Introducción al brutalismo1
“Cada cual tiene, no sé, una figura en su trabajo ante la cual se siente responsable. Yo a menudo me digo a mi mismo: ¿Qué tal lo estoy haciendo, Le Corbusier? Verá es que Le Corbusier fue mi profesor”.
Louis I. Kahn (McLaughlin, 1972)
¿Qué es el Brutalismo?
Pareciera una pregunta sin el suficiente rigor científico, pero el término Brutalismo, con excepción de Inglaterra en los años 50, donde le llamaron Nuevo Brutalismo (Lampugnani, 1989), no parece tener una línea de pensamiento que lo identifique, algo que si pasó con otros “ismos” de la segunda mitad del siglo XX. Allí desde el inició existió la intención de definir al Brutalismo más allá de características meramente estéticas.
Estos primeros abanderados del Brutalismo lo definían más como una crítica al estancamiento del movimiento moderno, que como una estética arquitectónica. Esta crítica estaba muy relacionada con ideas de la temprana modernidad, pero que tomaron fuerza a partir de las obras de Le Corbusier2 durante los años 50.
Sin embargo, en la actualidad el término incluso parece haberse simplificado para incluir únicamente a la arquitectura hecha con concreto expuesto o a la vista, sin embargo, como se mostrará más adelante, Brutalismo, no excluye a otros tipos de arquitectura hechos con materiales en bruto. Así pues, en realidad es más identificable por sus cualidades estéticas, que, por sus ideales, tal vez debido a la fuerza que se percibe de los edificios producidos, la escala, las texturas y la estética fueron visiblemente diferentes, lo que atrajo más la atención (o el rechazo) a la envolvente que al contenido.
Reforzando este hecho, Patricia De Diego (2015) afirma que:
“Tradicionalmente, el Brutalismo en arquitectura se ha fundamentado en el reconocimiento visual de la sustancia matérica”.
Pero advierte que esto:
“ha derivado en el hecho de que actualmente se adjetive con el término brutalista a casi cualquier edificio que muestre generalizadamente concreto al exterior”.
Para ella, esta correspondencia es errónea pues
“no todos los edificios de concreto responden a los planteamientos desarrollados por el Brutalismo ni todos los edificios brutalistas están ejecutados en concreto”. (De Diego Ruíz, 2015, pág. 25)
Cabe destacar que la arquitecta Ruth Verde Zein3 (2012) afirma que el
“Brutalismo es un complicado y oscuro termino, frecuentemente usado de manera negativa”.
La experta considera que “el estilo quedo atrapado en el cambio de la historia”, entre el moderno y el tardomoderno, tal vez por eso ha sido poco estudiado y es comúnmente ignorado en la historiografía de la arquitectura. (Verde Zein, Brutalist connections, 2012).
Ella hace referencia a los prejuicios que existen hacia el Brutalismo, etiquetado negativamente entre finales de los años 70 y principios de los años 80. El hecho de pensar que Brutalismo sólo aplica a obras construidas a base de concretos es el primero de los prejuicios que se le atribuyen a esta corriente arquitectónica. Sin embargo, no es el único como se irá descubriendo más adelante.
En otro texto ya Verde Zein (2012) había ampliado sobre otros prejuicios hacia el Brutalismo afirmando que:
“Este movimiento como otros que le sucedieron, se consumió rápidamente a finales de los años de los años 1970, comenzó a ser ridiculizado y denostado, tanto por parte de profanos como en escritos críticos sobre arquitectura moderna”.
Ella afirma que el estilo
“fue primero criticado por los críticos que defendían el eclecticismo estilístico e histórico y posteriormente por los críticos de tendencia neoliberal y concluye que esto le ha restado la atención que merece”. (Verde Zein, ¿BRUTALISMO? Un nombre polémico…, 2012)
En este sentido, es probable que debido a estos prejuicios es que casi no existan referencias al Brutalismo en muchos de los libros de historia de arquitectura, hecho muy evidente en Costa Rica, donde casi ni se ha mencionado en las publicaciones, ni en libros o artículos publicados. Estos prejuicios junto al desconocimiento se confabulan para invisibilizar al brutalismo, o aún peor para denigrarlo usando peyorativamente el término como sinónimo de obras sin calidad o mal acabadas. De allí la importancia de iniciar definiendo el estilo desde una perspectiva positiva, que sobrepase los prejuicios antes mencionados.
