domingo, diciembre 22, 2024
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Entrevista a Nikos Salíngaros por Irina Bembel

Nikos A. Salíngaros

Nikos A. Salingaros es un destacado teórico de arquitectura y planeación urbana, reconocido especialista en física matemática, y colaborador desde hace mucho tiempo de Christopher Alexander (autor de “Lenguaje de Patrones” y muchas obras reconocidas). Recientemente dos de sus libros fueron traducidos al ruso atrayendo la atención de expertos inmediatamente: “Anti-arquitectura y Deconstrucción” y “Diseño Algorítmico Sustentable: 12 Lecciones en Arquitectura”. Su rechazo tajante a la arquitectura moderna no es solo crítica emocional, es una posición consistente basado en hechos científicos de física, matemáticas, psicología, percepción visual, y teoría y práctica de la arquitectura. Además, Salingaros establece un vínculo entre arquitectura y religión, unión que ha desaparecido del horizonte de los arquitectos y teóricos del siglo XX.

Irina Bembel, editora en jefe de la revista Kapitel: En el víideo reporte que hizo para la conferencia en San Petersburgo, usted menciona la introducción de una herramienta nueva y revolucionaria que evalúa el impacto antropogénico de la arquitectura. ¿Cómo funciona ésta herramienta?

Tiene que ver con software de simulación de seguimiento de la vista que utiliza programas de cómputo para predecir en qué dirección el ojo escaneará una imagen durante los primeros segundos en que la observa. El pionero de estos avances fue el científico ruso Alfred Lukyanovich Yarbus en los años 1950s y 1960s. Hoy utilizamos una simple foto y un software de la compañía 3M. Este artículo que escribí con Ann Sussman explica el método:

https://www.mdpi.com/2413-8851/4/2/26

En las fachadas de edificios tradicionales, muchas simetrías atraen al ojo. Por tal motivo, al verlos os primeros segundos nos mantenemos dentro del contorno del edificio (indicado por los puntos anaranjados). En cambio, las fachadas contemporáneas repelen al ojo, provocando que la vista se mantiene más bien en algún lado de la orilla del edificio. Inconscientemente las personas negamos mirar edificios modernos, porque su diseño genera un conflicto con el aparato neurológico mamífero. El diseño o “innovación” ha tomado una dirección equivocada hacia lo inhumano y lo antinatural. Esta simple herramienta de diagnóstico desacredita a la “teoría arquitectónica” que se enseña actualmente en nuestras escuelas, que es incapaz de explicar y predecir las reacciones de los seres humanos a sus superficies y figuras.

Conversemos un poco sobre su infancia y juventud. ¿Cuáles fueron sus primeras impresiones arquitectónicas?

Viví la niñez en Grecia, donde tuve la oportunidad de conocer directamente edificios muy hermosos. En los 1950’s Grecia todavía era un país pobre, que se recuperaba de la Segunda Guerra Mundial y la subsecuente guerra civil, y no tenía dinero para poder destruir su gran herencia arquitectónica. La destrucción deliberada comenzó más tarde, en los 1960’s. Como niño disfruté de una ciudad peatonal con escalas humanas. Amaba visitar templos clásicos griegos, iglesias bizantinas, y edificios neoclásicos del siglo XIX. Y sobre todo, Atenas todavía tenía casas tradicionales populares con características de las vivienda helenísticas-romanas-bizantinas-otomanas, casas simplemente fantásticas. Me temo que ninguna de ellas perdura hoy. En Australia pude conocer la arquitectura inglesa colonial, bella adaptación al clima local.

¿Qué le ayudó a decidir su profesión?

Originalmente soy pintor. Pinté paisajes, vistas marinas y retratos. Me fue bien, mientras cursaba la Preparatoria hice varias exhibiciones; pero pronto me di cuenta de que no podría vivir del arte. Entonces cambié a una profesión más práctica: la física matemática. Me atraían ambas materias, y llegué a doctorarme en ellas. Fue entonces que inicié mi carrera académica de profesor de matemáticas.

¿Cómo comenzó su interés en la arquitectura?

