Para Tschumi, nunca se deben romper las reglas a expensas del concepto. El concepto refiere a una idea. Una abstracción que expresa una cantidad de conocimientos adquiridos en una forma de entendimiento. Concebir es un ejercicio que consiste en unir en la mente varias realidades para crear una nueva, distinta a cualquier idea anterior.
En este sentido, el diseño para el Parc de la Villette es una metáfora del concepto. Da carácter a un parque que propone la ruptura de la concepción histórica de los jardines urbanos. Se formula como una manera de liberarse de la subordinación a valores utilitarios y estéticos que lo condicionan. Va más allá de conformar un paseo urbano, propone un lugar de experiencias donde el visitante interviene, participa, tiene su propia lectura, un modo de recorrerlo y la libertad para hacerlo. Todo a partir de un concepto que Tschumi respeta por encima de cualquier variable.
La arquitectura del parque es definida por Tschumi como una “arquitectura del significante más que del significado”, es decir, sitúa decididamente la grafía por encima del sentido. Y en ese rumbo enfoca el proceso de diseño, a partir de una trilogía de sistemas autónomos que se superponen para dar lugar a la estructura el conjunto:
– Un sistema de objetos representado en puntos
– Un sistema de movimientos representado en líneas
– Un sistema de espacios representado en superficies
El sistema de puntos se constituye por una grilla de 120 metros de lado que permite eliminar toda jerarquía posible en el sitio. Los puntos de intersección de la trama determinan el lugar donde se localizan las referencias construidas, las Folies. Este criterio perfectamente puede emparentarse a un “Concepto” que desarrolló Cézanne, en el final de su carrera. Cézanne compuso sus últimas obras a partir de una trama que le permitía extender la composición en toda la tela de manera unitaria y de esta forma dominar los paisajes abiertos. El concepto de Cézanne, que sirvió de base para el desarrollo del cubismo, no necesariamente es aplicado por Tschumi en la concepción del parque, de hecho jamás aludió a él, pero ratifica y da entidad al concepto, entendido como la unión de experiencias o información almacenada.
El sistema de líneas se representa en las galerías, que constituyen un elemento ordenador sin coincidir con la trama ortogonal de la grilla. Las líneas son la referencia necesaria para vincular una cantidad de elementos heterogéneos, pero también el medio para que el visitante pueda apropiarse del sitio. Este sistema definen el concepto de movimiento dentro del parque, y el diseño de las galerías actúa su favor en las formas ondulantes de la pérgola, que acentúan el sentido de movimiento.
El sistema de superficies está representado por los jardines que se desarrollan entre los ejes de la trama y las referencias lineales, constituidos por pavimentos, parques y árboles. Cada jardín tiene su propio diseño, diferentes criterios que proponen actividades múltiples, una forma de explorar las posibilidades emergentes de los espacios naturales que participan en este juego de superposiciones. Estas superficies dan lugar al concepto de paseo cinemático, una alusión concebida en la secuencia de estos espacios, que pueden corresponderse con los cuadros de imágenes de una película.
Esta superposición de sistemas genera un sinfín de situaciones aleatorias y de conflicto en forma simultánea, tensiones que enriquecen el espacio, pero siempre a favor del concepto. Todos y cada uno de los diseños del parque tiene como referencia el concepto. El parque es por momentos un espacio impredecible, dinámico, polémico, innovador. En él, Tschumi nos remite a una reflexión arquitectónica, que hace del diseño específico un hecho mutable, ligado a las reglas que propone y desarrolla en función de una idea determinada. Y en la reflexión, un mensaje: si no se logra el cometido, se pueden romper las reglas, pero nunca a expensas del concepto.
Marcelo Gardinetti . arquitecto
La Plata. enero 2013