En las últimas décadas del siglo pasado, la reformulación de la arquitectura del movimiento moderno estuvo asentada en la ruptura de la autonomía formal de la obra, señalando que la misma es una condición de un contexto urbano determinado. Sin abandonar totalmente estas premisas, posteriores desarrollos reaccionarios a la rigidez de las formas surgidas de procesos tipológicos, afianzaron la búsqueda en aspectos renovadores de la expresión del proyecto, tanto en la espacialidad como en la representación.
El camino transitado por OMA en los últimos años resulta ponderable respecto a la formulación de conceptos que, sin negar los postulados de los maestros modernos, construye una idea de arquitectura basada en la contemplación analítica de las necesidades de la sociedad afianzada en las posibilidades de la técnica actual.
Sin embargo, observar el Enlazado de Olé Scheeren dentro del contexto global de la obra de OMA resulta una producción singular, y en este sentido, la analogía del título con el film de Víctor Erice (nominal, no argumental) manifiesta las mismas inquietudes que tuvo el cineasta español respecto a la expresión de Maurice Maeterlinck 1 .
Para Scheeren, el conjunto «responde a las preocupaciones de espacio compartido y las necesidades sociales en una sociedad contemporánea”2 , una manifestación que, yuxtapuesta con las características del diseño, propone una concepción particular de su propia urbanidad.
El entrelazado resulta un conjunto determinado bajo una estrategia de diseño que entrelaza una serie repetitiva de módulos de vivienda en una disposición hexagonal. La estructura de 6 pisos de altura crea una aldea vertical que compone espacios comunes permeables y sucesivos en una trama integrada con el medio ambiente natural. Esta combinación es potenciada mediante la introducción de terrazas ajardinadas producidas en las superficies excedentes de la trama que el propio diseño formula.
El modo de asociación de las unidades empleada en este proyecto expresa un ideal cercano al agrupamiento Dom-ino. Ambos planes afrontan la escala urbana con un diseño que resulta de la combinatoria de unidades arquitectónicas idénticas, que se resuelven a sí mismas sin reparar en los problemas urbanos. Le Corbusier agrupa módulos en torno a un jardín que ensanchaba la vía pública para mejorar las condiciones de asoleamiento y ventilación. Este nuevo organismo mantiene el concepto de aquel agrupamiento pero altera las leyes compositivas, promueve un espacio común y pondera el concepto de tipología entendida como unidad componedora del conjunto.
El apilamiento propuesto alcanza un mérito superior al formularse entrelazado con la vegetación. El espacio central emergente de la trama está definido como lugar de tránsito ó espacio de intercambio mayoritariamente ocupado por espejos de agua y vegetación, actitud que responde al clima tropical de Singapur. La preocupación del diseño respecto a las necesidades de asoleamiento y ventilación entre las unidades de vivienda, excusa la decisión del espacio urbano.
Las siguientes expresiones de Koolhaas permiten disipar interrogantes sobre el carácter del diseño: “Ciertamente la ciudad no occidental es una ciudad oportunista, pero al mismo tiempo tiene la capacidad de desplegar por todos lados una cultura urbana mediante prototipos que entre nosotros no podrían funcionar con esa misma lógica”. 3
En este relato, Koolhaas declara una urbanidad propia para los países orientales que resulta de las características sociales y económicas de sus propias culturas. Esta condición de “ciudad oportunista” deja lugar a múltiples lecturas admitiendo deducciones que probablemente enuncien más enigmas que certezas.
En este contexto y sin la pretensión de establecer un juicio que desmerezca las cualidades arquitectónicas del Entrelazado, resulta difícil deducir el espíritu invocado por el propio Scheeren cuando cualifica al conjunto como generador de un nuevo espacio compartido de la sociedad contemporánea.
Marcelo Gardinetti. arquitecto
La Plata. noviembre 2013
Notas:
1 «El título, en realidad, no me pertenece. Está extraído de un libro, en mi opinión, el más hermoso que se ha escrito nunca sobre la vida de las abejas, y del que es autor el gran poeta y dramaturgo Maurice Maeterlinck. En esa obra, Maeterlinck utiliza la expresión ‘El espíritu de la colmena’ para describir ese espíritu todopoderoso, enigmático y paradójico al que las abejas parecen obedecer, y que la razón de los hombres jamás ha llegado a comprender». Víctor Erice, Director del Film.
2 Ole Scheeren, presentación del proyecto, 2009
3 Rem Koolhaas, entrevista, a+t, 2009
Excelente y creativa solucion habitacional, especialmente por la integracion de espacios verdes y agua en lo quiebres , para «refrescar» el ambiente, tanto en clima como en paisaje. La disposicion de los modulos propone una volumetria interesante, aun siendo paralelepipedos simples.