Siempre me ha interesado la arquitectura — su lado artístico, no los aspectos técnicos que tienen que ver con física y matemática. Aunque nunca estudie arquitectura de manera universitaria, siempre me cuestioné qué era lo que hacía que algunos edificios, superficies o espacios fueran bellos. No entendía cómo tanta arquitectura del siglo XX era increíblemente fea, repulsiva. Sentía que algo estaba mal: o los arquitectos estaban creando fealdad deliberadamente, o al diseñar estaban aplicando las reglas equivocadas. No podía ser que se equivocaran, pensaba, los arquitectos como cualquier otro profesional estarían entrenados para crear espacios y edificios adecuados para las personas. Y aún así, yo observaba lo contrario.

¿Cuándo y cómo conoció a Christopher Alexander?

Descubrí los libros de Alexander en el momento en que se publicaron: “Notas sobre Síntesis de la Forma” y “Lenguaje de Patrones”. Me impresionó mucho la forma de Alexander de entender la arquitectura. Entonces tuve la oportunidad de ir a Berkeley, California, a visitar a uno de mis alumnos y aproveché para llamar a su casa. Alexander fue muy amable y me invitó a tomar un café a la mañana siguiente. Después de hablar un largo rato decidimos empezar a colaborar: le ayudé a editar los cuatro volúmenes “La Naturaleza del Orden”, cuyo borrador apenas había comenzado a escribir. La colaboración duró por más de 20 años.

Alexander dice que él no inventó los patrones, que éstos se han utilizado en todos los asentamientos tradicionales durante siglos; que no son invención suya. Con ellos nos muestra los principios a seguir para construir sin discutir sobre arte ni sobre belleza de las construcciones. Algunas personas quedan decepcionadas cuando da como ejemplos de arquitectura basada en patrones lugares como las favelas de Sudamérica que son auto construcciones de gente pobre y no tienen mérito artístico. Otros critican que usar patrones les priva de su libertad creativa. ¿Cual es realmente la función que cumplen los patrones de Alexander?

Una arquitectura adecuada para que la usen seres humanos necesita principios adaptables que determinen espacios y dimensiones. Esto son los patrones de Alexander, un conjunto de principios de diseño útil, una herramienta fácil de usar que no existía antes. Estos principios o patrones no los invento él; los descubrió observando una infinidad de edificios que ya existían. Escribir “Un Lenguaje de Patrones” y crear este instrumento de diseño combinatorio fue un trabajo monumental. Su guía de principios adaptables nos asegura que nuestros diseños no resulten estructuras monstruosas que opriman a la gente y puedan enfermarlas a largo plazo.

La palabra “Arte” dejó de tener significado en nuestra sociedad en el momento en que todo se deformó y el vocablo “Arte” adquirió el sentido opuesto a lo que quiso decir durante miles de años. Por eso no me gusta usar este término cuando escribo. Lo mismo es el término “mérito artístico”: ¿qué significa? nada; o lo que quieren ver personas idiotas que gustan de los disparates de moda. Hoy no contamos con vocabulario para describir arte y belleza; quienes precisamente desprecian el arte y la belleza secuestraron estos términos.

No existe razón alguna para temerle a los patrones, ni para suponer que restringen la libertad creativa. Los patrones se pueden combinar y adaptar en un número infinito de maneras. Rechazar los patrones por coartar libertad creativa sería como si uno de los jóvenes de Hitler no quisiera restricción alguna al placer de atacar y golpear a quien se le antoje. La educación arquitectónica actual es culpable de promover una actitud totalmente irresponsable y ningún tipo de compromiso moral; por esto, los arquitectos llevan décadas creando espacios terriblemente sádicos e inhumanos — pero siempre para el uso de otros…

Qué medidas podrían mejorar la educación arquitectónica

La educación arquitectónica actual está en la ruina generando jóvenes más bien asesinos arquitectónicos que arquitectos; nuevas generaciones que no saben diseñar ambientes humanos como casas simples, departamentos, lugares de trabajo, oficinas, escuelas, tiendas; tampoco saben crear espacios públicos, áreas de juegos infantiles o parques. Ignoran totalmente de las reglas del Diseño Adaptable, a pesar de que son conocidas y accesibles sin costo alguno. Nuestras escuelas se saturan de ideas que pueden solo crear ambientes crueles, y que generan ansiedad en el usuario. Es un crimen; y cuando la prensa parece amar este tipo de diseño, se convierte en cómplice de un delito contra la humanidad. Basta con observar en internet los miles de proyectos estudiantiles repletos de filosas esquinas, volados inclinados, diagonales en acero y vidrio; estructuras donde no se encuentra nada de humano, nada confortable emocionalmente hablando. Son construcciones que en realidad deberían estar prohibidas; que violan intencionalmente las ciencias del bienestar perceptual y psicológico.

