sus miembros, búsqueda
de conexiones con otros grupos artísticos, o aproximación de la
actividad artística y arquitectónica a la ciudadanía, entre otras
actividades.
[…]
http://ow.ly/RG2hQ

José Ramón Hernández
José Ramón Hernández
9 years ago

Estupendo análisis. Rodrigo.
Y, en un plano más trivial, ¿no podrían deberse estos cambios en obra respecto al proyecto a criterios del cliente? Tal vez el cliente no percibió en los planos estas relaciones espaciales, y las intuyó en la obra y ordenó algunos cambios. O en la obra cambió de idea, o se volvió más inseguro, y obligó a Sostres (ágil e inteligente) a fintar sobre la marcha. Estas cosas nos pasan a menudo.

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