Un rasgo distintivo de la obra de Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa es la valoración a ultranza del espacio horizontal, entendiendo que consiente el movimiento natural del hombre y facilita su campo de visión de un modo que permite unir la arquitectura con el horizonte.
Esta disposición, que tiene como referencia el concepto de planta libre arraigado en el movimiento moderno, se ajusta mediante diagramas que en cada caso proporcionan el sustento para resolver las múltiples condiciones de un programa. Pero además, resulta de vital importancia para articular la idea embrionaria que los arquitectos japoneses utilizan como estructurantes en los edificios de uso público: el concepto de parque urbano. Un espacio donde se produce naturalmente el intercambio social y donde pueden congregarse muchas personas en actividades comunitarias o individuales dentro de un estatus igualitario.
El esmero por la aplicación de estos conceptos da como resultado edificios donde los usuarios entienden con rapidez la totalidad del paisaje construido, resultado de una narración que hunde sus raíces en la obra de Mies Van Der Rohe, y se asiste de las nuevas tecnologías para acentuar el carácter etéreo de la arquitectura mediante el uso de elementos de sostén extremadamente esbeltos. De esta forma, ofrece respuestas a las necesidades funcionales sin limitar la articulación espacial y la cualidad lumínica y visual buscada.
A partir de estas premisas, cada trabajo adquiere modalidades específicas que se establecen a partir del peso del lugar, noción que resulta determinante para componer la naturaleza de su arquitectura.
Por ejemplo, el diseño del Louvre Lens presenta una sucesión de cajas prismáticas horizontales que siguen las ondulaciones del sitio. Entre estos volúmenes se producen inflexiones que distorsionan el carácter de los espacios interiores y evitan que una perspectiva libre dificulte el funcionamiento del museo. No existe un límite físico, pero los giros de las cajas limitan la visual al espacio que se visita.
En el Centro Rólex se invierte el esquema y es el edificio el que asiente las ondulaciones sobre el terreno llano para limitar de manera física las diferentes áreas del centro sin entorpecer la continuidad visual. Las láminas horizontales inferior y superior adquieren una dinámica que tipifica el singular carácter del edificio. El límite físico es interrumpido por las ondulaciones, pero la visual es ilimitada.
Las inflexiones del primero y las ondulaciones del segundo no distorsionan el carácter de parque urbano, pero articulan de diferentes maneras el límite.
En la ampliación de la Serpentine Gallery y en la obra para la Granja Grace, las libertades que ofrece la implantación permiten que las láminas horizontales liberen su forma. Los contornos son dominados por una disposición de líneas libres que responden de manera diferente en cada edificio. El pabellón flota entre los árboles, y su carácter reflectante permite que se fusione con el entorno y se transforme en una extensión protegida del parque. En la Granja, el concepto se mantiene pero difieren las formas. La arquitectura recorre el terreno como el curso de un rio, fundiéndose con la naturaleza hasta convertirse en un componente del paisaje natural. En ambos casos se maximiza el concepto de parque en sentido literal.
Cuando SANAA actúa en espacios urbanos limitados, el concepto se resuelve mediante apilamientos que siguen privilegiando los espacios horizontales, pero indagan la manera de articularse en vertical. Los edificios mantienen el uso de pieles transparentes o traslúcidas según el caso, para atenuar o extender los límites visuales.
En el museo de Arte Contemporáneo de Nueva York el diseño busca minimizar la masa construida desplazando las cajas horizontales en altura, atendiendo una modalidad que acentúa la ingravidez, pero a la vez que mejora las condiciones de iluminación, direcciona las visuales y resuelve la autonomía funcional de las áreas del museo.
En el Campus para la Academia Bezalel, los planos horizontales se superponen irregularmente siguiendo la pendiente del terreno. Los parques se apilan y se conectan con rampas y escaleras para facilitar una conexión fluida entre los diferentes niveles. Los desplazamientos fomentan la formación de vacíos verticales que incentivan la conexión visual entre las áreas y terrazas, favoreciendo diferentes puntos vistas en el interior del edificio y hacia la ciudad.
La compleja variedad del trabajo de SANAA libera su producción de encasillamientos estrictos, pero su obra inscribe lineamientos que de un modo u otro frecuentan metódicamente. Aunque alterne el uso de geometrías estrictas o de figuras serpenteantes, ordenando apilamientos estrictos o irregulares, su arquitectura toma referencias del lugar y responde en ese sentido, sublimando el carácter natural del espacio horizontal y alentando transparencias que incitan la visión total o fragmentada del espacio.
En cada edificio, el programa progresa contenido en la dinámica de una mutación espacial perspicaz que estimula el carácter ingrávido de la arquitectura. Un ejercicio que bajo cualquier circunstancia dogmatiza la idea del hombre integrado a la comprensión absoluta del espacio que habita.
Marcelo Gardinetti. Arquitecto
La Plata, Argentina. Mayo 2016