La Ciudad se ha convertido progresivamente y quizá desde la Revolución Industrial, en una suerte de gran depredador sobre el medio. Su papel como agente dinamizador de la actividad económica y cultural del mundo, el progreso, ha configurado conurbaciones de consumo, mega-estructuras desconectadas de los ciclos de la naturaleza, la energía o los recursos. La Ciudad Genérica pesa demasiado para el Mundo: superficial, desestructurada, hiperdensa, polucionada, “supremamente inorgánica”1, la ciudad impermeable en la que el imaginario de un afuera natural se reduce al bucólico artificial de los lagos en el campo de golf, o la nieve industrial pulverizada sobre la pista de esquí.
Ha llegado el momento de pactar con la Naturaleza:
«cada época sueña con la siguiente».2
Para Le Corbusier la ciudad representaba la verdadera Casa del Hombre, entendida siempre desde una aproximación higienista y de recuperación de los placeres esenciales, es decir el sol, el aire, el agua, la vegetación, el paisaje:
“Hay que reconquistar los horizontes. Hay que volver a plantar árboles”.3
Fernando Higueras daba un paso más al convertir algunos de sus proyectos en edenes habitados por plantas y animales:
“Qué pena elogiar un nuevo tipo de cubierta porque ni un solo pájaro ha conseguido anidar en ella; aquí gorriones, mirlos, abubillas: un nido por vigueta. Murciélagos también. En vez de pradera norteña, tan adecuada en la meseta castellana, el bosque de espinos, dislate ayer para los técnicos paisajistas, hoy refugio para varias familias de gatos protectores”.4
Fracasadas las nuevas ciudades utópicas socialistas en Europa y posteriormente en Norteamérica, tanto como presentimos el destino fatal de la nueva y autosuficiente ciudad smart, el presente nos ofrece la posibilidad de repensar la ciudad existente desde su activación ambiental, biológica o ecosistémica. Al margen de discursos primitivistas surgidos desde una adulterada imagen pastoril de la naturaleza, la ciudad contemporánea precisa la recuperación urgente de la utopía; la reinvención de una nueva teoría de lo urbano desde la puesta en valor, también, de lo no humano; la ciudad como un paisaje capaz de recomponer la frágil belleza del mundo. La belleza de La Ciudad como Hábitat .5
Miguel Ángel Díaz Camacho. Doctor Arquitecto
Madrid. Febrero 2015.
Autor de Parráfos de arquitectura. #arquiParrafos
Notas:
1 Rem Koolhaas, La Ciudad Genérica, Barcelona, Gustavo Gili, 2008. Publicado originalmente en Domus, 791, marzo de 1997, con el título “The Generic City”. Se recomienda el artículo de José Fariña «Desmontando la Ciudad Genérica«.
2 Walter Benjamin, El libro de los Pasajes, Madrid, Akal, 2004.
3 Le Corbusier, La Casa del Hombre, Barcelona, Apóstrofe, 1999.
4 Fernando Higueras. Curiculum Vitae completo (1954-1984). Escritos sobre FH. Publicación: Fernando Higueras. Madrid, 1985.
5 La Asociación Sostenibilidad y Arquitectura -ASA- y ROCA organizan una serie de encuentros bajo el título La Ciudad como Hábitat, Madrid, febrero-julio 2015. Sirva esta breve introducción como anuncio y estímulo de las mismas.