Con esto en mente, para este estudio el Brutalismo se presenta como: un claro reflejo de la capacidad que siempre ha tenido la arquitectura para reinventarse, en este caso ética, estética e incluso metodológicamente. Pues surge desde del Movimiento Moderno, en el periodo de la posguerra, como una resistencia al desgaste del movimiento moderno, pero no como oposición en sí, sino más bien como un replanteamiento de sus principios e ideales originales. A nivel mundial su mayor influencia fue entre las décadas de 1950 y 1970 (en Costa Rica se mantendría con alguna fuerza hasta principios de los años 90, pero también empieza más tarde a mediados de los años sesenta).
La historia del Brutalismo es una saga que inicia cuando hay un cambio de mando en los CIAM,4 y la nueva generación de arquitectos de la posguerra asume un rol más importante, inspirados e influenciados por Le Corbusier, pero con la pretensión de cambiar el rumbo. Para ello se altera primero el paradigma estético, tal vez en busca de dotar a las formas de una mayor sensibilidad, donde los sentidos, y la experiencia de la arquitectura sean más importantes que las formas. Lo que sí está claro es que la idea fundamental que identifica al Brutalismo es la de: lucir los materiales tal cual se aplican en la construcción con todo y su apariencia rugosa, sin repellos, pintura, o revestimientos.
Pero para buscar un enfoque más profundo, más allá de esta obvia cuestión estética, hace falta profundizar más en la definición y el desarrollo del término Brutalismo en otros autores y países. Un aporte en la definición del término nace de la pareja de arquitectos británicos Alison y Peter Smithson5 en Inglaterra, ellos como parte del mítico Team X6 salido de los CIAM, eran parte de ese grupo de arquitectos más jóvenes que buscaban otro enfoque de la arquitectura mundial y vieron en el Brutalismo una afinidad para plantear estos cambios.
Origen del término Brutalismo
Se sabe que el término Brutalismo aparece publicado por primera vez en Inglaterra a finales de 1953 (Smithson P., 1953), aunque probablemente ya era un término que se usaba para describir principalmente las obras de Le Corbusier. Pero los Smithson le dan un enfoque más conciso, cuando escriben esta descripción sobre un proyecto propio:
“En este edificio, nuestra intención es que la estructura esté completamente vista, sin acabados interiores donde quiera que sea factible”.
Se pone de manifiesto que para ellos y su círculo cercano el Brutalismo es una reivindicación de la honestidad en el uso y la presentación tanto de los materiales constructivos como de la estructura de los edificios.
Años después, en 1956, como prueba de que el término Brutalismo ya era de uso común, al menos en Europa; Eric de Maré envía a los editores de The Architectural Review una carta en la que Hans Asplund (hijo de Erik Gunnar Asplund) afirma que en 1950 la palabra “Neo-Brutalist” se le ocurrió, a modo de broma, al ver los dibujos de un proyecto que entonces estaban realizando unos colegas (de Maré, 1956). Sin que esto realmente impactará al concepto de Brutalismo, pues aparte de ser una anécdota curiosa, Asplund no agrega ninguna base teórica al concepto.7
Aunado a esto Anthony Vidler (2011) destaca que en la revista sueca Bygg-Mastaren se publicó en 1950 una edición especial dedicada al trabajo de Gunnar Asplund, y en el sumario en ingles aparece el término “Neo-Brutalist”. Término que demuestra que fue acuñado por los suecos antes de hacerse popular en Inglaterra. Finalmente, Vidler destaca que la respuesta de Banham al término “Neo-Brutalist” fue tardía y de manera ortodoxa se limitó a decir que no era lo mismo que “The New Brutalism”. (Vidler, 2011, pág. 109)
Es importante destacar que para Verde Zein (Verde Zein, 2012) el origen del término no debería atribuirse a un solo país, “a excepción, quizás, de los trabajos de Le Corbusier en la posguerra”, pues para ella el término “en absoluto es propiedad de ninguna de sus manifestaciones más conocidas”, afirma que
“El Brutalismo no tiene un foco geográfico central. Quizás se entiende mejor como un logro generacional”.
