«La arquitectura bien hecha está fuera de discusión, pero es muy difícil».
Con estas palabras expresaba Francisco Cabrero su propio rigor como arquitecto, rasgo que define toda su obra, una de las más significativas e innovadoras de los últimos 60 años en España. El arquitecto cántabro falleció en Madrid el 26 de febrero a los 92 años. Nacido en Santander, el 4 de octubre de 1912, Francisco de Asís Cabrero Torres-Quevedo pertenecía a la primera generación de arquitectos de la posguerra. En 1934 ingresó en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, donde se graduó en 1942, teniendo como compañeros de promoción a Carlos de Miguel, José Luis Fernández del Amo y Miguel Fisac, entre otros.
Independiente e intuitivo, Francisco Cabrero admiraba el magisterio de su amigo y colaborador Juan Antonio Coderch. Estudió a fondo la arquitectura racionalista europea de los años treinta, sobre todo la italiana. Su estancia en Italia, en 1941 y 1942, fue decisiva, no sólo en su condición de arquitecto sino también por su afición a la pintura. En Milán visitó el estudio del pintor Giorgio de Chirico, y, en Roma conoció al arquitecto Adalberto Libera y al responsable de la Oficina Técnica de la ciudad, Gio Ponti. También se relacionó en su juventud con arquitectos de la talla de Le Corbusier, Mies van der Rohe, Frank Lloyd Wright, Max Bill y Alvar Aalto.
[…]
Paloma Barreiro Pereira
+ artículo publicado en el pais