Colegio de arquitectos de Murcia. 19 a 27 de febrero de 2010.
La Región de Murcia está sufriendo acelerados procesos de transformación en su territorio y en sus modos de vida. David Frutos tiene su base de operaciones en el mismo campo de batalla. Desde sus inmediaciones opera como …testigo fiel. Paisajes físicos que también lo son emocionales. Transformaciones que inevitablemente también lo son de la cultura contemporánea. Más allá de la conveniencia de posicionarse ante un fenómeno tan intenso como frágil, Frutos nos propone el humor como medio de aproximación a un proceso que a todos nos interpela. El recurso al humor es quizás el más eficaz para afrontar en igualdad de condiciones estos abruptos cambios. A algunos espectadores les provocarán emociones positivas, otros serán presa de una profunda tristeza.
Lo importante es el diálogo al que nos vemos obligados al consumirlas. El humor nos hace fuertes, no nos permite pasar de largo. Junto al humor y de manera inseparable, la violencia. El sentimiento de pérdida, la intensidad plástica de los paisajes productivos, la sostenibilidad como contexto, y el territorio como campo de batalla, aparecen aquí en forma de controversias dialécticas sin solución. La primera de las series que aquí se muestran reducen la realidad a su condición objetual. Ignoramos si se trata de una denuncia de la infantilización de la sociedad civil contenida en los nuevos modelos residenciales, o si por el contrario son un canto de alabanza a una arquitectura convertida en paisaje homogéneo y estable. La segunda de las series aborda la modificación en los modos de habitar que estos modelos incorporan como parte de sus dinámicas generales de producción, abarcando aspectos como la especial configuración de los sistemas de poder, la aparición de exóticas relaciones interpersonales, la construcción de lo deseable, los modos de producción de subjetividad…
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