Desplazando al ser humano del centro de la producción espacial
Bartlebooth lanza su séptimo experimento, Más allá de lo humano. Esta publicación explora discursos y prácticas que desplazan al hombre del centro de la producción espacial y entienden su posición dentro de un sistema global atravesado por múltiples tentáculos. Una realidad habitada por bacterias, animales, residuos, cadenas de bits, órdenes logísticas, hongos, ciborgs, territorios, ecosistema, aires… Un nuevo cuerpo múltiple que será necesario interrogar para entender las realidades espaciales y desvelar las posibilidades arquitectónicas que van más allá de lo humano.
A través de sus páginas, encontraremos aproximaciones que rompen el binomio cultura-naturaleza, propuestas para una nueva geología postnatural, arquitecturas y dispositivos que convocan a animales no-humanos y otros agentes, exploraremos las implicaciones espaciales del antiespecismo, cómo utilizar las realidades biológicas de otras especies para la recuperación de un territorio y descubriremos las nuevas realidades espaciales de la acumulación de datos y de los nuevos entornos automatizados.
Contribuciones de Timothy Morton, Gabriel Ruiz-Larrea, Paulo Tavares, Takk (Mireia Luzárraga + Alejandro Muiño) y Miguel Mesa, Fernando Cremades, Catia Faria, The Extrapolation Factory, Husos, Stephen Graham, Manuel Beltrán / Institute of Human Obsolescence y Víctor Muñoz Sanz.
«Desplacemos, aunque sea por un momento, el foco de la agencia arquitectónica para tomar conciencia de nuestra irrelevancia como diseñadores pero también de nuestra responsabilidad crítica en este ecosistema atravesado por múltiples tentáculos, escalas y territorios. Preguntémonos, por un momento, qué clase de seres deberían ser los usuarios de esta disciplina que jamás se ha preocupado por cuestionar siquiera su papel más allá de operaciones cosméticas. Es decir, sin dejar de mirar al hombre clásico como único centro de su marco disciplinar. Un hombre que, desde el esquema vitrubiano, se ha ido manifestando hasta nuestros días de infinitas formas: desde el Modulor de Le Corbusier a la estandarización que ha ido adquiriendo más y más relevancia a lo largo del siglo XX. (…)
Frente al hombre renacentista de límites preciso enmarcado en un círculo y un cuadrado, aparecerá ahora una amalgama que sólo podrá representarse a través de una red o maraña de múltiples centros. Las bacterias, animales, partículas, cadenas de bits, órdenes logísticas, plásticos, cyborgs, materia viva, compost, territorios, ecosistemas, aires, conformarán un nuevo cuerpo no-humano, múltiple e híbrido que pretendemos observar y situar en el centro de la disciplina a lo largo de esta publicación.»
Extracto del editorial