Debemos empezar nuevamente desde cero: eliminar todos los curso, quitar a todos los profesores (pues tales fanáticos trabajando por años para sistemas dictatoriales, no pueden ser re-entrenados), y comenzar con materias y maestros totalmente nuevos. Necesitamos eliminar toda influencia del Bauhaus, de Le Corbusier, de la terrible broma del Postmodernismo y de las auto-expresiones sádicas Deconstructivistas. Es la única manera de restablecer la salud arquitectónica del mundo. Y la única manera de lograr esto es con un total apoyo de las administraciones y de las agencias de certificación estatales.

He recolectado durante mucho tiempo ensayos de autoridades mundiales sobre precisamente lo que está mal con la enseñanza actual de la arquitectura y lo que se requiere para enderezarla. Están disponibles en esta página de internet de Architexturez:

https://patterns.architexturez.net/doc/az-cf-193386

Creo que todo profesor académico interesado podrá encontrar mucha información útil para esta reforma educativa. Pero es una labor enorme. Y será atacada ferozmente por aquéllos que tienen una posición cómoda en la academia de arquitectura.

Para usted personalmente ¿qué significa belleza en arquitectura?

La belleza es un fenómeno biológico. La belleza intensifica la salud y el bienestar de quien experimenta sus efectos. No tiene nada que ver con estética, que es abstracta y puede definirse también con lo opuesto de lo bello, con la fealdad repulsiva. Por ello, solo cuando vinculas belleza con una retroalimentación fisiológica positiva del cuerpo humano, puedes estar seguro de que logras algo verdadero y bueno. Belleza en arquitectura te permite realizar múltiples tareas (desde las más simples hasta las complicadas) de la vida, y disfrutar hacerlo gracias al lugar en por donde te encuentras. Mayormente, ni siquiera notas tu alrededor, y aún así, el bello ambiente influye directamente en tu cuerpo y puedes resolver los problemas de la vida en un estado libre de estrés.

Eres uno de los pocos teóricos de la arquitectura famosos (junto con Christopher Alexander) que muestra una conexión entre la naturaleza mas alta del ser y la arquitectura tradicional. ¿Cómo llegaste a este entendimiento?

A lo largo de los años he intentado encontrar principios científicos en la arquitectura curativa — es decir, “ambientes restauradores”. Resulta que los lugares curativos son en su mayoría de arquitectura tradicional. Sin embargo, lo más importante es que ahora contamos con reglas para crear arquitectura magnífica e innovadora que no copia a la tradicional. Necesitamos mejorar nuestro mundo implementando algunas cosas:

1) Preservar todo edificio que tiene propiedades curativas desde su estructura matemática.

2) Levantar edificios nuevos que tengan las mismas propiedades pero no necesariamente copian algo del pasado (aunque esto no debe prohibirse).

3) Demoler todos los edificios que nos hacen sentir mal.

El mundo básicamente ignora estos descubrimientos y depende de nosotros, quienes sabemos los resultados, difundirlos por todas partes. Hasta hoy, la práctica y la educación arquitectónica están estancadas en la edad negra del modernismo industrial. Los medios ignoran continuamente todo desarrollo científico en los campos de complejidad organizada, neurociencia, biofilia, registro visual, etc., y prefiere propagar eslóganes completamente anticuados de los 1920s. Como sociedad no podemos seguir avanzando y crear ambientes benéficos mientras los varios agentes que toman las decisiones sigan convencidos de que el modernismo industrial es simplemente bello. No lo es.

Usted escribe que el Nuevo Urbanismo en Europa y América corresponde al Lenguaje de Patrones de Alexander. Esto es lo que la arquitectura de masas debería de ser. Pero en la realidad es solo un pequeño segmento elitista del desarrollo. Esto lleva a algunos a creer a priori que los lugares humanos y bellos son solo para la élite. ¿es correcto esto?

Esa opinión se parece a la campaña contra el trabajo de Alexander que hace la cultura arquitectónica dominante y las más altas escuelas. Como una protección hacia sus intereses y hacia los experimentos inhumanos con la población, predican que la Arquitectura y el Urbanismo Adaptables existen solo para la élite. Esto es una completa mentira, similar al tipo de engaño expuesto como verdad en el periódico Pravda en tiempos de Stalin. Los medios arquitectónicos han difundido esta perversa mentira en todo el mundo para promover el “Landscape Urbanism” y sus proyectos ridículamente caros.

