El claustro barroco del antiguo colegio de San Pío V se encuentra dentro del recinto del actual Museo de Bellas Artes de Valencia. El patio consta de una planta cuadrangular alrededor del cual se disponen cuatro pandas de tres alturas. Estos cuerpos configuran el patio mediante arcos rebajados sobre pilares cuadrados realizados con ladrillo, dejando una galería abierta de paso perimetral en la parte inferior, mientras que los cuerpos superiores están cegados con huecos rectangulares. El jardín presenta una disposición barroca, ordenado mediante cuatro zonas en cada una de las esquinas, una pavimentación de piedra en forma de cruz y una fuente central.
La intervención planteaba una consolidación de la materia que congelara el deterioro de los elementos conservados en el claustro, evitando la sensación de ruina y abandono que presentaba el espacio. Para ello se estableció una intervención de mínimos que redefiniera y estructurara la morfología del jardín, planteara una propuesta de paisaje contemplativo y sensorial, y que vinculara el espacio ajardinado con el resto de intervenciones museográficas y arquitectónicas.
Para conseguir los objetivos de la propuesta se utilizaron técnicas y materiales tradicionales en los pavimentos y en la recuperación de las fuentes, asimismo se planteó una combinación de especies vegetales que permitieran lograr los estímulos sensoriales planteados.
El pavimento se elabora con piezas cerámicas de barro cocido de dimensiones 24×6,5×4 cm, dispuestos a tabla sobre una cama de mortero de cal con juntas rellenas con una capa de tierra vegetal para permitir el crecimiento de pequeña vegetación. La disposición de las piezas se realiza de manera que la junta se separe a medida que se aleja de la fuente central, de forma que permita integrarse y difuminarse con las especies vegetales del jardín.
Los pavimentos pétreos se recuperaron realizando una limpieza química mediante un tratamiento biocida para la eliminación de los microorganismos y vegetación existente. También se realizó una limpieza mecánica mediante lanza de agua. Por último, se realizó una recomposición volumétrica de aquellas partes faltantes mediante mortero pétreo y de las juntas perdidas mediante morteros de cal y áridos seleccionados.
La superficie pétrea de la fuente existente fue restaurada con los mismos criterios que el resto de pavimentos de losas de piedra preexistentes, se eliminaron los morteros añadidos, se le aplicó un tratamiento biocida, se impermeabilizó en vaso interior y se realizó una restitución volumétrica de los elementos faltantes.
Para recuperar el funcionamiento habitual de la fuente, la propuesta planteaba la recirculación y la proyección de un chorro de agua mediante surtidor. Para ello se ejecutó un vaso cilíndrico de chapa metálica de 10 cm de profundidad, separado de la fuente original, en cuyos extremos se integra el diseño del rebosadero de agua. La chapa de acero lleva un tratamiento superficial de protección realizado mediante una imprimación anticorrosiva a base de resina epoxi.
En el lugar del jardín que ocupaba una palmera, talada tiempo atrás, se instaló una fuente de forma cilíndrica, compuesta de un primer vaso de chapa metálica de 4mm que actúa como recipiente del caudal de agua que, al desbordar, se recoge en un segundo recipiente, del mismo material y espesor, que reconduce el agua hacia el conducto de recirculación.
Para la recogida de aguas pluviales se planteó una solución lineal en los cuatro cuadrantes junto a la rotonda de la fuente. Los sumideros lineales están construidos con mortero impermeable se adaptan a la forma curva y se cubren con una rejilla que adapta la misma solución del pavimento cerámico. Dos pletinas metálicas curvas, en forma angular, que recogen la colocación de las baldosas cerámicas sobre una banda de neopreno.
La intervención del ajardinamiento del claustro planteaba realizar el mínimo movimiento de tierras necesario. Mediante un sistema de riego por goteo y aspersión en cada uno de los cuadrantes se crea un jardín formado por especies aromáticas y tapizantes como Rosmarinus officinalis, Thymus, Lavandula angustifolia, Salvia farinácea, Tulbaghia violácea o Acanthus mollis, y por especies de mayor porte y follaje como Nephrolepis, Aspidistra elatior, Cyrtomium, Aspidistra o Musa paradisiaca.
Obra: Intervención en “El jardín del claustro barroco de San Pío V”
Autor: el fabricante de espheras, coop. v. (Pasqual Herrero Vicent, Fernando Navarro Carmona, Mª Amparo Sebastiá Esteve, Eduardo J. Solaz Fuster)
Colaboradores: Víctor Muñoz Macián, Anna Morro Peña, Yasmina Juan Osa, Sara Juanes Herrera, Maria Pitarch Roig, Francisco Piñó Alcaide, Elisa García Capilla, Jorge Juan Roy Pérez, Sergio Estruch González, Ana Vargas Núñez, Rebeca Piñol Muria
Emplazamiento: Museu de Belles Arts de València, Valencia
Año: Proyecto enero 2019 | Obra marzo 2019
Fotografías: Milena Villalba
+ elfabricantedeespheras.com