![Más estrategia, por favor Javier García Librero Gimnasio Maravillas (Madrid) y Nave Centro Logístico Mayoral (Málaga) Más estrategia, por favor Javier García Librero Gimnasio Maravillas (Madrid) y Nave Centro Logístico Mayoral (Málaga)](https://veredes.es/blog/wp-content/uploads/2025/02/Mas-estrategia-por-favor-Javier-Garcia-Librero-Gimnasio-Maravillas-Madrid-y-Nave-Centro-Logistico-Mayoral-Malaga-scaled.jpg)
Arquitectos: Alejandro de la Sota y System Arquitectura
Fotografías: José Hevia y Fernando Alda
Cada nuevo encargo o proyecto, incluso aquellos que a simple vista parecen simples o sencillos, representa una oportunidad para que los arquitectos adopten una cierta actitud de atrevimiento y valentía respecto al mismo.
Esta actitud a la hora de abordar los proyectos puede verse materializada de formas muy diversas en el resultado final: diseños o configuraciones que optimizan de forma creativa el espacio disponible, soluciones técnicas innovadores que aceleran los tiempos de ejecución y reducen costos, diseños arquitectónicos que resultan atractivos a la venta o propuestas estéticas que incrementan el valor del proyecto, mejorando la reputación de la empresa.
Esta forma de abordar los proyectos, fundamentada en el inconformismo, la ambición y la inteligencia, permite superar el propio encargo, dando y ofreciendo al cliente más de lo que espera. Y esto, siempre suele ser una buena estrategia.
Este servicio “adicional” convierte a la figura del arquitecto en alguien más que una persona que diseña y acompaña al cliente en la ejecución de un edificio.
El arquitecto se convierte en un estratega que, rompiendo los límites tradicionales de la práctica profesional, es capaz de añadir valor tangible, transformando cada proyecto en una herramienta de éxito para el cliente o la empresa.
De la Sota y edificios “slogan”
Cuando Alejandro de la Sota recibe el encargo del Gimnasio Maravillas, el proyecto aparentemente resultaba simple: un gimnasio en una parcela de Madrid.
Sin embargo, el arquitecto gallego aprovecha el gran desnivel existente de 12 metros de la parcela para incorporar en la estructura metálica de la cubierta los espacios educativos y convertir un gimnasio en un magnífico edificio que en los últimos años ha sido declarado como Bien de Interés Cultural.
Según el propio arquitecto, el proyecto resultó ser
«muy positivo desde el punto de vista económico y de aprovechamiento del solar».
Otro caso destacado de cómo la estrategia puede servir a una empresa para posicionarse a través de su imagen y arquitectura es el de la nueva Nave del Centro Logístico de Mayoral en Málaga, fantásticamente diseñada por la empresa SYSTEM Arquitectura.
Lo que inicialmente podría haber sido una nave más dentro del campus logístico de Mayoral en Intelhorce (Málaga), los arquitectos lo convierten en una oportunidad para diseñar un producto de alto valor para la empresa textil.
El edificio se convierte en un “slogan”. Una estrategia que consigue que la arquitectura trascienda sus límites para convertirse en un elemento de marketing más de la empresa.
El promotor aumenta su reputación y notoriedad a través de un edificio que representa los valores de su marca.
El diseño trasciende su función logística para convertirse en un «slogan» arquitectónico que refuerza la imagen de marca de Mayoral. La empresa promueve su reputación mediante un edificio que, como un producto de marketing, transmite sus valores corporativos y destaca en el entorno industrial.
Son dos ejemplos de cómo encargos inicialmente sencillos, se convierten, gracias a la actitud valiente y estratégica de sus arquitectos, en proyectos de un gran valor extraordinario.
Soluciones que no solo generan rentabilidad, sino que también posicionan a la arquitectura como un activo valioso al servicio del cliente.
Y ahí radica el gran aprendizaje que se pueden obtener de estos y otros proyectos.
Cada nuevo encargo es una oportunidad única para convertir algo ordinario en un proyecto significativo que supere todas las expectativas.
O como diría el propio Alejandro (parafraseando al gran arquitecto Victor d’Ors), cada proyecto es una oportunidad única para dar liebre por gato.