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La madera es sin duda la protagonista en este centro proyectado para ofrecer un servicio público flexible en la localidad coruñesa de Teo. La propuesta de los arquitectos busca optimizar los costes de construcción y controlar los generados por el mantenimiento. Es por ello que se opta por un sistema constructivo en madera autóctona (principalmente pino pinaster) tanto para la estructura, como para los revestimientos y mobiliario.
Disgregación y agregación
El Centro socio-cultural de Teo (A Coruña) se incorpora al conjunto del Parque de los Los Tilos con la perspectiva de dar cabida a diversas actividades de carácter socio-cultural.
El proyecto busca, como una de las premisas de partida, la regeneración y recuperación del ámbito en el que se implanta: un cruce de caminos peatonales en la parte menos cuidada de un parque suburbano.
En esa voluntad de integración en el entorno, de minimizar su presencia y responder a un programa cambiante, el edificio propuesto por los arquitectos se disgrega en tres cuerpos de distinto tamaño: cuerpos compactos al exterior y que al interior se resuelven con espacios amplios y versátiles, cálidos, acogedores y luminosos, en los que la madera es sin duda la gran protagonista.
La relación entre los tres volúmenes planteados se aglutina en torno a una pequeña plaza común, ligeramente elevada respecto al suelo. Una plaza que quiere ser otro aula al aire libre que recoge y distribuye accesos y relaciones.
El edificio está construido con materiales de bajo coste de fabricación, construcción y mantenimiento; maderas autóctonas (pino pinaster fundamentalmente) con su envejecimiento como factor de integración en sí mismo, de gran versatilidad y mínima conservación, empleadas en fachadas, cubiertas, acabados y pavimentos.
El sistema estructural principal es asimismo de madera laminada y se separa del suelo gracias a un zócalo de hormigón de traza libre e independiente del entramado que soporta. Éste se complementa con elementos lineales de acero galvanizado en caliente hasta la cota de la plaza elevada.
A partir de este punto se formaliza una estructura de pino-abeto laminado que comienza a evidenciar el carácter seriado del proyecto y que hace las veces de estructura principal y de subestructura de los distintos revestimientos de contrachapado y tablero alistonado.
Racionalidad en la construcción
La vida útil de un centro publico está condicionada por numerosos factores, de los cuales los arquitectos incorporaron al diseño los que dependen de la arquitectura.
Es por ello que, desde el principio, buscaron una solución optimizada en términos de eficiencia material, energía y coste.
El sistema elegido representa una solución genérica adaptada a las necesidades locales, respondiendo con naturalidad a las necesidades de explotación del cliente. Se trataba de aprovechar las cualidades intrínsecas de la madera tanto como material de acabado como de elemento constructivo industrializado, en todas las fases de construcción, caracterizando asimismo el espacio público resultante.
En resumen se ha optado por optimizar los costes de construcción controlando los generados por el mantenimiento.
Otro importante factor de equilibrio en los costes de mantenimiento se genera, bien por un uso continuado del edifico, bien por una compartimentación de los espacios para adaptarse al tamaño de uso que sea necesario en cada momento. Se da respuesta a los dos casos con un programa fragmentado en varias piezas de distinta superficie, parcialmente ciegos en un marco de vidrio térmicamente controlado. Cada parte del conjunto es independiente y puede funcionar de modo autónomo. Se complementa con un núcleo de instalaciones y equipos técnicos independientes.
Todos estos criterios de optimización se complementan con un uso específico y arquitectónico de las técnicas de sostenibilidad y de las energías llamadas alternativas (biomasa).
Los sistemas pasivos están recogidos en la propia forma del edificio: compacta y protegida en si misma (factor de forma: rectangular), pérgolas, celosías. Inercia especifica de los cerramientos, adaptada al tipo y uso del edificio.
La orientación (usando adecuadamente los paños ciegos y abiertos), en el uso de las sombras y el control lumínico de los huecos que se practiquen, y sobre todo en el control de las corrientes de aire que puedan ayudar a regular de manera natural el clima interior. Laplantación de arbolado autóctono con especies elegidas de acuerdo con las condiciones climáticas y edáficas de la zona.
