En un número de la revista Glamour of Hollywood de 1941, se publicó un artículo titulado «Chicas trabajando para Disney», con el subtítulo
«El gran dibujante abre una nueva carrera para chicas con talento en su estudio de Hollywood».
Este artículo comienza explicando:
«Hasta hace pocos meses el trabajo de animar personajes en los estudios de Walt Disney era solamente masculino. Hoy hay una clase de arte especial formada por jóvenes mujeres con talento de la organización, que están recibiendo la capacitación final en el trabajo de crear toda la galería de personajes de Disney, de animar efectos tan interesantes como nubes de humo, agua y otros fenómenos encantadores de Disney».
También cita otras labores que realizan mujeres:
«En los vastos y complejos talleres que conforman la organización Disney, las mujeres ocupan cargos importantes en el desarrollo de historias y personajes, fondos y montaje; la montadora musical que editó Fantasía es una mujer, Louisa Field».
Parece que el texto está a favor de este trabajo, pero al final se menciona algo inevitable en aquellos años:
«Los días hábiles se trabaja de 8:30 a 5:30, entre semana y los sábados se libra. Los salarios están desde 18$ a 75$ por semana, serían más altos si más chicas no trabajaran un par de años. Se casaran y renunciaran. Las oportunidades de un romance son casi las mismas que en una universidad mixta. Muchas de las chicas se han casado con empleados de Disney y se han quedado».
En fin, que el destino de las chicas, -se usa «girls» en vez de «women»- que ya es un término peyorativo, es casarse y por eso, por su culpa, no cobran más dinero, teniendo además en cuenta que «tienen la suerte» de conseguir marido sin salir de la Disney, eso si tenían la suerte de ser aceptadas en la productora, porque otras no lo consiguieron.
El artículo de dos páginas está ilustrado con ocho fotografías, entre ellas de Mary Welser, con un pie de foto que indica:
«Jefa eficaz del equipo todo de chicas del laboratorio de color de Disney»
«que diseño parte de la suite del Cascanueces de Fantasía»;
Mildred Rossi, animadora
«que ha demostrado que el suyo no es estrictamente un trabajo de hombres»;
«una artista japonesa que creó el programa de mano de Fantasía»;
la elefanta Mabel y Retta Scott,
«especialista en bocetos de animales»;
y de Sylvia Holland
«dibujante y única arquitecta mujer de Canadá»,
evidentemente esta es la arquitecta que se menciona en el título.
Debo reconocer que no la conocía, pero por suerte es muy conocida y aunque no fue la primera arquitecta canadiense, hay mucha información en Internet sobre ella, por ejemplo en el interesante blog Un día una arquitecta, este artículo de Eve Lazarus o incluso en Wikipedia, donde no se indica que fuera arquitecta y se le da más importancia a su etapa con Disney, aunque sí recuerda que fue expulsada de la productora después de la Segunda Guerra Mundial.
Como puede comprobarse, las arquitectas y los arquitectos no han trabajado en el cine solo como escenógrafos, sino que sus labores han sido mucho más complejas y abarcando muchas especialidades diferentes.
Jorge Gorostiza, Doctor arquitecto.
Santa Cruz de Tenerife, septiembre 2018
Autor del blog Arquitectura+Cine+Ciudad