Un cementerio es una balsa de tiempo, un hueco en el mundo que se llena y se vacía con nosotros. La metáfora de nuestras vidas como ríos «que van a dar a la mar»1 transformaría ese vacío en un vasto océano figurado en cuyas profundidades abisales descansa la historia del Ser: el tiempo como un discurrir progresivo, con un principio y una hora final. Sin embargo, interesa aquí la idea de un tiempo cíclico, sucesivo, un tiempo en el que el futuro remoto y el pasado inmemorial terminan por reconciliarse. En palabras de Octavio Paz:
«el hombre no es un animal de progreso, sino de regreso».2
A finales de los años 90 Carlos Puente proyecta la ampliación del cementerio de Camarma de Esteruelas en Madrid. El recinto está delimitado por la tapia existente y su reanudación hacia el Sur, hermanadas por una cobertura tradicional como la miga de pan blanco: el revoco.
«Un atrio en la entrada sirve como lugar de encuentro y espera y, a pesar de su sencillez, no rehúsa mostrar una cierta solemnidad en su composición».3
El interior simétrico del umbral presenta una fachada desnuda, habitada tan solo por las ranuras en forma de cruz sobre la puerta, las sombras de una cornisa sin frontón o un reloj sin manillas.
Entre el tiempo detenido del cementerio, atávico e invasivo como la madreselva, y el presuroso tiempo exterior de las alarmas o los semáforos, nos ocupa la densidad del umbral: su sombra nos acoge en un espacio entre tiempos, entre lo sagrado y lo secular. Advertidos por el reloj sin manillas, en el espacio umbralado parece resonar el mensaje del poeta:
«somos el tiempo que nos queda».4
El tiempo circular de El Inmortal de Borges en El Aleph. El tiempo espiral de Robert Smithson en el Gran Lago Salado del desierto de Utah. El tiempo tras el umbral.
Miguel Ángel Díaz Camacho. Doctor Arquitecto
Madrid. Enero 2015.
Autor de Parráfos de arquitectura. #arquiParrafos
Notas:
1. Coplas a la muerte de su padre, Jorge Manrique 1440-1479.
2. Octavio Paz, El País, Babelia 1166, 29 de marzo de 2014. Publicado originalmente en Octavio Paz, Itinerario Poético, editorial Atalanta.
3. Carlos Puente, Forma y Memoria, DPA 18, Barcelona, Edicions UPC, 2002, pág. 35.
4. José Manuel Caballero Bonald, Somos el tiempo que nos queda, en Marcas y Soliloquios, Valencia, Pre-Textos 2013. Publicado originalmente en Memorias de Poco Tiempo, 1954.