Se cuenta, puede que más cerca del mito que de la realidad, que cuando Mies van der Rohe entrevistaba a un candidato para formar parte de la plantilla del estudio le sometía a una extraña prueba. Le acompañaba hasta una de las mesas de dibujo, le hacía entrega de todo tipo de instrumental, reglas, compases, escuadras, cartabones, lápices, gomas de borrar etc., y le pedía que ordenase aquellos elementos en el acotado campo de juego del tablero de dibujo. Nada más, y nada menos que ordenarlos.
Orden es un término polisémico que explica cómo se colocan las cosas, cual es el sitio que les corresponde y las reglas que establecen, sus composiciones; hace referencia a como se construyen las series, sucesiones o taxonomías; puede ser también un mandato que se debe obedecer; también alude a una agrupación religiosa, o incluso puede referirse al lenguaje clásico de la arquitectura.
Puede por tanto hacerse referencia al orden público, a una real orden, al orden establecido, a un orden del día, al orden cerrado, a una orden religiosa, al orden natural de las cosas o por supuesto a los órdenes toscano, dórico, jónico o corintio. Incluso uno puede colocarse en posición de a la orden, a sus órdenes, puede llamar a alguien al orden, o simplemente situarse en orden o poner algo en orden. Todo ello sin aludir al desorden, por no acabar sin orden ni concierto.
El orden, o su ausencia, es un campo fecundo para la arquitectura, un espacio abierto y versátil en el que pueden fluir múltiples investigaciones, múltiples visiones que superpuestas pueden abrir nuevos recorridos sobre este término fundamental para la arquitectura.
El propio Mies había expresado con vehemencia
“Espero que nadie se figure que la arquitectura tiene nada que ver con eso de la creación de formas, lo propio de los arquitectos es el orden”.
Una afirmación visible por ejemplo, en aquella obsesión geométrica de la rejilla de 24 x 24 pies que organizaba su campus para el Illinois Institute of Technology. Un papel milimetrado que instauraba un orden abstracto, una medición de la tierra, un tablero acotado en el que colocar los edificios.
¿Qué otra cosa puede ser la arquitectura sino honrar el orden?
SUMARIO
Prólogo
– El orden. Íñigo Garcia Odiaga
Editorial
– Órdenes parciales. Ángel Martínez García-Posada
Artículos de investigación
– Laboratorios del vacío. El orden no construido de José Luis Fernández del Amo en Vegaviana. Sete Álvarez
– Complejidad, Caos y Entropía. O cómo entender el orden evolutivo de las ciudades. Francisco Javier Parada Pino
– La habitación india de Pierre Jeanneret en Chandigarh. Oljer Cárdenas Niño
– Cano Lasso y Elviña. Poniendo en orden la ciudad sobre el paisaje. Francisco Dinís Díaz Gallego
– La ordenación del espacio en la planta baja de la Casa de Suecia. Ismael Amarouch García
– Preciso, ampliado, redibujado, recordado. Una revisión del proyecto de Pym y Lawson para el Ulster Museum. Cecilia López Prego | Antonio S. Río Vázquez.
– Rethinking the concept of Order from a Systemic and Expanded vision of Architecture. Foundations and strategies for a new framework. Jon Arteta Grisaleña
Artículos de crítica
– Coyuntura. ¿De qué estamos hablando los arquitectos en Chile? Nicolás Valencia
– Prêt-à-porter y el orden del proyecto arquitectónico en la segunda era de la máquina. Juan Diego López-Arquillo
– De un cuerpo a otro. Joaquín Ibáñez Montoya
– El orden en Arquitectura. Myriam Goluboff Scheps
– El caos necesario. Las ratas de Pruitt-Igo. David V. Martínez Villaescusa
Reseñas
– La obra conjunta de la Universidad Laboral de Zamora. Arquitectura civil y religiosa de la Fundación San José. Rafael Ángel García-Lozano. Alberto García-Samaniego Rey.
– Arquitectura, Diseño y Sociedad en la Temprana Edad Moderna (Guido Cimadomo, ed.). María Jesús García Granja.
– Wayfinding. The Art and Science of How We Find and Lose Our Way. Michael Bond. Ana Mombriedo.
– Salvador Pérez Arroyo. Escritos de un arquitecto (Eduardo Delgado Orusco, ed.) Alegría Colón Mur