A menudo recordamos a nuestros maestros tanto por sus obras como por sus alocuciones, aforismos breves a modo de razonamientos comprimidos que tantos giros alcanzan con los años. Seguro que ya se agolpan en la memoria las más clásicas y conocidas «citas», algunas dogmáticas como sentencias probablemente desenfocadas.
Sin embargo, algunas de esas frases concisas se revisten de ingenio y se condensan con sentido del humor en una sola palabra, una sola voz indispensable: ejercicios eléctricos para mordaces.
Recuerdo la primera vez que pude escuchar la teoría de Antonio Miranda sobre el papanatismo o «admiración lela por lo exótico», matizando inmediatamente después:
«a fin de cuentas lo exótico es lo mismo (de aquí) pero con más plumas».1
Risas. En esa misma línea hilarante y al mismo tiempo incisiva, muy reveladora del universo sobre el que discurre el autor, se encuentran las inolvidables ñoñotopías de José Miguel de Prada Poole, un inventor de hermosas estructuras y atmósferas, a veces traducidas al lenguaje mediante el empleo de una sola palabra.2
Otros como Sota recurren al cultismo francés déshabillé como expresión firme del compromiso con una construcción austera y poco refinada, diseñitis decíamos hace años ante el innecesario barroquismo en el detalle, una actitud sin duda de origen papanático.3
Una sola palabra bastará para enseñarte. En ocasiones las palabras se convierten en advertencias luminosas, signos como promesas de un modo de estar y comportarse: palabras actitud. Es entonces cuando comprendemos la capacidad de los mejores para transmitir desde la síntesis, más allá de los juegos de palabras y sus conocidas cadenas «evolutivas»: menos es más, más con menos, menos es menos, más es más, más o menos, sí es más…
Conviene no ejercer el más recalcitrante de los papanatismos ante alguna de estas afirmaciones. Tal vez la arquitectura se encuentre más cercana al cuento de Oíza y la vaca Charito, una lección sobre el Mundo de origen rural y nombre de mujer4: cuánto más se puede concentrar el conocimiento. Cuántas clases caben en una palabra.
Miguel Ángel Díaz Camacho. Doctor Arquitecto
Madrid. Marzo 2016.
Autor de Parráfos de arquitectura. #arquiParrafos
Notas:
1 Antonio Miranda, Un Canon de Arquitectura Moderna, Madrid, Cátedra, 2005, pág. 87. A continuación y en tono más serio, Miranda cita a Gandhi: «lo mejor es lo más próximo». En realidad el papanatismo se define como «Actitud que consiste en admirar algo o a alguien de manera excesiva, simple y poco crítica». Diccionario de la Lengua Española, RAE, 2001.
2 No se conoce alusión escrita a este término.
3 En un intento de aplicar en la enseñanza de arquitectura este modelo sencillo -ejercido siempre desde el sentido del humor más inclusivo- hemos utilizado en nuestras clases palabras como pasillitis o tabicosis indicando dolencias espaciales leves de fácil tratamiento, arquitectónico en este caso.
4 La historia de la vaca Charito la cuenta Oíza -con detalle- en el número monográfico dedicado a su obra El Croquis nº32-33, págs. 11 y 12.