Esto podría explicar porque se difundió con evidente fuerza en tantos países de realidades, climas y culturas tan distintas, y durante aproximadamente una generación de arquitectos.
Las aseveraciones de Verde Zein estarían en sintonía con el fenómeno mundial que significo el Brutalismo, pues de qué otra forma se explicaría que: Mario Pani construyera en México el Complejo Presidente Alemán en 1950 y casi al mismo tiempo la firma SEPRA en Buenos Aires construyera el Edificio Entel, o que en 1958 Kenzo Tange construyera el Edificio de la Administración de la prefectura de Kagawa en Japón y al otro lado del mundo Vittoriano Viganò construyera el Instituto Marchiondi en el mismo año. Queda claro que la difusión alrededor del mundo, al menos de la estética brutalista se produjo en un periodo muy corto de tiempo.
Tomando esto en cuenta, es probable que la tendencia a considerar el origen del Brutalismo en Inglaterra esté relacionada más con una construcción historiográfica británica a partir de los escritos de Reyner Banham.8 Pues él fue el primer crítico que asumió la tarea de identificar el fenómeno Brutalista más allá de una estética. “This is Tomorrow”, en The Architectural Review, de 1956, es el primer texto de Banham en que utiliza el término Brutalismo. Pero, sería hasta diez años después en “The New Brutalism: Ethic or Aesthetic?” de 1966, que definiría el origen y las características del Brutalismo.
Gracias a este último texto se sabe que Banham considera que; es en la dicotomía entre ética y estética, que reside, el núcleo del problema en el Brutalismo. El autor sitúa su origen, coincidente con la crisis de los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna, CIAM y la aparición del Team X, por lo que señala al año de 1953 como punto de partida. Para Banham el objetivo fundamental del nuevo Brutalismo era determinar, por cada construcción, una concepción necesaria desde el punto de vista de las estructuras, del espacio, y de la organización. Para diferenciarlo de otros estilos el autor identifica tres características fundamentales: legibilidad formal de la planta; clara exhibición de la estructura y valoración de los materiales por sus cualidades “as found”.
Retomando el origen del Brutalismo, pero desde otra óptica, el arquitecto peruano Javier Artadi plantea unas ideas propias, que vale la pena considerar, él afirma que:
“Es posible que la decepción de décadas de no poder alcanzar la materialización exacta del ideal geométrico continuo haya dado como consecuencia buscar una solución intelectual al problema con el invento del Brutalismo. Ahí el ladrillo es ladrillo, el concreto es el concreto y el metal es el metal.”
El Congrès International d’Architecture Moderne, fundado en 1928 y disuelto en 1959, fue el laboratorio de ideas del movimiento moderno en arquitectura. Constó de una organización, una serie de conferencias y reuniones. El CIAM X de 1956 en Dubrovnik, Yugoslavia. Fue la primera presencia del Team X.
“El Brutalismo parecía haber terminado con el problema, entonces las cosas serían tal cual son y la perfección geométrica pasaba a ser una cuestión ubicada más en la mente del arquitecto, que en la arquitectura misma”.
Artadi atribuye a problemas técnicos en la búsqueda de la geometría perfecta de las obras la posterior valorización del material, y es con esta revalorización del material arquitectónico que se infunde el significado en la arquitectura brutalista. (Artadi, 2012).
Esta afirmación sobre la técnica tendría un fuerte asidero, si se considera que Le Corbusier pasa de las casas blancas con paredes lisas a las obras de concreto expuesto y de acabados imperfectos, ese evidente cambio en el paradigma estético en la obra del maestro es el punto de partida del Brutalismo. Armando Caroca (2015) relaciona este cambio al término anglosajón Weathering que se refiere por un lado a los efectos o huellas producidas por el tiempo (cronológico y climático), pero también considera los elementos constructivos que encausan tales efectos (cortalágrimas, gárgolas, etc.).
