Construida por Gregori Warchavchik en la calle Itápolis, barrio de Pacaembu, São Paulo, la Casa Modernista es inaugurada el 26 de marzo de 1930 con una gran exposición de arte moderno. La muestra, que se prolonga hasta el 20 de abril y atrae a más de 20 mil personas, exhibe un conjunto articulado de arquitectura y decoración interior, lo que permite entrever la propuesta de su autor de integrar arte, arquitectura y diseño en la creación de un ambiente.
Para la realización del proyecto, Warchavchik monta talleres que toman como base sus diseños y fabrican todo el mobiliario, caracterizado por líneas puras y funcionales, que condicen con la concepción de la casa. Pintores, escultores y grabadores de vanguardia también participan en la exposición. La que se hizo conocida como la Casa Modernista, a causa del evento que tuvo lugar en su inauguración, no disuena del conjunto de residencias modernas diseñadas por el arquitecto, las primeras del género realizadas en el país. Nacido en Rusia, pero formado en Italia, Warchavchik conoce la obra de Walter Gropius y Le Corbusier antes de emigrar a Brasil, en 1923. Su arquitectura, de ejecución racionalista y funcionalista, es orientada por la practicidad y economía, por la reducción de los elementos decorativos a lo mínimo, por la subordinación de la forma a la función y por la defensa de la necesidad de la unión del artista y del técnico en la persona del arquitecto.
Desde 1927 hasta comienzos de la década de 1930, Warchavchik proyecta una serie de casas modernas, «racionales, confortables, de pura utilidad, repletas de color, luz y alegría», según él suele definirlas. La primera casa moderna proyectada por Warchavchik es su residencia en la calle Santa Cruz, Vila Mariana, 1927/1928, en São Paulo. Las soluciones originales del proyecto se relacionan con la manera como su autor combina la doctrina funcionalista de Gropius y Le Corbusier con el ambiente local y con la escasez de productos industrializados en el país.