El plan de estudios que cursó Rodolfo Ucha Donate (Ferrol, 1922 – A Coruña, 2015) en la Escuela de Arquitectura de Madrid incluía Historia de la Arquitectura en el último año, junto a Arquitectura legal y economía política, Urbanología y la asignatura final de Proyectos arquitectónicos. Antes de titularse, en junio de 1953, recibió, por parte de la dirección del Catálogo General de la Construcción, el encargo de elaborar una breve reseña sobre la arquitectura española durante la primera mitad del siglo veinte, con el objetivo de que fuera publicada en la edición de 1954-1955, como reflejo
«de la imagen de los caminos recorridos y, asimismo, una buena atalaya desde la que poder vislumbrar esperanzadamente el porvernir».
A partir de la documentación recopilada en sus apuntes de clase, Ucha Donate preparó un texto que denominó
«La arquitectura española y particularmente la madrileña en lo que va de siglo».
El título ya nos advierte que el discurso se va a centrar en la ciudad donde estaba estudiando, aunque incluye algunas someras referencias a las regiones periféricas, a los lugares al margen, esos donde él escribiría después su propia historia. En la introducción nos indica las dificultades de la tarea, como la falta de la distancia necesaria para tener una mirada panorámica conveniente o la subjetividad que pueda aparecer en sus palabras, porque,
«a fin de cuentas, siempre es la visión y el concepto propios los que nos sirven para enjuiciar los hechos y las cosas».
No resulta extraño, por lo tanto, que en el recorrido arquitectónico por la mitad de la centuria transcurrida —que se acompaña con varias láminas de abundantes ilustraciones—, entre los nombres que se citan figuren una buena parte de sus profesores en la Escuela, como Pascual Bravo, Luis Moya o Modesto López Otero, demostrando la continuidad entre maestros y discípulos en la recuperación de la modernidad, frente a la habitual «orfandad» que solían destilar sus protagonistas.
Ucha Donate desarrolló una amplia trayectoria profesional en Galicia, enmarcada principalmente dentro de la recuperación moderna. Quiso, con su obra, contribuir de manera decisiva a prorrogar y a ampliar lo recogido en sus apuntes de estudiante. Con sus viviendas y equipamientos urbanos en varias localidades gallegas puso de manifiesto el valor de la herencia recibida en sus años de formación y la voluntad de querer avanzar con decisión hacia el futuro, hacia esas páginas que estaban todavía pendientes de escribir.
Casi tres décadas después de su primera redacción, los apuntes fueron publicados nuevamente como el primer volumen de la obra Cincuenta años de arquitectura española, corrigiendo el nombre del autor —en el Catálogo había figurado erróneamente Roberto en lugar de Rodolfo— y sustituyendo las láminas de ilustraciones por nuevos dibujos elaborados por Javier Menéndez y Pedo Urzaiz. En el segundo tomo se publicó la conferencia «La arquitectura en España a partir de 1900″, coetánea de la reseña de Ucha Donate y pronunciada por Bernardo Giner de los Ríos en el Ateneo Español de México el 9 de agosto de 1951.
Aunque no pude entrevistar a Ucha Donate debido a su estado de salud en los últimos años de su vida, sí pude hablar con varios de sus familiares y colaboradores. Al igual que él había seguido la profesión de su padre —uno de los arquitectos más notables de su tiempo—, también la continuaron sus descendientes. En la Escuela de Coruña tuve la oportunidad de dar clase de Historia de la Arquitectura a uno de sus nietos, que me ayudó a comprender la biografía de su abuelo mientras tomaba sus apuntes.