La Arquitectura y Urbanismo Adaptables se implementan a cualquier nivel financiero, desde casas construidas por los propios habitantes, extremadamente baratas, hasta las casas cómodas de la clase media y las lujosas residencias de gran calidad de personas ricas. Las reglas del diseño son las mismas, aplicadas a diferentes situaciones y usando materiales correspondientes a presupuestos en particular. Es un enfoque humano y que se adapta durante la creación del medio ambiente artificial. Lo siguiente es muy importante: al aplicar los principios correctos y generar estructura viva, la casa de alguien pobre, a su propia manera, puede ser tan bella como la de un millonario.

Sí, estos principios abarcan incluso las viviendas tradicionales más simples. ¿Hay maneras de volver a estos principios? Usted es uno de los autores de la Nueva Carta de Atenas de 2003. Cuéntanos más al respecto.

Un equipo de urbanistas europeos preparó durante largo tiempo un documento muy útil que sirve de ayuda para planear ciudades más humanas. Me uní a este esfuerzo casi al final, definiendo a la ciudad como una red y no como bloques de juguete vistos desde el cielo. El documento lo publicó el Consejo Europeo de Urbanistas, traducido a varias lenguas, en 2003.

http://www.ectp-ceu.eu/index.php/en/publications-8/the-charter-of-european-planning-213

http://www.ectp-ceu.eu/index.php/en/publications-8/the-charter-of-european-planning-213/31-publications/85-new-charter-of-athens-2003

El esfuerzo, sin embargo, no tuvo el éxito esperado. En una ocasión desafortunada para la profesión, la ciudad de Atenas rechazó dar respaldo al lanzamiento del documento; fue entonces que lo hizo Lisboa.

Lo cierto es que la Carta de Atenas de Le Corbusier de 1933 sigue siendo la elegida por poderes globales corruptos vinculados a compañías de construcción comercial: para estos grupos la Carta de 1933 es ley divina. La verdad es que la Carta de 1933 es un libro con las reglas para apoderarse del mundo y mantenerse en el poder: promoviendo rascacielos, carreteras y una zonificación en las ciudades inhumana, la construcción industrial moderna con uso intensivo de energía produce trillones de dólares a accionistas y a especuladores de bienes raíces; enormes ganancias que hacen casi imposible detenerla; además, el crimen organizado lava su dinero en sus mega proyectos. La Carta de Atenas de 1933 justifica el insostenible modelo que mantiene su enseñanza en nuestras escuelas, legaliza su uso en códigos de construcción y regulaciones, y arrasa con todo.

La Carta de Le Corbusier de 1933 también hace obligatorio reconstruir y restaurar estructuras históricas únicamente en estilo industrial moderno. Con esto legitimiza la destrucción de nuestro patrimonio cultural desfigurándolo y destrozándolo de manera efectiva. La máxima del culto modernista es que todo lo creado en el pasado que represente arquitectura viva debe destruirse; y si su valor cultural es demasiado grande para la excavadora, debe cambiarse en todo lo posible para cumplir con los estándares de su culto. El resultado ha sido una maníaca introducción de elementos modernistas parásitos en o al lado de hermosos edificios históricos. La Carta de 1933 exige que se destruya todo lo que es bello.

Usted habla de que los lugares sagrados cumplen un importante papel en la organización urbana sana y satisfactoria. ¿Cómo emergen, qué medidas urbanas y qué pasos legislativos se necesitan para que existan lugares sagrados en las nuevas áreas de desarrollo masivo?

No se puede obligar legalmente a que existan lugares sagrados. Es mejor saber por qué la sociedad ha perdido la conciencia de la importancia de lo sacro. Primero que nada, a principios del siglo XX la arquitectura industrial modernista y la planeación urbana atacaron fuertemente a la religión y lo sagrado. No nos damos cuenta de que éstos estilos se crearon para borrar lo trascendental de la sociedad humana.

Al mirar templos religiosos diseñados cómo crematorios, cámaras de gas, o celdas de interrogación no encuentro valor alguno que pueda ser venerable; y todos fueron diseñados por arquitectos muy famosos. Templos a Satanás es lo que son. En segundo lugar, el shock de la Primera Guerra Mundial originó una pérdida en la identidad religiosa, lo que fomentó diseños nihilistas como el Bauhaus y el trabajo de Le Corbusier. Si la propia gente no nos damos cuenta que necesitamos de lo sagrado, tratar de introducirlo por la vía legal es ridículo.

