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Le Corbusier, el arbol y el bosque | Marcelo Gardinetti

“Un árbol podrá ser plantado en el nivel 1, en el vacío disponible delante de la vivienda. Su follaje podrá subir a voluntad.”

Carta de Le Corbusier al Dr. Pedro Curutchet, 24 de mayo de 1949

En la obra de Le Corbusier, los elementos de la naturaleza establecen una referencia ineludible en sus proyectos sin distinción de programa, escala, sitio o período. Sus propuestas urbanísticas fundan parte sustancial de sus tesis en la estructuración de parques y bosques naturales como contenedores de sus edificios. Sin embargo, la incorporación de árboles como elementos componentes de sus diseños construidos, especialmente en los de escala doméstica anteriores a 1950, estuvo relegada a un rol complementario.

Casa Curutchet | Fotografía: Marcelo Gardinetti

Esta aseveración que aquí vertemos, tiene una única excepción: la casa Curutchet.

La vivienda de La Plata es la única casa diseñada por Le Corbusier hasta entonces en la que un árbol, intencionadamente, como parte emergente del proceso de diseño, integra la composición. Las tres obras anteriores donde un árbol participa en el diseño se encontraban en la parcela con anterioridad al encargo, trasmutando en un condicionante de proyecto: la Casa La Roche de 1923, el pabellón L’Espirit Nouveau de 1925 y la casa para artistas de Ternisien de 1926.

Teniendo en cuenta las exiguas dimensiones de la parcela, la complejidad del programa y la presencia dominante del bosque, que se incorpora a la casa desde un diseño decididamente jugado a su captura, el interrogante pasa por establecer el motivo que implicó su incorporación protagónica en la composición de la casa Curutchet.

Casa Curutchet | Fotografía: Marcelo Gardinetti

El árbol al que hacemos referencia es del tipo denominado “álamo Mussolini”, especie que proviene originariamente de Italia. Fue plantado por el Dr. Pedro Curutchet finalizada la obra en 1956, de acuerdo a la indicación realizada por Le Corbusier en la correspondencia que se transcribe parcialmente al inicio del texto.

“Lo plantamos después de hecha la casa. Yo creí que iba a ser difícil, pero Le Corbusier conocía tanto la inclinación de los rayos solares que la planta tuvo sol suficiente para desarrollarse desde el primer momento.”

Pedro Curutchet a Daniel Casoy, en “Arquitectura Bis”, nº2. Barcelona. 1983

Algunos estudiosos de la obra de Le Corbusier consideran que la incorporación del árbol constituye una extensión del parque ubicado frente a la parcela. Otros, que lo utiliza como un elemento que le permite ampliar y enriquecer el vocabulario formal. Aun concordando con ambas apreciaciones, creemos encontrar elementos suficientes para pensar en la existencia de otras motivaciones que concluyeron en la toma de decisión.

En este aspecto, explorando el carácter de la obra, el árbol constituye un elemento de tensión. La tensión entre los componentes del diseño es un concepto que Le Corbusier desarrolla con una ductilidad notable, tal como lo define en el texto publicado en L’Espirit Nouveau:

“La obra de arte es un objeto artificial que permite situar al espectador en un estado buscado por el creador; la creación de la obra de arte debe disponer, por lo tanto, de medios y resultados seguros. Hemos intentado crear, pues, una lengua que posea estos medios: Las formas y los colores primarios tiene propiedades ESTANDAR  -propiedades universales que permiten crear un lenguaje plástico transmisible. Pero la utilización de las fuerzas primarias no permite situar al espectador en el estado de orden matemático buscado. Para  ello hay que recurrir a las asociaciones de formas naturales o artificiales, con el fin de despertar las sensaciones secundarias, y el criterio de su elección es el grado de selección a que han llegado ciertos elementos- selección natural y selección mecánica”

Esthétique et Purisme, L’Espirit Noveau nº 15 1922

Este tipo de asociación de objetos, composición por elementos en contraste, es parte de la riqueza expresiva que proviene de su formación plástica y establece un escenario que diferencia la obra de Le Corbusier de la mayoría de los maestros de su generación.

