Del mantenimiento del patrimonio arquitectónico de las ciudades se ocupan las instituciones creadas para el caso y los arquitectos que elaboran el peritaje técnico que sirve de base para la protección y cuidado de las obras a proteger. Muchas veces, demasiadas veces, ocurre que aquellos bajo cuyo amparo se encuentran los edificios y construcciones a preservar, hacen la vista gorda o se entregan a la maquinación sospechosa y mediante ardides y tretas nada honorables consiguen que creaciones de gran valor estético, técnico e histórico desaparezcan y se pierdan en el olvido.
Tal es el caso de los dos ejemplos que propongo. Se trata de dos frontones de juego de pelota, de cuando la pelota era en España un juego que generaba gran interés. De la existencia del primero sólo quedan breves reseñas periodísticas, algunas fotografías y la memoria del proyecto. Del segundo, si nadie lo remedia, pronto habrá que decir lo mismo Frontón Recoletos.
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Enrique Fidel