Me refiero primordialmente a la situación en Rusia: la sociedad quiere templos. Hoy en día son las personas particulares quienes quieren construirlos (en Rusia la iglesia está separada del estado). Pero en los códigos de construcción el estatus que tienen los templos es el mismo al de cualquier otro edificio. Entonces estos generalmente acaban construyéndose en sitios al azar, sin poder ayudar a dar estructura a la red urbana — como siempre se hizo hasta principios del siglo XX. No estoy hablando de imponer la construcción de Iglesias nuevas, hablo de asegurarnos de que las iniciativas privadas reciban el apoyo por parte de las agencias gubernamentales para integrarse adecuadamente en la planeamiento urbano.

El problema viene del rompimiento modernista pos-guerra con la planeación urbana. Los templos, de ser posible, deben crear nódulos en la red peatonal, definir los puntos de intersección de tráfico humano, y permitir que la sociedad se encuentre y se congregue para venerar. Es necesario que su ubicación sea correcta con respecto a la red de transporte, y que se de prioridad a su acceso peatonal.

Si dejamos la decisión de su ubicación en manos de los caprichos de las fuerzas del mercado, de reglas gubernamentales de planeación irrelevantes, los templos, desafortunadamente, serán situados en lugares inapropiados, inaccesibles o inconvenientes: precisamente lo opuesto a lo que se necesita para unir a la comunidad. La única solución es que se entienda a la ciudad como una red de elementos y relaciones interconectados, y cambiar las regulaciones para que reflejen esto. En mi libro “ Principios de la Estructura Urbana” explico esta forma de ver a la ciudad. Aquí está la dirección de capítulos en inglés de acceso libre:

http://zeta.math.utsa.edu/%7Eyxk833/POUS-online.html

¿Conoce usted personalmente al Príncipe Carlos? ¿Han tenido alguna colaboración con vistas a mejorar la situación actual de la arquitectura?

Sí, conocí a su Alteza Real el Príncipe de Gales en el Reino Unido en dos ocasiones. Fue hace casi 20 años, no he regresado después a Londres. Me hizo el favor enorme de escribir el prólogo de mi libro “Una Teoría de Arquitectura”. Admiro profundamente al Príncipe Carlos por manifestarse en contra de la arquitectura destructiva; es una de las pocas personas que lo logran hacer con éxito. Ha luchado mucho por la arquitectura y urbanismo con escala humana a través de su Fundación. En la nueva ciudad de Poundbury, donde he estado, muy significativamente él es cliente y patrocinador.

Hoy Poundbury es una prueba contundente de lo fácil que podemos crear ambientes maravillosos con escala humana; se necesita solamente al arquitecto y al planificador adecuados. Poundbury es un modelo de desarrollo en bienes raíces comercial que construye estructuras de calidad; estructuras que cada vez son más apreciadas por el público en general.

Poundbury de hecho es una prueba exitosa de que los principios de arquitectura tradicional funcionan al día de hoy. Poundbury no es como algunos piensan un “suburbio dormitorio” para las altas élites: es un pueblo pequeño completamente establecido con negocios y oficinas propias, con una economía pujante, y lo más importante, con diversidad de grupos sociales (al rededor de una tercera parte de las casas son vivienda social financiada por el estado).

El gran éxito de este concepto es que las viviendas sociales subsidiadas por el gobierno no se distinguen de las propiedades privadas: ambas están construidas de la misma maneras, y ambas son mantenidas por sus residentes con el mismo cuidado y con el mismo orgullo.

¿En qué trabaja actualmente, cuáles son sus planes futuros?

El día de hoy tengo muchos proyectos diferentes, paralelos, desarrollándose en diversas direcciones. Me sería difícil poder decir algo breve sobre ellos.

Versión en Español traducida por Dagmar Calleja y revisada por Miguel Córdova Ramírez.
Publicada en ruso por Kapitel Magazine, San Petersburgo, Rusia, el 27 de Julio de 2020, 

Alberto Alonso Oro
Alberto Alonso Orohttps://hbdos.wordpress.com/
Arquitecto y editor en veredes, arquitectura y divulgación. A veces escribo en Fundacion Arquia y en Madera y Construcción. Doctorando en Universidad de Alcalá de Henares. Invernalia es un buen lugar.
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