Aparentemente para el autor las obras modernas parecían envejecer más rápidamente, y alcanzaban una obsolescencia precoz. Hecho que resume con la siguiente idea:
“Le Corbusier pareció aprender ciertas lecciones de su arquitectura temprana: el acelerado envejecimiento de las villas del periodo blanco parece haber producido un cambio en el acercamiento a la materialidad de sus obras: comenzó a experimentar con materiales de uso más tradicional -piedra, madera, etc. Y con la expresividad de los concretos a la vista”. (Caroca, 2015)
Ambos autores desde sus distintas perspectivas ponen los temas técnicos, constructivos o de mantenimiento como principales catalizadores del cambio de materialidad en la obra de Le Corbusier. Considerando valido este acercamiento puede ser que uno de los cinco puntos tan pregonados por el maestro moderno, haya desencadenado este cambio: La fachada libre. Es que si la fachada esta desligada de la estructura, se puede disminuir su ancho, convirtiéndose en un elemento liviano que no requería de mucha masa. Esto liberó la fachada, pero a la vez la condeno, esa falta de materialidad la hizo más vulnerable. Bajo esta premisa, es probable que este deterioro se haya incrementado por los efectos de las Guerras Mundiales y la imposibilidad de brindar mantenimiento.
De esta forma, tal vez, el mismo Le Corbusier pudo estar consiente del deterioro y buscó devolverle materialidad a la envolvente de sus obras. Este cambio aparentemente muy drástico entre las villas blancas y el Brutalismo se fundamenta en enfoques aparente opuestos sobre las condiciones materiales y de levedad, pues ambas son casi antagónicas, sin embargo, el cambio no fue tan drástico.
Existe en la obra corbusiana una serie de antecedentes que evidencian la exploración de una materialidad más sensorial y el alejamiento de las formas blancas, por ejemplo: Los muros medianeros con materiales expuestos en el taller del edificio en Puerta Molitor (1933), en los acabados expuestos al interior y en las fachadas de la casa para fines de semana a las afuera de Paris (1935), en los muros de piedra de la Casa Mathes (1935), o en los muros de piedra de la casa Errazuriz, no construida en Chile (1930).
Sin embargo, para Martin Filler (2012) no hay claridad en la definición sobre cuál es el primer edificio de Le Corbusier en experimentar este cambio radical de estilo, pero afirma que puede ser más visible en dos de ellos de la misma época, en la casa Mandrot (1929-1932), y en el Pabellón Suizo (1930-1933), en la casa es donde aparece por primera vez el muro expuesto de mampostería, y en el pabellón aparecen por primera vez los acabados en concreto expuesto. Fillet afirma que donde si hay coincidencia es en definir a la casita de fin de semana en la Celle-Saint-Cloud de 1935 como la primera que muestra una trasformación total, con sus paredes de piedra en bruto. Para el autor Le Corbusier muestra con esta obra que
“había perdido la fe en el absolutismo moderno, al menos treinta años antes de que este descreimiento se hiciera común entre los arquitectos”. (Filler , 2012)
Lo que sí está claro, respecto al cambio de la materialidad es que se evidencia más marcadamente después de la segunda Guerra Mundial. La arquitectura moderna también se polarizó en este periodo. Se puede incluso hablar de una ruptura ideológica en el periodo de la posguerra, el cambio generacional influyó en esto, además la vieja guardia del Movimiento Moderno se había desgastado en el periodo entreguerras y los jóvenes arquitectos proponían nuevas ideas y enfoques alternativos. Pero también se plantea como un redescubrimiento o revalorización de los valores de la primera modernidad que vale la pena repasar.
Notas:
1 Parte de la introducción del libro: Monge, Luis. (2019). Brutalismo en Costa Rica. Aplicación de los materiales en Bruto en la Arquitectura Costarricense a partir de 1969 y hasta 1994. San José, Costa Rica: Editorial Colegio de Arquitectos.
2 Charles-Édouard Jeanneret-Gris, o Le Corbusier nació en Suiza en 1887-y murió en Francia en 1965. Fue arquitecto, urbanista y teórico de la arquitectura de gran influencia en el Siglo XX. Las obras mencionadas de inicios de los años cincuenta comparten el uso del concreto expuesto como material principal. N.A.
