Hablando de obras que no se relacionan con su contexto, me vino a la memoria un arquitecto norteamericano, no demasiado conocido por estos lares, a quién se le atribuyó el mismo pecado arquitectónico a mediados del siglo XX, el niño prodigio: Bruce Goff, al que ( se cuenta en el mundo de los mitos ) Frank Lloyd Wrigth habría aconsejado no estudiar en una escuela de arquitectura, para no limitar su talento e imaginación. Este controvertido arquitecto, que en su época fue considerado como uno de los artistas mas creativos y brillantes de su generación, no le temía a las críticas de sus colegas. Experimentó con la expresión de toda clase de formas, materiales y estructuras, abriendo el camino para la aparición de arquitecturas contemporáneas como la de Frank Ghery o Peter Eisenman.
Todo esto viene a cuento, con motivo de que en verdad lo que recordé fué un film sobre las obras de Goff, el del cineasta alemán Heinz Emigholz titulado: “Goff in the desert” (2002), a propósito del cual, el realizador se refiere a la arquitectura de Goff diciendo: “ …..sus espacios me vuelven loco, envidio totalmente su capacidad de diseñarlos…puede hasta conmoverme”.
http://www.youtube.com/watch?v=qP-yPOEh_zw
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perrachoca