Casa Curutchet | Fotografía: Marcelo Gardinetti

En la Casa Curutchet, el árbol rompe la geometría de la trama de pilotis, proponiendo en su textura un contraste a los delgados cilindros blancos. Esta divergencia de caracteres enfatiza las cualidades de ambas convenciones: destaca la rigidez de la trama estructural y delata lo impredecible de las formas de la naturaleza.

Emplazado en el umbral de la rampa, el árbol marca el inicio del paseo arquitectónico. Pero además lo enriquece de manera sustancial. En mérito a su ubicación, el árbol se transforma en una referencia espacial durante todo el recorrido. La disolución de luces en sombras propone un paisaje impredecible, cambiante de acuerdo a la época del año debido a las variaciones estacionales, que dejan el árbol sin follaje en otoño y lo vuelven tupido en primavera.

El modo en que el árbol acentúa la verticalidad del espacio existente entre los dos volúmenes es otro valor a considerar. El programa de la casa Curutchet se distribuye en capas horizontales superpuestas, una estrategia que permite a la vivienda ocupar la cubierta del consultorio para compartir entre ambas fachadas el dominio visual sobre el bosque. En este contexto, el árbol es el único elemento de la casa que atraviesa en vertical la totalidad de los niveles.

En un mismo sentido, el árbol constituye el elemento de integración entre la vivienda y la consulta. En las dos viviendas que mencionamos anteriormente, donde el árbol aparecía como elemento existente en la parcela, el edificio lo rodea en quiebres de su envolvente. En la casa Curutchet, el árbol se transforma en elemento de unión, componedor de la unidad del conjunto.

El concepto de transparencia fenomenal perfectamente puede aplicarse en este caso, sin dejar de lado las implicancias poéticas que acarrea el hecho de incorporar un elemento vegetal a la obra. La fascinación de Le Corbusier por el continuo espacio-tiempo debe considerarse un factor de influencia necesaria, teniendo en cuenta que el tiempo arquitectónico concierne a la visión cinematográfica que ofrece el recorrido.

Sección Casa Curutchet

Las consideraciones expuestas, textuales o subyacentes, no hacen más que reafirmar la capacidad compositiva, la cualidad poética y la virtud plástica de la obra de Le Corbusier. La casa Curutchet es un compendio de imágenes subyugantes e imprevisibles que revelan la infinidad de recursos del hombre que permaneció en la vanguardia de la arquitectura moderna desde que promocionó el primer dibujo de la estructura Dom-ino hasta la última de sus obras.

Marcelo Gardinetti . arquitecto
La Plata. julio 2013

Marcelo Gardinetti
Marcelo Gardinettihttps://marcelogardinetti.com/
No voy a hablar de la penumbra, mejor voy a ver si puedo despertar. Arquitecto, - Universidad Nacional de La Plata, La Plata, 1985 - Editor responsable en Tecnne 2012 a la fecha. - Columnista de arquitectura en revistas y sitios web. 2012 a la fecha - Director en estudio de arquitectura, 1985 a la fecha. - Consultor Senior en Proyectos institucionales. 1995 a la fecha - Docente, Universidad Nacional de La Plata, 1985-1990 y 2011-2014 - Coordinador Técnico en Universidad Nacional de Tres de Febrero, 2014 - 2019 - Director en Arquitectura Escolar, Provincia de Buenos Aires, 1991-1996 y 2001-2010 - Representante Técnico, convenio UBA - FETINGRA, años 2020 a la fecha
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Marcos Vietti
Marcos Vietti
11 years ago

Muy interesante relato !

marcelogardinetti
marcelogardinetti
11 years ago
Reply to  Mateo Morelli

Gracias Mateo, saludos !

marcelogardinetti
marcelogardinetti
11 years ago
Reply to  Baudilia

Gracias Baudilia por tus comentarios. Saludos

Mateo Morelli
Mateo Morelli
11 years ago

Una sensibilidad sin limites, muy bueno el artículo

Baudilia
Baudilia
11 years ago

Estoy asombrada por el aspecto sensitivo de Le Corbusier al considerar dentro de la composición al arbol. Felicitaciones a Marcelo Gardinelli

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