Hoy en día se hace muy difícil subestimar el impacto de los actos del hombre sobre nuestro planeta: el cambio climático, la explosión demográfica, la manipulación genética, las redes digitales o las islas de plástico en medio de los océanos. Resulta prácticamente imposible encontrar un espacio donde la naturaleza se mantenga intacta. Vivimos efectivamente en un mundo en que existen tulipanes del color del arco iris y vivimos en islas con forma de palmera. Una era en que lo «producido» y lo «innato» se están fusionando. Pero esto no quiere decir que nos hayamos convertido en dioses y que tengamos control sobre nuestro destino. Si no más bien que nuestra relación con la naturaleza está cambiando. Mientras que el término naturaleza en su sentido más literal (árboles, plantas , animales, átomos o el clima) está cada vez más controlado y gobernado por el hombre, nuestro ambiente tecnológico se convierte en más complejo e incontrolable, tanto que ya lo estamos percibiendo como natural y va adquiriendo su propio estado de naturaleza.
Este libro explora la evolución de nuestro concepto de naturaleza. Cómo la naturaleza se ha convertido en uno de los productos más preciados de nuestros tiempos, aunque mucho de lo que percibimos como naturaleza no sea más que una mera simulación de la misma: una idea romántica de un planteamiento equilibrado, armónico, inherentemente bueno y que vive bajo amenaza. Cómo, a pesar de todo, la evolución sigue su curso. Cómo la tecnología —tradicionalmente creada para protegernos de las fuerzas de la naturaleza— da lugar a una naturaleza que aún está por llegar, que es tan salvaje, cruel, impredecible y amenazante como siempre.
¿Podremos mejorar así nuestra condición humana, o nos convertiremos en dependientes de esta nueva naturaleza para siempre? Como mínimo podemos estar seguros de una cosa: tendremos la naturaleza que nos merecemos. De ahí la necesidad de estudiar cómo podemos diseñar, construir y vivir en esta naturaleza causada por la gente.