El planteamiento prioriza el uso de estándares habituales de construcción racional, partiendo de un tablero de pino pinaster macizo alistonado de 0,60 x 1,80 m que sirve de base para la modulación de fachadas, techos y pavimentos, asumiendo sus características constructivas y disponiendo juntas abiertas que permiten absorber las variaciones dimensionales estacionales de este material.
Se parte de un zócalo curvado de hormigón de 40 cms de altura, separando las cajas de madera del suelo y orientando los distintos accesos a la plataforma central de recepción. Este elemento de hormigón sirve de banco perimetral al conjunto a la vez que de cimentación de los distintos edificios. El resto de la estructura de apoyo se realiza con pórticos atornillados de acero, previamente galvanizados en caliente y montados en obra. Sobre el muro de hormigón se disponen unos elementos de acero galvanizado que reciben la estructura de madera, atornillando el conjunto. No se emplean elementos soldados en obra.
Se emplean remates de cubierta en zinc natural, contras y puertas de acceso también en acero galvanizado en caliente. Cada edificio se monta en obra, previo replanteo en taller, con los elementos estructurales de madera laminada, formando jaulas arriostradas en todos sus planos con tableros de contrachapado fenólico. El orden constructivo se complementa con láminas transpirables, barreras al viento y capas de tableros y rastreles conformando los cerramientos, tabiques y forjados de cubierta y techo.
El elemento principal del proyecto, tablero de pino pinaster macizo alistonado de 0,60 x 1,80 m, se realiza expresa y conjuntamente con la empresa fabricante, trabajando con una humedad especifica, tratamientos de protección impregnados y distintos espesores en función de su uso y exposición. El ancho viene marcado por los patrones estandarizados y el alto permite modulaciones que aprovechen al 100% todo el material. La elección del tipo de tablero viene a su vez marcada por la cercanía del punto de fabricación a la obra (materiales y medios locales para su fácil mantenimiento).
Una construcción de junta seca, atornillada y modulada en varias capas, con espesores medios de aislamiento de 120 mm, sin acabados delicados, calidez al tacto y a la vista. El uso de la madera permite personalizar al máximo los edificios: sillas, taburetes, estanterías, mostrador, escenarios, encimeras de aseos y tiradores de puertas se realizan en pino ( en cada caso con el acabado y agente protector correspondiente).
Las tres cajas minimizan remates y cualquier tipo de elementos sueltos, buscando compacidad y una cierta resistencia a actos externos. Las contras actúan de protector solar a la vez que refuerzan la idea de caja estanca, una vez cerrados. Las puertas de acceso siguen la idea de las contras, apareciendo tal como unas cajas fuertes. Cajas lisas apoyadas.
“La forma no es una cuestión meramente expresiva o arquitectónica”, explican los arquitectos. “Se trataba de trabajar con un sistema versátil capaz de resolver contenedores diáfanos de diversas escalas con un lenguaje constructivo y formal común, generando un espacio público intermedio a modo de nexo entre el parque y las distintas estancias de la edificación”.
Pero en este edificio los productos forestales no sólo se emplean como material de construcción, sino como energía, ya que los arquitectos optaron por el uso de un sistema de producción de calor a partir de una caldera de biomasa procedente de subproductos forestales (pellets), que se centraliza en el mayor de los módulos, con un óptimo poder calorífico y un balance de CO2 neutral.
Obra: Centro sociocultural de Teo, A Coruña
Autores: Ismael Ameneiros Rodríguez y Santiago Rey Conde (Ameneiros Rey | HH arquitectos), con Blanca Carballal Mariño y Jacobo Fernández Malde.
Año: 2010-2011
Colaborador: Daniel Dapena Gregorio
Ubicación: Os Tilos, Teo (A Coruña), Galicia, España
Fotografías: Héctor Santos-Díez | BISimages
+ ameneirosrey.com