En los primeros años del siglo XX, Henry Ford hablaba de la racionalidad del proceso productivo y justificaba la extrema proximidad de sus máquinas en la nave de producción -mayor que la de cualquier otra empresa en el mundo-, porque una separación innecesaria de sólo seis pulgadas acababa cargando costes extras a los consumidores.
El fordismo engordó el consumo de Occidente e inundó el mercado de productos en serie, cebando un cuerpo que fue aumentando de volumen hasta la crisis del petróleo de los años setenta.
A mediados del siglo pasado, la empresa de automóviles Toyota1 ideó la producción ajustada, lean production -el término lean en inglés tiene también el significado de menguante, de enjuto, de la carne magra del cuerpo con ausencia de grasa. El modelo fordista sufrió entonces el primer ajuste, basado en el pensamiento a largo plazo.
El acuerdo consistía en eliminar todo lo que sobraba, -el esfuerzo innecesario y el derroche- y respetar, motivar y engrandecer al personal y a los clientes porque con ello crecía la empresa. El asunto era no quedar nunca conforme con el producto y pensar en mejoras y aprendizajes continuos. La forma oriental de entender la vida se introdujo de este modo, como una dieta de adelgazamiento a base de algas y arroz, en las fábricas y empresas de Occidente.
Esta visión, que lleva más de dos décadas siendo indiscutible en la industria automovilística, no está integrada todavía dentro del sistema de valores de los ejecutores materiales implicados en la construcción de viviendas. Lo que sí está comúnmente aceptado es el concepto general de que la industria es más eficiente que la edificación.
Si después del fordismo se impuso la producción ajustada y menguante, ahora lo que está cambiando es el concepto. Toyota se ha propuesto ser la primera empresa en sacar al mercado el coche enchufable y ha adelantado un año sus previsiones. Esto quiere decir que pretende, de manera generalizada, acelerar el cambio del sistema de obtención de energía motriz en un vehículo, que ha sido de combustión desde el inicio de los tiempos, y pasar el relevo a una batería recargable de iones de litio.
No es un cambio baladí, sino sustancial. Es una transformación que ya está en marcha y que va a obligar a fabricar, tanto automóviles como viviendas, de otra manera.
Javier Mozas, arquitecto, a+t research group
Vitoria-Gasteiz, junio 2009
Notas.
1 The Toyota Way. Jeffrey Liker. McGraw-Hill. 2004.
Artículo completo publicado en HoCo Density Housing Construction & Costs.