«Dirigimos nuestro saludo fraternal a todos los artistas expresionistas, cubistas y futuristas que se sientan llamados y responsables, deseando que se adhieran a nosotros como socios. Nosotros nos sentimos jóvenes, libres y puros.»
Manifiesto del Novembergruppe, 3 de diciembre de 1918
Bajo el estado de shock en el que se encuentra actualmente la profesión de arquitecto proliferan múltiples predicciones que vaticinan cómo será este oficio en el futuro inmediato. De todos estos augurios, entre los que abundan los apocalípticos que anuncian un mañana sin arquitectura, algunos parecen interesados en polarizar la profesión bajo el paradigma de la gran oficina que irradia una ilusión de eficacia y profesionalidad donde los departamentos creativos son una parte estanca, casi siempre menor, frente a los dedicados a la producción del proyecto, a su control burocrático o a su publicidad. El argumento esgrimido es que en un nuevo mundo post-crisis no habrá cabida para la práctica lenta y artesanal de los pequeños estudios y estos serán inevitablemente absorbidos por un mercado que sólo concibe la calidad como un estándar pretendidamente infalible sin margen para la experimentación. Frente a este razonamiento y los argumentos neoliberales que oculta, sorprendentemente asumidos con docilidad por la administración pública cuando requiere de un arquitecto, reclamamos una actitud de resistencia, acaso como la del poeta, el artesano, el filósofo o el científico, dispuestos a participar del mundo para después repensarlo pacientemente desde nuestras mesas. Llamamos a la resistencia a todos aquellos arquitectos dispuestos a luchar contra la imposición de un modelo que aprovecha los lodos de esta crisis para hacernos polvo, a la espera de que se retire el barrizal para dejar lo que quede de arquitectura en manos de intermediarios. Reclamamos a aquellos que hacen de su mesa su trinchera, pertrechados de libros, cuadernos, lápices, dibujos y maquetas. Reconocemos a nuestros colegas de la resistencia por su actitud, sabemos que es un arquitecto resistente porque:
1.- No empieza un proyecto sabiendo cómo acaba.
2.- Cree que no existe proyecto pequeño.
3.- No utiliza la falta de presupuesto como excusa.
4.- Procura nutrirse de todos los mundos reales e imaginarios, vividos y leídos.
5.- Sabe que el proyecto cabe dentro de la mina de un lápiz y que sólo gastándolo conseguirá sacarlo.
6.- Investiga asuntos insospechados de dudosa rentabilidad que no empiezan ni terminan necesariamente con el proyecto.
7.- Piensa con las manos formas y materiales que no siempre parecen arquitecturas.
8.- Tiene interés y preocupación por todo el proceso que atañe a la arquitectura, desde la conversación con sus habitantes hasta la construcción última y de ahí, hacia la vida.
9.- No utiliza las palabras de moda del pensamiento correcto y hegemónico.
10.- Se deja acompañar por gigantes de todos los tiempos, lugares y quehaceres.
Vive la résistance!
María González-Juanjo López de la Cruz
arquitectos y docentes
Sevilla, noviembre 2014
¡Gracias por compartir el enlace!
Por cierto, el artículo nos recordó a «ARCHITECTURE and RESISTANCE de Lebbeus Woods» ;)
http://fabriciomora.tumblr.com/post/54483398000/architecture-and-resistance-lebbeus-woods
Buen fin de semana.
Entre la mecanización de los proyectos, con la avalancha de normativa y justificaciones que hemos sufrido en los últimos tiempos y el arquitecto que no se preocupa de las cuestiones técnicas hay una gran distancia. Debemos mostrarnos como profesionales desde al menos dos ópticas, la primera proyectual y la segunda técnica. Obviar cualquiera de ellas es un error. El Gobierno quiere olvidar la primera (para introducir a los ingenieros) y en las ETSAs se ha olvidado (o menospreciado) la segunda.
Nosotros nos resistimos a ser fagocitados por una empresa, y creemos que el pequeño estudio seguirá existiendo, por la cercanía del servicio ofrecido, la rapidez en la respuesta y el conocimiento de lo local. Entra una tercera óptica, la de la gestión del proceso administrativo y constructivo, donde siempre seremos más ágiles que una megaempresa con contestador automático.
Buen artículo, para pensar.