Durante su visita al Perú, en 1953, Walter Gropius realizó ocho recomendaciones a los arquitectos.
«Walter Gropius fue agasajado con un cocktail en la Sociedad de Arquitectos que constituyó a la vez un éxito institucional. Don Rafael Marquina, al entregarle el diploma que lo acredita como socio honorario, dijo que su presencia en el seno de la Sociedad constituía un hecho histórico. El eminente visitante agradeció en sentidas frases el homenaje a la institución y al Departamento de Arquitectura de la Escuela Nacional de Ingenieros»
Revista El Arquitecto Peruano
Enero – Febrero de 1954.
En su visita nos dejó las siguientes recomendaciones, las cuales deberíamos tener presentes en la actualidad:
1.- Olvídense de la batalla de los estilos y pónganse a trabajar hacia el desarrollo de una arquitectura que mejore las condiciones de vida.
2.- Proyecten edificios en que se haga uso de los dinámicos y flexibles implementos de la vida moderna, y no para servir simplemente como monumentos al genio de quien los concibe.
3.- Diagnostiquen las necesidades efectivas del cliente y denle edificios consistentes.
4.- Háganse competentes en todos los campos de la construcción para ganar la confianza del cliente y adquirir el derecho para dirigir el equipo.
5.- Hagan mejor uso de la ciencia y la máquina para mejorar las condiciones de vida.
6.- Busquen la auténtica expresión regional, pero sin apoyarse en viejos emblemas y detalles superficiales.
7.- Lleven la enseñanza arquitectónica al campo de trabajo, para balancear mejor el conocimiento y la experiencia.
8.- Agreguen actividad comunal a las labores de la oficina para llegar a ser tan dirigentes como servidores.
Fernando Freire Forga · Doctor Arquitecto
Lima · julio 2013 · Autor del Blog La Forma Moderna en Latinoamérica
La Bauhaus y la modernidad humanista en el Cono Sur latinoamericano
La escuela alemana de arte y diseño Bauhaus se conoce
internacionalmente gracias a la recepción que tuvo en América del Norte.
Sin embargo, algunos de sus miembros materializaron sus ideales en el
extremo opuesto del continente.
Después de la Primera Guerra Mundial, desde América Latina surge un
modelo artístico-humanista que influyó en el desarrollo de la educación,
la ciencia y la tecnología hasta inicios de los años setenta. Estos
proyectos generaron una identidad regional, que se reforzó luego de la
Segunda Guerra Mundial. Para los promotores de este nuevo modelo, su
referencia fue la vanguardia artística europea de inicios de los años
veinte y la alternativa que algunos de sus protagonistas vieron en la
región como escenario para sus postulados utópicos. De aquí resultó
determinante la influencia de la escuela de arte y técnica Bauhaus,
fundada por Walter Gropius en Weimar en 1919.
La Bauhaus no fue un ente homogéneo, fiel reflejo del espíritu de la
república social demócrata en la que se fundó, pero significó un
referente para los proyectos de gobierno progresista del Cono Sur. En
este clima de reconfiguración social, los artistas se pusieron a prueba
para participar en los cambios de la época, en abierta crítica al modelo
de modernidad que había fragmentado los procesos de construcción de
significado racionales y emocionales propios del ser humano durante el
siglo XIX, y que tuvo como resultado el sinsentido de la guerra.
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David F. Maulén
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