«Aunque retiremos añadidos culturales o lingüísticos, nunca encontraremos, debajo, un lugar puro —y aún menos un Espacio o Tiempo puro—. Lo que encontraremos son calificaciones continuas y cambiantes sobre los lugares particulares: lugares calificados por sus propios contenidos y calificados por las distintas maneras en que estos contenidos son articulados (indicados, descritos, discutidos, narrados, etc…) en una cultura determinada».
Edward S. Casey (1996)
Posiblemente, el origen de todo su trabajo se encuentre en su formación como geólogo. La mirada al paisaje que hace Mark Klett (Albany, 1952) es una mirada estratigráfica, dónde cada generación deja tras de sí un estrato, un sedimento cultural que pasa conformar, a enriquecer la cultura del lugar. Profesor de Arte en la Universidad Estatal de Arizona e interesado por la relación entre la cultura, el tiempo y el paisaje, comenzó a mediados de los setenta una serie de fotografías de emplazamientos del oeste norteamericano que habían sido recogidos previamente por las cámaras de los pioneros Timothy O’Sullivan, William Henry Jackson o William H. Bell, en el transcurso de las expediciones comisionadas por el Gobierno Federal para documentar las nuevas fronteras occidentales de los Estados Unidos durante la segunda mitad del siglo XIX.
«El paisaje ha dejado de ser un paraiso y se ha convertido en un espejo que muestra una imagen de nuestra cultura. —explica Klett— Actualmente vemos las fotografías de paisaje de una manera similar a como se perciben las sombras en el mito de la caverna platónica. Como construcciones que nos muestran lo que sabemos sobre los paisajes y territorios y la manera en la que hemos obtenido ese conocimiento. Es decir, como el resultado de una experiencia individual contextualizada en un tiempo definido de manera precisa y, en el mejor de los casos, como lenguaje que comenta, opina y hace visible la propia experiencia»
Fruto de The Rephotographic Survey Project, en 1984, publicó los resultados ofreciendo una segunda visión sobre el paisaje americano, junto a la metodología necesaria para llevar a cabo las refotografías. Como precisan en el blog Arqueología del punt de vista
«Su trabajo, entonces paradójicamente novedoso, venía equipado de serie con un discurso sobre la construcción del imaginario colectivo. Este discurso contiene una lectura política. Parte de unas imágenes tomadas por unos expedicionarios en unos Territorios casi salvajes. Cuando los reencuentra Klett y su equipo, esos paisajes son ya parte de unos Estados consolidados que forman un importante país. Su trabajo nos está hablando así de la particular percepción de un paisaje como Nación».
Entre los años 1998 y 2000, Klett retomaría el proyecto, publicando en 2004 el libro Third Views, Second Sights y, más recientemente Reconstructing the View (2012), en compañía de Byron Wolfe. Los libros se acompañaron de una completa página web en la que se explica todo el proceso y donde se pueden observar algunas de las imágenes realizadas en el siglo XIX, las de los años setenta y las de finales del siglo XX. Las visiones complementarias tomadas en cada época ponen de manifiesto que los paisajes culturales se han convertido en grandes textos, como sugiere Karl Schlögel y, en ellos, «hay atractivas líneas de continuidad que llevan de una época a otra». Para Schögel —como para Klett— el aliciente es que esa multiplicidad de textos puede leerse y escucharse a la vez, en una suerte de polisemia y polifonía presente en cada mirada.
Antonio S. Río Vázquez . Doctor arquitecto
A Coruña. febrero 2015