3 Ruth Verde Zein (1955) Arquitecta y docente brasileña. Graduada (1977) por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de São Paulo, Brasil; Máster (2000) y Doctorado (2005) en Teoría, Historia y Crítica por la Universidad Federal de Río Grande do Sul, estudios postdoctorales (2008) en la FAU-USP. Es profesora en la Universidad Presbiteriana Mackenzie de São Paulo e investigadora voluntaria en el PROPAR-UFRGS. Además, es Miembro del Comité Internacional de Críticos de Arquitectura, del DOCOMOMO-BR/Internacional y del consejo asesor y del Jurado Internacional del Premio de Arquitectura Latinoamericana Rogelio Salmona.
4 El Congrès International d’Architecture Moderne, fundado en 1928 y disuelto en 1959, fue el laboratorio de ideas del movimiento moderno en arquitectura. Constó de una organización, una serie de conferencias y reuniones. El CIAM X de 1956 en Dubrovnik, Yugoslavia. Fue la primera presencia del Team 10.
5 Peter Smithson (1923-2003) y Alison (Gill) Smithson (1928- 1993) Los Smithson se conocieron en la Universidad de Durham, arquitectos y urbanistas ingleses que trabajaron activamente en los aspectos teóricos de la arquitectura de las décadas de los 50 y 60. Formaron parte del Team 10 y del Independent Group. N.A.
6 El Team X (team ten), grupo de arquitectos que se dieron a conocer con el Manifiesto de Doorn, el grupo tuvo una profunda influencia en el desarrollo de los pensamientos arquitectónicos en la segunda mitad del siglo XX. El núcleo del grupo lo integraban principalmente: Jaap Bakema, Georges Candilis, Giancarlo de Carlo, Aldo Van Eyck, Alison y Peter Smithson y Shadrach Woods. N.A.
7 Este hecho fue documentado por María Teresa Valcarce en el texto El nuevo Brutalismo: una aproximación y una bibliografía. N.A.
8 (Peter) Reyner Banham (1922 – 1988), escritor y crítico de la arquitectura británico, del círculo de amigos de los Smithson. Reconocido por sus publicaciones: Theory and Design in the First Machine Age (1960), Los Angeles: The Architecture of Four Ecologies (1971), The New Brutalism: Ethic or Aesthetic? (1966) en el que realizó un análisis del brutalista. N.A.
Bibliografía
Bibliografía
Artadi, J. (2012). El cubo en el desierto. Madrid: LOFT Publications.
Caroca, A. (2015). «Las huellas del tiempo. Entropia y transformación en el edificio Plaza de Armas en Santiago». En H. Mondragón, & C. Mejía, Sudamérica Moderna. Objetos – Edificios – Territorios (págs. 148-163). Santiago: Ediciones ARQ. Universidad Católica de Chile.
De Diego Ruíz, P. (2015). Entre tradición y transición, genésis y cambio en la arquitectura del nuevo Brutalismo. Tesis Doctoral. Madrid: Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid.
de Maré, E. (agosto de 1956). Et Tu Brute? The Architectural Review, 72.
Filler , M. (2012). Le Corbusier. En M. Filler, La arquitectura moderna y sus creadores (pág. 111). Barcelona: Alba Editorial.
Gössel, P., & Leuthäuser, G. (1990). «Contenedores de Hormigón». En P. Gössel, & G. Leuthäuser, Arquitectura del Siglo XX (pág. 257). Colonia: Benedikt Taschen.
Lampugnani, V. M. (1989). Enciclopedia de la arquitectura del Siglo XX. (V. M. Lampugnani, Ed.) Barcelona, España: Gustavo Gili.
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Verde Zein, R. (2012). ¿BRUTALISMO? Un nombre polémico… EN BLANCO (9), 6-13.
Verde Zein, R. (25 de julio de 2012). Brutalist connections. Recuperado el 10 de febrero de 2018, de brutalist connections: http://brutalistconnections.com/concepts.php
Vidler, A. (Octubre de 2011). Another Brick in the Wall. (M. I. Technology, Ed.) October Magazine (136), 105–132.