A mediados del siglo XVIII y través de Ann Lees, los Shakers se constituyen por primera vez como una comunidad protestante escindida de los Quákeros. Los principios esenciales de este grupo son el celibato, la igualdad entre sexos, la comunidad de bienes y la confesión. A medidos del siglo XIX son la comunidad utópica más extendida del mundo si bien en la actualidad sólo un grupo se mantiene fiel a los principios originales en la ciudad de Sabbathday Lake en Maine, EEUU.
Además de un interesante ejemplo de comunidad utópica, los Shakers son un referente en la construcción de muebles de madera y por supuesto de sillas. Las sillas de los Shakers no destacan por su comodidad o por su originalidad formal y en general son similares al mobiliario producido en su momento. La aportación de los Shakers se encuentra en una perfecta ejecución y diseño del trabajo artesanal de la madera. Un trabajo que tiene connotaciones religiosas siendo vivido como camino de perfección personal y comunitario.
Un ejemplo brillante de diseño artesanal es el cruce de tres maderas de la tradicional mesa de escritorio Shaker. Un complejo vaciado de las maderas permite que estas se crucen en un punto y que el propio peso del tablero cierre la estructura. El diseño de la unión y el trabajo de su ejecución quedan ocultos cuando el montaje se completa.
Los Shakers incluyeron en sus sillas soluciones tan refinadas como el sistema de apoyo contínuo de patas traseras. Mediante un vaciado de los extremos de dichas patas, se alojaba un botón semiesférico que a modo de rótula gira dentro de la pata garantizando el apoyo de la misma cuando la silla se inclina. Mediante una perforación en la pata se tensa el cordón de cuero que ata el botón a la pata permitiendo el movimiento del botón sin que este se desprenda al levantar la silla.
Si bien las comunidades Shaker han decaido a lo largo del último siglo, la influencia en el diseño de mobiliario no ha dejado de crecer al ser reivinicada por la primera generación de diseñadores daneses contemporáneos. Resulta especialmente evidente en el caso del diseño de silla de iglesia de 1936 obra de Jare Klint.
Es interesante asimismo la intepretación de la silla tradicional Shaker hecha años después -1944- por Børge Mogensen a través de la J39. Esta pieza recoge el sistema de travesaños a diferente altura para fijación del trenzado del asiento y es fundamental para entender toda una serie de diseños posteriores realizados por Hans J. Wegener.
Elías Cueto, arquitecto
Santiago de Compostela, octubre 2010
Publicado en Nº 313 [sillas…]