Portugal lleva años acaparando la atención del panorama de la arquitectura internacional y ha demostrado tener una cantera de arquitectos que no se agota en los grandes maestros como Fernando Távora, Álvaro Siza o Eduardo Souto de Moura. La famosa Escuela de Oporto ha dado paso a una nueva generación de arquitectos de gran interés en otras partes del país, como los hermanos lisboetas Aires Mateus (2G, núm. 28, 2003) o el arquitecto de Madeira Paulo David (2G, núm. 47, 2008). De una generación aun más joven, el también lisboeta Ricardo Bak Gordon recoge el testigo de la mejor arquitectura del país pero con una mirada puesta siempre en lo que sucede en el exterior.
Sus obras abarcan desde una gran cantidad de casas unifamiliares que ponen extremado cuidado en el confort doméstico —como la casa en Quelfes, la casa en Pousos, las dos viviendas en Casa Queimada o las dos de Santa Isabel, Lisboa—, pasando por la magnífica serie de reformas de diversas escuelas públicas en Lisboa y Oporto, hasta proyectos más singulares como la residencia de la Embajada de Portugal en Brasilia, la almazara Oliveira da Serra (Ferreira do Alentejo), el parque de Albarquel (Setúbal) o el frente marítimo Facim en Maputo (Mozambique).
La publicación de las obras y proyectos del arquitecto viene precedida por textos del arquitecto y crítico Ricardo Carvalho y del británico Jonathan Sergison (de los arquitectos Sergison Bates, 2G, núm. 34, 2005). En la sección Nexus, Diogo Seizas Lopez resume el contenido de una entrevista con Bak Gordon acerca de los intereses principales del arquitecto.
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